II.- UN DIA NORMAL
-Mira Naruto ahí viene tu hermano y viene con una cara, de seguro tu padre trato de escogerle una novia otra vez- en los últimos días era el problema.
-Tienes razón Al, por eso digo que tu deberías casarte con el- decía Naruto mientras sonreía
-Que locuras le estás diciendo a mi pequeño hermano- decía esto mientras una venitas empezaban asomarse por la sien de Edward y minutos después correteaban por el jardín entre risas, mientras Alphonse los miraba y sonreía.
-¿Que están haciendo?- pregunto el recién llegado, mientras tomaba asiento y pedía té a los sirvientes.
-Lo mismo de siempre hermano Levi- le contesto el menor de los Elric.
-Bien, bien-tomo aire y entonces grito- hey peques os he traído pastelillos.
-A quien le has dicho tan pequeño que podrías pisarlo-contesto de inmediato Edward- además no soy afecto a lo dulce-decía mientras refunfuñaba, pero se iba acercando.
-¿Son de la tienda Patsu?- preguntaba Naruto mientras tomaba aire por la carrera que había hecho
-Los favoritos de mi querido hermano- decía el mayor de los príncipes mientras le acariciaba la cabeza a su hermano que ahora estaba a su lado.
-Ne hermano Levi, ¿Por qué traías cara de enojado?- pregunto el menor de los Elric, mientras los otros dos comían pastelillos con el té que los sirvientes ya habían dispuesto en la mesa del jardín.
-Cosas del reino, nada de lo que deban preocuparse, y menos tu mi hermoso prometido- decía esto mientras lo tomaba del mentón y lo miraba de forma coqueta.
-¿¡Tu prometido!?, tu pervertido, no toques a mi hermano- decía un enojado Edward y con mirada fulminante.
Después todo el ambiente se volvió risas y bromas, así pasaron largo rato hasta que tres personajes hicieron su entrada y se dirigieron directo al grupo, o más bien a los pastelillos.
-Kakashi sensei-dijo Naruto
-¡Yoo Naruto!, ricos pastelillos- contesto mientras tomaba algunos.
-Oye porque le llamas sensei a este pervertido- decía el mayor de los hermanos, un poco celoso del respeto mostrado por Naruto.
-Hinata, Neji. Coman también- dijo el príncipe menor mientras ignoraba a su hermano
-Ho…ho..la….Naruto….kun- dijo la única niña del grupo poniéndose roja como tomate al ver que el aludido le regalaba una sonrisa.
-Y se supone que tú serás su guardián- decía un chico a su lado, algo molesto por la timidez de Hinata.
-Vamos, vamos Neji, no seas tan serio-dijeron al unisonó los tres rubios mientras sonreían.
-Claro, claro, porque con una timidez tan delicada quien no la querría a su lado- decía el príncipe heredero mientras la tomaba entre sus brazos, provocando mayor coloración en el rostro de la chica.
-Oye idiota pervertido y eras tú el que se estaba quejando de Kakashi- decía Ed mientras fulminaba con la mirada a Levi y los demás lo miraban con una media sonrisa, aunque Neji trataba solo de ignorarlos.
-Y bien sensei que aprenderemos hoy- decía una emocionado Naruto.
-Si padre se entera de esto-decía el príncipe heredero- bueno tengo cosas que atender, chicos cuiden bien a mi hermano- esto lo decía específicamente a los recién llegados.
Los tres asintieron y Levi se retiro, inmediatamente Naruto y los tres de Iga se dirigieron al centro del jardín y empezaron a practicar mientras los Elric se pusieron a estudiar y practicar un poco de alquimia con los nuevos libros que Levi les había llevado. Así pasaban la mayoría de los días en el área sur, entre juegos, visitas cortas y entrenamiento (esto último en secreto del rey).
Todo parecía ir bien en el reino de KABAN, la gente vivía en armonía, había problemas que se resolvían rápido, la familia real era respetada y querida y las fronteras eran protegidas constantemente por los magos del reino, para evitar que monstruos y demonios entraran al territorio, pero en toda gran fortaleza hay una grieta.