-¿A dónde vamos?- pregunte al ver que no nos íbamos al salón.
El no dijo nada, no respondió ninguna de mis preguntas. El solo siguió caminando...
Hasta que llegamos hasta un salón que decía “Clases especiales”. El la abre sin dificultad y me hace entrar, se da vuelta y cierra la puerta con llave. Si, él tenía la llave de ese lugar.
Se gira y yo no sabia que hacer, estaba “atrapado” en un salón con Aki-chan, mi corazón inconscientemente empezó a latir con furia. Tan fuerte que pensé que hasta Aki-chan podía oírlo.
-Taka...-Me llamo después de un momento.
-¿Qué hacemos aquí?- No quería que el mencionara lo que sucedió ayer.
-Le pedí a un maestro que me facilitara la llave...
-¿Por qué hiciste eso?- Lo mire y vi que en sus ojos brillaban mucho. Como deseando algo...
-Por que tenía que hablar contigo. Y no encontré mejor lugar que el instituto.- Se encogió de hombros, pero sus ojos aun seguían brillando... Me dio un escalofrió al ver que no apartaba sus ojos de mi.
-No tenemos nada que hablar Aki-chan... –Dije pasando por el lado y forzando una sonrisa.- Vamos al salón que se nos hace tarde.
-No saldremos de aquí hasta que no hablemos Taka. No te dejare ir.-Dijo con una voz tan dulce.-Taka por favor... Yo necesito hablar contigo.
-¿Pasa algo?- Dije ocultando el temor que tenia y tratando de no llegar hasta el tema de lo que sucedió ayer... No quería que supiera lo humillante que es ser yo.
-De hecho pasan muchas cosas...-Dijo acercándose- Y yo solo se las cosas superficialmente de lo que esta pasando... Y claro, mi versión, pero también quiero saber sobre ti. Taka...-Dijo ya colocando una mano en mi mejilla- Dime que es lo que ocurre en tu vida. Dime por que sufres tanto, dime por que no quieres llegar a tu casa, dime las cosas que te molestan, las que te hacen reir y...-Se detuvo un momento- Las que amas. No quiero seguir tratando de entender tus acciones y palabras por que siempre llego a una conclusión que me coloca muy triste... Taka...- Se acerco a mi rostro, levante la mirada y vi que tenía los ojos dulces y preocupados- Confía en mí. Yo no voy.... No quiero alejarme de ti. Y si fueras un asesino voy a seguir a tu lado...
-Aki-can- Dije en un susurro, mis lágrimas estaban escurriendo y me sentí muy vulnerable. Sus palabras fueron con tanto cariño y dulzura que me hacia sentir como un tonto.
El solo me miro y con su mano que aun estaba en mi mejilla empezó a limpiarlas. Luego coloco esa misma mano en mi espalda, me acercó a el y me vi abrazado el. El hundía su rostro en mi pelo y yo me acurrucaba en su pecho. Lo abrace y me afirme muy fuerte de su camisa, tenia miedo que se alejara. El, al ver como me aferraba a su camisa, se acerco a mi oído y me susurro.
-No me voy a ir.
Seguí llorando en silencio hasta que me vi en la obligación de contarle todo.
Me separe levemente de el, no quito su mano de mi espalda y lo mire a los ojos, el seguía mirándome de manera dulce y preocupada, pero me miraba con una intensidad muy fuerte, que me hizo bajar la mirada.
-Aki-chan-Le dije en un susurro- Esta bien... Te diré todo.
El siguió mirándome por un rato y luego me llevo hasta la mesa del profesor y me hizo sentar, estaba de pie y yo sentado. Luego hizo algo que me sorprendió, me abrazo estando el de pie y yo sentado. Su cabeza estaba en mi cuello, mis piernas estaban a cada lado suyo y mis manos abrazándolo y dando pequeñas acaricias en su espalda.
-Te escucho-Dijo aun en mi cuello- Si no te molesta ¿puedo quedarme asi?
-No me molesta...-Seguidamente el me apretó mas y yo a el.
-Me alegro...-Dijo hundiéndose mas en mi.
-Te advierto que lo que te voy a contar no es para nada lindo. Y si en cualquier momento quieres parar dímelo.
El solo asintió en silencio.
-Bien...-Dije, seguidamente le conté mi historia, partí con diciendo que mi vida era muy bonita hasta que murió mi hermana, le conté como murió y los cambios que hubo en mis padres después del accidente. Le conté como mi padre me “castigaba” por mis errores, le conté que tan lejos llegaba mi padre, pero nunca tanto como para violarme, le conté lo mal que me sentía al llegar a casa, de porque algunos días no llegaba a dormir y ellos no parecía importarle, como ante el mas mínimo descuido ellos se desquitaban conmigo. Le conté todo eso... Menos lo que hice en el baño la noche anterior. Me ardían mucho las heridas, pero no quería separarme asi que aguanté el dolor.
Cuando termine de contar todo, yo estaba llorando, se creo un silencio que solo se veía interrumpido por mis sollozos... Pero me di cuenta que yo no era el único llorando. Aki-chan estaba llorando en silencio. Le levante el rostro y le seque las lágrimas. El solo me miraba un poco avergonzado y preocupado, pero esa llama en sus ojos no se había extinguido.
-Taka... ¿Por que no me dijiste nada? ¿Por qué te guardaste todo esto? ¿Cómo pudiste soportarlo sin hacer na...?-Abrió los ojos y me miro. Me dio un escalofrío...
-¿Qué pasa?-Le dije- ¿Te arrepientes de haber oído todo?
-No... Quiero saber una cosa mas...
-Dime...
-Me dijiste que tu padre te golpeaba pero no que te cortaba ¿verdad?
-...-Me quede en silencio temiendo lo peor
-Dime... ¿esas cicatrices que sentí en tus muñecas son de tu padre?
Lo mire sorprendido y triste. No pensé que se hubiera percatado de mis cicatrices de antes con solo un apretón...
-¡Dime!-Me urgió
-No... No me las hizo mi padre.
-¿Tu madre?
-No ella no me hace nada, eso se lo deja a mi padre.
-¿Te... las hiciste tu?
-...-Lo mire y vi que tenia una profunda tristeza y algo que no identifique... quizás era enojo.-Si...
El solo se separo de mi y se dirigió a un lado, me abrace a mi mismo como protección, ahora se venia lo peor.
-Taka... No... Yo... –Vi que se debatía por decir algo. Me baje de la mesa y fui donde el estaba lo gire y lo mire. Estaba llorando.
-No tienes que decir nada Aki-chan-Le dije acariciando su mejilla- Esto es algo que no iba a contarle a nadie y por eso me dañaba a mi mismo. Quizás no lo entiendas por que es difícil de entender que alguien se dañe a si mismo por buscar protección, pero ahora que te lo he contado puede que me sienta mas aliviado. Nunca he confiado en nadie... Hasta ahora.
El me miraba mientras mas lagrimas salían de sus ojos. Me abrazo y me apretaba mas contra el. Sentía que quería fundirse conmigo. Yo solo coloque mis manos en su espalda y comencé a acariciarla.
-Prométeme que no volverás hacerlo...-Levanto mi rostro y me miró- Prométemelo. Por mi...
Lo mire con temor... ¿Y si se iba algún día? ¿En donde me iba a aferrar?
-Y yo te prometo algo a cambio.
-Esta bien te lo prometo... Me sentiré algo más inseguro.
-No...Yo estoy aquí.
El me miraba con mucha fuerza, su mirada transmitía algo que no supe interpretar. Estuvimos unos minutos observándonos... hasta que el empezó a inclinarse lentamente hacia mi. Vi que iba cerrando los ojos, su respiración aumentaba igual que la mía... Y me beso