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Secret Love por Misa Tsukamoto

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Notas del capitulo:

Hola!! c: bueno aquí el cap especial...bonus, como sea xD por eso estoy actualizando hoy, ya después sigo con mi actualización semanal los martes ^^

Espero les guste...ehm...no, no lo hizo baby A (?) éste lemon lo hice yo....no sirvo para esto lol hice mi mejor esfuerzo c: es la segunda vez que escribo lemon así que si no les gustan diganmelo para en el futuro pedirle todos a baby A no más lol (???)

bye c: gracias por leer~ ♥

 

Por cierto: no tenía nombre para el cap y baby A sugirió ese, si no os gusta sugieran otro (??)

Himchan llegó a la habitación de los menores, allí le sorprendió ver que los maknaes aun estaban despiertos y conversando, no era para menos, las experiencias que vivieron en el día eran dignas de ser charladas.

-¿hyung? –Jongup preguntó algo asombrado de verlo allí, el niño mayor se encontraba sentado en su cama, mientras que Zelo estaba sentado en un orillo de la propia, con sus pies descalzos en el suelo. Ambos miraban a Himchan expectantes.

-hola –saludó con una sonrisa algo tímida y se sentó junto a Jongup, pasó un brazo por su cuello apoyándolo en sus hombros. Realmente Zelo le fulminó con la mirada –Jonguppie…¿no quieres dormir con Yongguk hyung? –Himchan sonrió y ambos le miraron desconcertados.

-….¡oh! –exclamó el segundo maknae luego de reflexionar mirando al techo aquella propuesta, lo comenzaba a entender –s-sí, está bien –rápidamente quitó las sábanas destapándose y se bajó de la cama –buenas noches Zelo, buenas noches hyung –hizo una reverencia y se fue.

Inmediatamente las miradas del mayor y el menor se encontraron en medio de la tenue y escasa luz de una portátil; la sonrisa se dibujó nuevamente en los labios de Himchan, quien lentamente se deslizó por la cama hasta el suelo, para quedar de rodillas frente al menor; le miró fijamente con devoción mientras llevaba una mano a su rostro y le acariciaba, la mejilla, delineando sus labios con el pulgar, su cabello, llevando unos mechones detrás de la oreja que rápidamente se soltaron al ser corto el pelo.

Zelo le miraba algo sonrojado, con sus oscuros ojos brillosos demostrando algo mucho más que cariño, el mayor sabía que aquello era amor.

-me gustaría, dormir contigo hoy –susurró despacio Himchan sin dejar de acariciarle el rostro; el sonrojo en el rostro ajeno aumentó cubriéndole por completo, y mordió sus labios nervioso desviando la mirada.

-no tenías que haber echado a Jongup….

-ah…¿querías público? –ladeó su cabeza algo travieso y burlón, el maknae frunció el entrecejo mirándolo fijamente, Himchan soltó una pequeña risa antes de besarlo.

Le besó dulcemente separando los labios del menor con los propios de manera lenta, y una vez que sintió que el menor correspondía, jugó con su lengua entrelazándola con la ajena; despacio, iba empujando al menor hasta la cama, quedando ambos acostados, el mayor encima del menor, suspirando, y besándose con dedicación.

Himchan se separó finalizando el beso, y aun con sus ojos cerrados rozó la piel ajena con sus labios y nariz, bajando hasta su cuello, depositando besos en él; lo lamía, y de vez en cuando mordía sugerentemente aquella zona; mientras su mano traviesa comenzaba a escabullirse por dentro de la remera del menor, acariciando su delgado vientre, rozando y arañando levemente sus costillas, jugando con sus dedos y el pecho ajeno, apresando sus tetillas entre ellos, alternando entre una y otra, tomándose su tiempo para estimularlas bien y saborear toda la piel expuesta del cuello, hombro y oreja.

-te amo –susurró el mayor en su oído, luego le mordió levemente el lóbulo de la oreja.

Zelo gimió ante aquella acción, pero algo no andaba bien, sentía aquella mano sobre su cuerpo, la fuerte respiración de Himchan, sus atenciones, sus besos, todo, pero aun así, aunque lograba hacerle jadear levemente, Zelo no estaba muy bien, miraba el techo, se perdía en la pared, se distraía con facilidad, estaba tenso, nervioso; y todo aquello se debía sólo a una razón: su primera vez.

Respiró hondo, sintió aquel perfume tan característico, y decidió dejarse llevar, buscó los labios de Himchan para besarlo, obviamente el mayor no se negó a ello.
Zelo se sentía tan extraño con ello, estaba temblando ligeramente, su corazón latía muy acelerado, aun así no estaba ahogado, pues el beso era tan suave y lento que le daba momentos de respiro; siguió dejándose llevar y un extraño calor comenzaba a aparecer en su cuerpo; la sensación de la lengua ajena moviéndose lentamente acariciándose con la de el, era algo que generaba extraordinarias sensaciones. Zelo terminó por rodear aquel cuerpo sobre él con sus brazos decidido a entregarse.

Le gustaban esas nuevas sensaciones, la mano de Himchan era algo mágico sobre su piel, de sus labios escapaban suspiros y leves gemidos; el mayor finalizó el beso dándole libertad, pero siguió besándole el cuello.

-ah Hi…Him… -el menor sólo podía balbucear y cerrar sus ojos suspirando; la mano del comandante había bajado, pasando por su ombligo, haciendo círculos y entreteniéndose en el, haciéndole estremecer, y finalmente siguió el recorrido introduciéndose en el pantalón del menor. –¡pa-para! –pidió abriendo sus ojos, realmente su tono había sonado irónicamente contrario a lo que sus labios expresaron, pero aun así quería detener a Himchan, estaba asustado, y el temblor en su cuerpo se intensificó al sentir aquella mano en su sexo.

-ahora no Junhong –su respiración estaba agitada, le miró a los ojos, esa mirada oscura llena de lujuria hizo estremecer nuevamente al menor. –sólo un poco más, prometo detenerme después. –besó sus labios, Zelo gimió mientras en su mente la palabra “mentiroso” aparecía.

La mano del mayor acariciaba su sexo, y luego de unas pocas caricias juguetonas, había comenzado a masturbarlo, Zelo se retorcía bajo aquel cuerpo, aferrándose fuertemente a el. El maknae se desesperó un poco moviendo su cabeza, sus gemidos aumentaron y se descontroló, por lo que Himchan decidió dejar aquel ritmo frenético, provocando temblores en el menor que esta vez no eran de temor; le acarició lentamente, volvió a subir su mano junto a la otra, acariciando otra vez el torso por dentro de la remera del pijama, arrastrándola así hasta la cabeza de Zelo, para finalmente sacársela, se separó un poco y sacó la propia, arrojándola cerca de donde la del menor había caído.

Himchan prosiguió besando el pecho ajeno, succionando y lamiendo sus tetillas, rasgó suavemente con sus dientes desde las costillas hasta el abdomen; mordía y paseaba su nariz sobre la zona del ombligo, chupando su piel; mientras sus manos acariciaban las piernas por sobre el pantalón. Zelo se estremecía, sentía placer y divertidas cosquillas que aumentaban aquella sensación de gozo; gemía levemente por entre medio de sus dientes que mordían su labio inferior, evitando que escaparan algunas risitas divertidas, mientras no despegaba la mirada de los movimientos de Himchan.

El mayor jaló del pantalón de Zelo, llevándose con el su ropa interior, se lo sacó por completo contemplando al pequeño frente a él, era realmente hermoso. Zelo sintió demasiada vergüenza, su cara roja lo evidenciaba y sintió la necesidad de taparse con sus manos, mas no lo hizo, creía que si lo hacía quedaría en ridículo. Himchan le miró fijamente a los ojos, sonrió de lado, y un escalofrío recorrió al menor.
El mayor acercó su rostro a la intimidad de Zelo, tomó aquel miembro en su mano y lo devoro, metiéndoselo de lleno en su boca; el menor gritó sorprendido, aquella sensación le hizo arquear la espalda, la boca de Himchan era cálida y húmeda, y no podía evitar que su cuerpo sintiera espasmos, que poco a poco se iban calmando.

Cuando el menor parecía sereno, el mayor sacó el miembro lentamente de su boca, provocándole nuevamente sensaciones diferentes; la mezcla entre el calor bucal y el aire fresco de la habitación era exquisita.
Himchan le provocó, lamió la extensión que aun tenía en su mano, jugó con su lengua y la punta del miembro ajeno, alternando entre su boca y sus dedos. Zelo gemía, no podía controlarse ante aquellas sacudidas que su cuerpo experimentaba.

-Him-Himchan… -balbuceaba entre jadeos, sus labios estaban abiertos sin cuidar sus gemidos; le miró, era exquisitamente sensual cometiendo aquel acto, pero aun a su llamado, Himchan le ignoró completamente y Zelo bufó algo desesperado.

Quería volver a sentirse dentro la boca del mayor, no sólo unos besos eróticos, movió un poco sus caderas, y el mayor volvía a ignorarle, por ende algo cansado, Zelo llevó su mano a la cabeza del otro; le jaló un poco el pelo y presionó demandante; pudo sentir de inmediato como los labios del mayor se extendían, estaba sonriendo.

Sus ojos se elevaron mirándole libidinosamente, chocando contra la mirada de súplica y embelesamiento del menor enviándole descargas eléctricas a través de ella, y tras aquello volvió a engullir el miembro de Zelo lentamente sin despegar su mirada.
Ésta vez no se quedó quieto, movía su cabeza, sacando y metiéndolo de su boca, Zelo apretaba más la cabeza de Himchan, quería más profundidad, pero el mayor no podía dársela, si seguía terminaría ahogándose; la velocidad aumentaba, sus labios se apretaban más para darle mayor placer, y sin darse cuenta el ritmo era casi enceguecedor.

El fuego en el vientre y sexo del menor aumentó por sobremanera, todo el cuerpo vibraba, tenía espasmos y se retorcía placenteramente, sus labios se habían abierto más y los gemidos eran incontrolables, pronto llegaría al orgasmo, lo deseaba demasiado, pero aquello no se dio.

El mayor se separó, luchando contra la mano de Zelo, estaba de rodillas en la cama con la espalda levantada, también jadeaba; la mirada era totalmente lujuriosa pero con un brillo muy travieso en ella; Zelo se tensó completamente, ¡¿qué había pasado?! Le miró furioso, se le notaba la ira en sus ojos, era evidente que su temor había quedado completamente opacado tras la excitación.

-¡¿qué paso?! –fue una queja mas que pregunta, Himchan no hacía nada y eso le desesperaba.

-lo que prometí –el rostro de no comprensión del menor le hizo reír –me pediste que parara, te dije que sólo un poco más y luego pararía. –le miró completamente estupefacto, ese maldito estaba jugando con él, pestañó tres veces seguidas y luego se mordió el labio inferior completamente molesto.

-¿eres idiota? –Himchan se sorprendió más no borró su sonrisa.

-¿quieres que siga acaso? –se acercó a los labios del menor y los besó efímeramente de forma apasionada, la respiración de Himchan era pesada, Zelo se dio cuenta que aquella persona estaba igual o más excitado que él y sus ojos traviesos planearon su venganza.  

-por favor, Channie, sigue, no pares –susurró gimiendo maliciosamente en el oído ajeno mientras se restregaba contra el, provocando un tiritar del otro que le hizo sonreír, si aquel jugaba él también.  

Maldito Zelo, el niño sabía como hacerle derrumbarse por dentro, todo lo sólido que podía tener en esos momentos interiormente había colapsado, y no podía seguir tentándolo y riéndose del menor, ya no resistía más, necesitaba entrar en ese cuerpo.

-si prosigo no será donde me he quedado ¿entiendes? –se sentó en la cama acariciando los muslos internos del maknae con sus manos.

-continua como quieras pero continua de una maldita vez –se sentó sobre él al decir aquellas palabras, le tomó por la nuca; se violentó contra los labios de Himchan, y los besó con demasía pasión y desenfreno; se desconocía el mismo.

Himchan bajó el elástico de su pantalón liberando su propio miembro, rozando la punta con el de Zelo varias veces, el menor tembló, y cuando el gemido producido por aquello iba a escapar de sus labios, quedó ahogado entre dos dedos de Himchan que se metieron involuntariamente en su boca, le miró con protesta pero comenzó a chuparlos; los sexos se frotaban y era aquello lo que le hacía al menor tener el valor para seguir haciendo eso sin avergonzarse, Himchan se perdía en aquella visión.

Cuando el mayor decidió que ya estaban sumamente lubricados por la saliva los sacó, la mano tomó dirección hasta la parte trasera del maknae, Zelo se sobresalto, pero ahora que lo recordaba él lo había aceptado “continua como quieras pero continua de una maldita vez” su mente se dio cuenta que aquello había sido una trampa y ahora no tenía escape, aunque realmente no quería huir.

Y todos sus pensamientos se nublaron, el mayor introdujo un dedo dentro de él, le dolió realmente haciendo que su cuerpo se pusiera rígido, hundió su rostro en el cuello del mayor y jadeo ante aquella intromisión nada placentera. El dedo se movía en su interior y cada vez era más molesto, apretó sus dientes, sus ojos estaban cerrados firmemente. No se había acostumbrado a ese cuando un segundo dedo buscaba espacio en él, por un momento la idea de mandar al diablo a Himchan y huir de allí le pasó por la mente, pero habían llegado hasta ahí, no podía permitir que su temor y esas sensaciones feas terminaran con aquello, debía enfrentarlo.

-maldito –susurró en el oído del mayor y mordió fuertemente su oreja cinchando un poco de ésta, Himchan soltó una pequeña queja y su otra mano se dirigió al miembro de Zelo.  

Aquello comenzaba a ser diferente, los dedos dentro de él se movían abriendo espacio preparándolo, y extrañamente ahora que su sexo comenzaba a tener atenciones otra vez, aquello se había vuelto realmente delicioso, gimió en el oído ajeno, moviéndose rítmicamente, penetrándose a si mismo con los dedos del otro. Himchan tembló, Zelo era odiosamente excitante.

Y ya había aguantado suficiente, empujó al menor sobre la cama, sacando sus dedos, le separó las piernas y sacándose, apresuradamente, la ropa restante se ubico en medio de ellas acostándose sobre él, le besó fogosamente, y encaminó la punta de su miembro hasta la entrada del pequeño.
Los labios estaban unidos mientras que allí abajo un alboroto de sensaciones desplegaban una guerra, lentamente se metía dentro del delgado cuerpo; era tan estrecho que no pudo evitar cortar el beso para gemir, Zelo le mordió el labio inferior tan fuerte que hasta juro que le había sacado sangre, y así mismo había sido, se separó de su rostro y le miro, el menor tenía lágrimas en sus ojos; le dolía, ahora entendía aquel mordisco tan salvaje.

Siguió introduciéndose en él con dificultad mientras las uñas del pequeño se clavaban en su espalda, y una vez que se acomodó allí dentro sintió que se desmayaría; algo palpitaba ahí, no sabía si era su propio miembro al ser apretado de tal forma por las paredes interiores del menor, o era el mismo Zelo que se contraía por el dolor; fuese lo que fuese, le estaba incitando a moverse, pero no deseaba lastimarlo, espero y tras unos momentos el maknae se acercó y lamió la sangre de sus labios, Himchan le miró a  los ojos, había lujuria en ellos.

Y comenzó a moverse lentamente, mientras besaba y acariciaba al menor con dedicación.
Zelo no iba a mentir, aquello le dolía, pero ya no tanto, de hecho, las caricias y aquel ir y venir del mayor sobre él le excitaban de manera muy diferente, y hasta lo disfrutaba, mucho más cuando sentía aquel toque en su próstata que le llevaba al cielo.

Ambos gemían, y el ritmo de las embestidas comenzaba a ser más rápido, Himchan tomó con sus manos las nalgas del menor y lo elevó un poco aumentando más la velocidad, Zelo comenzó a gemir sin control, le encantaba aquello, y los gemidos roncos de su amante le incentivaban mucho más.

Casi a un ritmo salvaje, gemían sin importarle nada que Yongguk pudiera despertarse y verles, ninguno de los dos se acordaba que mantenían aquella relación en secreto, tan sólo lo que sentían en esos instantes era suficiente como para borrarles la memoria.

El menor se sentía venir, al parecer al fin alcanzaría su tan deseado orgasmo por el cual había pagado el precio de entregar su trasero; rió inconcientemente cuando aquella idea atravesó su mente, llevó su mano a su propio miembro y masturbarse de forma desesperaba buscando el clímax; las escenas se volvían más eróticas ante los ojos de Himchan, ya no podría resistirse.

El tiempo se frenó, los parpados del maknae se abrieron y soltó un sonoro gemido que destacó entre los anteriores, podría jurar que vio todos los colores frente a sus ojos, su vista estaba completamente ida, podía estar fija en aquel techo sí, pero realmente estaba muy distante, había perdido todos los sentidos, su cuerpo temblaba compulsivamente, su espalda se había arqueado y su mano sin fuerzas se había detenido, había alcanzado aquella culminación que tanto quería, y había sido la sensación más exquisita del mundo; las contracciones de su cuerpo habían provocado el orgasmo mutuo con Himchan, ya que al sentir las paredes estrechas de Zelo apretarlo y luego extenderse y así unas pocas veces más, era la gota que había derramado el vaso; no podía con aquello, y terminó dentro del menor.

Cayó exhausto sobre el cuerpo del maknae, quien se quejó al sentir el golpe de aquella persona contra él, pero no podía hablar, los espasmos aun no le habían abandonado, y a Himchan tampoco quien tiritaba sobre él, jadeaban fuertemente intentando recuperar la respiración, parecía una tarea inútil ya que sus pulmones reclamaban demasiado. Pero aun así al pasar de los segundos comenzaban a normalizarse, sus cuerpos parecían volver a responder, por lo que Himchan salió de Zelo y se tiró como pudo a su lado.  

Le observó sonriente, el menor estaba aun extasiado mirando al techo, su rostro estaba rojo, su cabello algo mojado por sudor y sus ojos nublados; aquello le parecía lo más hermoso del mundo en esos momentos.
Elevó su mano y sostuvo el mentón del maknae, le giró hasta el. Se miraron unos segundos sin decir nada, y luego depositó un suave beso corto en los labios de Zelo, quien correspondió.

-¿estás bien baby? –preguntó Himchan haciendo que Zelo le mirara algo molesto juguetonamente.

-idiota… -el mayor sonrió al escuchar aquello.

Se arrastró como pudo por la cama, intentó agarrar las sábanas estirándose un poco deseando taparse, el mayor ni se movía, tan solo le miraba. Se estiró cuanto podía pero aun así no las alcanzaba, ejerció un poco de fuerza y se sentó en la cama de golpe al fin sosteniendo la tela, y fue en ese momento que sintió un fuerte dolor dentro.

-¡maldición! –se tiró en la cama acostándose arrastrando las sábanas con el. –no podré sentarme una semana –exageró aquello de una manera tal que Himchan no pudo aguantar una carcajada.

El mayor le abrazó riendo y besó su mejilla varias veces, Zelo bufó, y tapándose hasta el hombro se dio media vuelta en la cama quedando de espaldas a aquella persona, que jalando un poco la tela se tapó junto al el. Himchan rodeó con sus brazos a Zelo apegándose a él, y escondió su rostro en el cuello ajeno.

-te amo –susurró cerrando los ojos. Zelo sonrió tontamente al oírle mientras sus ojos brillaban de felicidad.

-yo también te amo. –murmuró.

Notas finales:

.....*huye* bueno si les gusto dejen comentario (?) y sino, sigo pidiendole lemons a baby A :D!

xD bye~~


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