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Secret Love por Misa Tsukamoto

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Notas del capitulo:

Hola c: bueno un nuevo cap, espero les guste, se me está haciendo un poco largo el fic e.é y no sé muy bien que camino tome en el futuro xD pero espero no me odien cuando algo pase~ (?)

c: nos vemos en las notas finales~

Sus labios estaban unidos en una sensación interminable, Himchan había deseado aquello por tanto tiempo, casi desde que conoció al menor; Zelo por otra parte no lo había deseado nunca antes hasta ahora; pero aunque se renegara a aceptar sus recientes sentimientos, no podía evitar sentirlos, y derretirse por dentro al notar como los labios ajenos acariciaban los suyos y su lengua se envolvía en un beso apasionado con la del otro.

En ese momento, el pestillo de la puerta giró, rechinando un poco, Zelo le oyó, si bien estaba completamente aislado en un mundo donde sólo existían él y su hyung, sus sentidos no le habían abandonado, y sus oídos le advertían de algo. Empujó a Himchan lo más rápido que pudo, éste, cayó en la cama asustado, apenas se limpió un poco sus labios, Yongguk entró.

-¿qué sucede aquí? –observó las persianas bajas, era un día soleado, según él deberían estar abiertas para que la luz del día se esparciera dentro de aquella habitación. Rápidamente sus ojos vieron a los jóvenes y se llenaron de desconcierto, su pecho comenzaba a oprimirse…no, Himchan nunca se atrevería a intentar algo con el maknae… ¿no?

-nada, quiero dormir y Junhong no me deja –el mayor derivó sus ojos al joven acostado, parecía nervioso, pero no le dio importancia, luego desvió sus ojos a Zelo, quien estaba recostado en la pared y simulaba que no pasaba nada.

-eso es porque tú no me devuelves mi remera –el maknae volteó su rostro hasta Himchan, con expresión de enojo; Himchan mordió su labio inferior…niño mentiroso, pensó.

-¿de qué hablas? –Yongguk expresaba confusión en su rostro, rascó la parte detrás de su cabeza.

-me estoy cambiando de ropa, para quitarme el uniforme y recordé que la remera que quiero usar se la presté a Himchan hyung y no me la devuelve –Zelo se comenzó a poner nervioso, no le gustaba mentir, y menos a Yongguk, pero de sólo pensar que diría el mayor si supiera la verdad, la sangre se le congeló, y prefirió una mentira antes que algo de lo que después se pudiera arrepentir. Movía sus manos acompañando el tono de sus palabras.  

-¿por eso cerraste la puerta? ¿Estaban discutiendo por una remera? –le creyó, Zelo no le mentiría, no, no a él, o eso creía, observó a Himchan, parecía ido, en otro mundo, chasqueó sus dedos llamando su atención. –devuélvele su remera.

Himchan le miró, regresando a la realidad, sus labios aun sentían un suave cosquilleo por el beso antes dado con el menor, sentía todo su cuerpo tan liviano. Realmente tenía ganas de sonreír.  

-¿Cuál le prestaste? –Yongguk se encaminó hasta el ropero y comenzó a revisar la ropa de Himchan, el comandante arrugó el entrecejo ante aquella acción tan atrevida.

-ah…la, la gris, con un rectángulo rojo delante y una figura azul –describió la primera que se le vino a la mente, aquella que había lavado hacía dos días. Ante la respuesta Yongguk se paró en seco y le miró extrañado.

-Zelo ¿esa no es la remera que le prestaste a Jongup? –preguntó, ¿realmente había sido esa? Zelo ya ni lo recordaba, tan sólo sabía que Jongup tomó una de sus remeras y le preguntó si se la prestaba, él había asentido sin siquiera verla; ¿cómo podía ser tan malo el destino de que justo fuera aquella? –lo vi con esa remera puesta… - Himchan también miró al menor; el maknae se sintió acobardado.

-fue mi culpa, yo se la pase a Jonguppie, él me la pidió, y no creí que Zelo se molestaría. –le salvó, aquel que no había hablado aun, ahora lo había hecho; y con su actitud confiada, llevando los brazos detrás de su cabeza, acostándose boca arriba en la cama mientras cruzaba sus piernas, le hizo creer a Yongguk nuevamente que todo era verdad.

Yongguk le miró con desaprobación.

-no prestes lo que no es tuyo –Yongguk le palmeó el pie, casi goleándolo, Himchan en un acto reflejó dobló su rodilla alejándose de la mano del mayor. –y tampoco te adueñes de las cosas de otros, está es mi cama.

-sólo me acosté en la primera que encontré, es tu culpa por dormir cerca de la puerta –sonrió divertido, el mayor se irguió y le miró serio.

-¿y si yo quiero dormir?

-te acuestas en la mía –dijo con obviedad.

-…seguramente no se me dará la gana –bufó molesto. –hace apenas dos horas nos levantamos ¿y ya estás queriendo dormir?

-perdona por no haber tenido una buena noche, tengo sueño –se levantó de la cama y comenzó a empujar al líder junto con Zelo; el maknae fue el primero en salir del cuarto casi huyendo. –vete, quiero descansar, prometo estar despierto para preparar el almuerzo. –luchó un poco más hasta que al final logró sacarlo.

Cerró la puerta a su espalda, recostado en ella; observó el techo y soltó un largo suspiro.  El calor del cuerpo de Zelo era increíble, con sólo recordarlo parecía volver a sentirlo. Sonrió con sus ojos cerrados, y mordió su labio inferior tan felizmente como si fuera un niño al cual le habían llevado a una juguetería; estaba realmente contento, sentía mariposas en su estomago, su corazón palpitante tan frenético chocar contra su pecho; y una extraña euforia que le hacía querer gritar y brincar por toda la habitación.

Yongguk apenas estaba bajando la escalera, cuando miró al pequeño Zelo, que parecía estatua, sentado en el sofá tan quieto y tieso.

-¿sucede algo? –el líder se sentó a su lado. Zelo negó con su cabeza, apenas si podía verle a los ojos. –hey te conozco, algo te está pasando; cuéntame –apoyó una mano en su hombro.

¿Y si le decía? Yongguk era…o al menos parecía alguien maduro, quizás no se enojaría tanto si le contaba lo que había pasado con Himchan desde el viernes hasta ese día. Le observaba atento a los ojos del otro, pero aun así estaba muy sumido en sus pensamientos, sentía ganas de contarle al mayor aquello que estaba sintiendo. Yongguk esperaba paciente una respuesta, el menor no le hablaba.

-hyung...puedo preguntarte algo –susurró, bajó su rostro nuevamente y Yongguk asintió. -¿has considerado la opción de… -Zelo mordió su labio inferior mientras su pecho subía y bajaba con un gran frenesí –digo, en todo éste tiempo que me has presentado chicas…¿has considerado la opción de que no me gusten las mujeres? –ni el mismo sabía que acababa de preguntar.

-¡¿qué?! –abrió su boca amplia para preguntar aquello, sus ojos por instantes se habían cerrado sin poder creer lo que había escuchado. -¿me estás diciendo que eres gay? –miró al frente mientras el corazón comenzaba a latirle con dolor, y la sangre le hirvió, su mente no pudo divisar a otro culpable más que Himchan. –¡eso es imposible! Siempre te ves alegre con ellas, ¿esto fue por Himchan? –desvió su mirada a Zelo totalmente furioso.

-ssi –siseó un poco, dudando de aquella respuesta; rápidamente la reacción del líder le hizo arrepentirse, se veía realmente molesto y pensó que en cualquier momento subiría al cuarto a matar a Himchan. -¡no! no en esa forma –se mordió su labio y fingió enojo.

-¿entonces? ¿qué tiene que ver Himchan en este planteo? –los ojos de Zelo recorrieron la habitación.

-no soy homosexual, sólo quería saber tu reacción –primero que nada se atajo. –Himchan tampoco me ha hecho nada –segundo, aseguró a Himchan. –el caso es que me discriminas, siempre me buscas novias, nunca tomaste en cuenta mis sentimientos, pero si te digo algo como esto te pones así; en cambio con Himchan hyung no eres así, no te importa que sea gay, hasta trae a su novio a casa y aun así no le dices nada a él –y por último en tercer lugar mintió.

-¿su novio? por favor ese tipo ni siquiera es bienvenido acá –chasqueó su lengua molesto y algo alterado. –hace mucho tiempo debió salir ya de la vida de Himchan. –suspiró –pero tienes razón, he sido injusto, sino quieres que te presente a nadie más yo…

-¡no! no he dicho eso –Zelo había logrado sacar un poco de información. Aquel sujeto que fue al apartamento ese día no era grato para Yongguk ni para Himchan; pero luego de ver la reacción de Yongguk realmente Zelo deseba rebobinar todo lo sucedido, regresar al pasado, como si nada hubiera ocurrido. –por favor, quiero conocer a alguien especial –se apenó al decir aquello y sus mejillas se sonrojaron un poco, realmente deseaba con sus fuerzas que el líder le presentara a alguien que le hiciera olvidar todo lo reciente.

Yongguk le miró atento, y luego pellizcó con cariño el mentón del menor, sonriendo asintió.

Aquella charla había dejado mal al menor, realmente se asustó al ver la reacción de Yongguk y más el como drásticamente había cambiado cuando el nombre de Himchan se había manifestado en la conversación; a la vista estaba que el líder no dejaría que se le acercara. Pero lo que sentía con Himchan, jamás en ningún beso de alguna mujer lo había sentido; cuando salía con ellas se volvía inseguro y se frustraba por no poder agradarles, en cambio Himchan llenaba un vacío en su corazón que jamás nadie lo había hecho, él le hacía sufrir su ausencia, y no fingía cuando estaba con él, Zelo podía ser tal cual era, ya que no temía fallar.

-Junhong ¿y Yongguk? –al cabo de un rato Himchan se asomó a la sala, el menor le miró atento, se había acostado en el sofá mientras pensaba.

-está en el estudio, seguro trabajando para el próximo comeback –comentó refiriéndose a esa pequeña habitación del apartamento que nombraron como estudio. Himchan sonrió y se acercó subiéndose al sofá para besar al maknae, quien ladeó su rostro y le empujó con su mano impidiéndole llegar. El mayor rodó los ojos.

-entiendo…perdón –Himchan se separó gateando por el sofá hasta quedar de pie. Zelo mantenía su mirada a un costado. -¿quieres un té? –Sugirió –creo que debemos charlar… -sonrió con desgano. Se había hecho tantas ilusiones con el menor, que ahora se habían esfumado todas, convirtiéndose en nubes grises que hacían llover sobre su cabeza.

Luego de pensárselo, Zelo aceptó y ambos fueron hasta la cocina, Himchan rápidamente preparó el té que había prometido; el silencio reinaba, el sonido del minutero del reloj se dejaba escuchar con suma incomodidad; Himchan comenzó a revolver dentro de su taza con una cuchara, el sonido de ella chocar con la loza parecía invadir aquel espacio silencioso.

-hyung, ¿qué es lo que estas buscando? ¿por qué me besas? –al fin el menor se animó a preguntar luego de aclarar su garganta.

-no busco nada –paró de revolver el té, y sus ojos observaban el movimiento del agua en remolino dentro de la taza, se había quedado casi hipnotizado buscando las palabras adecuadas y el valor necesario. –yo…desde que te conocí, Junhong, siempre llamaste mi atención, y de hecho he de admitir que sentía algo de envidia a tu juventud y popularidad, tanto talento… –sonrió y le miró, el maknae estaba atento. –luego lo que yo creía envidia, se fue transformando, hasta darme cuenta que como todas esas fans, yo deseo lo mismo. –tragó algo de saliva, y se volvió a mover en el asiento acomodando sus brazos, estaba nervioso con su corazón golpeándole el pecho de manera acelerada. –yo también quiero tenerte para mi.

Zelo intentaba asimilar aquello, su hyung lo quería para él, pero eso no explicaba los sentimientos del mayor, la cabeza del pequeño estaba muy aturdida como para poder procesar aquellas palabras y encima interpretarlas él solo, necesitaba respuestas claras y transparentes.

-¿te gusto? –se sonrojó al preguntar aquello, era tonto avergonzarse de algo así, pero se sintió como si estuviera lleno de ego, aunque ese no fuera el caso.

-demasiado, me gustas mucho más de lo que tú puedes imaginar. –esta vez le miró intensamente a los ojos, Zelo se impresionó un poco, rápidamente se sentía en una especie de trance observando aquellos ojos negros, ahora entendía porque a las fans les gustaba y le llamaba tanto la atención las miradas de Himchan. –por eso esa noche, hice aquello. –estiró sus labios en una sonrisa. –no medía lo que estaba haciendo…me deje llevar y…yo lo siento. –bajó su mirada nuevamente al té.

El maknae no alcanzó a responder; la puerta del apartamento se abrió. ¿tan rápido habían pasado las horas como para que Jongup y Youngjae ya regresaran?

Luego de unos momentos la puerta de la cocina se abrió. Jongup entró por ella, seguido de Youngjae, ambos buscando comida; Zelo instintivamente llevó el orillo de la taza a sus labios, y bebió de aquel té que prácticamente se había enfriado. El segundo maknae, Jongup, sentía como si la atmosfera de aquella cocina fuera algo tensa, creyó que había interrumpido algo en un muy mal momento. Por otro lado Youngjae sólo tomó algo de la heladera y se fue luego de saludar fugazmente.

-¡Jonguppie! Ven, siéntate, te haré un té para ti también –Himchan sonreía amablemente, se levantó muy rápido de su asiento y se dispuso a prepararle dicho té al menor. –estábamos hablando con Junhong de una chica, al parecer está enamorada de él. –el maknae se ahogó con la bebida. Comenzó a toser.

-oh –exclamó Jongup. –al parecer a Zelo le gusta también ¿no? –comentó ante la reacción del menor con una sonrisa inocente, de esas que tanto deslumbraban y enamoraban.

-¡¿enserio lo crees?! –Himchan volteó hasta ver a Zelo, dejó la nueva taza frente a Jongup y luego abrazó cariñosamente a éste; Jongup se dejó hacer –que ternura, nuestro pequeño Zelo enamorado; ¿qué le contestaste a la chica Junhong? –la sonrisa del comandante estaba dibujada en su rostro feliz.

Zelo apretó sus dientes, frunciendo el seño, enojado, se sentía tan débil e idiota; la sangre le quemaba por los celos que comenzaba a sentir; no podía abrirse a la idea de estar enamorado de su hyung, ya que había decidido intentar conocer a alguien más; pero…realmente deseaba que Himchan no estuviera con nadie; no más chico misterioso, ni tampoco Jongup.

–le dije que me diera un tiempo, no sé si ella me gusta, no es fácil para mi, tan sólo quiero pensarlo. –dicho aquello se levantó y se fue; su seriedad había asustado un poco al comandante, pero aun así, sus esperanzas volvían a surgir.

-¿y Daehyun? –Youngjae bajó las escaleras curioso, y algo preocupado; Zelo le miró cuando se lo cruzó en el pasillo.

-no lo sé…salió hoy, pero aun no ha regresado. –comentó el maknae. Youngjae se cruzó de brazos enojado.

-gracias Zelo –murmuró y luego de agarrar un abrigo salió del apartamento en busca de su novio. Ya se había quitado el uniforme, y por suerte había alcanzado a comer un bocado de algo, así que aprovecho aquello para intentar encontrar a Daehyun.

Caminó hasta los lugares que sabía Daehyun iría; conocía sus sitios favoritos de toda la zona, por eso sus pasos le llevaban a cada uno de ellos; y en el tercer lugar que revisó, un plaza algo desierta, sin juegos y sólo con una fuente pequeña rodeada de bancos, allí le encontró.

Estaba en uno de los bancos, con su boca tapada, y jugando con una hoja de un árbol entre sus manos. Youngjae sonrió, el mayor se veía triste, al parecer la pelea le había afectado tanto como a él. Sus piernas se movieron en dirección al joven sentado y sentándose a su lado observó como el agua de la fuente fluía y caía a gran intensidad.

-tonto –murmuró, Daehyun volteó sorprendido; estaba tan sumido en sus pensamientos que no se había percatado del que estaba a su lado era Youngjae. Quién al ver su mirada, le miró de reojo con una sonrisa.

-Youngjae… -el nombre escapó tan dulcemente de sus labios, y el menor decidió acercarse un poco más recostando su cabeza en el hombro ajeno. Alrededor no había nadie; tan sólo paz y el ruido de pájaros opacándose un poco por el ruido del agua.  

-shh, no quiero hablar, ya lo hicimos hoy –Youngjae cerraba sus ojos disfrutando la tranquilidad, Daehyun asintió y miró al frente.

Por unos instantes las palabras no fueron necesarias, no había un silencio incomodo entre ellos, sino al contrario, era un silencio realmente reconfortable. Que obviamente Daehyun y su manía de no poder estar callado contrario a como era frente a las cámaras, debían interrumpirlo.

-¿quieres ir al cine? –Youngjae sonrió.

-aun no he almorzado.

-no importa, yo también tengo hambre, podemos pasar por algún lugar y comer algo antes, o después ¿qué dices? –el menor le miró, los oscuros ojos de Daehyun parecían brillar hermosamente. Asintió sin pensarlo dos veces.

Se levantaron de la banca y comenzaron a caminar; lentamente Youngjae fue tomando la mano de Daehyun, el mayor al contrario de lo que Youngjae esperaba que le separara, apretó más fuerte su mano; y ambos siguieron caminando, tomados de la mano. Aquello era un sueño hecho realidad para Youngjae. 

Notas finales:

En fin >< ¿qué les parecio? cualquier cosita me dicen c: gracias por leer~


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