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SIN RESERVAS por NUMENEESSE

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Notas del capitulo:

LES PRESENTO ESTE MI PRIMER PROYECTO, ESTA ES UNA ADAPTACION YURAM DE EL 2º LIBRO SIN RESERVAS DE LA SAGA WITH OR WITHOUT DE LA ESCRITORA J. L. LANGLEY.

PARA AQUELLOS QUE NO CONOCEN LA HISTORIA ESTOY SEGURA LES ENCANTARA, Y AQUELLAS QUE YA HAN LEIDO EL LIBRO (COF*LA SAGA COMPLETA*COF), ESPERO Y SE DIVIERTAN CON ESTA VERCION

AGRADESCO ESPECIALMENTE A TLACUILO 1 e Izumi Masen v.B; POR TODO EL APOYO Y AUXILIO BRINDADO, (CON ESTO YA HAN CUBIERTO SU CUOTA ANUAL DE BUENAS ACCIONES.)

LAS ACTUALIZACIONES LAS REALIZARE CADA SEMANA, O ANTES SEGUN EL TIEMPO DISPONIBLE

ESTA HISTORIA ESTA RECOMENDADA PARA MAYORES DE 16, UNA VEZ ACLARADO CONTINUEMOS


DISCLAIMER: La Historia no es mía, es una libre adaptación del 2º Libro SIN RESERVAS de la Saga WITH OR WITHOUT, la cual es creacion y propiedad de J. L. LANGLEY. Asi como tampoco me pertenecen los personajes de KYO KARA MAHO sino que son creacion Y propiedad de TOMO TAKABAYASHI.

— ¿Doctor Shibuya?

 Yuuri terminó la puntada sobre, el gato de la Sra. Preston. Sólo entonces miró a su recepcionista. — ¿Sí, Flynn?

 — El guardabosque está aquí. Trajo un lobo y quiere hablarle. Dice que es urgente.

 — ¿Qué es lo que quiere? Normalmente dejaría al animal herido y se marcharía. Está bien, lo atenderé. — Le sonrió a su veterinaria asistente Gisela. — ¿Puedes terminar esto?

 Los ojos de Gisela brillaron sobre la máscara quirúrgica. — Seguro.

 Yuuri se rió en silencio de su exuberancia y se apartó. A Gisela le gustaba su trabajo. Ella habría hecho la cirugía entera sola si él le hubiera dejado.

 Se lavó y fue al área de recepción. El guardabosque permanecía al otro lado del mostrador, mordiendo su labio inferior. — Algo debe de estar realmente mal. — Yuuri rodeo el mostrador.

Alford Markina prácticamente corrió hacia él. Sujetó los hombros de Yuuri y se inclinó, susurrando para que sólo Yuuri pudiera escucharle. — te he traído un lobo. Uno de mis ayudantes lo puso en una habitación. Pero necesito hablar contigo. — Levantó su ceja significativamente y miró alrededor. Cuando su mirada cayó sobre Flynn, se aclaró la garganta. — ¿Podemos hablar en tu oficina?

— Claro. Por aquí. — Yuuri lo condujo a su oficina y cerró la puerta. Rodeó su mesa, para sentarse apoyado contra el frente de la superficie de caoba. — ¿Qué sucede Al?

 — El lobo es uno de nosotros. Yo estaba investigando esta mañana sobre una llamada acerca de unos cazadores furtivos. He encontrado varios casquillos de bala antes de escuchar un gemido. Había un lobo tirado en el barranco a poca profundidad, justo al norte del territorio marcado por los lobos. Regresé por mi pistola tranquilizante. Disparé antes de darme cuenta que era un hombre lobo. Pero la cosa es, que, el lobo no es de nuestra manada. Es un lobo blanco. Me refiero a la piel... tiene piel blanca.

 — ¿Por qué los cazadores furtivos no tomaron el cuerpo? — cuestiono Yuuri

Al se encogió de hombros. — No lo sé. Probablemente se asustaron.

 — ¿En qué condición esta el lobo ahora?

 — Es una herida en la cabeza, pero no parece demasiado grave. No he visto una bala. Parece un rasguño. Ya Sabes lo mal que sangran, pero no parece haber sido muy profundo. Estoy bastante seguro de que no penetró en el cráneo, pero sospecho que hay pérdida de sangre suficiente como para hacer difícil el cambiar de forma.

 Yuuri asintió. Eso tenía sentido. Aunque también podría ser debido a la desorientación. El cambio a la forma humana podría curar las heridas, pero un golpe en la cabeza podría causar confusión y una incapacidad para cambiar.

Alford se apoyó en el sillón de cuero negro delante de la mesa. — Iré directamente a la policía. Después iré a informarle a Bob

 Yuuri asintió. Bob era el líder de la manada. Tenía que ser informados de estas cosas. — Sí, hazlo. No me gusta cómo suena todo esto. No necesitamos cazadores furtivos en nuestras tierras. El hecho de que la noche pasada fue luna llena hace que sea aún más preocupante.

 — Sí, esa también fue mi reacción.

 — Bien. Será mejor ir a revisar a mi nuevo paciente. — se apartó de su escritorio y le tendió la mano al guardabosque.

 Alford la estrechó. — Muchas gracias, Doc. Avíseme del costo de la consulta.

 — Lo hare. — Yuuri abrió la puerta, mostrándole la salida al hombre. Se detuvo en el mostrador de la recepción. –—¿Flynn, dónde está el lobo que trajeron?

 — En la sala de exanimación cuatro, Doctor Shibuya. Dorcas le ha puesto un bozal, pero esta inconsciente, así que dudo que lo necesitara.

 -— Bueno. Voy a comprobarlo.

 — ¿Doctor Shibuya? Yuuri se giró — ¿Sí?

— McIntyre llamó y quiere que valla y revise a su nueva yegua. Dice que cree que podría estar embarazada.

 

 Él asintió y miró su reloj. Era casi el mediodía. Había sido un día corto así que podría salir. Echó un vistazo a la recepción vacía. — ¿Tenemos alguna cita?

 

—    No. Ya hemos terminado, a menos que alguien más llegue. — fue la respuesta de Flynn

 

— Bien. Cuando termines cierras y llama  a McIntyre. Dile que iré a su casa.

 

— Sí, señor. — Yuri salió de la recepción. Había un lobo que revisar.

 

Cuando daba la vuelta Gisela salía de la sala de cirugías. — ¡Eh! Yuuri, Bitsy está descansando.

 

Yuuri chocó sus manos. — Buen trabajo. Puedes tomarte el resto del día. Pero antes, ¿puedes llamar a la Sra. Preston y decirle que Bitsy está bien y que puede recogerla mañana por la mañana?

 

Gisela le guiñó el ojo y corrió hacia fuera de la zona de recepción. — Dalo por hecho. Nos vemos mañana.

 

— Oh, espera,— la llamo Yuuri.

 

Ella se dio la vuelta tan rápido ante sus ojos. Parpadeó y apartó el pelo hacia atrás. — ¿Sí?

 

—No olvides que tienes hasta las cinco de la tarde y el turno de noche para revisar a los animales.

 

— Vale. ¿Regresarás esta noche?

 

— Sí, estaré de vuelta, ya que tenemos tres cirugías hoy, pero Dorcas se va a quedar aquí toda la noche.

 

— Genial. Hasta al rato, Yuuri.

 — Hasta al rato, Gisela. - Él sonrió reiniciando su camino y continuó por el pasillo a la habitación de exanimación cuatro.

Sus dientes picaron sus encías y sus caninos se extendieron. ¿Qué diablos? Cuanto más se acercaba la habitación su cuerpo reaccionaba extraño. Experimentó una sensación de euforia, como mariposas en el estómago, pero no exactamente. Esto no eran nervios. Sus ojos se volvieron borrosos cuando alcanzó la perilla. Parpadeó, viendo en blanco y negro, en su visión de lobo. Permaneció de pie unos momentos, haciendo caso omiso del sentimiento de ansiedad moviéndose en sus entrañas. Contempló las reacciones extrañas. No había perdido el control de sus instintos de lobo desde que era un cachorro.

 Lo comprendió. Mi pareja está al otro lado de esta puerta.

 ¿Cómo era posible? Nunca había oído hablar de un hombre lobo hembra. Esto era un rasgo genético inherente a los hombres. Las mujeres podían llevar y transmitir el gen hombre lobo, pero no convertirse en lobos. ¿Podría su pareja haberse convertido como resultado de un ataque? ¿Era eso posible? Los hombres lobos rara vez atacaban. Nunca había oído hablar de una mujer que pudiera cambiar, pero sólo porque él no sabía nada, no lo hacía imposible.

 Cerró los ojos, apoyó la cabeza contra la fría madera de la puerta. Su corazón latía más rápido. Estaba más que listo para esto. Averiguaría cómo era posible que ella pudiera cambiar preguntándole directamente a ella. En este momento, la emoción burbujeaba en su interior. Finalmente había encontrado a su pareja.

 Respiró profundo varias veces, mantendría a su cuerpo bajo control. No es que esto molestara a su compañera si estuviera despierta, pero si alguno de sus empleados llegara a entrar los aterrorizaría. Después de unos segundos de una profunda concentración, sus dientes retrocedieron. Cuando abrió los ojos, eran otra vez normales. Su entrepierna, sin embargo…. Yuuri ajustó sus jeans, tratando de hacer su erección menos obvia, sin mucha suerte. Dispuesto a no esperar más, abrió la puerta.

 El lobo blanco estaba envuelto en una manta de color azul oscuro, tumbado en la mesa de examen, con la espalda hacia la puerta. La sangre coagulada resaltaba obscenamente sobre la piel pálida. El pelo no manchado de sangre tenía un profundo toque de oro y Yuuri podía apostar a que la piel pálida se convertiría en una cabellera rubia platino en su forma humana. De alguna manera, él siempre había sabido que su pareja no sería, como su madre aseguraba que sería. Siempre había sido débil ante el cabello rubio, a pesar de la mezcla de razas. Su madre seguramente se volvería loca cuando conociera a su compañera. Yuuri sonrió. Oh bueno. Ella no tiene absolutamente nada que decir en esto. Un lobo no escoge a su compañera, ellas nacen. Es el destino o la voluntad de Dios, o lo que sea. Afortunadamente, su padre no era un hombre de prejuicios.

 Las correas del bozal destacaban, capturando la atención de Yuuri. Indignado rápidamente desató el artefacto y lo arrojó. Palpó la arteria carótida con sus dedos, en busca del pulso. Era más rápido de lo que sería en forma humana y más lento que un lobo en alerta, pero no lo suficientemente lento como para preocuparse.

 Pasó las manos por la pálida piel, disfrutando de la suavidad mientras buscaba la herida en la cabeza. Al tenía razón, no parecía ser tan malo, pero Yuuri necesitaría limpiar para asegurarse. Se volvió hacia el gabinete detrás de él y sacó las gasas y el antiséptico para tratar la herida. Después de asegurarse que sólo era un rasguño la vendó.

No tenía necesidad de preocuparse por un antibiótico y la vacuna antitetánica. Los Hombres lobo no contraían infecciones o virus. Su clase tenía un sistema inmunológico muy eficiente. Luego de cambiar de nuevo a la forma humana la herida en la cabeza se curaría completamente. En casos normales, ya la habría curado, pero la pérdida de sangre de su compañera retrasó la respuesta inmunológica.

 Yuuri se inclinó hacia adelante y hundió la nariz en el cuello de su compañera durante unos segundos.

 El aroma era picante y… ¿excitante? Una especie almizclada. Era extraño, la mayoría de las mujeres tienen un olor dulce y floral en ellas. El extraño olor era realmente agradable, embriagador. Se puso de pie y se obligo a comportarse. Tenía que terminar de curar a su compañera. Tendría tiempo suficiente para la exploración más tarde.

 Dio un paso atrás, sonriendo como un idiota. — Está bien, Hermosa, vamos a deshacernos de esto.

 Yuuri agarró el borde de la manta y comenzó a retirarla suavemente. — Tengo que asegurarme que no hay más lesiones. — finalmente desenredó la manta y la arrojó fuera del cuerpo inmóvil.

 Estudió la forma de su pareja a partir de la cabeza. Sonriendo ante la piel platino, miró más abajo en la delgada estructura. — Apuesto a que tienes los ojos… — Se quedó sin aliento y retrocedió torpemente. Se llevó la mano a la boca. No, eso no puede ser cierto. Estaba viendo cosas... cosas que no deberían estar allí. Yuuri parpadeó y miró de nuevo. No, estaban allí. Tenía que ser alguna especie de error. Su cuerpo, sus sentidos, tenían que estar confundidos. No era su pareja. No podía ser cierto...

Yuuri, cerró los ojos y respiró profundo. No podía ser, pero lo era. No podía negar lo que sentía. Era su pareja, pero ¿cómo? No tenía sentido. Al parecer, había tenido razón desde el principio. Las mujeres no eran lobos y su pareja no era una hembra.

 Su cerebro estalló.

 Yuuri había pasado por todos los escenarios posibles que se le ocurrieron para encontrar una excusa válida para la reacción de su cuerpo ante la presencia del lobo blanco. Ninguno de ellos tenía tanto sentido como la hipótesis de que era su pareja. Aún lo más desconcertante de su respuesta, fue el hecho de que no estaba tan perturbado como debería estarlo. Había algo muy atractivo sobre el hermoso lobo. Esto más que nada apoyó la sensación de que era realmente su pareja. Nunca había encontrado antes a los hombres atractivos. Había mirado a otros hombres, sí, pero todos lo hicieron alguna vez. ¿No? Una persona bella era una persona bella... ¿Cierto? Claro, él y su compañero de la universidad habían tonteado un par de veces, pero eso fue sólo diversión inocente, ¿no? El punto era que esta vez la tenía difícil. Su erección se había puesto lo suficientemente dura como para cortar cristal desde que había olido la esencia del lobo blanco.

 Después de que todos se marcharon cerró el negocio, cambió su ropa, e incluso calentó su camioneta. El día era un poco frío para ser principios de otoño y no quería que el otro hombre tuviera frío. Aún después de hacer todo eso, mantenía una erección. Oh bueno. Los  Jeans la ocultaban un poco y el abrigo le llegaba a la mitad del muslo.

Yuuri arreglo su maleta para ir a donde McIntyre y acomodó a su compañero en el asiento trasero de su auto. Colocó la manta alrededor del pequeño cuerpo y aseguró el cinturón de seguridad sobre él. Dando a la pálida piel una última caricia suave, cerró la puerta y tomó el volante. Una vez que se puso en camino, tomó su celular para llamar a su Padre.

Shoma Shibuya contestó al segundo timbrazo. — ¡Eh!, Hijo Mío. ¿Qué haces?

— Desearía que no hicieras eso. Es escalofriante.

 

— ¿Qué? — La voz de su padre sonaba divertida.

 

— Ya sabes qué.

 

Shoma se rió. — Para esto sirve el identificador de llamadas. Así sé quién está llamando antes de contestar.

 

 Yuuri rió. Habían tenido esta conversación una docena de veces. — Sí, pero todavía es raro. ¿Qué estás haciendo?

 

—Miraba televisión. ¿Dónde estás?

 

— Yendo al hogar de McIntyre. Él cree que su nueva yegua está preñada.

 

— Ah. ¿Vendrás el miércoles por la noche para cenar?

— Sí, probablemente. — La pregunta era, ¿sería sólo él o llevaría a su compañero a la cena también? — Yuuri se estremeció ante la idea.

 

 — Tu madre y Shori se sentirían decepcionados si no vienes. — El tono de su padre dejó en claro que no tenía alternativa.

 

 Yuuri sonrió. Era agradable ser amado, pero a veces acarreaba mucha presión sobre él. Ajustó el retrovisor y comprobó a su... lobo. — Oye, papá, tengo una pregunta seria para ti.

 

— Está bien, dime de que se trata.

 

— ¿Cómo sabes cuando has encontrado a tu pareja?

 

 — ¿Por qué?

 

— Vamos, papá, sólo responde a la pregunta.

 

Shoma suspiró. — Yuuri, encontrarás a tu pareja. Solo tienes 26 años  aun no eres tan viejo. Yo conoci a tu madre hasta que tenia 30

 

Gracias a Dios su padre no indagó más en la pregunta. No estaba listo para decirles a sus padres, aún no. sospechó que cuando sus padres se enteraran que su compañero era blanco sería la menor de sus preocupaciones.

 

 — Cuando encuentres a tu pareja, hijo, lo sentirás. Sí, ya había experimentado eso.

 

— Pero ¿cómo se siente?

 

— Es como un intenso deseo. Como una especie de adrenalina. Tu cuerpo responderá antes de que te des cuenta de que es tu pareja. Realmente no sé cómo describirlo, hijo. Sólo… lo sabrás

 

Yuuri suspiró. Eso era lo que pensaba. Y su padre tenía razón, él lo sabía. Es sólo que... — Papá, ¿alguna vez alguien se ha confundido? ¿Pensar que encontró a su pareja, pero realmente no lo era?

 

— Nadie con el que esté familiarizado. No es algo con lo que puedes confundirte o cometer un error o cualquier otra cosa. Es una especie de reacción instintiva.

 

Le dio una rápida mirada al espejo, descubriendo la pálida piel en el asiento trasero. — Sólo quería asegurarme de que no es algo en lo que pueda equivocarme por accidente.

 

 — Lo sabrás hijo.

 

 — Gracias, papá. — Yuuri respiró hondo, deseando poder relajarse. No podía hacer nada si a nadie le gustaba la idea. No es como que él hubiera escogido a su pareja. Era una cosa buena, no mala. Pero, ¿por qué sentía como si fuera un obstáculo tan grande?

 

— Tienes que tener esperanza, hijo has querido una pareja desde que tenía cuatro años, la encontrarás, te lo prometo.

 

 Él, no ella, Yuuri corrigió mentalmente. Apretó el teléfono entre el hombro y el oído y se pellizcó el puente de la nariz. Señor, ¿por qué esto tiene que ser difícil? Había demasiadas variables. ¿Qué sucedería si su compañero despertaba y no quería saber nada de él? ¿Cómo reaccionarían sus padres? — Oye, papá, estoy por llegar al lugar de McIntyre. Hablaré contigo más tarde.

 

 — Muy bien, hijo. Buena suerte y déjanos saber sobre el miércoles.

 

 — Sí, haré eso. Adiós, papá. — Yuuri colgó mientras conducía su auto hacia el lugar. Empezó a apagar el camión, pero no sabía cuánto tiempo estaría fuera. ¿Haría demasiado frío?. Yuuri puso los ojos en blanco por su propia idiotez. ¿Qué frío podría conseguir entrar en la piel?. No mucho. Apagó el encendido, se desabrochó el cinturón de seguridad y giró, apoyando el brazo sobre el asiento de atrás y la barbilla en su brazo. Con la otra mano, acarició el hombro del lobo. - ¿Qué voy a hacer contigo?

 

 Su compañero aún estaba inconsciente. El lobo no se había movido de donde lo había puesto. Se veía muy dulce y pacífico... inocente. Era un hermoso lobo. En realidad, era más bonito que guapo. No es que fuera exactamente femenino, pero no era en absoluto masculino. En la forma humana, probablemente seria aun más deslumbrante. Yuuri pasó los dedos por el hocico y sobre los ojos cerrados. Podría apostar a que los ojos serían de un verde esmeralda.

 

 El pene de Yuuri se endureció aún más con ese pensamiento. Gimió y apartó la mano. Podría haber llamado a Al para que recogiera al lobo, de ese modo remediar todo y fingir que nada había sucedido. Pero Yuuri sabía que no podía. No tenía ni remota idea de qué hacer con un compañero masculino, pero eso no le impedía querer quedarse con él.

 

Un golpe en la ventana lo sacó a de sus pensamientos. Abrió la puerta y agarró el bolso del tablero delantero. — Hey, Saludo a McIntyre

 

— Veo que estás llevándote trabajo a casa. -— McIntyre señaló con un movimiento de cabeza hacia el asiento trasero.

 

Yuuri miró a su pareja y sonrió. — Sí, vendrá a casa conmigo. Lo vendé justo antes de salir para acá. Con suerte, despertará en algún momento de la noche. — Dio unas palmadas en el hombro de McIntyre y comenzó a caminar lejos de  la camioneta. — Vamos a ver a esa bella dama y averiguar si va a ser mamá

Notas finales:

Todo comrntario, critica, sugerencia etc sera bien recibido y tomado encuenta


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