Wolfram aun aturdido y en su forma de lobo comenzaba a recobrar la conciencia, sentía que su cabeza iba a explotar. - ¿Qué diablos había hecho?. - Se sentía confundido tenia la sensación de estar en movimiento, pero sabía que estaba totalmente inmóvil. Nunca había sido un gran bebedor, y tampoco era asiduo a los clubs nocturnos, por lo que sabía que no había tomado nada la noche anterior. Pero su cabeza se sentía como si lo hubiera hecho. Podría jurar que había mariposas en su estómago. Y ¿por qué estaba todavía en forma de lobo? - Espera un minuto.- Realmente se estaba moviendo... en algún tipo de vehículo. Oh-oh.
Wolfram parpadeó al abrir los ojos. Se encontró en el asiento trasero de un coche... no, era más grande. Una camioneta. Cuando trató de sentarse.- Ouch.- Su cabeza dolía ferozmente...- Oh si. Comenzaba a recordar. - Alguien le había disparado.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz del conductor.
- ¿Estás despierto?.. Espera unos minutos más, te llevaré adentro para que puedas cambiar. -
Wolfram trato de girar la cabeza para ver al dueño de la voz. – ¡ ouch ¡ – la molestia valió la pena en cuanto pudo ver al hombre, que conducía la camioneta en la que se encontraba
El hombre tenía un hermoso cabello negro, pómulos altos y una tez bronceada. Era evidente que era joven, eso era todo lo que Wolfram podía ver desde su posición. Levantó el hocico y olfateó, tratando de ver si el olor del hombre parecía familiar, y vaya.- Dios Todopoderoso, que maravilloso aroma.- Las mariposas empeoraron. Aun así, notó que el hombre era un lobo, y definitivamente no lo conocía.
Lentamente dejo caer la cabeza hacia atrás sobre el asiento. Al parecer, no estaba en peligro. Este hombre debe haberlo rescatado.
Esta había sido la primera luna llena de Wolfram en su nuevo hogar y ni siquiera había conocido aún a la manada local.
Tal vez debería haber hecho un mayor esfuerzo y cazado en un área protegida. Conocía las reglas. No se había metido en el territorio marcado por la manada. Por lo menos alguien había sido capaz de rescatarlo.
La camioneta se detuvo. El hombre apago el motor y se volvió hacia él. Si Wolfram hubiera estado en su forma humana habría jadeado, pero como lobo sonó más como un gemido.
El hombre era una ¡ maravilla !. Grandes ojos negros, sensuales labios, altos pómulos y su sonrisa... - Wolfram parpadeó. - ¡Dios mío, había sido rescatado por un sueño andando! – Penso el rubio, Siempre había tenido una inclinación por los hombres altos, morenos y apuestos.
— Sabía que tenías los ojos verdes. — fue el comentario que le hiso el hombre, al tiempo que Wolfram podía ver como disminuía la sonrisa en el rostro de este.
— Llegamos. ¿Estás listo para entrar? — Le pregunto pero sin esperar una respuesta salió de la camioneta, después volvió y abrió la puerta trasera.
— Bueno, así es como vamos a hacer esto. Permanecerás tranquilo y yo trataré de ser cuidadoso y no lastimarte. — Desabrochó el cinturón de seguridad y metió la mano por el costado de Wolfram. Tirando de él con suavidad, el hombre tomo a Wolfram cargándolo en brazos y pateó la puerta para cerrarla. Gracias a Dios, pensó, la cabeza y los pies le dolían tanto que ni siquiera quería intentar caminar. El hombre llevaba a Wólfram a una pequeña y bonita casa. La puerta estaba abierta, por lo que Wolfram suponía que es a donde el hombre había desaparecido después de salir de la camioneta. Caminó derecho y puso a Wolfram, que aun continuaba envuelto en la manta, en el suelo, luego cerró la puerta.
Wolfram permaneció allí observando todo, o por lo menos intentándolo, ya que no lograba mantener la mirada fuera del hombre. Parecía ser alto y tener anchos hombros... y en general un buen físico. El cabello del hombre era un poco largo. A Wolfram le parecía condenadamente sexy .
El hombre se dio la vuelta, sorprendiendo a Wolfram mirándolo fijamente, y sonrió. - Sí, un poco extraño, ¿eh? Lo sientes también ¿cierto?
Wolfram ladeo la cabeza, y deseo no haberlo hecho. Tenía un maldito dolor de cabeza, a pesar de este una pregunta inundo su mente, ¿cómo sabía el hombre cómo se sentía? Espera, si lo pensaba bien, entonces no era sólo el trauma de ser baleado. ¿Qué significaba eso? Wolfram miró el cuerpo del hombre. — Oh,— él también tenía una erección. El corazón de Wolfram empezó a latir visiblemente.
— ¿Por qué no cambias para que podamos hablar? — sugirió el hombre —
La mirada de Wolfram regresó a su rostro. Asintió con la cabeza, sintiendo un poco de vergüenza al ser descubierto por el hombre. — Sí, cambiar... buena idea. — Probablemente su cabeza dejaría de doler. Pero ¿cómo diablos iba a ocultar su erección de este magnífico hombre?
Wolfram cambió, logrando mantener su mitad inferior cubierta por la manta. Totalmente humano de nuevo, se sentó, con el estómago hecho nudos y el corazón latiendo con fuerza. Miró hacia el hombre y de repente la verdad lo golpeó. — ¡Oh, Dios mío!. ese es mi compañero.
¡Dios mío!, - Yuuri exclamo mentalmente — al parecer tenía razón en sus suposiciones, el hombre frente a el era el más bonito que alguna vez había visto. Lo miró directamente, pero sólo un poco, no era sólo su delgada constitución, sino que todos sus rasgos eran preciosos. Su nariz era estrecha y recta, ligeramente respingada en la punta. Yuuri nunca había entendido el significado de tez de crema y rosas, hasta ahora. El hombre frente a el tenía la piel perfecta, y sus cabellos rubios, sin manchas de sangre, caían en ondas cortas.
Yuuri se agachó al lado de su compañero y retiró la gasa de los cabellos del color del sol, acomodando un mechón que ocultaba los enormes ojos verde esmeralda. La herida había sanado por completo, no había ni siquiera una cicatriz en la blanca piel.
Wolfram miró a Yuuri con asombro y retiró sus cabellos con una mano delgada y elegante, al tiempo que preguntaba - ¿Cuál es tu nombre?.
Yuuri sonrió ante la pregunta. - Yuuri... Yuuri Shibuya. ¿Cuál es el tuyo, Ángel?
Wolfram arqueó una ceja marrón claro. - Te aseguro que no es Ángel.
Oh no. Ángel tenía dientes.
Yuuri arqueó una de sus cejas.
Wolfram se sonrojó y se aclaró la garganta. – Lo siento. Solamente estoy cansado de los comentarios sobre mi Apariencia. Creo que soy un poco sensible al respecto. Me llamo Wolfram. – Le tendió la mano. Cuando Yuuri la estrechó, añadió, - Dr. Wolfram von Bielefeld.
La boca de Yuuri se abrió sorpresivamente.- ¿Qué edad tienes?
Wolfram suspiró. - Veinticinco. Y antes de que preguntes, tengo un doctorado en historia.
Wow. Muy impresionante. Al parecer, su compañero era un hombre inteligente, y definitivamente mucho más de lo que se apreciaba a primera vista. Yuuri sonrió y se sentó en el suelo. - Obviamente no eres de aquí. ¿Qué te trae a Japón?
- Trabajo. Enseño Civilización Antigua en la Universidad. Wolfram sonrió y se deslizó en el piso de madera para estar más cerca. - ¿Y tú? ¿Qué haces?
- Soy veterinario.
- ¿Sí?, - Gracias por rescatarme Dr. Shibuya.
- No fui yo quien te rescato. Alford, nuestro guardabosque fue quien lo hizo. El te encontró y, pensando que se trataba de un lobo común, y te trajo a mi clínica. Yo sólo limpié tu herida.
Wolfram se movió, deslizándose cada vez más cerca, y prácticamente se escabulló al regazo de Yuuri. – Gracias – Susurró.
Yuuri lo miraba totalmente, hipnotizado. – De nada.- Fue su respuesta.- El aliento de Wolfram golpeaba su cara, pero Yuuri no retrocedió. ¿Quién hubiera pensado que su masculino compañero podría parecerle tan sexy?
Wolfram parpadeó. Y Yuuri pudo notar que poseía pestañas por las que una mujer mataría, largas y rizadas en las puntas. De cerca, su belleza se hizo más evidente. Wolfram acerco su rostro lentamente al de Yuuri, presionando sus labios.
Yuuri respondió el beso sin pensar.
Los labios de Wolfram se sentían suaves y cálidos. Besarlo no se sentía diferente de besar a una mujer. Cuando la lengua de Wolfram roso suavemente los labios de Yuuri, buscando entrar. Yuuri retrocedió. - Uh, yo no soy gay.- fue lo que declaro Yuuri.
Wolfram parecía haber sido abofeteado. Parpadeó varias veces y retrocedió. - Lo siento. Pensé... No importa. – Anudó la manta alrededor de su cintura, y como pudo se puso de pie. – ¿Tienes algo de ropa que pueda pedirte prestada? ¿Y un teléfono? llamaré a alguien para que venga a recogerme. Saldré para calmarme. – Lucía inseguro, avergonzado.
Yuuri se sentía como un verdadero Idiota – Yo soy el que lo siente. No tienes que marcharte, voy a buscar algo que puedas usar, ¿de acuerdo? – Se levantó y se dirigió a su habitación.
Wolfram lo siguió. – Escucha, Yuuri. Creo que es mejor que me vaya. Puedo llamar a un taxi para que venga a buscarme.
Yuuri tomó unos jeans negros de una cómoda y una playera. Cuando se volvió, Wolfram estaba de pie en el centro de la habitación con la manta bien sujeta a sus caderas, más que incomodo. Yuuri suspiró, se acercó a Wolfram y le dio la ropa. – Aquí tienes. El baño está justo detrás de ti. Si gustar puedes toma una ducha, después hablaremos. Hay toallas en el gabinete sobre el inodoro.-
Wolfram tomó la ropa y se dirigió hacia el baño sin mirarle.
Yuuri se apoyó contra la pared preguntándose ¿Qué iba a hacer?. Por un lado podría dejar ir Wolfram. Esto podría ser algo bueno. De este modo ambos podrían escoger a su propia pareja.
Pero el pánico lo dominó. Sentía una opresión en el pecho ante la idea de no volver a ver a Wolfram.
- No, definitivamente tendría que pensar en algo más. Dejar ir Wolfram no se sentía bien. Yuuri había deseado una compañera desde que podía recordar, ¿sería condenado a la soledad por el hecho de que su compañero fuera un hombre?. ¿Le impediría esto reclamarlo como su pareja?. Dejando sus pensamientos de lado llamó a la puerta. -¿Eh? ¿Tienes hambre?
- No. - La respuesta fue cortante y directa, ahogada por el sonido del agua cayendo nuevamente.
Yuuri, cerró los ojos. Wolfram tenía que tener hambre. Sabia que había pasado toda la noche en el barranco. Yuuri se alejo de la pared y se dirigió a la cocina. No sabía qué le gustaría a Wolfram. Maldición, era un lobo, probablemente comería cualquier tipo de carne. Reunió todo lo necesario para hacer dos sándwiches de mortadela y dos refrescos.
Cuando Wolfram apareció en la puerta de la cocina, Yuuri había terminado de abrir una bolsa de papas fritas. Wolfram se detuvo en la puerta, con el pelo húmedo y el ceño fruncido en su rostro.
- Dije que no tenía hambre. Tengo que marcharme.
Yuuri sonrió. Sus ropas lucían bien en Wolfram, lo hacían ver aún más atractivo.
El gesto arrogante en aquellos carnosos labios no estaba ayudando de cualquier modo. - Vamos, Wolfram, dame un respiro. Lamento haber herido tus sentimientos. Tenemos que resolver esto. Ven, siéntate y come. Sabes muy bien que tienes hambre.-
Wolfram permaneció allí durante varios segundos antes de relajar sus hombros. - Muy bien. No estoy seguro de lo que crees que resolveremos, pero estoy escuchando.-
– Se sentó en la pequeña mesa redonda frente a Yuuri, tomando el sándwich que tenia frente a el, le dio un mordisco. – Umm. Gracias. Tienes razón. Me muero de hambre. Me dispararon antes de que pudiera cazar y después no fui capaz de concentrarme.
La opresión en el pecho Yuuri se relajó un poco al ver comer a Wolfram. Yuuri comió algo de su propio sándwich y le dio un buen trago a su refresco. – ¿Así que eres gay? Yuri le pregunto
- Sí, ¿tienes un problema con eso? – fue la respuesta de Wolfram, dejo su sándwich y se levantó. – Mira esto es estúpido y una pérdida evidente de tiempo. Gracias por cuidarme. Te enviaré la ropa mañana. – Dio media vuelta y salió de la cocina
Yuuri permaneció en silencio hasta que oyó atónito la puerta principal al ser abierta y cerrada. – Mierda. – ¿Qué demonios había dicho esta vez?. Sólo había preguntado si era gay. Maldición, Wolfram era sensible.
Yuuri corrió y al abrir la puerta pudo ver como, Wolfram estaba en el patio frontal con una mano en la barbilla y el labio inferior entre los dientes contemplando los alrededores de forma pensativa. Cuando Wolfram vio a Yuri se agitó y comenzó a caminar por la calle.
El hombre era terco. Evidentemente Wolfram no tenía idea de dónde estaba. Y para colmo iba descalzo. Yuuri suspiró y corrió en busca de las llaves de su vehículo. En el momento en que alcanzó al hombre este ya había llegado al final de la calle. Yuuri conducía junto a él. - Entra y te llevo a donde quieras ir. – ofreció Yuuri
- No, gracias.
Yuuri, apretó los dientes para no gritar, sin ningún éxito. - Sube a la maldita camioneta.- demando.
Wolfram le miró, las cejas arqueadas sobre sus ojos, apretó los dientes y dio la vuelta. - No. - Giró la cabeza hacia adelante y siguió caminando.
-Wolfram, súbete a la camioneta... por favor. Tenemos que hablar. – Solicito Yuuri.
Wolfram levantó las manos y las dejó caer. Se acercó a la camioneta de Yuuri y se apoyó en la ventana. – Soy gay. Tú no. ¿Qué más hay que decir?, ¿No tienes una vida agradable?,– Interesante, Lo atractivo que resultaba Wolfram cuando se enfadaba
- Por favor, entra a la camioneta. Pidió nuevamente Yuuri ¿Tienes alguna idea de dónde estás o dónde vas?
Wolfram suspiró, abrió la puerta y entró. - No, sólo he estado aquí un mes. Vivo cerca del Supermercado, ¿sabes dónde está?
- Sí. Sé dónde está. ¿De dónde eres, de todos modos?
- ¿Que no es obvio? Soy de Alemania.
Yuuri asintió. - Sabía que estaba en algún lugar de Europa, pero no sabía exactamente dónde. Viajaron en silencio durante varios minutos, luego Yuuri decidió que debía llegar a la cuestión importante antes de que “Wolf” se enfadara de nuevo. – Somos compañeros, - declaro -
La frente de Wolfram se arrugó y cruzó los brazos sobre el pecho. – Mira, no tengo nada que ver con ello. No es mi culpa, ¿de acuerdo?
- Yuuri parpadeó.- ¿Qué?- De todo lo que Wolf podría haber dicho eso era algo que él no había esperado. – Lo sé. Provengo de una larga línea de lobos. Sé todo acerca de cómo funciona todo lo de las parejas. Simplemente no preví tener una pareja masculina. ¿Sabes?
- Tú tampoco eres lo que esperaba exactamente.- Respondió Wolfram.
Yuuri abrió la boca. Whoa, alguien tenía muy mal genio. Yuuri cerró la boca nuevamente. – No dije que estaba enojado ni nada de eso, yo sólo... rayos, me sorprendió.
- Sí, creo que tus sentimientos sobre el tema son muy claros. Y para que conste, no tengo ningún tipo de enfermedades transmisibles. Besarme no te dará rabia. – El sarcasmo surgió con un profundo tono de enfado
Así que todo eso se debía al beso.... –pensó Yuuri – Hey, me pareció que deberías de saber, ¿de acuerdo?. Fue un beso agradable, sólo eso.
- Sí, mira, lo siento. Estoy siendo un idiota. – Wolfram Señaló en ese momento a la izquierda. - Gira aquí. Mi complejo de apartamentos es el siguiente a la izquierda. Es el segundo edificio.
Yuuri giró y redujo la marcha de la camioneta. - ¿Aquí?
- Sí. Tendré que buscar al gerente para que me deje entrar. Estoy arriba, - dijo señalando el primer piso. - Oye, si quieres esperar entraré y me cambiaré rápidamente para darte tu ropa. El gerente del apartamento vive justo enfrente del mío. O puedo lavarla y llevártela mañana después de que salga del trabajo. Depende de ti.
Yuuri sonrió. No es tan fácil alejarse de mí, Wolf.
Wolfram se bajó de la camioneta y cerró la puerta. - Bueno, ¿quieres esperar o prefieres que te la lleve mañana?
- ¿A qué hora sales de trabajar mañana?
- Mi última clase es a las tres.
- ¿A qué hora sueles llegar a casa?
- Alrededor de las cuatro y cuarto. ¿Por qué?
- Los conseguiré para mañana, cuando venga para la cena a las seis. ¿Tienes una preferencia de ingredientes de pizza?
Wolfram frunció el ceño. - Mira, creo que es mejor que separemos nuestros caminos aquí y ahora. Tú no me quieres, y maldición si…
- Bien, entonces será Pepperoni. Hasta mañana, Wolf. - Yuuri arrancó con una sonrisa de satisfacción y miró por el espejo retrovisor a un asombrado Wolfram. El hombre tarde o temprano entendería que Yuuri era tan obstinado como él