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Me gusta ser... por Zoe_DBoris

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Notas del capitulo:

 En fin, ¿Qué he hecho? Ah, sí. Un muy bonito capitulo.

                                                           A mi misma me encanto como lo hice.

También aclaro, {debí haberlo hecho desde el cap. anterior} que pese a que no sé si Ichigo puede tocar a alguien en su forma Shinigami, pues así me lo visualice.

Y creo que logre no referirme al cuerpo de Ichigo como de Kon cuando lo posee.

Sin más, a leer.            {Oh, aviso que hay… Leemon????}              [Pues yo lo considero medio intento de Leemon, por no decir otra cosa que haga sonrojarme.]                                                          

Quisiera estar contigo. Justo ahora solo puedo mantener una actitud similar a la tuya; y eso porque, claro, tu cuerpo ya era temporalmente el mío y tu familia debía no ver nada fuera de lugar en ‘ti‘.

No debían saber que un usurpador, porque así me siento, estaba dentro de su querido hermano.

Tu padre salió y yo solo quede con tus hermanas, cenando.

Después de semejante esfuerzo en ser tu con ellas, decidí volver al cuarto, cerrando y sin siquiera prender la luz, dirigiéndome a la ventana para mirar sombras en la oscuridad. Eso de por si sonaba tonto, sabiendo que todo lo que viera eran ilusiones mías.  Es que deseaba tanto verte llegar; aterrizar por ahí, dando una visión de la silueta de una mariposa con ese traje de shinigami.

Te extraño.

Y solo así, en lo más profundo de una soledad extraña al tenerte y no, soy capaz de aceptarlo.

Pasan los minutos y me rindo; mis deseos de verte se quiebran ante saber de la vuelta de aquella naturaleza que es la nuestra, donde pareciésemos solo amigos.

Amigos que incluso llegan a irritarse mutuamente.

Y fingir aquello dolía, así que ya no te espero mas.

Si llegas de tu caza de hollow´s, llega bien, Ichigo.

Me recuesto en tu cama, sin cuidado de quitarme la ropa o meterme en las cobijas; solo hundo mi cabeza en la almohada, embriagándome de tu aroma en ella, y logrando así que los ojos húmedos se derritiesen ya.

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No sentía nada, todo yacía oscuro y ya.

Era una tortura.

Pero había sido creado para eso. Para permanecer ahí hasta que le ocupasen; su existencia atrapada, limitada y sola en esa píldora. Jamás lo habían usado y ya se sentía un inútil.

Jamás había tenido un cuerpo.

Soledad... erase lo único que había aprendido a sentir; lo único que conoció. Solo eso...

Ahhh... no.

Había algo ahí... alguien...

~¿Ichigo?~

Claro, ese chico pelinaranja que le había encontrado... ese chico que le había dado su cuerpo aunque fuera temporal y otro que, aunque inanimado, le permitía tenerlo a su lado.

Ese chico que le salvo.

Ese de quien, irremediablemente, se enamoro.

¿Soledad?

No, todo eso Ichigo lo había convertido en felicidad... y tristeza.

Todo al saber que aquello jamás se consumaría.

Nunca jamás.

Aun así... deseo no perder aquellos sentimientos que le mantenían vivo.

No perder a Ichigo; porque si le quitaban eso y se quedaba solo otra vez...

No lo soportaría.

“““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““““

Abrió los ojos lentamente, haciéndose consiente de las lágrimas que caían a los costados de los ojos.

Llevo una mano a ellos y los tallo.

-Al fin despiertas, Kon.-

Se estremeció ante la juvenil voz, y no se atrevió a apartar la mano para verle.

-¿Cu... cuando...?- su voz tembló.

-¿Cuando llegue? Hace ya rato, pero no me atreví a despertarte.-

El shinigami, que yacía sentado junto a él, se removió en su lugar para tomar la mano que cubría sus ojos, quedando casi encima de un cuerpo que ahora poseía Kon.

El alma mod cedió ante el agarre y bajo el brazo, mirando entre la oscuridad, gracias a la luna en la ventana, los ojos muy cercas de Ichigo.

-¿Por qué?- sus ojos seguían húmedos.

-Porque estabas llorando.- intento examinar esos ojos que, aunque sabía suyos, tenían algo de Kon. Algo que le decían que ese ‘pequeño‘ lloraba por su culpa.

Temió preguntar u oírlo.

-No quiero...- una nostalgia invadió su ser, y sujeto los hombros de Ichigo, acercándolo a el de manera que sus cabellos rozaban las húmedas mejillas.

-¿No quieres qué?- Ichigo se extraño de su sincero comportamiento.

Kon suspiro.

-De todo lo que se me prohibido tener; todo lo que nunca tuve... realmente ahora tengo más de lo que podría perder.-

Ichigo tembló ante unas tímidas carisias que ahora Kon proponía a su espalda, casi como buscando aferrarse a él y no dejarlo ir.

-Te tengo a ti, Ichigo.- y su corazón latió a mil. Si, lo sentía. Ahora tenía uno, aunque ajeno pero latiendo  por la misma razón. Por su Ichigo.

Éste se despego suavemente del mod, acomodándose mejor sobre él y ahora dedicarle una sonrisa.

Kon rio suavemente, derramando unas ultimas lagrimas.

Un alma mod amando a un humano. Su humano.

Jamás espero una respuesta correspondiente a su cariño oculto.

-¿Te gusta mi cuerpo?- se acerco más. De manera que sus mejillas iguales se tocaran.

Abrió los ojos grandes, sonrojando el rostro ajeno.

-¿Qué…?-

-Realmente siento darte todo… todo mi ser… aunque creas solo poseer mi cuerpo y tus sentimientos, tienes razón y en realidad posees mi yo.- beso la oreja a la cual susurraba. Kon gimió suave y bajo.

-Me gusta ser…-

Kon lo cayo, tomando su rostro para acercarlo a sus labios. Se sintió morir al imaginarse cuan mal estaba eso; así como cuan extraño seria para Ichigo el estar besando su propia boca.

Sutileza tímida de su parte, que se volvió presión casi doliente, para permitir los labios se entreabrieran en un respiro y la lengua del chico se colara.

-Ichi… Mmph…- no le daba tregua; había quitado las manos de su rostro y llevado a los costados. Se removía bajo el, buscando una pausa para hablar.

-Ya… Bas…- los labios fueron fuertemente mordidos. Gimió de dolor, soltando nuevas lágrimas, las cuales lograron detener a Ichigo en lo que hacía: succionarle casi el alma por la boca.

El que le hubiese correspondido el beso así le hizo estremecer su interior; pero había algo presionándole.

No debía hacerlo. No quería que Ichigo se automanchara en un arranque por satisfacerle sus deseos de amor. Y es que ese humano era demasiado clemente y gentil.

Los ojos los mantenía cerrados, solo dejando que ambas respiraciones chocaran entre sí; calientes, agitadas y quemantes.

-…Es… tu cuerpo… ¿Por qué lo haces?- se atrevió a, lentamente, levantar los parpados.

-Eres tú, Kon. Soy tanto tuyo como eres mío. ¿Entiendes?- rio bajo. –Creo que ni yo logro entender esto.-

Si, Ichigo erase un niño casi.

Y él, pese a su mucha mayor edad, se contagio de aquella alegría que soltaba al decir eso. Palabras que le bastaron.

“Si no te importa… quiero sentir todo de ti.”

De nuevo inicio un beso, levantándose y recargándose en la cabecera de la cama, atrayendo al menor sobre él, tomando sus piernas para hacerle rodear la cintura.

Lo monto encima de él, acariciando su nuca, jalando los naranjas cabellos; presionando mucho más las bocas.

Jadearon a la par de separarse a tomar aire.

Agradeció que su poco campo visual fuese solo Ichigo. No había forma de verse en un cuerpo igual, aunque eso mismo lo llevo a un delirio de placer y excitación.

Las manos las movió rápido, abriendo la yukata negra de Ichigo y desabrochando los pantalones que portaba.

Amos miembros estaban erectándose a la par. Erase de esperar.

Acerco más las caderas del menor, logrando con dificultad rodear ambos penes con una mano; haciendo que se frotasen tan avivadamente.

Gimieron y las bocas se buscaron nuevamente, uniéndose carnalmente y difícil debido a los jadeos.

Ambas manos de Ichigo se unieron a la labor de masturbar, acariciando las puntas húmedas como las calientes y duras bases, dejando así solo una de las otras manos solo sujetándoles y la otra libre de acariciar su cadera como apretar su trasero.

-Naah… K… Kon…- su boca cedió y solo pudo llevar la cabeza al hombro, mordiendo la camisa y temblando todo su cuerpo sobre el otro.

La cama rechinaba rítmicamente a sus movimientos y gemidos, haciendo que a ambos les llegara un efímero y excitante temor de ser descubiertos.

Al momento siguiente no les importo ya que estaban cerca del orgasmo.

Kon estrujo mas la cintura de Ichigo, acercándolo lo máximo que podía; y el menor se arqueo, llevando la cabeza hacia atrás en un casi mudo y largo gemido.

Ambos se corrieron, manchando enfáticamente los pechos y casi las caras con abundante semen. Aquello realmente abiaseles explotado los sentidos y nada les importo más que recuperarse del temblor orgásmico abrazándose y soltando últimos gemidos suaves a los oídos.

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Ichigo despertó ya en su cuerpo e incómodamente recargado en la cama.

Le bastaron minutos en recordar y entender su situación. Kon habíase salido de su cuerpo y el entro de nuevo, ya que le tenía encima.

Abrió grandes los ojos al reaccionar completamente y buscar entre sabanas la píldora verde; encontrándola a la par que soltaba un suspiro de alivio.

Ubico al ya constantemente acomodado peluche en el escritorio y sonrió al verlo con un vestido, pensando como buena broma el dejarle así; y metió la píldora en el león.

-¡¡Gaahhh!! ¿¡Que es esto?!- el peluche intentaba con todo el quitarse tan rosado vestido, cosa nada fácil ya que estaba casi cosido a él. -¡Quítamelo!-

Ichigo ahora soltó carcajadas ante el show sobre su escritorio y solo llevo una mano a la pequeña cabeza del león, deteniéndole y acariciándole.

Kon le miro extrañado y con una pesadez enorme dentro. Se enojo consigo mismo al creer que aquello era un corazón. Se había dejado llevar por el constante golpeteo en esa zona al estar en el cuerpo de Ichigo.

Pero era lindo imaginar eso.

-¿No eres muy grande para jugar con peluches?- se burlo cuando las caricias no se detenían.

-¿Y tú no muy macho para usar eso?-

De nuevo grito y siguió su lucha con el vestido.

Ichigo se retiro a la ducha.

Una vez solo y sin vestido, Kon se situó en la cama, recordando cuanto habíase de gozar sus sentimientos fuesen correspondidos.

No debía preguntar para confirmarlo cuando había sido obvio eso.

Amaba a Ichigo… y el era su alma Mod.

Notas finales:

 

Saludos y muxxxas, muxxxas graxxx por leerme.                    

Adios, que estén muy bien.

                                                                                                          -DBoris-


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