Me paré y observé las cenizas caer al suelo como la nieve. Me puse de rodillas y cogí un puñado mientras sonreía. Aquí fue donde estaba orgullosamente el edificio. Pero ahora el hotel Teito en todo su esplendor, estaba achicharrado. Él era la razón por la que esto sucedió, era la razón por la que muchos habían muerto, a Él fue el que una vez amé tanto. Ahora, sin embargo, no estoy seguro de nada.
Me levante al suelo y limpié las cenizas de mis vaqueros desgastados. Maldita sea, ¿por qué actúa así y me duele por él? Abrí la puerta del coche aún pensando y con un pedazo de papel apretado en mi mano. Él me envió esto a mí. Es por eso que he venido, para ver si realmente lo haría. No lo he visto en años, no desde el día que confesó su amor por mí. Ahora, al estar tan cerca de él, pero no sabía dónde estaba, que era casi doloroso que esperar por él.
"Mello, idiota bastardo." Murmuré acelerando a la ubicación en el papel: "Si éste también se quema te juro que te mato". Finalmente llegué a la sede del Grupo de Trabajo de Kira en donde se realizaba la la investigación, y me di cuenta de que no tendría que seguir adelante con mi promesa de matarlo, pues el edificio se mantenía de pie, pero con otro papel pegado en la puerta. "Oh, vamos, otro!" Mirando más de cerca vi que era una dirección de algún lugar fuera de la ciudad. Tomando el papel me dirigí a mi coche y aceleré por la carretera. Es bueno que conozca muy bien estas carreteras, me dije a mí mismo.
"Aquí es donde la dirección indica...?" Miré a la pequeña casa sentado en el borde de la carretera. Al salir del coche, me acerqué a la puerta y con cautela miré alrededor. No había otra hoja de papel doblada y pegada en la puerta. "Mello, si usted me hace conducir más..." Me detuve a media frase. Las palabras que vi no las podía creer, "Bienvenido a casa, Matty" fue garabateado en el papel hecho de puño y letra fina y cuidadosa. Debajo de las palabras se encontraba una llave, asumí que para abrir la puerta. Puse la llave en la cerrojo y traté de girarlo, funcionó.
"¡Matt, qué bueno verte!" Ni siquiera crucé todo el camino a través de la puerta, antes de que un pequeño objeto de color marrón y rubio me golpeara haciendome caer en mi culo. "Mello, hola, ¿podrías... bajar... no puedo... respirar...?" Le dije, hablando como si me faltara el aire igual que un pez fuera del agua. Para un tipo tan pequeño sí que podría golpear duro. "¡Vaya, lo siento. Sólo te has perdido mucho." Él me abrazó de nuevo, con fuerza. Todavía olía a chocolate y cuero. ¡Oh, cómo me perdí este olor. Aspiré profundamente su olor antes de que él se apartara y me miró. "Matt, no sabes lo mucho que he echado de menos..." Me agaché y le di un beso ligero en la nariz. "Yo también te extrañé. Te ves mucho mejor cuando eres feliz, tu cabello no está en mal estado, y no has estado llorando." Me sonrió de nuevo y le revolví el pelo. "Ahora bien, una pregunta. ¿Dónde están todos los videojuegos?"
"Por supuesto que es la primera cosa que me preguntarías." Rodó los ojos. "Por ahí al lado de la televisión", indicó él a la pantalla plana frente al sofá.
"Mierda, Mello, que tienes de todo!" -Exclamé saltando sobre el sofá y el aterrizando en él con la poca gracia que podría tener. Lo cual no era mucho para ser honesto. Antes de que yo encienda el sistema Mello ya estaba de pie delante de la pantalla moviendo la cabeza. Maldita sea su pelo era hermoso...
"En serio, al igual que en los viejos tiempos. Ni siquiera la sido por dos minutos y ha sido cinco años desde que hemos visto." Él chasqueó la lengua: "Dios, Matt. No te lo puedo creer."
Me levanté y me acerqué a él envolviendo mis brazos alrededor de su cintura. "Y tú no has cambiado ni un poco. Aún me regaña siempre que sea posible." Me sonrió y colocó un ligero beso en mis labios. Mello decidió envolver sus brazos alrededor de mi cuello y el enredo una de sus manos en mi pelo. En un momento estábamos de pie y el siguiente era yo en mi espalda en el sofá con Mello sentado encima de mí. Nos movíamos en sincronía a cada movimiento.
No pude soportarlo más y decidí quitar esa ropa HORRIBLE fuera del camino. El chaleco de cuero salió rápido, pero no los pantalones, que al final terminé sólo bajando.
Sus manos se movían por mi pecho y sacó la camisa y me desabrochó los pantalone. Lo besé rudamente mientras quitaba mis pantalones. "Mello", susurré mientras miraba aquel cuerpo suyo. Su piel era un lienzo para las marcas con mis dientes, que con mucho gusto marqué. Tan pronto como lo preparé sentí sus dientes atacar mi pecho. Me posicioné sobre él y entré lentamente en Mello, dejando escapar su nombre de mis labios sin aliento. "Me…llo..."
Su aliento se quedó atrapado por el dolor y el placer que atravesaba su cuerpo. "Matt... por favor... MUEVETE"
Él no tenía que decirme dos veces antes de que me perdiera en su interior. El aire se llenó con los sonidos de nuestra piel, gemidos y súplicas desesperadas. Sentí la espiral de calor en mi estómago y yo sabía que no iba a durar. Agarré el miembro de Mello y lo apreté.
"Matt", gritó lanzando su cabeza hacia atrás y con los ojos llenos de placer. Sus espasmos musculares me atraparon y llegué con él al cielo. Él se derrumbó sobre mi pecho, con la sensación de somnolencia sobre nosotros. Le besé la frente sudorosa y encontré mi camisa rasgada en el suelo. Le di la vuelta sobre su espalda posiciónándolo a mi lado y usa la camisa como una manta improvisada que nos cubría a medida que miraba a las estrellas a través de la claraboya justo encima de nuestras cabezas.