Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dime que fue por amor por AndromedaShunL

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ojalá vuelvas algún día.

  La limusina de carga los transportaba ahora hacia la mansión. Todo era un cúmulo de murmullos y de risas dentro del auto. Shun se había integrado un poco entre ellos para reirse también, mientras que Hyoga se había sentado lo más alejado posible y no hacía más que mirar por la ventana. El peliverde lo miró, y se le encogió el corazón de pena. Se sentó al lado suyo.

   -Hyoga, no estés triste -le susurró, sin obtener respuesta, ni siquiera una mirada-. Cuando lleguemos a la mansión estaré contigo.- Le sonrió con dificultad.

   -Ojalá... -Se limitó a decir el rubio.

   -¡Claro que sí! Seremos felices, ya lo verás.

   Hyoga levantó la cabeza y lo miró; después miró a June y suspiró.

   -No pasará nada con ella, de verdad -le prometió mientras le sonreía-. Confía en mí, patito.- Le cogió de las manos y las estrechó entre las suyas.

   -Shun, yo... -Empezó, ruborizado-. Lo siento, pero no me voy a quedar, compréndelo. Tengo demasiadas cosas en la cabeza, necesito despejarlas.

   -¿Volverás algún día? -Preguntó al borde de las lágrimas. Pasaron unos largos segundos antes de que el cisne respondiera, y cuando lo hizo, se le congeló el corazón a Shun.

   -No lo sé...

   No volvieron a hablar en todo el trayecto. A veces el peliverde le lanzaba miradas y Hyoga lo miraba también, pero con expresión fría.

 

   Un poco más tarde llegaron a la mansión. Ya casi había anochecido. Cada uno subió a sus habitaciones correspondientes a colocar su equipaje.

   Shun estaba colocando la última camiseta en su armario, y al terminar, salió de su cuarto para bajar a cenar cualquier cosa. En verdad no tenía hambre, pero se obligó a sí mismo. Pasó por delante de la habitación del cisne y se quedó parado. Picó casi inconscientemente y una voz gélida le dio permiso para entrar desde el otro lado.

   Cuando entró, vio a Hyoga tumbado en su cama, con el equipaje intacto apoyado en la pared. Sabía lo que eso significaba, y estuvo a punto de echarse a sus brazos a llorar y a suplicarle, pero se contuvo todo lo que pudo.

   -¿Qué quieres? -Le preguntó el cisne.

   -¿Vas a bajar a cenar algo?

   -No. -Dijo, sin añadir más.

   -No has comido nada en mucho tiempo, baja aunque sea a...

   -No tengo hambre. -Lo cortó.

   -Como quieras... ¿qué haces? -Le preguntó, mirado alrededor.

   -No mucho.

   -Hyoga, no tienes por qué...

   -No intentes retenerme, solo conseguirás hacerte más daño.

   -Si te vas no habrá nada más doloroso que tu ausencia. -Dijo, y empezó a llorar.

   Hyoga se levantó de la cama, y Shun pensó que le quedaba un poco de comprensión en sus ojos fríos. El rubio lo estrechó entre sus brazos.

   -Shun, ya te había hablado de esto antes. Cada vez que creía que algo bueno me pasaría en adelante, se acababa rompiendo en mil pedazos, y no quiero que vuelva a ocurrir, porque sé que si me quedo pasará de nuevo, y se convertirá en una mala rutina- hizo una pausa, pensando que no lo estaba explicando bien, pero el peliverde no mostró atisvo de confusión-. Me separaré de ti y continuaremos con nuestra vida. Sé que es cruel y doloroso, pero es lo mejor para ambos.

   -No sé si será lo mejor o no... pero no quiero que te vayas.- Levantó la mirada para clavarle sus ojos esmeralda, mientras las lágrimas brillaban al pasar por sus mejillas.

   -Nos volveremos a ver.- Le prometió, sonriendo.

   Shun sabía que lo decía para que no se sintiera tan triste, pero en el fondo sabía que no le estaba prometiendo nada.

   -Hyoga... te quiero.

   -Y yo a ti.

   Se quedaron abrazados un rato más hasta que Shun lo dejó solo en su habitación para bajar a cenar.

 

   Era de noche cerrada y no podía conciliar el sueño. No dejaba de pasar los dedos nerviosos por su cabello verde, y mirar a través de la ventana. Había nubes, pero se podía apreciar una Luna creciente.

   ''Lloverá'', pensó.

   Oyó un ruido y se levantó de la cama. Se acercó a la terraza y salió para mirar qué era aquello. Y allí lo vio. Empezó a llorar sin control mientras veía a Hyoga cargar sus cosas en un taxi.

   Casi inconscientemente y sin cambiarse el pijama salió corriendo de la habitación y bajó las escaleras. Tuvo mala suerte y se tropezó con una de ellas y cayó, haciéndose daño por todo el cuerpo, pero no le importó. Se volvió a levantar y se precipitó fuera de la mansión lo más rápido que le permitieron las piernas, pero era demasiado tarde. El taxi ya salía por la verja cuando se cerraba la puerta tras de sí.

   Se dejó caer de rodillas y empezó a llorar sin importar que lo oyeran. La luz de una habitación se encendió tras él, y un rato después bajó una chica preocupada y lo abrazó.

   -Shun, ¿estás bien? -Le preguntó Miho, mientras le tendía un pañuelo para que se secara las lágrimas.

   -Se ha ido...- Dijo, casi sin poder hablar.

   -Volverá, ya lo verás, y no tardará mucho. -Intentó consolarlo.

   Shun le iba a decir algo pero no le salieron las palabras, se quedó abrazado a ella unos minutos mientras Miho le susurraba palabras de consuelo al oído.

   -¿Vamos a dar un paseo por el jardín para relajarnos un poco? -Le preguntó, con una sonrisa muy cálida.

   El peliverde asintió con la cabeza, y Miho lo cogió de la mano para empezar a caminar.

   Ya llevaban un rato cuando Shun habló.

   -Él... llevaba mucho tiempo enamorado de mí, y yo no lo sabía... yo... yo le hacía daño sin darme cuenta, y él sufría... -la chica lo escuchaba con atención-. Cada vez que le pasaba algo bueno... le aparecía el dolor multiplicado por dos.

   -Pero te quiere y tú le quieres, eso es lo único que importa.

   -Si fuera eso lo único importante no se hubiera ido.

   -Deberías dormir, estás muy cansado y tienes muy mal aspecto.-Le dijo, preocupada.

   -No tengo sueño, Miho, solo quiero estar con él.

   -Tendrás que ser paciente. Ahora no lo vas a tener, así que confórmate con dormir un poco. ¿No querrás que cuando vuelva te vea feo, no? -Bromeó, y Shun sonrió con ella.

   -Gracias, Miho, de verdad.

   -No me las des.- Y volvieron a entrar en la mansión.

 

   Las gotas de lluvia caían sobre los cristales del taxi como una fina cortina de agua. Hyoga no pudo evitar que se le escaparan las lágrimas. Apenas había hablado con el taxista, y este desistió al notar su dolor.

   Cuando hubieron llegado al aeropuerto le pagó lo corresponiente y bajó, cargando con sus maletas. Compró un billete solo de ida y esperó a que saliera su avión.

   ''Destino Siberia'', leyó en el trozo de papel. Estuvo a punto de arrugarlo y tirarlo a la basura cuando anunciaron que su avión saldría dentro de poco.

   Aún le quedaba tiempo para echarse atrás, lo sabía, pero aún así siguió caminando por los pasillos, y subiendo por la escalera para entrar en el avión.

   Lo último que vio antes de que despegase fue el rostro de Shun a través de la ventana, nublado por las gotas de lluvia. Una escena cobró vida en su imaginación, y empezó a recordar todos los momentos que habían pasado juntos, desde que estaban en el orfanato hasta esa misma noche. No pudo evitar ponerse a llorar.

  

  

  

Notas finales:

Gracias por leer este capítulo y espero que sigan ahí para leer los demás :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).