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Dime que fue por amor por AndromedaShunL

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Notas del capitulo:

Los caballeros deciden irse de vacaciones a una isla del pacífico.

  -¡Chicos! ¡Chicos!- Gritaba Seiya desde la mesa. Era ya la hora de cenar y estaban todos reunidos: Shiryu, Hyoga, Ikki, Shun, Saori y el propio Seiya.- ¿Qué les parece si nos vamos de vacaciones? -Decía con una sonrisa de oreja a oreja, mirando a todos con cara de ilusión.

   -¡Ya cállate, burro! ¡No haces más que gritar!- Se quejaba Ikki.

  -¿De vacaciones?- Preguntó la diosa, algo sorprendida.- ¿A dónde?    

   -¡A algún sitio marchoso, por supuesto! No podemos quedarnos todo el día aquí encerrados.

  -Pero si no estamos en verano.- Le dijo Hyoga, que fruncía el ceño mientras le miraba.

  -¡Oh, vamos! ¡Solo faltan unos días para que sea verano! Así tenemos tiempo de organizarlo.

  -Seiya...- Empezó Shiryu.- Admite que esa idea se te acaba de ocurrir.

   -¡Bueno y qué!- Se molestó.

  -No es bueno que pienses, burro, se te saldrá el cerebro por las orejas si te pasas, jaja.- Al tiempo que Ikki decía esto todos se rieron a carcajadas.

  -Pues a mí me parece bien.- Dijo Shun, que terminaba de reirse.- Sería divertido.

   -¡Por fin alguien que me apoya! ¡Shun, te quiero!- Se levantó de su silla y le dio un abrazo al peliverde. Este, con la boca abierta a punto de decir algo, se unió al abrazo. El pegaso lo levantó de la silla y empezaron a dar saltos.- ¡Vacaciones, vacaciones!- Gritaba Seiya, que casi tropieza y se cae.

   Hyoga le miraba de reojo maldiciendo su osadía y su poca vergüenza. Unos segundos después le hubiera gustado ser como él.

   -Bueno, ¿y a dónde les gustaría ir?- Preguntó Saori, un poco más animada.

   -Proponed ideas.- Dijo Seiya mientras dejaba a Shun otra vez en la silla, después de marearlo.

   -¿Por qué no vamos a China?- Propuso Shiryu.- Es muy bonito.

   -¡Pero es aburrido!- Dijo el pegaso.

   -¡Pero si nunca has estado!- Se escudó el dragón.- O al menos, no parándote a observar.

   -Me da igual, propongan otros destinos. Shiryu, que no sea nada que esté en China.

   Shiryu asintió de mal humor.

   -Hombre, yo les diría de ir a Siberia... -Empezó Hyoga.

   -¡Sí, hombre! ¡para morir congelados!

   Todos se rieron, y durante unos segundos nadie dijo ningún otro desino.

   -Creo que tengo un lugar.- Saori interrumpió el silencio.- Mi abuelo era popietario de una preciosa isla del Pacífico.- Todos la miraban muy interesados.- ¿Qué les parece la idea?

   -¿Está habitada?- Preguntó Seiya.

   -No, no está habitada.

   -¡Qué aburrido!- Replicó el pegaso.

   -Pues a mí me parece una gran idea.- Intervino Ikki.

   -Y a mí.

   -¡Y a mí también!

   Dijeron Shiryu y Shun. El único que no había dado su aprobación fue Hyoga, y Seiya se aprovechó de ello.

   -Argh, Hyoga, ¡apóyame!

   -A mí me da igual, haced lo que queráis.- Dijo. Se levantó de la mesa y se fue a su habitación.

   -Vaya, qué raro está últimamente.- Repuso Seiya, fastidiado.- Bueno, qué se le va a hacer, iremos allá.

   Todos dieron un grito de alegría, e Ikki le revolvió el pelo al pegaso.

   -Así me gusta, burro, sumisito, jajaja.- Se burló.

   Todos se rieron a carcajadas, y al final Seiya se resignó y se rio con ellos.

 

   Shun subía las escaleras hasta su habitación, pero se paró en frente de la puerta del cisne,y llamó.

   -Está abierto, ¿quién es?- dijo al otro lado de la puerta.

   -Soy yo- Entró en la habitación y cerró la puerta tras de sí.

   Hyoga estaba sentado en una silla pegada a la pared, escuchando música con su mp3.

   -Shun... hola- dijo un tanto nervioso.

   -¿Qué escuchas?- Le preguntó con una sonrisa.

   -Nada... Bon Jovi...

   -Vaya- Asintió el peliverde. Cogió una silla y se sentó en frente suyo. Clavó su mirada en los ojos azules del ruso.-¿No te hace ilusión ir de vacaciones a esa isla?- Preguntó.

   -Bueno... me es igual.

   -¡Oh, venga! ¡a todo el mundo le gusta irse de vacaciones!

   -Yo no soy todo el mundo, Shun- Replicó.

   El peliverde lo miró durante unos segundos, y después esbozó una sonrisa.

   -Está claro que no eres corriente- Acercó su cara a la de Hyoga- Eres muy especial.

   El rubio se puso rojo como un tomate, y pareció que de repente le subía mucho la temperatura.

   -¿Por qué... dices eso, Shun?- Dijo apenas sin aliento.

   -Todos lo somos. Somos únicos, irremplazables. ¿No crees?- preguntó mirándolo intensamente.

   -No sabes cuánto de acuerdo estoy...

   El peliverde le sonrió. Se levantó de la silla y se sentó en las piernas de Hyoga, dándole un fuerte abrazo.

   ''Esto tiene que ser un sueño'' pensaba el cisne. ''El mejor sueño que he tenido nunca''.

   Estuvieron así durante unos segundos que a Hyoga le parecieron interminables. Después, Shun se fue separando poco a poco para volver a mirarle a los ojos, sonriendo inocentemente. En ese momento Hyoga se dio cuenta, resignado, de que solo había sido un gesto de amistad, pero para él fue suficiente. Recuperó las fuerzas que le habían sido arrebatadas en la fiesta.

   -¿Vendrás a la isla, entonces?- le volvió a preguntar.

   -Sí, iré- dijo, y esbozó una sonrisa enorme.

   Shun se alegró tanto que le dio un beso en la mejilla. Se levantó y se dirigió hasta la puerta. Se volvió para despedirse de su amigo y se fue a su habitación, dejando a Hyoga sentado en la silla, todo rojo.

  

   Eran ya las doce de la noche y Shun aún seguía despierto, en la terraza. Llevaba puesto el pijama de ositos que le había regalado su hermano. Era su favorito, y se lo ponía para dormir siempre que lo tenía disponible.

   -Qué bonita se ve la noche- susurró- con todas las estrellas brillando.

  

   Al otro lado de la mansión, Hyoga estaba asomado por la ventana, pensando en todo lo que había ocurrido después de cenar.

   ''Ha sido mágico. Es tan dulce. Oh, Shun, ojalá te lo hubiera dicho todo, era el momento perfecto... pero estaba tan enganchado a tus ojos, son como drogas para mí...''

 

   En otra de las habitaciones, Seiya también estaba asomado a su ventana.

   ''Vaya vacaciones... ¡en una isla desierta!'' se quejaba mentalmente.
''¡Preferiría ser comido por un oso gigante antes que pasar unas vacaciones en un sitio como ese! Espera...''

   Se rascó la barbilla con la mano derecha, pensando.

   -¡¡¡Sí!!! ¡¡¡Es una gran idea!!!- Gritó, sin darse cuenta.

   -¡¡¡¡Cállate Seiya!!!!- Gritó Ikki desde la habitación de al lado.

  

 

 

 

Notas finales:

Espero que esta historia sea de su agrado. ¡Aún queda mucho! :P


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