Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dime que fue por amor por AndromedaShunL

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Por fin llegaron a la isla! ¡Hora de vacaciones!

   Se veía la costa de la isla desde la cubierta. Era una isla verde en casi toda su totalidad. En el centro de esta había una gran montaña rodeada por bosques por todas partes. Las playas rodeaban toda la tierra excepto por una zona donde solo había acantilados rocosos. Alrededor, solo agua. Era un espectáculo digno de admirar.

   Tardaron una hora en llegar hasta el pequeño muelle. Tatsumi se encargó de anclar el barco y de enseñarles el camino hasta la casa donde se alojarían.

   Era enorme y estaba construida con madera. Tenía ventanas del tamaño de personas, y una terraza que daba al mar con mesas, sillas y sombrillas.

   -¡Uau!- exclamó Seiya-. ¡Es enorme!

   -¡Yo quiero darme un baño en la playa!- sonrió Shun.

   -Tatsumi, guíanos hasta las habitaciones- le dijo Saori. Este asintió con la cabeza y les condujo dentro de la casa.

    El interior era aún más impresionante. Todos los muebles estaban hechos de madera, y había jarrones con flores de todos los colores en todas las mesas y estanterías. Pasaron al lado de una sala dedicada solo a la lectura, y a Shun y a Shiryu se les iluminaron los ojos. Después se toparon con la cocina, que en vez de usar electrodomésticos modernos usaba alacena y horno de piedra. Subieron por las escaleras de madera hasta el piso de arriba, donde estaban las habitaciones.

   En cada marco de la puerta había carteles con todos sus nombres, menos el de June, Shunrei y Miho, pero había suficientes habitaciones para ellas y más.

  

   La cama era de un cómodo increíble, y la ventana que había justo al lado le dejaba ver un paisaje de lo más asombroso. Pero aún así, se sentía tan triste por dentro... Hacía un sol abrasador y pensó en ir a darse un baño.

   Sacó una toalla de su maleta y se puso el bañador y las gafas de sol. Salió de la habitación y casi se pierde para encontrar la salida de la casa. Pasó por delante de un espejo de gran tamaño y se miró. Rubio de ojos azules, al igual que June.

   Cuando hubo llegado a la arena divisó a Seiya y a Shun en el agua, y puso sus cosas al lado de las de ellos. El pegaso le saludó con el brazo mientras una ola muy pequeña le hacía perder el equilibrio y le tiraba. El peliverde salió del agua y fue hasta él.

   -¡Hyoga! ¿vienes a bañarte? ¡el agua está espléndida!

   -Sí, ahora en seguida me meto con vosotros- le dijo.

   Shun le sonrió y se volvió a meter en el agua. Hyoga lo miró de arriba a abajo. Llevaba un bañador de color rosa oscuro y motivos negros. Se le notaban bastante los músculos mientras corría y se movía por el agua. Apartó la vista, ruborizado. Dejó las gafas de sol encima de la toalla y se fue hasta el agua. Nadó hacia ellos y Seiya lo miró. Acto seguido, se sumergió cuando una ola pasaba por encima de ellos y fue hasta el pegaso por debajo del agua para hacerle una aguadilla.

   -¡Aaaah!- gritó este antes de hundirse.

   Shun no dejaba de reirse. Los dos asomaron la cabeza al mismo tiempo y Seiya fue nadando tras el cisne para devolvérsela, pero este era mucho más rápido y no tardó mucho hasta que se cansó de perseguirlo.

   -¿Qué les parece si echamos una carrera?- preguntó Seiya que miraba de reojo a Hyoga mientras este se reía de él.

   -¡Pero si voy a ganar yo siempre! jaja- se rio el rubio.

   -¡Hyoga!- le reprochó Shun.

   -Si tanto es así, ¿por qué te niegas, eh? -dijo Seiya con una sonrisa burlona.

   -Vosotros lo habéis querido.

   Echaron a nadar, primero Hyoga, luego Shun y por último, Seiya, que no dejaba de gritar que habían hecho trampas al salir.

  

   Saori acababa de llegar a la playa y los vio nadar. Se puso a reir. Shun iba ganando la carrera, seguido por Hyoga y por un rezagado Seiya, al que le sacaban unos cuantos metros de diferencia. Se quitó el vestido que llevaba puesto, echó la toalla a la arena y se tumbó a tomar el sol.

   -Hola, princesa, ¿puedo tumbarme a tu lado?- le preugntó Ikki, que acababa de llegar.

   Saori se sobresaltó cuando le habló, pero luego le sonrió.

   -¡Claro!- le dijo.

   El fénix colocó su toalla al lado de la diosa y se sentó en ella.

   -Esta isla es maravillosa- dijo Ikki.

   -Sí que lo es.

   -¿Qué haremos mañana?- le preguntó.

   -Tatsumi y yo tenemos una lista de actividades para hacer y no aburrirnos.

   -Bien, no nos hará ningún mal hacer un poco el tonto- se echó a reir, y Saori le siguió-. ¿Puedo saber alguna de esas actividades?

   -No, no, es un secreto- lo miró un instante y después volvió la mirada hacia la carrera, sonriente. Habían llegado a la meta, y ahora volvían al punto de partida. Hyoga y Shun pasaban al lado de Seiya que todavía no había dado la vuelta, y le hacían burla.

   -Cuánto nos hacía falta un descanso -dijo Ikki.

   La princesa asintió con un movimiento de cabeza, sin apartar la vista de los tres competidores.

 

   -¡Por fin has llegado, burro!- le gritó Hyoga.

   -¡Cállate!- le respondió, avergonzado-. La natación no es lo mío...

   -Se nota, se nota, jaja- reía el rubio-. No sé si te diste cuenta, pero teníamos público- le señaló a Ikki y a Saori- ¡qué vergüenza me hubiera dado ser tú! aunque habría ido más rápido sabiéndolo.

   Seiya miró hacia la arena y se hundió en el agua. Shun y Hyoga comenzaron a reirse. El pegaso volvió a asomarse a la superficie.

   -Me voy a la arena, ¡no es divertido competir contra tramposos!- dijo con una falsa cara de enfadado, y se alejó de ellos.

   Hyoga lo vio alejarse y se volvió. Shun le miraba mientras se mantenía a flote. Al cisne se le empezó a subir la temperatura, pero consiguió controlarse.

   ''Él está con June'', pensaba.

   -¿Vamos con ellos, Hyoga?- le preguntó.

   -Acabo de entrar, yo me quedaré un rato más, ve tú si quieres- le respondió.

   -Me quedaré contigo.

   -Como quieras...- dijo, bajando la cabeza.

   -Hyoga...- le llamó-, le dije que no a June.

   -¿Qué...?- preguntó, aturdido por el cambio de conversación.

   -¡Oh, vamos! ¡tu cabello rubio no se camufla bien en la noche, sobre todo si está la Luna dándole brillo!- le dijo mientras sonreía.

   Hyoga se puso completamente rojo. Lo había visto... ¡lo había visto! Esperó que no se hubiera dado cuenta también de que estaba llorando.

   -¿Y por qué le dijiste que no?- preguntó, disimulando su ánimo repentino.

   -Bueno, en realidad no le dije que no exactamente...- bajó la vista hacia el agua-. Le dije que no sabía qué quería.

   -Comprendo. ¿Entonces...?

   -No lo sé... me da pena, pero a mí no me gusta. Tengo muchas dudas... al respecto- levantó la mirada y clavó los ojos en los del rubio.

   Hyoga no sabía qué significaba aquello, pero se le aceleró el corazón.

   -¿Qué quieres decir, Shun?- le preguntó-. ¿Hay otra?

   -No exactamente...- apartó la mirada algo molesto-. Mejor dejemos el tema.

   -Como quieras.

   Siguieron en el agua un rato más, y luego salieron a tomar el sol.

 

   Eran ya las nueve y se habían reunido para jugar un partido de voleyball en la playa con un campo improvisado. En el equipo ganador estaban Hyoga, Ikki, Miho y Shiryu, y en el otro Seiya, Shun, Shunrei y June. Saori se había ido a la casa para darse una ducha y desprenderse del agua salada, mientras que le habían pedido a Tatsumi que hiciera de árbitro.

   -¡No es justo!- gritaba Seiya mientras Ikki y Hyoga no dejaban de reirse.

   -Parece que hoy no es tu día, burro- decía el fénix entre risas.

   Shun le decía que lo importante era que lo habían pasado bien, pero este no hacía más que quejarse y lanzar miradas fulminantes al cisne y al peliazul.

   -Caballeros- los llamó Saori, que se acercaba por la arena-. Vamos a cenar, mañana va a ser un día duro.

   Todos la miraron con expresión interrogativa, pero asintieron y fueron al gran comedor de la casa.

   -¿A qué te referías con que mañana va a ser un duro día?- le preguntó Shiryu, ya cenando.

   -Es una sorpresa...- se limitó a decir Saori, con cara burlona.

   -¡Odio las sorpresas!- dijo el pegaso.

   -Tranquilo, Seiya- le decía Miho mientras le sonreía- solo hay que esperar una noche.

   -Está bien...- gruñó, abatido. Saori se rio.

   Cuando hubieron terminado de cenar se fueron todos a sus habitaciones correspondientes, menos Shunrei, ya que Shiryu le había pedido que fuera a su habitación ''para leer''.

   Shun se echó en su cama, y se escondió debajo de una fina manta. Hacía bastante calor. Se agarró a su mono Amedio y se quedó dormido.

  

   Era de noche y caminaba solo por la arena. Sabía que algo lo esperaba un poco más allá. Cuando llegó lo vio: una figura humana con cabellos rubios y ojos azules como el cielo en primavera. Se acercó a él, y este le dio un abrazo. Se quedaron sentados en un árbol que crecía en el límite de la arena y la hierba.

   Apoyó su cabeza en el hombro de Hyoga, y lo miró a los ojos, quedando hechizado por el azul de su mirada. Nunca se había sentido tan bien. El rubio lo abrazó con fuerza y le dio un beso en la frente. Shun levantó la cara, lo volvió a mirar, y acercó sus labios a los del cisne, queriendo más, y juntos se fundieron en un maravilloso beso bajo las estrellas y la Luna.

 

   Hyoga estaba tirado en su cama con los cascos puestos escuchando música mientras pensaba en lo que Shun le había dicho mientras se bañaban, y la manera en la que le había mirado. No podía conciliar el sueño con todo eso en su cabeza, así que se había resignado y miraba por la ventana. Era una noche muy hermosa, con las estrellas y la Luna brillando. Si agudizaba un poco la vista, podía ver una nube que avanzaba lentamente desde muy lejos, pero no le dio importancia, estaba demasiado ocupado pensando en el peliverde.

   Sin darse cuenta se quedó dormido, con la música aún sonando en sus oídos.

  

  

 

Notas finales:

Gracias por seguir mi historia, y espero que les esté gustando mucho :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).