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...Mi querido hokage... por aoi nicole

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Notas del capitulo:

holas¡¡¡, ya lo se mucho tiempo casi un año, soy lenta no se quejen por fiss... aun ando medio cansada con la mamá de los examanes n_n bueno espero que les guste y como siempre, disfruten ne~~

Y así…como si nada no podía entender las cosas, iban caminando a paso lento tomados de la mano, no se podía evitar tener una que otra mirada sobre ellos viendo casi de manera alegre su agarre, Obito era el más avergonzado en todo eso y sabia a la perfección que por más que intentase soltarse del agarre de kakashi este no se lo permitiría, tendrían que hablar, sea a la buena o a la maldita sea, eso le aterraba de sobre manera, lo sabía, no iban a negarse nada, no había un modo sano y seguro de salir bien librado de allí, después de todo…tenía que afrontar el hecho de haberle besado, de haberse atrevido completamente temeroso y destrozado a posar sus labios contra los del otro, sin reparo, dejando a la vista de medio mundo sus sentimientos, tan expuesto, todo eso era tan duro… en ese término no se refería solo al Hatake, también a..., no, no era momento de pensar en ello.

Dieron la vuelta hasta llegar a un parque un poco alejado, al estar soleado el lugar era sobrecogedor al igual que la manera en la que todo estaba frente a sus ojos, los arboles con sus hojas frondosas luciéndose de esa manera, desplegando ese hermoso verde lleno de vida, se perdió un momento mirándolos, el peli plata soltó su agarre con suavidad sentándose en una de las banquetas de aquel lugar, Obito lo miro un tanto conciliador, se sentía tan tranquilo en aquel ambiente.

-¿Cómo has estado?-pregunto finalmente el peli plata mirándolo con serenidad, sonrió apenas.

-no sabría decirte…-suspiro con cansancio acomodándose al lado del otro, se miraron apenas unos segundos.

-Rin me ah dicho que…-iba comentando, cuando Obito le corto la charla.

-te pediría de favor que no habláramos sobre eso, se los eh dicho una y otra vez, creí que lo entenderían, estoy bien-corto con rapidez sin mirarlo, no se atrevía, aun así el peli plata noto ese leve color rosado en las mejillas del otro.

-¿Por qué no quieres hablar?...¿por que?-trato de decir sereno el mayor sin lograrlo, al contrario termino levantando su tono de voz, aun así Obito no le reprocho eso, sabía que lo merecía en el fondo, había sido tan descuidado, tan precipitado y en aquel momento solo se encontraba en una encrucijada, no había por donde salirse, ni por la tangente…

-kakashi…, no es algo sencillo, no lo entenderías-le esquivo la mirada, casi entre cerrando los ojos, tan lamentable…tan deprimente a la vez, pero no podía hacerlo, oyó el suspiro derrotado del contrario, le regreso la mirada y al hacerlo no pudo más que abrir sus ojos con estupefacción mientras su aliento se acortaba al del otro, no podía creerlo, ni allí ni en un millón de años se imaginaria aquel gesto dulce por parte del otro, sacándole aquel estremecimiento…casi como si se azotara contra un piso, sin…dolor.

-kakashi-tartamudeo apenas siendo besado por el contrario que no quitaba sus penetrantes ojos del menor.

 

-¿y bien…?-sonrió cariñosamente la pelirroja.- ¿ya se lo dijiste?-dijo con ojos brillantes e ilusionados.

El otro rio apenas-creo que podría decírselo hoy…-murmuro con una leve sonrisa cruzando sus labios.

 

-¿p-porque…?-dijo mirándole con vergüenza y estupefacción, separándolo tan bruscamente que si no hubiera habido algo que lo sostuviera seguramente kakashi se iba de bruces al piso, como casi lo hizo…

El Hatake le miro estupefacto por ese gesto, el no pensó que el uchiha le alagaría de esa manera y mucho menos con el seño fruncido y la mirada cubierta de vergüenza, como si eso no hubiera sido agradable para él, ¿acaso un mal beso? o…¿un patético besador ?, ¡ja!, eso al diablo, el no tenía ni con un cuerno esas dos falencias al momento de hacer su ‘faceta de conquistador’ o como queréis llamar a ese intento completamente fallido de expresar sin palabras lo que superaba la amistad y fidelidad.

-Obito…-¿tenía que decirlo?, creía inútilmente que con aquel gesto bastaba…que con ello podría decir al despistado pelinegro lo importante que era para él, pero sabia a decir verdad que el menor se reafirmaba en las palabras de los demás, aun así el no deseaba hacerlo, confirmar lo obvio, con palabras, palabras que para él solo sobraban-¿quieres que te diga lo obvio?-dijo con una sonrisa entre nerviosa que nunca había mostrado a nadie, nunca, jamás en su vida había tenido la idea de temor y aun así...se sentía gelatina a los pies del azabache.

-¡pues dímelo!-grito tan fuerte que las palomas en los arboles huyeron despavoridas no sin antes ir dejando uno que otro regalito sobre alguna parejilla que merodeaba por esa hora en el parque.

En un rápido movimiento el mayor le tapo la boca al otro y lo fue arrastrando a su casa, el uchiha no sabía si descolocarse más de lo que estaba o separarse y apartarse de kakashi, aunque fueran varias sus opciones el no hizo nada de ello, al contrario al llagar ahí lo único que podía hacer era pasar y agachar la mirada sonrojado sabiendo lo que significaba eso...pero ¡por Dios eso podía significar cualquier cosa!, hasta un arrebato de pasión (?)  Todo ello sería una buena escusa para tapar un torpe beso.                                                                                                                                                                                                                                                            

El menor no se atrevía ni a sentarse con calma en el sillón, ¡¡¡demonios lo beso!!! , su cabeza estaba descolocada con ello hasta que el peli plata le hablo muy cerca.

-ven acá…-dijo suave tomándole de la mano, casi entrelazando sus dedos, le levanto la mirada aun sonrojado, sin poder articular nada.

-¿lo entiendes verdad?-casi tartamudeo el otro acercando su rostro al del menor lo suficiente, así como el Uchiha no sabía como había llegado a ello, con el corazón agitado, la mente en blanco, sus cabellos platinados cubriendo su mirada al sentir el aliento de Obito contra el suyo.

-¿desde cuándo…?-casi suspiro al decir eso, como si algo en él se alivianara, agacho apenas la mirada, kakashi presiono sus labios levemente contra la frente del otro.

-…no lo sé…-menciono rodeando con sus brazos el cuerpo del menor.

Obito apoyo su cabeza en el cuello del otro mientras sus dedos se apretaban en puños contra el pecho del otro.

-Idiota…si me estas bromeando…-empezó a decir inseguro.

-¿crees que te bromearía con esto…?-dijo buscando la mirada del otro mientras sus ojos se perdían en los suaves labios del azabache.

-kakashi tu no entiendes tu…-no sabía porque en aquel momento solo quería llorar, un sollozo no dudo en escapar de su voz, apretó sus labios fuertemente, ladeando el rostro.

-Obito ¿Qué sucede...?-dijo tomándolo del mentón para que no le evitara.

Se sentía tan confuso con esos sentimientos, con cada una de esas emociones, no podía creerlo, que kakashi, que su estúpido Hatake lo mirara de ese modo, uff…era mucho para su corazón, para su mente y más cuando no sabía que sentir por el...anbu.

-¿quieres que te diga…?-dijo firme presionando al contrario contra su cuerpo, sujetándole de las muñecas para luego besarlo-¿quieres que te diga porque me enamore de ti…?-susurro lamiendo la comisura de sus labios, haciendo que la mirada del menor se perdiera contra la suya, completamente nublada, entre el amor, entre la duda, entre todo.

-kakashi…-entre abrió sus labios apenas para darle paso al contrario, jadeaba débilmente, se sentía extraño, demasiado para su gusto al probar de esos labios, de esa boca…, como si sus sentidos se agudizaran al máximo, el palpitar de su corazón fue audible.

No supo cómo o porque pero sus brazos rodearon el cuello del otro, tal vez por necesidad, tal vez por confusión, mientras sus labios era probados con suma delicadeza, dejándose guiar por los del otro, entre cerrando sus ojos, sonrojado, atontado.

-..Obito..-murmuro con necesidad el peli plata.

 

Caminaba torpemente, casi sin mirar a nadie a su alrededor, lo que acababa de saber  era algo que aun lo tenía confuso, kakashi…, su peli plata, ese bastardo idiota le correspondía, no era una broma, no era un juego…, se apoyo a una pared cercana recordando los hechos.

Los besos dulces, las caricias que se  deslizaron por su piel a manos del Hatake, todo, era bochornoso, el lo sabía, dejarse ver así ante kakashi, como si fuera pequeño, de principio fue un alivio, un calor que le llenaba pero al mismo tiempo se sintió…, agobiado, intranquilo, el ya sabía porque.

Vio a una sombra reflejada en su ventana, suponía quien era, se adentro en silencio, dejando sus zapatos al pie de la entrada, mirando con cierto deje de molestia su hogar, escucho los pasos que se avecinaban a él…, y, cuando sus ojos fueron cubiertos no se quejo, solo guardo silencio esperando la charla rutinaria del contrario, o tal vez alguna queja…

-¿se puede saber con quién estabas?-oyó el rechinar de dientes del contrario, con ese deje de odio al momento de preguntarle aquello.

-tú lo sabes…-murmuro con desgano-no deberías preguntar si…-iba a terminar cuando fue empujado bruscamente contra la pared de la sala, soltó un alarido de dolor cuando su costado fue lastimado así, pese a eso no le daría el gusto al contrario de soltar mas lagrimas, mucho menos mas gritos de agonía, se mordió los labios con fuerza probando del oxido sabor de su sangre. Apretó su mandíbula, casi temblando de rabia.

-vaya…no creí que estuvieras de put…-pero fue callado de un solo golpe, Obito podía notar su presencia tan cerca, tan jodidamente extenuante que no pudo más que lanzar un golpe a donde primero cayera, para su suerte el golpe fue contundente contra el rostro del contrario, Obito maldijo en baja voz al saber que no le abría hecho mucho daño por la máscara que llevaba el otro.

-¡ni se te ocurra!-dijo empujando al contrario, agitado, las lagrimas escurrieron de su rostro.

-¡¡si para ti soy eso entonces consíguete a alguien más!!-grito fuerte y claro, rotundo.

-…-

-¡¡sabes ni siquiera te importo, me tratas como basura cuando y donde se te pega la real puta gana y yo tengo que soportar eso, recuérdalo bien maldito, la única razón por la que estoy así y contigo es por tu maldita amenaza!!-no supo cómo o porque dijo todo aquello de golpe, su corazón dolía, no solo por la fuerza con la que lo grito sino también por el punzante e hiriente saber le carcomía la cabeza, si…porque aun que no lo quisiera decir en voz alta…algo ya lo había unido a ese anbu, algo demasiado fuerte como para cortarlo con palabras.

-…-

Solo el silencio quedo resonante tras sus palabras, su agitado respirar se acompaso hasta que solo pudo soltar sollozos ahogados, agachando la cabeza y apretando los dientes para no sentirse así..., así de tonto,  así de usado.

No quería ser el títere de nadie y aun así se dejaba manipular por sus sentimientos.

…Que irónico…

-Hokage…-oyó el tono de arrepentimiento en el otro, se volteo apoyando su cabeza en la pared, no quería, no quería oírle, no podía.

-no me huyas…escucha…-pidió lentamente incorporándose mientras su mano apretaba con cuidado el hombro del azabache que le daba la espalda.

-…déjame solo…-simplemente pidió sin un ápice de sentir en su voz, en la mente del uchiha solo rondaba la idea de que nunca tuvo que decir esas palabras al contrario, mucho menos de esa forma pero le colmaba en la sien que le tratara de ese modo cuando el único afectado ahí era él, a veces no sabía si fue una buena opción salvarle de la muerte, dejar que siguiera con su palabrería hiriente, pero el ya no estaba para dejarse mangonear con ello, ya no.

-discúlpame-soplo sobre su oído esas palabras, estrechando entre sus brazos al menor como si lo fuera a perder.

-siempre sales con tu media idiotez y piensas que yo te voy a dej…-pero fue callado, así como el peli plata lo hizo hace un rato, de aquel mismo modo lo hizo el anbu, solo que este tenía un deje mas de posesividad sobre su cuerpo, no dudo en recorrer con maestría los muslos del azabache, sus piernas, su vientre…de piel lechosa…, dejando en suspiros al menor que apretaba su agarre sobre las manos del otro, para detenerlo, casi y sin fuerzas porque las piernas se le hacían temblorosas ante esos toques, porque el anbu sabía que tocar y en qué momento…

Mientras los labios tersos del anbu se perdían en su garganta, acariciando con ellos su manzana de Adán, con las manos adentrándose entre su ropa, en sus pantalones casi de modo automático, porque ya lo conocía todo de él.

-ngh…-un sonido ronco escapo de sus labios al sentir como las yemas de los dedos del contrario hacían fricción en sus muslos, masajeándolos con tortuosa lentitud… , separando sus nalgas, lamiendo su hombro y la curva perfecta de su cuello, quitándole la parte baja de la ropa casi al instante, mientras sus dedos acariciaban esa rojiza entrada, solo profanada por él.

Y aunque no quisiera sus pensamientos se hicieron mierda en aquel momento, en suspiros, en jadeos, sin saber que nombre pronunciar, el de un desconocido…o de quien sus pensamientos se completaban, de su…peli plata.

Amenazas…promesas…a donde se iba todo ello cuando hacia eso…

Cuando el chocar de los testículos del otro contra sus nalgas lo volvía loco, y el sabor de sus salivas se perdía en la boca del contrario, y de su miembro tirante se escurrían las gotas de pasión que tanto éxtasis le daban, como su interior se humedecía a cada embiste, y su miembro palpitante pedía a gritos las manos del otro sobre él, acariciando su glande hinchado y rojizo, mientras los pliegues de su entrada de abrían solo para el otro, y separaba las piernas con vergüenza y disgusto dándole un espectáculo visual al anbu.

-¡aah..nhg!-gimió al sentir las manos del otro sobre su espalda baja, con el sudor del otro cayendo sobre su piel y sus frentes juntas, sus alientos tan desaforados escapando de sus labios, tan necesitados de besarse, con ansias de profanar sus bocas sin miedos.

Aun en ese sentido tan confuso se guiaban por los instintos de su piel que ardía bajo las manos temblorosas del contrario.

Con sus pezones expuestos al anbu, contorneando su cintura y ese vaivén de caderas contra el miembro del otro, con un rápido movimiento el anbu salió de él y tomándolo de las caderas lo hizo colocarse contra la pared, aun de rodillas mientras sus manos se apoyaban a esta, respingando sus nalgas entre abiertas, gimiendo contra la pared.

Dejando expuesta esa morbosa imagen ante el otro, de sus nalgas y piernas al descubierto, de aquella húmeda y estrecha entrada que se apretaba al no sentirle dentro, el mayor apegaba su cuerpo al del menor, recorriendo sus manos por esas nalgas, por esas caderas, viendo esa curva en su espalda cediendo al placer y como el uchiha convulsionaba en oleadas de placer al sentir su palpitante miembro tras de sí, rozando constantemente su glande a su cavidad anal, las manos del mayor le recorrieron el vientre, los pezones pellizcándolos apenas, todo ello entre sus gemidos roncos de placer, sedientos de la voz del otro y de sus peticiones maliciosas.

-t-tócame…-gimió en baja voz mientras por sus labios escurría ese hilillo de saliva, su vista borrosa por las lágrimas de placer que no pudo evitar en soltar, sintiéndose deseoso.

Ante ello solo pudo recorrer sus manos sobre el miembro del otro, presionando su pulgar al glande del menor que gimió fuerte por eso.

Y a la vez la necesidad naciente de profanar aquellos paredes anales, se arremeter de golpe sin saciarse, el mayor lamia la piel del otro, dejando caminos de saliva a su paso, viendo el temblor de piernas del uchiha cada vez que presionaba su pulgar contra el glande hinchado del otro, no podía acabar tan pronto después de todo, Obito arañaba la pared, ya no podría mas con eso, mecía suavemente sus caderas al miembro del otro, sintiéndolo palpitante en sus nalgas, presionando la cabeza húmeda de su pene contra su ano, metiéndola lentamente hasta golpear su próstata.

-¡ahnn , ah..a-ah!-

Estar allí adentro, conteniéndose de ser animal y no permitirse parar ni un segundo, un ronco sonido surco su garganta, casi de manera lastimera por la fricción de su miembro a esas paredes, tan húmedas…tan suyas, masajeaba las nalgas del menor cada y cuando le embestía, oyendo su voz en suspiros leves.

-Obito…ah…-como el lugar se mantenía con tenue luz por las cortinas, no dudo en quitarle la venda de los ojos al uchiha, el menor se sorprendió por ello pero no dijo nada, en aquel momento ni siquiera podía decir algo coherente en medio de esas sensaciones tan deleitables, presionaba sus manos a la pared, mientras se erizaba al sentir los labios del otro en su oído…y como sus testículos eran acariciados por la mano diestra del otro, y su pene erecto dejaba caer esas gotas blanquecinas por todo su largo…

-ngh…ngh..-


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