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...Mi querido hokage... por aoi nicole

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Notas del capitulo:

perdonenme la demora, en serio perdon TT__TT

Habían terminado una ardua sesión de sexo…,obito aun temblaba y seguía con la ropa desacomodada por las prisas que se daba el anbu al momento de tomarlo, dio sus piros prolongados ,se sentía pegajoso…

El anbu se mantenía apacible viéndole de reojo  y sonriendo con perversión-¿te eh dicho cuan sexi te vez hoy?-le tuteo , el uchiha se sonrojo fuertemente, quiso responderle pero el anbu atrapo sus labios amorosamente mientras sus manos le acariciaban los pezones al menor y bajaban lentamente por su vientre sacándole temblores ,le acercaban mas a su pecho por la cintura de obito y este ponía sus manos en los hombros del mayor sin saber como responderle, la juguetona lengua del anbu le lamia con lentitud los labios a obito ,probándolos como un dulce y lamiéndolos como si fuera un helado  , el uchiha jadeaba ante esos besos y esas caricias sin poder evitarlo  ,las manos tibias del anbu eran las que mas le daban placer ,sabia donde tocar para tenerlo gimiendo y queriendo mas y mas…de esa deliciosa tortura.

El anbu se separo y obito fue esta vez quien le beso ,movía sus labios con inocencia sobre los otros , el anbu al notarlo no pudo dejar de sonreír mientras era besado , al principio tímidamente se atrevía a acariciar sus labios con los del anbu pero luego su lengua se paso por el labio inferior del anbu siendo un acto muy atrevido para este el cual acerco su cuerpo mas al de obito poniendo  sobre su regazo con el cuerpo aun semi desnudo-ahh-gimió en los oídos del anbu ,este le recorrió las piernas con las manos ,iba apretando suavemente los glúteos del menor mientras comenzaba a dar suaves mordiditas en el cuello de este.

-eres mas sensible ahora…-susurro el anbu mientras que sus manos se posaban por la entrada del menor que aun estaba dilatada-y si…-iba a decir el mayor pero el uchiha le corto las palabras apretando sus labios y mordiéndolos un poco-no…ya no…-pidió el uchiha al separarse de los labios del anbu, este lo medito un poco y acepto, el también estaba cansado por esa rigurosa noche de sexo.

El anbu le quito la venda al menor cuando el ya se había vestido y su rostro ya estaba cubierto, el uchiha se vistió en frente del otro y se acomodo en su sofá exhausto y con los ojos cerrándosele a ratos mientras cabeceaba.

-¿desea que lo lleve a su casa?-le pregunto el anbu, obito  se negó-tengo que terminar de ver unos formularios…-dijo frotándose las sienes, el anbu lo galo haciendo que obito se parase y que aun le temblaran las piernas-deja eso hay, mañana lo veras , hoy quiero que vayas a dormir-obito admitiendo su derrota ante la fatiga  , con un jutsu de transportación llegaron a la casa del uchiha que aun apoyaba su cabeza en el hombro del anbu.

Todo era aun tan confuso para el…, su mente, su corazón, su cuerpo, aquel anbu que lo sostenía entre sus brazos le había causado tantos problemas…y le había planteado tantas dudas, aquel hombre que lo tomaba cada noche sin duda llego para causar un remolino en su vida, enloqueció su mente, desordeno su corazón…y le dio dolor y placer a su cuerpo.

El anbu entro a la habitación del uchiha moviéndose con sigilo mientras cargaba al adormilado pelinegro.

El anbu lo recostó en la cama con suma delicadeza y luego se despidió del menor con una suave caricia en la mejilla, obito le tomo la mano sin saber el porqué, el anbu se quedo congelado en su lugar, paso un largo rato así hasta que su agarre se zafo por el  sueño del pelinegro que suspiraba entrecortadamente, parecía dormir con placidez, seguramente por el cansancio.

Entre la oscuridad de aquella noche el anbu pudo ver una cristalina lagrima caer por el rabillo del ojo del pelinegro y de entre esos labios a los que profanaba sin pudor cada noche se pudo oír un nombre.

-Kakashi-

De entre las penumbras de la habitación el anbu desapareció al oír aquello.

Los días siguientes  y pasaron aburridos como siempre, todos los días lo mismo, de su casa al trabajo, del sexo a dormir y comer, todo se estaba volviendo tan monótono en su vida…, bueno la única parte  que parecía nunca volverse desinteresan te en su vida parecía ser las visitas del anbu y los días en los que podía pasar aunque sea cinco minutos con kakashi, con el anbu  las cosas eran así, el anbu  días lo entretenía  y días no, días lo follaba como una vestía y días lo dejaba suspirando y corriéndose como si fuera primerizo, era una vergüenza.

El singular modo de ser del anbu traía intrigado al uchiha que no se quedo de brazos cruzados en todo ese tiempo, no, claro que no, buscaba y buscaba de entre todos los miembros anbu a uno, solo uno, que pudiera tener una similitud con el anbu.

Pero la información no era concisa, hasta los datos parecían querer traicionarle, los seudónimos de los anbu y sus descripciones no ayudaban en mucho, obito se acomodo maltrecho en su sofá.

-todo me jode….-dijo con rencor mientras rompía las copias de los informes mal hechos de la división chunin.

Llamo a rin con notable molestia y pidió a la división chunin presentarse con él, los maestros parecían aterrados al verle.

Y como no asustarse si el pelinegro tenia ojeras y sus ojos tenían un brillo sangriento que podía denotar su creciente enojo, solo necesitaba de una mínima cosa para explotar y hacer, ¡bum!.

-¿me podrían decir que es esto?-enseño otros informes que estaban mal hechos.

-pues…-trataron de excusarse ante el pelinegro que los miraba fríamente, hasta se podría decir que los miraba con un deje de crueldad.

Antes de que las respuestas salieran cantando de los pobres hombres entro kakashi  que también se encontraba en esa división.

Obito trato de no ponerse nervioso inútilmente, se le podía notar un ligero temblor y un sonrojo muy bajo en sus mejillas aun así el uchiha no cambio su expresión por nada del mundo.

La mirada severa taladraba a esos hombres.

-¿Qué sucedió?-dijo kakashi encarando al pelinegro por todos, obito suspiro mientras apoyaba su rostro sobre la palma de su mano.

-¿Por qué están tan mal hechos los informes?-Iruka y Yamato parecían ser los responsables de ello, tragaron duro para la severa reprimenda que recibirían.

-…nosotros-se atrevieron a decir aun acobardados.

-Hogake –sama yo fui el culpable de esto, fue mi responsabilidad preparar los informes de la manera más adecuada pero por otras razones no pude hacerlo y se los delegue a Yamato y a Iruka, espero que me disculpe, no se volverá a repetir-dijo el Hatake hablándole de la manera más respetuosa a su líder, a pesar de ser amigos toda la vida a la hora del trabajo ambos eran realmente otros.

Obito suponía aquello, kakashi se había puesto en defensa de ambos jóvenes, era algo normal en el hacerse responsable por cosas que no eran de su incumbencia, obito lo noto al ver la sorpresa de Iruka y Yamato que tenían la mandíbula desencajada hasta el piso por el discurso del peli plata.

Rin miro de reojo a obito, este no dijo nada, miro con desaprobación a kakashi, ahora que lo pensaba… mandaría a hacer…, de un segundo a otro su mente fue sacudida con dolor, con remordimiento, obito no entendía que le sucedía y de repente.

-…Hogake-sama...-esa voz en gemidos…

Un temblor le recorrió el cuerpo y las lagrimas escaparon sin que él pudiera retenerlas en sus pozos negros, todos los presentes se quedaron mudos, obito apretó sus labios y cerro sus puños con rabia y…miedo.

La  palabra Hogake pronunciada por el hatake era tan diferente a la de…

Hogake-sama

Ese anbu

Fue como si su mente recibiera un fuerte shock, obito se tomo de la cabeza con dolor , Salió casi corriendo de su despacho, kakashi lo siguió hasta que lo alcanzo, tomo al uchiha del brazo y lo giro para encararlo.

-¡¿estás bien?!-obito sollozo angustiado, era como si pudiera sentir la voz del anbu grabada una y otra vez…en su mente, obito lo empujo y entro al baño, paso largo rato allí metido, mojándose la cabeza con agua helada, tratando de pensar en nada.

Los gritos de kakashi y de rin que estaban afuera no se hicieron esperar, en especial los del peliblanco que parecía insistente.

-¡obito abre!,¡¿Qué te sucedió?!-la voz del peli blanco denotaba mucha preocupación.

-nada…nada…-susurro para sí mismo hasta que dejo de mojarse la cabeza, Salió de lo más sereno del mundo, como si nada hubiera pasado.

Kakashi lo seguía atrás y rin igual, todos alrededor suyo parecían nerviosos y preocupados por su estado.

-¡¿Qué te sucedió?!-volvió a interrogarle, obito parecía no oírle, el peli plata trato de alcanzarlo pero este dio pasos más veloces hasta llegar a su despacho, los chunin al ver entrar a su Hogake se pusieron tensos y se mantuvieron de pie, unos temblaban y otros simplemente sudaban frio.

-bien-dijo calmado.

Kakashi y rin llegaron atrás de el aun con esa mirada que los delataba, ¿Qué le sucedía al uchiha?, era la única pregunta que estaba presente en ambas cabezas.

-Hatake-san, espero que repita usted mismo los informes y  que  no se vuelvan a repetir estas incompetencias, debe hacer que su división trabaje competentemente sea quien sea el que tenga que hacer los informes-miro mortalmente a Yamato e Iruka que casi se desmayan del miedo que infundía el uchiha, los ojos de este estaban encendidos en un rojo fuego.

Kakashi y rin quisieron decir algo pero antes de poder hacerlo, el uchiha abrió la ventana y salió saltando de tejado en tejado por allí. Sin dar una respuesta lógica de su bendita huida, dejando a algunos pensativos sobre la salud mental de este.

Con un bledo pensó el pelinegro mientras saltaba de techo en techo, desapareció por entre uno de los bosques de entrenamiento, si se quedaba un minuto más en aquel lugar se hubiera quebrantado en llanto y se hubiera sentido más débil de lo que ya estaba ante la presencia de la división chunin, rin y…kakashi.

-¡mierda!-solo de pensarlo, solo de…, ya no tenía caso, lloro, lloro fuertemente mientras se desahogaba contra aquel viejo árbol en el cual el pasaba horas recostado cuando era un adolescente, aquel viejo árbol que oía sus quejas, sus sueños, sus ilusiones y su  fe en ese amor que nunca seria.

Al llegar empezó a dar puñetazos contra el tronco del árbol, se desaojo tanto que sus puños empezaron a sangrar, se apoyo  en el lecho de hojas que estaba abajo de él y se abraso a si mismo  mientras una tras otras las imágenes de cada una de las veces en las que el anbu lo tomo  aparecían en su cabeza, cada una pareciendo más real que la otra, ese anbu lo llamaba amor, el lo llamaba frustración, dolor, agonía y…violación.

-¡de-tente…aaahh..para!-a cada envestida, a cada lagrima que derramaban sus ojos…y su vida…, todo recorriendo su ser en aquel acto,¡ te odio!, deseo pronunciar con fuerza pero de sus labios no salieron nada más que gemidos de puro dolor.

Y si esa angustia no Salía de su pecho…el no sabría como seguir con todo aquello.

Fue tan rápido y tan doloroso a la vez, ese shock que sacudió su mente lo hiso sentir tan agobiado y cansado…

Se quedo ahí cerca del árbol, sollozando hasta que su cuerpo cayó  en un sueño profundo.

La brisa primaveral hacia que las hojas de los arboles cayesen sobre el suelo, el sol brillo deslumbrantemente mientras una tras otra las suaves ondas de brisa  movían los cabellos del pelinegro,  sus ojos cerrados se entre abrían mientras respiro un olor dulce, embriagador…había algo en ese lugar, alzo la vista mientras se sentaba y se frotaba levemente los ojos, por inercia regreso a ver hacia atrás, en  una de las ramas lo pudo ver…como si se tratara de un espectro pero no era así, o una ilusión…. pero era real, estaba ahí, mirando hacia la distancia y luego hacia él, la máscara y la capa no le dejaban diferenciar de entre él y los otros.

-Hogake-sama-sin duda la voz de su peli plata jamás se parecería a la de él.

Palideció levemente y retrocedió aun en el suelo, con temor, aun sin poder hacer que su cuerpo respondiera.

-¡¿Q-que haces…aquí?!-su mirada estaba llena de dolor mientras su corazón latía con rapidez por el  temor que le infundía aquel personaje.

-quería verte-

-¡lárgate, al que menos quiero ver es a ti!,¡¿no me puedes dejar en paz por un minuto?!-dijo frustrado mientras se paraba y se daba la vuelta dispuesto a irse.

Pero enseguida sintió como el otro se colocaba tras de él, regreso su mirada y su puño estaba dispuesto a chocar contra la máscara que cubría el rostro del anbu cuando sintió como su mano era detenida y sus ojos eran cubiertos por la mano de este, el aliento del otro rozo sus labios al momento de probarlo…

-¡mmn!-trato de zafarse inútilmente, el beso se volvió más húmedo y candente dejando al uchiha confundió y suspirando con la respiración agitada.

-deberías calmarte-le sugirió con voz serena mientras entrelazaba su mano con la del menor que se zafo de golpe y se dispuso a verle cuando el anbu se cubrió el rostro con la máscara.

-¡deberías irte al infierno!-casi, casi…sollozo.

-por usted lo haría-dijo fielmente.

-¡ya basta, no te quiero ver, lárgate, te odio!-las palabras del Hogake salieron de sus labios instantáneamente sin pensarlo, en sus ojos se agolparon nuevas lagrimas, tenía la cabeza agachada mientras sus ojos estaban entre abiertos y dejaban libres a unas lagrimas traviesas, se cubrió la boca para no sollozar enfrente de ese sujeto.

-¿Por qué te ensañas conmigo?...,¡¿Qué te hice para merecer esto?!-le señalo las múltiples marcar de su cuello mientras la venda que las cubría caía por su espalda.

-…-

-¡respóndeme maldición!-le exigió con rabia.

-yo simplemente te amo-el uchiha se enfureció mas mientras su pecho se oprimía continuamente sin dejarlo respirar con tranquilidad

-¡¿le llamas a una violación amor?!-esas palabras tan cargadas con una angustiosa existencia hicieron retroceder al anbu.

-…-

-¡no te quedes callado!-su voz se quebró y cayó de rodillas en el piso

-…-el anbu camino lentamente hacia él, se agacho a su altura e intento abrazarle pero el menor lo empujo.

-n-o…te atrevas…no-tenía suficiente con tenerlo las noches siendo su eterna tortura…y ahora ya no solo era en las noches, no claro que no, aquel hombre taladro en lo más hondo de su ser…, ahora lo recordaba  siempre y al volver a oír algo que se parecía en parte al anbu no podía evitar tener esos horribles shocks… , por más que quisiera evitarlos, por mas que no intentara recordar y seguir con su vida…, el ahora,… ahora…, ¿Qué me sucede?, pensó con su alma herida, se sentía derrotado, tan  cansado y derrumbado en la más honda de las penas.

¡no quiero que me toque!

No quiero

…no quiero…

Y aun así…su mente sufre y su cuerpo solo anhela el calor humano que emana…el.

Pero jamás le amaría

Porque en lo profundo de su alma

Solo anhelaba acabar con esto que ambos compartían.

Anhelaba de deshacerse de ese anbu.

El mayor lo abrazo contra su pecho, obito no dijo nada, se mordió los labios y dejo que las lagrimas cayeran mientras suaves hipidos de llanto lo hacían estremecerse, al haberse calmado lo suficiente, el anbu lo dejo bajo el árbol, se quito su capa y se la coloco al menor para que le cubriera del frio, se agacho y beso la frente de este, en una suave onda de viento fresco desapareció

-perdóname…obito-el susurrante viento se llevo consigo esas palabras.

Largas semanas pasaron, ya no era de extrañar que el pelinegro se empezara a alterar por cualquier cosa, pero ahora ya no solo era llanto, ahora eran enojos, rabietas, frustración, inseguridad y aun con todas esas fallas, se mostraba fuerte ante su pueblo y ante todo aquel que lo mirara, no podía desmoronarse así como así por alguien que solo era un juego, no, ya no, pero era difícil, rin lo había notado, trataba y trataba de hablar con el uchiha, de pedirle explicaciones de su comportamiento, pero este se negaba obstinado y terco, cada día la castaña estaba más preocupada al igual que el peli plata, obito no podía controlarse siempre, y, de vez en cuando, en presencia de rin lloraba, y esta no sabía cómo calmarlo, no entendía lo que le sucedía porque obito no se atrevía a decirle, por miedo a que el anbu tomara represarías como lo dijo aquella vez…

-obito…por favor…háblame-dijo angustiada al ver que obito la miraba con indiferencia.

-rin, estoy ocupado, hoy no-

-¡te has desmoronado en llanto 3 veces enfrente mío!, ¡exijo que me lo digas!-obito suspiro y siguió revisando documentos sin tomarle ni la mínima atención a la castaña.

-no a sido nada, cálmate-la miro con reprimenda-es tarde, vete a tu casa-le exigió.

-¡obito, kakashi y yo estamos preocupados por ti….desde el día que el vino acá tu te pusiste mal!-obito la miro enojado.

-vete-

-¡obito…!-dijo tratando de acercarse al pelinegro que se le hizo esquivo.

-¡tu y kakashi no tienen porque meterse en mis cosas!, ¡no quiero que vuelvas tocar el tema rin!-su voz sonó fría y su mirada afilada hizo temblar a su amiga.

-…obito,…tu no estás bien-la peli castaña parecía querer llorar.

-eh cumplido mis obligaciones como Hogake, eh estado al día con todo, dime, ¿Por qué estaría mal?-

-¡tú no eras así, hace varias semanas que has estado cambiando!-

-¿y si eso sucediera que importa?-dijo con simpleza mientras se hacia el desinteresado con el tema, recorría la habitación mientras miraba hacia los puntos muertos de esta.

-¿acaso alguien te hiso daño?,…obito…por favor…dímelo, yo soy tu amiga, puedes confiar en mí-puso su mano sobre el hombro del uchiha, este le dio una falsa sonrisa.

-ya vete-

-…obito…-la pelinegra negó con la cabeza y luego conecto su mirada con la del pelinegro.

-aun no me doy por vencida, voy a seguir tratando de saber que te sucede, y que no te sorprenda que kakashi también lo vaya a hacer-advirtió decidida mientras salía del despacho.

Ella salió y una sombra entro, de un rincón salió el anbu, parecía reír, obito lo miro con odio y desgano.

-viniste temprano-dijo enojado el uchiha.

-Salí pronto por lo cual creí oportuno verle más antes-caminaba galantemente hasta ponerse enfrente de obito.

-oh vaya que tierno-dijo con nato sarcasmo el pelinegro.

-¿no deseaba verme?-dijo alardeando, obito gruño.

-ya sabes la respuesta, no deberías preguntar estupideces, date prisa, hoy no tengo toda la noche para ti-dijo desdeñoso el uchiha.

El anbu callo un poco sorprendido por lo dicho, el había cambiado al menor, lo moldeo como quiso que fuera pero cometió  errores, las cosas no estaban yendo a ningún lado, y si seguían de ese modo debería poner a prueba otros planes, necesitaba saber cuánto aguante podía tener el uchiha antes de mandarlo a matar, porque el sabía que obito algún día no le tendría paciencia, y si ese día llegaba seguramente ambos cometerían una locura, suspiro ante sus pensamientos, el que mete las manos en fuego será quemado, pagaría caro por haber manipulado así al pelinegro, este parecía querer revelarse cada día más contra él, y claramente se lo demostraba con mucha saña, con sus acciones y con sus miradas, el anbu sabía que la única razón por la cual contenía todo eso era por esos seres que el pelinegro decía querer, solo un poco más, solo un poco y sabría lo que tanto anhelaba saber, aunque ya lo hubiese oído del pelinegro no querría decir que sus suposiciones fueran ciertas, debían haber pruebas que lo confirmaran y así se terminaría todo el teatrito, el telón caería y las mascaras quedarían de lado.

La mirada del anbu se paseo por la habitación hasta colocarse en el sofá que había en esta, el uchiha se encontraba sentado allí, estaba a punto de quitarse las vestiduras de Hogake cuando el anbu coloco su mano sobre la del menor.

-hoy no-el uchiha no lo entendió.

-¿a qué te refieres?-lo miro con duda.

-…-el anbu se sentó en el sofá y atrajo al uchiha contra su pecho, lo abrazo por la cintura y acaricio los suaves cabellos de obito, obito se dejo hacer a la caricia y escondió su rostro en el cuello del mayor.

-¿Por qué haces esto…acaso no íbamos?-no quiso terminar la pregunta por miedo a la acción que tomaría el otro, este se dio cuenta del nerviosismo del menor.

-lo único que quiero hacer hoy es mantenerlo cerca de mí, nada más, ¿me lo permites?-dijo manteniendo el cálido abrazo y preguntándolo con expectación, obito enrojeció por lo dicho, y suspiro contra el cuello del anbu haciendo que este le mirara y riera bajo por las cosquillas que eso le causo.

-no se a que viene eso…-dijo amargamente obito.

-¿Por qué lo dices?-cuestiono en anbu.

-todo este tiempo que hemos mantenido esta relación, tu jamás preguntaste algo como eso, si querías algo de mi simplemente lo tomabas y ya, nunca  me preguntaste, por eso me a sorprendido tu pregunta-sus  manos se rozaban con las otras, el anbu entrelazo sus dedos con los del menor y  levanto lentamente la máscara, solo se podían apreciar sus labios, obito se quedo mudo…tembló y casi retrocedió, el anbu delineo sus labios en una sonrisa seductora y beso simplemente la mano del uchiha.

-¿esta aceptando lo nuestro?-obito medito sobre sus anteriores palabras y…

-empiezo a pensar que no quiero que ni me abraces-dijo seco, y tratando de alejarse, el anbu rio contra los oídos del menor y le beso la mejilla, luego con mucho cuidado posiciono sus labios sobre los otros dando un suave y casto beso.

-lamento mi arrogancia, ¿me lo permite?-

-e…esta bien-tartamudeo mientras volvía a ser besado y luego sostenido en los brazos del otro mientras el sueño le llegaba de a poco en esa cálida noche.

 


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