Tras la misteriosa revelación, todo se tornó más calmado, la mayoría de los países que no estaban involucrados optaron por retirarse y buscar algo de información. (O mostrarse Neutrales, en todo)
Optaron por retirarse y tratar de descubrir un poco de cómo se dieron las extrañas visitas. Tendrían como ventaja que se había declarado una semana entera de reuniones, en las que no avanzarían nada, pues esta vez lo importante era ayudar a los ahora adolescentes
El cuarteto de rubios iban en la camioneta Van de Francis, este conducía mientras que Arthur iba en el asiento del copiloto, por su parte los dos rubios americanos iban en los asientos traseros.
– Y…Piensas irte con esa extraña– inquirió el francés, como quien no quiere la cosa, pero ya se cansó del silencio sepulcral
– ¿Cuál sería la diferencia?– dijo el rubio adolescente, con su mejilla recargada en su palma
– Pues no lose– dijo el francés, un poco sorprendido por el aburrimiento que el menor mostraba
– Exacto, no habría diferencia, si me quedo o me voy, a nadie le importaría– dijo desviando la vista hacia la ventanilla sin cambiar de pose.
– Mon ami, no quise decir eso–menciono el francés, un poco inquieto
– Arthur, nosotros te extrañaríamos– dijo el canadiense seriamente, el adolescente bajo la vista y desvió el rostro para ver las vista atreves de la ventana.
– No lo creo– dijo sin mirarlos, los adultos se dedicaron una mirada atreves del espejo de la camioneta
– Yo no podría vivir sin ti– el americano acaricio ligeramente los rubios cabellos aun desde el asiento trasero, logrando sonrojar al inglés.
– Vez, Mon ami las cosas han cambiado, y tú has sido parte de ello– declaro el francés, sonriendo tiernamente.
– Tu aún me odias– dijo mirando al francés
– No, hace mucho que eso acabo, aún tenemos nuestros conflictos, pero salimos a bares, cometemos ligeros actos de vandalismo, me fascina ir a tu casa en las semanas PUNK.-ROCK, e incluso criamos a Mathew y Alfred, juntos se podría decir– el francés sonreía ahora con picardía
– ¿Y mis hermanos?– todos se miraron entre si
– Pues formaron el Reino unido– dijo el canadiense
– Ahh, Si, son el conjunto de naciones que lo conforman– asintió el americano
– ¿Enserio?– dijo con los ojos iluminados
– Bueno Mon ami, tu sabes cómo son tus hermanos– dijo el francés, frenando pues ya se hallaban en el estacionamiento del hotel donde se quedarían.
– Pero, si formamos un Reino juntos significa que no me odian– su voz se oía por completo ilusionada, Francis hizo una mueca y quitándose el cinturón tomo la mano del menor que lo miro intrigado
– Mon Ami, tienes una familia ahora más grande, criaste muchas colonias, que aun. Ahh, te llaman a veces, ellos pues… Tienes a Alfred él te ama– el francés se veía realmente mortificado tratando de escoger las palabras idóneas.
– Entonces, ¿vivimos todos en Reino unido?– pregunto confundido y entusiasmado
– Ya no son niños, sabes, ellos tienen casi todos la misma apariencia de Alfred, bueno su estatura, y edad–
– Pero…mis hermanos viven conmigo ¿no?, ellos tienen que hacerse cargo de sus países lo entiendo, pero, van a casa, o yo voy a verlos ¿verdad? ¿Cómo a Alfred? Aunque sin el… sin los actos de pareja– se puso rojo, pero aun así esperaba una respuesta
– Vamos a cenar– dijo el americano que no tenía ni idea de cómo intervenir de forma correcta.
– Pero…–
– Alfred tiene razón, no debes retrasar tus alimentos– el francés le dio un empujón
– Pero…–
– Hablaremos después de la cena– Canadá lo ayudo a bajar y aunque no muy complacido decidió aceptar, tenía algo de hambre.
Comenzaron a caminar ligeramente atrasados, al inglés que iba sumido en sus pensamientos, una camioneta se estaciono de pronto frente a ellos, de esta bajo el danés, completamente alterado.
– ¿Dan?– el inglés corrió ligeramente hasta alcanzarlo, el resto de los nórdicos bajo mirándose culpablemente, cuanto agradecía Tino haber dejado a Peter con Letonia en el hotel.
– ¿Qué paso?– pregunto el inglés, y de inmediato los orbes ultramarinos del danés, se posaron en su contraparte verde pradera
– Un mes, es una mierda, ellos llevan deseando deshacerse de mi por siglos, soy la molestia idiota que solo los ha atormentado, él tonto que no tiene la suficiente capacidad mental para entender que le odian… mi respuesta está muy clara– y tras decir eso salió corriendo. Los nórdicos miraron a los rubios mayores y bajaron el rostro con una clara culpa grabada en el rosto
– Dan, siempre hablaba de sus hermanos, que él sería capaz de matar por protegerlos, que él los amaba tanto, y ellos a él, yo siempre lo envidie por ello, pero… ¿era una mentira?– todos miraron al inglés, que tenía una gran duda en su mente y una sensación confusa en su pecho.
– Deberían hablar con el– dijo el canadiense, con una rostro molesto, se adelantó y tomo a Arthur del hombro
– Vamos Arthur, no debes atrasar tus alimentos– dijo sonriéndole al inglés, que asintió confundido, apenas comenzaban a caminar, cuando otra camioneta se frenó Canadá tuvo que jalar al inglés pues la camioneta era conducida como sin control, las puertas se abrieron de pronto y tan rápido como un bólido, el ruso se hallaba ya en el piso, tratando de pegarle a un sorprendido y asustado americano, mientras que china, manoteaba por liberarse del agarre de Japón que había viajado con ellos para hablar con Yao.
– Suéltame-Aru, te crie te di mi cultura y tú me pagaste con una cicatriz-aru, eres un maldito traidor-aru, suéltame, no eres diferente a ninguno de los que me quieren ver muerto-aru– gritaba el chino, e insistía en tratar de zafarse del agarre de Kiku.
– Por favor China-san, escúcheme, no fue así– el pobre de Kiku apenas y podía contener a China, hasta Bielorrusia trataba de calmar al joven. Por su parte Lituania , Estonia y Ucrania, trataban de contener a Iván que tiraba golpes al Americano que apenas y podía cubrirse no es como si tuviera la misma fuerza que su forma adulta, pero igual si no se cuidaba podría ocurrir un accidente en ambas naciones
– KOLKOLKOLKOLKOLKOLKOL– entre los tres Europeos del norte apenas y podían mantener a Rusia lejos de Alfred, que se recuperaba de los intentos de golpe. Y uno que otro muy certero bien dado.
– Los alejaste a Todos de mi da, maldito cerdo capitalista da, tu querías que me quedara solo, cerdo yanqui da, solo porque te independizaste de Inglaterra, ¿creías que podías someter a todos?, infeliz maldito DA, KOLKOLKOL– el euroasiático siempre sonriente era ahora una joven adolescente con un aura por completo negra rodeándole.
– ¿Te independizaste de mí?– la voz de Arthur logro calmar un poco el asunto. Se oía aterrado
– ¿Qué te sorprende-aru? Nunca quisieron estar contigo, Tú me quitaste a Hong Kong aunque al final él también te abandono-aru, como todos-aru, eres igual a nosotros aru, nos han dejado, tras guerras, tras lágrimas, tras haberles dado todo-aru, Suéltame– y golpeo con su mano libre la muñeca del Japonés que se abrió con un terrible dolor y callo como si no tuviera articulaciones, corrió alejándose de ellos y poniéndose cerca de los otros Europeos que contenían a Rusia.
– Suéltenlo-aru– dijo poniéndose en pose de Kung Fu, aun cuando de sus ambarinos ojos brotaban cientos de lagrimas
– ¿Es cierto?– pregunto bajando el rostro alejándose un poco de Canadá
– Arthur Mon ami, platiquemos adentro, esto es un malentendido–dijo el francés, tras poner de pie al americano
– Era mentira, ¿no?, por eso no me dijiste si ellos me querían, por eso no querías decírmelo, me abandonaron, ¿todos?, ¿cuántos 2, 3?– se sentía claramente atormentado
– Dominaste a casi todo el mundo, tuviste más colonias que España– Lovino contesto parado junto a su Hermano, Alemania, España, Austria, Hungría y Prusia. Se había bajado de la camioneta y quedado estáticos viendo todo frente a ellos.
– ¿Todos me abandonaron?–
– No Arthur, no fue así– el canadiense sonaba realmente preocupado
– Todos se independizaron de mí, pero mis hermanos, aceptaron estar conmigo después de eso ¿verdad?– se notaba el deseo de obtener una respuesta afirmativa
– Ellos, ya no me odian ¿verdad?– los ojos verdes comenzaban a cubrirse de lagrimas
– ¿A donde iras de su yo?– el grito de la pequeña micro nación alerto a todos, que se giraron a ver al danés que traía su mochila al hombro.
– DENMARK– grito Tino e Islandia.
– Suéltame, déjame en paz, porque no me abandonas, ¿Eh?, tal y como lo hiciste con England, tus hermanos y los míos son iguales, son un ASCO– el danés, jalaba la mochila tratando de liberarse de Sealand que trataba de contenerlo
– PETER– grito Tino corriendo hacia ambos adolescentes
– Claro– el canadiense miraba fijamente al Inglés, sin comprender mucho
– Por qué deberían quererme, Yo soy el estorbo, nadie me necesita, Francia me odiaba, El imperio Romano solo quería más tierras, mi pueblo solo desea poder…No me importa, no los necesito, sobreviví solo, solo, no los necesito– el aura roja se tornó negra, asustando a todos, que miraron al inglés, dejando de lado sus propios gritos, y sintiendo terror y confusión
– TAMPOCO ME NECESITAN– todo comenzó a temblar ligeramente, los ojos verdes brillaban de forma intensa misteriosa, pero llena de dolor. – Yo hare que de verdad dejen de NECESITARME, SIN NADA, SIN NADIE, ENTONCES NO HABRA SOLEDAD, NADIE VOLVERA A ABANDONARME– el temblor se intensifico y en un segundo el aura negra les rodeo dejándoles como única visión el brillo intenso de los ojos verdes, frente a ellos. Un fuerte golpe se escuchó y todo volvió a su estado normal, los adolescentes yacían inconscientes en el piso, mientras que los adultos estaban aterrados y confundidos
– ¿No pueden hacerme esto tan fácil?– dijo una dulce voz, que no supieron de donde provenía.
– ¿Quién eres?– El alemán y el Prusiano ya tenían sus armas de fuego a la vista mientras que protegían a Austria e Italia que estaban junto al inconsciente cuerpo del Romano
– ¿Realmente, no les importa si me los llevo para siempre?– ínsito de nuevo la voz
– Aparece de una vez maldita– grito Bielorrusia ahora junto a Rusia y China, justo como Ucrania y Japón.
– Pues les diré, solamente…Solo los elegidos pueden verme pero… ya que ustedes perderán, sin duda alguna– una joven de cabellos castaños hasta las rodillas apareció de pronto, sus ojos violetas, les sorprendieron por su parentesco con los de Rusia, pero el brillo de estos era sádico al 100% sin piedad, ni rastro de calidez en ellos, todo lo contrario a lo que Rusia mostraba y más si estaba con el Chino. Flotaba curiosamente a la vista de todos. Su cuerpo pequeño como el de una niña de 10 años, pero su presencia tan antigua como la sensación del miedo sobre el mundo entero.
– Mi nombre es Mine… y no soy, ni un hada, ni valkiria, ni nada, Yo soy una existencia superior, pero eso es algo que a ustedes poco les importa, les diré. Que me sorprendió descubrir que solo 24 horas hubieran sido suficientes para que mis elegidos decidieran que Yo…Soy la mejor opción, pero…Tengo que habituar el lugar donde pasaran su inmortalidad existencia, debo arreglar las habitaciones, acondicionar las bibliotecas y esas cosas… por eso les di un mes, porque creí que eso sería suficiente, me equivoque–
– Sigues equivocada, ellos no se irán contigo– grito el español, terriblemente ofuscado
– Seguro, te diré…que de todos los elegidos, el único que no dudo ni un instante en seguirme fue Lovino, él es de todos, el único que no explotara como los demás, el único cuyo dolor…prefiere guardarse, pues teme, que si dice lo que siente, la gente lo considere molesto y lo dejen, Lovino es tal vez, el que mayores problemas tiene, por eso lo quiero conmigo, yo lograría despertar, de él lo que nadie ha podido. Después tenemos la obsesiva-compulsiva de Iván, un niño con el anhelo y el poder de volver a todo el mundo un paraíso o un infierno, todo con la maestría adecuada. También esta Yao, tan lindo, tan tierno, tan… vacío y sin deseos, 4 mil años reducidos a solo mil o dos mil, a un así, suficientes para ver el dolor del mundo, las lágrimas de su gente, ser traicionado, y destrozado, a tal punto en que…su deseo lo obligo a refugiarse en sí mismo, Denmark, oh Den, incluso pienso lo hermoso que serán mis hijos con Mathias… jajaja–
– Maldita– gritaron todos los nórdicos
– Es un chico tan diferente, con el deseo de apaciguar su soledad, sería capaz de someter todo frente a él, de destruirlo, pero ustedes… sus ¡Supuestos Hermanos!– las palabras eran escupidas con un desprecio casi palpable
– ¿De qué hablas?– para sorpresa de Todos, el grito provino de la garganta de Noruega
– Ustedes jamás sabrán de los azotes que Mathias sufrió, de los golpes, los gritos, las órdenes para convertirse en el Rey de Europa, ustedes solo veían lo molesto que era, pero jamás se pusieron a pensar, que todo su rechazo lo hería, y ustedes mismos provocaron, que su sed de poder, esa ambición tomara una salida tremendamente agresiva, todo el daño que no les causaba a ustedes, se los causaba a todos los que eran obligados a enfrentársele–
– ¿Cómo sabes eso?– grito América, muy molesto.
– Por qué los he observado, a todos, desde siempre, pero ellos se han ganado mi favoritismo–
– Tú– el americano estaba muy molesto, sujetaba en sus brazos con una delicadeza extrema a su joven compañero, junto a él, estaban Matthew, Francis y Peter que se aferraba a la mano de su inconsciente hermano.
– Oh… El amor, ese que le ha causado tantas cicatrices en el cuerpo, ese que le ha roto tantas veces el corazón, ese que lo ha hundido en la más triste soledad, Arthur es de todos mi mayor reto, desconfía tanto de todos, que no me ha sido fácil convencerlo, además, esta su poder, Arthur es en este punto de su vida, una nación completa, sin el inconveniente de los sentimientos, pues los oculta para no ser herido, sin nadie que lo comprenda o intente hacerlo, Arthur es en esta faceta, 100% poder, pero están inestable, que moriría antes de poder controlarlo, y mataría todo a su alrededor, es con el que debo tener más cuidado…por eso es encantador–
– A Ore-sama no le interesan tus Masoquistas deseos, Mathias y Arthur son mis amigos, somos parte del BBT, y no permitiré que te los lleves, Rusia y Yo no somos amigos, pero parte de mi Awesome existencia es debido a su maldito complejo de todos serán uno conmigo, y Yao es su amante así que no permitiré que te lo lleves, y a eso súmale a el amante de mi amigo España y hermano de mi cuñado Italia, eso solo te da como resultado…Que el gran ore-sama no permita que te los lleves– Gilbert gritaba mostrando su arma ente la chica que sonriendo bajo hasta la altura del albino que se quedó congelado en un instante.
– Que espécimen tan interesante, tan… perturbado… pero, no lose– se elevó de pronto y uno de los cuchillos de Natasha paso muy cerca de su cabeza incrustándose en la puerta de una de las camionetas
– Jajaja– reía flotando de nuevo
– Maldita– dijo el ex imperio desde el suelo, mirando feo a Natasha.
– Hagamos un trato, les daré una nueva oportunidad, Mientras yo termino de arreglar los detalles, y hacemos esto más divertido… cuando ellos despierten… Lo que paso desde que salieron de la sala de juntas hasta ahora, no existirá, ellos creerán que se quedaron dormidos, y esto no estará en sus mentes, pero… si vuelven a fallar… entonces, ya no habrá nada que hacer… y me los llevare por siempre– la risa siniestra inundo todo el lugar.
– ¿Si, era tan fácil llevártelos por que no lo hiciste?–
– En su forma adulta, ustedes son solo, parte de un juego de poder, obedeciendo a sus líderes y sintiendo las peticiones de su pueblo, era imposible convencerlos, así que nada mejor que alterar su mente a un punto, donde son capaces de ver el mundo, pero no están atados a él, como niños hubiera sido un fracaso, pero como adolescentes, EXITO– de nuevo esa risa, que ya tenía a todos con los pelos de punta.
– Pero, incluso yo tengo limitaciones, No puedo llevarme a nadie que no quiera venir conmigo, ellos deben aceptar, que esto será por toda la eternidad– sonrió de forma cálida, como si estuviera por completo segura que no había vuelta atrás.
– Nos veremos dentro de un mes…Naciones, y mis queridos niños, ADIOS– desapareció con un efecto ensordecedor, todos se miraban atónitos y aterrados.
– Deberíamos mantenernos juntos– dijo Feliciano, sujetando a su hermano con mucho cuidado. Sin poder negarlo todos asintieron, Canadá recibió de brazos del americano al inglés, que después se acercó a los bálticos. Levanto sin esfuerzo a Iván, mientras que Toris cargo a Yao, Berwald, levanto en sus brazos a Mathias. Y España cargaba a Lovino
Se dirigieron a la habitación presidencial que Alfred había preparado en el hotel, y aprovechando la cama imperial que era como dos camas King Size, juntas dejaron durmiendo a los adolescentes, Alfred dejo un dulce beso en la frente de Arthur, que sonrió en su sueño y se giró a abrazar lo que tuviera cerca que era el danés, los ojos de Alfred temblaron y Noruega apareció de pronto dándole un conejo gordo y esponjoso, Alfred lo uso para remplazar el abrazo del inglés, sobre el danés, y el dormido adolescente, lo abrazo más fuerte hundiéndose en su esponjosa comodidad. El americano se alejó y noto entonces como Noruega arreglaba los cabellos del danés y le susurraba algo que no alcanzo a escuchar.
– ¡Anko!– fue lo último que dijo antes de ponerse de pie y cubrir al danés, con una gabardina roja, igual a que usaba como adulto solo que a su medida.
– No dejare que esa maldita se los lleve– la Bielorrusa hablaba con Japón que acomodaba a Rusia y China sobre la cama, cubriéndoles un poco pues hacia algo de frio, y deshaciendo las coletas de china, para que durmiese más cómodo. Casi al instante Iván lo abrazo por la cintura, el vestido era arreglado por Natasha, pues sería incomodo dormir con él+.
– Señorita Natasha, me sorprendió ver que usted era la autora de tan excelente gusto en vestuarios y me preguntaba si usted– La bielorrusa lo miraba feo pero de pronto, su mirada se suavizo cuando noto, la cámara que el japonés sonreía.
– Una sesión de Fotos, con nii-san y mi hermosa muñeca china danzando los más sexys vestidos, si acepto– y jalando al japonés salió del recinto, para mostrarle todos los vestidos que ella misma había confeccionado.
– Lovi-love, tú no puedes dejarme, eres mi niño especial, eres mi vida, yo hare que olvides todo, pero quédate conmigo–Antonio estaba hincado junto a su niño adorado, sujetándole la mano con un tremendo afecto.
– Vamos Antonio– dijo el alemán, poniéndole de pie y conduciéndola a la gran estancia donde todos ya estaban sentados.
– No podemos permitir que algo como hoy se repita– el americano actuaba tremendamente serio
– Tenemos una oportunidad única en nuestras manos, de reivindicarnos– hablo el francés, logrando que la mirada de todos se posara sobre él.
– En el pasado, los dañamos, los destrozamos y somos los únicos culpables para que esto se esté llevando en este instante, así que, porque no hacerlo bien esta vez– todos lo miraron y asintieron de forma tranquila
– Ok, Plan felicidad absoluta, en marcha– todos chitaron al americano que emocionado había dado un grito.