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Conflictos Adolescentes por Yuzuru7

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Notas del capitulo:

Saben encontre perdidos en mi Pc los que fueran mis primeros Fics Yaoi XD, y me estaba planteando si publicarlos aqui o no XD, tambien me quede viendo, que estan del nabo XD, tienen muchos errores, demasiados XD, pero son importantes para mi, porque son los primeros XD

Volviendo al asunto...Esta historia es Mia, los personajes en ella No, bueno solo uno pero es obvio quien Es XD

Advertencias: Uso de nombres humanos, posible OoC muy levemente, y la naturalidad de Arthur y Lovino juntos. ahhh ya se me olvido que mas XD

Jan=Noruega
Mathias= Dinamarca. (los demas son los Cannon)

Los ruidos en la inmensa cocina de aquella habitación presidencial, eran lo único que se escuchaba, trataban de hacer el menor ruido posible, pues al salir de la habitación, habían encontrado a todos los mayores desparramados en el lobby y la sala algunos en los sillones otros en el piso.

Así que prefiriendo no despertarlos se encontraban ahora en la cocina. Habían tenido que pedir en recepción algunos ingredientes e ir a la cocina del hotel. El pequeño Peter les había dicho como, pero para no molestar a los mayores habían tenido que bajar por ellos. Mathias y Yao bajaron acompañados de Peter.

– Entonces-aru, la hermana de Iván-aru dijo que en el futuro yo me vestía así-aru– les contaba el joven chino la razón del vestido, que el día de hoy era blanco con rojo. Sin perder ese toque Qi-Lolita, Denmark asentía sonriente, mientras que Peter intentaba no darse una facepalm y explicarle a la nación mayor que había sido Timado. Y que todo era un siniestro plan de la bielorrusa, de poder convencer a Yao de que aceptara casarse con su hermano y la convirtiera en la concubina del ruso. Si al parecer la bielorrusa había leído algo respecto a los antiguos matrimonios reales Asiáticos. Y lo confirmo con Japón, cuando este emocionado por creerla una Fujoshi mas, había entablado conversación con la chica.

– Oye Yao, ¿cómo es eso de que en tu país me puedo casar muchas veces?-de suyo– inquirió el menor, de los tres con la leve esperanza de que el chino notara la verdad, y es que bueno, él le tenía algo de miedo a la bielorrusa haberla visto ayer tan emocionada solo aumentaba su temor

– AIYA, eres muy joven para casarte-aru–

– Bueno si, pero creceré, ¿sabes?–

– Es cierto-aru, pues se aplica poco, pero es más entre los líderes de las dinastías-aru, el Líder-aru se casa con su prometida-aru y este puede tener más esposas muchas más-aru, siempre y cuando la esposa principal lo apruebe-aru, si la esposa principal lo aprueba-aru el esposo debe cumplir, como hombre y esposo-aru–

– ¿Cómo es que alguien aprueba eso?– dijo sorprendido el menor

– Pues, algunas reinas-aru lo aprueban, por necesidad y temor-aru, además la esposa principal, cuida al marido, las concubinas a los hijos que son educados como hermanos-aru, pero eso se practica muy poco en mi país-aru, como ya te dije, es más con los reyes y emperadores-aru, para poder hacer eso debes ser capaz de sustentar a esposa y concubinas-aru, además, convencer a la esposa real, no es fácil-aru, darle vestidos caros, adornarle el cabello, miles de cosas aru– decía el chino muy tranquilo

– ¿Cómo Natasha contigo?– dijo el menor

– Natasha lo hace porque nos quiere a mí y a Iván-aru, es mi cuñada favorita, ella misma me lo dijo-aru– Peter no pudo evitar darse una Fecepalm, sentía pena por el chino, pero este era caso perdido

– ¿Entonces, si yo viviera en tu país, podría casarme con Norge y después con Ice, y con Fin y Sve?– pregunto sonriente el Danés, el chino lo miro interesado.

– Los tiempos han cambiado-aru, pero a como yo lo recuerdo, el concubinato entre hombres era un crimen, aunque siendo naciones no hay problema-aru– dijo sonriendo después de un rato.

– Tío, Den, ¿porque la pregunta? – inquirió Peter como no queriendo escuchar la respuesta

– Por lo obvio, quiero mucho a mis hermanos, no quiero que me los quiten, pero sobre todo a Norge– dijo sonriendo. –Como tú eres hermano de Arthur, si te lo propusiera Arthur me caparía, y no dudo que las otras 4 morsas también lo intenten– (Hace referencia a Escocia, Gales, y los gemelos Irlanda)

– ¿Y tú aru? – preguntó el chino a la joven micro nación

– Pues, solo era curiosidad, pero yo sin duda me casaría con Letonia– respondió soñadoramente

– ¡Aiya!, ¿Me invitaras a la boda aru? – el joven chino parecía ahora emocionado

– Sí, porque no– respondió sonriendo bobamente.

Habían llegado hasta la cocina. Y haciendo gala de su "encanto" el danés había abierto la puerta de golpe asustando a los trabajadores

– El Rey ordena le den ollas, o arrancara sus cabezas y violara a sus mujeres– dijo y una gran sonrisa se posó en su cara

– ¡AIYA! Estos esclavos se visten muy bien–Peter estaba rojo hasta las orejas, y se daba de topes con la pared, como se le había ocurrido traer a las jóvenes versiones de un Reino Vikingo y de un Imperio que tenía sirvientes hasta para caminar. Pero eran sus mejores opciones, pues Iván era un Reino que había sido sometido por los mongoles y tenía cierto complejo con Todos serán uno conmigo o los mato, Al menos en el futuro era menos siniestro, el otro era un Ladrón acomplejado, por cierto cuando se levantaron Lovino casi los asesina pues se sorprendió al verlos a todos junto a él, y su hermano mayor, el siempre educado Arthur era simplemente un pirata con la boca más sucia que haya escuchado en toda su vida, y tenía esos desplantes terriblemente psicópatas, vean por donde lo vean, no es como si tuviera mucho de donde escoger.

– ¡Ahh! Venimos de la suite presidencial, podrían prestarnos un grupo de ollas, y entregarnos lo pedido a recepción por favor– inquirió el menor tratando de arreglar todo el asunto de las intromisiones psicóticas de Mathias y Yao.

Después de obtener las ollas y los ingredientes faltantes se dirigían de regreso a la habitación, Peter miro su reloj, eran apenas las 5:30, conociendo lo puntual que eran sus padres de seguro se levantaban a las 7 así que apresuraron paso, los adolescentes despertaron a las 4 pues tenían hambre, y se puede decir que el Grito de Lovino al verse rodeado de gente y el instinto asesino del mismo, obligo al resto a despertarse

El pobre Selandes recordaba aquella escena con cierto temor.

Cuando todos los adultos comenzaron con su reunión él se fue a dormir a la misma habitación que los demás, seguido por Letonia, dormían plácidamente cuando el grito ahogado de la nación italiana los despertó a él y a los demás un tanto asustados.

Lovino había despertado y acostumbrado a hacerlo solo, o con el español, había dado un grito aterrado, y comenzó inmediatamente a revisarse, como para verificar que estaba completo

– ¿Qué pasa-de suyo? – inquirió un tanto desubicado. Lo siguiente que vio fue a Lovino con lo que parecía ser una navaja en mano, con una mirada muy parecida a la de Arthur cuando planificaba convocar algo realmente malo. Después vio a su Tío Den, que aparecer llevaba rato despierto y estaba sentado en el piso, poniéndose sus zapatillas. Iván de inmediato se puso entre Lovino y Yao, y Arthur seguía durmiendo, hasta que Iván que empujo a Lovino que vino a caer sobre él inglés, fue donde el caos, comenzó, Arthur tenia uno de los peores despertares del universo, se levantó con una sombra siniestra y con solo un

– UH– el sonido gutural que abandono los labios de Arthur, no fue nada comparado con la extraña energía que los mando contra el suelo, mientras que el rubio se dejaba caer de nuevo contra la cama, abrazando al regordete conejo de felpa, todos estaban en el piso, quejándose.

– Maldición, porque cada que despierto pasan cosas raras, primero el bastardo español, después de zopenco de Feliciano y ahora un grupo de inadaptados. – se quejaba el Italiano, la mirada de todos se clavó en él, pues él había sido el culpable de todo esto

– ¿Yao estas bien da? – pregunto el ruso abrazando al menor chino

– Si, aru, solo que eso fue raro– el danés lo empujaba pues estaban los dos muy abrazados sobre él. Tras quitárselo de encima se sacudió

– Arthur– el danés se acercó al único que aun reposaba en la cama. Todos los miraban con cierto recelo.

– Mira Arthur un dragón– dijo el Danés, de inmediato el inglés estaba sentado buscando a la bestia mitológica.

– ¿Pero qué? – su pregunta fue respondida por un golpe en la nuca por parte del danés.

– OYE PERRO DE MAR– dijo el inglés molesto

– Me cayeron encima Yao e Iván, y me dolió– dijo inflando las mejillas

– Y yo que culpa tengo, zorra danesa– gritaba de nuevo el ingles

– Fue tu culpa– dijeron todos, y tras lograr ponerse un poco tranquilos el estómago de todos los convenció de salir por algo de comida. Fue cuando vieron a todos dormidos, y usando un poco de lógica y para ahorrarse el regaño "por dormirse en la reunión" (eso creían ellos), prefirieron pasar de largo y preparar algo en la cocina, y eso es lo que hacían ahora mismo.

De regreso en la cocina.

– ¿Por qué no pedimos mejor comida a la habitación? – el pobre letón temblaba ahora más que nunca, y es que tener a Rusia adolescente, preguntándole miles de cosas, lo tenía aterrado y más porque tenía órdenes de no decir nada que pudiera alterar a los adolescentes, y desencadenar una reacción como la de la noche anterior.

– Es obvio si pedimos comida nos arriesgamos a un nuevo regaño o al hecho de que la comida sea asquerosa– declaro el Italiano, mientras hurgaba en las bolsas que el resto había traído. Yao ya estaba abrazado de Iván y mostrándole la lengua a Raivis que seguía temblando.

– ¿Y qué prepararemos?– inquirió el danés. Comiéndose una manzana

– Arthur está revisando unos recetarios, como estaban en Ingles se lo hemos encargado a el– dijo el letón, mirando a Peter que de pronto se había puesto Azul

– oigan– Arthur apareció de pronto mirándoles como asustado

– ¿Encontraste algo delicioso?– preguntaron los chicos mirándole

– No creo que esta recetario se de comida, me parece más bien una abominación al cuerpo humano– declaro arrojando a la barra de la cocina, las revistas en las que se leía 10,000 recetas para hamburguesas (originales Americanas) volumen 1,2,5,7

– ¿Entonces? – dijeron todos, Peter trataba de no reírse solo su hermano podría criticar la comida americana de esa forma aun cuando su comida no era mejor.

– ¿Pues porque no preparamos algo que conozcamos? – dijo el danés, comiéndose hasta el corazón de la manzana de la que quedo solo el pequeño tronco.

– Sería bueno-da– dijo el ruso sonriendo, el chino asintió, y sacaron lo que quedaba en las bolsas. Había pastas, si bien no eran ni tallarines ni Espaguetis italianos podrían hacer algo, también habían traído tomates y eso era ya una bendición para el italiano, incluso trajeron algo de Curri a lo que el Chino ya había planificado algo, Rusia prefería ayudar a Yao. Le gustaba mucho verlo cocinar. Y serle de ayuda, aunque se le antojaba algo pesado como Vodka. Por su parte Arthur miraba todos los ingredientes con ingenuidad, él no era malo en la cocina, es solo que en altamar, tenía que encontrar cosas, que lo mantuvieran sano, importando poco si era bueno y eso no siempre le gustaba a la gente. El francés se lo gritaba constantemente a la cara. Peter miraba a su hermano, Arthur tendía a no decir nada, pero le deprimía que la gente considerara su cocina Horrible, el pequeño Peter estaba sano a causa de ella después de todo. Y había algo en lo que su hermano era muy bueno, aunque solo lo preparaba para su gente querida. Tal vez américa lo probó alguna vez, que sentiría si lo probaba de nuevo. Con esa idea se acercó a su hermano y le sonrió, Arthur lo miro interrogante.

Dinamarca estaba a punto de comerse otra manzana, mas Arthur se las quito y se las llevo junto con otros ingredientes. El danés palideció un poco. Aun recordaba los grados alimenticios del menor.

– ¿Arthur, vas a cocinar? – inquirió tratando de no ofender al rubio que era explosivo como el Éter.

– Si, hare él Te– dijo con una gran sonrisa el Inglés, el danés suspiro, le gustaba él Te inglés, era una infusión perfecta, pero Te de manzana, eso era raro. Hasta para el inglés.

– Aru, podrías preparar te Negro– Yao sonrió al inglés que asintió y tomo otra especia. De la mesa.

– ¿Qué vas a hacer tu Mathias-da? – pregunto el Ruso que pelaba las patatas de Yao le había dado.

– Pues… no lose– contesto riéndose. Más la mirada de todos sobre él lo hizo guardar silencio.

– Puedo preparar galletas– dijo sintiéndose intimidado, los demás asintieron,

– galletas con el Té, será muy buen postre– dijeron sonriendo y continuaron con los suyo. Dinamarca obtuvo la ayuda de Raivis que había sido despejado por Peter, pues le dijo que la comida de Arthur sería una sorpresa.

Lovino estaba rojo cual tomate, Yao e Iván no dejaban de interrogarle, pero no lo hacían por mal, es que el joven parecía tener un talento envidiable en la cocina, su pasta, tenía una cocción muy diferente a la de Yao, textura y color, además la preparaba con una Vinagreta que el mismo había preparado, y los tomates tomaron forma de Salsa, Cortes Finos y cocidos, Yao estaba sorprendido, porque incluso uso un poco de Curri para guarnecer los tomates cheri y dejarlos bañados en una vinagreta dulce.

Yao preparaba Arroz, Gambas marinadas con "Um Gion Fan", (Cinco sabores, grupo de especias usado en los mariscos) berenjenas, Tofu fermentado, Vegetales y cortes de carne asados o cocidos con brotes de Bambú. Iván acomodaba los platos dándoles una presentación casi envidiable. Y aderezaba unos pocos con la salsa de Tamarindo y Guarnición Cherri que Yao y Lovino habían preparado.

El danés quiso meter mano y se llevó un cucharazo por parte de los Chefs así que se limitó a seguir amasando y dando forma a las galletas. Arthur se acercó con un grupo de platitos de porcelana sobre el que se hallaban diferentes polvos de colores y olores antojables, después acerco las tazas y puso una jarra en la estufa a que hirviera con el agua.

– Aru, Te tradicional– dijo el Chino muy complacido

– No hay mejor té que el mío– dijo sonriendo y metiendo al horno algo que no distinguieron, Den se acercó a meter las galletas Arthur lo ayudo para que no fuese a mover su creación, el danés no pudo distinguir lo que era, así que se alejó, y puso el reloj a correr. Mientras que en la sala.

El dulce aroma, mezclado con las especias, las guarniciones, las galletas, los polvos del Té, el misterioso preparado de Arthur que olía delicioso, las comidas de Yao, los platillos de Lovino. Provoco cierto aroma exquisito, que provoco en los mayores, cierto malestar y necesidad de alimento.

– PASTA– decía el Italiano abrazando al Germano que no podía evitar el gruñir del estomago

– Tomatito, esto esta delicioso– dijo el español sorbiendo su pasta. De pronto abrió los ojos con una mueca de asco y escupió el mechón de cabello del francés que se estaba comiendo, el francés se levantó alertado y miro su pelo mojado y babeado, así que dio un grito dramático. Despertando a Gilbert que dio un brinco asustado callándose del sofá donde estaban, callo de lleno sobre el Alemán, que se sofocó en el Acto y tiro un golpe reflejo que no consiguió ningún objetivo más que tirar del rulo del Italiano, que dio un sonoro Gemido, y se levantó empujando a Japón que asustado , grito

– Es mi primera vez– pues había dado de lleno con los senos de Ucrania que asustada, jalo el cabello de Natasha que lanzo cuchillos que se incrustaron entre Lituania y Estonia, consiguiendo que los dos se separaran en dirección contraria, Lituania cayó sobre Kumajirou, que rugió y tiro una mordida al Americano mayor que Chillo despavorido y lanzo una mesa por el Aire, Canadá solo abrazo a Kumajirou para tranquilizarlo, por su parte Estonia cayó sobre míster Puffin que grazno y comenzó a Picotearlo , logrando que este empujara a Islandia que trato de inmediato de detener al Ave, al pararse piso el mechón flotante de Noruega, que Gimió y se sonrojo de pronto, más lo sorprendente fue la extraña visión gigante que lo rodeo, y tiro un golpe que dio contra Suecia que envolvió con sus brazos a su esposa y apenas estuvo de pie, saco su espada del aura Azul que le rodeaba. Sin sus lentes y sin ver nada tiro un espadazo que fue retenido por la olla de la húngara, que apenas y podía entender lo que pasaba pues lo único que podía ver era a Gilbert con su sartén protegiendo a Austria que se ponía los lentes algo asustado. Fue entonces que todos se miraron.

– AH– fue la general de todos que se miraron curiosos.

– Dormir todos juntos es la peor idea que hemos tenido– dijo el Alemán, mientras que Feliciano se alejaba un poco más de él, aún estaba sorprendido por el tirón del rulo y muy sonrojado.

– Norge– Islandia trataba de calmar a su hermano pero parecía caso perdido, pues el nórdico aún tenía a su gnomo aun lado y respiraba pesadamente, como tratando de calmarse. De nuevo el aroma de alimentos llego a sus sentidos. Y se miraron entre sí.

– Y los chicos– dijo el francés, se asomaron a la habitación y no había nadie, así que recuperando el orden se dirigieron a la cocina. El americano abrió la puerta y lo recibió un puñado de harina, lanzado por el italiano.

– ¿Pero qué? – fue lo único que pudo decir tratando de sacudirse.

– Tienes la puntería de una nena– decía riéndose el Ingles

– Dame un arma y veras que puedo atravesarte las cejas– dijo el italiano molesto

– Eso es trampa, seria fiable si no fueran tan grandes– decía riéndose el danés, en segundos ya tenía una batalla con el Inglés. Yao cortaba ligeramente una hogaza de pan duro. Y se las lanzo a todos los adolescentes en cuestión

– Eso estaba duro-da– dijo el Ruso que atormentaba al pobre letón que se ocultaba tras Peter

– Están listas-aru– dijo mostrándoles el Reloj. El danés y el inglés corrieron hacia el horno y sacaron las bandejas y el recipiente, el inglés lo olio y lo cubrió de nuevo, sonriéndole a Peter. Que le regreso la sonrisa.

– Es hora del desayuno-aru– dijo el Asiático, y miro entonces a todos en la puerta

– ¿Ustedes cocinaron?– inquirieron todos, los adolescentes asintieron y les mostraron la infinita variedad de platillos. Los mayores se miraron entre ellos y sonrieron. Se sentaron a la barra y en la pequeña mesa que estaba en aquel lugar. Y comenzaron a degustar los platillos preparados. Obviamente la comida de Yao era exquisita, la presentación de Iván era envidiable, pero la sazón de romano era simplemente indescriptible.

– Lovi, deberías cocinar más, eres perfecto en ello– dijo sonriendo el Español, el menor bajo el rostro sonrojado, tal vez si era bueno en la cocina, pero no podía superar a Feliciano (eso creía el) y cocinaba solo para él, o para los grupos rebeldes en roma, ellos alababan su comida y lo trataran muy bien, ellos preferirían morir que abandonarlo. Por eso Lovino los apreciaba tanto, no importando que fuesen, ladrones, asesinos, cortesanas, o la escoria como los llamaban los demás, para él estaba más que claro que ellos eran sus únicos aliados, por eso oír aquella palabras del español, que lo había dejado para irse a la mar y a conquistar el nuevo mundo, no significaba nada. Si ahora estaba con él, pero cuánto duraría aquello y de qué forma lo miraba el español. Feliciano también lo felicitaba, Alemania no podía negar el excelente toque del menor, y asentía, evitando decirle a Feliciano que la comida de su hermano era un poquito mejor que la suya. Bueno al menos tenía más sabores y sazones que la pasta y el wurst.

– KÖSTLICH– dijeron el albino y el austriaco al unísono, al acto se sonrojaron ligeramente.

– Está muy deliciosa ¿qué es? – inquirió educadamente el austriaco mirando al italiano sureño

– Tomate Cherry con guarnición dulce– respondió mirando a otro lado, eran muchos halagos y no estaba acostumbrado a ellos

– KESESESESE, Oí tienes que enseñarle al señorito a prepararlos KESESESE, a ver si así hace algo mejor, que solo tocar…– dijo sin completar al austriaco se sonrojo de pronto.

– OBAKA-san– dijo metiéndole un tomate a la boca de golpe. Logrando que el italiano del sur de riera.

– Sera un placer maldición– dijo aun riéndose.

– AHHHH– de pronto tenía a Iván sobre él.

– Lovino tiene que decirle a Iván que es esto-da– dijo mostrándole una copa con un líquido rosa.

– Rasciatano Rosè– dijo tratando de quitarse de encima al ruso.

– ¿DA? –

– Es un vino suave, aunque obvio este está muy improvisado, las uvas y el jugo que trajo Mathias no son comparables con el original– dijo, y el ruso asintió.

– Aunque prefiero los dientes de dragón-aru, tu vinagreta amarga es muy buena en los trozos de carne-aru– decía el chino jalando a Iván, el menor chino mostraba ser un tanto celoso. Y posesivo con su ruso.

– Si, digo lo mismo del Curri, ponerle anís fue una buena incursión– dijo el italiano, el chino lo miro y le extendió una taza

– Arthur-aru, prepara él te como si fuera a casarse– dijo sonriendo. Arthur que había escuchado eso escupió su té. Y los miro con interrogación

– ¿Qué? – dijo alterado.

– Ya sabes-aru tiene la mezcla exacta, acaso iras a pedir la mano de tu prometida-aru– el chino lo miraba sonriendo el inglés estaba más rojo que los tomates.

– ¡NO! – grito el inglés, y se sentó ignorándolos.

– Termine, ahhhh pero espero el postre– dijo el selandes, logrando que el sonrojo de Arthur creciera

– Ah, Peter– Arthur se había acercado a su hermano y le decía algo al oído

– Pero, porque no, si huele delicioso– dijo el menor frunciendo el seño

– Pues es que…– bajo el rostro y miro a Alfred y a los demás.

– Por favor, mejor no– dijo logrando que Peter lo mirara incrédulo.

– Pero se desperdiciara– dijo haciendo un puchero.

– La comida ha estado deliciosa, no lo hagas– fue lo último que dijo antes de sentarse junto a Francia, que le ofreció las galletas danesas que ya danzaban por las mesas, siendo de gustadas con él te.

– El té esta excelente mon ami– dijo el francés, bebiendo de su taza

– Thanks– declaro el inglés, los rubios a su lado lo vieron interrogantes.

– ¿Pasa algo Arthie?– dijo el americano acariciando la cabellera del adolescente

– Nothing creo que comí mucho– dijo desviando el tema.

– ¿Al…No te gusta él Te?– dijo mirando aquella negra sustancia que bebía en su taza y que el mismo americano había preparado.

– Ah, pues es que…No realmente, no me gusta– dijo el americano algo arrepentido.

– Ya veo, bueno está bien– respondió bajando el rostro y comiendo más galletas.

– Toma Al… nada mejor que el Apple Pie con Café– dijo el Selandes pasándole una bandeja cubierta.

– PETER– grito el Ingles mirando a su hermano.

– ¿Apple pie?– el americano destapo la bandeja y un tostado perfecto en dorado y con un aroma exquisito lo sorprendió.

– Magnifique– dijo el francés al olerlo.

– ¿Quién lo preparo? – dijo el americano sonriente.

– Arthur– en instantes la cara de ambos rubios se volvió un dilema y Peter sintió deseos de arrojarles las tazas de té.

– Yo quiero– declaro el canadiense tomando un plato y un cuchillo, el inglés lo miro ilusionado. Dio un corte al pie y lo sirvió, el relleno de manzanas aún estaba ligeramente caliente, el canadiense dio un bocado y saboreo con cuidado el pie, sus ojos se abrieron de pronto y sus labios se curvaron en una sonrisa delicada.

– Oh my god, this is delicious– se relamió los labios y volvió a llevarse un bocado a la boca.

– Es igual al que preparabas cuando éramos niños, MAGNIFIQUE– el inglés estaba completamente sonrojado y feliz. De inmediato tenía a los otros adolescentes junto a él, reclamando un pedazo de pastel.

– Me dijeron que lo tratara bien, que le convenciera de que aquí está mejor, pero si ustedes ni siquiera pueden animarle con un capricho en el que se esforzó entonces, mejor no hagan nada– reclamo Peter, a los mayores que se sintieron culpables y miserables. Se sirvieron el pastel, para sorpresa de todos estaba delicioso.

– Arthur– lo llamo el americano, el inglés lo miro más aquel brillo en los ojos del americano lo puso nervioso.

– ¿Q-q-qué quieres? – dijo desviando la vista avergonzado y a la defensiva. La acción del americano lo sorprendió pues se inclinó dejándole un beso en los labios. El inglés se puso tan rojo que bien podría mimetizarse con los tomates.

– Imbécil, idiota, tu pervertido– gritaba el inglés, cosa que logro que el americano riera escandalosamente.

Norge estaba sentado al fondo de la mesa, comía el pastel, pero no negaba que prefería las galletas.

– Jan– dijo el danés hablándole al Nórdico y extendiéndole otra taza de té

– Gracias– dijo y dejo que el adolescente se sentara junto a él, sus estaturas eran ahora inversas, aun así Mathias no era muy bajo, por lo que el noruego podía hablar cómodamente con él.

– Te gustaron las galletas– dijo sonriendo y llevándose una a la boca. El noruego miro a su alrededor, nadie los miraba, nadie les prestaba atención, extendió su mano y revolvió los cabellos daneses, que sonrió tímidamente.

– Peter dijo que nos llevaría al súper mercado– sonrió el danés, el nórdico se puso serio de pronto.

– Te estas acercando mucho– dijo seriamente, sin quitar su mano del cabello del otro.

– No entiendo– dijo de pronto, pues la verdad no se había movido de su asiento.

El noruego se puso de pie, y salió al Lobby, el danés lo miro y tratando de encontrar alguna señal que no vio, salió tras él.

– ¿Norge? – inquirió al verlo sentado en un sofá.

– No sé cómo tratarte, no quiero hacer nada tonto, pero tú…– el danés se sentó junto a él.

– Norge, yo no quiero que cambies tu forma de verme, solo porque ahora soy mentalmente menor y física, sigo siendo Denmark– dijo sonriendo de lado.

– ¿Sigues siendo Denmark? – dijo tranquilo. El danés asintió, y sonrió de nuevo.

– Eres Anko– dijo de nuevo, eso hizo que el danés se sonrojara y se recargo en el sofá. Sonriendo bobamente.

– Sí, soy Anko, tu Anko– cerró sus ojos recordando al menor noruego, ahorcándolo con una vieja bufanda. Y llamándolo "Anko no Baka". Abrió sus ojos de pronto sorprendido, sentía ese calor desconocido que lo recorría, y noto entonces la cercanía del rostro noruego, sus labios atrapados por el noruego, y como la lengua de este lamia sus labios exigiendo su entrada, abrió los labios dudoso, y de inmediato se sintió ahogar con la ávida lengua de Jan. Que danzaba en su boca recorriendo su cavidad como un conquistador recorre sus tierras. El noruego corto el beso y miro al adolescente, sonrojado, jadeante, con el rostro hecho un mar de sensaciones. Volvió a poner su mano en la cabellera danesa.

– Solo yo puedo– le dijo seriamente, aunque el danés pudo distinguir una ligera sonrisa en ese frio semblante.

– Norge– el adolescente, se recargo en el hombro noruego y cerró los ojos calmadamente. No era tal vez muy listo, pero siempre había querido a Norge, y ahora que al parecer le correspondía no se alejaría, pero entonces ¿por qué había algo molestando su corazón?, ¿por qué había duda en su mente?, ¿por qué sentía le ocultaban algo?

Jugaba en un gran columpio de color plata, frente a ella se mostraba dentro de una burbuja las imágenes de lo que le pasaba a los adolescentes ahora.

– Mi pequeño Denmark, ¿Cómo podría dejarte con alguien que ni siquiera tiene control sobre sus propias emociones? Pero tal parece que esta nueva oportunidad no la piensan desperdiciar…Nadie dijo que yo jugara limpio– comenzó a reír de forma siniestra, un pequeño Lémur subió a su hombro y ella le dio una galleta danesa.

– ¿Verdad Judá? – pregunto al pequeño lémur, antes de comenzar a balancearse de nuevo.

Notas finales:

El Apple pie nace en los paises Anglosajones, principalmente en Inglaterra. hace ya un par de siglos, Francia lo adsorve y lo esparse a España y posterior mente a las colonias. donde se les hacen arreglos y modificaciones.

El original tambien llamado Apple Compost, lleva una base de galleta y la composta de manzana al centro, cubierto de mas masa, y Manzanas, se come preferiblemente caliente y con un poco de canela. y es delicioso.

ME permito decirles que la cocina ingles no es muy variada ni muy comparable a nada, pero los postres son un Delito contra la Awesomidad, osea que estan muy buenos


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