Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conflictos Adolescentes por Yuzuru7

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Merezco que me pateen, lose, Ahhh, pero es que ni yo me inspiraba, malditos bloqueos.

Bueno antes de que se pongan a planificar sus complots en mi contra, pues les digo que… al menos ya lo publique eso cuenta ¿No?

Ok, sin más por el momento… Esta historia es Suya, critíquenla como gusten.

La historia me pertenece los personajes en ella No, los personajes Extra no tienen relevancia historica... Bla bla bla


 

La fiesta lo tenía todo. Lo que en un principio comenzó como un intento de obtener respuestas, término en un desenfreno de adrenalina y diversión a un ritmo diferente.

Arthur estaba ya fuera de control, si es que alguna vez lo tuvo.

– ¡Arthur! ¡Arthur!– decían las voces adolescentes coreando al rubio adolescente, que se quitaba las grandes botas para poder bailar en aquella mesa de centro. Ante la que ya algunos se amontonaban mirando al inglés, que entonaba, gritaba y enloquecía a los jóvenes como si fuera una estrella de Punk.

– Corre Lovino– gritaban otro grupo de jóvenes, persiguiendo al italiano con pistolas de agua, repletas de bebidas Alcohólicas de colores brillosos, Lovino corría seguido de 5 jóvenes, escapando de sus agresores, con las mejillas sonrojadas, la respiración acelerada, su chaqueta había sido dejada en un perchero y su playera de diseñador estaba manchada de lo que parecía ser Vino, Vodka y muchas cosas más. Que tal vez jamás saldrían. Si bien no estaba tan ebrio como él inglés, ya se encontraba con un buen grado de Alcohol. Y su propio aroma impregnado de tantos alcoholes, ya le tenía muy mareado.

– ¡YAO TUMBALOS!– el joven chino que hace rato había sido arrojado a la piscina estaba ahora sobre los hombros del joven americano, mientras intentaban derribar al Asiático y a su hermano. Sus pantalones y chaqueta estaban secándose en el cuarto de lavado así que traía unos pantalones cortos cedidos por uno de los jóvenes y el cabello suelto. Tampoco se había escapado de los cocteles que adornaban la fiesta en la piscina, así que ya se encontraba por completo relajado. Y se había olvidado de su objetivo principal. Aunque si había podido obtener algunas respuestas, ahora eran lo que menos importaban. Él era un maestro de artes marciales, no perdería este juego en agua.

– SHO GHANE– (Yo gane) gritaba el danés, arrastrando la lengua. Y reluciendo el pesado y exótico acento danés del que era dueño. Tenían una competencia de vencidas y el danés tenia lo que al parecer era un record invicto desde que comenzó a jugar. A sus espaldas el equipo de Futbol Americano de la preparatoria, coreaba su victoria. Dándole a beber una botella de Vodka y unas latas de cerveza danesa.

– Sha NOO– (YA NO) pero sus palabras eran obstaculizadas por un embudo. Y al grito Vikingo de

– ¡FONDO! ¡FONDO!– mientras que el danés apenas y podía tragarse todo aquel liquido del cual en su mayoría ya le tenían empapado la playera y los pantalones.

Conducían más que molestos por los suburbios bajos. Encontrarían pronto a esos jovencitos y vaya que los escucharían. Se había separado en varias camionetas, que seguían a la conducida por el americano. Con este viajaban Antonio, Iván, Jan (Noruega), Gilbert que se encontraba temblando entre Berwald y su amigo Francis, con ellos el pobre Mathew, informándoles por radio a las otras camionetas.

– ¿Cómo se llamaban? – decía un muy malhumorado Alfred.

– No lose, no lo dijeron, solo dijeron que preguntaran por Stevens– decía el pobre y aterrado Prusiano.

Tras un gran recorrido y preguntar varias veces por el tal Stevens vieron una luz de esperanza, que les bajo el coraje y les lleno de preocupación.

– ¿Stevens?, ese muchachito mal influenciado, vive a dos cuadras de aquí, siempre está haciendo sus fiestas llenas de Alcohol y yo juraría que hasta drogas, todos lo consideran un héroe, la verdad es que es un pervertido…Engatusa gente y los hace creer que el los ayudara, después que obtiene lo que quiere los bota como chicles…– decía la mujer de edad mayor a la que Canadá le pregunto, eso les bajo un poco la moral.

– Abuela solo preguntaron la dirección…Steve no es tan malo, solo que vive solo y siempre tienen esas ruidosas fiestas. – contradijo una chica de ojos rubí tratando de mitigar el nerviosismo que inundo a las naciones.

– Que no lo es. Y ese jovencito que… el pobre muchacho de los Ken, acaso no se aprovechó de él, debería darle vergüenza ser miembro del equipo de Futbol Americano– decía la mujer molesta

– Nana, que Stevens sea Gay no es malo, que su relación con JOE termino con mal tampoco es nuestro problema…AGGG Vive a dos cuadras es una casa Grande, tiene un cuervo de cerámica en el buzón. No toquen nadie los oirá con el ruido. – dijo y los adultos corrieron a la camioneta.

– Vamos Alfred, este cacharro no puede ir más rápido ¿que si ese maldito está haciéndole algo a los chicos?– dramatizaba el francés.

– Pues, si es el atleta, en el centro comercial solo se mostró interesado por Mathias– dijo el Albino llevándose una mano a la barbilla con pose sabia.

– ¿QUE? – una fuerte energía se materializo en la camioneta consiguiendo presionar el cuello del albino. Y congelar de pronto el ambiente.

– calma– pidieron todos, pues una fuerza invisible piso el acelerador a fondo, asustando al Americano. Y a todos los que trataban en su sano juicio sobrevivir

Cuando se bajaron de la camioneta Alfred, Francis y Gilbert besaron el suelo. Mientras que Matthew y Berwald intentaban frenar un poco el avance de Jan e Iván, hacia la casa uno con su Grifo en mano y el otro con una extraña aura verde rodeándolo.

Por fin recuperando un poco el orden lograron abrir la puerta. Lo que vieron los sorprendió dejándoles casi sin alma.

Los adolescentes sin control bailaban, bebían, gritaban, y se podría decir que buscar algo entre tanto chico, sería imposible. Pero tampoco es como si dios los odiara tanto, justo cuando habían atravesado el umbral y comenzaban a diseñar equipos de búsqueda y conquista.

– Lovino– se oyeron unos gritos, y un grupo de chorros de diferentes bebidas, todas con altos contenidos de alcohol surcaron los cielos. Siguiendo el origen de aquel proyectil alcohólico, divisaron a dos grupos guerrilleros uno conformado por completos y alcoholizados jóvenes y el otro… igual pero con un líder alcoholizado pero de genero Nación. Lovino disparaba con una maestría envidiable sus dos pistolas de agua, tenía el cabello desordenado, las mejillas sonrojadas, la respiración agitada, y el equilibrio afectado.

– LOVINO "ROMANO" VARGAS– grito el español haciéndose notar por sobre la música, muchos jóvenes miraron entonces al grupo de adultos en la puerta. A otros ni les importo

– Antonio– la voz del italiano salió tan arrastrada que apenas y pudieron entenderle, dio un paso hacia las naciones adultas y de inmediato un grupo de chorros de alcohol lo empaparon, Lovino soltó una risotada y comenzó a disparar sin mucha visión.

– Pierdes LOV– grito alguien antes de caerse entre los demás a causa de los efectos ya elevados de la fiesta. España se acercó y tomo a su ahijado del brazo en un movimiento lo alzo como costal de papas.

– Estas en graves problemas señorito– se quejaba el español con el italiano menor.

– Bájame Bastar…– la arcada que el menor dio basto para poner a Antonio azul y comprender que su acción fue todo menos "inteligente", bajo al menor y se quitó la chamarra solo para verificar el caos.

– No deberías tomar– el español estaba muy molesto basto una sola de sus miradas para que el resto de los que tenían armas de agua salieran corriendo, algunos estampándose otros cayendo de lleno al piso.

– Los esperaremos en el auto. El español tomo a Lovino por los hombros obligándole a caminar

– NO eres mi jefe Bastardo, y yo no soy un bebe– decía el sonrojado y mareado italiano.

– Eres mi protegido y mi pareja, si realmente quieres mandar todo al infierno por seguir a un grupo de desubicados adolescentes, has lo que te dé la gana– el español soltó al italiano y quiso continuar su camino, más de pronto el italiano le sujeto la playera. Dado que le daba la espalda el español se permitió esbozar una sonrisa para sus compañeros adultos e Iván.

– No me dejes bastardo, no te atrevas o te mato– el español se giró y se inclinó un poco,

– Vamos Lovi te daré un poco de agua y una píldora– de nuevo se dirigían a la entrada

– Espera y Yao ¿Da?– dijo el ruso

– La última vez que lo vi… estaba en la piscina con Chang y Gary–contesto a traspiés, el español continuo dándoles con la mirada apoyos a los mayores.

– Vamos– se separaron para buscar a los menores.

Rusia y Prusia se dirigían a lo que parecía ser el jardín trasero donde las luces de neón les daban a entender que era otra sección de la fiesta.

Los Franco-Anglo parlantes caminaban otra vez de la sala, intentando encontrar a los otros dos. Jan y Berwald decidieron subir a los pisos superiores, donde el ruido parecía más campo de guerra que fiesta. Y con la preocupación de lo que Gilbert les dijo sobre aquel joven y lo ingenuo que resultaba ser el danés adolescente…Bueno el danés en general.

Iván y Gilbert llegaron a la piscina y vieron un partido de Wáter Polo doble. Chicos y chicas unos sobre otros. Jugando a dar golpes con sus manos a la gran pelota de playa. Que estaba decorada con neones brillantes.

– Chang-aru– siguieron la voz hasta encontrar a un sonriente y vestido de bañador asiático. La temperatura en la piscina era tibia según indicaba los termopares que mantenía la temperatura.

– YAO-DA– grito el ruso logrando que la pelota no fuera golpeada y el chino diera de lleno contra el agua. Pero sin lastimarse, nado riéndose hasta las escalerillas y salió moviéndose su cabello para poder ver.

– Iván-aru, ya me habla– dijo el Chino recargándose junto a una mesita donde danzaban múltiples cocteles, bebía descuidadamente una margarita.

– Yao, debió avisarle a Iván-da– refuto el ruso molesto

– Iván debió confiar más en Yao-aru–

– Confiarme más, si te encontré sobre un americano idiota en una piscina, si confiara más te hubiera encontrado en la cama con todos-da–

– Ahh, están haciendo un Show– intento intervenir Gilbert

– Yo Amo a Iván pero si Iván piensa eso de Yao, lo mejor sería terminar– el chino camino hacia el interior de la casa, en el baño estaba su ropa así que se la pondría importándole poco si estaba húmeda, se sentía mareado, pero no podía soportar ser insultado así

Su camino se vio interrumpido por los brazos del ruso que lo empujo al baño y cerró la puerta tras él.

– Yao tenemos que hablar-da– refuto cuando noto la mirada furiosa del otro

– No quiero hablar contigo, eres un tonto, celoso, y me miras solo como un terreno mas-AIYA– se dejó caer en el piso, bajo la atenta mirada de Iván

– No es verdad, si estaba celoso-da, pero los únicos tontos son esos americanos, tenía miedo que te hicieran algo– dijo seriamente –Y Yao estará conmigo cuando todos sean uno con Rusia, pero sin Yao de nada serviría. –

– Iván-aru, Chang y Gary salen juntos-aru, y ellos me dijeron que no quisieron hacerte sentir celoso-aru, Yo no lo note, porque no creí que dudaras de lo mucho que te amo, Aiya, realmente crees que yo… ¿podría estar con todos ellos?–

– No, Yao es puro, por eso tenía miedo de que ellos intentaran algo malo– en segundos tenia al Chino besándole con pasión, el ruso lograba percibir la humedad del pelo y la piel de Yao, lo delgado y delicado que era sin todos esos montones de ropa encima, el ligero alcohol a través de sus labios.

– Yao, esta alcoholizado-da, Iván lo llevara a casa y lo cuidara-da– el chino asintió y se sentó en el filo de la bañera indicándole la ropa a Iván, que sonrió y se acercó a su eterno amante. Dispuesto ayudarle a vestirse. Gilbert sonrió desde el otro lado de la puerta, si bien haber hablado con Iván, toda la tarde fue terrorífico le agradaba saber que lo que el ruso sentía por el chino era real.

El ritmo de una pegajosa y seductora canción daba final para comenzar una letra igualmente pegajosa pero que te invitaba a mover todas y cada una de las piezas del cuerpo. Siguiendo y entonando la corta y predecible letra.

Francis caminaba esquivando una que otra adolescente que le sonreía bobamente, caminaba directo hacia el canadiense que ya estaba rodeado de un sinfín de adolescentes, que le hablaban muy de cerca…reafirmando la teoría de Francis, para los adolescentes hormonales o las personas alcoholizadas los canadienses eran una presa Sexy y Fácil. Llego hasta el canadiense y salvándolo se dirigieron hacia lo que parecía ser un punto de reagrupación y gritos ensordentes.

Abrieron la boca sorprendidos al ver sobre la barra de mármol, el adolescente y rítmico cuerpo del inglés, moviendo las caderas y los pies, mientras su público lo coreaba y gritaba para darle a entender que debía moverse más. Su chaqueta se hallaba aun lado de la barra junto con sus botas y calcetas. Dejando su cuerpo cubierto por una playera de corte punk que se pegaba a su torso y un extremadamente ajustado pantalón de estrella anarquista.

– Mon Dieu– pronunciaron ambos franco-parlantes y alzándose se puntas lograron hacerle una seña a Alfred que estaba al otro lado.

– ¿Qué pasa?– inquirió a gritos el americano, la mano de Francis le mostro al cuerpo sobre la barra, que bailaba sin repudio mientras todos lo coreaban

– Brits have got the monarchy– entono el inglés moviéndose sensualmente mientras se indicaba así mismo.

– ¿Arthur?– dijo el americano sonrojado y experimentando un ataque de celos, al notarse ignorado y remplazado por todo el grupo de adolescentes.

– The US has the money– apunto ahora a todos los adolescentes que coreaban y gritaban, mientras que el inglés se movió sensual seductor y ebrio.

– ¿Qué demonios está pasando aquí?– dijo el americano aterrado y buscando respuestas, Canadá estaba más pálido de lo normal

– Detendré la música– trato de correr hacia el estéreo pero le fue imposible por el grupo adolescente que se arremolinaba a sus alrededores

– OH, la nación autora de esa canción sufrirá– dijo el americano y el canadiense maldijo su falta de invisibilidad en ese instante

– But I know that you wanna be Canadian– canto el inglés moviéndose más que seductoramente, y consiguiendo gritos de euforia y descontrol.

Canadá en un arranque de temor, considerando moriría en manos de su hermano, por culpa de una pegajosa canción de internet, se atrevió a algo que jamás en su sano juicio haría, beso al francés con extremada pasión, logrando que Francis se desubicara y olvidara el ruido excesivo entregándose al pasional beso de su ex colonia, que tímido o no tenía una lengua obviamente de origen Anglo-Francés. Por suerte para el pobre canadiense, y el extasiado francés, el americano comenzó a abrirse paso entre los adolescentes su objetivo, frenar el sexoso baile de procedencia inglesa.

En cuanto estuvo cerca de la barra percibió el fuerte aroma a ron proveniente del inglés.

– Arthur Kirkland– grito logrando que el grupo lo mirara y lo abucheara por frenar el baile, la mirada del inglés se posó en él y se acercó de forma estoica a su interceptor americano. Se inclinó en la barra y gateo un poco al ritmo de la música.

– The US has the money…– presiono con su dedo índice y de forma traviesa el pecho del americano y lo movió hasta la barbilla lo que hizo que el rubio se erizara un poco con el tacto – But I know that you wanna be Canadian– Alfred abrió los ojos sorprendido y deseando encontrar a su hermano vaya que le daría la paliza de su vida al pequeño canadiense.

– ¿Arthur? – sus palabras fueron calladas por el hambriento y salvaje beso que el menor le dio.

– Shhh No hables Alfred, mejor vamos a un lugar más cómodo– el americano se quedó en shock, pero de inmediato concordó que el estado del inglés sería muy propicio a que alguien pudiese aprovecharse, así que con tremendo cuidado cargo al adolescente que se reía ante las acciones del americano.

– I love You….Alfie, You're mine Hero– decía con la lengua arrastras efecto de la copas.

A pesar de los abucheos de los adolescentes lograron salir de aquel edificio, Alfred sentó a Arthur en la carroza de la camioneta y Francis le mostro la chaqueta humada de alcohol y la botas que habían recogido el y Canadá. Alfred le puso solo las calcetas para que no cogiera frio y lo abrigo con su cazadora, Arthur se abrazó del pecho del mayor dándole ligeros y sensuales besos en el cuello, que ponían al Americano sonrojado y en diversos dilemas, el joven estaba tomado, sacar partido de ello sería bajo, y más que eso, opto por abrazarlo ligeramente fuerte, y sintió de pronto al rubio ingles acomodarse en sus brazos para recibir más calor.

Al interior de la camioneta, se hallaban Antonio y Lovino este último sentado en las piernas del español. Que le acariciaba el cabello con cuidado y le hablaba seriamente pero al oído. El menor estaba sonrojado cubierto por la chaqueta que segundos antes tenía el español.

Saliendo delante de Gilbert venían el ruso y el chino tomados de la mano, Yao era el que menos había bebido o el que más lejos estuvo de las bebidas, pero su ropa estaba húmeda a causa de la caída a la piscina, su cabello estaba envuelto en una toalla. Que habían tomado prestada pero sin ámbitos de que regresara, lo mismo que las mantas que Gilbert traía con él.

– Súbete y desvístete, no está bien que te quedes mojado– le dijo al chino este asentido y tomo dos mantas, una para él y la otra para Lovino que tiritaba a causa del frio que sentía a pesar de estar en brazos del español. Iván le regalo una sonrisa "normal" a Gilbert y subió tras el chino. Se quedaron en la tercera hilera de asientos abrazados, mientras hablaban de que debían ser más abiertos y de demandar a adolescentes por daños a la propiedad del ruso.

– ¿Creen que está bien que dejemos a los nórdicos solos? – dijo el Canadiense, pero se calló al notar la fría mirada posada en el.

– ¿Canadian, Please? – inquirió el americano, aun molesto

– je ne sais pas– dijo intentando ignorar el asunto, y hablando en un idioma que su hermano no entendería, pero tendría que explicar más tarde.

Por su parte los nórdicos habían estado buscando entre las múltiples habitaciones del piso superior, el ruido ensordecedor los gritos de celebración y más de un grupo de adolescentes, corriendo de aquí a allá festejando les dificultaban el asunto de la búsqueda, de pronto oyeron dentro de una de las habitaciones algo que les llamo la atención.

– Mas Mathias, Mas, tu puedes trágatelo todo, trágatelo todo– los colores se le fueron al rostro al Sueco mientras que el Noruego palideció y su trol se materializó en un verde más oscuro.

Corrieron a la habitación del fondo, tuvieron que abrirse paso entre la multitud que rodeaba aquel espectáculo frente a ellos

– Sha no, quiero, sha… no pueddddo– el sueco valiéndose de su figura aterro a un grupo que se separó y les dejaron el paso (aunque Berwald no supo que él era el causante), casi al ras del suelo, con la ropa mojada, el pelo pegado al rostro. Y una mirada casi perdida se hallaba el danés. A su lado había botellas de Vodka, Whisky, Ron, Tequila, Ginebra y cientos de latas de cerveza. Dos adolescentes le sujetaban por los brazos evitando que cayera de lleno al piso, pero las piernas del danés apenas y le obedecían, se notaba que su grado conciencia había quedado atrás hace varias botellas. Y si bien no estaba ya en un coma etílico era por su condición de nación y no por otra cosa.

– Suéltenlo ahora– la voz de noruega sonó tremendamente cavernosa y un frio intenso inundo la sala. El cuerpo del danés cayo de lleno al piso y un joven robusto al que ubicaron como el tal Stevens se acercó al cuerpo de Mathias interponiéndose entre él y los nórdicos.

– Esto es una fiesta privada– declaro estando también algo ebrio

– ¿Y la atracción final es mi Mathias?– grito el noruego, logrando un poco de lucidez en el menor y en el sueco

– Nor…ge– dijo el entumecido y alcoholizado adolescente.

– De que hablas, esto es un juego limpio… ganas las vencidas tomas hasta que puedas. – dijeron todos, el danés intento incorporarse dándose de lleno entre las botellas.

– Entonces como él les gano lo humillan haciéndole tomar hasta la inconciencia– se notaba exasperado alterado o en el peor de los casos iracundo.

– Mathias es el ganador, Fondo, Fondo– hasta ahí la paciencia del nórdico menor que camino hacia su joven amante. Pero un grupo le freno el andar

– Mathias no quiere irse, además la fiesta aún no termina– dijeron el noruego los miro con deseos de declararle la guerra a américa si no se apartaban de su camino.

– M' llevar' a mi Herman' ahor'– dijo el sueco asustando a los adolescentes, pues no supieron ni cómo ni en que instante tenían al gran nórdico tras ellos alzando al joven danés.

– Sve… sha no quieo– dijo el menor, y el sueco comprendió que esas palabras las había repetido ya mucho durante un tiempo. Tal vez en algún momento quiso detenerse y la euforia sumada al alcohol en los jóvenes, le obligaron a continuar hasta ese estado, vio entonces el embudo con el que tal vez había obligado al danés a continuar bebiendo, tal vez el y Denmark no eran los más unidos de todo el mundo. Pero solo el podía atormentar al joven danés.

– Vámonos Jan– el noruego tomo la chaqueta del piso y trato de caminar hacia la salida. Pero el adolescente culpable de la fiesta lo freno sujetándole con fuerza.

– Mathias no se va… o quieres tu tomar su lugar como centro de la fiesta– el noruego se exaspero y pateo con fuerza al otro lanzando contra el piso. El sueco jalo al noruego y salieron casi corriendo de ahí.

Al llegar a la camioneta el sueco le indico a noruega que se subiera y le dio al joven danés. Que se abrazó al noruego que trataba de no marearse con el aroma que desprendía la ropa del danés.

– Sha no quieo– insistió, el noruego comenzó a acariciar su espalda calmándolo.

La camioneta arranco con rumbo al hotel. Francis conducía Suecia iba como su copiloto, Gilbert ayudaba a Canadá a verificar el estado de los jóvenes. Iván llevaba en brazos a Yao, que era el más consiente. Lovino estaba solo mareado. Y un poco adormitado. Arthur ya estaba durmiendo en brazos del americano. Y murmurando cosas "dulces" que en cualquier otra ocasión jamás diría.

El peor sin dudas era el pobre danés. Pero sin dudas estaría bien…aunque el regaño de ese no se salvaría, y de la resaca… pues todos los compadecían por ella.

– Tal vez debamos hacerles más caso… no sé cómo…– el americano trataba de encontrar un heroico plan

– ¿llevarlos de paseo? – dijo el francés

– Si, ahhh ¿la Feria? – insistió el americano, que a pesar de estar molesto se sentía incómodo por el hecho de que algo pudo haberle pasado a Arthur.

– Un parque de diversiones– dijo el prusiano.

– Lo hablaremos después– dijeron y continuaron su rumbo al hotel.

Sobre la fiesta sin control y de completo desenfreno, Alfred no podía dejar que sus adolescentes cometieran semejantes actos, así que… una llamada a servicios infantiles, y a la policía basto para detener el desenfreno y demostrarles a los adolescentes que con el amante del Hero y los amigos del mismo nadie se mete… además la amenaza de los nórdicos, si bien no lo asusto, porque nadie asusta a una súper potencia como los es US, si le hizo actuar de forma precavida.

 

 

Notas finales:

Faltas ortograficas haganmelo notar, que mi Word no deja de buscar errores en Lao (¿Donde se habla el Lao?), se los encargo por que mas de uno se me ha de haber escapado... por cierto. alguien que me auxilie con eso del Word? por que ya le cambie el diccionario le desabilite el idioma y no deja de hacerlo Y.Y


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).