Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The Last Kiss. por PauYh796

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Número de palabras del capítulo sin notas: 3.632

III

No te atrevas a dejarme.

 

Las paredes son muy blancas, pensó Naruto mientras esperaba sentado en una incómoda silla. A su lado Sasuke le tomaba la mano fuertemente, estaba más nervioso que él mismo. La pequeña sala de espera estaba totalmente sola, solo ellos dos esperaban. Aquel día, muy temprano en la mañana Sasuke había levantado a Naruto y  prácticamente lo había arrastrado al hospital; ahora que sabía la verdad ya no había razón para que no existiera ninguna visita al hospital.

Ese día en específico decidieron, más bien Sasuke decidió comenzar a hacer algo, y por ese mismo pensamiento era que había decidido ir al hospital, por más que odiase los hospitales.

—Naruto —llamó una enfermera.

Los dos se levantaron y con lentitud pasaron a un pequeño consultorio donde un doctor bastante mayor de edad les pidió sentarse.

Una vez enterado de la situación, el doctor procedió a examinar a Naruto, haciendo esto por aquí y lo otro por allá. Naruto se dejaba hacer, su mente estaba lejos del lugar; sentía la mano de Sasuke aferrada a la suya y ahí paraba la cosa, su mente se había convertido en un huracán los últimos días. Había pasado una semana desde que se había enterado de su enfermedad e igualmente había pasado una semana desde que Naruto había dejado de ir a trabajar, que había dejado de salir del departamento, una semana exacta que había dejado de hablarle a Sasuke.

—¿Estás molesto? —había preguntado Sasuke al tercer día de que su novio lo ignorara.

De nuevo con el son del fantasma Naruto no había respondido, entonces Sasuke había acercado su mano a la cara de Naruto, quien no se había negado al toque, simplemente no se había ni inmutado. Para el cuarto día Sasuke comenzaba a perder la poca paciencia que le quedaba.

—¡Por lo menos grítame!

De nuevo Naruto no había dicho ni hecho nada. Como si Sasuke no existiera.

La única razón por la que Sasuke no había enloquecido para ese entonces era el tacto que Naruto si permitía. Aunque lo ignorara magistralmente en cuanto Sasuke quería tomarlo de la mano o acogerlo en sus brazos Naruto lo dejaba y de vez en vez también lo correspondía.

—Esperen unos minutos afuera —pidió el doctor con una amable sonrisa.

Sasuke jaló a Naruto fuera del consultorio y de nuevo se sentaron en la molesta sala de espera, de nuevo sumidos en un silencio estúpido a vista de Sasuke esperaron. Y como lo dicho unos minutos después la misma enfermera los llamó de nuevo al consultorio. Adentro, el mismo doctor había perdido toda la apariencia amable y los miraba con severidad.

—¿Hace cuánto lo saben? —preguntó sin ningún atisbo de diversión.

Naruto se encogió de hombros soltándose del agarre de Sasuke. —Una semana —pronunció suavemente.

El doctor miró a Sasuke esperando su respuesta también, quien desvió la mirada culpándose de las siguientes palabras que iba a decir. —Poco menos de dos meses.

Irónicamente Naruto soltó una risa que sonó más bien a bufido, y el doctor negó decepcionado, pero de nuevo —y sin perder la mirada seria— preguntó: —¿Hace cuánto se presentó el primer síntoma?

—¡Hace muchísimo! —respondió Naruto como si estuviera contando una anécdota divertida—. Meses —concluyó ahora serio.

—¿Y por qué hasta hoy vienen en busca de un tratamiento? —su confusión era razonable.

Naruto volvió a encogerse de hombros. —Supongo que no puedes curar una enfermedad de la cual no tienes conciencia.

Sasuke intentó tomarlo de la mano pero Naruto, y por primera vez en todo ese tiempo, se escapó impidiendo el menor toque entre los dos. El doctor entendió la situación rápidamente y suspiró cansadamente. —Eso ya no importa —dijo pacíficamente—. Lo que importa es comenzar con un tratamiento inmediatamente.

—Lo más rápido —apoyó Sasuke quitándose la máscara de frialdad.

Una mirada triste se instaló en el anciano, los miró durante unos segundos para después pegar otro suspiro. —Me temo que al no tener seguro de salud tendrán que pagar el tratamiento completamente —luego, disimuladamente extendió una hoja de papel que Sasuke tomó y miró pasmado.

—Es mucho dinero —dijo lentamente.

—En cuanto lo tengan vengan conmigo y me encargaré de que el tratamiento comience.

Antes de que se fueran el doctor amablemente les advirtió de los cuidados que debían comenzar a tener, que ahora Naruto debía seguir con una dieta en específico. Sasuke agradeció y Naruto se despidió tímidamente; caminaron en dirección al apartamento en completo silencio. O por lo menos así fue hasta que Sasuke rompió la burbuja.

—Aun tengo el dinero de la matricula del siguiente semestre —comenzó—. No es mucho pero tal vez alcance a cubrir una cuota para comenzar a pagar el tratamiento en sí.

Y por primera vez en esa larga semana Naruto le dedicó una mirada a Sasuke. Pero la mirada era enfado en su estado más puro, le mantuvo los ojos azules así por varios minutos en los que Sasuke fue incapaz de moverse o pronunciar alguna palabra más.

Luego, y de improviso, se viró para seguir caminando, solo que ahora caminaba con mucha más ansia, e imponiendo un paso rápido que a Sasuke le costó mantener. Llegaron al departamento en menos tiempo de lo que Sasuke habría pensado, con la misma furia Naruto corrió hasta la habitación.

Sasuke lo siguió con la respiración algo agitada por lo que había tenido que correr minutos antes.

Naruto abrió el cajón de la mesa que permanecía junto a la cama y de él sacó el sobre de papel en el que Sasuke guardaba el dinero de la matricula de la universidad. Le dirigió otra mirada a Sasuke y corrió fuera del departamento. Como era de esperarse Sasuke lo siguió por las calles abarrotadas de gente empujando a unos cuantos en el transcurso. Naruto paró frente a una puerta en particular, entró e internamente se alegró de que el lugar estuviese vacio.

Llegó hasta el mostrador agitado y puso el sobre con el dinero sobre este.

—Quiero hacer un depósito —dijo.

La mujer que atendía asintió amablemente y en seguida preguntó todos los datos que necesitaba, contó el dinero y finalmente le entregó un recibo de pago a Naruto.

Sasuke veía la escena estupefacto. Naruto se acercó y le entregó el recibo a Sasuke. —Lleva eso a la facultad y te darán la matricula del próximo semestre —ordenó con voz dura.

Sasuke notó dos cosas. La primera que Naruto por fin le había hablado, y la segunda, entendió porque Naruto se había puesto así, entendió porque había corrido hasta el banco y había hecho el depósito en la cuenta de la universidad.

—¿Por qué? —preguntó a Naruto en cuanto salieron del banco y mientras caminaban por una deshabitada calle.

—¿Por qué, qué?

—Ese dinero nos podría haber servido para…

—Basta, Sasuke —interrumpió—. Ese dinero fue lo que conseguimos tras seis meses de trabajo, desde un principio iba destinado a tu universidad, y me encargué de que así fuese.

Luego aceleró el paso dejando a Sasuke parado en medio de la calle, con una cara de estúpido y aferrando el recibo de pago a su pecho. Sin ganas de correr tras su novio caminó lentamente sin ninguna dirección en especial, terminó sentado en el parque que estaba junto a su departamento, allí pasó varias horas hasta que decidió que lo mejor era enfrentarse a Naruto.

Volvió al departamento y al entrar un fuerte olor a comida le inundó los sentidos, solo hasta ese momento el hambre revolvió su estómago. Le sonrió a Naruto en un intento por armar una tregua entre los dos, y sorprendentemente Naruto le devolvió la sonrisa. —La comida está lista —anunció sin quitar la sonrisa.

Sasuke asintió.

En silencio se sentaron y comenzaron a comer sobre una pequeña mesa, se sonreían el uno al otro, se mantenían la mirada, sin embargo no eran capaces de decirse nada, entre bocado y bocado acabaron de comer, lo que ocasionó que un silencio incómodo se instalara entre los dos. Ya no tenían razón alguna para quedarse allí.

El primero en ceder fue Naruto que con una parsimonia increíble se levantó y lentamente comenzó a caminar en dirección a la habitación, pero se vio interrumpido por la voz de Sasuke. —¿Por qué? —preguntó—. ¿Por qué te parece más importante la universidad que tu propia vida?

Sin dudar Naruto respondió. —Porque salir de esa universidad es tu sueño, y no voy a dejar que dejes atrás tu sueño por algo tan banal como mi salud.

—¿Banal? —se preguntó Sasuke ahogando un gemido de sorpresa.

Naruto volvió a caminar hasta Sasuke y se agachó para que sus caras quedaran cerca, tanto que se sentía la respiración del otro en sus rostros. —Me niego a dejar que cambies tu vida por mí. No lo soportaría ¿vale? —en seguida se acercó para posar sus labios en los labios de su contraparte, se sumieron en un beso lento y lleno de necesidad.

—Vayamos a dormir —susurró Naruto en cuanto se separaron—. Debes estar cansado.

Sasuke asintió. Sin importarles el desorden que dejaban se encaminaron a la pequeña habitación y al llegar se recostaron en la pequeña cama, no se durmieron al instante, pues por la ventana aun se colaban los molestos rayos de sol. Pero se quedaron en silencio, no se dijeron nada, no era necesario. Se miraron uno al otro hasta que lentamente se rindieron, cerraron los ojos dejándose llevar por ese delicioso letargo que los acorralaba en medio de esa vacía habitación.

Las cosas se mantuvieron neutras por unos cuantos días, siguiendo la orden de Naruto Sasuke había llevado el recibo de pago a la universidad y allí ya lo habían matriculado para el siguiente semestre, sus exámenes finales salieron y sus calificaciones fueron de las mejores de la clase, las cosas con el trabajo iban bien; todo parecía ser una vida perfecta, solo que había un enorme problema que a cada minuto se iba agrandando, y esto era la inevitable enfermedad de su amante.

Después de aquella visita al hospital Naruto se esforzó por volver a su rutina normal con sus múltiples trabajos, claro que Sasuke se negaba a que Naruto trabajara pero ambos eran en extremo tercos y ninguno de los dos iba a ceder a las peticiones/ordenes del otro.

—Llegue —anunció Sasuke a la vez que lanzaba su mochila a algún lugar de la habitación.

Naruto apareció con una sonrisa. —Hola —saludó—. Hace tiempo que no coincidíamos acá.

—Nos encontraríamos más si tan solo dejaras uno de tus trabajos.

—No comencemos con el mismo tema —murmuró infantilmente haciendo un puchero. Pero olvidando el tema de la nada giró su cabeza a una pequeña mesa junto a Sasuke, lentamente alzó su dedo hasta esta y señaló. Sasuke viró para encontrar una pequeña caja.

—¿Qué es? —preguntó.

—No lo sé. Venía para Uchiha Sasuke así que no lo abrí.

Sasuke asintió, luego tomó la caja en sus manos. No tenía escrito nada más que el nombre del destinatario, Sasuke miró a Naruto quien solo se encogió de hombros. El de ojos negros abrió la caja lentamente como si tuviera miedo de que fuera una bomba o algo peor. Adentro habían dos cosas: un reloj de bolsillo plateado y una pequeña nota que citaba: “no hay nada peor que volver a casa para encontrar que una parte de ti se ha ido”.

—¿Qué es? —preguntó Naruto cuando vio a Sasuke abrir los ojos desmesuradamente.

—Cuando era niño… —comenzó a relatar Sasuke— me gustaba un reloj que había en casa, por lo cual siempre que podía lo buscaba hasta que un día descubrí que era de Itachi, mi hermano mayor; él se molestó porque estaba tocando sus cosas pero luego de un regaño me dijo: cuando estés listo te regalaré este reloj.

Naruto se acercó y de la caja tomó el reloj, lo abrió, la hora estaba perfectamente acomodada y lo plateado brillaba bajo la luz artificial. —¿Eso quiere decir…?

—Itachi me mandó esto —susurró Sasuke—. Después de tanto tiempo de no saber nada de él simplemente me manda un paquete con el reloj.

—Tal vez te estaba buscando hace ya un tiempo, después de todo desaparecimos sin dar indicios.

Sasuke sonrió. —Quiero verlo.

—¿Cómo lo vas a encontrar?

—Simple; iré a la oficina de correos en busca de información.

Naruto asintió. —Si quieres mañana te acompaño a hacer eso. Por ahora me voy a trabajar.

De la nada Sasuke recordó de lo que hablaban antes de la interrupción del reloj. —¿Trabajar? —preguntó con expresión atontada—. Ya son más de las ocho de la noche, ¿Dónde pretendes trabajar?

—Desde hace ya varios años trabajo como camarero en un bar nocturno —respondió Naruto sarcástico.

—Ese es un antro de mala muerte, deberías renunciar.

Ignorando a Sasuke Naruto se puso los zapatos, luego caminó hasta Sasuke donde dejó un suave beso en su frente sin ninguna dificultad ya que sus estaturas no distaban por mucho. —Adiós —murmuró, sin decir más salió del departamento dejando a Sasuke solo en medio de la oscuridad, quien después de unos segundos de estupor sacudió la cabeza, recogió su maleta y de ella sacó unos cuantos libros dispuesto a ponerse a estudiar.

Se sentó en la mesa de la cocina con la esperanza de que allí se concentrara más en los libros, pero aquello fue imposible porque siempre había una pequeña espina que rondaba la ya revuelta mente de Sasuke. Le frustraba entender que con Naruto simplemente habían decidido dejar el tema de su enfermedad de lado, como si no existiera, ambos querían seguir como si nada hubiese cambiado, lo cual era totalmente imposible. Una completa pérdida de tiempo.

Y como siempre el tiempo pasó volando; la oscuridad se hizo más oscura como si eso fuera posible, el reloj ya marcaba media noche y Sasuke comenzaba a desesperarse. En otro tiempo no hubiese sido así, porque en otro tiempo Sasuke sabía que Naruto se cuidaba solito, y que nada le podía pasar… la cosa es que ahora todo había cambiado; así de simple.

—Estoy paranoico —murmuró Sasuke en la soledad.

Pero unos cuantos minutos más tarde unos fuertes golpes en la puerta interrumpieron el no tan concentrado estudio de Sasuke, quien a su vez se levantó dirigiéndose a la puerta. Su sorpresa fue al ver a dos compañeros de Naruto del bar cargándolo como si estuviera borracho, el rubio estaba dormido y su respiración era fuerte.

—¿Qué pasó? —preguntó Sasuke a los recién llegados a la vez que les daba paso para que siguieran al departamento.

—Simplemente se durmió en medio del trabajo, para mí que está muy cansado.

—Ya veo.

Como si fueran viles mensajeros los dos chicos solo soltaron el inconsciente cuerpo sobre el sofá mientras daban una torpe explicación de lo que había pasado, le dieron una sonrisa al pelinegro para después desaparecer de nuevo, olvidando totalmente los estudios Sasuke avanzó hasta el sofá para mirar a Naruto dormir; puede que en realidad estuviera cansado pero ese cuentico Sasuke ya no se lo creía. Tal vez las cosas estaban peor de lo esperado, tal vez el tiempo se acababa.

En medio de la madrugada, cuando hacía más frio Sasuke solo atinó a acobijar a Naruto en sus brazos a la espera de que decidiera despertar. Y no pasó mucho para eso pues pronto Sasuke sintió como el chico se removía en sus brazos, lo soltó, él por su lado se levantó para quedar a la  misma altura que Sasuke.

—¿Qué hago acá?

—Parece ser que te dormiste en el trabajo.

Se levantó exaltado. —¡Me van a despedir! —dramatizó tapándose la cara, aunque en su interior esperaba que Sasuke le contradijera. Como aquello no pasó bajó sus manos para encontrarse con un Sasuke totalmente serio.

—Estas escapando —afirmó sin bajar la expresión.

—¿Escapando de qué?

—Lo inevitable —suspiró—. Sabemos que desde nos enteramos de eso las cosas no pueden ser normales pero hemos estado ignorándolo como si así fuera a desaparecer.

—N-no estoy escapando —tartamudeó—. Simplemente estamos consiguiendo el dinero para…

Sasuke frunció el seño en el momento en que se dio cuenta de las mentiras que comenzaba a decir Naruto para poder librarse de esa situación, también se fijó en el nerviosismo que mostraban sus palabras; era más que obvio que no quería enfrentarse a lo necesario. Mientras hacía ese análisis en su mente una idea llegó como un flash.

—Ya sé —dijo Sasuke triunfal. Naruto solo lo miró deseando que el interrogatorio parase.

Sasuke habló con cuidado por el terreno que iba a pisar. —Hace unos años… —comenzó a relatar—. Cuando le dijimos la verdad a nuestros padres… tu padre nos dio una pequeña tarjeta con un deposito bastante grande que nunca gastamos, nosotros podríamos usarlo para…

No terminó lo que iba a decir porque sin esperárselo se vio en el suelo. Naruto, sin ningún grado de compasión, había lanzado su puño contra la cara de Sasuke y este ultimo sentía un hilo de sangre descender por su nariz.

—Él no es mi padre —siseó Naruto con la voz impregnada en odio—. No lo fue hace años, no lo será ahora. Me niego a usar su dinero.

Sasuke sin quedarse atrás volvió a levantarse. —¡Deja tu orgullo de lado! ¡Es tu vida!

—¡No me importa!

—¡Debería!

—No me importa. No quiero usar su dinero, porque ese dinero simplemente me lo dio para tener la consciencia limpia, para olvidar el crimen que estaba cometiendo —respiró hondo unas cuantas veces antes de virarse a Sasuke—. Prefiero morir antes que usar ese dinero.

Sasuke abrió y cerró la boca varias veces sin creérselo del todo.

—Naruto… —comenzó con voz conciliadora—. Sé que Minato no es un buen padre, y yo tampoco quisiera usar el dinero que nos dio por lástima. Pero si es por tu vida estoy dispuesto a hacer lo que sea —concluyó serio.

Naruto bajó hasta quedar a la altura de Sasuke. —Perdóname, no puedo.

Sin decir más se fue dejando a Sasuke tirado en el suelo.


Al siguiente día ambos desayunaron el silencio, aun había un aura de tensión por lo sucedido la noche anterior. Sasuke no había dormido nada al estar pensando en lo que podía y lo que no podía hacer. Naruto… quien sabe lo que había hecho Naruto.

—Hoy tienes un examen ¿verdad? —Habló Naruto rompiendo el silencio.

—Así es pero creo que hoy no iré a la universidad.

Naruto lo miró sorprendido. —¿Por qué?

—Voy a conseguir un trabajo.

Sasuke hablaba como culpando a Naruto, pues en medio de la noche había decidido simplemente dedicarse a Naruto, claro que el mismísimo Naruto no tenía los mismos planes. —No vas a dejar la universidad —sentenció serio.

—Eso no es tu decisión.

—Pero me incumbe, y me niego a dejar que pase.

Sasuke entrecerró los ojos cansado. —Te quiero pedir perdón.

Naruto le miró confundido. —¿Por qué?

—Por lo de ayer. Sé que no debí meterme en esos lares, porque sé que nuestros padres no merecen ese nombre —Naruto asintió y sonrió, no dijo nada pero se acercó a Sasuke para darle un abrazo lleno de ternura.

Sin decirse nada más Sasuke levantó sus platos y en silencio se dirigió a la salida, no se despidieron ni mucho menos, simplemente se mandaron una sonrisa llena de comprensión.

Sasuke caminaba el camino que normalmente lo llevaría a la universidad y aun nuevo examen, pero su mente le gritaba que se desviara, que si iba a la universidad seguiría negando lo que estaba pasando. Y haciendo caso a su mente por primera vez en mucho tiempo Sasuke se desvió dirigiéndose al centro de la ciudad, lugar más comercial y donde posiblemente encontraría trabajo rápidamente.

Pero esos planes estaban destinados a ser frustrados, porque Sasuke no aparentaba precisamente ser una persona trabajadora, más bien tenía un aspecto de vago que causaba desconfianza en todo lugar. Y después de preguntar en casi todos los lugares del centro pensó en desistir al ver que en realidad no conseguiría trabajo de buenas a primeras.

Aun así —y antes de desistir—pasó por una oficina pequeña que en la puerta anunciaba “se busca ayudante”; sin pensárselo mucho Sasuke entró y una vez adentro se encontró con una mujer de aspecto imponente y con sobrepeso, ella lo miró con una ceja alzada. —¿Qué quieres?

—Afuera dice que necesitan un ayudante, quisiera el puesto.

La mujer soltó una risa escalofriante. —¿Qué te hace creer que voy a darle el trabajo a un niño como tú?

—¿Qué tengo que hacer? —preguntó Sasuke como si ya fuera dueño del trabajo, y aquello le gustó a la mujer, quien sonrió.

—Es un trabajo pesado.

—No importa.

La mujer se desplazó por la pequeña oficina hasta que localizó una caja de tamaño medio que tomó entre sus brazos y le pasó a Sasuke. —¿Qué es? —preguntó él a la vez que recibía la caja.

—Publicidad —respondió ella—. Son catálogos de información, ahí hay más de doscientos mil catálogos, entrégalos todos hoy y consideraré contratarte.

Sasuke asintió y sin más salió de la pequeña oficina, en seguida comenzó con el trabajo sin pensar en nada más, porque todo había pasado a segundo plano, porque ya nada importaba. Era cansino estar rogando a las personas para que aceptaran una mísera hoja, y nadie pensaría que el trabajo se prolongaría hasta el atardecer que fue cuando Sasuke por fin estaba entregando los últimos catálogos.

Sin un gramo de energía Sasuke recibió su paga con una sonrisa amable de aquella mujer y un “te volveremos a llamar”. Caminó agotado por las calles ahora oscuras, pensó en una única persona cuestionándose el por qué de todo esto.

—¿Qué te hicimos nosotros? —preguntó al aire con la voz quebrada, intentando obtener la respuesta de un ente invisible, pero sin soltar ninguna lágrima. 

Notas finales:

Así como cuando te demoras mil años en subir y tienes la desfachatez de aparecer de la nada. Así mismo. 

Estaba escribiendo de todo un poco y este fue el primero que terminé, así que... :3 ¡tachán! El prox capítulo será el ultimo (creo) y aunque no lo crean ya tengo mucho escrito *sonrisa orgullosa* 

Y bueno, no tengo mucho más que decir. 

Adiós. :3 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).