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The Last Kiss. por PauYh796

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Notas del capitulo:

Número de palabras del capitulo sin notas: 2.776

Epílogo.

¿Felicidad?

En cuanto la policía forense llegó, Sasuke vio como su lugar especial, su departamento era abarrotado por gente que no conocía. Aquel que parecía el director de todas esas personas se acercó a Sasuke.

—¿Muerte natural? —le preguntó.

—Tiene de todo menos natural —siseó sarcástico en respuesta, pero luego al ver que lo que decía no tenía sentido se corrigió a sí mismo—. Se podría decir que si… estaba enfermo.

Dos personas avanzaron hasta la habitación principal sin miedo alguno, o represarías por estar en casa ajena; Sasuke al ver esto les siguió de cerca hasta que los tres entraron en la habitación. Era raro verle ahí acostado como si estuviera durmiendo, su expresión era serena, y eso de una u otra manera hacía que doliese más.

—Procedamos a traer la camilla —anunció el director entrando a la habitación; los otros dos asintieron a la vez que salían de la habitación.

—¿Para qué la camilla? —preguntó Sasuke.

—Para transportarlo —respondió el doctor con voz inexpresiva, de seguro acostumbrado.

—¿Por qué? —preguntó de vuelta en son infantil—. Sáquenlo caminando, él puede caminar solo.

La mirada que mandó el forense fue lastimera y tristona. —Oye… —lo intentó llamar pero fue interrumpido por el mismo Sasuke.

—Ya lo sé, ya lo sé. Comienzo a hablar estupideces —una risa nerviosa salió de sus labios a la vez que volvía a mirar la cama y a su Naruto ahí. El forense sacó de un pequeño maletín que llevaba unos papeles.

—Necesitamos llenar el acta de defunción.

Sasuke asintió pesadamente sin dejar de mirar la cama; luego, al ver como el hombre salía de la habitación, le siguió hasta la sala, se sentaron y las preguntas comenzaron.

Ante las preguntas de nombre y edad Sasuke soltó vagamente las respuestas, cuando dijo que el fallecido en cuestión tenía veinte años el forense guardó unos segundos de silencio, pues él tenía ya más de sesenta años y éste joven no había tenido siquiera oportunidad de comenzar a vivir. —¿Cuál es su parentesco con el fallecido?

Sasuke suspiró. —Era mi pareja, ante la ley no nunca nos unimos en matrimonio pero de corazón y pensamiento si lo estamos.

—¿Algún familiar? —después de pensarlo unos segundos Sasuke negó con la cabeza—. ¿Los arreglos del funeral? —preguntó y de nuevo Sasuke negó para después agregar: 

—Por favor… quémenlo —pidió recordando vagamente las cremaciones que había visto a lo largo de su vida, no, él no quería dejar a Naruto sepultado bajo tierra      ¿para qué? ¿Para que se pudriera allá adentro?

El forense asintió. —¿Para cuándo puede estar listo? —preguntó Sasuke—. Lo más rápido posible —agregó.

—Diez de la mañana —respondió el otro—. ¿Desea estar presente en la ceremonia?

—No habrá ceremonia —dijo sin titubear—. Nunca fuimos religiosos y no comenzaremos ahora —frunciendo el ceño el forense asintió.

—Entonces a las diez de la mañana pase por ésta dirección —le entregó un pequeño papel—. Le entregaremos las cenizas —con duda preguntó—. ¿No quiere estar en ese momento? ¿Ni siquiera para dar el último adiós?

—Yo ya le di mi último adiós —murmuró de vuelta—. No quiero volver a despedirme de él.

Soltando un suspiro el forense volvió a asentir, acto seguido caminó fuera de la habitación y del departamento, donde mágicamente ya no estaban esos otros dos hombres que se habían llevado a su rubio. Cerraron la puerta del departamento y todo se quedó solo, a lo lejos se escuchó un leve ruido de ambulancia. Miró el reloj: once de la noche. Sin más salió del departamento.

Sasuke tomó el tren de medianoche, estaba casi vacío, sólo unas pocas personas viajaban a tremendas horas del amanecer; el viaje duró poco más de dos horas, horas en las que Sasuke veía el paisaje sin querer pensar en nada, cuando se bajó del tren el frío de la mañana le azotó de golpe pero él lo ignoró mientras avanzaba por las calles oscuras ¿qué acaso alguien había dañado el alumbrado público a propósito? Sasuke recordaba ese vecindario, había crecido y vivido allí gran parte de su vida, tenía buenos recuerdos y otros no tan buenos, pero aquello no importaba. De alguna manera le gustaba volver a su hogar.

Llegó a  una puerta de madera, que tenía ciertos dibujos sobresaliendo en la superficie, hacia ya mucho tiempo que no estaba allí pero no era momento de echarse atrás cual vil cobarde. Golpeó la puerta varias veces e insistentemente para que lo escucharan, y tardaron varios minutos en abrirle.

La primera imagen que se mostró fue a un hombre de ojos azules abrir desmesuradamente los ojos. —Sasuke —pronunció lentamente—. ¿Qué haces acá?

Sasuke suspiró, la verdad no odiaba a Minato, de hecho era como un padre para él; hace tiempo, cuando todavía era un niño él se había encargado de suplir la parte de padre divertido que nunca sería Fugaku. Y por eso mismo no quería decirle la verdad, aquello avivaría las llamas.

Pero tenía que…

—Naruto está muerto —dijo y de inmediato se arrepintió de su frialdad; los ojos de Minato se cristalizaron en cuestión de segundos pero faltaron unos cuantos segundos para que las lágrimas comenzaran a caer de sus ojos, Sasuke suspiró—. No se practicó el tratamiento a tiempo.

—¿Tratamiento?

—Naruto tenía cáncer, y nosotros nada de dinero más que el que usted nos dejó, pero obviamente él no estaba dispuesto a gastarlo, porque odiaba tener que apoyarse en el dinero que su padre le dio por lástima, para no sentirse culpable con él mismo.

—¿Desde hace cuánto? —cerró sus manos en puños.

—Mucho —se limitó a responder.

—¡¿Y por qué no dijiste nada?! —gritó sin dejar de soltar lágrimas.

—¡¿Qué querías que hiciéramos?! —respondió Sasuke—. ¡¿Qué acudiéramos a ti?! ¡¿CON LA PERSONA QUE NOS DIO LA ESPALDA?!

Minato miró a Sasuke para comprobar que efectivamente estaba llorando. Ahora entendía… a Sasuke le dolía de igual manera o puede que incluso más, y vio que pese a todo Sasuke era el único que había cargado con tener a una persona querida al borde de la muerte, él había soportado mucho más.

Y a pesar de la mirada furiosa que Sasuke le mandaba Minato lo jaló hacia sus brazos para acogerlo en un cálido abrazo que ninguno negó, es más, un abrazo que ambos aceptaron con necesidad. Como un abrazo de padre e hijo. —Siento que hayas tenido que vivirlo solo —murmuró Minato sin soltar su agarre.

Sasuke negó. Pero a pesar de eso una verdad indiscutible aterrizó a la mente de Minato, una verdad en la que de hecho él se había separado de su hijo con éste odiándole por echarlo vilmente, la relación con su hijo se había roto y ahora ya no había más oportunidad de pedir perdón a su hijo.

—Perdón —y aún así tenía la necesidad de decírselo por lo menos a Sasuke—. Creo que comprendo muy tarde lo que quisieron decirnos en ese entonces —separaron el abrazo y Sasuke miró confundido la cara de Minato—. Se amaban ¿verdad? Lamento no haber entendido lo que era cuando tuve la oportunidad.

¿Qué? Pensó Sasuke al escuchar las disculpas de Minato. —Su familia… —comenzó a hablar entrecerrando los ojos—, siempre ha sido muy exitosa en el ámbito empresarial, y por lo tanto cuentan con una cantidad de dinero considerable… si ya estaba predicho que Naruto padeciera esa enfermedad pues pudo haber una oportunidad para salvarle si tan sólo en el momento usted hubiese entendido lo que él significaba para mí y lo que yo significaba para él —acto seguido se alejó unos cuantos pasos del hombre de ojos azules, Minato le miró con los ojos bien abiertos—. Pero el hubiera no existe —agregó con una sonrisa ladeada, sin embargo de sus ojos seguían cayendo gruesas lágrimas.

—Yo…

—¡No diga nada! No necesito saberlo, ahora mejor piense en cómo le dirá a su esposa que su único hijo murió, porque aquella responsabilidad ya no es mía. Y tampoco deben preocuparse por nada de lo que suceda con él de ahora en adelante… adiós.

Se giró con las manos temblándole por todo lo que había soltado, y así caminó de nuevo por las desoladas calles, llegó a cierta esquina en la que pudo visualizar perfectamente la que había sido su casa hace ya mucho tiempo; sabía que no sería bien recibido así que siguió de largo.

¿Y ahora?


Sobra retomar las horas desagradables que tuvo Sasuke hasta que fueron las diez de la mañana y con un semblante aparentemente serio se presentó en el crematorio, dispuesto a recoger las cenizas que para ese momento ya estaban almacenadas en una cajita elegante. La visita en el crematorio no duró más de una hora, sólo firmó unos documentos y pagó cierto dinero por el servicio, no dijo nada a nadie, no dio las gracias y salió del lugar caminando en dirección a la playa; llegó en poco tiempo, se sentó en la arena y a su lado puso la caja.

—Es irónico —murmuró viendo las olas chocar—. Es irónico que para cuando proclamaras tu deseo la misma vida te quitase la posibilidad de hacerlo realidad.

Esperó por la respuesta que nunca llegó, miró las olas por incontable tiempo, sonrió con los niños que jugaban cerca del agua, vio a las familias felices que habían decidido que aquel momento era bueno para dar un paseo. Pero más pronto de lo que hubiera querido las personas comenzaron a irse de la playa, el viento había aumentado y las olas se mostraban más furiosas ¿qué había pasado con ese día que parecía tan perfecto? Puede que eso se preguntasen varias personas que huían del lugar.

El atardecer llegó.

—Mira, mira —pronunció Sasuke sonriendo—, comenzó a atardecer.

Como lo dicho, el sol descendió hasta ocultarse en el horizonte. Y era hermoso, Sasuke coincidió con lo que había dicho Naruto al afirmar que no había visto ningún amanecer, entonces… si el atardecer era tan hermoso no había duda en que el amanecer sería mucho más admirable, porque nada es más bello que ver la oscuridad transformarse en luz.

Pronto la noche apareció en todo su esplendor mostrando resplandecientes estrellas, con esto Sasuke se recostó sobre la arena mirando al cielo fijamente. —Quiero que amanezca —susurró como pidiendo un deseo a un ente invisible—. Quiero ver un amanecer.

Dicen que cuando los padres no logran cumplir todos sus sueños comienzan a proyectarlos sobre sus hijos, y que por ello para los padres la felicidad del hijo es lo más importante. ¿Ocurría esto para los amantes? Así parecía, pues ahora para este chico pelinegro era lo más importante cumplir el deseo que Naruto había querido en sus últimos momentos, tal vez él ya no lo vería pero… si Sasuke pudiese cumplirlo, que tan feliz sería.

En este punto las horas comenzaron a pasar muy lento, cada minuto era una eternidad que Sasuke soportó con un masoquismo alegre, pasaba el tiempo sumiéndose en recuerdos, ¡ah! Como la primera vez que vio a Naruto, y pensar que en ese momento se había sellado un destino que al parecer acababa en este momento.

Amaneció.

Comenzó con unos destellos que se asomaban del horizonte, pero se sabía que sería lo siguiente a ello. Con una emoción renovada Sasuke se levantó tomando consigo la caja, sonrió al ver los rayos de sol; entonces, sin quitar la sonrisa abrió la caja y el viento fuerte que había persistido durante toda la noche hizo que las cenizas salieran volando en todas direcciones, y posteriormente se perdieron en el horizonte, casi se pudo escuchar un agradecimiento en el viento. Aquel momento efímero, para Sasuke fue lo más liberador que pudo hacer en su vida, sonrió a las cenizas que recién habían desaparecido.

Amanece ahí sentado junto al mar,
la mirada fija en la inmensidad, esbozando una sonrisa
imaginando no despertar.

Sasuke volvió al departamento.

Al entrar un vacio absurdo lo asaltó de repente, lo odiaba; odiaba ese departamento ahora que estaba vacío. Se sentó en el viejo sofá en un intento por dormirse, pero no lo consiguió de ninguna manera, de ninguna posición. De nuevo se sentía muerto en vida, la felicidad que había sentido momentos atrás de había esfumado para dejar la realidad tras de sí, ya nada importaba ¿verdad? Nada valía la pena sin el amor de su vida. Afuera el día terminaba de imponerse, y como una idea que de repente llega de la nada Sasuke recordó algo que había pasado hace ya bastante.

 

Sasuke dormía cansado después de un día en la universidad y posteriormente una noche en el trabajo, era raro que Naruto aún no hubiese llegado a casa pero a Sasuke no le quedaba más remedio que esperar a que él apareciera por su cuenta puesto que no tenía celular. Se despertó de su sueño por enésima vez para descubrir que Naruto aún no había llegado.

Preocupado estuvo a punto de salir del departamento para buscarlo en cuanto lo vio entrar con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Dónde estabas?

Naruto sonrió inocentemente. —Consiguiendo lo mejor del mundo.

Sasuke lo miró curioso a la vez que Naruto alzó victorioso una caja negra. —Es un regalo para ti —había agregado sin bajar la sonrisa ni un poco. Sasuke tomó la caja que Naruto le extendía; la abrió para encontrarse dentro de ella una pistola colt python en perfectas condiciones.

—¿Por qué un arma? —preguntó Sasuke confundido.

Recuerdo que cuando teníamos quince años encontraste una de estas escondida en tu casa, más tarde nos enteramos que esta arma fue usada antiguamente en la familia Uchiha. Y le cogiste una adoración especial, la cargabas para todas partes alardeando, sin embargo el arma siempre iba sin municiones. Hasta que un día Itachi la encontró en tu habitación, y se armó un caos con tus padres, te la quitaron y estuviste deprimido un buen tiempo. Así que he conseguido una réplica exacta, lo cual fue bastante difícil… si puedo decirlo.

¿Recuerdas todo eso?

Por supuesto. ¿Cómo olvidar algo que tenga que ver con Sasuke? —Sasuke miró el arma con una sonrisa a la vez que murmuraba un ligero “gracias”.  

 

De vuelta a la actualidad Sasuke se levantó desesperado y corrió a la habitación, donde tiempo atrás había guardado la colt Python en el fondo de un armario, pues cargar con un arma como lo hacía a sus quince años ya estaba un poco mal visto.

Al llegar —y sin importarle el desorden que estaba armando— rebuscó en todo el armario hasta que dio con la pistola, en seguida se sentó frente al escritorio que había allí mismo. De nuevo sin importarle lanzó todo lo que permanecía sobre la mesa y depositó la caja encima. Suspiró sonoramente. Lentamente abrió la caja, pero de primera vista no encontró la pistola, sino un pequeño papel blanco y debajo de él un collar, sólo existía  una persona que pudo haber sido…

—Naruto —murmuró.

Sacó el papel y lo abrió.

Porque sé perfectamente que puedes cometer una estupidez.
Uchiha Sasuke no es tan estúpido.
Por ello vuelve a guardar esta caja al fondo del armario,
teme.

Sasuke abrió los ojos sorprendido, Naruto lo conocía tan bien, sabía lo que podría llegar a intentar y quería pararlo. Dejó la nota a un lado para sacar el collar, era un águila plateada, que se mostraba imponente, como lo era él, y sonrió.

Aun así —y debajo del collar— estaba la colt Python, siguiendo en excelente perfección a pesar del tiempo. Dejó el collar al lado de la caja y sacó la pistola, comprobó que estaba cargada y lista para usarse; como había hecho con las demás cosas tiró la caja al suelo quedando encima de la mesa la colt python y el collar, los puso uno junto al otro para admirarlos por un tiempo.

Afuera el sol se mostraba resplandeciente, y parecía que sería un excelente día para ser feliz, pues el mundo quería que las personas fueran felices. Qué ironía, pensó; volvió a fijar su vista en los dos objetos que tenía en frente. Tomó en sus manos el collar y lentamente pasó sus dedos por él sacándole brillo en el acto, sin soltar el collar miró el arma.

Soltó el collar.

Tomó el arma en sus manos, su dedo se posicionó en el gatillo, sin embargo no movió el cañón hacia ningún lado. Miró el arma, miró el collar por unos segundos. Volvió a mirar el arma, el dedo en el gatillo se removió inquieto, su mano se movió a tocar el collar, pensó en Naruto, todos los momentos felices, sonrió nostálgicamente.

Sólo había una decisión que podía tomar. 

.


 

Fin. 

Notas finales:

Y se acabó! Al final no me preocupé en hacerlo tan "para que lloren" sino para pues... que se vea lo que sucedió después de...

 

El arrepentimiento de Minato que se quedará en eso porque ya nada que hacer, los padres de Sasuke que puede que nunca vean a su hijo de nuevo. Y el misterio de la decisión que toma Sasuke al final :3

 

Me alegra acabar éste Fic, y pues me concentré en escribir este cap dejando de lado los otros Fics por ahora, así que es momento de volver a escribir en los otros Fics que siento que ya llevo tiempo sin actualizar.

 

Gracias por sus comentarios siempre presentes, por esos lectores fantasma que sólo leyeron la historia :3

 

Adiós y nos vemos en otra historia, tuya o mía, quien sabe...


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