Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The Last Kiss. por PauYh796

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Número de palabras del capitulo sin notas: 3.128

II

 

Cuando Sasuke llegó al departamento procuró entrar sin hacer ruido, y a la vez procuró esconder los resultados de los exámenes debajo de su camisa solo por si acaso. Cerró la puerta con cuidado y quiso avanzar hasta la cama para poder dormir una buena siesta, pero no cumplió su cometido porque en la sala común, en un viejo sofá, Naruto lo miraba fijamente.

—No creas que no sé lo que hiciste —dijo Naruto en cuanto Sasuke descubrió su presencia allí—. Una enfermera no puede negarle información a un paciente, así que ahí está. ¿Qué pretendías?

Sasuke solo caminó con lentitud hasta agacharse frente a Naruto quien no se había movido de su posición inicial, lo tomó de las manos fuertemente y a la vez se las acariciaba suavemente—. No estés molesto —murmuró—. Solo lo hice para asegurarme de tu estado de salud, me preocupas.

—¿Y ya confirmaste que todo está bien? —dijo con un deje de molestia en la voz.

Sasuke sintió como se formaba un nudo en su garganta, quiso llorar, pero reprimió las lágrimas porque no quería que Naruto perdiera su felicidad. Y si se enteraba definitivamente perdería su felicidad.

—Sí, todo está bien —musitó Sasuke y a la vez algo dentro de sí se rompió en mil pedazos.

Naruto sonrió—. Te preocupas por nada, Teme. 

Sasuke asintió; ya era raro que Sasuke cediera la razón a alguien, y más si ese alguien era Naruto, pero en ese instante no era él mismo. Su cerebro seguía desconectado de su cuerpo, y sus acciones eran las de un muñeco de trapo.

Se levantó en silencio y caminó hasta la pequeña cama, se recostó durmiéndose lentamente. Procurando no perder de último de cordura que le quedaba.

Naruto, sin darse cuenta de que algo pasaba se recostó junto a Sasuke que ya respiraba pesadamente. —Debes estar cansado —susurró sin romper la quietud. Luego se acomodó inclusive más cerca de Sasuke y se durmió casi al instante.

Al siguiente día Sasuke se levantó antes que Naruto, sin hacer el menor ruido se cambió de ropa y tomando los resultados que le habían dado el día anterior salió del departamento sin hacer el menor ruido, pero antes dejó una nota diciendo que estaría en la universidad. Una vez fuera llamó a la única persona con la que podía contar en ese momento.

—Gaara, necesito contarte algo.

Gaara, al otro lado del teléfono cuadró una cita con Sasuke en una pequeña cafetería que no quedaba muy lejos de la ubicación actual de ambos. Y después de una hora ambos se encontraban sentados uno al frente del otro, mirándose fijamente sin atreverse a hablar.

Pero lentamente y sin pronunciar palabra aun Sasuke le extendió el sobre a Garra, que los tomó y con toda la desconfianza del mundo comenzó a revisar papel por papel, abriendo los ojos sorprendido durante el proceso.

—¿Esto es…? ¿…Tú?

—Sí. Es exactamente lo que crees que es —murmuró Sasuke sin atreverse a alzar la voz por miedo a que se quebrase—. Pero me temo que esas pruebas no son mías.

Gaara dejó caer las hojas sobre la mesa entendiendo de inmediato a lo que se refería el pelinegro, recordó la semana pasada, cuando se los había encontrado en el hospital—. No —musitó sin creérselo.

Sasuke escondió su cara entre sus manos y casi involuntariamente dejó caer las lágrimas que había estado reteniendo desde el día anterior. Gaara se quedó en silencio, sabiendo que el momento que estaba pasando Sasuke no era el más bonito de todos.

—¿Por qué a él? —preguntó Sasuke entre lágrimas.

Gaara soltó un sollozo sin lágrimas.

—Todavía se ha de poder hacer algo —dijo desesperado—. Recuerda que tengo toda la influencia en los hospitales, puedo movilizar a medio mundo.

Sasuke negó. —Hay un problema con eso —esperó unos segundos interminables para Gaara—. Naruto aun no lo sabe.

—¡¿Qué?!

—Yo fui solo por los resultados, él no sabe que es lo que le pasa.

—No, Sasuke… esto está mal. Tienes que decirle.

—¡Pero no puedo!

—¡No puedes engañarlo!

Sasuke agachó la mirada rehuyendo la vista penetrante de Gaara. —¿Cómo voy a decírselo?

—Solo suéltalo. Pero tienes que decírselo hoy —sentenció.

Se despidieron y Sasuke se encaminó de nuevo al departamento, para esa hora Naruto ya debía estar allí después de una larga mañana de trabajo. Cuando entró de la nada un delgado cuerpo le saltó encima colgándose de su cuello para plantarle un húmedo beso en la mejilla.

—Bienvenido —dijo Naruto con una enorme sonrisa—. ¿Cómo te fue en la universidad?

Sasuke al principio no entendió, pero pronto captó y recordó la mentira que había dejado en la nota antes de salir: “tengo que adelantar un pequeño trabajo en la universidad, volveré en unas horas”. Una chispa de culpa le atravesó la cara pero Naruto no lo notó, simplemente, y con la misma sonrisa boba, se lanzó a los labios de Sasuke atrapándolos en un suave beso que —obviamente— Sasuke no negó.

—Bien —musitó Sasuke en cuanto se separaron—. ¿A ti?

Naruto se soltó del agarre y giró hasta la cocina, donde a los pocos minutos volvió con un sobre de papel. —Toma —anunció feliz—. Recíbelo —Sasuke tomó el sobre para abrirlo y encontrarse con un considerable fajo de billetes.

—Con esto se completa el costo de tu matricula para el próximo semestre. Me lo pagaron hoy después de ayudar un poco.

—De seguro te excediste trabajando y esta es su forma de compensártelo —regañó Sasuke en tono bajo—. Pero gracias.

—Tonto. Ya sabes que me voy a encargar de que cumplas ese sueño.

—Naruto… tengo que hablar contigo.

Naruto borró la sonrisa. —Esto significa o que me vas a terminar o que me engañaste… o ambas.

—No, no, ninguna de las dos —Naruto suspiró aliviado pero casi al instante volvió a mirar a Sasuke con mirada expectante.

—Te escucho.

Sasuke le esquivó la mirada, puede que Naruto tuviese los ojos más hermosos que alguna vez había visto, pero definitivamente tenía que huirle a esa mirada que lo trastornaba sin nada de esfuerzo. Iba a hablar, iba a hablar por más doloroso que fuese pero de repente lo recordó.

Hace un año, cuando los problemas de convivencia entre Sasuke y Naruto comenzaban a afectar su “amor eterno” Sasuke tuvo una idea; preparó todo muy bien, llevó a su novio a un bosque alejado de la ciudad donde al más puro estilo de película romántica le preparó un picnic, comieron, rieron, durmieron… y casi al atardecer Sasuke le pidió a Naruto que se casaran allí mismo.

—¿Casarnos? —había preguntado Naruto algo sorprendido.

—Aquí mismo. Ya mismo.

En el momento en que Naruto entendió que Sasuke hablaba en serio le sonrió y asintió con la cabeza. No iban a hacer un matrimonio como hacia todo el mundo; allí, en medio del bosque, se dijeron votos salidos de su corazón allí mismo, sin preparación, sin pensarlo, solo lo que salía de sus corazones. Y Sasuke recordaba con exactitud lo que Naruto había dicho:

—Sasuke, prometo amarte, cuidarte, quererte y odiarte por siempre, pues nuestro amor es eterno y soporta cualquier cosa: peleas, risas, golpes… no dejaré que nada nos separe. Te voy a amar mientras la luna y el sol sigan su ciclo, pero eso no necesito prometerlo porque ya es verdad, y no va a cambiar. En la riqueza y en la pobreza… más pobreza que riqueza porque no creo que salgamos de esta en un buen tiempo —Sasuke había soltado una carcajada en ese punto—. Salud y enfermedad, en la salud no importa porque todo estará bien, pero en la enfermedad… prometo cuidarte de hasta la menor congestión que surja de una noche en vela. ¡Pero eso no va a pasar!, somos fuertes, hombres fuertes… las enfermedades solo son para las películas…

Antes de que Sasuke pudiese seguir recordando aquel discurso Naruto le dio un ligero golpe en el hombro llamando su atención de nuevo.

—Tierra llamando a Sasuke, tierra llamando a Sasuke.

Sasuke rodó los ojos por la frase infantil, y se volvió hasta los ojos azules que aun lo miraban con curiosidad. —No me hagas volver a preguntar —dijo Naruto frunciendo el seño—. ¿Qué tenías que decirme?

Un vistazo al futuro pasó por los ojos de Sasuke.

No.

Ese no era el futuro que Sasuke deseaba, pero… ¿por qué parecía ser el único? Bueno, si ese era el futuro lo mejor era posponerlo un tiempo… vivir este hermoso presente por un tiempo más.

—Te amo —dijo Sasuke de la nada y un rubor apareció en las mejillas del rubio—. Siento que hace mucho no te lo digo, así que ya está, eso es todo —en silencio pensó en Gaara mientras se disculpaba telepáticamente.

Así, y aunque Sasuke lo negara, las cosas habían cambiado drásticamente. Los días pasaban con rapidez, tanto que parecía un parpadeo. Sasuke comenzó a insistir en que Naruto dejara uno de los tantos trabajos que tenía, pero sin ninguna razón válida y con lo terco que era Naruto al final no lograron nada. Naruto se veía cansado cada noche cuando volvía al departamento, y Sasuke estaba agotado emocionalmente, los pensamientos taladraban su mente sin piedad; habían días en los que Sasuke iba a la universidad sin ir realmente, se la pasaba las clases pensando. ¿En qué pensaba? Aquello era confuso, simplemente se sumía en un letargo que parecía eterno.

El retraído Sasuke lo parecía aun más. Ya no hablaba para lo más mínimo, pero nadie se le acercaba a preguntar qué pasaba, y aunque lo hicieran solo se ganarían una mirada de odio, regalo de Sasuke.

Usualmente los martes Sasuke salía de la universidad al atardecer, sus clases acababan tarde siempre y él se quedaba un buen rato en la biblioteca adelantando trabajos pendientes. De igual manera, usualmente Sasuke nunca tomaba transporte público, siempre camina porque usar transporte público es caro y ellos no podían permitirse gastarse x valor en un día solo en transporte. Por ello Sasuke se demoraba aun más en volver al departamento. Ese martes concretamente Sasuke volvió esperando encontrar el departamento solo, pero tal fue su sorpresa al entrar y encontrarse a Naruto dormido en el destartalado sofá.

Se acercó sigilosamente y se sentó junto a él en el suelo.

Pasaron unos minutos de silencio inquebrantable, Sasuke se movía lo suficiente como para dejar que el aire entrara y saliera de sus pulmones, y Naruto simplemente no se movía; aquel chico que siempre le pegaba patadas a Sasuke mientras dormían juntos ahora no se movía, tenía el sueño pesado y la respiración acompasada.

La quietud se rompió de repente. Naruto se levantó de golpe y corrió al baño como alma que lleva el diablo, Sasuke, después de reaccionar tarde corrió hasta el baño para encontrarse a Naruto devolviendo toda la comida, vomitando como si tuviese la intoxicación más grande del mundo.

—¿Estás bien? —se atrevió a preguntar Sasuke después de que las arcadas habían parado.

—¿Tú qué crees? —respondió sarcástico.

—Lo siento.

—No, perdóname. No me siento bien, llevo todo el día así, y justo cuando pienso que ya ha pasado vuelvo a vomitar la comida que no tengo en el estómago.

—¿Todo el día?

—Sí. Por eso salí antes del trabajo.

En silencio Naruto se lavó la boca varias veces quitándose el mal sabor de boca, luego sin emitir ningún sonido caminó hasta la habitación seguido por Sasuke y se acostó en la pequeña cama respirando agitadamente.

—Ha de ser un estúpido virus —dijo Naruto al notar la mirada preocupada de Sasuke sobre sí—. Se me pasará después de dormir —agregó.

Sasuke suspiró sonoramente, caminó hasta la cama y se recostó suavemente acogiendo a Naruto entre sus brazos, a la vez depositó un casto beso en la frente del rubio, le sonrió amablemente y pronunció un inaudible “duerme”. Naruto solo asintió, cerró los ojos lentamente, pasaron unos minutos y su respiración volvió a tornarse acompasada.

Sin embargo Sasuke no podía dormir.

Volvió a pasar otra noche simplemente acostado, mirando al techo y pensando en mil posibles futuros, todos eran extravagantes y totalmente imposibles, pero eran las salidas que Sasuke había optado por tomar. Porque hacer eso era mejor que enfrentar la realidad.

Amaneció silenciosamente y Sasuke se alegró de la mejoría en el color de piel de Naruto, de seguro ya se encontraba bien… y aquello había sido solo un susto de una noche.

Los rayos de sol entraban fuertemente por la ventana, Sasuke tuvo intención de levantarse para poder obstruir los rayos pero esa sensación en su pecho se lo impidió, era Naruto que se aferraba a su pecho como si no existiera nada más cómodo. Y para Sasuke aquello también era un paraíso, su propio nirvana creado de sueños e ilusiones. En aquellos sueños Naruto siempre mostraba su flamante sonrisa, y eso era lo que Sasuke más temía… que la sonrisa de Naruto se perdiera en el infinito.

Unos insistentes golpes en la puerta interrumpieron sus fantasías. Pensó en no abrir la puerta pero los nuevos golpes hicieron que se levantara solo para gritarle al intruso que se atrevía a perturbar el sueño de su amado, pues Naruto había comenzado a removerse inquieto por el ruido.

Abrió la puerta de golpe y se encontró con Gaara en el umbral, sonreía abiertamente y eso ya era raro de por sí. Sin esperar el permiso para entrar al departamento el pelirrojo avanzó por el pequeño departamento como un pequeño tornado.

—¡Tengo la solución! —anunció sonriente.

Sasuke lo miró confundido.

Gaara, sin bajar la sonrisa ni un poco le pasó a Sasuke un papel impreso que este último comenzó a leer con bastante interés, luego de unos minutos afirmó: —un método experimental para curar el cáncer.

Gaara asintió. —Llevo meses buscando algo así; el tratamiento es en otro país pero eso no importa, yo podría cubrir los gastos y…

—No, no, espera —interrumpió Sasuke—. Si vamos a pagar esta clase de cosas la haremos nosotros, no quiero que vean a Naruto como un intento de caridad.

Frunciendo el seño Gaara asintió. —Comprendo lo que dices, pero de igual manera quiero que sepas que estoy acá.

—Lo sé.

La sonrisa en Gaara volvió a aparecer esplendorosa como al principio. Y Sasuke en un ataque de amabilidad le ofreció a su invitado algo de tomar, Gaara aceptó un vaso de agua y en lo que Sasuke fue por él Gaara comenzó a inspeccionar el pequeño departamento, los muebles viejos y la pintura desgastada… no era nada a lo que él estuviese acostumbrado, sin embargo era el estilo de vida de muchas personas, y Gaara aceptaba eso.

Unos pasos sobre el suelo de madera alertaron a Gaara, que giró hasta la dirección del sonido para encontrarse con Naruto, que daba pasos lentos, su cara tenía un aspecto enfermo, pero no moribundo. Así que Gaara le sonrió.

—Tiempo sin verte —saludó Naruto.

—Sí —aceptó Gaara—. Después de todo no hay muchas ganas de salir de fiesta con todo esto.

Naruto no entendió eso último pero hizo caso omiso, caminó hasta el maltrecho sofá y se tumbó sin nada de delicadeza, recostó la cabeza contra la pared cercana, cerró los ojos suspirando sonoramente, después de todo aun no se sentía totalmente bien.

El sonido del celular de Gaara rompió la quietud que se había formado después de unos segundos, Gaara contestó cambiando su expresión inmediatamente. —Tengo que irme —anunció serio en cuanto colgó—. Pero deseo de todo corazón que superes esto —dijo sonriendo—. A veces las enfermedades terminales no son el fin.

Naruto abrió los ojos sorprendido, mas no dijo nada relacionado con su estupor, o con las últimas palabras de Gaara.

—Sí, sí, lo sé. Es algo difícil pero todo saldrá bien —mintió descaradamente.

—¡Y Sasuke quería ocultártelo! —suspiró aliviado—. Para mí que te lo estás tomando con bastante madurez, a veces pareciera que Sasuke no confía en tu adultez. Pero bueno, yo tengo que irme, ya hablamos otro día.

Sasuke iba saliendo de la cocina a la vez que Gaara salía por la puerta principal cerrándola con un sonoro golpe. Suspiró frustrado y dejó el vaso de agua sobre una mesa cercana; caminó hasta la sala común donde se encontró a Naruto viendo al vacío del lugar.

—Despertaste —obvió Sasuke con una sonrisa sincera.

Naruto no respondió, se levantó con esfuerzo, sin decir palabra volvió a la habitación con pasos pesados, su mente comenzaba a volverse un lio, ¿Sasuke le estaba mintiendo? ¿Una enfermedad terminal? ¿Y por qué Sasuke no le había dicho? ¿Cuándo…? Su propia pregunta se interrumpió cuando lo comprendió, fue aquella vez, cuando se desmayó y terminó en el hospital, ósea que después de aquella vez, de los exámenes sin su consentimiento, de los resultados, Sasuke le había mentido descaradamente y en su propia cara. Sus ojos inevitablemente se volvieron llorosos, a la vez Sasuke entró a la habitación, se alarmó al notar el deplorable estado de su novio.

—¿Estás bien? ¿Te duele algo?

Pero Naruto lo ignoró, como un fantasma que trata de comunicarse, así se sentía Sasuke. —Naruto —lo llamó suavemente pero el chico permanecía inmutable. Ahora la paciencia de Sasuke era inexistente, de dos largas zancadas llegó y plantó un sonoro golpe —mas no doloroso— en la frente de Naruto, que al sentir la fría mano dejó de retener las lágrimas que ya habían estado queriendo salir desde antes.

Mierda, pensó Sasuke y se apresuró a decir: —Lo siento, lo siento. No debí golpearte.

—No me dolió —musitó Naruto sin querer retener las lágrimas.

—¿Entonces qué te pasa?

—¿Es verdad? —preguntó fijando su azulina vista en los ojos negros de su acompañante—. Sasuke, ¿qué tengo?, no me voy a morir ¿verdad?

El estupor inicial no le duró a Sasuke, casi inmediatamente comprendió a lo que Naruto se refería. De lo que hablaba, y de lo que se había enterado quien sabe cómo. Pero no podía, Sasuke no podía soportar mirarlo a esos ojos llorosos, no podía soportar tener que decirle que no le quedaba mucho tiempo, que su vida se había reducido a este estado. No podía soportar decirle que su futuro estaba vacío, y que su muerte se aproximaba.

Pero…

—No te vas a morir —sentenció enojado—. Estás enfermo, mas no te vas a morir. No dejaré que eso ocurra. Jamás, no te voy a abandonar. Nunca.

Un gemido ahogado salió de Naruto y Sasuke se apresuró a abrazarlo fuertemente contra su pecho, dejándolo llorar sin reparo; poco a poco sus ojos también comenzaron a escocer pero él solo optó por abrazar a su esposo más hacia su pecho.

—No te vas a morir —murmuró con la voz quebrada—. No tienes derecho a morirte y dejarme solo. 

.

.

.

Continuará...

 

 

Notas finales:

Acabo de entender que no comprendo muchas cosas, mas la muerte si la comprendo. Hace tiempo, un familiar mío murió, al principio yo no entendí lo que significaba: "él se fue, ya no lo voy a ver más"... sabía que eso era, pero no lo entendía. Ahora que han pasado varios años lo comienzo a entender... y de nuevo hace poco que la muerte se presenta alrededor mío. A veces no lo entiendo, da rabia, y es eso... esa es mi inspiración hoy, porque con esto quiero recordar a más de uno.

 

Acabando con eso, siento el retraso, pensé que tendría el capitulo antes pero bueno... mejor tarde que nunca ;)

 

Prácticamente este capitulo lo escribí entre cosa y cosa, en muchos papeles que luego me costó reunir (¬¬)... Transcribirlo fue lo más fastidioso, no me gusta transcribir. Nunca he encontrado una posición adecuada para hacer eso... pero en fin.

 

Creo que no tengo mucho más que decir. Nos vemos al siguiente capitulo n.n

 

Ciao.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).