Shelter
Capítulo 2
- Pero... ¿por qué?- no entendía como alguien podía vender su cuerpo. Y por los sonidos que me mostró, no sólo hace de activo. Está preparado para complacer a cualquier hombre o mujer.
- Eso no tengo por qué decírtelo. ¿Te pensás que porque me salvaste de esos hombres ahora tenés algún derecho sobre mí?
Ok, eso dolió. Mucho más de lo que debería haber dolido.
- HyunSoo...- dije y pensé que podría ponerme a llorar.
- Perdón Jongin, no quise hablarte así pero estoy un poco tenso. Espero que entiendas que no hice nada en el tren porque no puedo estar golpeado. Tengo que verme bien siempre, a pesar de que me habría encantado defenderme sólo o ayudarte al menos- asentí con la cabeza -Y otra cosa...- lo miré -Mi nombre... no es HyunSoo. Es KyungSoo- mis ojos se abrieron grandes por la sorpresa -Sí, perdón por mentirte...
- ¿Qué?- me sentí estúpido. Yo había confiado en él lo suficiente como para llevarlo a mi casa, y él no había sido capaz ni de decirme su verdadero nombre. Además de que me había pasado una semana pensando en él -¿Cómo que no te llamas HyunSoo?
- No. Mi nombre es KyungSoo, Do KyungSoo. Disculpame por mentirte pero entendeme, recién te conocía. Mira el ambiente en el que vivo... aprendí a ser cuidadoso.
- Supongo... que puedo entenderlo- respondí. De haber estado en su lugar, probablemente yo habría hecho lo mismo. Me sonrió.
- Pero todo lo demás que dije fue real. Excepto lo de la droga, claro- se rió ante el recuerdo de la broma que me había hecho. Sonreí tímidamente.
- Bueno, me alegra que confiaras aunque sea un poco en mi...- nos miramos a los ojos -Sabes... esta semana...- me callé al escuchar un grito que venía de la habitación de al lado.
- ¡ChanYeol! ¡Es enorme!- exclamó una voz, con un tono entre sensual y divertido. Abrí mis ojos grande y mis mejillas se calentaron. KyungSoo, al verme, estalló en carcajadas.
- Deberías haberte visto...- comentó entre risas -tu cara...- siguió riendo.
- Date vuelta y apoyate en la pared, traje las baquetas de mi batería, te va a gustar. También tengo unas esposas, la vamos a pasar muy bien, BaekHyunnie- escuché que decía mi amigo con voz ronca.
- ¡Oh, ChanYeol!- respondió BaekHyun. Sentía que mi mandíbula se iba a dislocar de lo mucho que se me había abierto la boca de pura impresión y sorpresa. Miré la pared de la que provenían las voces cuando se empezaron a escuchar unos sonidos como si estuvieran golpeándola con el cuerpo. KyungSoo volvió a reír y, tomándome del mentón, me hizo mirarlo.
- Tranquilo, están fingiendo.
- ¿Cómo sabes eso?- le pregunté, sin poder salir de mi estado de sorpresa.
- Siempre lo hacen, quedate tranquilo que ChanYeol no está lastimando a BaekHyun- suspiré de alivio al saber que mi amigo no tenía costumbres raras en el sexo -Les gusta fingir algo diferente cada vez que se juntan, para divertirse. Como sabían que íbamos a estar acá, lo hicieron todavía más sonoro a propósito- rió -ChanYeol es muy agradable. Siempre viene, paga la noche, y se queda pasando el tiempo con BaekHyun divirtiéndose, o simplemente se acuestan, disfrutando de la compañía del otro. Pero nunca pasaron de los besos. Si no es que ya lo están, no creo que falte mucho para que se enamoren el uno del otro- me sonrió y yo le devolví la sonrisa. Era lindo pensar que ChanYeol estuviera enamorado y feliz, pero la "profesión" de BaekHyun complicaba un poco las cosas.
- Nunca supe nada de todo esto...- dije un poco triste porque mis dos mejores amigos me hubieran ocultado algo así -Ni que vinieran acá, ni que ChanYeol estuviera interesado en BaekHyun... o SeHun en ese chico rubio...
- LuHan.
- ¿Qué? ¿Qué es un LuHan?- pregunté extrañado, estirando mis piernas y dejándolas ligeramente abiertas. KyungSoo rió fuertemente.
- LuHan, es el nombre del chico rubio. Es el hijo del dueño de este lugar- explicó -Empezó a venir seguido desde un día que vino a traer unos papeles porque su papá no podía venir, y se encontró con SeHun. Ellos suelen quedarse en la zona del bar, que tiene shows de baile también.
- Sabés más que yo, supongo que voy a tener una larga conversación con esos dos- rió levemente y yo sonreí: su risa era muy linda.
Nos miramos a los ojos unos momentos y su expresión cambió. Se acercó levemente, y yo miré a la pared para evitar el contacto con sus ojos. Rozó su nariz con la línea de mi mandíbula.
- ¿Seguro que no querés aprovechar la noche?- susurró, dejando que su cálido aliento golpee el lóbulo de mi oreja.
- S... sí, estoy seguro- respondí cerrando los ojos fuertemente, nervioso. Apoyó su mano en mi muslo, acariciando lentamente.
- Pero te va a gustar. Iríamos despacio, a tu ritmo- me estremecí notablemente cuando sentí su lengua deslizarse por mi cuello. Me mordí el labio inferior mientras KyungSoo continuaba con las lamidas, agregando mordidas y succiones ocasionalmente. No era la primera vez que me hacían algo así, pero sí era la primera vez que se sentía tan bien. Su mano seguía con las caricias, subiendo de vez en cuando y llegando más arriba de lo necesario. Tiré mi cabeza hacia atrás, para dejarle más piel libre, no pudiendo evitar sentirme extasiado con las atenciones que recibía. Se separó un poco y me miró sonriente.
- Dejé una marca. No tengo permitido hacer eso, te agradecería que la escondieras al salir de acá- dijo con la voz ronca.
- Está... está bien- le devolví la mirada. Probablemente si me hubiera pedido que le trajera un elefante, en ese momento no hubiera dudado en cumplir su pedido. Así de entregado estaba.
- Sabés... nunca había sentido una conexión tan inmediata con alguien. Sólo hay una persona con la que hablé más que con vos, y es con BaekHyun, que es mi mejor amigo- comentó, rozando su nariz nuevamente contra mi mandíbula, bajando al cuello y depositando suaves besos donde supuse que estaba la marca.
- ¿De verdad?- me aclaré la garganta -Yo me sentí igual... no suelo hablar mucho, excepto si es con mis amigos. Pero con vos, enseguida me sentí cómodo para hablar de lo que sea- subió su mano, que descansaba sobre mi rodilla, a mi pelo y comenzó a acariciarlo -No dejé de pensar en vos en toda la semana...- susurré.
- Yo tampoco- confesó, todavía sobre mi cuello -Sos demasiado lindo, ¿sabías?- subió, sin alejarse de mi piel, hasta mis labios. Se mantuvo ahí, mirándome fijamente a los ojos. Tragué saliva nervioso. Vos lo sos mucho más, pensé sin atreverme a decirlo en voz alta. Su mirada bajó a mi boca y, lentamente, se acercó hasta rozar sus labios con los míos.
Profundizó levemente el contacto, comenzando un beso lento y sin apuro. Suspiré de gusto y mordí su labio inferior, haciéndolo abrir la boca e introduciendo mi lengua cuando lo hizo. Nuestros labios encajaban a la perfección, como si hubieran estado hechos para estar unidos. No podía creer lo que estaba pasando, pero no podía negar que me gustaba mucho. Llevó sus manos a mi nuca, presionando para que nuestros rostros estén más juntos. Lo abracé por la cintura y terminé de pegar su cuerpo al mío.
- ChanYeol, ahora hay que hacerlo adentro del armario- escuchamos decir a BaekHyun entre carcajadas. Nos separamos, riendo fuertemente.
***
- ¿Y?- preguntó SeHun, sonriendo feliz. Era lunes y estábamos en la hora del almuerzo.
- ¿Qué?- contesté bruscamente. Seguía molesto porque me habían llevado a un prostíbulo, y además porque no me habían contado que solían ir ahí.
- ¿Cómo estuvo tu noche con KyungSoo?- respondió ChanYeol.
- No hicimos nada, claramente. Y como me vuelvan a hacer algo así, los tiro por la terraza del colegio- informé, comenzando a comer.
- No te enojes, sólo queríamos que pases un buen rato- dijo SeHun, haciendo un puchero. Una pequeña sonrisita de costado apareció en su rostro -¿Y esa marca en tu cuello?- desvié la mirada avergonzado.
- Bueno, nos besamos. Nada más- tomé un trago de mi gaseosa -Pero... yo ya lo conocía de antes- comenté.
- ¿En serio?- preguntaron al unísono.
- Sí...- suspiré.
Les conté lo que había pasado el día en que conocí a KyungSoo.
- ¡Y no nos contaste nada!- exclamó ChanYeol cuando terminé.
- ¿Perdón?- me hice el ofendido -¿Se quejan de que no les conté eso, cuando ustedes no me contaron que van a un prostíbulo a pasar el rato?
- Pensamos que no lo entenderías...- dijo SeHun, desviando la mirada mientras tomaba un trago de su jugo.
- Puedo entender cualquier cosa, no me oculten nada. No me gusta- bajé la mirada. ChanYeol apoyó una mano en mi hombro.
- Lo sentimos, Jonginnie- se disculpó, mientras SeHun pasaba su mano por mi pelo.
- Esta bien... pero cuentenme como conocieron ese lugar- los miré expectante.
- Hace unos meses- comenzó ChanYeol -un día que vos estabas enfermo, SeHun y yo salimos sin el permiso de nuestros padres. Los papás de SeHun creían que él estaba en mi casa, y los míos se habían ido a un casamiento que duraba toda la noche. Fuimos a tomar algo y todo iba bien hasta que, mientras volvíamos, vimos al papá de SeHun en su auto pasando muy cerca nuestro. Empezamos a correr, para alejarnos de él, metiéndonos en el primer lugar que encontramos que resultó ser ese- escuchaba atentamente, sin perder detalle de lo que me contaba mi amigo más alto -BaekHyun nos atendió, y yo... pagué por él. Pero no hicimos nada- aclaró -es sólo que me resultó interesante y quise conocerlo.
- Y yo, al verme solo- prosiguió SeHun -me quedé hablando con LuHan toda la noche en el bar. Y desde entonces vamos seguido.
- Y ustedes...- dejé la pregunta en el aire.
- Yo estoy saliendo con LuHan desde hace unas pocas semanas- confesó SeHun sonrojado, sonriendo tímidamente.
- ¡Qué bueno!- exclamé, feliz de que mi amigo haya sido correspondido.
- Yo estoy intentando convencer a BaekHyun. Sé que quiere, pero dice que no... Que por su trabajo no puede. Que no quiere que me sienta mal cuando se tenga que acostar con otras personas- su rostro se ensombreció -Pero a mí eso no me importa... yo lo quiero... puedo aceptar eso.
- Todo va a estar bien, Channie- le palmeé la espalda -BaekHyun tarde o temprano va a aceptar.
- ¿Y vos?- cuestionó SeHun -¿Te gusta KyungSoo?
- Yo... eso creo- confesé -Pero da igual, no creo que lo vuelva a ver.
***
Esa tarde, estaba caminando lentamente por la calle mientras escuchaba música. No podía dejar de pensar en KyungSoo. Era increíble que habiéndolo visto solamente dos veces, hubiera afectado tanto mis pensamientos y, en cierto modo, a mi persona en general. Me pesaba el hecho de no haber sido lo suficientemente valiente como para pedirle su número de teléfono, pero sobretodo de no ser capaz de ir al prostíbulo a buscarlo. Me moría de ganas de verlo, de volver a besarlo. Pero me ganaba la vergüenza y la timidez. Era estúpido y no tenía sentido. Pero sus labios eran tan suaves y se sentían tan bien... pensé, llevándome una mano a la boca y acariciando mis labios, perdido en el reciente recuerdo.
De golpe, sentí mi cara chocar contra algo y volví rápidamente al presente. Un chico con el cabello castaño oscuro y prolijamente despeinado, se dio vuelta. Sonreí, haciendo que KyungSoo incline la cabeza a un costado y me sonría en respuesta.
- Disculpame, no vi por donde iba- dije, frotándome la nariz que me dolía un poco por el golpe que me había dado con la parte trasera de su cabeza.
- No te preocupes, yo estaba parado en el medio de la vereda- se pasó la mano por donde lo había golpeado -¿Cómo estás?
- Bien... ¿vos?- no podía creer que tuviera tanta suerte de cruzarme accidentalmente con él por tercera vez.
- Bien, algo cansado, pero bien- sonrió, y dirigió su mirada al negocio que estaba enfrente nuestro. Era una cafetería muy bonita con un estilo antiguo.
- ¿Venís acá?- pregunté al notar que miraba el lugar con mucho interés, casi con un brillo especial en los ojos.
- No, solo pasaba...- me miró -¿Volvés del colegio?
- Sí.
- El uniforme te queda muy bien, Jongin- apoyó su mano en mi hombro, y la deslizó hacia la parte de adelante de mi cuello para acomodarme la corbata.
- Gracias...- desvié la mirada -Diría algo por el estilo, pero siempre te ves bien... así que no tiene sentido- suspiré. Él rió levemente.
- De todos modos, me gustaría escucharlo- se acomodó la mochila cruzada que tenía puesta. Abrí la boca para decirle algo, pero él apoyó su mano para que no hable -No es necesario- sonrió, pasándome una mano por el pelo. Le devolví la sonrisa y miré la hora.
- Ya tengo que irme- suspiré pesadamente. Quería pasar más tiempo con él, pero no quería que se hiciera de noche sin haber podido ir a donde me dirigía antes de encontrarme con él.
- Está bien...- respondió. De golpe, su estado de ánimo pareció decaer -Espero volver a verte- sonrió.
- Yo también- mi respiración se cortó cuando se acercó y depositó un leve beso en mi mejilla.
- Si pasas un peine por tu cuello, la marca va a desaparecer más rápido- susurró y se alejó para mirarme. Sonrió con picardía.
- Sí...- tragué saliva, repentinamente avergonzado -Gracias- empecé a caminar para irme -Adiós...
- Chau- me saludó con la mano y su sonrisa, que parecía ser constante en él.
- De verdad espero volver a verte- susurré para que no me escuchara, antes de seguir mi camino.