“En las tardes desoladas las tonadas del corazón oscuro salen y relucen los amargos momentos de la viva que se revuelve con los latidos del corazón dolido, del corazón que no debería de existir. Pero son esos momentos los que más recordamos, los más dolorosos cuando recurrimos al dolor, pero porque si el sufrimiento solo doblega tus sentimientos y la emoción de vivir.”
La lluvia caía milagrosa, se resbalaba por la oscuridad de la noche. Las calles se encontraban desoladas tanto por la hora y la tempestad que se desataba desde el cielo. Las estrellas no salieron esta noche las estrellas se guardaron en alguna parte del firmamento junto con la traicionera luna, que dejo de reflejar su lealtad a él, y se escondió como una cobarde, quizás con temor a compartir su dolor.
Lord Seto Kaiba bajaba de su carruaje, interrumpía con sus zapatos el silencio del desolado lugar. El chofer le tendió una sombrilla que el rechazo y le ordeno su retirada. Este así lo izo pensando que no era la mejor opción por el estado en el que se encontraba su amo. Si el lord Kaiba sufrió la pérdida más lamentable de su vida, y cuando un Kaiba pierde algo importante, como un hermano no hay peor dolor…
Recorrió el lugar sin emoción alguna. El muelle estaba más frio que nunca. Se sentó en una de las bancas como esperando algo, su llegada tal vez, quizás aun esperaba que su hermano volviera a la vida y le regalase esa sonrisa que tanto le gustaba, seguido por esos besos que lo llevaban al cielo, y el fiel abrazo que solo su cuerpo conoció, si porque solo el recorrió cada parte del cuerpo de su hermano, solo a él se le regalo semejante dicha, la dicha de amar y ser amado. Mokuba es todo para él, es la luz de sus mañanas, su fuerza, su amado, su amante… porque los días sin él son dolorosos, el amanecer no tiene sentido sin sus ojos azules admirándolo inquietos. Ni las noches de luna le parecen ya hermosas sin un ángel con el cual compartir una cama.
Él lo quiere,
Él lo ama,
Él lo desea,
Él lo extraña.
Desde el primer momento en el que lo vio supo que Mokuba sería el mayor regalo de su vida, desde el primer momento que lo vio supo que lo amaba, supo que si no estaban juntos no serian nada. Sin embargo el aparto de ese sentimiento de su hermano, tenía miedo de ser rechazado, tenía miedo de que él se fuera y su soledad lo gobernara. Pero eso no paso, y una noche gloriosa, los dos se entregaron su amor, fue maravilloso, perfecto, sus cuerpos sudorosos y las caricias recibidas con amor y total entrega.* Pero porque te fuiste Moki?, he buscado tanto esa respuesta, la respuesta de tu repentino adiós, sé que me amaste como yo te amo, pero porque no luchaste? Sé que juntos hubiésemos podido con las pruebas. Sé que es egoísta de mi parte porque yo fui el único que vi tu verdadero dolor, porque yo fui el único que compartió tus noches de angustia y desvelo…*
Unas odiosas lagrimitas brotaron de sus ojos. Le dolía solo pensar en el pasado y ver lo que ahora es la realidad. Acaso es una forma del destino de cobrarle lo feliz que fue? porque él fue feliz, inmensamente feliz. Tanto que daría su vida a cambio de un dia mas con su hermano. Si él hubiese sabido que tan valiosos eran esos días los hubiese disfrutado mas, hubiese puesto la compañía en segundo lugar. Pero ahora está en un muelle lamentándose por lo que hubiese sido y por lo que fue. Pero de que le sirve eso ahora? Lamentarse no le traerá de regreso a su amado, no le devolverá su sonrisa…
“recuérdame por lo que fui y no por lo que soy”, esas palabras lo persiguen noche y día, las palabras… las últimas palabras de su amor… “lamento no poder estar en aquel que fue nuestro futuro…”. *yo también lo lamento Moki…*
Se levanto de golpe y se acerco a la orilla del muelle, no vio más que oscuridad y soledad, quizás es lo único que hay después de tanto vivir. Estaba tan decidido en esos momentos, el quería descansar junto con su hermano, el quirie que las olas del mar llevasen su cuerpo a lo profundo de este y que su alma volara hasta llegar junto a él, solo a él, porque él fue el primero, el único, el que siempre estará en su corazón. No hay vuelta atrás, la decisión está tomada, solo lamenta no morir junto a él y que la lluvia se a su única compañera. Uno, dos, tres y…
Un llanto desgarrador recorre sus oídos como dagas, quiere tirarse al vacio pero la curiosidad le gana, se alejo de la orilla y se dedico a buscar el lugar procedente del infernal llanto que parece de un niño. Reviso minucioso cada centímetro del muelle hasta llegar a lo que parecía un basurero. Lo que vio lo asombro, como las personas pueden ser tan inhumanas?
Entre la basura un niño de meses lloraba sin parar. Qué clase de personas dejan abandonado a un niño?, es una vida por dios!. Pero a quien engaña, así es la vida, la realidad… las personas no se responsabilizan de sus actos, son egoístas como el… el que quería abandonar el mundo sin mirar el dolor que dejaba atrás.
Tomo al niño entre sus brazos. Le pareció hermoso lo que vio, un lindo rubio de ojos mieles, hinchados por tanto llorar, el niño sonrió y dejo de llorar. Quizás lo único que quería era no estar solo, un poco de compañía. El también le sonrió. Desde hace cuanto no sonríe, cierto desde que Mokuba ya no está, ya no sonríe porque no tiene a quien sonreírle.
Embolbio el niño en su abrigo y lo abrazo con delicadeza. Miro asía tras, el muelle ya no era tan frio como antes. Y así se alejo de allí con un pensamiento “Moki espérame un poco mas…”
*desde las tinieblas clame tu nombre y me regalaste la libertad*