-¡Consejero!- alguien interrumpió el relato, a Hunter no le agradó mucho permanecer en ascuas…
-¿Me permites un segundo? Veré qué pasa- el joven asintió. Segundos después se quedó solo en la oficina, se decía para sí…
-¡En buena hora vienen a llamarlo! ¿Qué habrá pasado? ¿Lo habrá golpeado? ¿Qué habrá hecho? ¿Frederic me odiará?.... ahhh- suspiró pesadamente pasando sus manos por el rostro- soy un idiota-
El consejero se encontraba en la oficina del director…
-¿En qué puedo servirle?- preguntó el hombre con suéter de rombos
-¿Ya fue el señor Hunter a su cubículo?-
-Sí, ya estamos charlando sobre su actitud-
-Quiero que ese muchacho le pida una disculpa pública a su compañero-
-Bueno… esa es una actitud que no podemos forzar, es violentarlo y si respondemos violencia con violencia no saldrá algo bueno-
-¿Entonces pretende que los golpes que recibió su compañero queden impunes? Me parece una actitud poco recta de su parte-
-No es esa mi intención señor director pero…- el hombre de traje le impidió terminar su frase…
-¡No me importa! Ese chico agredió físicamente a un semejante y no me voy a quedar de brazos cruzados ¿me entiende?- ya estaba exaltado cuando dijo esto.
-Si me lo permite, creo poder hacer algo sin necesidad de obligarlo, me parece que es una buena persona y no dudo que de buenos sentimientos, solo le hace falta un poco de orientación-
-Lo envié contigo por puro trámite, pero no creo que logres algo con ese alumno, muchas veces es más efectiva la rigidez que el sentimentalismo- el consejero sonrió.
-Déjelo en mis manos, le prometo que lograré algo- a pesar de que el director parecía echar llamaradas de los ojos por lo furioso que estaba, el otro se mostraba tranquilo, a pesar de ser de alguna manera regañado- voy a conseguir que el señor Hunter remedie la situación por su propia voluntad-
-De acuerdo…- suspiró para después sentarse en su fina silla, aquella que le daba el poder- confiaré en usted-
-Gracias, volveré a mi sitio- se despidió con una sonrisa, el director se calmó con ese gesto, cuando se fue el consejero, volvió a sus actividades cotidianas.
Con rapidez volvió donde el alumno, abrió la puerta para decir…
-Una disculpa, es que me querían consultar unas cosas, pero ya estoy aquí…-
-¡Qué bueno! Ya me estaba aburriendo…-
-A lo mejor y tienes que irte ya, si quieres podemos seguir hablando mañana…-
-¡No! no puedo irme…-
-¿No puedes? ¿Por qué no puedes?-
-Eh… pues… porque… porque… porque si el amargado del director se entera me expulsará…- por orgullo no podía decir la verdad, no podía decir que quería continuar escuchando la historia…
-¡Es verdad!- el objetivo estaba cumplido, el consejero ya lo había atrapado, ahora debía seguir trabajando para lograr que el chico cediera- Bueno… mmm… ¿en qué me quedé?
-En que Jon se le declaró a Andrew… ¿Qué pasó?- parecía realmente interesado, más que una sugerencia, su pregunta parecía una súplica de continuar la historia.
-Ya me acordé…- segundo objetivo alcanzado, ya estaba enganchado con el relato, notó rápidamente la emoción de duro chico por continuar escuchando- pues Jon se le declaró a Andrew y este se le quedó mirando atentamente…
CONTINUACIÓN DE LA HISTORIA
-¿No vas a golpearme?- preguntó Jon con la cabeza gacha pero abriendo el ojo derecho…
-¿Por qué habría de hacerlo?- dijo Andrew mientras lo veía compasivamente, el rebelde de la generación tenía un gesto que nunca antes había visto…
-Por lo que te dije, es que… ya… ya no podía más… tenía que… que…decírtelo, estoy cargando con esto desde hace mucho, no es que yo sea un rarito…- se ocultaba, era gay con todas sus fuerzas, pero temía que su compañero lo etiquetara- pero me… me gustas…. Yo… - aclaró su garganta- yo te admiro mucho-
-Me halaga lo que me dices, pero yo no…-
-Lo sé, sé que tú no eres… eso, yo tampoco- volvió a mentir- pero tenía que decírtelo-
-Sí, te entiendo, tenías que externarlo…- su actitud de comprensión no cambió para nada.
-Y… ¿entonces?- cuestionaba el joven delgado al fortachón- mira que las piernitas me tiemblan como gelatina- sonrió brevemente para no sentirse tan ansioso.
-Por mi parte no hay ningún problema, te respeto y pues te agradezco la confianza- Jon lo miró con agradecimiento, pero también con un dejo de tristeza- para mí será como siempre, eres mi compañero de escuela y te voy a respetar, no importa lo que pase ¿de acuerdo?-
-Andrew… muchas gracias, gracias por ser como eres…-
-No, cómo crees, gracias a ti por ser tan valiente y decírmelo. Bueno… ya debemos irnos, te veo luego- Andrew extendió su mano, Jon la tomó y la estrechó. Una corriente eléctrica le invadió el cuerpo al sentir la levemente callosa mano del guapo, con mucha comprensión y caballerosidad había sido rechazado, estaba triste, pero feliz por haber sido comprendido, otro en esa situación lo hubiera ventilado, insultado o hasta golpeado.
Retomando su camino, el rebelde entró a la facultad. Jon permaneció un rato en el estacionamiento, aún no creía lo que hizo, se atrevió a decirlo, por primera vez en su vida se le declaró a un hombre, no se lo creía ni el mismo, más de una vez se fijó en el chico equivocado, se había entusiasmado otras veces, pero con Andrew era distinto, él era especial, se había enamorado, ¿cómo lo supo? Muy fácil, bastaba con ver su auto en el estacionamiento para sentirse feliz, el vehículo indicaba que estaba dentro de la escuela, tal vez no lo vería, pero sabía que se hallaba ahí. Luego de unos minutos de soledad, analizando y pensando en lo ocurrido, entró. Al dirigirse a la escalinata para volver a su salón de clases (se había escapado del aula para hablar con su amado) miró a lo lejos a Andrew, parecía tranquilo, reía apaciblemente con sus amigos…
-Se ve tan guapo… pero ya me dijo que no… debo respetar su decisión- puso su mano en el corazón, le latía muy rápido, tenía una extraña sensación en su cuerpo, algunos le llaman mariposas en el estómago… se enamoró de la persona equivocada… otra vez.
Al entrar a su clase, recuperó su postura, no podía permitir que nadie descubriera su dolor, puesto que efectivamente, estaba triste por haber perdido sus esperanzas. Antes de confesarse con Andrew, vivía en su mundo de fantasía, imaginaba que el guapo le pedía ser su novio, que él aceptaba y ambos era felices. La realidad le indicó de golpe que los sueños muchas veces no se materializan. Su compañero de escuela no sería para él.
-Tardaste mucho… ¿Dónde estabas?- su mejor amiga, Celite, una chica dulce y amable le preguntaba, nadie sabía de su verdadera orientación, ni siquiera ella.
-Fui al baño, pero ya sabes cómo me tardo- fingió compostura
-Sí, además creo que tienes diarrea- ella rio, pero notó que él no- ¿te ocurre algo Jon?-
-No, para nada-
-Mmm- enmarcó los ojos como intuyendo algo- ¿en serio?-
-Sí, es enserio- con esfuerzo sobre humano esbozó una sonrisa.
-Intentaré creerte-
La clase prosiguió, él no estaba para entender sobre los procesos que intervienen en el aprendizaje de un alumno, solo recordaba aquella mano que tomó, probablemente iba a ser la única vez que podría hacerlo.
Tenía planeado salir con su amiga, pero prefirió regresar a casa, no estaba con ánimos…
-¡Pero Jon! Quedaste de ir conmigo- hacía puchero la joven.
-Discúlpame, es que me siento muy mal, en verdad-
-Está bien, pero no lo cancelamos, lo dejamos para otra ocasión-
-De acuerdo-
Ya se iba, al menos Jon no tendría que ver a su amado tormento por el resto del día, le hacía daño verlo, pues el solo hecho de mirarlo lo ponía a vibrar. Celite se dirigió a la biblioteca a un costado de la entrada, y él ya iba a la salida, cuando de frente se lo topó, Andrew estaba por casualidad entrando al tiempo que él iba saliendo, al mirarlo el rebelde le sonrió y siguió su camino.
-¡Me sonrió! ¡Me sonrió!- dijo en voz baja.
-¿Quién querido?- su amiga lo escuchó, por perderse en la mirada de su compañero no notó que la muchacha volvió antes de lo previsto.
-Na… nad… nadie- dijo nerviosamente
-Pues mientras no sea Andrew todo está bien, ese hombre me encanta, si fueras mujer me entenderías… y quién sabe a lo mejor y no le soy indiferente-
-¿Andrew? ¿Por qué me dijiste eso?- cuestionó algo asustado
-Bueno, es una forma de hablar, pues dijiste ¡me sonrió! Cuando pasó él, pero también pasó una muchacha, a lo mejor y te referías a ella-
-un momento, ¿cómo que no le eres indiferente?- reaccionó después con lo que su amiga dijo
-Pues sí, quién sabe, si hago mi luchita a lo mejor lo logro… ¿me ayudarías?
-¿Yo?-
-Sí, tú… ¿me ayudarías a conquistar a Andrew?-
Su amor por el compañero guapo era mucho, si era necesario que él ayudara para que fuera feliz con otra persona sin dudarlo lo haría, aunque el corazón y el alma se le despedazaran al verlo con alguien más, lo haría, lo que le importaba era verlo feliz, que fuera feliz aunque no fuera con él…