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"Rapsodia" por Yae

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Notas del capitulo:

Enjoy!

 

 

 

 

 

 

14.-

 

Te anhelo y respeto.

Tus palabras y tus mimos

Siempre como un niño me acunaran

Porque me llenaron de felicidad.

 

 

 

Todo a su alrededor parecía girar como dentro de una oxidada lavadora, las imágenes de aquella habitación se tornaban cada vez más borrosas, la respiración parecía cortarse como si el oxígeno se le escapara de los pulmones, ya no podía más.

El calor era insoportable, su corazón latía demasiado rápido para que fuera saludable, jadeaba sin poder contenerse del todo, estaba mareado y la excitación parecía querer consumirlo como brasas ardientes. Sus cuerpos parecían perfectamente sincronizados moviéndose de arriba abajo, de adelante para atrás. Se sabía observado hasta  el más mínimo detalle y reacción por ese cielo que ahora lo llenaba de placer.

“Itachi”

Repetía tanto su nombre que lo mareaba el tan solo oírlo, nada de lo que sucedía en aquella habitación parecía ser real. Creía estar enloqueciendo, su cerebro parecía haber perdido las facultades de reaccionar ante el sentido común.

Si hace nada parecían estar entablando una racional conversación y terminaron enredados entre las sabanas dejándose llevar por lo que sea que los haya querido llevar, se sintió más mareado.

ºººº

“Tenemos que hablar” le llamo por teléfono temiendo que Naruto estuviese muy afectado por la “broma” que Ceres decidió jugarles.

“Te espero en mi casa, estaremos solos” la respuesta fue tan brusca y tan simple que lo asusto, por primera vez Naruto le había colgado.

Cuando llego no se molestó en tocar, la puerta estaba abierta, ingreso con cuidado topándose con el rubio que parecía estar esperándolo, se hallaba sentado en el sofá sujetando un vaso de vidrio.

-Te diste prisa – curvo los labios en una especie de media sonrisa – o será que yo tarde mucho, tu sabes que de inmediato me enviaron a dirección, de seguro que ya te enteraste de todo el jaleo que se armó, luego de que me suspendieran me enviaron con Iruka-sensei  dattebayo – una extraña carcajada broto de sus labios tensando más a Itachi.

- Naruto…

- Es el psicólogo y consejero del instituto – quiso hablar pero lo interrumpieron nada más empezó, Naruto parecía querer hablar antes de escuchar – ni te imaginas la sarta de estupideces que me soltó – le dio un sorbo a lo que haya estado bebiendo – tuve que decirle “si” a todo, dijo que llamaría a mi papá, pero por suerte tenía su móvil apagado.

- ¿Minato aún no lo sabe? – de ser de ese modo aún tenía tiempo.

- Qué más da, de todos modos te dije que le diría a todos que estábamos saliendo, no es que lo que la estúpida de tu EX novia hizo no me haya molestado – parecía que en cualquier momento querer gritar lo que provocaba más tensión en el mayor.

- ¿Sigues enfadado? – tonta fue su pregunta pero tarde se arrepintió.

- Si quieres que te diga que sí y que te mande al diablo para que puedas estar tranquilo, te digo que no. – resoplo poniéndose de pie dejando el vaso en la mesita de cristal que estaba en medio de los sillones para subir por las escaleras dirigiéndose a su habitación.

- Naruto espera – subió tras el sintiéndose ignorado por primera vez por el rubio – siempre dices que no te importa lo que los demás piensen de nosotros, pero sabes que no es verdad.

- No me importa´ttebayo – entro en su habitación sin detenerse a mirarlo.

- ¡¿Y piensas volver a clases con todos tus compañeros como si nada?! – levanto la voz una vez le dio alcance – que pasa con Minato y… con Kushina – se contuvo para no empezar a gritar casi nunca perdía los estribos – que harás cuando se enteren.

- ¿Quieres saber que hare?, ¡Nada! ¡No voy a hacer nada, si no les parece lo que hago no voy a suplicar su aprobación y mis amigos solo lo serán si entienden que me enamore de ti!

- … - ya no sabía cómo enfrentarlo sus azules ojos estaban mareándolo al tenerlos tan fijos en sí.

- No me molesta, en verdad no me molesta lo que los demás piensen siempre y cuando tú estés a mi lado –se acercó y lo abrazo con fuerza.

- Esta bien.

Se dejó abrazar y besar lo demás fue más que obvio tal vez sentía que de algún modo podía confortarlo aunque Naruto insistía en que no le importaba. La mayoría de sus ropas terminaron en el piso desataron su cabello con mucha prisa oyendo un susurro “no deberías sujetarte el cabello”

Fue algo más brusco que la primera vez, su rubio novio actuaba como cualquier adolescente de su edad que ha empezado tener relaciones con su novia dejándose llevar más por la hormonas, ni se molestó en intentar prepararlo de ningún modo antes de entrar en él, pero desde luego que Itachi  sabia soportar muy bien cualquier tipo de dolor, se dejó llevar por lo reconfortante de las caricias y besos de Naruto disfrutando todo lo demás, sintiendo que el calor empezaba a saturarlo. De cara contra la almohada no fue una posición muy cómoda pero tampoco se molestó en tratar de modificarla.

 

ºººº

Tal vez no fue una muy racional conversación pero lo demás fue compensatorio no se dio cuenta en que momento su vista estaba desenfocándose de nuevo. El éxtasis del placer lo inundo por completo arrastrándolo al placentero orgasmo que lo consumió poco antes de que Naruto lo acompañara en esa nube de placer terminando en su interior.

Los cansados jadeos por parte de ambos era lo único que Itachi escuchaba además de su desaforado corazón, con algo de sueño se dejó caer casi hundiendo el rostro entre las sabanas, el peso de Naruto se desplomo sobre el evitando que pudiera recobrar el aliento correctamente.

- Pesas.

- Solo… un poco mas – oyó a su oído concediendo el pedido, cerró los ojos  al darse cuenta por fin que veía de nuevo borroso. – te amo…

Cuando quiso responder a esas palabras el peso de Naruto se retiró de encima dejándolo solo y frio sobre la cama.

- Usare la ducha de mis padres no te preocupes… me…  me gustaría que quedaras esta noche.

La puerta se oyó abrirse y cerrarse tras eso, Itachi se levantó atientas buscando sus pantalones para colocárselos e ir hacia el cuarto de baño ignorando el nudo que quería asfixiar su corazón, se ducho tan rápido como pudo regresando de nuevo al cuarto del rubio antes que este, su borrosa vista le dificultaba el encontrar el resto de su ropa y en especial la liga de su cabello que por más que busco no hallo.

- ¿Qué buscas? – Naruto ingreso vestido con una bata y secándose el cabello con una toalla.

- Nada – mintió para terminar de vestirse – yo hablare antes con Mina…

- Tu cabello aun esta mojado – lo interrumpieron y la cálida sonrisa de Naruto volvió a instalarse en su rostro – si quieres te presto el secador para el pelo de mi mamá – ofreció de lo más feliz, como si por arte de magia hubiese olvidado sus problemas.

- … - decidió ignorar el ofrecimiento a riesgo de sentirse ofendido.

- En verdad quiero que te quedes – Naruto busco entre los cajones de su ropa algo que ponerse – será más fácil decirle a mis padres sobre nosotros`ttebayo.

“Nosotros” esa palabra parecía haber adquirido un peso exhaustivo que Itachi masoquistamente no quería dejar de llevar, antes de sentarse al borde de la cama trato de arreglarla un poco extendiendo las sabanas.

- Déjalo, ya la arreglare yo – sonriente el rubio se sentó a su lado - ¿estás bien? ¿no te duele nada? – algo avergonzado pregunto siendo consciente de su desesperación en la cama no hace mucho.

- Estoy… bien – dio un hondo suspiro sonriendo levemente, Naruto seguía pareciéndole un niño pese a que hubiese crecido y fortalecido.

- Ita-chan, hay algo que no te dije en el hospital.

Itachi le vio de lado notando de inmediato que Naruto lucia mortificado y él también estaba mortificado por todo lo que estaba seguro que se les vendría encima.

Antes de que ambos pudiesen seguir “mortificándose” la perilla de puerta giro dejando entrar a la madre de Naruto…

 

 

Se masajeaba las sienes casi con brusquedad en tanto bebía el whisky en el vaso que sujetaba.

- Cariño luces cansado, déjame darte un masaje – la voluptuosa mujer maquillada exageradamente lo abrazo por la espalda para proceder a masajear sus hombros – si me dejaras llamar a unas amigas podríamos divertirnos como hace tiempo – susurro a su oído relamiéndose los labios – sabes que eres nuestro favorito.

Jiraiya siguió bebiendo su vaso ignorando las zalameras palabras de aquella mujer que como todas las que frecuentaba solo deseaban sacarle buen dinero a cambio de favores en la cama. Su vida se había reducido a ese tipo de encuentros donde solo iba de por medio un desahogo y un pago por los servicios, desde que perdió a Tsunade ya no volvió a interesarse en el cortejo o el romance.

- Hoy no – hablo cuando la mujer intentaba introducir sus manos entre sus pantalones – dile a la secretaria que te pague, puedes irte.

- De acuerdo – acostumbrada a que prescindieran de ella en cualquier momento tomo su bolso – llámame.- le dio un beso para salir de la oficina y cobrar por sus servicios.

Una vez solo el hombre ya mayor suspiró pánfilo terminando el whisky de su vaso, su vida había perdido dirección y razón con la muerte de su esposa, su odio hacia los Uchiha fue lo único que lo mantuvo lucido en las amargas noches de soledad en las que la recordaba en llantos y alcohol. Quiso destruirse ahogándose en un vaso pero Santiago tenía razón “es mejor buscar un ancla que te ate a este mundo así sea el odio, porque quien sabe si exista otro”, era verdad solo de ese modo podía atesorar los recuerdos de su amor, de todos modos no le quedaban más que recuerdos.

El problema ahora era Minato y su obsesión por ser buen samaritano y ayudar a personas que no lo merecían; Uchiha, ese clan que ya estaba condenado mucho antes de que hubiese decidido perseguirlo, ya solo quedaban tres, Mikoto, Sasuke e Itachi… Itachi, como había disfrutado acorralando y torturando la privilegiada mente de aquel muchacho por no agregar que someterlo fue más que placentero y de un modo u otro iba repetirlo.

Pero ahora debía centrarse en vigilar a Santiago ya que este parecía ocultar algo con relación a Sasuke, lo notaba ligeramente interesado en el menor de los Uchiha, lo absurdo del secuestro  tenía que poseer otra intención.

- Señor, Minato Namikaze está aquí, dice que es urgente – oyó a través del intercomunicador.

- Que pase – respondió apretando el botoncillo.

Dicho aquello las puertas de su oficina se abrieron dejando pasar al padre de su ahijado.

- Minato que bueno que viniste tenemos mucho de qué hablar – renovó su semblante con una sonrisa – debo pedirte una disculpa a ti y a Kushina por lo que sucedió con el inepto de mi asistente, veras él…

- Lo lamento Jiraiya pero eso se lo explicaras a un juez – fue interrumpido por el rubio quien coloco sobre el escritorio una folder con varios papeles – es una orden para comparecer.

El anciano afilo la mirada revisando las hojas – Yo jamás haría algo que lastimara a Naruto.

- ¿Y a Sasuke?

- Es solo un chiquillo, no soy una ruin rata.

- ¿Qué me dices de Itachi?

- De que se supone me acusa ese muchacho – se levantó de su mullida silla para servirse otra copa.

- Deberías saberlo bien, pero descuida habrá tiempo de aclarar todo y pagar por todo. Te espero mañana a las ocho en el juzgado a menos que ahora quieras responder algunas preguntas.

- Minato – inspiro hondo – bien sabes que quiero a Naruto como si fuera un nieto y a ti como mi hijo, pero si insistes en jugar al abogado del diablo tendría que desconocerte.

- ¿Es una amenaza? – el rubio arqueo una ceja no muy sorprendido.

- No, pero podría convertirse en una, ten en cuenta que gracias a mi tus negocios van tan bien.

- Si necesito empezar desde debajo de nuevo lo hare, luchare por sacar adelante a mi familia pero no voy a permitir que sigas persiguiendo a Mikoto y a sus hijos – la decisión en sus ojos fue como un desafío – en especial por Itachi.

- ¡No te atrevas! – Casi grito arrojando el vaso que sujetaba al piso que se hizo añicos estrepitosamente manchando la costosa alfombra contrariando a su visita – ¡tú tienes a Kushina y Naruto nunca te lo perdonaría! – no podía ser cierto, nadie debía interesarse en Itachi, nadie.

- ¿De qué hablas? – Minato lucia genuinamente sorprendido ante aquel reclamo - ¿Por qué involucras a Kushina y a Naruto en esto?

- O… olvídalo –se relajó ante su repentino arrebato –te veré mañana.

- … Bien – el rubio salió de la oficina aun algo confundido.

- Recuerda que yo quiero mucho a Naruto – hablo antes de que el rubio saliera.

Una vez fuera del edificio Minato  fue a beber un café, debía reunirse con Kakashi para resolver algunos detalles, pero lo que sucedió hace instantes con Jiraiya lo descoloco. Parecía como si le hubiese reclamado algún interés más profundo por Itachi.

Absurdo.

Su único interés por el pelinegro era el de ayudarlo por lo que Jiraiya le hizo, no pensaba de ninguna manera liarse con otra persona, aun después de más de dieciséis años de matrimonio amaba a su esposa. Agotado mentalmente encendió su celular topándose con mensajes que le indicaban que el colegio de Naruto, Kushina y Kakashi habían tratado de comunicarse con él.

Lo mejor era volver a casa y tomar una ducha antes de volver a lo importante.

 

 

- ¿Cuándo te darán el alta?

- No lo sé Sasu-chan, yo también quiero regresar con ustedes – Mikoto le sonreía tiernamente al verlo tan impaciente porque dejara  aquel hospital - ¿Fugaku no ha llamado?

Sasuke no quiso ponerla triste así que apenas negó con la cabeza, su padre seguía sin dar señales de vida y eso no ayudaba en nada, lo peor era que no tenían ni los recursos ni idea de cuál podía ser su paradero.

- ¿Cómo lo llevas con los Namikaze? – su madre parecía captar el mensaje inexistente de no hacer más preguntas con respecto a Fugaku – espero no sigas metido en pleitos de callejón con Naruto – reprendió en tono de broma.

- No te preocupes Naruto y yo casi no hablamos.

- Sasu-chan, él y tu son buenos amigos no dejes que cosas sin importancia los alejen.

¿Sin importancia?, claro que si importaban, Naruto le había confesado haber estado enamorado de él y por estúpido miedo prefirió revolcarse con Itachi, se mordió la lengua como no iba a ser importante.

- ¿Les gusta la misma chica? – Ingenuamente lo miraba tratando de adivinar.

Se sobresaltó al oírla negando con fuerza, ¡cielo santo!, claro que no gustaba de Itachi nunca se le paso por la cabeza cosa más incestuosa y grotesca, Naruto a él le gustaba Naruto pero ya era demasiado tarde.

- No tiene nada de malo Sasu-chan, no dejen que algo así destroce su amistad.

Sonreía la veía sonreír como diciéndole que el problema que hubiese entre Naruto y el no tenía importancia realmente… si tan solo supiera la verdad.

- Dejemos de hablar de Naruto – pidió algo irritado, quería que por una vez lo dejaran con sus problemas y sus soluciones imaginarias ya tendría toda la vida para lamentarse por lo que pudo o no pudo hacer.

- Mmm… ¿Itachi dijo que vendría hoy?

Si no dejaba de nombrar a ese par Sasuke estaba seguro de que terminaría tirándose del cabello y gritando a todo pulmón para desquitar su frustración.

- No.

- Mmm… ¿Sasu-chan recuerdas cuando nos mudamos a Tokio y tu tenías miedo de quedarte solo en tu habitación, lo recuerdas?

Como no recordarlo, siempre habían vivido en alguna locación rural de Japón cuando cumplió los cinco años su padre decidió trabajar junto a Minato Namikaze quien le ofrecía una oportunidad de mayores ingresos en la pequeña compañía de publicidad que se estaban montando, empacaron maletas sin opción a rechistar y fueron a Tokio, la casa que alquilaban en ese entonces era vieja y espantosa, la habitación de Sasuke, quien por primera vez dormía solo, parecía siniestra y aterradora. Su hermano mayor iba a clases por la tarde lo cual hacia difícil que pudiesen verse ya que Sasuke asistía por las mañanas, en las noches su madre lo arropaba con cariño pero eso no aminoraba su temor, en pucheros infantiles le pedía que se quedara con el hasta que se durmiese. Y aun cuando despertaba huía al cuarto de su hermano para recibir cobijo ya que la única vez que fue a la habitación de sus padres Fugaku lo obligo a dormir solo las siguientes cinco noches cerrándole la puerta con llave.

 “Deja de comportarte como un niño”, fue la reprimenda de su progenitor.

Entre sollozos pegado a la puerta rogaba porque amaneciera, ruidos de ultratumba y sombras espantosas lo acongojaban encerrado entre esas cuatro paredes, recuerda que Itachi durante aquellas noches se escabullía a eso de las dos de la madrugada para acompañarlo sentado al otro lado de la puerta que los separaba.

“Sasuke, en la madrugada he oído a un cuervo cantar afuera de mi ventana” le hablaba de cosas que había visto y escuchado por la casa durante las mañanas como si de cuentos se trataran.

“Nii-san, tengo miedo” le suplicaba para que lo ayudara a salir pero Itachi también era pequeño con once años apenas y cuando le grito a su padre por haber encerrado a su hermanito recibió un par de bofetadas que Mikoto no pudo evitar.

Toda la noche le hacía compañía hasta que Sasuke por el cansancio se quedaba dormido en el piso al pie de la puerta, cuando su madre podía abrir la puerta siempre estaba ahí Itachi acompañándola para darle el buenos días luego de una fatídica noche.

No fue mucho el tiempo que estuvo encerrado por las noches, menos de una semana, pero para Sasuke la compañía de su hermano fue lo único que evito que pudiese cogerle alguna fobia espantosa a la oscuridad o algo más. Los extraños cuentos y anécdotas que le narraba los escuchaba atentamente pero al crecer los fue olvidando un poco.

“He oído a un cuervo cantar afuera de mi ventana”

Siempre le decía aquello una vez cada noche, ahora se preguntaba a que se refería  con eso. Los cuervos no cantan solo graznan horriblemente no creía que su hermano mayor pudiese confundir graznidos con los cantos de alguna otra ave, pero como muchas otras cosas nunca le pregunto sobre eso, lo que si recuerda es que desde que vivieron en esa siniestra casa fue que cerca de Itachi siempre aparecía mas de un cuervo y en especial esa maldita ave que parecía ser su mascota.

- ¿Lo recuerdas? – la sonrisa de su madre le demostró que  había perdido bastante tiempo rememorando.

- Lo recuerdo.

- Siento no haber sido la madre que necesitaban – algo triste ella siguió sonriendo de seguro refiriéndose a lo poco que los protegía de Fugaku cuando este mas parecía su verdugo que su padre – sé que me equivoque mucho pero los amo, a ti y a Itachi.

- Lo sé.

La quería pero también poseía ligero resentimiento ante su ausencia en los momentos en que más la necesito tal vez por esa razón ahora solo podía llamarla “madre”

- Sabes… en ocasiones incluso sentía celos de Itachi.

¿Celos? Sasuke enarco una ceja extrañado ante la confesión de ella.

- Él siempre te cuidaba, incluso más que yo y tú le querías mucho, eso me ponía algo celosa al no saber cómo hacer que los dos me quisieran.

- Te queremos mucho, eres nuestra madre – susurró.

- Si pero eso no quita que pude ser una mejor – acongojada parecía al borde de las lágrimas.

- Aun puedes – su hijo se acercó para abrazarla.

- Gracias – correspondió con ternura – pero soy feliz al saber que Itachi y tú se quieren tanto sé que siempre van a cuidar el uno al otro sin importar lo que pase, estoy orgullosa de eso.

Si tan solo supiera la verdad.

 

 

 

 

El desconcertante silencio que inundo la habitación de Naruto cuando su madre abrió la puerta casi le provoco nauseas a Itachi.

La pelirroja se mordió los labios en un gesto de claro dolor y porque no decir de decepción.

- Hablemos en el despacho, te espero Itachi – dicho aquello salió del lugar.

- ¡Mamá espera! – su hijo la persiguió y con todo su aire de dignidad restante el invitado al despacho también la siguió.

 

- ¡Hablaremos después Naruto! – casi encolerizada se plantó en la puerta del despacho de Minato – es con… Itachi con quien voy a hablar ahora.

Kushina estaba al borde de un colapso quería gritar y golpear  al hermano mayor de Sasuke por atreverse a lo que se atrevió y en su propia casa, recibió la llamada de Iruka Umino quien la puso al tanto de todo lo sucedido en el instituto de su hijo.

Lo sabía, debió habérselo imaginado luego de revisar el celular de su hijo, no sabía cómo actuar ante aquella situación, ver la cara de felicidad y satisfacción de su hijo cuando entro en su habitación y la muda vergüenza en Itachi lo confirmo como cuando hace años ella y Minato…

Ver esa sonrisa y ahora el lento caminar del pelinegro le sugería que no era su hijo el que  ocupase el lugar de pasivo en aquella relación, un alivio que no aminoraba en casi nada la gravedad de ese problema.

-No, es importante que yo te diga…

- Naruto – la grave voz del pelinegro interrumpió la perorata que el rubio parecía querer soltar – déjanos hablar – pidió, exigió con trémulo andar acercándose a ella.

- ¡Claro que no´dattebayo! ¡No soy un niño y yo…

Algo sorprendida vio claramente como tan solo la peligrosa mirada de Itachi basto para que su atarantado y querido hijo callara con un claro gesto de disconformidad.

- Es mejor así – concluyo entrando al despacho antes que ella.

- Espera en tu habitación – dijo ella antes de cerrar la puerta.

 

Una vez solos los dos, dio rienda suelta a todo el enfado que se había guardado.

- ¡Como has podido! ¡Los dejamos quedarse en nuestra casa y tú vas y te enredas con mi hijo!

- Le pido una disculpa.

Esa escueta respuesta solo la enfado más, levanto una mano para soltarle tremenda bofetada en el rostro con tanta fuerza que lo hizo  girar.

- Naruto es solo un niño y tú lo estás seduciendo – midió el tono de su voz viendo como su obra casi le había partido el labio al chico estropeando su linda cara al marcar la zona golpeada – que se supone pretendías con todo esto, ¿dinero?

- No, claro que no – se apresuró en corregir clavando su oscura mirada en la de ella – pero Naruto está enamorado de mí.

Se mordió el interior de una de sus mejillas  para no volver a soltarle otro golpe que esta vez seria con el puño cerrado, no por nada la llamaban “habanero sangriento” cuando niña. Esa declaración de confianza la enfado, estaba segura de que su hijo se casaría con una linda mujer como ella y le daría muchos nietos… le aterraba pensar que se había equivocado tanto.

- Naruto solo está confundido, es un niño y el hecho de que tú te le estés “ofreciendo” – hizo énfasis en la última palabra notando de inmediato como Itachi arrugaba en el entrecejo claramente ofendido ante la insinuación pero lo ignoro – no significa que este enamorado de ti.

- Tiene toda la razón para estar enfadada pero yo no quiero de ningún modo ocasionarle problemas a Naruto.

- ¡Pero lo estás haciendo! No es correcto y no solo porque ambos sean hombres – mintió siendo ese hecho el que más la afectaba – es porque Naruto tiene solo dieciséis años y tu veintidós es menor de edad y por todo lo que estas ocasionando ya lo suspendieron de la escuela por dos semanas. Aseguras que mi hijo te ama pero estoy segura de que solo estas buscando la manera de sacar algún beneficio para tu familia con todo esto.

- Nunca haría eso.

- ¿Sabes lo que pasaría si tu pobre madre se enterara de todo esto? – Trataba de calmarse pero estaba tan molesta que  ya ni sabía lo que decía – y más ahora que está en el hospital.

- Le pido que no se lo diga – lo veía algo más tenso que cuando empezaron a hablar.

- Yo la quiero mucho pero esto no lo voy a aceptar. Como te dije Naruto es menor de edad – se acercó peligrosamente – puedo denunciarte por estupro si insistes en esto.

Amenazo, estaba segura de que Minato la apoyaría.

 

 

 

 

“Family”

 

 

 

 

 

Notas finales:

Saludos a todos y muchas gracias por su apoyo y paciencia para conmigo, esta vez no tarde tanto ¿eh? (:D… ), de acuerdo sé que si tarde mucho, mil disculpas, espero poder actualizar más seguido pero hago lo mejor y más que puedo.

En cuanto al capítulo, debía ser mucho más extenso pero sería cansado al menos yo lo veo así, así que lo dividí en dos la otra parte está incompleta de otro modo no habría actualizado aun, quiero que entiendan que Kushina es una madre bondadosa y comprensiva pero no es fácil afrontar una situación asi y mas con tu único hijo, ella es uno de mis personajes femeninos favoritos de la serie.

De nuevo si hallan alguna insinuación de otra pareja tipo; MinaIta, MinaSasu, JiraIta, SasuCeres… (:P no, eso no, yiugh! Solo consiento a Sasuke con Naruto) u otros varios es solo eso una insinuación, me gusta hacerlo para dar mas opciones que nunca sucederán en cuanto a parejas pero lo hago para que vean que hay mas opciones, opciones que no se darán por si acaso. Al menos en este fic.

Me gusta escribir NaruIta puesto que este es mi primer fic yaoi y se quedara en ese orden en futuros proyectos no concretados (ignoren este reglón).

Gracias por leerme hasta aquí espero actualizar muy pronto cuídense, cualquier duda, queja o sugerencia será bien recibida. Si hallan algun error a lo largo de este capítulo perdonen.

Yae


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