Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Rapsodia" por Yae

[Reviews - 273]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Saludos, ¿mucho tiempo he?, había decidido no escribir un epílogo de Rapsodia pero esta idea no dejaba de torturarme en sueños *sonido de grillos* y sucumbí a escribirla, espero les guste porque es demasiado larga para ser un epílogo y muy corta para un fic aparte. Va a contener mi favorita; NaruIta y posiblemente algo de MinaSasu, así que espero les agrade. Si tengo que agradecer inspiración creo que sería a “Oasis- Stop crying your heart out”. Mil gracias a los lectores de Rapsodia y a quienes le den una oportunidad a esta segunda parte.

 

— Vuelvo más tarde.

Tras una breve despedida y un casto beso salió de aquel departamento.

Absorto en el sardónico silencio ni atención a la escueta despedida prestó, sus largos dedos se ocupaban en levantar las hojas del libro que sujetaba, un pequeño lengüetazo en la yema de su índice le bastaba para repetir la acción de modo constante, no es que la lectura fuese absorbente, si con esfuerzo lograba distinguir las letras impresas en el papel, es tan solo que ese pasatiempo era una costumbre tan arraigada que no podría olvidar.

Escasos minutos se fueron consumiendo antes de que diera por terminada la lectura del día, depositando los anteojos que utilizaba sobre la mesita de la sala se puso de pie dirigiéndose a la cocina del lugar. Era un departamento constituido por lo más básico, dos habitaciones, un baño, una cocina y la sala que encajaba junto al comedor.

El blanco plato de porcelana con comida fue depositado en el microondas antes de ponerse en funcionamiento.

Comer a solas no es tan malo.

“Tengo un par de pendientes que resolver en el trabajo” había dicho antes de salir hace menos de media hora, apenas atinó a asentir sin poder reclamar absolutamente nada, nunca pudo hacerlo, menos podría después de más de cuatro años de convivencia. En un principio su renuencia a compartir el mismo techo había hallado excusa en la edad de su actual pareja, con el pasar del tiempo ya no pudo recitar el mismo discurso.

“Esperemos un par de años más, Naruto”

En cuanto rentaron un lugar para ambos todo le pareció inocuo, Naruto aun con diecinueve años en aquel entonces era transparencia pura, en ocasiones tanta candidez lograba descolocarlo haciéndolo sentir como un vil oportunista. Nimiedades como; quien lavaría la ropa, o quien cocinaría, habían sido resueltas por simple intercambio de turnos, la mayor parte de las noches se la pasaban en brazos del contrario buscando el placer ajeno, pero la medicación consumida por el mayor mermaba su lívido con frecuencia, terminando en frustrados encuentros sexuales.

Luego de establecer nuevos horarios para aquella actividad, los problemas y pleitos infantiles que en su mayoría Naruto expandía a extremos cataclísmicos carecían de importancia realmente, de manera casi inconsciente se acoplaron mutuamente.

Sus blancas falanges se enfocaron en masajear su propio cuello, la incomodidad que producía el estrés era hasta cierto punto desgastante y con el leve pitido de la máquina que acababa de encender le anunciaron que la cena estaba lista.

Sujetando la pequeña bandeja en manos pudo acomodarse en el sofá para ver algo de televisión en tanto satisfacía la escasa sensación de hambruna. Con las piernas flexionadas utilizándolas de comedor repasaba los canales una y otra vez con el control remoto buscando buena programación, sin hallar nada motivador se estancó en un documental de historia.

La mayor parte de las noches cenaba solo, así que de algún modo se había acostumbrado a la sensación, difiriendo bastante de hace algunos meses, donde era Naruto quien motivaba la mayoría de esas costumbres, hacia ya algún tiempo que el muchacho ahora de veintidós años venia evadiendo su tiempo a solas como si sufriese algún tipo de infección cutánea. Y en más de una ocasión hablaron al respecto, pero las resoluciones no eran nada alentadoras.

“Es que ahora estoy más ocupado”

Nunca fue fatalista y no iba a empezar, si Naruto necesitaba tiempo para sí mismo, era evidente que no se atrevería a importunarlo, si siempre fue quien pedía algo de espacio al chico de ojos azules. No por falta de amor, tan solo como una egoísta manera de pretender el no ahondar en algo como la codependencia.

Que ridículo.

El último bocado se paseaba por su boca sin la suficiente determinación para ser digerido, un vistazo al reloj de pared mostraba las 8:45 de la noche, era demasiado temprano y estaba demasiado aburrido. Dejando los trastos en el lavaplatos se dirigió hacia el cuarto de baño, allí dejó que el agua caliente llenara la tina mientras se quitaba la ropa que llevaba puesta.

Vivir con Naruto no era una tarea agotadora, por el contrario representaba un ambiente de cálida protección que envolvía a ambos, pese a lidiar con comentarios insidiosos cuando el rubio insistía en que lo acompañase a algún evento social que perdía toda importancia al tenerse mutuamente.

Había tenido el tiempo suficiente de lidiar con sus fantasmas internos durante el primer año de convivencia, no solo por su estado de salud, también por algunos ecos del pasado que como caldero hirviente de malos ratos, se volteaba eventualmente sobre él, la absoluta paciencia de Naruto representaba el pilar fundamental de esa relación, aunque fuese demasiado contradictorio que una persona tan hiperactiva como aquel rubio pudiese obsequiar tanta comprensión.

Sus dedos paseaban por su propia piel acompañados del jabón para retirar cualquier rastro de suciedad que se hubiese albergado en su cuerpo durante el día. El candoroso vapor junto a las burbujas se elevaban por sobre la bañera tornando relajante el ambiente.

Su deficiencia visual, enfermedad adquirida ya hace algunos años se había estancado en un punto muerto sin empeorar, pero al mismo tiempo sin mostrar ninguna mejoría, nada alentador se vislumbraba con respecto a aquello, así que prefería pasar del asunto lo más que pudiese, Naruto era muy exigente con respecto a que acatase al pie de la letra las indicaciones médicas. Podía sentirse como el malo de la historia, como si hubiese atrapado al rubio en una vorágine que iba en descenso, como el enfermo terminal con una cínica sonrisa en sus labios.

Estúpido.

Pero a pesar de toda la buena voluntad que Naruto irradiaba día con día, podía mostrarse perfectamente mordaz e hiriente cuando quería, hasta el punto de dominarlo tan solo con una palabra, casi coaccionando sus decisiones, en ocasiones se preguntaba que tanto control le había cedido al rubio sobre su persona.

De seguro la respuesta tampoco sería alentadora.

Luego del aseo se deslizo con cautela entre las sábanas de la cama, la más grande, la que compartía con Naruto, la que estaba en la habitación del rubio, en la otra, la que vendría siendo de él solo había una pequeña cama individual y un par de muebles.

Cuando hubo terminado de automedicarse la placidez del sueño pudo envolverlo con relativa rapidez.

 

Ya pasada más de la media noche es que pudo regresar, con extrema cautela cual ninja entrenado fue que entró en el departamento, lo que menos quería era despertarlo. Pese al agotamiento en su cuerpo fue hacia la cocina para comer algún bocadillo antes de dormir y fue que en la mesa del comedor que halló el celular de su pareja.

Dio un hondo suspiro percatándose de las llamadas perdidas, casi nunca contestaba sus llamadas, la mala costumbre de Itachi de colocar el móvil en modo silencioso dificultaba que pudiese contestar sus llamadas, revuelve sus propios rubios cabellos buscando espabilarse, aun con cierto embotamiento mental consecuencia de las horas extras y la insistencia de su amiga Sakura porque saliese con Hinata fue caminando hasta el dormitorio.

“Hinata aún está enamorada de ti, podrían formar una verdadera familia”

Era el mejor argumento de su amiga de pelo rosa, Naruto fue muy directo desde la primera vez; “yo estoy enamorado de Itachi”, había repetido como perico para que lo dejase en paz.

“Si nunca has salido con otra persona más que con Itachi, no puedes estar tan seguro”

Naruto estaba seguro de que no tenía que salir con nadie más para confirmar su amor por el Uchiha con el que vivía, en ocasiones seguía maravillándose sin poder creer del todo que Itachi lo hubiese elegido, era difícil de explicar, el estar tan enamorado de una persona. Esa era una de las razones por las que le llamaba tanto cuando se hallaba trabajando horas extra.

Se preguntaba si él estaba bien cuando no estaba allí.

Se preguntaba si él lo amaba, le encantaba escucharlo de los labios de Itachi.

Pudo hallarlo durmiendo con tranquilidad y no pudo evitar sonreír, ¿estará soñando?, se preguntaba mientras que sus dedos se paseaban cautelosos por la piel de su persona amada. ¿Estará soñando conmigo? Ilusionado se hacía miles de preguntas contemplando con placidez la tranquilidad que el mayor podía exudar aun cuando dormía.

Si alguien le hubiese dicho a Naruto que pasar cada día junto  a quien amaba era tan realizador hubiese hecho cualquier cosa para que el de cabellos negros quien era su mayor por seis años estuviese a su lado cuanto antes. Podían enumerarle las anormalidades de su relación, pero ninguna lo haría cambiar de parecer, había hallado en Itachi todo lo que una vez buscó en otra persona.

Suspirando con cansancio y colocándose un pijama fue a acomodarse al lado de Itachi entre las sábanas, nunca dejaba de sorprenderse la naturalidad con la que sus cuerpos parecían embonar… con la naturalidad que Itachi cedía casi todo de sí. Y así embriagándose con el aroma del contrario era que Naruto podía conciliar el sueño cada noche.

 

Cuando sus ojos se abrieron luego de la reparadora siesta pudo percatarse de que estaba solo en la cama, con prisa se incorporó viendo la hora, ya pasaban de las 7:30 de la mañana, apenas tenía el tiempo justo de salir y no llegar tarde a su trabajo. Una breve ducha y un cambio apresurado de ropa fue lo único que necesito antes de apresurarse a la cocina por un café.

— ¡Buenos días! — entró casi gritando y casi corriendo, la sonrisa en sus labios se dibujó autentica cuando vio a Itachi preparando el desayuno.

— ¿Otra vez tarde? — ya casi con treinta años la apariencia del pelinegro siempre fue demasiado cuidada como para achacarle semejante edad.

— Si, por eso siempre te pido que me despiertes dattebayo — a prisas se sentó para engullir en grandes bocados y sorbos las tostadas y el café que le habían dispuesto.

— Siempre lo hago, pero nunca te despiertas. A veces pienso que podrías estar muerto — Itachi se sentó frente al rubio con una taza de té en manos.

— Que gracioso — hizo amago de sarcasmo en tanto terminaba de desayunar, era muy consciente de que Itachi no lo despertaba, podría tener el sueño pesado pero no a ese extremo —hoy regresare temprano — anunció, pero el leve respingo de Itachi para después verle con cierta incredulidad le hicieron a Naruto entender que no lo había escuchado — ya es tarde.

El rubio se puso de pie colocándose el saco de color negro antes de salir.

— Te veré después.

Un fugaz beso en los labios de Itachi y se vio solo en la cocina y en el departamento. Sabía que Naruto siempre iba con prisas entre semana, era consciente de que sus lapsus de atención se redujeron conforme su enfermedad progresaba, ya no podía ver toda una película sin marearse o perder el hilo de la trama, toda su brillantez, todo su sobresaliente coeficiente, todo su perfecto porte de genio, todo fue desluciéndose poco a poco. Podía contar con dos dedos a las personas que lo mantenían a flote, a veces se preguntaba si Naruto estaba cansándose de lidiar con sus desmejoras, que llegase el día que le dijese “estoy harto de esto” e Itachi era perfectamente consciente de que el mismo se había dejado caer un poco sin ánimo de levantarse cuando hace años su madre murió y Sasuke se fue…

Sasuke, su pequeño hermano que quiso vengarse por arrebatarle de algún modo a Naruto, quiso destrozar su hermandad fingiendo interés incestuoso en Itachi, razón por la cual Madara lo apartó de su lado y aquella medida pareció surtir efecto; un año después de irse Sasuke le llamó, se excusó parcamente restando importancia a lo que sucedió entre ellos antes de que se fuera y volvía a llamarlo amablemente “aniki” luego las llamadas se hicieron frecuentes, una vez por semana hablaban por teléfono obviando la impersonal red.

Su hermano menor no le contaba casi nada de lo que hacía en América, prefería interrogar a Itachi, estar al tanto de todo su entorno, preguntas que el mayor respondía con calma y con cierto deje de broma buscando alguna rabieta de su menor, algo que ocasionalmente sucedía.

Itachi estaba consciente de que solo Sasuke y Naruto impulsaban su voluntad, ambos constituían su entorno de manera total, quedaría atronado y desgarrado de faltarle alguno.

Una leve limpieza en la cocina, un cambio rápido de atuendo y estuvo dispuesto a salir. No a trabajar realmente, tuvo que dejar su empleo hace algunos meses, después de colapsar en una clase que impartía en una academia de regularización para aspirantes a la Universidad, no quiso pretender a más luego de tener que dejar sus estudios de economía. El incidente en el salón de clases alarmó a todos y para cuando Naruto se enteró no cesó en su pedido de que dejara de trabajar hasta que aceptara.

Solo será temporal.

Se dijo esa vez, pero ya iban más de cuatro meses desde el incidente, terminó de acicalarse frente al espejo del baño, buscando lucir lo más presentable posible, iba a pedir su empleo de nuevo, así que como la primera vez, debía dejar que su apariencia y su labia hicieran todo por él. Cuando Itachi tomó las llaves para salir el teléfono de la sala empezó a sonar, insistente hasta que contestó.

— Habla Uchiha.

—Itachi, soy yo — la voz de Sasuke le hizo sonreír de manera inconsciente.

— Sasuke, me alegra oírte.

Itachi, necesito que me recojas en el aeropuerto, acabo de llegar a Tokio.

 

 

Hace mucho que no experimentaba una sensación de ansiedad tan agradable, vería a Sasuke después de seis años, se imaginaba a su hermanito mucho más alto y fornido, con aquella misma expresión de seriedad y con el cabello más corto o largo quizá, ya lo descubriría.

Pese a su reducida y casi nula visión, sus demás sentidos aguzados le permitían desplazarse por las calles sin contratiempos, se abrió paso entre el gentío que salía del aeropuerto buscando con algo de dificultad el lugar donde Sasuke le había citado, por lo despejado e iluminado del día pudo distinguirlo entre las banquetas de la salida, arrastraba una maleta en tanto se acercaba y en la otra mano llevaba un… ¿bolso de mano?, se veía más alto como imaginó, con el cabello un poco más largo y lacio, pero toda la atención de Itachi recayó en lo que Sasuke llevaba con mucho cuidado, no era un bolso, era un moisés de tono azul oscuro en cuyo mullido interior dormía plácidamente un bebé.

— ¿Nos vas a saludarme? — Sasuke sonrió algo divertido ante la estupefacción de su hermano que como embobado no dejaba de mirar al infante de no más de unos ocho meses.

— ¿Sasuke? — Itachi entonces al fin miró a su hermano — es…

— Deja que te explique.

 

 

Parte II (1.-Time)

 

 

Notas finales:

¡En la cara no!

(:D)  Ya sé que deben estar confundidos, extrañados y furiosos o decepcionados, espero no lo último. Esta breve secuela debía publicarse a mediados del mes pasado, pero cuando termine el primer capítulo que es este y lo releí dudaba en que pudiese gustarle a alguien. Como se darán cuenta he tomado las cosas más o menos como se quedaron el final de Rapsodia, pero haciendo un salto de unos años para que se vea como han ido marchando lo que deje en duda. No, no hubo “vivieron felices para siempre”; se me hizo más creíble que Itachi y Naruto aun arrastrasen algunos problemas ligados a lo que paso, por Sasuke; que madurara y superara sus traumas autoimpuestos y el bebé… bueno, seamos honestos tuvo que haber una madre ya que Sasuke es el padre, pero como dije esta continuación tendrá algo de MinaSasu, así que creo no debo decir más con respecto a eso (si Sasuke no tenía un hijo con alguien no habrían mas Uchihas, a menos que le pidamos el favor a Madara). No será muy larga esta segunda parte y depende más que nada de que les apetezca leerla, porque no quisiera estropear lo que ya escribí antes, si me dejo entender; si no les cuadra este capítulo, simplemente se elimina y dejo el final como estaba. Este capítulo voy a dejarlo unos días a ver qué tal.

Gracias de antemano por haberse arriesgado a leer esto, quejas críticas y sugerencias son recibidas, hasta otra (?)

 

Pd: Si alguien lee otro fic mío, en esta semana se actualizan todos. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).