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"Rapsodia" por Yae

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Cuando Shizune le explicó que el disparo que le rozó el cráneo fuese el responsable de tener todos sus recuerdos revueltos, inconexos y poco fiables se le hizo una entera broma cuando Naruto le dijo que eran novios.

Estuvo a punto de reírse en la cara del adolecente y felicitarlo por tan ingenioso chascarrillo que sin duda era demasiado original. Pero a tiempo se guardó su risa al no ver el menor rastro de gracia en la expresión del chico rubio, es más estaba casi seguro que este le veía tan atento y con los ojos azules tan fijos en su persona que indudablemente a pesar de verle borroso pudo leer en tan transparente individuo que no era mentira.

Técnicamente obligó a sus neuronas a que estas rebuscasen entre sus vagas memorias indicios de esa “relación”, atento le seguía mirando el chico de blondos cabellos como contando mentalmente los segundos que se demoraba en responder a lo que le acababa de decir.

— Itachi…

El pelinegro arrugó el entrecejo unas milésimas siendo casi imperceptible, había notado en el tono ajeno cierta autoridad mal disimulada… le estaba exigiendo una pronta respuesta.

— Trato de recordar — al fin habló suspirando quedamente, una ligerísima migraña parecía querer aparecer con cada segundo que pasaba pero con cada micra de tiempo consumida sus recuerdos se hilaron brevemente…

Si, recordaba haber accedido a salir en contadas ocasiones con Naruto, aceptarle besos furtivos y caricias que pronto terminaron con ambos haciendo el amor en los momentos menos oportunos. Su evidente debilidad ante las palabras y gestos amorosos del otro se hicieron presentes como válvula de escape a su atolladero emocional consecuencia de la rastrera venganza de Jiraiya…

Solo entonces el volátil mareo le hizo cubrirse la boca incorporándose del todo sobre la cama de hospital; recordaba a su acongojado hermano menor, como Sasuke se empeñó en castigarlo por osar arrebatarle a Naruto… tratando de destrozar su vínculo de hermanos.

— Llamare a Shizune nee-chan.

— No… — detuvo a tiempo al rubio antes de que este saliera corriendo a pedir ayuda —…estoy bien — tragándose la nauseabunda sensación que se paseaba en su boca se acomodó mejor, sentía estar sudando.

— ¿Entonces lo recuerdas?

Nuevamente se sintió presionado, entendía la ansiedad del muchacho pero no era nada sencillo decirle; “lo recuerdo todo amor, ven y dame un beso”, ciertamente recordaba varias sucesos y experiencias compartidas pero junto a los bonitos detalles de Naruto también revivían los vejámenes de su padrino y la sombría tristeza de Sasuke antes de marcharse.

Asintió algo apagado, no iba a seguir torturando al ojiazul con dudas y dándole de largas inútiles, ya había hecho eso durante demasiado tiempo, — lo recuerdo, aunque algunas cosas aun… no están del todo claras — confesó suspirando levemente, no podía ser una confusión la agradable sensación que experimentó cuando Naruto iba a visitarlo todos los días atento a sus necesidades.

En ese entonces fue fácil definirlo como “amor”.

Ya se había desmantelado casi del todo rehusando a aceptarlo, ahora que los momentos de ese pasado se iban aclarando con lentitud en medio de cierta anestesia consecuencia de algunas lagunas mentales, no se le hizo tan escandaloso el estar enamorado del mejor amigo de su hermanito.

— ¿En verdad?

Oyó la voz de Naruto realmente emocionada, como este se levantaba de la silla donde estaba para acercarse más y tomarle de ambas manos suspirando lleno de felicidad.

También se le hizo evidente la manera desinteresada y honesta en que el rubio lo amaba, asegurándole solo con su tacto que no amaría a nadie más en lo que le restase de vida.

Itachi se juró en ese instante hacer todo lo que estuviese en sus manos para estar a la altura de tan magníficos sentimientos, amarle y apartar todas las dudas y mentiras que pudiesen deslucir el brillo de ese sol.

 

 

 

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Nuevamente el sutil picoteo en su ventana le hizo despertar, era una situación recurrente y funcionaba mejor que cualquier despertador, pese a ello Itachi se encogió de nuevo entre las sábanas tratando de retener los vestigios de su letargo antes de espabilarse del todo. Bostezando fue levantándose con el cabello algo enmarañado, cuando su diestra buscó a alguien durmiendo a su lado fácilmente se dio cuenta de que se hallaba solo.

Suspiró.

Por eso el sonidito tras el cristal de la ventana no cesaba, se levantó dirigiéndose hacia la claraboya para abrirla con cuidado oyendo los graznidos de un cuervo quien lo despertase hace nada.

— Guarda silencio — chitó al córvido que ahora se acicalaba un ala entrando a la habitación después, solo cuando Naruto no se hallaba es que el ave se regodeaba recorriendo todo el departamento puesto que el rubio siempre que lo veía intentaba atraparlo para echarlo como a alguna alimaña.

Itachi estiró los brazos preguntándose si el ojiazul estaría tomando una ducha, la noche anterior habían discutido brevemente y terminaron durmiendo sin resolver sus diferencias. Así que en cuanto oyó algunas voces y risas provenientes de la sala con cautela se acercó para oír con claridad.

 

— Deja teme que yo puedo con esto.

— Estas tirando más comida que Kamina.

 

 

Oía los balbuceos de su sobrino y las voces divertidas de Sasuke y Naruto en el comedor, se mordió la lengua retrasando su intervención.

 

— Buenos días, — sonrió afable sin poder distinguir con claridad la escena en la que ambos contemporáneos trataban de darle de comer al infante siendo Naruto quien llevaba en manos la papilla que estaba casi por completa embarrada en su ropa.

— Itachi, — Sasuke fue el primero en prestarle atención al pelilargo — buenos días. Ya dan más de las siete aniki, el dobe preparó algo de café — señaló.

— Deja de insultarme teme — Naruto hizo un leve puchero jugando con la cucharita que usaba para tratar de darle de comer al bebé evitando mirar a Itachi segundos antes de dejar los utensilios de lado para dirigirse hacia el pelilargo y tomándolo de un brazo devolverlo a la habitación dejando a un sorprendido Sasuke.

 

 

— Naruto — Itachi no opuso resistencia suspirando cuando el rubio se dignó a soltarlo ya dentro de la recamara — no vamos a seguir…

— No quiero discutir Ita — habló interrumpiendo al otro — anoche me enoje mucho cuando me dijiste que volverías a tu trabajo, — hizo una breve pausa para suspirar — no es porque quiera tenerte encerrado o algo así… solo que no quiero que vuelvas al hospital…

Oyó a Naruto tragar pesado.

— No quiero que tu enfermedad vaya a empeorar…

Sonrió al oírle, comprendía la preocupación del rubio pero pese a ello no aceptaba seguir recluido sintiéndose cada día más inútil. — No tienes que preocuparte tanto Naruto — su blanca mano se alzó para posarse en la mejilla de su pareja.

— Prométeme que vas a cuidarte mucho, que no vas a olvidar las medicinas, que… — se sintió algo tonto al estar dando tantos encargos —… si en verdad vuelves a sentirte mal me llamaras enseguida.

Asintió moviendo sus dedos para acariciar al otro agradeciendo el tenerle a su lado. — Te lo prometo.

Pese a la promesa acabada de hacer Naruto temió que esta fuese una mentira, una de muchas que Itachi solía decir de tanto en tanto; asegurar que le diría en cuanto se sintiese mal, poner más atención en su propio cuidado… eso era lo que más detestaba del pelinegro, que dejase en último lugar su propio bienestar terminando muchas veces mal parado por el complejo de mártir resultado de haber tenido que cuidar a Mikoto y a Sasuke.

Por eso Naruto debía cuidarlo ahora.

Por eso se prometió hacerlo.

No me mientas, hubiese deseado agregar sin embargo solo sería complicarlo todo, prefirió besar a Itachi y disfrutar de la esencial cercanía.

Pero el crascitar del córax que se había colado en la habitación rompió el encanto de la situación.

— ¡Tu! — Señaló furioso a la negra ave que aleteó graznando más alto retando al rubio — ¡ven acá pajarraco! — se abalanzó  tratando de atrapar al cuervo que revoloteando lo evadía con facilidad.

— Naruto ya déjalo —torció los labios viendo como el rubio hacía inútiles intentos hasta que el cuervo  fácilmente salió por la ventana sin un rasguño.

Victorioso cerró la claraboya de sopetón, — ese avechucho siempre se come mis bocadillos cuando dejas la ventana abierta — reprochó fulminando con sus azules ojos al córvido que tras el cristal seguía graznando abriendo sus alas — ¡me está retando!

— No lo hace, es un cuervo nada mas — sonriente se acercó al rubio para apartarlo del tragaluz.

— Sí que lo hace, se mete cuando tu no estas y…

Antes de seguir quejándose fueron los labios del pelinegro los que sellaron sus reclamos.

 

 

 

 

Sasuke mordía la uña de su dedo pulgar algo ansioso, no creía que el dobe y su hermano pudiesen seguir discutiendo, la noche anterior los murmullos poco sutiles de ambos le advirtieron de ello pero el hecho de que Naruto se llevase a Itachi a la habitación sin mediar palabra…

No es justo.

Deja de pensar estupideces.

Se reprendió mentalmente al sentir una microscópica sensación de placer al saberles disgustados, solo la porción de papilla que Kamina le hizo llegar al cabello le hicieron reaccionar.

Entre balbuceos y tirando todo a su alcance al piso es que el bebé llamó la atención de su padre.

— Ya entendí — dijo respondiendo a los “agudrr, abugg” del pequeño que amenazaba con ponerse a llorar en cualquier momento, — dejemos a ese usuratonkachi y a Itachi con sus cosas.

 

 

 

 

 

 

 

Las visitas solo se permitían desde las 9:30 de la mañana así que aun debía esperar para poder ver a Jiraiya, en tanto esperaba a que llegase la hora necesaria Minato pretendía leer un libro dentro de su automóvil estacionado.

— Voy a ganarme una infracción por esto — resopló cerrando la impresión apoyando la frente sobre el volante, no podía negar el estar algo nervioso por ver al padrino de Naruto después de tantos años. No podían existir muchas razones para que ese hombre pidiese verlo y también a Itachi…

Pedir perdón tal vez.

Solicitar ayuda al estar enfermo quizá.

O amenazarlos con una sangrienta venganza podría ser.

Curvó los labios ante la última deducción, de planear algún tipo de desquite no tendría sentido citarlo en la penitenciaria.

— Van a multarte si te quedas más tiempo ahí.

Minato respingó al oír la voz de Kakashi, su antiguo alumno le miraba curioso a través de la ventana, — estaba esperando a que la hora de visitas llegara.

— Bueno ya son las 9:33 creo que podríamos intentar que nos dejen pasar.

El rubio asintió saliendo de su vehículo, para que el de cabellos plateados hubiese llegando con tan poco tiempo de retraso también debía de intrigarle sobremanera el ver a Jiraiya.

 

 

Luego de la revisión es que los dejaron ingresar a los salones que usaban para visitas, ambos adultos caminaron resonando sus pisadas en los grises pasillos bastante iluminados hasta llegar al lugar donde los esperaban. Sus zarcos ojos se abrieron algo más al distinguir a Jiraiya esperando la visita con las manos esposadas.

— Sean breves — conminó el guardia que los escoltaba quedándose a un lado de la metálica puerta ante cualquier contratiempo.

No podía negar que se veía mucho más anciano que la última vez que lo vio, más cansado y demacrado fue que le apreció.

Kakashi y Minato se sentaron en las sillas quedando frente al padrino de Naruto quien tan solo con la mirada evidentemente preguntaba por la ausencia de Itachi.

— Ha pasado tiempo… — suspiró sacando de entre sus cosas una libreta y una pluma que le ofreció al mayor de todos.

Asintió sin dejar de ver al rubio, cuando tuvo los implementos pese a tener las manos apresadas escribió en la hojilla de papel.

 

¿Le dijiste a Itachi?

 

Minato leyó la pregunta garabateada y carraspeó, — primero quería hablar contigo antes de decirle algo, no tiene caso seguir complicándole la vida.

 

¿Cómo está?

 

Por algunos segundos intercambió miradas con Kakashi antes de responder a la nueva pregunta, no se imaginaba que aquella sería una audiencia para indagar sobre el hermano de Sasuke, — bien… ¿debo suponer que el motivo real de las cartas que enviaste era solo por él?

El de cabellos blancos negó escasamente tachando su pregunta anterior en el papel.

 

¿Cómo esta Naruto?

 

— Bastante bien, acaba de terminar la Universidad hace un año y ahora trabaja en una pequeña empresa — informó el rubio inspirando hondo — Jiraiya me gustaría que me dijeses cuales eran tus intenciones al pedirnos venir a verte, estamos enterados de que saldrás en poco tiempo.

 

Antes de escribir su respuesta el nombrado pareció meditarlo brevemente entrecerrando brevemente su marchita mirada.

 

Quiero que me ayudes con Naruto.

Necesito que me perdone.

 

— Será algo complicado y no estoy muy seguro de que si quiera desee saber de ti — ¿estas arrepentido? Deseaba preguntar pero se le hizo algo evidente al sostenerle la mirada a su antiguo maestro.

Minato y Kakashi pudieron apreciar como el otro garabateaba sobre el papel borroneando lo que parecía querer escribir tachándolo poco después.

 

Necesito que Itachi venga a verme.

Voy a pedirle perdón.

Quiero compensarlo.

 

El adulto rubio contuvo la respiración algunos segundos, aunque siempre se le dio bien leer entre líneas no estaba del todo seguro de cómo interpretar esas líneas escritas, — no creo que sea necesario, si en verdad aspiras al perdón de Naruto hablare con él, pero deberías considerar bien la reacción de ambos.

 

 

 

 

 

Esperanza.

Se marchó hace algo más de seis años cuando creyó toda esperanza perdida, fue bastante claro en ese momento el resentimiento que carcomía su corazón adolecente. Pero al pasar del tiempo y con la nula cercanía de esas personas tan importantes para él que sin quererlo ese resentimiento fue mermándose, a tal punto que se atrevió a llamar de nuevo a su hermano mayor e intentar retomar su relación de hermanos de la manera más normal… obviar todos los incidentes que lo llevaron a confundirse al extremo de haberse obligado a ver a Itachi de manera amorosa.

Su conciencia se encargó de satirizarlo por aquella abominable confusión.

Y supo que solo lo hizo para vengarse de Itachi y Naruto.

No…

Tal vez tan solo quería verlos lejos uno del otro.

Y no halló mejor manera.

Al paso del tiempo también entendió  que el sentimiento de amor que conservaba muy dentro suyo y que se encargó de exiliar al lugar más abandonado de su psique siempre estuvo dirigido hacia Naruto.

 

 

 

Sus negros ojos se movieron recorriendo el entorno con cierto desinterés, veía a Itachi a su lado acomodando las flores blancas que compraron para su madre, el cementerio se hallaba bastante vacío a esa hora de la mañana con tan solo algunas personas depositando flores sobre las tumbas de sus difuntos.

— ¿Qué te gustaría para tu cumpleaños?

El mayor parpadeó algo sorprendido por la pregunta de su hermanito, — no tienes que comprarme nada.

— No hagas que te tome la palabra, — se inclinó al lado de su mayor enfocando mejor las letras que formaban el nombre de su madre grabado en la piedra.

— Entonces un yate estaría bien — una brevísima risa huyó de sus labios poniéndose de pie cuando terminó de acomodar los frágiles floreros.

— Un yate… tendré que pensármelo — le siguió la corriente imitando la acción del otro — mejor vamos al hospital antes de mediodía. — Había tenido que dejar a Kamina con Konan, la supuesta amiga de Itachi que también tenía un niño de unos cuatro años fue la mejor sugerencia de su hermano cuando tuvo obligatoriamente pensar en una guardería o algo.

 

 

 

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— Claro, no tienen que preocuparse — la mujer de cabello azulado acogió a Kamina como solo una madre lo haría — de hecho hoy no trabajo porque están refaccionando los salones así que no hay ningún problema.

Y aunque Sasuke la viese con recelo, la afabilidad de su hijo para con la mujer le hizo aceptar de mala gana que se quedara al cuidado de ella.

— Solo serán unas horas Konan, — al parecer Itachi confiaba plenamente en la susodicha.

— Descuida, de seguro tendrán mucho de qué hablar entre hermanos — sonreía amable — que bueno que regresaste Sasuke — su brillante mirada se redirigió al hermano menor — Itachi te extrañaba mucho.

— Supongo — le restó importancia al comentario, no creía realmente que su hermano lo hubiese echado de menos.

De todos modos tenia a Naruto para mantenerse entretenido.

 

 

 

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Cuando llegaron al hospital Shizune los recibió luego de varios minutos exasperándolo más, así que cuando al fin pasaron a la oficina de la mujer ya todo a su alrededor parecía empeorar su humor.

— Bueno Sasuke-san es bueno que te preocupes por tu hermano — mostrándose atenta no tardó en buscar entre sus expedientes el que correspondía al Uchiha mayor. — Como no han habido muchos cambios Itachi-san tiene consulta cada dos meses, con la medicación correspondiente y evitando esfuerzos riesgosos no tendría que tener otro episodio de colapso.

El hermano menor suspiró sentándose en la silla para poder leer las hojas que la mujer de cabello corto puso a su alcance, la cantidad de fármacos que su mayor consumía se le hizo algo exagerada por lo que cuando terminó de enumerarlos mentalmente elevó la mirada, — ¿son necesarias tantas medicinas?

— Bueno Sasuke-san, sé a qué te refieres — ella se aclaró la garganta carraspeando breve — pero tuvimos que incrementar temporalmente algunas dosis desde el ultimo evento.

Entonces sus negros ojos viraron a Itachi buscando una mejor explicación.

— Fue algo sin mucha importancia, hace algo de cuatro meses tuve una leve recaída — tratando de restarle atención prefirió mantenerse al margen de la conversación, de todos modos lo que oyese era algo que ya conocía a la perfección, tan solo había accedió por complacer a su hermano menor.

— Pero le haremos unos exámenes el próximo mes y si todo va bien; vamos a reducirle algunas medicinas y podríamos considerar una intervención quirúrgica.

— ¿Para que pueda volver a ver? — Sasuke bufó, no entendía como en tantos años no habían operado a su hermano para tratar de corregir su visión, hasta un trasplante era viable en situaciones similares.

— Así es — ella asintió ampliando su sonrisa — bueno todo depende de cómo este reaccionando el organismo de tu hermano, no habíamos podido considerar la posibilidad debido al estado de sus órganos, no creíamos que fuese conveniente — suspiró — ya lo hable con Naruto también; el corazón y pulmones están bastante afectados, ya sabes que no solo se trata de su ceguera.

Sasuke dejó las hojas de lado cruzándose de brazos, cuando se fue no había tenido oportunidad de indagar a fondo en la aflicción de su hermano y lo poco que Madara le decía no eran más que hechos minimizados, la enfermedad degenerativa de Itachi era bastante grave.

 — ¿Y si los exámenes no resultaran como se espera? — claramente pudo notar el ligerísimo respingo de su hermano mayor.

— Bueno… en ese caso — la mujer se aclaró la garganta — solo tendríamos que seguir como hasta ahora, con el mismo tratamiento.

 

 

 

 

 

 

 

— Ya debo ir a trabajar — anunció luego de un almuerzo rápido.

— Puedo acompañarte para que no tengas problemas en llegar — Sasuke bebía el café negro que había pedido al terminar con su ración.

— No sería la primera vez que lo hago solo — suspirando leve puntualizó  — puedes recoger a Kamina y volver al departamento — dejando las llaves sobre la mesa se puso de pie.

— Ni Naruto, ni tú ganan mucho trabajando tanto.

— ¿A qué viene eso? — Itachi permaneció de pie algo preocupado por la afirmación pero sin poder apreciar la mirada sombría de su hermanito.

— A nada realmente — contestó retomando su café dándole breves sorbos — cuando Madara llegue tiene planeado encargarse de las empresas de Japón, de seguro que el dobe o tu podrían ocupar una vacante allí.

— Sasuke… — el mayor perfiló una pequeña sonrisa — pese a llevar el mismo apellido Madara no tiene ninguna responsabilidad con nosotros y aunque así fuese no lo aceptaría — y aprovechando el entrecejo fruncido del más joven le dio un suave toque en la frente con los dedos índice y medio — deja de pensar en cosas innecesarias.

Algo enfurruñado se cruzó de brazos mirándole mal, — mejor vete de una vez.

Itachi no pudo evitar reír ante la pataleta.

 

 

 

Desde niños siempre supo que el pequeño Sasuke tenía un carácter demasiado difícil, no se relacionada abiertamente con sus compañeros de salón exceptuando a Naruto quien a base de hacerlo rabiar y desafiarlo constantemente lograba sacarlo de esa barrera autoimpuesta.

Y aunque solo el rubio se proclamara “mejor amigo” de su hermano era evidente que el otro también lo considerase de ese modo pese a negarlo todo el tiempo.

En parte esperaba que este nuevo reencuentro entre ambos sirviese para que volviesen a llevarse bien, era algo bastante natural por lo poco que había visto en los últimos dos días y eso le complacía. No podría permitirse jamás el sentirse celoso de la manera en que Naruto y Sasuke se relacionaban.

Suspiró en silencio, acoplarse a un trabajo nuevo era demasiado complicado, pasillos por aquí y gradas por allá siempre lograban que terminase tropezando con algo, la alumna que le delegaron para que le diese un breve recorrido y lo asistiese durante las clases al menos resultó bastante competente.

Afortunadamente ese primer día solo se llevó un par de raspones como saldo.

 

— Realmente es un milagro que hubieses contestado mi llamada Itachi-san.

El pelinegro solo asintió cuando se encontrase con Kisame luego de salir del trabajo, luego de la observación de Naruto hace unos días buscó por todo el departamento su celular hasta hallarlo y aunque le desagradase sobremanera tuvo que optar por colocarle un estridente tono de llamadas para poder contestar.

— Te invito unos dangos — el más alto sonrió afilando sus filosos dientes que ciertamente le daban un aire algo tenebroso, — como mañana es tu cumpleaños deja que te ponga al tanto de lo que tenemos planeado.

— No pensaba celebrarlo — se masajeó la sien derecha siguiendo a su amigo, realmente no tenía el mejor ánimo para fiestas.

— Pues muy mal, ya acordamos con Yahiko y los demás cerrar Akatsuki mañana en la noche, ya sabes una pequeña reunión con todos. Y siendo el agasajado no te atrevas  faltar — sin dejar de sonreír veía de soslayo al pelinegro, — puedes llevar al muchachito para que no arme ninguna escaramuza.

Itachi no estaba del todo seguro de si asistir, llevaba muchísimo tiempo sin reunirse con sus compañeros de Akatsuki e indudablemente Naruto aceptaría de inmediato el acompañarlo, — Sasuke regresó hace un par de días.

Kisame se detuvo un segundo antes de continuar con su marcha, — vaya sorpresa me has dado, ¿y cómo está el pequeño berrinchudo?

— No estoy del todo seguro… — suspiró decidiéndose hablar con el de piel azulada ya que después de la muerte de Shisui fue solo él quien estuvo al tanto de parte de sus problemas.

— ¿Han habido problemas? ¿Volvió a insinuarte algo?

Negó de inmediato.

— Bueno entonces no creo que haya de que preocuparse, tráelo también a él en tanto más personas más interesante resultara todo.

 

 

 

 

*

 

 

 

Naruto maldecía la estridente música del local y las luces opacas que poco dejaban ver, había planeado una bonita cena solo para Itachi y para el… comida deliciosa y abundante para al final entregarle el regalo que compró con bastante esfuerzo, creía que luego de aceptar terminarían en la cama sin dormir toda la noche.

Pero no fue así.

Su pelinegro le habló sobre la molesta reunión que esos amigos extraños que tenía habían organizado, no simpatizaba casi con ninguno a excepción de Nagato, Yahiko y Konan. Pero no pudo negarse, de todos modos era el cumpleaños de Itachi y este tenía toda la potestad de decidir lo que quería hacer ese día. Le dio un gran sorbo a su jarra de cerveza viendo como esas bizarras personas contaban chistes entre ellos riendo estrepitosos ante el malísimo sentido del humor.

— ¿Sabes porque los mosquitos usan condón?

— ¡Por si las moscas!

 

Pero tenía que tragarse su mala gana porque Itachi se veía bastante entretenido, suspiró volviendo a beber… girando sus azules ojos un poco más a su izquierda veía a Sasuke igual de aburrido analizando las burbujas de su bebida. Ambos estaban ahí por la misma razón.

Entonces cuando Deidara tomó el micrófono del escenario improvisado para intentar cantar que la mala música fue lo de menos.

 

Shima uta yo kaze ni nori, tori to tomo ni umi wo watare…(1)

 

Casi todos empezaron a reír ante la voz desafinada del rubio que bamboleándose delante de todos hacia evidente que ya había bebido demasiado.

— ¡Bájate de ahí Deidara, cantas fatal! — le tironeaba del brazo uno de cabellos claros entre violáceos y blancos.

— ¡Déjame Hidan tu que sabes! Lalala…todokete okure watashi no namida…¡hip! — tratando de no caer siguió cantando antes los bocadillos que le arrojaban sus demás amigos.

— ¡Traigan más cerveza! — Yahiko animoso servía las botellas a todo aquel que tuviese un vaso delante suyo. — ¡vamos Naruto quita esa cara! — de lo más feliz jaloneaba al rubio.

— Pero si es la única cara que tengo dattebayo — sonriendo a fuerzas trató de seguirle la corriente al otro.

— ¡Ya sé cómo quitártela! ¡Hip! — Malicioso se arrimó al lado del otro — ¡que quien aguante menos tendrá que cantar en el karaoke!

El rubio le miró no muy convencido pero al ver la cara de amargado de Sasuke se deicidio, no quería estar igual de agrio. Chocaron esta vez las botellas para ponerse a beber mientras los demás seguían en su jaleo de canciones de antaño riendo de hasta el volar de una mosca.

 

— ¿No vas ni a tomar un poquito? — Sonriendo Kisame acercó un poco más el vaso a su amigo — estando sobrio no vas a disfrutar de la fiesta.

Itachi negó, no podía ver a Naruto algo mas allá enfrascado en el absurdo duelo pero las incoherencias que ambos empezaban a gritar le daban una idea.

— Vamos — insistió — ¿recuerdas cuando abrimos Akatsuki? — Rió recordando el evento lleno de bebidas y diversión — sí que nos la pasamos bien.

— Recuerdo que Hidan vomitó sobre Kakuzu — hizo amago de sonreír recreando la escena en sus pensamientos — y que Konan no dejaba en paz a Yahiko.

— Y Sasori amaneció en el depósito y nunca nos dijo con quien estuvo encerrado toda la noche ahí — carcajeó más alto.

Itachi también rió al rememorar decidiéndose a probar la bebida, no podía permitirse embriagarse debido a las medicinas y su padecimiento pero al menos podía remojar su lengua un poco.

— Fueron buenos momentos — el mayor suspiró con ligera nostalgia viendo de soslayo al pelinegro y un par de asientos a la derecha a Sasuke que los veía disimuladamente escuchando su conversación. — Oye Sasuke, ¿porque dejaste a tu novia en América?

El nombrado respingo leve girándose algo más para ver mejor al de piel azulada, — porque hubiese hecho lo mismo que tú, tratar de ligar a alguien que ya está comprometido — siseó irónico sonriendo nimiamente ante el desagrado de Kisame por la insinuación.

— Sasuke — Itachi advirtió virando en dirección de este.

— Vaya, vaya sí que no has cambiado nada — el más alto se puso de pie sin dejar de sonreír — ya regreso Itachi-san que Hidan y Deidara ya están armando mucho jaleo — se excusó dirigiéndose hacia los nombrados que peleaban por el micrófono tratando de cantar a la vez la canción que ahora sonaba de fondo(2).

— En lugar de reprenderme a mí, deberías decirle algo al dobe mira que en diez minutos más estará arrastrándose para poder moverse — una vez la silla al lado de su hermano mayor estuvo vacía Sasuke fue a sentarse allí.

—  No creo que sea para tanto — brindó con su menor cuando este levantó su vaso — salud hermanito — sonrió.

— Por tu feliz cumpleaños — relamiéndose los labios hizo tintinear el cristal.

 

 

— ¡Perdiste Nar… hip… uto! — carcajeándose victorioso Yahiko se mofaba del rubio quien no había podido terminar esa última botella antes que él.

— ¡Hiciste trampa! ¡Hip! ¡Trampa dattebayo! — tambaleándose trataba de no caerse sobre la mesa.

— ¡Nada de trampas hip! ¡Ahora tu peniten…cia hip! — El de cabellos anaranjados se tomó de la barbilla como si pensase muy seriamente — ¡cantaras Careless… Whisper hip! ¡Se la puedes cantar a Itachi por su cumpleaños! ¡hip!

— ¡¿Eh?! ¡No... no… hip! — negaba con los brazos.

— ¿Por qué no? ¡hip! — hipando le miró curioso — ¿no quieres a Itachi? ¡hip!

— ¡Claro que lo quiero! ¡LO AMO! — Gritó más alto llamando la atención de casi todos pese a la escandalosa música — ¡están celosos porque no pueden tenerlo! ¡hip! — Acusador señaló a los presentes con el dedo — ¡todos lo estan´ttebayo!

— ¿Quién podría querer a esa comadreja?, ¡hip! — Deidara rebatió de inmediato igual de ahogado que el rubio.

— ¡¿Qué dijiste?! — ofendido en el alma Naruto le brincó encima al otro rubio zarandeándolo del cuello de la ropa.

 

 

— ¡Naruto deja a Deidara que estas ahorcándolo! —Yahiko trataba de separarlo.

— ¡Deja que lo mate! — divertido Sasori le hacía porras al rubio de cabellos cortos.

 

 

Sasuke no pudo evitar reír ante la tonta escena y el ligero bochorno de su hermano mayor¸— te lo dije — palmeó la espalda del pelilargo sintiendo recién el leve calor por las bebidas ingeridas.

 

 

Luego de haber calmado la diminuta trifulca que se estaba formando lograron sentar a Naruto al lado de su novio a quien no tardo en restregársele de lado.

— ¡Ita-chan! ¡hip! — gimoteaba como niño chiquito que sabe que se ha portado mal. — ¡lo siento dattebayo!

— No es para tanto Naruto¸ Deidara de seguro recobra el conocimiento en unos minutos — de lo más comprensivo rodeó al rubio con un brazo para que este no se cayese de tanto inclinarse encima suyo.

— Tuviste mejor suerte dobe, solo saliste con un ojo morado — irónico Sasuke le miraba de lado bastante divertido.

— ¡Déjame teme! ¡Hip! — Haciendo puchero miró mal a su mejor amigo — no hiciste nada para ayu… hip…darme.

— No tenía por qué meterme en tu pleito de niños — se defendió mordaz.

—¡¿Q… — y antes de seguir con un nuevo pleito, las náuseas lo obligaron a cubrirse la boca para de inmediato buscar el baño más próximo.

 

— Ya iré yo — y cuando Itachi iba a seguir a Naruto para ayudarlo Sasuke se antepuso — hay botellas y vasos por doquier, podrías tropezar — argumentó yendo en dirección del rubio.

Itachi suspiró volviendo a sentarse, era mejor regresar antes de que algo más pasara además de que Konan los estaría esperando.

 

 

— ¿Ya terminaste? — tocando la puerta Sasuke oía como tras esta Naruto tiraba de la cadena luego de haber devuelto gran parte del alcohol ingerido.

— To… todo es culpa de Yahiko… ¡hip! — con expresión cansada y torciendo los labios el rubio salió para dirigirse a los lavabos y enjuagarse el rostro.

— Nadie uso un embudo para hacerte beber, Naruto — acercándose le miraba atento.

— Si tú también bebiste… ¡hip! — se cubrió la boca tratando de contener su constante hipar — tienes la cara roja.

— Al menos yo se controlarme — arrugó el entrecejo.

— Esta bien Sasuke — buscando entre los bolsillos de su pantalón un pañuelo para poder secarse también sacó una pequeña cajita aterciopelada que cayó al piso.

Los negros ojos del Uchiha menor no tardaron en seguir la trayectoria del objeto y aunque quisiese agacharse para recogerlo y saciar su curiosidad de inmediato Naruto se lanzó al piso para recuperarlo.

Examinando que nada le había sucedido suspiraba aliviado sentado en el piso, — no le paso nada-hip dattebayo — sonrió bobamente.

Sasuke se mordió el labio inferior con cierto rencor ante la desesperación del rubio por salvaguardar ese paquetillo adivinando su contenido.

— Oye teme… ¡hip! — Aun sentado en los fríos azulejos del baño los azules ojos se elevaron para mirar al pelinegro con detalle —…le compre un regalo muy especial… ¡hip! a Ita. Pero no estaba seguro de si dárselo´ttebayo — abriendo la cajita dio a relucir un brillante anillo dorado sin ninguna piedra que lo decorase, solo el fino dorado resplandecía por sí solo.

 

Maldito.

Sasuke observó con algo parecido al desprecio el presente, sus manos se debatían entre permanecer sueltas o contraerse formando peligrosos puños, el ligerísimo enfado que su consiente no aceptaba parecía querer dominarlo no obstante se mantuvo expectante a lo demás que el insensato de Naruto fuese a decir.

 

 

 

 

 

Itachi  resopló poniéndose de pie son intención de ir a los lavabos para buscar a Naruto y a su hermano.

— A penas pasan de las doce Itachi-san, no me digas que ya quieres irte — Kisame se acercó llamando su atención.

— Creo que Naruto ya se puso mal bebiendo tanto y de hecho ya estoy algo cansado — informó caminando con cuidado de no pisar nada que pudiese hacerlo trastabillar.

— Nagato y Kakuzu aún no traen la pizza especial de cumpleaños, —  apartando las botellas del piso siguió al Uchiha mayor —  deja que te ayude.

 

 

 

 

— Tenía planeado decírselo hoy ¡hip! — Naruto inspiró notando la mirada agria del otro — Sasuke… ¿estás enojado?

— No lo estoy — respondió de inmediato desviando la mirada.

— Y… ¡hip! ¿Crees que le guste?... no estoy seguro de que me responda — sonrió a medias elevado la argolla hacia su amigo — si yo le dijese… — hipó de nuevo —…cásate conmigo.

 

 

Los oscuros ojos de Sasuke volvieron a enfocarse atentos a Naruto, al anillo que sobresaltaba como algún tipo de birria que le irritaba completamente. Debió quedarse en casa, con su hijo; viendo la televisión, cualquier otra cosa hubiese sido mucho mejor que terminar ahí… en ese baño de aquel local con la persona más despistada del mundo fantaseando con pedirle matrimonio a Itachi…

Era detestable.

Realmente detestable.

Sus puños se formaron y sus dientes presionaron entre sí.

Su diestra se elevó apartando el molesto obsequio de su rango visual de un manotazo, — ¡no me importa! — casi se gritó a sí mismo.

 

 

La cajita salió volando ante los ojos sorprendidos de Naruto que veían como la alianza botaba del alhajero.

 

Y aunque los tubos fluorescentes que estaban en el techo iluminando el lugar emitían un exasperante y repetitivo ruido, fue perfectamente audible el sonidillo del anillo rebotando en la baldosa hasta quedar a los pies de los poco oportunos recién llegados.

 

 

No pudo apreciar la escena tan bien como Kisame lo hizo pero aun así no fue necesario.

 

 

 

(Parte II) 4.- Over and over again

 

 

Notas finales:

 

(1)    : La canción es “Shima uta” de “The boom” (me pareció gracioso que Deidara cantara eso :D)

(2)    : La segunda canción sería “Place to try” de “Totalfat” el ending 19 de Naruto-shippuden

 

 

Siento la demora no estuve en casa esta semana y… eso.

Gracias por seguir el fic, Sasuke y Naruto tienen veintidós años, aun son muy jóvenes así que no creo que les pueda pedir muuucha madurez.

Quejas, dudas y sugerencias son bienvenidas.

Yae.


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