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"Rapsodia" por Yae

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Notas del capitulo:

(D:)

 

 

 

 

Nunca fue adepto a beber, al menos no durante el día y entre semana, pero Sasuke sentía que si no llenaba su estómago con alguna bebida alcohólica que atrofiara sus sentidos no podría permanecer ahí.

Era un hospital y no podía beber, pero tuvo que salir a los jardines para tomarse esa lata de cerveza que le arrebató a su tío antes de pisar ese lugar, acabó el contenido en grandes sorbos tirando el envase en una de las cestas de basura.

Inspirando hondo se decidió a regresar.

Estaba muy nervioso, cuando regresó a esos blancos pasillos tragó pesado al ver a Naruto ahí de pie aguardando porque las horas pasaran con rapidez, Sasuke chasqueó la lengua tratando de ignorar al rubio que le dedicó una breve mirada de soslayo. Bufó yendo a acomodarse a la pared del frente para cruzarse de brazos.

— Sasuke…

Respingó ante el llamado deseando no prestar atención al dobe pero inevitablemente viró para escuchar lo que quisiese decirle.

— No le digas nada a Itachi, por favor.

Se mordió el labio inferior ante el pedido, afiló su oscura miranda entornándola del todo al que fuese su mejor amigo. — ¿Por qué? — preguntó aun sabiendo la respuesta.

— Ya sabes porque — el rubio se mordió el labio inferior suspirando después, — no quiero preocupar a Ita, no quiero que piense si quiera en dejarme — confesó.

— ¿Y tú lo dejarías? Si él te hubiese hecho lo mismo, — forzó una sonrisa maliciosa ante la cara de consternación de Naruto.

— Solo no se lo digas, maldición.

Antes de que pudiese aceptar o negarse, Minato se acercó con los vasos de café, sonriendo.

La única persona que sonreía en ese momento.

— Quiten esas caras muchachos, ya verán que todo saldrá muy bien — animoso el adulto fue repartiendo las bebidas.

— Están tardando demasiado — el rubio bufó dándole un sorbo a la bebida caliente, rogando porque Sasuke no se fuese de la lengua.

— Shizune-san está a cargo descuida, además ella dijo que era una operación delicada.

Su hijo asintió inspirando hondo.

Sasuke evadió la mirada atenta de Minato, sintiendo como en años… vergüenza.

Estaba en un dilema nauseabundo.

 

 

 

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Estaba aburrido con todos los planos que debía revisar y elaborar para el proyecto, trabajando con Naruto creyó que las cosas serían mucho más entretenidas pero a pesar de que el dobe y él discutían como antaño, el rubio siempre terminaba poniendo una incómoda distancia cuando comenzaban a hablar a gusto.

— ¿Pasa algo? — preguntó el rubio cuando la cara de mal genio de Sasuke sugirió que pausaran el trabajo.

— Sakura me llamó anoche — dijo en tono de reclamo, el único capaz de proporcionarle esa información a su amiga era Naruto.

— A… — rió algo nervioso rascándose la nuca — insistió mucho teme, no me cree cuando le digo que tu no quieres ir a la reunión de este sábado, ¿te invitó, verdad?

— Tsk — chasqueó la lengua fastidiado.

— Yo pensaba ir y reunirme con los chicos, ya sabes conversar´ttebayo.

— De lo patéticas que son sus vidas ahora, supongo.

— E… no seas tan bastardo — sonrió — vas a divertirte. Si me pregunta a mí, le diré a Sakura-chan que iras.

Bufó fastidiado, no tenía ánimos de reuniones sociales pero la idea de relajarse un poco tampoco le era del todo desagradable, así sea con esas personas que poco le interesaban.

 

Terminada la jornada Naruto casi huyó del trabajo en cuanto bajaron por el ascensor, sin querer humillarse para detenerlo lo dejó ir. Sasuke le echó un vistazo a su reloj de muñeca a medida que se acercaba al estacionamiento para subir a su automóvil.

El mugir de su celular lo conminó a contestar, — habla Uchiha.

— Esta noche es perfecta para tomar una copa.

Inspiró hondo al oír a Minato al otro lado de la línea, — desde luego, te esperare a la salida de mi trabajo dos minutos. Si no estás allí tendré que rechazar la oferta — completó sarcástico seguro de que el adulto no podría dar con su paradero al ni siquiera saber la dirección.

— Eres muy malo Sasuke, dos minutos es muy poco tiempo.

El pelinegro respingó girándose de inmediato para contemplar al padre de Naruto hablando por el móvil, ¿cómo pudo encontrarlo?, se supone que solo su amigo dobe conocía ese lugar.

— ¿Sorprendido? — sonrió afable guardando el aparatito, — lo sabía, no te preocupes, no es acoso hablé con Madara y me dijo que estabas trabajando aquí.

— Con tanta insistencia estoy empezando a dudar de tus intenciones Minato, — afiló la mirada guardándose también su celular.

— Mmmm — el adulto hizo amago de pensar suavizando un poco su sonrisa, — si aceptas tomar una copa conmigo te las diré — aseguró.

Y pese a lo extraño que era salir a beber con el suegro de tu hermano Sasuke accedió.

No obstante empezó a cambiar de opinión cuando llegaron al bar donde Minato sugirió, si bien era un lugar agradable a media luz se le hizo demasiado curioso que todos los presentes fueran hombres.

— ¿Es un bar gay? — cuestionó sentándose a una de las mesas.

— No… — negó divertido levantando la mano para pedir atención — las damas que frecuentan este lugar  lo hacen a determinadas horas, ¿whisky?

El menor asintió esperando que Minato ordenase las bebidas.

— Sabes… Naruto me contó algo muy curioso de una conversación que tuvieron — carraspeó.

— ¿Y qué te dijo el dobe? ¿Fue a llorarte por alguna cosa? — mordaz se apoyó sobre la palma de su en tanto su brazo reposaba sobre la mesa.

— ¿Estas molesto con Naruto?

— Para nada. — Bufó tomando la bebida en cuanto llegó a sus manos.

— ¿Puedo hacerte una pregunta muy directa?

— Adelante, no has hecho otra cosa si no preguntar, que más dan una o dos preguntas molestas — sonrió dando otro sorbo a la copa humedeciendo sus labios.

— ¿Por alguna razón te molesta la relación de tu hermano con Naruto?

La pregunta fue simple pero Sasuke frunció el ceño al oírla, dejando de lado el líquido dio un hondo suspiro para enfocar al adulto con atención.

— Sé que como padre modelo, Minato estas preocupado por tu lento hijo pero estoy seguro de que no me has traído aquí por eso — afilando una sonrisilla sugerente inclinó parte de su torso sobre la superficie de impecable acabado — mejor cuéntame que pretendes.

Probó a decir, si bien no tenía una idea clara de las intenciones del adulto algo en su sutil insistencia para hablar ya era bastante extraña, no obstante podría estar equivocándose.

Pero sus negros ojos se abrieron más cuando los labios del mayor colisionaron con su boca, cuando su mentón fue sujetado por las tibias manos, cuando su cerebro dejó de funcionar por exagerados segundos. Perplejo por la acción no fue sino cuando Minato se apartó que sus neuronas volvieron a trabajar mandando toda la sangre a sus pálidas mejillas.

— ¡Pero que… — quiso elevar la voz pero calló, cubriéndose la boca con una mano hizo amago de ponerse de pie.

— Preguntaste por mis intenciones, — las facciones del rubio eran serias tanto que Sasuke tragó pesado — pensaras que estoy demente pero estoy interesado en ti de esta manera. Si bien eres el hermano menor de Itachi y tienes la edad para ser mi hijo, me atraes bastante. — Suspiró.

— ¿Desde hace cuándo? — inquirió comiéndose los nervios, la inquietud que su cuerpo estaba experimentado en ese instante de pie al lado de la mesa era enorme, antes de querer marcharse deseaba oír alguna explicación coherente.

— Antes de que te marchases — suspiró optando por darle un sorbo a su bebida, sus clarísimos ojos se apartaron del chico delante por unos instantes — en ese entonces pensaba que te habías ido por culpa de Naruto e Itachi… que sentías algo por mi hijo — retomó la conversación con un tono de voz algo más apagado — pero al verte de nuevo se me hizo claro que a ti te gustan las mujeres — sonrió con un deje de tristeza — pero estoy haciendo mi intento, Sasuke. Así cuando este viejo y enfermo no deba arrepentirme por lo que no hice.

— Ya eres un anciano — dijo mordaz viendo como la sonría se mantenía, como los azures ojos volvían a enfocarlo con atención.

— A comparación tuya, lo soy. Un anciano pervertido si prefieres llamarme de esa manera — una risita de milésimas se le escapó — ¿no te gustaría ser mi estrella de la suerte?

Sasuke retrocedió en su posición, el casi imperceptible trazo rojo en sus siempre pálidas mejillas se fue acentuando, — estas demente — aseguró sacando como poseso unos billetes de uno de sus bolsillos, casi los aventó sobre la mesa antes de marcharse sin atreverse a voltear hacia atrás.

 

 

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Desde ese día una expresión de vergüenza se cuela en su rostro sin su consentimiento, ver a Minato es como recordar una propuesta indecente que jamás llegó.

— Aquí tienes — la voz del adulto le provocó un tenue escalofrío mientras le ofrecía la bebida caliente, la apacible sonrisa que desborda confianza renovaba el escalofrió trepando por su espina desde esa noche.

Recibió el café sin dar las gracias, sopló con cuidado provocando que el vapor caliente le rozara el rostro, cuando volvió a dirigir su mirada tenía dos pares de ojos azules observándole con atención.

Y no estaba seguro de si era por la misma razón.

Volvió a sentir la garganta seca y el café no parecía ser lo suficientemente efectivo.

Un suspiro ahogado salió de sus labios dando media vuelta para esperar un poco más allá, no quería ver a ninguno, esas dos personas que comparten el mismo apellido son como un mal sueño del que no podía despertar.

Naruto observó cómo su amigo se apartaba sin decir palabra, solo le quedaba confiar en que este no diría nada sobre el penoso incidente del fin de semana.

— ¿Quieres algo de comer?

Minato preguntó sonriéndole, el rubio menor niega varias veces, — no tengo hambre, no podría pasar bocado — confesó en un murmullo.

— Van a tardar unas horas más, Itachi estará sedado otras, creo que lo mejor que puedes hacer es esperar tranquilo, comer y volver en unas cuantas horas.

Enarcó una ceja confundido por las opciones, — ¿en verdad quieres que me vaya comer?

— ¿Y porque no?

— Porque Itachi me preocupa — respondió con un bufido de molestia — es mi pareja nos vamos a casar y esa operación es muy riesgosa — frunció el ceño con desagrado, jamás podría tomarse con tanta ligereza la dichosa intervención quirúrgica por la que esperaron años, en la que están puestas todas su esperanzas para que el pelinegro pueda ver de nuevo.

Tragó pesado.

Tenía miedo, no lo va a negarlo, si todo resultaba como esperaban, Itachi… ya no lo necesitará como antes, sería capaz y hacer todo por su cuenta. Debería estar feliz pero un deje de miedo le recorría la espina.

¿Si ya no lo quiere como antes?

Sacudió la cabeza con fuerza desechando la idea, debería golpearse solo por considerar que las cosas están bien como están. Con esa autoridad invisible que ejerce sobre el pelinegro, persuadiéndolo como el otro suele hacer de tanto en tanto.

Jugar a ver quién tiene más control emocional.

Bufó cansado.

— Papá… — llamó a su progenitor viéndole de soslayo, los ojos azules tan parecidos a los propios lo enfocaron al instante.

— ¿Si?

— Necesito que me ayudes.

Minato enarcó una de sus cejas rubias ante la petición poco recurrente, — claro, ¿de qué se trata?

— Bueno… — repentinamente se sintió cohibido, carraspeando se tomó todo el café de golpe, — se trata de Sasuke.

Su padre le miró curioso, — desde luego.

 

 

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— ¿Paso algo?

Naruto brincó en su lugar a la mesa cuando Itachi le preguntó murmurando muy cerca de su oído, — solo la resaca dattebayo… — respondió torciendo los labios, evidentemente la cabeza le dolía horrores, las agruras le provocaban que su suculento desayuno no se viese tan apetitoso.

— Ya te tomaste un par de analgésicos — el pelinegro se sentó a su lado comenzando a desayunar — de seguro te sientes mejor en unas horas.

— No vuelvo a beber nunca más´ttebayo — se quejó recargándose un poco sobre la mesa, viendo como el pelinegro comía con calma, se preguntaba cómo podía tener tanta elegancia para hacer cosas tan simples, suspiró. — ¿Estás enojado porque tomé de más?

Itachi negó sonriéndole despacio, — me preocupé cuando tardabas demasiado, solo eso — dándole un sorbo a su café fue a acomodarse los mechones del lado derecho tras la oreja — ¿Sasuke también fue?

Naruto tragó pesado ante la pregunta, sintiéndose más enfermo de repente, mas avergonzado, mucho más miserable.

— Si — respondió lacónico sorbiendo su propia taza, haciendo exagerado ruido para que el otro lo supiese.

— Ya veo.

 Casi se mordió la lengua enfadado consigo mismo, Itachi era demasiado suspicaz y él demasiado torpe como para poder ocultarle algo por mucho tiempo, — pediré unos días en el trabajo para esta semana — carraspeó, —como mañana será la operación quiero estar contigo en tanto te recuperas´ttebayo — le miró de lado con algo parecido a la vergüenza, estaba avergonzado.

Bastante.

Tal vez demasiado.

— No necesitas hacerlo, no es que vaya a estar internado por meses.

— Aun así… — Naruto suspiró, ese era su último domingo antes de la cirugía y el día anterior todos sus compañeros de salón se reunieron en la fiesta que Sakura y Hinata organizaron con tanto ahínco.

Hasta allí todo fue inocuo.

Volvió a suspirar.

— Naruto…

El aludido respingó dedicándole toda su atención a su pareja, el tono levemente más apagado no le gustaba, Itachi no suele ser una persona que se enfade con facilidad, de hecho es muy difícil hacerlo rabiar hasta gritar y Naruto solo lo había conseguido una sola vez desde que se conocieron. Se hubo asustado demasiado ese día, ver a una persona tan calmada y paciente gritar de exasperación fue demasiado nuevo.

Pasó saliva con dificultad.

— ¿Te gustaría salir?

Sus azules ojos se abrieron bastante ante la propuesta, se mordió la lengua al esperar ser gritado y dejado como si supiese de su funesta argucia. — Claro — no tenía que pensarlo — ¿a dónde quieres ir? — con la jaqueca menguando de a poco se apresuró a comer su desayuno.

— Mmm — el mayor hizo amago de pensarlo — estamos en verano, podemos ir a nadar un poco.

Asintió varias veces aunque no le veían.

 

 

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Eres una persona horrible.

Se dijo así mismo, quería ocultar su cabeza, meterla en un hoyo en la tierra y esperar estar soñando.

Nunca se creyó capaz de estar tan cerca de cometer tal bajeza, menos a la persona que amaba.

A Itachi.

— Sasuke no querrá irse.

— Es que… — Naruto intentó excusarse luego de pedirle a su progenitor que se llevase a Sasuke del hospital, no quería admitirlo pero tenía miedo de que este hablase con Itachi.

Que le contase todo lo estúpido que había sido.

— Es que el teme e Ita-chan como que están peleados — argumentó — no los he visto hablar en estos días.

— Son hermanos Naruto — el mayor sonrió — cualquier diferencia que tengan la resolverán.

Inspiró hondo para exhalar ruidoso, chasqueando la lengua de paso, creía fervientemente que existían cosas que son demasiado difíciles de perdonar.

— Estas muy nervioso Naruto.

— No pasa nada´ttebayo — prefirió evadir la mirada de su padre a riesgo de que este indagara demasiado y no tuviese más opción que decirle toda la verdad.

Necesitaba hablar con alguien, pero en ese momento era imposible.

 

 

 

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Cuando fue volviendo lentamente de la inconciencia, cayó en cuenta de haber estado soñando. Esos sueños penosos donde era un niño y debía cuidar de su hermanito, consolarlo cuando llorase y apoyarlo en todo sin importar nada.

Esos sueños donde terminaba pidiendo perdón a su menor, por haber permitido que sus padres murieran, por haber dejado que se fuese a América, por todas esas cosas que escaparon a sus manos.

Toda esa culpa acumulada que no desparecía por el momento y menos con el rencor con el cual le hablaba desde que su menor volvió.

Al no poder abrir sus casi inútiles ojos sus dedos palparon la venda que cubría su visión, — ¿hay alguien? — murmuró bajito sabiéndose en la cama de hospital.

— Itachi.

Sin poder evitarlo una nimia curvatura se dibujó en sus labios al reconocer la voz, esa voz que llevaba oyendo con adoración por tantos años. — ¿Qué día es?

— El día siguiente.

Suspiró quedito buscando a sus lados la mano ajena para estrecharla, no tardó en sentir el tacto de Naruto entrelazando sus dedos con cariño.

— Tardaste mucho en despertar, me diste un susto enorme dattebayo.

— Lo lamento.

— Voy a buscar a Shizune-neechan.

— Quédate un poco más… — pidió somnoliento afianzando su agarre con la poca fuerza que tenía en ese momento, estaba nervioso, el éxito de esa operación era de suma importancia para sí mismo. — Solo un poco…

El rubio asintió, — si… — afirmó por costumbre después, suspiró en silencio contemplando al pelinegro recostado entre las sábanas, con esos clásicos aparatillos rodeándolo, con los trípodes llenos de esas bolsas transparentes y rojas…

Nunca le ha gustado verlo así, espera en verdad que esta sea una de las últimas veces, esos cabellos largos enmarañados, la expresión de extenuación y esas odiosas vendas blancas cubriendo los hipnóticos ojos negros. Cuando el picaporte de la puerta sonó se sobresaltó girándose de inmediato tragando pesado al ver a Sasuke ingresar.

Y ese ligero nerviosismo no pasa inadvertido para el convaleciente Uchiha, pudo sentir a la perfección como la mano que sujetaba la suya presionó con más fuerza.

— Aniki — el recién llegado murmuró haciendo una pausa antes de acercarse — ya despertaste.

— Sasuke — la sonrisa del pelilargo se amplió más al oírle, no ha podido hablar con su hermanito desde su última riña pero por sugerencia de Minato le informó de la operación, no quiere que terminen enfadándose de nuevo, — me alegra que estés aquí.

— Hn — torció los labios observando con desagrado las manos que Naruto e Itachi tenían juntas, su filosa mirada se eleva milésimas hacia el rubio, acusándolo sin palabras.

Y causó efecto inmediato, el blondo se apartó con sutileza dando un paso al lado.

— Dormiste de mas — retomó el pelinegro menor acercándose más, inclinándose sobre su hermano casi para susurrarle al oído, — estábamos preocupados — agregó en tono de confidencia.

— Siento haberlos preocupado — responde afable sin borrar su media sonrisa, aún demasiado sedado para estudiar las acciones y tonos vocales de sus visitantes.

— ¡Iré por Shizune-neechan, no tardo nada! — Naruto vociferó para que le presten atención, frunciendo el entrecejo cuando Sasuke trató de intimidarlo con esos ojos negros, más negros de lo recordaba. Así que como si lo retase  esta vez es él quien se inclina sobre el pelinegro para darle un fugaz y casto beso en los labios, antes de salir a toda prisa.

Sasuke tragó pesado, no tenía que ser tan miserable, — cuando te recuperes del todo hay algo de lo que tenemos que hablar — anunció a su hermano una vez el dobe los dejase solos.

— No pasa nada Sasuke — otra sonrisa más amplia se dibujó — podemos hablar ahora.

— No — negó en tono serio — será cuando te sientas mejor.

 

 

 

Naruto caminaba a enormes pasos entres los pasillos luego de haberle dicho a Shizune que Itachi acababa de despertar, se sentía como criminal escondiéndose.

Tal vez era hora de decirlo todo. Se detuvo al final de uno de los interminables corredores hundiendo sus manos entre sus claros cabellos, sintiéndose aguarse sus ojos.

¿Cómo pudo dejarse llevar?

¿Es que acaso no era feliz?

No quería estar con otra persona.

Solo con Itachi.

Verlo hasta envejecer con todos esos matices que le encantaban, con todo ese resplandor tranquilizante, hacerlo feliz.

Pero por primera vez, mentirle parecía la mejor opción.

Simplemente pretender que no pasó nada con Sasuke.

 

 

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Se colocó una camiseta negra y una sudadera de color naranjado, unos vaqueros negros también y se sentía lo suficientemente listo para esa noche. Luego de esa fiesta Sakura y Hinata lo dejarían en paz por un tiempo, al menos hasta que llegase la boda de la chica de cabello rosado.

Un poco de perfume que le provocó estornudar fue el toque final, lo más informal que pudo salió tomando las llaves.

— Regresaré pronto — le anunció a su pareja quien parecía leer un libro sin poder ser realidad, a Itachi le gustaba ojear las impresiones de vez en cuando, perderse entre historias que seguramente sabía de memoria.

— Que te diviertas — le sonrió recibiendo gustoso el beso de despedida — estaré esperándote.

— ¡Claro! — animoso repitió su mimo, ya que el día lunes llevarían a cabo la cirugía internarían al pelinegro mañana al medio día para prepararlo todo, así que debía asegurarse de no beber demasiado, tenía que estar al pendiente de esa importantísima operación.

Salió casi corriendo para tomar un taxi, ya sin su automóvil volvía a ser un peatón cualquiera, pero que más le daba.

Por fin la esperanza de que Itachi pudiese ver de nuevo estaba al alcance de sus manos.

Ni Jiraiya saliendo de prisión o las actitudes extrañas de Sasuke podrían distraerlo de lo realmente importante. Llegó al lugar fijado bastante rápido, cuando ingresó sus azules ojos se abrieron de más al ver ya a muchos de sus compañeros de preparatoria ahí.

— ¡Si parecía que no llegarías Naruto! — Kiba le recibió animoso levantando la mano donde sujetaba un vaso con algún licor meneándose dentro.

— Me retrase un poco dattebayo —  se disculpó acercándose al castaño y a Shino que junto a Hinata conversaban.

— Que bueno que pudiste venir Naruto-kun — la mujer de cabello oscuro se ruborizó al acto relamiéndose con timidez sus labios pintados.

— No has cambiado casi nada Naruto.

— Tu tampoco Shino, si estas igualito, ya pienso que te arrestaron en algún momento por lo sospechoso de esos googles que siempre usas dattebayo.

Kiba rió a carcajadas ante el comentario.

— Tengo los ojos sensibles.

 

— ¡Naruto! — Sakura se aproximó al oírle, vistiendo un sencillo vestido corto en rosa pastel lo tomó de un brazo — mira que eres el último en llegar, si creíamos que no vendrías — le regañó llevándoselo a la barra.

— ¿Dónde están Gaara y Shikamaru? — preguntó curioso dejándose guiar hasta sentarse en un banquillo donde de inmediato le pusieron una jarra de cerveza delante.

— Deben andar por aquí — ella bebió del vaso que sujetaba acercándose al oído de su amigo — Sasuke-kun también está aquí — le susurró apenada volviendo al beber a los segundos — sigue igual de guapísimo — suspiro ilusionada.

Naruto rodó los ojos.

— Estuvimos hablando un poco y cuando fui por algo más de beber lo perdí de vista. Y tan a gusto que estábamos.

— Es que sigue siendo el mismo amargado — bromeó dándole un trago a su jarra — vamos Sakura-chan que a tu novio no le gustaría nada que hablases así de otro chico´ttebayo.

— No dije nada malo — se defendió algo abochornada — tampoco estoy ciega para no notar como esta.

— Humm — le restó importancia, siempre supo de ese tenaz enamoramiento de su amiga para con Sasuke desde que eran niños, si bien estuvo interesado en ella pese a saberlo, la desventura de su primer amor terminó en secundaria para su fortuna.

Respingó ante la repentina duda.

¿Itachi era su tercer amor?

Creyó estar enamorado de Sakura por primera vez y luego de… Sasuke.

Otro sorbo a su bebida.

— Voy a buscarlo — dijo ella — si lo encuentras envíame un mensaje — agregó dejando a Naruto solo en la barra.

El rubio no tardó en girarse para ver a todos sus compañeros hablar entre ellos, no iba a quedarse a aburrirse solo por capricho de su amiga. Se puso de pie para buscar a Gaara o Shikamaru.

— Si hasta has crecido un poco.

Se sorprendió ante el comentario, viró encontrándose con cierto pelinegro también sentado en la barra viéndole con una de sus sonrisillas raras. — ¡Sai! — habló alto por la sorpresa, hace mucho tiempo que no veía al pintor de garabatos a tinta.

— Tiempo sin vernos Naruto — le saludó con un ademan y los ojos cerrados —, ojala hayas crecido de manera equivalente en todo el cuerpo — señaló bajando su vista, -pese a no haber abierto aun los ojos- hasta la entrepierna del rubio.

— ¡¿Pero qué dices?! — ciertamente avergonzado de manera instintiva se cubrió su intimidad.

— ¿Es cierto que te dejaste a Sasuke en preparatoria para irte con su hermano? — interrogó de lo mas fresco levantándose para acercarse a su abochornado compañero.

— ¿Pero de donde sacas semejante estupidez? — le miró mal sentándose de nuevo en la barra y terminándose el resto de su bebida antes de que el otro se sentase a su lado. Tampoco podía culpar a su pálido amigo, se fue de país poco después del último incidente con Jiraiya.

— Se nota que te gustan los Uchiha.

— ¿Y qué hay de ti? ¿Por fin terminaste con Ino?

— Es muy linda — se tomó el mentón sin pena por soltar el alago — pero como que no es mi tipo.

— Seguro — Naruto suspiró medio divertido pidiendo otra bebida, hace mucho que no se reunía con todos sus amigos y se admitía en parte responsable por haberse apartado mucho cuando tenía dieciséis… demasiados problemas en ese entonces.

Cuando Shikamaru y los demás llegaron a mesa que estaba cerca empezaron conversar con más entusiasmo, reían a carcajadas  y bebían en cada intervalo.

Por esa razón no se dio cuenta en que momento Sasuke se sentó a su lado, en silencio escuchando sin mucho interés las anécdotas de los demás.

— Vamos teme no seas un amargado… ¡hip!... si hace años que no nos reuníamos todos´ttebayo — hipó de nuevo palmeando la espalda del malhumorado pelinegro y terminándose de nuevo su bebida.

— Solo dicen estupideces — bufó de mala gana dándole un sorbo a su vaso.

Naruto estalló en risas llamando la atención de los demás, — ¡solo estás enojado porque Sakura-chan aprovecha cada oportunidad para sentarse a tu lado! — casi gritó provocando que los colores se le subieran al rostro de la mujer.

— ¡Naruto, cierra la boca!

Todos rieron escandalosos tras eso.

— Oye teme… ¡hip! — Esta vez habló en un murmullo acercándose al pelinegro — ¿no te… arrepientes? ¡hip! Sakura-chan… va a casarse ¡hip!

— Es una verdadera fortuna para mí que lo haga — respondió enfadado, acabándose su bebida se puso de pie yendo hacia los lavabos.

— ¡Oye teme! ¡hip! ¡Solo bromeaba! — hizo un puchero levantándose también para seguir a su amigo a los sanitarios, a paso torpe abrió la puerta, había bebido demasiado.

Pero se estaba divirtiendo bastante con todos sus amigos.

— Te~me ¡hip! — arrastrando la primera vocal buscó al pelinegro con la mirada, no entendía porque debía ser tan huraño todo el tiempo.

— Ya déjame tranquilo… dobe — el pelinegro suspiró lavándose las manos mirándole de soslayo.

— Vamos… ¡hip! Que los demás… nos están esperando.

Cubriéndose la boca para dejar de hipar se acercó a su cuñado, quería convencerlo de no irse aún, ser más sociable era algo que indudablemente le hacía falta ese día.

— No te vayas aun… — volvió a hipar — estamos divirtiéndon… os´ttbayo.

— No pensaba irme aun… — un hondo suspiro le escuchó, sintiéndose nostálgico.

— Eso es bueno… ¡hip! — mareado quiso darle un vistazo a su reloj de muñeca tratando de ver qué hora era — ya es tarde… Ita-chan debe estar esperándome.

El chasqueo de lengua de Sasuke le hizo mirarlo. — Mi hermano no ira a ningún lugar… te esperará en casa.

Si bien en sus cinco sentidos habría respondido al comentario por el tono mordaz, Naruto estaba demasiado ahoga así que lo dejó pasar. — Volvamos… ¡hip! con los chicos.

Cuando volvieron a las mesas sus demás amigos seguían bebiendo y riendo, recordando viejos tiempos, donde todos eran mucho más jóvenes y rememorando los errores cometidos con gracia, como solo puede hacerse después de años.

El brillo de las luces del lugar fue desvaneciéndose poco a poco, pese a la euforia provocada por el alcohol Naruto estaba seguro de que ya debía irse, no quería preocupar a su pelinegro de demorar más. Entre bobas despedidas salió del local, tenía que encontrar un taxi cuanto antes, buscando entre sus bolsillos trató de hallar su billetera. Solo oía su constante hipar y como sus pies torpes le hacían tambalear

Rió recordando como Shikamaru terminó llorando por su novia al estar tan borracho.

— Estas… demasiado tomado, usuratonkachi.

Respingó al oír a Sasuke, quien le tomó por un brazo para pasarlo por su hombros y evitar que siguiese tambaleándose a riego de caer, — es… ¡hip!... bien… ¡hip! — sonrió ante su torpe lengua siendo guiado al auto del pelinegro, le veía las mejillas pálidas también pintadas de rojo.

La divertida fiesta les cobraría factura mañana.

— Solo… ¡hip! Toma… ré ¡hip! Un taxi ¡hip!... tteba…yo ¡hip! — antes de poder agregar que el Uchiha estaba también borracho y que conducir así era ilegal además de peligroso, náuseas le obligaron a quedarse sentado en el asiento del copiloto cuando lo ayudaron a sentarse ahí.

Poco recuerda del camino y de lo que le dijeron.

Pero cuando creyó que ya estaba en su hogar, recostado sobre su mullida cama con Itachi encima algo le obligó a abrir sus cansados ojos azules. Alcanzó a divisar unos ojos negros engatusantes, cabellos negros y la piel blanca.

Los cerró en nueva cuenta correspondiendo al desesperado beso que llegó a sus labios.

Tomando al otro de la cintura lo acomodó sobre sus caderas logrando distinguir algo diferente en el sabor de esa boca.

Tal vez se debía al alcohol.

Recorriendo con sus manos la suave piel estrechó las piernas y nalgas, oyó un suave jadeo de quien solo llevaba pantalones y que iba quitándole la ropa. Se relamió los labios atrayéndolo más, alzando sus dedos para acariciar los largos cabellos que amaba.

Pero solo unos cortos mechones parecían enmarcar ese rostro perfectamente simétrico, Naruto paró entonces suspirando quedito cuando la persona encima suyo se inclinó sobre su pelvis abriendo el cierre de sus pantalones. Renovando fuerzas se incorporó sobre esa cama extraña dejando debajo de su cuerpo al otro, sus azules ojos enfocaron entonces con mayor claridad a su acompañante, lo aplastó con su peso besándolo de nuevo viendo a la perfección a esa persona.

Y entonces paró.

Todas sus acciones se detuvieron.

Sus manos que acariciaban se paralizaron.

Tragó pesado levantándose leve pero quedando aun a horcajadas, — Sasuke… — murmuró asustado al ver a su mejor amigo, como ese rostro inexpresión lucía excitado, como casi el siempre tenso entrecejo se veía liso y cubierto por algunas gotitas de sudor. — No… no — negó varias veces queriendo apartarse del todo pero los brazos de su cuñado le detuvieron tirando con facilidad de sus entumidas extremidades.

— ¿Por qué tenías que renunciar? Tú no eres así.

La pregunta y afirmación le llegó muy clara pese a su embotamiento mental, Naruto parpadeó ante el tono dolido.

— Yo te hubiese dicho que si… aunque pensaras que era “no” — le vio morderse los labios y esos ojos negros titilar. El rubio quiso entender a que se refería pero el alcohol no lo ayudaba.

— Sasuke… — susurró sintiéndose culpable por la expresión de sufrimiento en su mejor amigo, como no vio antes.

— ¿Por qué tenía que ser Itachi?... Eres un estúpido.

Y algo parecido a un sollozo llegó a sus oídos antes de que el pelinegro se incorporase lo suficiente para besarle en la boca, aturdiéndolo.

Naruto entonces correspondió, sin estar seguro arrastró hasta a su traicionera lengua al húmedo beso, saboreando la boca de su “cuñado” estrechándole con fuerza y hundiendo sus dedos en la blanca piel.

Tan maniáticamente prohibido.

El resto de la ropa fue siendo retirada, los jadeos fueron aumentando de volumen, su nombre repetido en labios de Sasuke fue cada vez mayor, mezclados con esos pocos amables apodos las piernas del pelinegro se acomodaron alrededor de su cadera. Naruto inspiró hondo cuando su endurecida intimidad clamaba enterrarse en su mejor amigo.

Deseó hacerlo.

Apreciar por más tiempo ese rostro extasiado derritiéndose en sus brazos, esas blancas mejillas teñidas de rojo, ese cabello negro desordenado.

Naruto titubeó.

No podía hacerlo, la clara imagen de Itachi le hizo detenerse y una oleada de culpa inundó todo su ser barriendo con todo el calor de su cuerpo, como veneno destrozándole la garganta no creía poder hablar. Sintió sus ojos aguarse, aterrado retrocedió liberando las piernas que lo rodeaban. — No puedo… no puedo — gimoteó — lo siento Sasuke… — hipó sin atreverse a llorar — no voy a cambiar lo que pudo haber sido… por lo que es.

Los negros ojos de su amigo le miraban atentos, guardándose todo su sufrimiento, — Naruto… — le llamó con desolación, suplicante.

 

 

 

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Refregándose los ojos con el dorso de su mano Naruto se apoyó contra una de las paredes del hospital, inspirando ruidoso sintió estar sudando.

— Naruto.

Y Sasuke le llamó.

 

 

(Parte II) 9.-Because after all

 

 

 

Notas finales:

¿Hola?

Ya no sé qué decir.

¡Siento la demora! ¿Ya paso medio año?

Lo lamento tanto, pero todas mis ideas se esfumaron y estoy rascando entre lo que queda para darle forma al final al que quiero llegar, no espero que les guste, pero de todos modos a alguien aun le interese leer esto, sé que tardo demasiado con esta historia. Nos leemos en el siguiente cuídense mucho.

Yae.


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