"Rapsodia" por Yae

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Abrió el maletín en el que llevaba los libros del colegio busco entre estos y los cuadernos que allí habían algo completamente ajeno a todo eso, sacó del fondo un disco de juegos sonrió de lado, esta vez su hermano no le ganaría. Sin prisa salió de su habitación dirigiéndose a la de su hermano mayor o como el amablemente le llamaba “aniki”, pero se detuvo antes de entrar al oír las voces de su hermano y de su padre.

- Es indignante Itachi, cómo pudiste comportarte así frente a Jiraya, no sabes que si él no nos presta el dinero perderemos esta casa y nos iremos a la quiebra… - su padre se oía molesto - ya sabes que… ya lo acordamos – pero curiosamente su tono de voz se hizo más suave – solo será una disculpa.

- Si es tan importante está bien – el tono de su hermano mayor se oía completamente neutral.

- Solo… llega a tiempo –

Y Sasuke se sobresaltó cuando su padre salió de la habitación topándose con él en la puerta.

- Que haces aquí Sasuke no vayas a molestar a Itachi que hoy tiene muchas cosas que hacer – dijo con sorna antes de alejarse.

Sasuke no le prestó atención su padre siempre decía las mismas cosas desde que podía recordar, sin querer estropear sus planes entro a la habitación de su hermano sin siquiera tocar encontrándolo observando por la ventana como gato abandonado.

- Aniki ya lo tengo – sonrió de medio lado para mostrarle lo que llevaba en manos un disco de la segunda parte del juego más esperado de la temporada en el que su hermano solía ganarle siempre pero tuvo todo el verano para practicar “secretamente” más concretamente con Naruto para mejorar, no es que le gustasen los juegos de consola pero lo que no le gustaba era perder y menos frente a su hermano mayor quien siempre le llevo la delantera en demasiadas cosas, Al menos se cobraría la revancha en un videojuego.

- Ya lo veo – Itachi sonrió un poco ante la mirada de desafio de su hermano menor, resoplo acercándose a él – será la próxima vez Sasuke – paso tomándolo por sorpresa para darle el suave golpe en la frente con los dedos.

- Hey – retrocedió sujetándose el golpecito - ¿A dónde iras?

- Tengo que resolver un asunto – y salió del lugar.

Sasuke suspiro en silencio para regresar a su habitación, bien cuando Itachi regresara podría desquitarse todo lo que quisiera, se dejo caer pesadamente sobre su mullida cama, eran aun la dos de la tarde del día domingo así que tenía tiempo para disfrutar de lo restante de su fin de semana. Pero lo que no se espero fue que pasados unos veinte minutos el timbre de su puerta empezara a sonar como campana navideña y la voz de su madre diciéndole que fuera a abrir lo obligaron a ponerse de pie, bajo las escaleras sin prisa para abrir la puerta ¡oh! y grande fue su sorpresa al ver a Naruto allí, claro que Sasuke siempre fue un experto en ocultar sus reacciones y sus emociones.

- ¿Y? – solo pudo cruzarse de brazos con una ceja arqueada y apoyado en el marco de su puerta. Pero antes de que su dobe amigo pudiese inventarse alguna tonta excusa una chillona y aguar ventosa voz los distrajo a ambos.

- ¡Sasuke-kun! – para empeorar su día la escandalosa de Sakura también llego a su casa, suspiro ignorando lo que debieron decir después y cuando noto que ambos se distrajeron unos segundos de su presencia no dudo en entrar a su casa y cerrar la puerta ignorando los golpes que Naruto dio en su puerta intentando que le abriese.

-¿Quién era Sasu-chan? – su madre se asomó desde la cocina.

- Cobradores.

- ¡Ah! No vayas a abrir para nada – algo asustada regreso a sus labores domésticas.

Bien, Sasuke sabía perfectamente la razón por la que sus padres estaban a punto de perderlo todo e irse a la banca rota, ellos habían hecho negocios desde hace años con MinatoNamikaze padre de Naruto, todo iba muy bien hasta que Fugaku decidiera romper la sociedad e invertir con MadaraUchiha creyendo poner ganar mucho más dinero, pero todo termino en negocios fallidos y deudas imposibles de cubrir, su padre empezó a beber con mucha frecuencia, pero hace una semana que llego con estupendas noticias, había encontrado quien pudiese darle el préstamo necesario para cubrir todas las deudas y para volver a invertir, se trataba del padrino de Naruto, el acaudalado Jiraya o como el rubio solía decirle Ero-senin, hombre algo mayor que era dueño de varias empresas. De ser de ese modo la vida de su familia retomaría su curso normal.

Al pasar el resto del día en su habitación leyendo algún libro o escuchando algo de música se arrepintió ínfimamente de no haber dejado a Naruto entrar a su casa, pese a todo lo molesto e hiperactivo que el rubio era, no podía negar que indudablemente jamás se aburría a su lado. Lo extraño fue que cuando la hora de cenar llego ni su padre, ni Itachi habían vuelto a casa, junto a su madre esperaron que alguno llegara.

-¿Itachi no te dijo que saldría con alguna amiga? – fue la pregunta de Mikoto, una buena mujer pero con una ligera obsesión por casar a sus dos hijos con lindas y tiernas mujeres.

- No – respondió escuetamente, lo último que sabía de la vida amorosa de su hermano era que este había terminado con su última novia, tachándola de celosa compulsiva e incapaz de comer algo que no fueran sodas dietéticas – de seguro que se ha escaqueado de clases con esa panda de subnormales que llama amigos – agrego con sorna empezando a comer.

- No digas eso Sasu-chan – la mujer sonrió maternalmente – y que hay de ti, ¿ya has conseguido alguna linda novia?

-… - Sasuke dejo de comer unos segundos pero sin mirar a su madre, novia, novia, novia… no es que la idea le pareciera risible, era tan solo que las mujeres no llamaban su atención del todo, podía describirlas en una palabra “irritantes” (claro que solo excluía a su madre), pese a tener dieciséis años no tenía interés en consolidar una relación con chicas así, pensaba que en algún momento encontraría a alguien que no fuese “tan” irritante como todas las mujeres y en ese momento si pensaría en tener novia.

Ya pasaban de la una de la madrugada y ni su padre o Itachi se dignaron en regresar o llamar, dio vueltas en su cama en la oscuridad de la noche, no se preocupaba por su hermano de seguro estaría con sus amigos en alguna fiesta o haciendo algo ilegal, Itachi podría ser el hijo perfecto ante sus padres, pero Sasuke sabía muy bien que eso era tan solo una fachada, su hermano disfrutaba haciendo todo tipo de cosas y aunque le desagradaran las peleas era muy bueno en eso, en todo lo que hacía… lo admiraba, pero una parte de él siempre sintió celos de tanta perfección fingida.

No supo en qué momento su celular empezó a sonar interrumpiéndolo mientras dormitaba, con algo de fastidio extendió su mano para alcanzar su móvil y contestar de mala gana.

- Que es lo que quieres Naruto, mira la hora que es usuratonkachi – antes de seguir hablando su expresión de perfecta serenidad se vio turbada unos instantes…su hermano estaba en el hospital.

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Ver las hojas llenas de palabras impresas ya empezaba a cansar su vista, leer una y otra vez aquellos documentos no resultaba de ningún modo estimulante. Bostezo ampliamente y sin educación dejando los papeles de nuevo en escritorio.

- Jiraya-sama es necesario que revise ese contrato el día de hoy – un hombre de algo más de veinticinco años se acercó con muchos más papeles en manos, sus largos cabellos tenían un peculiar tono negro brillante y los ojos enigmáticamente dorados.

- Tu encárgate del resto Santiago, no estoy hecho para este tipo de trabajo, iré a tomar algo – Jiraya se levantó de la cómoda y opulenta silla de ejecutivos.

- Como guste Jiraya-sama- hizo una pequeña reverencia – por cierto ya tenemos los documentos necesarios para apropiarnos de la mayoría de las propiedades Uchiha, incluyendo la casa de FugakuUchiha.

Jiraya permaneció en silencio escuchándolo que el otro le decía y en su rostro ya mayor se podía notar un pequeñísimo atisbo de culpa que bien supo disimular.

- Eso está perfecto, encárgate de lo demás, yo le hare una visita a Minato – sonrió para salir de aquella enorme y elegante oficina situada en el último piso de uno de los edificios más importantes de Tokio.

- Como guste… Jiraya-sama – pese a estar solo hizo una reverencia perfilando una espeluznante sonrisa.

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Luego de que su hermano saliera del hospital de inmediato se dio cuenta de que algo grave tenía que haberle pasado para que cambiara sus hábitos tan abruptamente, dejo la Universidad y se la pasaba encerrado en su habitación, algo de por si extraño en él, pero tampoco parecía querer hablar del tema, dándole evasivas como “en verdad no ha pasado nada”. Pero esa mañana antes de irse al colegio decidió pasara por la habitación de su hermano para preguntarle si iría a la Universidad, abrió la puerta con cuidado pero hallo la habitación ordenada pero sin su hermano en ella.

-¿Aniki? – pregunto pero nadie le respondió.

- Oh Sasuke, Itachi no está a salido desde muy temprano – Mikoto que pasaba por el pasillo se detuvo unos instantes sujetando una cesta de ropa sucia - ¿no es maravilloso?, tu hermano parece que ya está mejor.

- Hump – resoplo ignorando lo último para salir de su casa, debía sentirse feliz si Itachi ya estaba mejor, ¿no es así? Y como siempre llego temprano a clases ese día, evitando a las chicas que estaban detrás suyo, dedicándoles algún descortés comentario fue a su salón, el día parecía muy normal al menos antes de que tocara el timbre, pero luego algo casi sin importancia lo confundió… Naruto no vino a clases.

Regreso a su casa preguntándose tan solo por casualidad, porque Naruto no asistió a clases ese día, no es que le importara, era tan solo el hecho de tal vez haberse acostumbrado a verlo siempre tras suyo molestándolo con alguna estupidez. Tenía que ser solo eso, era muy diferente escuchar las voces chillones de las chicas llamándolo todo el tiempo a la del rubio molestándolo todo el tiempo, suspiro sin querer levantado la vista unos instantes, el cielo se había nublado, pronto empezaría a llover. Abrió la puerta de su casa sorprendiéndose al ver a Naruto ir directo hacia él.

- Naru… to – pero apenas tuvo tiempo de hacerse a un lado cuando el rubio paso de largo sin siquiera voltear o saludarlo – ese usuratonkachi – masculló molesto, sabía que Naruto solo iba a su casa con absurdas excusas para verlo pero esta vez ni siquiera se molesto en saludarlo. Decidió ignorar el hecho de haberse sentido ignorado, cuando entro por completo vio en la sala a su madre y al padrino del rubio – buenas tardes - saludo de modo poco afectivo.

- Sasuke, ya regresaste – su madre sonrió – mira Jiraya-sama vino a visitarnos él y tu padre llegaron a buen acuerdo – lucia feliz al verse librada de tantos problemas económicos.

- Voy a mi habitación – sin decir más subió las escaleras notando la mirada de desprecio que parecía que el peliblanco le dedicaba de soslayo. Llego a su cuarto y dejo caer su mochila en el piso con ligera molestia y más cuando empezó a llover súbitamente. Realmente le había molestado la actitud de Naruto pero cosas como esas jamás las iba a admitir. Se asomó por su ventana contemplando la lluvia caer, quedando inmóvil por unos segundos al ver algo realmente imposible no muy lejos de su casa… vio a Naruto abrazando a alguien… sin querer coloco sus manos sobre el vidrio tratando de ver mejor, la persona que abrazaba no era una mujer, podía ver eso claramente y aunque la lluvia obstaculizaba su rango de visión pareció asustarse al reconocer a la otra persona… “¿Itachi?” fue lo único que pensó.

No, no y no, tuvo que haberse quedado ciego momentáneamente o haber sufrido de alucinaciones esporádicas sin razón aparente, era imposible que Naruto e Itachi estuviesen abrazados bajo la lluvia cerca de su casa… ¡cerca de su casa! Donde todos podrían verlos, la sola idea de pensar que su hermano y Naruto tuviesen algún enredo de tipo romántico le produjo escalofríos en todo el cuerpo, Itachi no podía ser gay… si su hermano había tenido cientos de novias desde las más vacías y banales hasta las más filosóficas. Y Naruto… eso tampoco podía ser posible, si el rubio siempre pareció interesado en Sakura, no tendría porque estar pensando en cambiarla por un hombre, aunque viéndolo así, la pelirosa no gozaba de gran “personalidad” tan plana como un hombre, pero ese no debía ser motivo suficiente. Negó un par de veces, de seguro fue solo un abrazo amistoso, pero Naruto y su hermano no eran amigos…tal vez fue solo… Itachi estaba actuando raro desde que salió del hospital pudo sentirse mal y Naruto que estaba casualmente cerca lo ayudo…sí, eso tenía que ser.

- Oye teme que llevo media hora hablándote –

- ¿Qué? – reacciono viendo a Naruto parado frente a su pupitre.

- Que hoy tengo entrenamiento en el club – el rubio le miro algo extrañado.

- Y en qué club se supone que estas – el pelinegro se puso de pie guardando sus cuadernos al notar que el timbre del receso ya hace mucho que había tocado.

- Jeje – el ojiazul coloco sus manos atrás de su cabeza sonriendo de forma algo tonta – en todos los clubs deportivos – respondió simplonamente.

Sasuke enarcó una ceja, ¿desde cuándo Naruto practicaba algún deporte que no fuesen peleas callejeras? - ¿Y eso para qué? – no pudo evitar preguntar.

- ¡Es que quiero ser más fuerte y si entro a todos los clubes de seguro que mi físico estará genial en poco tiempo dattebayo! – amplio su sonrisa, Naruto tenía un buen físico para su edad, pero obviamente era el de un adolescente.

- No me interesa – resoplo el otro, para que rayos podría querer Naruto ser más fuerte o grande – no creo que puedas estar en más de un club a la vez – agrego.

- ¡Claro que puedo! Ya lo veras´ttebayo – le desafió con la mirada – en menos de lo que te des cuenta yo seré más fuerte.

- Hump – no dijo más, estaba seguro que en un par de días Naruto se daría por vencido, no soportaría el ritmo de levantarse a las seis de la mañana para prácticas y quedarse después de clases para seguir practicando.

Pero aunque no quisiera admitirlo se equivocó, pasaron dos semanas y Naruto no había dejado ni uno solo de los clubes en los que participaba, pero lo más sorprendente fue que no bajo su rendimiento académico, claro que nunca fue muy elevado pero creyó que con tantas cosas extras que hacer su diminuto cerebro no soportaría tanta presión… obviamente si lo estaba soportando.

- Para mí que Naruto se ha conseguido una novia – fue el comentario de uno de sus compañeros de salón llamado Kiba, de cabello castaño y curiosas marcas rojas en el rostro adoraba a los perros - ¡Ah ese afortunado, más le vale que no sea Hinata!

- Las mujeres son problemáticas – allí en uno de los jardines del colegio y recostado sobre el césped estaba Shikamaru o como los profesores lo definían el genio holgazán.

- ¡Si tú tienes a Temari! – de inmediato Kiba lo rebatió señalándole con el dedo.

- Temari es problemática – respondió.

- Yo también pienso que se trata de una mujer – Neji era de un grado mayor, pero a razones que no explicaremos solía pasar bastante tiempo con ese grupo.

- ¿Por qué lo dices? – al fin Sasuke se digno a preguntar, para todos fue evidente el cambio de Naruto, en poco tiempo había cambiado bastante.

- Bueno, ha estado en prácticas de futbol, karate y muchas más sin siquiera pensar en claudicar – explico de lo más calmado – lo que él quiere es impresionar a una chica.

- Neji tiene razón – el castaño lo apoyo – quiere conquistar a una chica que seguro es mayor que el por eso hace tanto ejercicio – asintió varias veces.

Sasuke lo medito unos momentos, entonces Naruto estaba enamorado y enamorado de una mujer mayor, no hallo ni a una sola candidata, de existirla él habría sido el primero en darse cuenta, no, no podía ser una chica, de seguro que hacia todo eso por otra razón… solo estaba algo paranoico, aunque no tendría porque estarlo.

Terminada la clase de Historia Sasuke fue el encargado de llevar los mapas al depósito, no podía evitar pensar en cual podría ser la razón para que Naruto se esforzara tanto, si era una mujer tendría que hablar con el rubio, una mujer mayor no podía ser una buena opción, tampoco una chica de su edad porque… se detuvo unos instantes al no saber cómo responderse a sí mismo. Llego al depósito y cuando intento encender la luz todo siguió en tinieblas, esos holgazanes de mantenimiento jamás cambiaban las bombillas fundidas, entro con cuidado dejando los mapas a un lado y cuando se dispuso a salir un leve goteo en medio de la habitación lo hizo acercarse, por la escasa luz que la puerta abierta le brindaba no pudo ver el charco en el momento que entro. Se acercó notando el oscuro y espeso liquido en el piso, allí su olfato percibió el extraño olor a sangre, levanto la mirada hallando lo que goteaba que cayó al piso súbitamente sobre el charco de sangre… era una rata muerta degollada de forma hasta grotesca mostrando las vísceras de forma espantosa, pero eso no fue lo peor, cuando volvió a levantar la vista vio muchas ratas más que empezaron a caer una por una… junto a un cuaderno que de inmediato identifico como el de Naruto.

- Esta ha sido una broma muy pesada – el concejero Iruka había llamado a Naruto y a Sasuke para hablar de ellos luego del incidente del depósito.

- Yo jamás haría algo así dattebayo, ese cuaderno lo perdí hace más de dos meses – el rubio hizo un puchero de enfado.

- Eso lo sé Naruto – el sensei prosiguió – pero ¿no sabes quién pudo haber hecho algo así?

- No tengo idea.

- No pudo haber sido Naruto – hablo Sasuke – es demasiado dobe como para pensar en ese tipo de cosas.

- Deja de llamarme así teme – le miro mal.

- No lo dudo – Iruka resoplo – es solo que… Naruto tú has cambiado últimamente y quisiera saber si existe alguna razón.

- Si yo no he cambiado nada – se cruzo de brazos – solo estoy haciendo algo de ejercicio dattebayo.

- Ya pero tus compañeros comentan que estas saliendo con alguien.

Sasuke pudo percibir claramente el cambio de actitud de Naruto, se veía nervioso y hasta abochornado.

- Ja…ja claro que no´ttebayo – sonrió nervioso y a regañadientes.

- Esta bien, pueden volver a clases – el mayor suspiró – hablaremos después y no comenten con nadie lo que sucedió, los demás estudiantes podrían asustarse – fue su última recomendación.

Si, Naruto o estaba saliendo con alguien o le gustaba alguien demasiado y quería impresionarla, tal vez en la tarde podría averiguar algo de esa mujer fatal que había logrado volver a Naruto mas dobe de lo que ya era al extremo de querer aparentar ser un hombre tan de repente. La tarea en grupos de dos que la maestra les había dado fue la razón por la que ambos fueron a casa de Sasuke.

- Naruto que bueno que nos visitas – Mikoto los recibió con una sonrisa – ya no te veía mucho con Sasuke.

- Es que ahora tenemos tarea dattebayo – le devolvió la sonrisa.

- Vamos de una vez – Sasuke se encamino a su habitación seguido por el rubio.

- Sasuke baja en cinco minutos les preparare unos bocadillos – dijo su madre antes de que cerrara la puerta de su habitación.

- Bien por donde empezamos teme – lleno de energía Naruto se sentó frente al kotatsu sacando los libros y cuadernos de su maletín.

El pelinegro no le respondió, se sentó en frente de el sin quitarle la vista de encima.

- Po…por cierto ¿tu hermano está en casa? – pregunto sin mirarle y sonriendo algo nervioso.

- No, aun no llega de la Universidad – se mordió el labio inferior con ligera molestia… una mujer, tenía que ser una mujer… una mujer mayor…Sasuke frunció el ceño sin querer… no… tampoco una mujer… no podía ser nadie.

- Ya veo, empecemos dattebayo – en un abrir y cerrar de ojos los nervios de Naruto desaparecieron.

- Iré a traer algo – el pelinegro suspiro pánfilo para ponerse de pie y salir de la habitación. Tenía que ser otra cosa, a Naruto no podía gustarle tanto una chica o una mujer, sin saber porque esa idea le incomodaba sobremanera, pero el timbre del teléfono lo devolvió a la realidad, contestó antes de entrar a la cocina – residencia Uchiha.

- Ah Sasuke, soy yo – era la voz de su padre que hace semanas de había ido de viaje repentinamente – quería saber cómo estaba Itachi.

- Bien… - volvió a arrugar el entrecejo – ha vuelto ir a clases, así que supongo que esta de maravilla.

- Mmm, está bien, pásame a tu madre.

-…- apretó los dientes sin querer, se asomó a la cocina sujetando la bocina del teléfono – mamá, una llamada es papá.

- ¡Qué bien al fin llama! – emocionada cogió el aparato para ir a la sala para hablar – ya prepare algo para Naruto y para ti, llévalo por favor.

Sasuke vio sobre la mesa de la cocina una bandeja con dos vasos de jugo y emparedados, resoplo para tomarla y regresar a su habitación, siempre iba Itachi antes que él, para todos…subió las escaleras con cuidado, deteniéndose al llegar al piso de arriba… abrió los ojos algo más… otra vez tenían que ser alucinaciones suyas…empezó a respirar con más rapidez.

Itachi se encontraba apoyado en la puerta casi sentado en el piso y Naruto estaba… casi sobre el sujetándolo por los hombros…un pequeño temblor asalto a Sasuke al ver esa imagen, ya que Naruto estaba de espaldas no le dejaba ver lo que estaban haciendo… y una parte de él no quería ni imaginarlo y en aquel momento sus músculos se tensaron como si el rigor mortis quisiera consumirlo… no supo cómo reaccionar.

No me compares por favor

No entiendes que soy yo…

Soy yo el que siempre te amó

3.- Sasuke