Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una relación de trabajo por SKnives

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 ¡He vuelto!

Sí, ya sé que he tardado lo mío… sí, ya sé que probablemente me pondréis la cruz y me castiguéis por la tardanza… pero entre una cosa y otra… en fin. No voy a ponerme a explicar razones porque la mitad serían excusas, y la restante os aburriría. Si realmente queréis saber… en un review con vuestras críticas, adjuntáis preguntas de cotillas y yo contesto amablemente.

 

¡Ahora a leer y disfrutar! 

 “Cuando la luna se pone, los pecados comienzan.”

Te espío desde mi escondite. Observo cómo te mueves, apreciando cada detalle de tu fornida aunque aparentemente delgada y a su vez, esbelta anatomía. Se encuentra presa entre tanta ropa. Algo en mi interior se remueve con ansia… Ah… si tan sólo me permitieras unos segundos de tu valioso tiempo. Quiero liberarte de esa prisión. ¿Por qué no consumar una noche de desenfrenada lujuria? Desgarrarte la piel anhelo, mi caballero endemoniado. Te odio por desearte tanto. Necesito derramar esa sangre impura.

 

Siento que soy la dama que puede salvarte, te lo demostraré. ¿Acaso no quieres llegar al paraíso junto a Julieta, Romeo? Mi Romeo hecho sirviente de un mocoso engreído. ¿Debería matarle en nombre de nuestro amor?  Empuñando mi guadaña romperé ese contrato mal formulado que te ata a él y juntos, escribiremos uno nuevo, mi cuerpo a cambio de tu corazón.

 

Mi corazón se desborda. Durante unos breves aunque intensos segundos has mirado hacia mi posición… ¿Habré sido descubierta? En ese momento, soy cómplice del brillo en tu mirada que se apaga cuando entra una torpe mujer. Problemas intuyo, vuelves a desaparecer. ¡No quiero dejarte ir, Romeo… Oh Romeo! Alargo mi mano, dramáticamente, esperando que seas capaz de revelar mi posición y me sigas hasta el mismísimo infierno. Nuestro hogar, por sucios pecadores.

 

–Grell Sutcliff. –El viento susurra mi nombre. Ah… el amor. -¡Grell Sutcliff! ¿Qué se supone qué hace ahí arriba? –El viento sigue insistiéndome para que luche por mi amor. ¿Qué debo hacer? En una encrucijada me hallo… ¡Debo luchar por mi amor!

En ese momento, siento un dolor punzante proveniente de mi cabeza. ¡Puedo ver a Sebastian de nuevo y está muy cerca! ¡Está a mi lado! ¿Habrá escuchado mis anhelos de amor? –AH~ Sebas-chan! ¿Dónde me estás llevando…? ¡Llévame a nuestro nidito de amor! –Le grito emocionada mientras me arrastra por el césped. La mansión se va alejando poco a poco, huiremos juntos. De pronto, se detiene. Le miro y mi campo de visión va reconociendo formas. Lentamente, los efectos de la conmoción van desapareciendo. –Will… –Mi voz denota un claro disgusto, una profunda decepción. –¿Qué demonios haces? ¿Dónde está Se-…?  ¡¿Acaso osas luchar contra el nombre del amor?! –Resopla. Se coloca las gafas y me mira fríamente. –Deberías estar trabajando. –Se limita a decirme en tono molesto. Dudo. Una sonrisa se asoma en mis carnosos labios. –¿Celoso~? –Me atraviesa con esa mirada tan seria, gélida. ¡Ah~ Will! Esa mirada debería estar prohibida. ¡No me mires más! ¡No me desees más en secreto! –Estoy cansado de tus juegos… volvamos. –Comienza a andar e intento alcanzarle. Antes, miro por última vez la mansión y hago mi promesa de amor: ¡Volveré, Sebas-chan! ¡Volveré por ti! ¡Lo prometo!

 

Volvemos de nuevo a nuestra fantástica sede, a nuestro hogar. Le sigo durante todo el recorrido, sintiéndome una vil acosadora. Will… ¿Te han dicho alguna vez que tienes un andar de lo más sugerente? Que cuerpo… que espalda… que… –Grell Sutcliff, tiene trabajo. –Hace que me sobresalte girándose sin previo aviso y tendiéndome una libreta con los detalles. Asiento de buena gana. –¿Vendrás conmigo~? Para comprobar mi eficiencia, por supuesto. –Se coloca las gafas de nuevo sin cambiar un ápice su expresión indiferente, la cual me encanta y odio a su vez. Me deja abandonada con mis pensamientos casi en un pestañeo, desapareciendo. Presto mi valiosa atención sobre los documentos que tenía en mis manos y decido escaparme de nuevo, en busca de mi Romeo. Olvidando aquel papeleo inútil al cual le dedicaría algo de mi atención luego. Por el camino reflexiono sobre Will. Sin saber por qué razón, recuerdos del pasado pasearon por mi mente. ¿Lo recuerdas William…?

 

#Flashback:

 

Él simplemente era diferente al resto. Al menos así lo sentí… Él… ¿Quién demonios era él? William T. Spears. William. Will. Atractivo pero serio. Estirado. Estereotípico. Aburrido. No le quería como compañero, aunque con una sola mirada pusiese a ritmo mi corazón, descontrolándolo. ¡Estaba engañando a mi corazón de algún modo sucio y rastrero para convencerme! ¡Para! No sigas Will o tendremos problemas. Acabé aceptando pues no había más remedio, era él o fallar en mi formación como shinigami.

 

No me llevó mucho tiempo descubrir que el bocazas de mi compañero sólo sabía quejarse y ceñirse a los mandatos de nuestros superiores. ¡Maldito inútil que no sabe hacer nada por su cuenta! ¡Maldita mi suerte! Menudo atontado me ha tocado como compañero. A pesar que desde un principio me había entrado por los ojos, agradándome hasta cierto punto… le detestaba. Quería acabar aquello cuanto antes, por el camino rápido. –Que muera, es un humano inútil. –Sólo le soltaba frases similares a aquella para sacarle de sus casillas y hacer de su estancia un infierno. ¡Oh vamos! Viva o muera no supondrá ningún problema para nosotros. ¿Por qué no acabar con esto de una vez si ambos nos odiamos? Al parecer, le gustaba complicarse la vida. Demasiado. Insistí durante bastante tiempo pero él seguía en sus creces de terminar el informe, de evaluar cada detalle. –Me aburres. Haz lo que te venga en gana. –Me esfumé paseándome por la ciudad. Lo único de provecho que podía hacer. Poco después, volví para espiarle. Verdaderamente parecía convencido en querer salvarle. Sus métodos no fueron los más idóneos para aclarar sus ideas pero acabaron convenciéndome. No obstante, él ya se había decantado por lo contrario. –Grell Sutcliff, probablemente sea un virtuoso en su campo… pero aún así no merece vivir. –Dictaminó. Parecía enfadado por mi radical cambio de opinión. No lo hacía por el mero disfrute de contradecirle, que también… Will está tan sexy cuando se enfada, tan serio… Ah~ Realmente estaba intentando ver más allá de mi prisa, de mi puro egoísmo. ¿No estás orgulloso, Will~? Me estás cambiando y sigues sin estar satisfecho. Te odio. Hipócrita. ¿Qué tengo que hacer para que me aceptes? ¿Qué tengo que hacer para complacerte? Shinigami insaciable. Sin quererlo ni beberlo, comenzamos a pelearnos entre nosotros por la vida de un insignificante.

 

La disputa acabó conmigo en el suelo, inmovilizado. Su mirada se clavó en la mía como agujas en un cristal. Su pecho subía y bajaba, jadeante. La intensa batalla nos había anulado y cansado a los dos, aunque me sentía en segundo lugar. La postura comenzaba a incomodarme un poco hasta el punto de sentir que me estaba comiendo. Esa mirada me desnudaba, me sentía a su merced. Vulnerable, muy vulnerable. Mis ojos se negaban a mantener el contacto visual, preferían fantasear con ese trabajado cuerpo. Sus labios fruncidos de una forma deliciosamente atrayente, conteniendo sus impulsos más bajos. Mi ser comenzaba a encenderse, inexplicablemente. “Bésame, Will” Grité, desde lo más profundo de mi no mundana alma y, para mi sorpresa, lo hizo. Sus labios presionaron los míos con fuerza medida, tenía razón, estaba reprimiéndose. No podía creer lo que estaba haciendo… ¿Sería producto de mi calenturienta imaginación?

 

Mis manos se deslizaron solas por el torso del pelinegro, deshaciéndole lentamente de la chaqueta por los hombros. Seguidamente, fui desabotonándole la camisa. Cada botón suelto me producía una descarga interna dolorosamente placentera. Mi interior se inquietaba, enloqueciendo. La piel nívea iba siendo descubierta por mí, tersa y pura, apetecible. Al terminar, observé algo que me hizo sonreír de forma traviesa. El pantalón se abultaba en cierta zona con poco disimulo, el propietario de semejante carpa desvió la mirada… ¿¡Sonrojándose!? Mis ojos simplemente no dieron crédito a lo que vieron, por ambas razones. Me dispuse a liberar a la bestia cuando sus manos me detuvieron bruscamente, concretamente una mano. Atrapó las mías por las muñecas y las clavó sobre mi cabeza. Me evaluó con esa mirada fría, volviendo a ser el de antes, volviendo a desnudarme con sus ojos encendidos. La mano libre fue directa a mis pantalones los cuales desabotonó y traviesamente, buscó guerra entre las capas de ropa. La situación era humillante, así que intenté liberarme. No pude, me lo impidió ejerciendo más fuerza en su agarre y cerrando su mano en torno a mi erección, la cual iba creciendo poco a poco inevitablemente. Mi cuerpo quedó paralizado y un gemido salió de mis labios. No contento con ello, comenzó a masajeármela. Mi mente desconectó y comencé a moverme a su ritmo, gimiendo como una cualquiera. Me sentí como una mujer siendo ultrajada por un bruto sin escrúpulos. Pero me equivoqué, la situación iba a llegar a más y podía ser peor.

 

Preso de un ataque de deseo, me desnudó cintura para abajo, liberándome de la opresión que estaba ejerciendo el molesto uniforme. Automáticamente me sonrojé muchísimo. “¿¡Pero qué crees que haces?!” las palabras no salieron, no querían salir. La vergüenza ligada íntimamente al placer hacía estragos en mi interior, colmándome de nervios por la anticipación. Me observaba sin hacer nada y no era capaz de encontrarle significado a esa mirada. ¿Estaba arrepintiéndose? ¿Me evaluaba? ¿O simplemente se estaba burlando de mí? Mi mandíbula comenzó a temblar ruidosamente, la inquietud realmente me podía. –¡¿Q-qué se supone que haces W-…?! –Mi pre-cólera se cortó con un solo movimiento de su mano, robando un jadeo de mis inocentes labios. Sonrió. ¡Sonrió! … Mi odio fue incrementándose a medida que esa mano volvía a tocarme y hacia cualquier fechoría. Juego sucio, se repetía una y otra vez mi mente incapaz de asimilar conceptos simples. Sentí como el aire acariciaba mi torso ahora al descubierto, las piernas… un aire cálido. Mis mejillas ardían y la necesidad aumentaba superando la rabia. Escalofríos arañaban mi espalda y mi cuerpo se retorcía ante el contacto. Rogaba en silencio que no se detuviese esta vez. Su mano adquirió una velocidad de vértigo que me estaba matando por dentro. Mis jadeos se habían transformado en mucho más, aunque intentaba reprimirlos mordiéndome los labios. Aún así eran escuchados por él. Y al final, no pude contenerme más. Un millón de sensaciones me embargaron sin previo aviso, cegándome todas y cada una de ellas. Una vez volví a la realidad, maldije su nombre mil veces.

 

–Eso ha sido rápido. –Murmuró el pelinegro, lamiéndose los dedos. Mi garganta se secó al instante de ver esa imagen. Me incorporé un poco, aprovechando la distracción y me encontré con mi abdomen lleno de… mi semen. La imagen me sobrecogió y a la vez, me la puso dura de nuevo. ¡¿Qué me has hecho Will?! Éste, se percató de mis movimientos y volvió a tumbarme contra el suelo agarrándome por la garganta. Sin preocupación alguna de mi falta de oxígeno. Se inclinó y lamió de la forma más sucia mi abdomen, eliminando cualquier rastro de mi esencia. Mi cuerpo se relajó, cosa que agradecí. Ya no quedaba nada más por hacer… ahora cada uno volvería a su agujero y olvidaríamos este percance, supuso un yo ingenuo antes de ser penetrado violentamente por el shinigami pelinegro. Mis pensamientos y el estado pletórico en el que me hallaba me dejaron más vulnerable a él, quien aprovechó para alzarme en una postura incómoda. Me atravesó, me sentí lleno, me sentí roto… grité. Su risa ronca fue como un latigazo. Las lágrimas cayeron, lamiéndome las mejillas. No podía hablar… tan sólo gemir, gemir de dolor y placer. Jamás me había sentido tan humillado en mi vida.

 

Mis manos se aferraron a su espalda, clavándole las uñas en un intento de hacerle tanto daño como él me estaba haciendo a mí. Mis dedos se deslizaron desde la zona alta hasta donde me permitieron mis brazos. Mala idea, gritó mi interior en forma de alarma cuando sus manos se cerraron en mi cintura, incrementando la intensidad hasta límites insospechados. El dolor fue similar a un desgarro, a una descarga de no sé cuantos voltios. Dolía, muchísimo… hasta que el cielo se quebró ante mis ojos. El dolor había desaparecido de un plumazo para dar paso a un placer indescriptible. Mi vaga conclusión fue que mi cuerpo no había soportado aquello y me había ido al cielo. Cosa imposible para mí. Mi piel contra su piel, ardíamos. Éramos dos estrellas encendidas en medio de la noche oscura, de la ciudad sumida en el silencio… en medio del caos de mis emociones.

 

Fin del Flashback#

 

Frente a mí se alza la mansión Phantomhive inmersa en el más profundo de los silencios. Una respiración ronca resuena hasta los alrededores donde me encuentro. Ese maldito perro del demonio otra vez, ojalá alguien acabe con él pronto. Enfadado por encontrarme con la jaula vacía y abierta, vuelvo a mi cautiverio personal. El panorama que me encuentro no dista mucho del anterior. A diferencia del primero, éste me es más familiar y hogareño. Una sonrisa se dibuja en mis labios cuando reconozco una esencia en el ambiente. Me siento atraído por ella como si se tratara de la más deliciosa de las mieles. Mi corazón late como loco, sólo un ser puede lograr esa gran proeza. Sólo él. Corro y corro, como una pequeña niña, saltando prados verdes y extensos. La luz al final del sendero acaba por cegarme por unos segundos, me encuentro en la biblioteca. –¡Wiiiiiiiiill~! ¿Estás ocupado~? Quiero… hablar de algo serio contigo. –Marco en mis labios una esplendida sonrisa, esperando a que el tan ajetreado shinigami me dedicase unos segundos, minutos y horas… así por lo menos le concedería algo que hacer con su deambular sin sentido. ¿Hay algo más importante que atender mis caprichos? ¡Vamos Will~ sé que mueres por hacerlo! –No. No tenemos nada de qué hablar… Grell Sutcliff… debería ocuparse de sus obligaciones y dejar de molestarme. –Dice. Su negativa, sus palabras insípidas no van a acabar con mi buen humor, pienso con decisión y me lanzó al segundo round. De verdad que sus palabras gélidas provocaban en mí cosas incomprensibles. –¡Que frío eres! ¡Aaah~ Will~! ¡Los hombres serios y fríos me apasionan~! –Tras varios forcejeos, decido liberarlo. Su caminar es rápido y decidido. ¿Realmente estás molesto con mi presencia Will? No. No voy a tragarme tu mala interpretación. ¡Mal actor! ¡Deja que te enseñe de qué pasta está hecha una verdadera actriz!

 

Antes de su huída muestro mi mejor arma. Le rodeo el cuello como si nada, con naturalidad. –¿Aún recuerdas cómo te salvé, verdad? –Su desconcierto me sume de una satisfacción superior. En ese momento, en ese instante, estoy alimentándome de tu orgullo y tu desprecio. ¿Qué ocurre, Will~? ¿Estás asustado? ¿La realidad de tus sentimientos te abruma que eres incapaz de dejarme e irte?  –Recuerdo nuestra primera noche… ¿Tú no? Ah~ No sé qué pensar ante tu actitud… me evitas, te molesto… pero te pones a rebuscar en nuestro tórrido pasado de amor… ¿Acaso has decidido, soñar para siempre… Will~? –Su espalda se tensa. Me mira de reojo con el semblante serio, inexpresivo. ¡No! ¡Espera! Hay algo de perplejidad en su mirada. El silencio se alarga… sonrío. Mi sonrisa le hace reaccionar, su orgullo está herido. Lo siento, lo huelo, lo gozo. –¿Por qué sólo no lo olvidas? Yo lo hice. –Dice serio, con esa mirada glaciar que regala descargas eléctricas a mi interior. –No mientas amor~ te conozco demasiado bien… –Me acerco peligrosamente a esos labios tensos que tanto me gustan, que tan loca me vuelven. –La noche es demasiado larga, y nosotros demasiado eternos. –Susurro enredando mis dedos en sus cabellos azabaches, entregándome a él en un febril beso.

Notas finales:

¿Qué os ha parecido?

¿Os ha merecido la pena la laaaaarga espera?

Espero que os paséis  a dejar reviews con críticas o quejas o no sé.

¡Os hice caso! ¡Me extendí y hubo lemon! Un poco. ¡De verdad que necesito vuestra opinión!

Hm hm hm… que tarde es, creo que es hora de dormir un poco.

¡Hasta la próxima! (No será tan larga como la primera, espero ;A;)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).