Era pleno verano y nos encontrábamos encerrados en esa infernal van en la que solíamos viajar seguido. Media hora había pasado desde que terminamos una sesión fotográfica y ahora volvíamos a casa. El manager iba al volante, Kris en el asiento de acompañante mientras que Tao, JongDae y Yixing iban en los tres asientos de adelante mío. Yo, como la mayoría de las veces, iba detrás junto a Xiumin el cual se había dormido, con su cabeza recargada en mi hombro.
Estaba todo sumido en un silencio abrazador hasta que Yixing comenzó con sus protestas infantiles, seguido solía portarse como un niño de cinco años y pedir cosas típicas de uno.
—Hyung, por favor… Paremos en la heladería ¿Si?
Rogaba Yixing con los labios abultados y un pequeño brillo de esperanza en los ojos.
—No.
Respondió secamente el manager.
De pronto Jongdae comenzó a prestar atención a esa pequeña escena y decidió unirse.
—Oh… Es buena idea, yo también quiero —Chen dirigió su mirada a Kris ya que solía influir en algunas decisiones —. ¿Líder, tú qué dices?
Kris dedicó su mirada al manager, la verdad era que él era la única persona a la que en verdad le tenía miedo.
—Eh… Chicos no sé si será buena idea —El rubio no pudo evitar mirar de reojo al pequeño puchero que el unicornio dibujaba en sus labios. Conocía bien a Kris, lo suficiente como para saber que nunca se resistía a Lay —… Aunque… Vamos manager, no es tan mala idea.
— ¿Entonces vamos?
ZiTao despegó su vista del móvil para ahora también entrar en la discusión.
—Está bien, solo porque hoy específicamente hace demasiado calor…
Cedió finalmente el manager, yo mientras me había mantenido callado en el asunto, observando todo desde el asiento final. A decir verdad prestaba más atención a como Minseok babeaba en mi hombro.
Cuando el manager estacionó la van frente a una heladería todo el ambiente se recargó de entusiasmo, Yixing no para de exclamar ’’¡Helado!’’ Mientras aplaudía como niño pequeño y salía con entusiasmo del automóvil.
—Luhan, despierta a Minseok y vengan con nosotros.
Me ordenaba el manager antes de bajar, ya todos se encontraban fuera de la camioneta. A decir verdad no sé me antojaba mucho el helado pero estaba seguro que a Xiumin si por lo que iba a despertarlo, aunque no sería tarea fácil.
—Está bien, ustedes adelántense y en cuanto logre levantarlo vamos.
Respondí al manager el cual asintió y tal cual había sugerido se fue junto con los demás, dejándome solo junto a Baozi.
Estaba por despertarlo pero por alguna extraña razón me quede observándolo de cerca, aprovechando el momento a solas, a pesar del calor, y recordando aquel programa donde había fingido hacerme respiración boca a boca para un juego. Lo había tenido tan cerca… a solo centímetros, como justo ahora.
De pronto, como si se hubiera dado cuenta, él despertó. Algo adormilado y perdido me miró.
—Cerca… Estás muy cerca, Luhan.
Murmuró, al parecer nuestros rostros si se encontraban muy cerca.
—Lo siento, no me di cuenta.
Mi tono de disculpa fue débil, estaba realmente avergonzado y el recuerdo me jugó en contra ya que gracias a eso me había sonrojado. El momento me hizo sentir muy incomodo.
Minseok se separó de mi y miró confundido a su alrededor.
—Estamos solos… ¿Y los demás? —Miró momentáneamente por la ventana y luego volvió su vista a mí—.
Tampoco hemos llegado a casa.
—Ah, cierto… Esto… Bajaron por helado, ya sabes, Yixing volvió a ponerse insistente.
— ¿Y los dejó? Qué raro…
Xiumin bostezó dos veces, se veía cansado aún.
— ¿Quieres que bajemos también? Hace calor, vendría bien un helado.
—Mh… Helado, suena bien pero aún tengo sueño…
Volvió a recostarse en mi hombro, recargando todo su peso en mí.
—Si quieres puedo traerte uno…
—No, tú te quedas… Tu hombro es cómodo.
—Bueno pero… El calor… ¿Seguro?
—Ahora que lo mencionas —Min soltó un ligero suspiro mientras se reacomodaba un poco, pequeñas gotitas de sudor se asomaba por su frente —, siento como si me cocinara en un sauna.
Aquello sin duda hizo que sonriera de oreja a oreja, yo y mi imaginación.
—Como un baozi al vapor.
Musité en tono divertido.
— ¡Yah! Que no soy un baozi… Eso ya pasó.
Xiumin dio un pequeño golpecito en el mismo brazo en el que estaba recargado, haciendo que suelte una pequeña risita.
—No importa, para mí siempre serás un baozi, lindo baozi.
Separó su cabeza de mi hombro y me lanzó una mirada fulminante, pero sin más protestar volvió a recostarse, cerrando los ojos.
—Tengo mucho sueño y calor como para seguir discutiendo, ya me las cobrare.
Se veía tan tierno cuando refunfuñaba, y ahora tan pacifico recostado en mí. Sin poder evitarlo desvié mi vista a sus labios, recordando nuevamente aquella escena en aquel programa. Lo había tenido tan cerca… A escasos centímetros, tanto que sentía nuestras respiraciones chocar y por un poco más no me besaba en plena grabación frente a las miles de fans.
No lo resistía, ya no. Entre el recuerdo, el calor, tenerlo tan cerca y las ansias enormes de probar sus labios, esos finos y rozados labios que se veían tan esponjosos… No aguanté. Ladeé un poco la cabeza, cerré los ojos y lo besé, en respuesta Xiumin separó la cabeza de mi hombro sin despegar nuestros labios, lo noté sorprendido por lo cual no correspondió e hizo que mi corazón se encogiera de miedo por haber hecho algo que lo molestara, pero de pronto algo inesperado sucedió… Me correspondió el beso. Pasó sus manos a mi cintura y en un suave giro se sentó sobre mi regazo, ahora entreabriendo más la boca lo cual aproveche para tomarlo del rostro y explorar cada zona de su cavidad bucal con mi lengua, volviendo el beso en uno desesperado, húmedo. Nos besábamos como si fuéramos dos tigres hambrientos, desesperados por devorar su presa, transpirábamos por el calor pero eso no impedía que Xiumin apegara cada vez más nuestros cuerpos. Nuestras lenguas se encontraban en guerra por tomar el control y algo tan simple como un beso se transformó en una odisea que parecía no tener fin. De pronto la escases de oxígeno provocó que deshiciéramos por un momento el beso, solo quedando unidos por un pequeño hilo de baba, nuestros pechos se movían a compas con frenesí debido a la agitación y no duro mucho la distancia ya que enseguida reanudamos nuestra actividad. Hasta que un ruido nos alarmó, haciendo que nos separáramos de golpe y volviéramos a nuestras posiciones principales; el sonido de la puerta de la van abriéndose. Enseguida Kris se asomó con Lay, quienes no miraron algo extrañados porque bueno, estábamos agitados, con los labios hinchados más rojos de lo normal y la ropa desacomodada, eso no es normal ¿Cierto?
Aclaré mi garganta y me digne a preguntar.
— ¿Sucedió algo?
—Si, Yixing olvidó su billetera.
Respondió en un tono medio molesto Duizhang.
—Cuando no olvidando algo, Yixing.
Comentó Xiumin lo cual hizo que Kris soltara una risita irónica y Lay se apenara, haciendo una leve seña con la cabeza a modo de disculpa.
—Veo que despertaste Xiu, ¿Por qué no vie —Lay comenzó a hablar pero calló enseguida luego de habernos observado bien, de arriba abajo, y dibujara una sonrisa cómplice en sus labios —… Wufan ¿Por qué no te apuras? ¿Aún o la encuentras?
— ¿Por qué tanta prisa de repente? Ya la encontré —Kris se volvió hacia Lay y deposito el objeto marrón sobre sus manos —. Ahí tienes. Oigan, ya que Minseok despertó vengan con nosotros, así toman helado.
—De hecho…
Estaba por responder cando fui interrumpido por Yixing.
—Sería mejor que los dejemos, Duizhang. Conociendo a Xiumin y sabiendo la hora en la que anoche se durmió aún debe tener sueño.
— ¿De qué hablas? Sería mejor que vayan a tomar algo fresco, está camioneta es un horno con ruedas.
Mencionó un, a mi parecer, acalorado Kris. Lay negó un par de veces con su cabeza, puso su típica sonrisa dimple y tomó del brazo al más alto.
—Tú calla y ven conmigo.
—Pero..
—Fan… —Yixing hizo un puchero con el que enseguida convenció al rubio —. Luhan, cuida bien de Xiu.
Asentí algo confundido antes de que el unicornio del grupo cerrara la puerta de la camioneta y volviera a dejarnos solos. Pero pude notar algo… Justo antes de cerrar del todo la puerta me guiñó un ojo… Acaso…
—Creo que Lay se dio cuenta…
Xiumin comentó, como si hubiera leído mis pensamientos.
—…
Nos miramos unos segundos, en silencio, y luego estallamos en risas, aquella situación era increíble. Luego de varios segundos suspiré para calmar mi risa y lo miré algo avergonzado.
—Min… Perdón por lo de recién... Si mi beso te molestó, lo siento.
—Luhan —Minseok se me encimó nuevamente, apoyando sus manos en mis rodillas y mirándome intensamente a los ojos, a escasos centímetros, serio—. ¿De verdad? ¿Te arrepientes? Porque yo… No.
Antes de que pueda responder Xiumin volvió a besarme, algo brusco e intenso. No asimilaba nada de lo que estaba sucediendo ni porque Xiu actuaba así. ¿Acaso sentía algo por mí? ¿Solo lo hacía porque estaba excitado? ¿O le gustaba jugar? No lo sabía, no sabía nada, solo una cosa: Lo estaba disfrutando. Así que me deje llevar.
Poco a poco me fui recostando sobre el asiento, con Min encima mientras este había colado sus manos por debajo de mi ropa y ahora acariciaba la piel de mi abdomen. Nos besábamos con frenesí al igual que cada caricia en el cuerpo de cada uno, yo en él y él en mí. Deshizo el beso y bajó por mi cuello, dejando mordiscos, chupones y lamidas en el. Cuando sentí su rodilla rozar mi entrepierna no pude evitar soltar un gemido, la sensación que sentí fue inexplicable. Él se separó y bajó la vista, notando lo inflado que se veía mi pantalón en aquella zona y provocando que me pusiera más rojo de lo que ya estaba gracias al calor. Volvió su mirada a mí y sonrió de lado.
— ¿Esto es lo que te provoco? —Esta vez posó su rodilla a propósito sobre mi miembro, moviéndola en círculos sobre el mismo —. ¿Solo esto?
—Yo… Si… No…
La cabeza me daba vueltas por el éxtasis del momento y el placer que me provocaba ese toque en mi zona más intima, arrancándome pequeños gemidos.
— ¿Sí o no? Luhan.
—Sí y no. Si me provocas esto pero… No solo esto. Sino que más, mucho más. Minseok… Yo te amo… —Decidí ya soltarlo, ya no aguantaba, necesitaba confesarme y dejar salir cada sentimiento reprimido. Apoyé del todo la cabeza sobre el asiento y con los ojos cerrados seguí con mi torpe confesión —… Te amo demasiado, te deseo, desde hace mucho tiempo… —Mi corazón se iba acelerando más y más a medida que proseguía —. Me enamoré de ti hace meses, desde que eres mi amigo… Te amo con cada milímetro de mí ser y estoy obsesionado contigo, no puedo dejar de verte y no puedo alejarme de ti… Siempre… Siempre me reprimí y no te dije nada porque tenía miedo de que me rechaces, ya no me hables, aún lo tengo… Pero luego pasa esto, me besas y… y ya no sé qué pensar ¿Qué me haces?
Al parecer mi rostro decía que lloraría porque la expresión de Minseok era de shock, estaba en ese estado debido a mis palabras. Sentí como su peso se hacía más leve y se bajaba de mí. Sentándose a un lado con los codos sobre sus rodillas y las manos cubriendo su rostro.
—Soy un tonto —Dijo Xiumin entre susurros —. Todo este tiempo estuve sufriendo como un tonto, creyendo que mis sentimientos no eran correspondidos y alejándome de ti por temor a no resistirme y terminar haciéndote daño, incluso ahora no pude contenerme, yo… también te amo Luhan.
Terminó en un susurro.
—Yo… ¿Es… Escu… che… Bien?
Mi cara de sorpresa debe haber sido muy graciosa. Sentí la respiración cortarse y como mi corazón dejó de latir por un instante.
—Sí, si quieres que lo repita lo hago. Te amo Luhan —Xiumin volvió a subirse encima mío y apoyo sus codos a cada lado de mi cabeza mientras me daba cortos picos, susurrando entre cada uno —. Te amo, te amo, te amo… Luhan, quédate siempre conmigo, nunca me dejes… Por favor.
Apoyó su cabeza en mi pecho, abrazándome con fuerza y aferrándose todo lo posible a mí. Yo hice lo mismo.
—Yo también te amo, mi baozi —Solté una suave risa por como lo llamé —Nunca te dejaré, no me escapara de tus brazos, quiero quedarme contigo siempre.
Ambos estábamos envueltos en sudor como si nos hubieran echado diez baldes de agua encima y jadeábamos del calor pero aun así seguíamos abrazados. Xiumin volvió a mirarme y fundió en mis labios un beso corto pero lleno de amor el cual correspondí sin dudar. En segundos escuchamos las risas de Chen, Lay y lo que parecía ser un enfadado líder. Nos separamos para sentarnos uno al lado del otro, Xiumin dejo caer el peso de su cabeza en mi hombro para volver a dormir mientras que entrelazamos nuestras manos, los demás entraron al auto y yo me hice el dormido para evitar preguntas o comentarios.
Volvimos a emprender viaje al dormitorio. Tenía a la persona que amo a mi lado, como todos los días, solo que esta vez algo era diferente, ahora sabia que esa persona también me amaba y apenas comenzaban nuestros días felices en los que tendríamos muchas cosas por compartir y miles de momentos inolvidables que crear con mi Baozi, porque eso era él para mí, la persona que amaba, mi Baozi, solo mío.