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Abismos cotidianos por Jazmin Negro

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Notas del capitulo:

Feliz día del Cariño/de San Valentín/del amor y la amistad! x3

No me esperaba esto, una segunda parte. Durante las vacaciones no tenía nada que hacer, así que me puse a ofrecer fics, y de allí salió otro grupo de drabbles que pensé que podía meter aquí. Además quería hacer algo para este día n.n Cómo la están pasando? Yo muy bien comiendo donas con Yume, mi perrita. Disfruto mi soledad ;3

Sin título (Elricest)

 

Lo vio por primera vez en la calle, con su traje de colegial y la mochila al hombro. Parecía tímido, y no aparentaba más de 15 años.

Comenzó a tratarlo, despacio, dándose tiempo para conocerlo y que él lo conociera. Sus encuentros eran dulces, casuales. Él siempre lo esperaba al salir del colegio y lo acompañaba hasta una cuadra cerca de su casa.

Sentíase cada vez más enamorado del gentil chico. Sí, con él podría olvidar su doloroso e injusto pasado. Con él podría olvidar su familia perdida y comenzar una nueva vida.

Los grandes ojos pardos del chico, tan diferentes a los suyos (como soles de verano), para nada lo hicieron sospechar.

Solo después de que los tiernos primeros besos se volvieron más apasionados, solo después de haberse acariciado y estar a punto de acostarse juntos, se habían enterado –cuando Alphonse le presentó a su madre y esta se desmayó en el acto- del lazo de sangre que los unía: eran hermanos.

 

29, Nov. 12

 

Kei

~Para Paulina Lugo

 

“¿Quién soy?” se preguntó Heiderich cuando Edward, con los ojos tranquilos y gestos de sonámbulo, se recostaba sobre él, mirando fijamente sus luceros azules.

-Ed-Edward…

Sus palabras fueron ahogadas con un beso sigiloso. Edward procedía despacio pero sin detenerse ante el rubor y la vacilación del menor, como si su decisión fuera irrefutable y el acto inevitable.

Ed se acomodó sobre él, le desabotonó la camisa, lamió su cuello.

-Ahhh, Ed…

-Shhh, tranquilo, Al… fons.

“¿Quién soy? Dímelo, Edward”

Ojos dorados volvieron a encontrarse con los suyos, como si hubieran sido llamados. Edward apoyó la frente contra la suya. Heiderich sintió su aliento en los labios.

-Edward…

El mayor volvió a besarlo, más intensamente esta vez.

-No hables –susurró.

Repartió pequeños besos en su pecho, en su abdomen y más abajo. Alfons gimió.

A medida que el placer aumentaba, Alfons acariciaba el largo cabello dorado de Ed.

“¡Dime quién soy, Ed!¡Necesito saberlo!

Edward tragó su semen con los ojos cerrados, siempre en silencio. Con la misma calma, se quitó los pantalones y la ropa interior, liberando su miembro ya rígido.

Alfons se aferró a su espalda mientras lo penetraba. Un gesto de dolor se marcó en su rostro, y Edward lo notó.

-Te estoy haciendo daño?

-No te preocupes, sigue.

Cuando ambos fueron uno, el dolor cedió paso al éxtasis. Al placer infinito.

-Ahh… te-te amo… Al…

La revelación se desplegó ante ellos, y los dos se sintieron más solos que nunca.

Pero ninguno habló. Heiderich cerró los ojos, respirando despacio.

-Yo… yo también te amo, niisan –dijo cuando Edward se corrió dentro de él.

Ed lo abrazó fuertemente, al borde de las lágrimas, murmurando “Gracias”.

 

3, Dic. 12

 

 

 

Tiempo

~Para Ryuichi Sakuma

 

"Alphonse crecerá. Y se irá lejos."

Edward acarició el cabello rubio, casi castaño, desparramado sobre la almohada.

"Es algo inevitable."

El silencio en la  fría habitación era tal que Edward podía oír claramente la respiración pausada de su hermano.

La habitación era fría, y afuera estaba nevando. Alphonse seguramente tenía mucho frío. Quiso acostarse a su lado y abrazarlo, como cuando niños.

“Ya estás demasiado grande para dormir con tu hermano.”

Pero hacía tanto frío, y él necesitaba abrazar a su hermano. Se acostó sigilosamente a su lado. Pasó el brazo izquierdo sobre los hombros de Alphonse, que dormía de espaldas a él, y apoyó el rostro contra su nuca. Notó que Al tembló ligeramente.

Permaneció en esa posición varios minutos, pensando en cuánto desearía quedarse así para siempre.

“Al…”

Lo estrechó más fuertemente, acercándolo otro poco a su cuerpo. El menor despertó al sentirlo. Al parecer tenía el sueño muy ligero.

“Niisan…?”

“No es nada Al, sigue durmiendo.”

“Mmm…”

Emitió algo parecido a un gemido, o un suspiro, y se acomodó entre sus brazos.

“Al.”

“Qué…”

La voz de Alphonse era lánguida, empañada por el sueño.

“No quiero que nada cambie, Al.”

Depositó un leve beso en el hombro de su hermano.

“No te preocupes, niisan… todo… será siempre igual…”                                                  

Hacia el final de la frase la voz de Al se trastocó en la respiración tranquila de antes.

Probablemente Alphonse no supiera de lo que hablaba. Incluso si no tuviera tanto sueño hubiese dicho algo parecido.

El menor se volteó para quedar boca arriba. Edward simplemente acomodó su abrazo, sin soltarlo.

“Al… no quiero que te vayas…”

Se levantó un poco, apoyándose en el brazo derecho, y besó a Alphonse en los labios. Se volvió a acostar a su lado.

Incapaz de llorar, suspiró y se durmió unos instantes después.

 

15, Dic. 12

 

Un día en la vida

~Para Yerthy

 

Está mal, me digo mentalmente cuando me quedo contemplando el rostro dormido de mi hermano. Pero sólo lo estoy viendo, no? No le hago daño a nadie, ¿qué tiene de malo? …no, lo malo no es que lo esté viendo, sino la adoración con que lo hago.

Hoy despierto antes que Ed. Me levanto, me visto y preparo el desayuno. Solo para los dos. Después decido despertar a niisan; no quiero que se enfríe la comida antes de que pueda probarla.

Abro la puerta, niisan ya está levantado, vistiéndose, tiene el torso desnudo.

-P-Perdón –digo, ruborizándome al instante.

-¿Qué pasa, Al? Solo soy yo.

La pregunta de Ed es lógica, yo lo he visto sin camisa muchas veces, ¿desde cuándo eso me hace sonrojarme? Quizás… quizás muchas cosas han cambiado en dos años.

Después del desayuno, recuerdo que es domingo, el día libre de niisan. Él vuelve a tenderse en la cama. Cuando entro al cuarto me sonríe. Su sonrisa se ha vuelto condescendiente, como si estuviera disculpándose por un pecado que repite incesantemente.

Yo me recuesto a su lado; apoyo mi cabeza en su brazo. El aire fresco entra por la ventana. Si cierro los ojos, podría pensar que estamos en el campo. Me levanto un poco, me acerco más a él y descanso mi cabeza en su pecho. Puedo oír sus latidos; mi cabeza sube y baja al compás de su respiración. Podría quedarme así para siempre. No está mal desear eso, verdad? Yo lo amo y él me ama a mí, y es lindo saberlo.

Rodeo su cintura con mi brazo. Me levanto un poco, buscando sus labios. Es lo más natural amarlo. Hemos estado juntos desde siempre; él me ha salvado en muchas ocasiones, ha dado su vida por mí y yo he dado la mía por él; no puedo menos que amarlo. Y los gestos fraternales no bastan para expresarlo.

Una mano en mi pecho me detiene, a centímetros de mi objetivo. Una mano fría y firme.

-Al… detente.

Su voz, tan cercana, me saca de la fantasía en la que me sumido.

-Al, somos hermanos. No podemos hacer estas cosas.

¿Estas cosas? ¿No puedo demostrarle mi cariño a mi propio hermano? Mi hermano… Él tiene razón, los hermanos no hacen estas cosas; su cariño tiene un límite.

Ed se levanta, no dice nada ni me dirige la mirada. Quizás, tonto de mí, lo he enfadado.

Está mal, me digo cuando él sale y yo, sin moverme, siento que algo se ha roto entre nosotros.

 

11, En.12

 

Sin título (EdxAlter!Roy)

 

Roy sube las gradas despacio, acompañado por su esposa. Cabello rubio, ojos castaños, carácter firme. Ella es realmente hermosa, y él realmente la ama.

Ambos suben las gradas.

Él está sentado en las gradas. Por su rostro cruza una expresión extraña, casi de sorpresa, cuando ve a Roy. Él siente su mirada, voltea, sus ojos se encuentran. Roy se abandona a la intensidad de esas orbes doradas, Edward desciende a los negros abismos.

Y el tiempo para ambos deja de existir allí mismo.

Y un universo nuevo es creado.

Roy no sabe si Edward lo buscó, o si fue él quien buscó al joven, pero de alguna forma han terminado abrazados en la cama. Y no está mal, ni bien, porque a ninguno le interesa saberlo.

-Te conozco? –pregunta Roy.

Quizás en otra vida, tan real como esta, se encontró con él. Es un misterio provisto de significados propios. Simplemente siente que debería amarlo.

-No es algo que tengas que saber –contesta Edward.

Sus sonrisas para con Roy son siempre nostálgicas, como si añorara en él algo que ha perdido hace mucho tiempo. Y sus palabras, en el fondo, no parecen dirigidas a él. Como una carta con destinatario equivocado.

Ambos se sumergen en un abismo de sombras e ilusiones.

Pero no pueden decir que no estén, al menos por un instante, en un mundo perfecto.

 

12

Notas finales:

Esta vez creo que sí es la última parte. Si llego a escribir más drabbles, pues los subiré como una continuación. El último (Un día en la vida) se llama así por una canción de The Beatles. No hallaba qué nombre ponerle, cuando mi hermano me hizo escuchar esa rola. Y Kei es una melodía de la banda sonora de FMA, de la primera serie, que según yo le queda bien al escrito. 

Muchas gracias a la gente que leyó y comentó el primer capítulo c’: 


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