PEQUEÑA DISCUSION
Hades me siguió guiando por los pasillos, pero no me llevaba a su estudio, por lo que comencé a pensar en lo que pasaba, la situación se estaba poniendo extraña e incómoda. No soy desconfiado pero no me agrada quedarme en la duda, por lo cual abrió la boca.
-¿A dónde me llevas?
-Supongo que te agradara charlar con ellos en un lugar menos oscuro.
-Pero qué lugar….
Regrese con Milo para seguirlo cuidando, pero al abrir la habitación no lo encontré en la cama, muy probablemente me desobedeció y se levanto. Aun no se encontraba bien, pero es demasiado terco como para acatar una orden por un tiempo prolongado. Me decidí a buscarlo, así que vague por los pasillos de ese lúgubre lugar, cuando lo encontrara me escucharía, si queríamos que funcionara la relación tendríamos que poner límites y en ello estaría su salud.
-¿Dónde está Milo?
-Acuario… -Entro sin querer a la habitación de la dama Pandora que tomaba el te tranquilamente. –No lo sé… -Recupero la compostura. –La última vez lo vi caminando con el señor Hades por los pasillos, tal vez están en su estudio.
-¿Y dónde está el estudio?... –Me había exaltado, así que respiro y recupero la compostura.
-Detrás del trono hay una puerta que da a un pasillo por el cual puedes acceder… pero no creo sea prudente vayas a…
Antes de terminar de oír salgo disparado a ese lugar, Milo no podía estar en pie, aun estaba débil, y era peligroso, después de que nos revivieron note algo inusual en el, se volvió más frágil, un blanco fácil de atacar.
-¿Acuario a donde te diriges?
-Justamente por usted, quiero a Milo en su cama ya.
-Está bien.
-¿Dónde está?... quiero verlo.
-Está bien, no le pasara nada, y no puedes verlo.
-¡Qué!... Milo es mi pareja y lo quiero ver…
-He dicho que no puedes verlo.
-¿Dónde está Milo? –Hades sostuvo la mirada y sonrió después para responder. –Aun está muy débil por lo que paso, no puede estar fuera de su cama.
-En los elíseos, no podrá verte en un largo tiempo, y estará bien, no te necesitara.
-Las personas no pueden ir ahí.
-No, a menos que alguien que si pueda los lleve.
-¡Quiero que traiga a Milo de regreso ahora!
Su negativa me enfureció bastante, y solo pude hacer una cosa, ir por los demás para sacar a Milo del inframundo, Hades tenía sus intenciones con mi Milo, y no lo dejaría. Si le hiso daño alguno a Milo no saldría vivo.
-Como que Milo está en lo elíseos.
-Así es Shaka, ayúdenme a sacarlo, yo solo no podría ir, necesito ayuda para pasar.
-…. Pero seguro está bien… -Atenea estaba extraña.
-¿Sabe algo que nos interese?
-Bueno… tanto como saber…
-Ya díganos que sabe. –Kanon la estrujo sin importarle fuera su diosa, el bichillo era el más pequeño de todos y les importaba demasiado.
-Hades quiere tener a Milo una temporada con él.
-¡Qué!
-Bueno también es padre de sus hijos, y me dijo que lo regresaría… aunque eso último lo dudo un poco…
-¡Saori pelos de chicle! –Esta vez la mocosa se ha propasado, tantos años como para que le importemos nada.
-¡Camus, cálmate! –Mu me grito pero no me iba a detener.
-Si la matas menos servirá. –Mu y Shaka me sujetaron.
-¡Ha ido muy lejos con esto, Milo es una persona no una cosa!
-Hades cumplirá su palabra es seguro… si no quiere un problema Milo regresara Sano y salvo…
-Más le vale… -Solo la observe antes de salir de la sala donde nos encontrábamos.
-Ahora si se enojo Camus…
-Está perdida…
-Shaka y Mu tienen razón, si le pasa algo a Milo está muerta.
-¿Cómo o porque patriarca?...
-No es nada, solo tenga cuidado…
Suponiendo que esto o era nada extraño estaba un poco menos preocupado al verlos tan tranquilos, pero salir así de la habitación me acarrearía un problema, la ira fría de Camus. Ya llegaría el momento de enfrentarlo, fuera como fuera, por el momento solo tendría que disfrutar ver los elíseos un poco.
-¿Papá?
-Mmm… ¿Qué?
-Estas pensando en Camus ¿verdad?
-… -Niños tan perspicaces, nada se les escapa.
-Te pusiste rojo, es verdad.
-Así que estaban aquí, Milo. –Nos encontrábamos en una especia de kiosco cerca de un rio, los niños habían estado jugando ahí desde que llegue.
-Hades… hola. –No estoy muy de ánimo, pero no puedo ser grosero.
-¿y en que tanto piensas?
-En los problemas que tendré por levantarme de la cama. –Solo me reí, no era tan cerio, pero Camus explotaría como una bomba cuando me viera.
-Pienso que tal vez exagera con sobre protegerte.
-… Tú sabes lo que paso al revivirnos… tal vez Camus lo noto… -Mi mirada se centro en la taza de té frente a mí, mi reflejo solo se distorsiono cuando la moví.
-Nadie lo puede saber, prometiste guardarlo como un secreto.
-Y no he dicho nada… y así seguirá, por lo tanto no tienes porque mantenerme aquí más tiempo.
-¿Qué les pasa a ustedes dos? –Nos estaban escuchando, deberíamos ser más cuidadosos.
-No es nada, regresen con Hipnos y Thanatos.
-Háganle caso a Hades, ya los alcanzaremos.
Esta discusión no es nada agradable, pero no es culpa de nadie, yo hice una promesa para que todo saliera bien, y la estaba cumpliendo, no entendía que parte del trato Hades no entendía, mis labios eran una tumba en cuanto a secretos, además es un asunto sumamente delicado.
-Yo no soy Perséfone, no soy igual a ella, yo si voy a cumplir la promesa, no diré nada. –Mira al agua cerca de nosotros.
-Eso espero, pero para estar seguro te quedaras aquí un par de días más.
-¡Qué!... pero es un… -Cuando voltee para enfrentarlo ya no estaba, solo desapareció, como siempre, huyendo de los problemas. –Estoy muerto… o mejor dicho soy una paleta de escorpión.
El templo que antes fue la cámara donde el cuerpo de Hades se encontraba fue reconstruido, poniéndole habitaciones en lugar del mausoleo, era bastante grande. Ahí era donde por así decirlo me estaba hospedando con mis hijos, no me podía quejar, estaba en los elíseos.
-El hogar de las almas virtuosas… y yo no tengo nada de virtuoso…
-Creímos que te irás al santuario. –Pensé que estaba solo, observe en la entrada de la habitación a mis dos hijos, parecía que estuvieron haciendo travesuras, tenían hojas en el cabello.
-Me quedare un poco más… -Me acerque y comencé a quitarles las hojas. –Solo unos días… semanas…
-Que bien.
-Papá…
-¿Qué?
-Nos estas jalando el cabello a mi hermana y a mi…
-Lo siento, y no se metan en problemas.
-¡No prometemos nada!
Salieron corriendo como siempre, esa sonrisa alegre me recuerda… extrañamente a mí, cuando tenía su edad, y al poco tiempo me volví caballero, solo que ellos están muy por encima, son semidioses, y yo un simple humano.
-Lamentándote ser humano de nuevo.
-Al menos habla cuando vayas a pasar. –Eso es lo molesto de los dioses.
-Solo dije la verdad, y no toco en mi propia casa.
-Hades ya déjate de jugar que yo debo volver al santuario antes de que a Camus le dé un ataque de ira.
-No.
-No quieras hacerme enojar que nuestros hijos están cerca…
-No te vas y punto.
-¡Hades!...
No sé qué quiere, ya le prometí hasta con sangre que ese secreto no se lo diría a nadie, además ya habíamos dejado las cosas en claro, y Camus tendría un ataque de ira como ninguno de seguro si no regreso rápido para que me regañe por salir de la cama.
Ya iban dos días sin saber de Milo, y Athena como si nada pasara, cada que nos reuníamos prefería ni verla a la cara, porque juraba que si lo hacia la forzaría a gritos para que fuera por Milo. Solo me quedaba esperar a que Hades regresara Milo por voluntad. No alcanzaba a comprender como era que Hades solo le dijo que después lo regresaría.
-Camus… ¿Estás haciendo nevar?
-No intencionalmente Afrodita. –Mi templo ya parecía el polo norte con tanta nieve. –¿Qué ocurre?
-Te quería decir que tu tormenta invernal está llegando hasta mi templo, y posiblemente ya bajo al de Shura.
-Lo lamento…
-Se que estas molesto… la tormenta que estás haciendo nos lo dice a todos.
-Hasta que no vea a Milo en la cama de su templo no parare nada.
-Pero Camus…
-Nada…
Fui grosero con afrodita, pero porque estoy demasiado molesto, no porque quiero desquitarme con quien se me ponga enfrente, solo ya no me es suficiente con la tormenta que hay en mi templo para desahogar todo el enojo.
-Que les dije… Camus tiene toda una tormenta allá arriba…
-Aquí esta helando… Shura ya intentaste subir a decirle algo…
-No logre subir sin resbalarme Aioros… congelo las escaleras…
-Achu…. Que desastre…
-Intentemos escalar esto Mu…
-Estoy de acuerdo con Shaka, además Dita esta allá arriba… debe estarse congelando…
Escuché ruidos afuera del templo así que me asome, vi figuras calleándose en las escaleras, me fije bien y la nieve ya caía sobre capricornio, Sagitario y paraba sobre escorpio. Solo negué, no parare nada, no es la gran cosa, solo nieve.
-¡Camus!...
-¡Camus sal!... –La vos de Mu y Shaka.
-¿Qué ocurre?
-Al fin… -Shaka se paro en el último escalón. –Para esta tormenta.
-Camus entra en razón, Estas congelando a casi la mitad de los templos.
-Y avanzando Mu… –Alguien le sujeto un tobillo a Mu, asomando la cabeza era Aioria. – ¡Camus, hay nieve hasta escorpio!, no es que no nos agrade verla, pero nos volverás paletas a todos.
-No voy a desistir…
-No es algo entre desistir o no, ¡Te estas portando como un niño malcriado Camus! –Aioros apareció detrás de Aioria, viendo bien, congele las escaleras, era difícil bajas o subir por ellas.
– ¡Y nosotros poco falta para que en lugar del santuario parezca el polo norte, solo faltan los osos! –Death Mask tan amable como siempre. -¡Para esto que ya está avanzando hasta virgo!
-No… -Me les quede viendo, aun faltaban algunos de logar subir las escaleras. -¡No es para tanto, y hasta que no vuelva Milo se quedan las cosas así! –Me metí a mi templo, después me dirigí a mi habitación y cerré con un portazo, escuche algo se cayó, seguramente nieve por el golpe.
-Tenemos que traer a Milo….
-Y pronto… ¿Mu tienes alguna idea de cómo sacarnos de la nieve?
-No Shaka… ¿Aioria?
-No tengo ninguna… seme congelaron con el frio… ¿Aioros?
-No tengo nada… Death… ¿Death?
-Me quite cuando oí el portazo, ustedes son los únicos atrapados en la nieve…
-¡Deja de estarte burlando y sácanos a todos!
-Ya voy Aioros, ya voy…. Jajaja….