AVERIGUACIONES
No queríamos ver a papá tan solo así que nos propusimos darle una pequeña ayuda, y el primer paso era saber la verdad, no nos iríamos directamente ya que siempre en esos asuntos se desviaba por la tangente y teníamos que olvidarnos de seguir con el tema. Pero antes haríamos nuestras propias averiguaciones, y primero tendríamos que saber cómo era su relación con esa persona que veía de forma tan especial.
-----------CON MU-----------
-¿Mu en serio no nos puedes decir nada?
-Bueno, lo que todos tenemos claro es que no se llevan muy bien, nunca se han soportado, y es algo demasiado evidente, son por completo opuestos en todo.
-¿Nunca?, ¿Tan mal se llevan?
-Con contarles que en una ocasión cuando su padre acababa de llegar el le pego en la cara con la rama de un árbol solo porque le hiso una pregunta… pero ¿Por qué me preguntan esto?
-Por nada, solo curiosidad.
-----------CON SAGA----------
-Hola Saga.
-Hola ¿Qué hacen aquí?
-Queríamos hacerte una pregunta.
-Claro lo que necesiten.
-----------CON DEAT-----------
-Yo no sé para qué quieren saber cómo se llevan esos dos, solo sé que son como el agua y el aceite, no se mesclan aunque lo intenten por tres horas.
-Bueno gracias, y quita esa cara das más risa que miedo.
-¿Pero qué cara?
Le planteamos la cuestión a Saga pero su respuesta fue casi idéntica a la de Mu, que no se llevaban bien y que siempre había sido de esa forma desde un inicio. No sabíamos cómo sacar más información a cada santo de oro que le habíamos preguntado sobre cómo se llevaban nos decía lo mismo; no todos estaban en el santuario por lo que no le pudimos pedir información a todos, decidimos ir a preguntarle también a Dita quien era el único que nos faltaba ese día aunque ya supiéramos la respuesta.
-Dita, podrías respondernos algo.
-Claro lo que quieran.
Le planteamos la cuestión y al inicio no dijo nada se quedo pensativo pero después nos miro y dio su respuesta.
-Bueno, sé que no se llevan bien, pero creo que su relación no es como nos la pintan ellos, puede que sea peor o mejor.
-Nosotros hemos pensado lo mismo, bueno gracias.
-Y a todo esto ¿Por qué lo quieren saber?
-No es nada.
No podíamos averiguar nada más, pero si así no lo ponían todos lo único que quedaba era averiguar las cosas por nuestra propia cuenta, o tal vez pidiendo ayuda a alguien más. No dirigimos con nuestro otro padre, tal vez el nos podría decir algo, o darnos alguna idea.
-¿Así que quieren saber que sentimientos tienen esos dos?
-Sí, pero nadie nos puede decir la verdad, se han dejado llevar por el exterior.
-Saben que yo no puedo decirles aunque lo supiera, soy el rey de los infiernos y aunque puedo saber lo que todos ocultan en lo más recóndito de su ser no puedo revelarlo.
-Ya lo sabíamos. –Rodamos los ojos, siempre nos hacía lo mismo. –No entendemos porque los caballeros aun siendo tan astutos no se han dado cuenta de nada.
-Es verdad, son lo suficientemente inteligentes como para que se den cuenta, pero dejando lo demás de lado les voy a ayudar en lo que quieran y yo pueda.
-Sí, pero antes nosotros debemos hacer algo.
Investigaríamos a este par, no pararíamos nuestro plan hasta que descubriéramos la verdad y si era necesario les haríamos decir lo que sentían, porque era seguro que esos dos se querían, lo podíamos sentir, éramos hijos de un dios y para que nos ocultaran algo tendrían que guardárselo muy bien ya que ni un secreto de estado estaba tan bien oculto ante nuestros ojos.
Antes de irnos a nuestra misión arreglaríamos algo pendiente con alguien, nos aseguraríamos de que jamás olvidara que nadie, absolutamente nadie nos molestaba cuando estábamos ocupados y mucho menos leyendo.
-¿Qué es ese ruido?... Ese santo de cáncer debe de divertirse mucho asustando a quienes entran aquí, es una verdadera casa de terror, pero a mí no me puede asustar nada.
“-Radamantys… Radamantys”
-Más le vale a ese mediocre humano que no se atreva a intentar asustarme…
“-¡Radamantys!...”
-Creo que se nos paso la mano Melina.
-Sí, azoto la res.
-¡MALDITOS MOCOSOS YA VERAN CUANDO LE DIGA ESTO A HADES!
-Para si nos volvemos a preocupar.
-¡YA VERAN LO QUE LES HAGO POR ESTAR APUNTO DE PROVOCARME UN INFARTO!...
-Ni que te hubieras asustado tanto.
-Ni que te dieran tanto miedo espectro.
-¡TÚ NO TE METAS! –Se fue furioso, pero más que nada aun le temblaban las piernas por el susto que le dimos, sabíamos que no le diría a nuestro padre, porque sabía que podía enterarse de todas las que nos hiso de más pequeños.
-Gracias Ángelo.
-No fue nada, tratándose de ese arrogante hasta yo les abría ayudado a darle el susto de su vida.
-Por cierto Dita te está buscando y no se veía muy contento.
-¡Demonios la cita!
La cara que puso no la olvidaríamos en años, ya nos debía muchas y esa era nuestra forma de cobrarnos todo lo que nos hacía, y gracias a Deat que nos permitió darle el susto en su templo todo resulto excelente. Después de eso nos dirigimos al templo de nuestro padre, era la hora de comenzar.
-Hola.
-¡No hagan eso de nuevo!
-Ni que asustáramos tanto.
-No logro acostumbrarme a su forma de aparecer aun, es como si…
-Estuviéramos muertos, sabes que podemos esconder nuestro cosmos y da la sensación de que estamos muertos.
-Es verdad, pero será mejor que nos sentemos a la mesa de una vez.
Su mirada tenía ese mismo brillo, no lo podía ocultar, siempre se ponía así después de verlo, y como era de esperarse ese brillo delataba los sentimientos encontrado por que siempre era rechazado hábilmente.
-¿Por qué me ven de esa forma?
-No es nada… pensándolo bien tenemos una duda.
-No creo sentirme de ánimos para responder preguntas. –Era muy evidente que cuando se vieron hubo un choque muy fuerte de orgullo, ambos tenían un carácter difícil, eran opuestos en la mayoría de las cosas y eso sacaba chispas de rabia entre los dos.
-Entendemos, no es necesario que nos respondas ahora, tenemos unos pendientes que atender.