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TRATOS RAROS, ROMANCES Y RISAS por AzraelK20

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Notas del capitulo:

Hola?... señales de vida inteligente por aqui?...


Bueno, continuando con nuestra tragedia... digo historia, he aqui pues creo que el titulo lo dice mas claro que nada. Ahora estamos cada vez más serca del final, solo un poco más.


24/07/2014

LA BODA


Un poco de la historia que nos enseñaba el patriarca toco las bodas en la antigüedad, y estaban los preparativos de la mía, pero siendo que ya no estaba en la casa de mi familia todo se aria apartándome de Hades. El primer día es algo relajado, pero igual sufro.


-Milo acompáñanos. –Solo Pandora y mi Hija me llevan a un sitio apartado. Y me llevan a un altar en un cuarto apartado de todo. – ¿Melina trajiste lo que te pedí?


-Tijeras… y… -En una caja que reconocía perfectamente había algo de mi infancia. –Papá…


-Recuerdo ese oso, lo abrazaba cuando llegue al santuario… -Lo tome, era pequeño, extrañare a ese oso; tome las tijeras, ya estaba listo para ello. -¿Podrían detener mi cabello?


-Claro. –Pandora lo sujeto mientras comencé a cortar la delgada trenza que me había hecho en la nuca, no cortaría todo mi cabello. –Listo…


-Aun no… ya no soy casto pero es la tradición… -Me quite el cinturón de la túnica y lo deje en el altar junto a las demás cosas.


Regresamos a la habitación, Melina solo me sonrió y regreso a sus deberes, Pandora se sentó a leer y hacerme compañía. Logre calmarme un poco, solo me recosté y relaje, estoy agotado y poco a poco me comienzo a dormir, cambiarían el segundo día un poco porque soy huérfano.


-Milo ven por acá. –Una celebración; ahora menos que nada quiero descansar; Hades me llamo para sentarme en una mesa separada a la suya, las viejas tradiciones, pero olvida que soy hombre. –Permanece aquí.


-Está bien…


-Pandora estará contigo.


Estaba sentado pensativo, no toque la comida, solo bebí agua, porque no volveré a beber nunca más después de todo lo que he pasado.


-Papá… papá regresa a este lugar…


-Blas perdón… -Veo algo borroso; la fiesta reunió a todos los espectro que están felices, yo permanezco sentado aparte junto con Pandora que me vigila. –No me siento muy bien…


-Te llevare a descansar, no has comido nada Milo.


-… perdón pero no tengo  hambre…


Pandora me guio hasta mi habitación, estaba había sido limpiada y arreglada, no dormiríamos esa noche juntos, el tenia formas más formales de llevar una boda, aun así antes de dormir me esperaba lo que finalizaría el día, solo debía esperar. Me senté frente a la mesa que tenia al alcance, Pandora dejo su libro ahí olvidado, tiene gustos extraños “Cuento de muerte”, Melina me lo leyó en una ocasión y me quede con curiosidad de terminar la historia. Así que me centre en el libro, recordaba bien donde me quede.


Llamaron a la puerta, me hallaba sentado en un sillón que tenia pieles, cuando la puerta se abrió pandora me observo, leí rápido el último párrafo jamás me espere un final como ese. Llevaba entre sus manos una sábana blanca bordada en oro, ya era hora. Me guio de regreso a los Elíseos, ya ahí, me condujo hasta un templo que ahí se herejía, el templo era atravesado por el Lete, el rio del olvido, era un baño.


-Solo no bebas del agua, me retiro escorpio.


-Gracias Pandora. –Dejo la sabana colgando del brazo de una estatua. –Te llamare cuando acabe.


-Milo no te veas tentado a beber… -El olvido, jamás querría olvidar todo lo que he vivido, solo este dolor, pero no beberé.


Me quite la túnica y todo lo que llevaba puesto y baje por los escalones asta entrar en el agua, es un templo a cielo abierto en forma circular, puedo ver las estrellas sobre mi cabeza, estoy rodeado de estatuas, Por la mitad atraviesa el rio, al centro del templo esta un circulo profundo y una fuente de la que el agua cae con calma.


Contuve la respiración debajo del agua un largo tiempo, después me pare debajo de una de las caídas de agua. Cuando termine salí y tome la sabana, solo tenía la opción de enredármela para volver y ponerme las sandalias que llevaba. Pandora cuido mi camino, nadie puede interceptarme en este momento.


En la habitación ya estaba mi ropa de dormir esperándome, Pandora no entro solo me dejo en la puerta y se fue. Habían arreglado mi habitación los mismos tres jueces, plantas adornaban las paredes,  y una enredadera alrededor de los postes de la cama dejaba caer sus ramas sueltas. Levante las cobijas y me recosté viendo al techo de la cama, la boda ya estaba por tener un fin. Me sumí en mis pensamientos poco a poco cerré los ojos y caí en el sueño, el olor de las flores y plantas me relajo y mantuvo tranquilo, aunque la lágrimas traicioneras siguen solas su curso.


Cuando abrí los ojos Pandora estaba arreglando mis cosas, ella me asistió estos días. Me levante con cuidado y cerré la bata azul con la que dormí. Ella solo me indico sentarme, no tiene muchas cosas que hacer y se entretiene cepillándome el cabello a mí, nadie me lo creería.


-…


-Milo… Milo baja de las nubes, te estoy diciendo que debes vestirte ya.


-Pandora… Hg…


-Hay otra vez a llorar… te aseguro que aquí todos seremos amables contigo, así que no llores.


Ella salió y me dejo vestir, veía aquella túnica blanca en mi cama con terror, para él era una celebración para mí como un funeral, el funeral de mi corazón hecho pedazos. Me la puse, la bordaron en negro, con un escorpión en la espalda, debería ser feliz hoy porque me caso, pero me siento el peor ser del universo.


Afuera me esperan dos de los jueces del inframundo Ramdantys y Aiacos. Camine entre ellos hasta que me condujeron a los Elíseos, es un hermoso paraíso pero aquí será mi fin; un camino de roca blanca me conduciría donde Hades estaba, veía un altar con una copa, una botella y un cofre, seria en un pequeño kiosco cerca del rio.


-Milo… -Lo veo a los ojos, estoy ahí para eso. –Ya podemos comenzar.


-¿Qué va a hacer?... –El espectro del grifo será el juez, pero han sacado una daga.


-Tu mano. –Tomo mi mano izquierda, cerca del corazón quería estar.


-Bien, como dictan las leyes, hoy estamos aquí para unir la vida de un mortal a la de un Dios, para consagrar y bendecir esta unión… -La diosa del matrimonio está presente, me observa con esos ojos de arcoíris. -para esto debo preguntar… -Me miro, estoy aterrado, seguro mi cara lo demuestra. –Si alguien se opone… “Además de los hijos”… -Murmuro eso. –Señor hades por favor.


-Milo… -En la copa sirvió lo que había en la botella, esta ceremonia, la he escuchado antes en historias. –Acepta  y bebe de este vino, representa mi sangre, que con nuestra unión se volverá una misma. –Tengo que entrelazar mis manos con las suyas para tomar la copa. –Y así permanecer como un mismo ser.


-… -Yo en realidad ahora no tengo que decir nada; deja la copa a un lado y abre el cofre, ahí hay una vela dorada con detalles negros, se dedica a encenderla, yo extiendo las manos y las vuelvo a entrelazar con las zullas.


-Que esta vela represente el amor que lleguemos a tener, y se mantenga ardiendo aun si la llama de esta vela fuera apagada. –La sigo sujetando entre mis manos solo debo responder.


-… que esta vela represente también la pasión, y que encienda en mi corazón… por la eternidad ese amor puro asía ti… -Mi semblante de terror empeora.


-Milo te juro que te voy a proteger, y prometo que jamás dejare que nadie se atreva a dañarte, ni yo mismo. –E escuchado esta ceremonia antes, se lo que debo decir, pero quiero salir corriendo. Había dos coronas de laurel en el cofre. –Sobre mi inmortalidad juro que te hare feliz y te amare. –Presintió que correría y apretó mi mano. –Con esta corona te veo como el único gobernante de mi corazón. –Aun sigo con esa vela, es muy pesado esto. –El único dueño de mi amor y sentimientos, el único al que amare por la eternidad.


–Con esta corona te veo como el único gobernante de mi corazón... –Estoy paralizado, pero debo decirlo, este paso es terrible. –El único dueño de mi amor y mis sentimientos, el único… al que amare… por la eternidad… -Dejo la vela a un lado y observo que hay también dos anillos.


-Así con mi promesa te pido que me aceptes y seas mío Milo del escorpión. –Ese anillo de oro tiene su nombre gravado. –Que nuestros corazones siempre permanezcan juntos.


-Yo te acepto… y te pido que seas mío Hades… -Tomo su mano y pongo el anillo que lleva mi nombre y signo grabado. –Que nuestros corazones siempre permanezcan juntos… -Mis lagrimas han comenzado a resbalar silenciosas.


-Y ahora como un solo ser, como un solo corazón, deben compartir la misma sangre. –Hades corta la palma de su mano y después hace lo mismo con la mía, la sangre es mesclada sobre la copa haciendo que esta caiga y se mezcle con el vino, que no es cualquier vino, atan nuestras manos con un pañuelo blanco y permanecen juntas. –Que esta unión dure hasta la eternidad, y ningún poder se atreva a romperla. –Minos me observa.


-Defenderé nuestra unión con todo mi corazón, Milo te protegeré a ti y a nuestra familia.


-Milo… Milo debes responder. –Me quede callado unos segundos.


-… Yo Milo… acepto tu amor y juro que lo corresponderé en mi mejor medida… y así re…. Y así yo re… -No sale de mi boca la palabra. – ¡Así yo renuncio a ser un mortal!… y permaneceré a tu lado… por la eternidad… ¡! –Mi sangre derramada ahora seria mezclada con la suya. Con las manos libres ambos detuvimos la copa, y me ayudo a beberla, mientras manteníamos unidas las otras.


-Con tu aceptación Milo, abandonaras la vida como mortal, para permanecer al lado del Dios del inframundo.


Todos quieren ser inmortales, pero yo no, aquella copa tenía la decisión final, al beberla todo acabara. Mis lágrimas traicioneras caen al beber de las manos de Hades, lo he perdido todo. La celebración es sencilla pero significativa, soy el único que esta triste aquí, notaron mis lágrimas en la ceremonia pero intentaron disimular que las vieron.


-Milo… Milo…


-Hades, lo siento estoy cansado…


-Ya es tarde, ve a nuestra habitación te acompañare en un momento más.


-… sí… -La noche no sé cómo será, pero tengo miedo, Pandora me sujeto del brazo, por tantas lagrimas veo borroso. Ella me acompaño hasta esa habitación, la principal de toda esa fortaleza, y por el día estaba arreglada para la ocasión, ya me acosté una vez con el pero ahora es distinto.


-Espera aquí Milo… lo siento.


Me acosté en el sillón a esperar, no quería tocar la cama, pero por derecho es la noche de bodas y debo dormir ahí con él. No sería la primera vez que este con él, pero esta es diferente; pasando las horas la puerta se escucho, permanecí acostado en el sillón.


-Acompáñame al balcón. –Me tomo del brazo para levantarme cuando me saco vi una mesa puesta para cenar. –Siéntate.


-… -No comí en la fiesta, en ese momento tampoco tenía ánimos de cenar.


-Milo, quiero que comprendas que jamás are nada en tu contra… -Aleje mi mano de la suya. – Confía en que yo puedo cuidar de ti y hacerte feliz.


-… debería agradecerte… o maldecirte… me has vuelto inmortal, pero mi corazón aun en pedazos es humano…


Hades me sujetaba las manos, pero no lo sentía, mi cuerpo estaba adormecido, como anestesiado; acepte la cena ligara, ahí nosotros dos bajo es negra noche llena de estrellas, él sonreía yo solo veía. Guardo silencio y sirvió en dos copas vino, me acerco una y yo la tome entre mis manos.


-Solo será un trago pequeño. –Bebió el contenido.


-… -Le di un sorbo, era dulce, pero percibía bien el alcohol, así que fui con cuidado. -…


-No estés triste, quiero que dejes de derramar lágrimas, en la ceremonia comenzaste a llorar.


-Lo lamento…


Solo bebí una copa y mi cuerpo ya estaba caliente, Hades se me acerco y me dio un beso en la mejilla, fue más amable de lo que pensé, no exigió nada, solo paso. Ambos nos levantamos y él me abrazo, aquel vino era demasiado fuerte porque con es copa no sabía que me pasaba, tenia calor.


-Déjate llevar… -Un beso más pasional, estoy entumecido, no siento nada, sus manos viajan por todo mi cuerpo. –Déjame hacerte sentir, olvidar, gritar…


Poco a poco termino acostado en la cama, el me observa yo igual. Sus caricias amables pero feroces, me dejo envolver por todo a mi alrededor, respondo vagamente a los besos, estoy a su disposición.


-A… a… -Lo tengo jugando en mi vientre y sigue bajando. -¡A!...


-Así, solo déjate envolver.


Siento la invasión, no me ha preparado ni nada, pero el entumecimiento en mi cuerpo no me deja sentir bien, estoy excitado por la situación. Comienzo a moverme a su ritmo, es más duro que Camus, no es lo mismo, ahora duele, no puedo más.


-A… hg… despacio… hg…


-¿Qué pasa?, creí los escorpiones eran pasionales… -Siempre he sido sumiso en esto.


-Ve despacio… a… hg…


No se detiene por nada, ni mi petición, y pronto se ha venido dentro de mí, como aquella noche. Yo termino entre los dos exhausto adolorido, cierro los ojos, ya es tarde, mi condena a comenzado, Camus espero me perdone y pueda ser feliz.


-¿Milo?... –Ya ha despertado, yo me levante antes y me acosté en el sillón, fue casi después de que todo acabo que hice eso. -¿Qué haces ahí?


-… -Me di la vuelta para verlo. –Dormir.


-… ¿pasaste la noche ahí?


-Sí… no quería molestar. –Se levanto no traía ropa yo solo llevaba una bata.


-Estamos casados.


-Lo sé… -Intento abrir la bata pero no lo deje, escabullo las manos a la fuerza y solo me abrazo. -…


-No comprendo por qué razón me rechazas. –Me intente alejar.


-Solo no quiero…

Notas finales:

No me odien por lo que acabo de hacer, pero lo tenia que hacer, mi ego me lo exigio X) y no me pude resistir mucho más a esto.


A paso lento pero seguro redactare hasta el final esta historia. Pero sean pasientes que en ultimoos dias e tenido una situacion de salud sino desde el sabado pasado abria actualizado, sin más cuidense.


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