EXPLICANDO
La verdad después de salir del templo mayor no quería ni imaginarme lo que podía pasar con mis hijos, quizá todavía estaban dormidos, pero no lo podía asegurar ellos casi nunca dormían, lo recordaba desde que eran bebes, me la pasaba en vela todas las noches esperando que durmieran sin mucho éxito y Hades que por sus quehaceres me los había mandado a criar casi yo solo. Entre despacio y busque señales de ellos dos, entre a mi habitación y los ví asomados en la ventana.
-¿Qué hacen? –Les pregunte acercándome a la ventana.
-Nada, solo esperábamos a que llegaras.
-Creo que no deberían quedarse toda la noche ahí, ¿Vamos a salir?
-No… -Su respuesta siempre era la misma, en esos momentos tomaban la seriedad de Hades y se negaban a todo, no podía evitar recordar cada momento difícil cuando eran niños, los rechazos de los demás caballeros e incluso de los demás niños. –No queremos salir hoy.
-Creí que querrían ir…
-No queremos, nos vamos al inframundo volvemos tarde.
No podía evitar que se fueran, pero me preocupaba lo que pudieran sentir, después de todo eran solo niños, merecían divertirse sin problemas y tener amigos de su edad, no a esos caballeros de bronce o los espectro que eran como sus niñeras por ordenes de Hades. Al verlos salir del templo me asalto aquel recuerdo cuando solo tenían 3 años.
-----------FLASHBAK-----------
Lo fui a buscar muy temprano, necesitaba hablarle, pero se dedicaba a evitarme todo lo que podía, solo tenía suerte algunas veces cuando no lograba escapar y esconderse. Ese día lo encontré cerca de los jóvenes que entrenaban sentado a la sombra leyendo uno de sus libros.
-Hola Camus.
-¿Qué quieres? –Me hiso la pregunta sin despegar los ojos del libro que tenía en la manos, sabía que sería difícil, me senté frente a él y me le quede viendo. –Dímelo ahora sino no molestes.
-Quería hablar contigo Camus.
-Sobre qué cosa, estoy ocupado. –Le quite el libro y lo puse en el piso, me vio molesto por eso pero quería que me escuchara. -¡Oye bicho lo estaba leyendo!
-Lo leías al revés, Además… quiero arreglar unos asuntos contigo…
-Ya te dije que no me interesa nada de ti, ni lo que tengas que decir bicho analfabeta, además por lo que escucho te están hablando.
-Camus en primer lugar no te permito que me insultes de esa forma y en segundo lugar me contengo a responderte de verdad porque mis hijos están cerca…
-Si tus hijos te llaman, ve a ver lo que les pasa, esos niños no merecen sufrir por el error de sus padres.
Escuchaba su llanto cerca de nosotros, siempre era lo mismo, los niños del santuario huían de su cercanía, y yo solo podía observar como veían sin entender o escuchaba su llanto porque les hacían algo los mayores, eso me molestaba en sobremanera. Los encontré llorando sentados cerca de donde otros niños jugaban sin siquiera mirarlos.
-Vamos al templo. –Los levante en mis brazos y comencé a caminar. –No lloren más.
-¿Papi?
-Sí, ¿Qué ocurre? –Con ellos dejaba esa mascara de frialdad y crueldad; su llanto ya estaba cesando. –Ya no lloren.
-Por… nuestra culpa… nadie te quiere…
-No es verdad… jamás digan eso. –Jamás me perdonaría que dijeran eso, no era verdad que me odiaran por su culpa, me acerque a Camus y le observe unos minutos, aun los tenían en los brazos viendo detrás de mí a los niños jugar. –Después hablaremos, tengo cosas que hacer.
-Deberías dejarlos jugar con los demás niños, solo los sobreproteges.
-Deberías ser tú, siendo el más listo el que sepa como los ven los demás, ya que yo soy un bicho ignorante a tu mirar.
-Yo jamás dije eso Milo, pero sí que eras un fastidio… ahora vete que intento leer…
-Hola… Camus…
-Hola. –Se levanto de su lugar y los saludos como si nada, su mirada cambio y los trato de forma amable, su cambio era por ellos solamente. –No deberían dejar que los molesten.
Me marche del lugar, ya no quería discutir con él, al menos se portaba decentemente con ellos, y no les trataba mal. Estaba seguro que las cosas se me pondrían difícil, después de que me los entregaron prometí que ellos no pasarían por lo que nosotros, y no dejaría que se envenenaran como esos dioses y semidioses queriendo tomar venganza por el rechazo.
-Caballero venimos por los niños.
-¡Minos, Aiacos!
-Espectros… si no cuidan bien de ellos yo me encargare de matarlos.
Siempre les hacia esa amenaza, pero su presencia ya era más que normal en mi templo, siempre eran enviados cuando Hades quería pasar tiempo con ellos, y yo aunque no lo quisiera debía permitírselo, causar un problema por eso no era nada bueno, y mucho menos para ellos dos que solo eran niños.
-----------FIN DEL FLASHBAK-----------
La promesa la había mantenido, y aunque nunca que relacionaron bien con los de su edad no podía negar que no guardaban ningún rancor, no les recriminaban nada y le daban poca importancia. Sin duda ese lado divino y comprensivo era el que abogaba por todos los que les hicieron sentir mal, Shaka, Mu, Aldebarán y Dita fueron los que más ayuda me brindaron todo el tiempo, y aun muy extrañamente Camus pero solo en ocasiones.
-Milo.
-Camus ¿Qué es lo que te trae por aquí?
-Quería saber la razón por la que no los he visto.
-Melina y Blas no quieren ver a nadie, pero están bien, fueron al inframundo.
-Bueno en ese caso me marchare.
-Camus espera…
-Dije que me marcho.
-Espera por favor. –Le hablaba al aire, pero lo seguí insistiéndole. –Espera Camus.
----------INFRAMUNDO-----------
Aun no podíamos hacer nada, las ideas se negaban a llegar. Estábamos en un dilema, pero sabíamos que con lo dicho antes de irnos papá no se preocuparía y no sospecharía nada si seguíamos actuando como siempre, debíamos ser cautelosos pero saber la verdad. Cosa que sería muy difícil.
-Gracias por hacernos ese favor.
-Si no fuera por ustedes abría castigado a ese caballero antiguo por lo que dijo.
-Son cosas sin importancia, además nos ayudaste en algo.
-Pero saben que eso no elimina lo que les dijo.
-Hemos dicho que no importa, fue de ayuda ya lo sabes papá, ahora nos faltan solo unas piesas más.