Carta de odio y carta de amor
Capítulo 1
Mi nombre es Naruto Uzumaki, tengo dieciséis años y estudio en el instituto Konoha. Esta institución es por así decirlo una de las más prestigiosas por ser el costo de pensiones muy alto y entenderán de esta manera que vengo de una familia muy adinerada.
Como muchos a lo largo de los años he escrito mis pensamientos en pequeñas hojas de papel, se podría decir que es un diario mas no quiero que se piense que escribo uno porque no soy una chica, es por eso que siempre tomo una hoja de papel nueva al acabar con la anterior y me dedico a escribir trivialidades, sentimientos, pero también problemas y amores imposibles para que así nadie se dé cuenta de mi faena por escribir cada día. Al terminar con cada hoja suelo archivarlo en un folder negro que es guardado en un lugar muy especial y privado, de esta forma sé que nadie se atreverá a echarle el ojo.
Pero hoy no escribo precisamente por este pequeño secreto sino por otros dos pequeños que se me olvido archivar arruinando para siempre mi vida.
Esta mañana desperté muy temprano, el cielo aún se veía oscuro pero mis ojos se habían abierto por los nervios acumulados durante todo el día anterior, con respecto a eso me sentía muy confuso todavía, fue como esa mañana en la que tenía enfrente a mi querido sempai, sentía aun como el suelo bailaba entre mis pies dándome la idea de desaparecer en algún momento, mi corazón aun palpitaba tan fuerte como si alguien lo golpeara desde adentro, podía sentir todavía la vergüenza y el dolor al escuchar sus palabras.
***
— Naru-chan… ¿Qué significa esto? — Pidió el moreno al pobre rubio que entendía lo que pasaba.
— Es lo que ahí dice sempai…yo…yo — Tartamudeaba nervioso y muy sonrojado.
— ¿Me odias?…Naruto yo en verdad no sé cuándo comenzaste a verme como el mounstro que dice en esta carta… Debí haberte hecho algo terrible…Debí haberte hecho sufrir mucho.
— ¿De qué hablas sempai? — El rubiecito quedo tieso ante lo dicho.
— Si en realidad me odias tanto creo que no deberías juntarte más conmigo —El azabache corrió dejando caer tras de sí la nota que le había hecho llegar el rubio de ojos azules.
El rubio tomo la carta entre sus manos y su mirada añil se desencajo quedando vacía en un segundo para después llevar sus manos a su rostro y llorar.
— ¡Espera! ¡Sai!
El silencio como respuesta quedo seco en el aire, el rubio aun escuchaba el dolor en las palabras de su sempai Sai Uchiha, un chico un año mayor que él. Pero no podía ser verdad, su cuerpo cayo frio en el piso llorando tristemente mientras estrujaba la carta, y luego de mucho se puso a pensar en cómo habían sucedido las cosas. Si es que su sempai había recibido aquella confesión de odio.
— ¿Entones la de amor la tiene el Teme?... ¡Maldita sea!
El rubio salió en un disparo tropezando con su propio cuerpo y se levantó para seguir corriendo y seguir tropezando, debía recuperar la carta, si es que ese maldito ególatra del primo de Sai leyera la carta las cosas podrían tornarse muy complicadas, era algo que no quería para nada.
Paso de largo las canchas de futbol y la piscina del instituto hasta llegar a los casilleros, si es que alguien le veía ahí lo llamarían ladrón pero a él no le importaba para nada, quedaba mejor parado que siendo llamado un admirador del azabache.
— La carta…la carta, tiene que estar por aquí…—dijo buscándola entre las cosas que le pertenecían a aquel petulante moreno, pero no había absolutamente nada, era como si el Uchiha ya la hubiera tomado. —Diablos…— Susurro agachando la cabeza sobre las cosas de aquel desgraciado largando lágrimas de dolor, su sempai era el chico que más amaba, él era la persona con la que quería pasar el resto de sus días y aun así…— ¿Por qué todo esto me pasa a mí?...
— Por dobe…—Dijo un chico que había llegado silenciosamente escuchando la última frase de su kohai.
— Sempai…—Dijo el rubio con respeto solo porque no quería una paliza de la cual no se pudiera defender al no estar su amado Sai con él.
— Viniendo a declararte ahora en persona ¿En verdad te gusto tanto?
— Devuélveme esa carta por favor.
— Ja —Rio tozudo el Uchiha.
— ¡Onegai!…—Dijo largando lagrimas infinitas porque estas no dejaban de correr por sus mejillas.
El moreno tuvo un poco de compasión pero se esfumo, y era lo que tenía que ocurrir porque no podía darse el lujo de ser bueno y caritativo con un simple chico como era aquel rubio, o eso era lo que creía el azabache.
— Me niego a devolverte algo que me pertenece ¿Para que la enviaste sino?... — Se quedó extasiado mirando la mirada de sufrimiento del menor. — Recuerdo cada palabra y me hace muy feliz saber que tengo un admirador tan lindo como tu…
— ¡Devuélvemela!
— No sé cómo dejar atrás algo tan fuerte como lo que sucede ahora en mi corazón, has destruido cualquier ápice de cordura en mi mente, tus ojos oscuros hacen que me pierda en un abismo de locura, te quiero a mi lado…te quiero, te quiero…—Repetía r el azabache la parte que más le había gustado de la carta que por leerla tantas veces se sabía de memoria.
— Sai…
— ¿Qué dijiste?
— Te quiero, te quiero, te quiero Sai…Quiero a Sai ¡Esto es solo una confusión Teme! Solo entrégame la carta y olvida todo esto.
— No te la devolveré nunca, esa carta es mía.
— Había hecho una carta para ti pero decía totalmente lo contrario, y vine a dejártela porque quería hacerte saber cuánto te odio
— ¿Es un chiste?
— Quería expresar con cuanta fuerza te he odiado desde el día en que te conocí, eres una persona horrible conmigo, no te soporto ni te he soportado nunca, si te digo sempai es por el hecho de que soy respetuoso a mis mayores pero llega un punto en que toda persona se cansa de que lo traten mal. Te odio maldito teme…
— ¿Si es así donde está dicha carta? — El azabache aun creía que era una mentira del rubio que tenía adelante tratando de desmentir todo lo que sentía por él.
— Aquí esta…—El Uchiha leyó el contenido y sintió una opresión fuerte en el pecho. Pero luego intuyo una cosa sonriendo nuevamente.
— Vi a mi primo llorando, le diste esta carta a él ¿no es cierto?
— Si, así que por favor devuélveme esa carta, debo solucionar este malentendido.
— No quiero —Dijo frio y cortante.
— ¿Cómo que no quieres? ¡Dámela Teme! necesito hablar con el… necesito decirle que lo amo…
El rubio se veía sumamente triste, los ojos los tenia rojos he hinchados de tanto llorar, y eso hizo que el azabache se pusiera celoso de su primo ¿Por qué a él le tocaban siempre las personas más hermosas?
— No llores Dobe, tú mismo cometiste el error al no firmarla siquiera con nuestros nombres, acepta las consecuencias ahora.
Naruto cansado de tanto rogar a una persona tan terca respondió más serio que nunca:
— Si realmente disfrutas el hacerme daño es el momento de reírte pero con esto nunca creo dejar de odiarte. — Susurro abriendo la puerta.
Las palabras que salían de esa dulce boca hicieron que el corazón del moreno volviera a estrujarse de la manera más fuerte y atroz. Era como si un veneno hubiera entrado por sus oídos para aniquilar su corazón.
— <>—Se dijo para sí mismo
— Espera Naruto, tengo una propuesta para ti.
— ¿Qué clase de propuesta teme? — Respondió frio sin siquiera mirarle.
— Una en la que todos ganamos. Te devolveré la carta, te ayudare a solucionar las cosas con mi primo y no volveré a hablarte ni molestarte nunca jamás con la condición de ser mi novio durante dos meses.
— Pero yo te odio. Además si Sai se diera cuenta…— Dijo haciendo rechinar los dientes de su furia contenida.
El azabache se molestó al no oír otra respuesta, el rubio podía llegar a ser muy caprichoso pero él era un Uchiha y no se dejaría vencer por un niñato como él.
— Caso contrario le mostrare la carta a mi primo, le diré que somos novios y le pediré que no se atreva a inmiscuirse en nuestros asuntos. Además si aceptas esto será un secreto entre los dos…
— ¡Eres un maldito!
— Qué bien que entendiste ¿Aceptas? —Sonrió como si hubiese ganado ya, pero su sonrisa se borró al ver el movimiento fugaz que había hecho el rubio acercándose su boca, tomando el cabello del azabache en una tierna caricia y marcando la boca de este como firmando el contrato.
— Acepto teme…— Dijo sonriendo no dejando cohibirse por lo que le había dicho el Uchiha porque haría cualquier cosa para solucionar las cosas con Sai. — Pero no creas que te dejare todo tan fácil… Te prometo que te arrepentirás de esto Teme. — Dijo molesto limpiándose la boca como si hubiese besado a un sapo para salir de ese lugar lo más rápido que pudiesen sus piernas
— Lo dudo dobe… — Sonrió recordando los deliciosos y tibios labios del rubio que no pensó ganarse tan pronto. —<>— Sonrió dulcemente al recordar que el enfado del rubio siempre lo ponía feliz.
TO BE CONTINUED...