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Nunca sabes que hay detrás de un armario por Keelop

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Notas del capitulo:

¡Buenas tardes!

Despues de dos años he decidido retomar el fic. Me han surgido nuevas ideas y he mejorado mi redacción y mi escritura.

Me gustaria que me dieseis una oportunidad para mostraros esta historia, llena de amor y odio. De dolor y alegria. De mucho romance.

 

Alex estaba completamente desnudo sobre mí, solo una diminuta toalla tapaba su trasero y parte de sus muslos, pero esa toalla no impedía el contacto de su miembro y mi entrepierna, ésta cubierta por mi pantalón. Entonces, cuando parecía que él iba a pegarme por espiarle mientras se duchaba, se levantó como un rayo, acomodándose bien la toalla, y se fue corriendo del baño. Yo me quedé en shock, ¿qué debía hacer?, lo había visto desnudo en la ducha, y lo peor es que me había quedado mirándole y fantaseando con su cuerpo mojado. Nunca me había pasado algo así, ni siquiera en las duchas del vestuario de la clase de educación física, dónde un montón de chicos desnudos se paseaban sin ningún pudor delante de mí. Definitivamente, yo no era ningún pervertido, nunca me había interesado ver a chicos desnudos, de hecho nunca me había empalmado viendo a otro chico, aunque tampoco es que me fuera fijando en la entrepierna de mis compañeros de clase, ni siquiera cuando tenía oportunidad de tener a Lucas desnudo delante de mi bajaba la mirada, no quería que se diera cuenta de lo que podría provocar en mí, y probablemente yo tampoco quería descubrirlo.

 

 

Yo seguía ahí tirado, en mitad del baño, sin saber qué hacer, así que decidí comportarme normal, como si nada hubiera pasado. Ya tendría tiempo para lamentarlo después, cuando Alex decidiera vengarse por verlo ducharse. Me levanté y me lavé la cara, esperé unos minutos para calmarme, consiguiendo así que mi excitación bajara, y salí en busca de Lucas. Por el camino me puse a pensar, y me di cuenta de que en esa casa cada habitación tiene baño propio, ¿entonces por qué Alex estaba duchándose en el baño del pasillo, en lugar de en su baño privado? Sé que esa duda era estúpida, en ese momento eso debería de ser lo que menos me preocupara, pero aun así no paraba de darle vueltas, quizá tan solo necesitaba pensar en algo distinto, para no comerme la cabeza con la forma de la que Alex me haría la vida imposible.

 

 

Cuando llegué al jardín trasero, al lado de la piscina estaba Lucas, con Krug y Shiron, sus preciosos perros. La verdad es que el hecho de que Lucas se hubiera enterado de lo ocurrido con Adrián me daba miedo, pero a la vez un poco de seguridad, igual ahora Lucas no se separaba de mí y así conseguía que mi archienemigo me dejara en paz, al menos en el recinto escolar.

 

 

Conforme llegaba donde estaba Lucas, vi como Krug se giraba como atraído por mi olor, y empezó a trotar hasta llegar donde yo me encontraba y tirarme al suelo, lamiéndome la cara mientras yo no podía evitar reírme. Me encantaban los perros, pero debido al poco dinero de mi casa y a las enfermedades de mi hermana, no podíamos tener animal alguno. Aunque el hecho de que mi mejor amigo tuviera dos, ambos desde poco antes de conocerme, me alegraba un montón, ya que a pesar de que no fueran míos, yo los quería como si si fuera así.

 

 

El resto de la tarde Lucas y yo estuvimos jugando con los perros y me siguió contando acerca de Laura. Por lo que él me contaba, me parecía normal que se hubiera puesto de novio con ella, esa chica era alta y de pelo moreno y rizado, como los chicas de los anuncios de pantene, además tenía los ojos azules y unos labios carnosos que parecían decir “bésame”, o al menos eso parecía en la foto que Lucas me enseñó, una fotografía en la que salían ambos, delante de un enorme puente, abrazados como enamorados. Cuando la vi sentí celos, yo nunca me podría comparar con una chica, eso estaba claro, pero ésta en especial deslumbraba, si bien conocía a un montón de chicas más guapas que ella, en el instituto había bastantes, Laura irradiaba una felicidad y una seguridad que no se podía equiparar a ninguna que hubiera visto antes, bueno, quizá a María.

 

 

Mientras hablábamos de ella, Lucas recibió un mensaje suyo en WhatsApp, al parecer ya sabía cuándo vendría a España de vacaciones, junto con Iris, la prima de mi mejor amigo. El deseo de Lucas se iba a hacer realidad y en una semana, tanto María como yo conoceríamos a su novia. Se le notaba feliz, y yo me sentía mal por no poder compartir esa felicidad. Realmente no sabía que me daba más miedo, descubrir la perfección de la chica o descubrir lo maja y simpática que parecía ser, porque si fuera así yo no tendría motivos para odiarla, y deseaba, con todas mis fuerzas, poder hacerlo, la sentía como una amenaza, aunque no lo era, ya que yo ni siquiera estaba en la lista de posibles parejas de Lucas.

 

 

Cuando me fui de la casa de Lucas ya eran las ocho de la noche, y mañana había que madrugar, así que fui directo a casa. Pero, tras andar dos cuadras, al salir de casa de mi mejor amigo, una bola de papel cayó al lado de mis pies, como si alguien la hubiese tirado, y por curiosidad me agache a cogerlo y vi que el la envoltura ponía “THIAGO”, y estaba escrito a mano, aunque no reconocí la letra. No lo entendía, así que me giré hacia todos los lados en busca del emisor del papel. No había nadie. De todas las cosas extrañas y raras que me habían pasado en mi vida ésta se llevaba el premio. Pero como no creía que mi día podía empeorar decidí mirar a ver que había en el papel, y lo que vi me sorprendió muchísimo. Era un mensaje escrito por ordenador que decía así: He visto lo que hay en el pendrive, parece que tu gran secreto ha sido descubierto y no creo que quieras que Lucas descubra nada, ¿o si? Si no quieres que se entere vas a tener que hacer lo que te diga y cuando te lo diga. Al leer eso yo palidecí, alguien había cogido mi pendrive y por eso Chris se lo había encontrado en el baño cuando yo lo dejé en mi pupitre. Pero, ¿Quién habría sido?, quizá Alex, él estaba en los baños donde el pendrive fue encontrado. No sabía por que me pasaba esto a mi, yo nunca hacia nada a nadie, y todos parecían querer hacerme daño. Definitivamente, este primer día había sido muy largo y necesitaba echarme a la cama ya, así que retomé mi camino y llegué rápidamente a mi casa.

 

 

Al día siguiente, Chris, Lucas y yo habíamos quedado a las ocho en la parada de bus. Cuando yo llegué, cinco minutos antes, solo estaba Lucas allí, apoyado como siempre contra un muro de piedra. Él, al verme, me hizo un gesto con la cabeza, a modo de saludo.

 

 

-¿Qué tal estás hoy?- Me preguntó mi mejor amigo nada más llegué a su lado.

 

 

-Bien, gracias- Dije yo intentando convencerme a mí mismo, después de los acontecimientos del día anterior me hubiera gustado no volver a salir más de mi cuarto, pero eso era algo impensable, y menos si quería mantener la beca. Lucas me miró sin creerme y yo hice mi mayor esfuerzo por sonreírle, después de todo lo peor que me podía pasar ahora es que Lucas creyera que le miento y se preocupara más de lo necesario.

 

 

-¿Sabes que puedes confiar en mí, cierto? Eres como un hermano para mí, y no quiero que haya secretos entre nosotros, y menos quiero que no me cuentes las cosas que te pasan, como lo de ayer con Adrián. Pero es que no lo entiendo, ese tío es gilipollas, cuando lo vea se va a enterar- Me dijo él pasándose la mano por el pelo, despeinándose, aunque daba igual como tuviera el pelo, él se seguía viendo igual de increíblemente guapo. Se notaba que tenía mucha rabia acumulada y yo no quería que se metiera en problemas por mi culpa, aunque si me ponía a pensarlo tampoco es que fuera mi culpa, si no del imbécil de Adrián.

 

 

-Lucas, déjalo. Lo que menos quiero en este momento son más problemas, y menos causártelos a ti. Eres mi mejor amigo, ya lo sabes, y entiendo que te preocupes y que quieras ayudarme, yo también lo haría, pero, en este caso, ayudarme a mi podía ponerte en problemas a ti, y no quiero eso.- Dije yo tratando que olvidara todo ese asunto de la venganza. Yo solo quería paz, quería estar con mis amigos, quería que todo volviera a ser como antes. Me daba mucho miedo que la persona que me había enviado la nota ayer le enseñara a Lucas el contenido del pendrive, o que Alex me pegara, porque en ese caso no sé cómo reaccionaría Lucas, ¿se pondría del lado de su hermano?¿me defendería?

 

 

Nos quedamos callados un momento, Lucas parecía querer decir algo, y justo cuando abrió la boca para continuar la conversación, ésta se vio interrumpida por la llegada de Chris, que parecía muy agitado.

 

 

-Hola chicos. Perdón por el retraso, es que no me acostumbro a tener que despertarme con mi propio despertador, ya sabéis, los años anteriores, en el internado, nos despertaban a todos por un megáfono. Yo siempre me quejaba de ese maldito aparato, pero parece que sí que tenía su efecto- Dijo mientras intentaba relajarse, el día anterior no le había visto hablar tanto y tan rápido, parece que había cogido mucha confianza, o que estaba nervioso. Pero, después del trato que se gastaron ayer Lucas y él era imposible que tuviera tanta confianza con él delante. Yo esperaba un cambio de reacción de Lucas, es decir, después de enterarse que Chris me había ayudado yo entendería un cambio por parte de Lucas, a una actitud más amable, pero no de Chris- ¿Qué os pasa que estáis tan callados?, ¿os he interrumpido? Si es así y queréis que me vaya para poder seguir hablando me lo podéis decir tranquilamente eh, que yo no me enfado. – Continuo Chris al ver que ninguno de nosotros decía nada, y cuando yo iba a contestar, Lucas se me adelantó.

 

 

-¡Que va tío!, solo le estaba aclarando a Thiago que Adrián no se iba a salir con la suya, que ese capullo se merece un escarmiento- Dijo Lucas pasando el brazo por mis hombros, sonriéndome, mientras yo ponía una expresión de incredulidad en mi rostro. A ver, espera, ¿Qué me había perdido yo aquí? ¿Desde cuándo entre estos dos había tanta confianza? Tan solo llevaba un día que lo conocíamos, es verdad, y yo ya le había cogido confianza a Chris, pero eso era justificado, él y yo habíamos compartido secretos, no sólo lo de Adrián.

 

 

-Yo estoy de acuerdo contigo Lucas, pero Thiago no quiere, ¿o sí?- Preguntó serio mirándome.

 

 

-No, no. Por favor chico dejadlo estar. Simplemente pasar de él, si le dais más importancia se va a crecer y va a querer seguir molestándome- Me apresure a contestar con cara y tono de súplica, esperaba que ambos me hicieran caso. Igual ahora con Chris en la conversación conseguía convencer a Lucas de que no hiciera nada. Chris asintió, él me apoyaba. Y entonces me centré en Lucas, sabía que él era muy cabezón, le agarre la mano que aún descansaba sobre mi hombre y la apreté un poco. Volví a decir suplicante- Por favor Lucas- Vi como desviaba un poco la mirada, estaba dudando, así que mantuve la mirada e intensifiqué el apretón en la mano. Le vi suspirar, ¡lo había conseguido!.

 

 

-Vale Thiago, no haré nada por esta vez, pero como se le ocurra volver a ponerte una mano encima yo no respondo de mis actos- Me dijo mirándome fijamente y soltándose de mi agarre, separándose de mí.- Y tú, Chris, espero que pienses igual- Le dije seriamente Lucas a nuestro nuevo amigo, quien asintió rápidamente. Yo seguía sin entender, ¿Qué había pasado entre ellos?, ¿de repente eran súper amigos? Necesitaba saberlo.

 

 

-Oye, ¿me podéis explicar a qué viene este cambio de actitud entre vosotros? Ayer os matabais con la mirada y hoy parecéis cómplices- Pregunté yo alternando mi mirada entre ambos chicos. Ellos se miraron, pensando quien contestaría, o eso creo, y entonces Lucas se adelantó.

 

 

-Ayer, cuando te fuiste, me acerqué a casa de Chris- Dijo Lucas mirándole, yo no podía creerlo- Después de que me contaras lo que había pasado, me di cuenta de lo inmaduro que había sido al juzgar a Chris, y al tratarlo tan mal. Así que fui y me disculpe con él. Y bueno, quedamos como amigos, después de todo, no nos sirve de nada pelearnos, ¿no?- Dijo Lucas sonriendo, mirando ahora hacia mí. Yo no puede evitar sonreír también, ese era mi mejor amigo, había dejado su orgullo de lado por mí. Yo no podía estar más feliz, Lucas ayer me había confesado estar celoso de Chris, aunque solo fuera en el plano de mejores amigos me había subido un montón la moral, y encima se estaban empezando a aceptar. La primera vez que yo hago un amigo, y éste es bien recibido por Lucas después del espantoso día de ayer. Definitivamente, mi día mejoraba por momentos. Tras esa revelación no pude evitar abrazar a Lucas y darle las gracias por ser tan… como decirlo… jodidamente increíble.

 

 

Tras esa productiva conversación nos dirigimos al instituto, y una vez allí a nuestras clases. Esa mañana no vi a María antes de entrar a clase, parece que llegaba tarde. Por el pasillo, Chris y yo íbamos juntos, hablando, yo no sabía si tenía más miedo por ver a Alex o a Adrián, la verdad es que era más probable que fuera a los dos por igual. Como consecuencia, cuando entré a mi clase, junto a Chris, iba mirando al suelo, temiendo miradas fulminantes sobre mi persona. No levanté la mirada en ningún momento del trayecto, y así llegué a mi asiento. Chris pareció darse cuenta de todo y cuando nos sentamos, pasó su mano bajo los pupitres y la puso sobre mi muslo, apretando un poco, a la vez que me decía que me calmara. Y con razón, estaba moviendo mis piernas como si de una locomotora se tratase. Así lo hice, y me giré para mirarle, me estaba sonriendo, con esa sonrisa que vi ayer en los baños, conseguí relajarme. Pero por el rabillo del ojo vi a Alex y a Adrián mirando hacia mi dirección y riéndose. Asco de tíos, que poco disimulados eran. Pero bueno, mejor así que que me dejaran en ridículo delante de toda la clase.

 

 

Las clases pasaron sin mayor problema, Chris no se separó de mí en ningún momento. Y en el recreo nos reunimos con Lucas y Paola, al parecer María no había ido a clase. Lucas habló con ella y le dijo que se encontraba mal, la gripe, como no. Ese recreo seguimos conociendo más a nuestros nuevos amigos. Los padres de Paola estaban en pleno trámite de divorcio, ella no parecía muy afectaba, de hecho parecía feliz, según ella sus padres estaban mejor separados, además no había habido infidelidades ni nada por el estilo, así que daba gracias a sus padres por ello, y porque su separación  fuera amistosa y no se fueran a mudar muy lejos, de hecho, iban a vivir en el mismo barrio, a dos manzanas una casa de la otra. Una suerte para ella, que no tendría que moverse muy lejos cuando fuera a ver a cada uno. Y, por su parte, Chris nos contó que sus padres planeaban abrir una academia de teatro, canto y baile cerca del instituto, al lado de la playa, para dar la posibilidad a los jóvenes interesados por la actuación de aprender y lucirse. Chris nos dijo que nos uniéramos, que sería divertido. Yo preferí decir que no, eso no era para nada lo mío, además, tampoco es como si tuviera mucho tiempo libre.

 

 

Continuó pasando la mañana, y nos dijeron que en la siguiente hora teníamos que decidir a qué taller nos íbamos a inscribir, y nos dieron una lista con las opciones. Esos talleres nos servían para ganar puntos y aumentar la nota, y solo teníamos clases de ese taller dos veces por semana, los miércoles y viernes por la tarde. La lista era la siguiente:

Cocina (licencia para ser cocinero)

Salvamento (licencia para ser socorristas y auxiliar)

Mecánica (licencia para ser mecánico)

Marketing (licencia para ser publicista)

Informática avanzada (licencia para ser informático)

Peluquería (licencia para ser peluquero)

Laboratorio (licencia para ser científico)

Administración (licencia para ser administrativo)

Pesca (licencia para ser pescadero y conocer el mar)

Actuación (licencia para ser animador de fiestas)

Cada una de las opciones nos permitía conseguir trabajos a medio tiempo en establecimientos que requirieran cualquiera de esos servicios. Yo no sabía que elegir, pero parece que Chris a mi lado lo tenía claro: actuación. Yo todavía tenía mis dudas acerca de lo que quería hacer con mi vida. En este caso, mis padres tenían un restaurante por ello la cocina tendría que ser mi primera opción, pero mis padres siempre han querido que yo avance y que haga lo que quiera, sin pensar en su situación, ni en lo mejor para ellos, querían que pensara en lo mejor para mí. ¿Entre qué debía elegir? ¿Salvamento o laboratorio?, yo adoraba ayudar a los demás, ¿pero de verdad quería para mí algo como medicina o enfermería?, son profesiones muy sacrificadas. Quizá debería elegir informática para aprender a programar y demás, pero ¿para qué?, a eso le veía menos sentido. Tenía que tomar una decisión importante, y tenía que tomarla por mí mismo. Otro miedo recorría mi ser en ese momento, ¿Y si me toca en el taller con Alex o Adrián?, en ese momento sería un blanco fácil, María cogería cocina, Chris actuación, Lucas administración, y Paola por lo que había dicho también adoraba la cocina. Yo no quería ninguna de las cosas que querían mis amigos.

 

 

Tras un rato pensando y viendo las opciones que me ofrecía cada taller, opte por coger salvamento, al menos así podría salvar la vida de alguien si se diera el caso. Y podría aprender lo básico sobre la medicina, y si me gusta ¿Quién sabe? Igual acababa optando por esa carrera tan difícil e impresionante. Decidido, salvar a la gente podría convertirse en mi cometido a partir de ahora.

 

 

Después de esa clase nos tocaba educación física, ¿acaso había algo peor?, estoy seguro de que no. Nunca me había gustado hacer educación física, ya que mi condición física no era la más ideal y debía mantener una nota mínima de 8 en todas las asignaturas para conservar la beca. Además, el profesor de este año era nuevo y no sabía cómo seria, el anterior se había apiadado de mí y al ver mis otras notas había pasado por alto mis calificaciones en sus exámenes y había valorado mi esfuerzo.

 

El instituto nos obligaba a llevar ropa decente a las clases normales, es decir, nada de chándales, así que cuando nos tocaba hacer educación física teníamos que cambiarnos de ropa obligatoriamente y cuando terminaba la clase debíamos ducharnos, aunque fuera la última hora y nos fuéramos para casa. Como no, era un instituto para ricos, y por tanto había que conservar una imagen impecable.

 

 

Así que una vez terminada la anteúltima hora, mis compañeros de clase y yo nos dirigimos al gran pabellón de deportes, algunos más emocionados que otros. Chris me dijo que a él sí que le gustaba la clase de educación física, de hecho su mejor nota se encontraba en esa asignatura.

 

 

Cuando llegamos a los vestuarios empezamos a cambiarnos y yo no pude evitar dejar mi mirada clavada en la pared al cambiarme, evitando ver a los demás en ropa interior, sobre todo a cierta persona que ya había despertado algo no demasiado inocente en mí. A los cinco minutos ya estábamos todos vestidos de deporte y esperando a que el profesor saliera de su despacho. Nada más salió no pude evitar sorprenderme. Era el profesor más joven que había tenido jamás, o al menos no aparentaba más de treinta años. Estaba muy bueno, y era algo que las chicas también notaron, porque empezó a escucharse mucho revuelo entre ellas.

 

 

-Buenos días alumnos. Como ya sabréis, Carmelo, el antiguo profesor de educación física, se jubiló el año pasado, y por ello este año estoy yo. Me llamo Tomás y acabo de terminar la carrera de educación física, pero el hecho de que este sea mi primer trabajo no significa que seré un blando, más bien todo lo contrario, quiero que deis lo mejor de vosotros- Genial, un profesor joven, energético y potente. ¿Necesito algo más? Bueno, y además, acaba de salir de la facultad, o sea que no tendrá más de veinticinco años. Esto cada vez es más interesante, igual alguna compañera consigue un aumento de nota con algún trabajillo extra, no sería la primera vez que una de estas niñas ricas se tira a un profesor joven a cambio de una mejora de expediente. La verdad es que esperaba que no fuera así,  estas niñas están muy malcriadas pero este profesor parece tener los pies en la tierra y no creo que se deje engatusar por una cría, aunque al final puedo llevarme alguna sorpresa.- Bueno chicos y chicas, como es el primer día la misión de hoy es conocernos mejor. Sé que hay muchos alumnos nuevos y que esta clase es especial porque han mezclado a dos cursos, por tanto no os conoceréis mucho entre vosotros. Así que, vamos a hacer tres grupos. Poneos aquí los nuevos- Dijo señalando una línea roja- haced una fila. Los de primero que ya estabais antes aquí poneos en la línea verde haciendo una fila. Y por último, los de cuarto poneos en la azul, igualmente formando una fila.- Una vez colocados todos en nuestras posiciones, formando entre los tres grupos un semicírculo, en este caso cuadrado, sacó dos balones y nos explicó cómo iba a ser el juego. Nos teníamos que pasar los balones, diciendo el nombre de a quien se lo pasábamos y si se nos caía o nos confundíamos de persona debíamos salir fuera a correr hasta que él lo dijera. Y además, cuando pitara el silbato, quienes tuvieran los balones también debía salir a correr.

 

 

Y así empezó el juego, sin fallos, nos las pasábamos sin problemas, hasta que Adrián, como no, dijo “maricón” y me lanzó el balón muy fuerte, el profesor estaba hablando con el conserje en ese momento, así que no escuchó nada, pero vio como yo no cogí el balón y me mandó fuera. Yo pasaba de discutir, ya que sabía que nadie me iba a dar la razón, así que salí a correr. A los tres minutos salieron dos personas más, Adrián y Alex. El silbato los había pillado a ellos con el balón en las manos. ¿Podría ser mejor mi suerte? Yo tengo una respuesta muy sensata, NO. La casualidad tenía la costumbre de ponerse siempre en mi contra. Ambos salían riéndose juntos, la verdad es que parecían dos asesinos en serie programados para matar al unísono. Daban mucho miedo estando juntos. Empezaron a correr en mi dirección, y yo entré en pánico, esperaba que respetaran el hecho de estar en una clase y no me hicieran nada. Cada uno se puso a correr a cada uno de mis lados y se pusieron a hablar.

 

 

-¿Qué pasa Thiago? ¿Ayer te gustó tanto lo que me hiciste que fuiste donde Lucas a llorarle para que te dejara hacérselo también a él?- Me preguntó Adrián riéndose.-

 

 

-¿Sabes, Thiago? Mi hermano no es ningún mariconazo como tú, él tiene novia, y tú nunca le gustarías, así que es mejor que dejes de intentar arrastrarlo a tu acera. Acepta de una vez que alguien como él no estará nunca con alguien como tú.- Me dijo Alex seriamente. No quería que me acercase a su hermano, supongo que era normal que un homofóbico como él no quisiera eso- ¿Qué crees que pensaría él cuando supiera que estás enamorado de él?¿ Crees que te aceptaría?¿Crees que te llegaría a querer? ¿Crees que podríais tener una vida juntos?- Dijo esta vez riéndose- Mi hermano no es como tú, y nunca lo será.- Yo paré en seco, y ellos igual riéndose. Yo todo eso lo sabía, no necesitaba que nadie me lo dijera, pero yo nunca había admitido ser gay, ni estar enamorado de Lucas, ¿Tanto se notaba? ¿Habría sido Alex el que había encontrado el pendrive?, es decir, a ojos de los demás solo éramos como amigos ¿verdad?, no parecía que yo fuera su admirador personal. Yo también tenía mi vida, o sea que tampoco es como si estuviera todo el día detrás de Lucas. Ellos solo lo decían por molestar ¿cierto? No quería escuchar nada más como eso. Yo ya sé todo lo que Lucas siente por mí, soy como su hermano, su familia, no hace falta que nadie me diga que lo nuestro nunca funcionara, eso ya lo sé, y yo no esperaba que me quisiera, solo quería que no me rechazara. Ellos no eran quienes para hablarme de eso. No sabían nada que yo no supiera.

 

 

No sabía qué hacer, me había quedado ahí parado, como si fuera tonto. No era capaz de contestarles, total, ¿para qué? No tenía el valor de hacerlo, aunque me había dado cuenta de algo, Alex no había mencionado nada de lo que pasó en la ducha. Le cuenta a Adrián que lloré donde Lucas pero no que lo espié, supongo que le dará vergüenza y quiera tomar esa venganza por otro lado, él solo. Justo en el momento en el que Adrián volvió a abrir la boca para hablar Tomás salió y nos mandó volver a la clase.

Notas finales:

Bueno, una vez terminado el capitulo, me gustaria pedir perdón por dejar la historia donde la deje.

Me gustaria tambien que me dijeseis lo que pensais del fic, con toda sinceridad.

Muchisimas gracias


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