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Nunca sabes que hay detrás de un armario por Keelop

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Notas del capitulo:

Segundo capituloo, aver que les parece*-*

 

Hoy es 16 de Septiembre, mi primer día de clase de cuarto curso, son las 7 de la mañana, me acabo de levantar y voy a ducharme para despejarme. He quedado con Lucas a las 8 en la parada de bus al lado de su casa, ya que él vive al lado del instituto y me pilla de camino su casa. Acabo de ducharme y no sé qué ponerme para este primer día, así que opto por lo que me pongo normalmente, la ropa cómoda, unos jeans desgastados, un jersey de rayas azules, blancas y negras, y unas convers azules y blancas.

 

 

Estoy muy nervioso, hace tres meses que no veo a la mayoría de mis compañeros de clase, solo he visto a María y Lucas. No quiero empezar las clases y volver a sentirme fuera de lugar en cada una de las clases, además, no sé si me tocara en clase con Lucas y María o si iré solo. Llevo más de tres semanas sin ver a Lucas porque se fue a New York de vacaciones a ver a unos familiares, o eso me dijo, yo no tenía ni idea de que él tuviera familia allí pero parece ser que sí. El vuelo de regreso de Lucas se había retrasado unos días, tenía que haber llegado al aeropuerto hace dos días, sin embargo llegó ayer por la noche y todavía no hemos podido hablar desde su regreso.

 

 

 Salí de casa y fui hasta la parada del bus, tardé 15 minutos en llegar, y cuando giré por una calle ya podía ver la parada, y al lado de la parada estaba Lucas apoyado en el muro de la casa de detrás de la parada, tenía una pierna apoyada en la pared y la otra estirada, se podía ver como tenía entre sus manos su móvil, al parecer un iPhone nuevo, lo sé porque me dijo que se lo había comprado, también se podía apreciar que desde el móvil salían unos cables, los auriculares. Lucas iba vestido con unos vaqueros azules, una camiseta blanca que marcaba sus musculosos brazos y su cuerpo perfecto por todo el deporte, también llevaba unas playeras blancas y azules como yo. Conforme me iba acercando a él me daba cuenta de que se había cortado el pelo, su precioso pelo rubio que le llegaba hasta los hombros antes, ahora se le había cortado hasta las orejas, parecía una persona completamente distinta, aunque le quedaba muy bien, él se vería apuesto con cualquier cosa que se pusiera. Al parecer no es lo único que había cambiado esas semanas, en su oreja derecha se podía apreciar algo brillante, y cuando me acerqué más pude advertir del pendiente que allí se hallaba, la verdad es que ese pendiente le daba un toque más irresistible, aunque a la vez se parecía algo más a los típicos malotes del instituto.

 

 

 

 Cuando estaba llegando a su lado mi sombra se posó bajo sus pies y el advirtió de mi presencia y levantó la vista con una sonrisa perfecta, parecía que se acababa de blanquear esos preciosos dientes que a más de una le gustaría ver en esa preciosa sonrisa dirigida solo a mí.

 

 

 

 

-¡Joder Thiago, como has tardado, ya pensaba que me ibas a dejar aquí tirado el primer día de clase!- Me dijo él dándome unas palmas en la espalda en modo de saludo.

 

 

 

 

-Es que ya sabes, me quede ayudando a un gato que se había quedado atascado entre las rejas de una  jaula de cobayas en mitad de la calle- Dije yo devolviéndole el saludo, sonriendo.

 

 

 

 

 

-¡Venga ya!, no hace falta que pongas esas tontas excusas que nadie se creería, si necesitabas un poco tiempo más para hacer tus cosas…haberte levantado antes- Me dijo él riéndose. La verdad es que con él no tenía problemas en portarme como soy yo, no me importa lo que piense porque sé que él no me juzgará, menos por el hecho de que él me guste, algo que no sabrá nunca.- Bueno, cambiando de tema, no sabes todo lo que tengo para contarte, menos mal que tenemos unos minutos para contarte ya algo.

 

 

 

 

-A ver, sorpréndeme con tus batallitas- dije yo riéndome cuando él me dio una suave colleja.

 

 

 

 

 

 - Oye que no son batallitas, son relatos muy importantes de mi vida-Dijo Lucas cruzándose de brazos haciéndose el ofendido.

 

 

 

 

 

-Ya ya, seguro-dije yo sonriendo. Me encantaban nuestras conversaciones, porque por muy tontas y sin sentido que fueran siempre conseguían hacerme sonreír y sé que estas conversaciones con confianza solo las tiene conmigo y me siento halagado ante ese hecho.- Bueno, cuéntame esos relatos ¿no?

 

 

 

-No no, ahora me lo tendrás que pedir por favor, me has ofendido- Lo dijo girándose para no mirarme.

 

 

 

 

-Vale, por favor señor Lucas ¿podrías honrarme con las historias y situaciones que te han acontecido en estas últimas semanas que tengan algún tipo de valor tanto sentimental como histórico?- Dije yo haciendo una reverencia y con un tono de burla en la voz bastante reconocible.

 

 

 

 

-Bueno, vale, si me lo dices así…- Dijo poniendo su mano en la barbilla como intentando recordar- A ver, empiezo por algo importante, mi hermano Alex ¿te acuerdas de él?

 

 

 

 

-La verdad es que ni idea, no me acordaba de que tenías un hermano-Dije pensativo, no entendía como llevaba siendo amigo de Lucas desde hace cuatro años y sin embargo no sabía que tenía un hermano.

 

 

 

 

 

-A bueno, puede ser porque se fue hace cuatro años a vivir a New York, justo antes de conocernos, y como se fue porque tuvo problemas aquí en España pues prefería no hablar de él-Dijo el mirándome como tratando de restarle importancia, yo al oír eso supuse que no me quería contar que tipo de problemas tuvo, así que preferí no preguntar y le hice un gesto para que siguiera hablando- Pues volviendo al tema, mi hermano Alex, está ahora en primero de bachiller, ha repetido un curso, y ha vuelto conmigo a España y al parecer a quedarse a vivir en casa,  y va a venir al mismo instituto que nosotros.-Esto último lo dijo como emocionado, se nota que echaba de menos a su hermano, probablemente por eso mismo no hablaba de él, yo tampoco hablo de mi hermano porque está muy lejos, y si hablo de él, me pongo algo triste por no tenerle aquí para contarle mis problemas y que me eche una mano, como antes.

 

 

 

 

-Pues bien ¿no?, bueno y sigue contándome, ¿qué más cosas te han pasado?-Dije yo con cierto interés al ver la cara que ponía.

 

 

 

 

-La verdad es que, allí en New York he conocido a Laura, la mejor amiga de mi prima, con la que se hospedaba mi hermano, y ahora estoy saliendo con ella- Cuando termino de decir eso mi cara debía de parecer un poema, aunque gracias a dios que él no lo notó, no era algo que me esperará, aunque sabía que en cualquier momento tenía que suceder, no siempre iba, Lucas, a pasar de todas las chicas, al final llegaría una que entraría en su corazón, aunque me dolió enterarme así, lo dijo como si nada en un momento importante, en nuestro reencuentro, después de no saber de él durante unas semanas, seguramente mientras yo pensaba en él, él estaba con ella. Y él seguía hablando- aunque de momento no es nada realmente serio, ella me gusta mucho, nunca antes una chica me había gustado tanto como ella en esas pocas semanas, ahora ella sigue en New York- Gracias al cielo, pensé yo deseando que no se volvieran a ver en mucho tiempo- Pero lo más probable es que ella se venga en unas semanas a pasar unas vacaciones aquí ya que se ha tomado un año sabático. Mis padres les han ofrecido a ella y a mi prima que se quede en casa todo el tiempo que quieran y ellas han aceptado- Dijo con una sonrisa enorme, mientras yo sentía que me quedaba sin aire. Y yo que pensaba que no tendría la “suerte” de conocerla. Sé que tendría que estar feliz como amigo que soy de él, pero no podía evitar que esos celos me corroyeran por dentro.

 

 

 

 

-Pues que bien-Dije yo intentando evitar comentar nada para no sonar demasiado celoso.

 

 

 

 

-Tengo muchas ganas de que  tú y María la conozcáis, le he hablado de vosotros y me ha dicho que tiene muchas ganas de conoceros.-Dijo él muy feliz.

 

 

 

 

-Pues es genial-Dije forzando una sonrisa.

 

 

 

 Entonces llegamos al instituto después de cinco minutos de conversación y recorrido. Odiaba la entrada del instituto, era enorme y daba la sensación de que si entrabas allí, no podrías salir. Era un sitio horroroso para mi gusto, tenía tres edificios, uno era el enorme pabellón con piscina, pista de hielo y pistas de baloncesto y futbol, en otro estaba la escuela primaria y la guardería y el otro edificio era el de secundaria y bachillerato, después había un enorme jardín con distintas pistas de voleibol, futbol, baloncesto, hockey, rugby… también había un parque para los chicos de primaria. Todos los edificios eran azules y negros, parecían edificios futuristas. El edificio de secundaria tenía tres pisos, en los tres había una zona de taquillas, una zona de clases y por ultimo una cafetería y una zona de descanso con una biblioteca.

 

 

 

 

Cuando llegamos fuimos directos al pasillo de cuarto donde estaban las listas que nos decían a qué clase pertenecíamos. Nada más pisar ese pasillo sentí a alguien saltando en mi espalda y revolviéndome el pelo, si, era María. Me giré y la abracé con todas mis fuerzas.

 

 

 

 

 

 -¡Cariño!, no veas como te extrañé durante estos días que no nos vimos-me dijo gritando, me encantaba lo cariñosa que era conmigo.

 

 

 

 

-Yo sí que te extrañé a ti- le dije abrazándole.

 

 

 

 

 

 Después se separó de mí y fue hacia Lucas abrazándole igual que a mí y le dijo algo que no escuché porque me quede mirando los carteles con los nombres, tenía mucho miedo de lo que podía poner en esos papeles.

 

 

 

 

-Vamos chicos-Dijo María agarrándonos por un brazo a cada uno. Llegamos hasta las listas y miramos primero la clase A, ninguno de los tres estaba en esa clase, después miramos la B, y allí estaban María y Lucas, yo no estaba, era la peor noticia que me podían dar en ese momento, no me lo podía creer, iba a estar solo en clase, en un clase donde no conocía a nadie. Después miramos en la clase C y ahí estaba yo, aunque me alegre bastante al ver que no había más de 10 personas en la clase, aunque entre ellos estaba Adrián Muñoz, uno de los chicos más listos pero a la vez más malo de todos en el instituto, era el que más me odiaba.

 

 

 

 

-No me lo puedo creer-Dijo María abrazándome-¿Estarás bien en esa clase?-Me dijo en un susurro al oído- si pasa algo ya sabes, pide cambio de clase- Me dijo dándome un beso en la mejilla

 

 

 

 

-Gracias María, pero creo que tendré que aguantar este año así-Dije yo resignándome.

 

 

 

 

 

 -Venga tío, ya sabe, si tienes algún problema me avisas y ya hago yo una visita a quien tenga que hacérsela- Me dijo Lucas poniendo su mano en mi hombro.

 

 

 

 

 

 Los dos sabían lo que me molestaban en clase y lo que me costaba hacer amigos, y aunque en mi clase había chicos y chicas nuevos lo más probable es que como iban a ese instituto serían como los demás, unos engreídos. Tanto Lucas como María sabían que yo este año estaría muy incómodo en clase por todo este cambio.

 

Íbamos caminando hacia clase por los largos pasillos hasta que llegamos a su clase y me tuve que separar de ellos, al despedirnos quedamos en que después de clase nos iríamos los tres a comer al McDonald al lado de las estaciones de mi casa, María me miró con cara de preocupación y yo le hice un gesto para que viera que no pasaba nada.

 

 

 

 

Seguí andando hasta llegar a mi clase, donde aún no había nadie, solo el profesor, entré y me senté en la primera fila al lado de la silla del profesor. Poco a poco fueron llegando todos, cuando llego Adrián, éste no dudo y se sentó detrás de mí y al pasar por mi lado me dijo.

 

 

 

-Este año no tienes a Lucas ni a la otra amiga tuya para defenderte, asique prepárate…

 

 

 

 En ese momento un escalofrió me recorrió desde la cabeza hasta los pies, tenía mucho miedo de lo que ese año me depararía. El año pasado me habían dado más de dos palizas entre Adrián y sus lacayos, aunque nunca fue nada realmente grave, solo moratones o algún corte cuando se pasaban de la raya.  Yo era normalmente la persona con la que descargaban su ira constantemente, si algo les salía mal siempre venían a mí para pegarme o insultarme. Este año sentía que sería diferente, tenía una sensación de que poco a poco todo iría a peor, que las cosas cambiarían y no exactamente de buena manera.

 

 

 

 Entonces el profesor hablo:

 

-Bueno chicos, me llamo Arturo y seré vuestro tutor este año, seguramente os preguntareis porque sois solo diez personas si en los otros cuatro grupos de cuarto son en todos 20 personas, pues eso es fácil de explicar, vosotros como os habréis dado cuenta sois los más avanzados, y este año hemos decidido probar algo nuevo, vamos a juntar a los mejores alumnos de cuarto con los peores de primero de bachiller a ver como se darían las cosas. Son otros diez alumnos que se incorporaran en un rato a esta clase.

 

 

 

 

Yo no sabía que pensar, nunca había tenido trato con ningún alumno mayor, nunca se habían metido conmigo y yo nunca les había ni mirado, era como si cada curso fuera un mundo completamente distinto y sin embargo ahora nos ponían a todos juntos. No sé si la idea me agradaba o por el contrario me daba algo de miedo. Por lo que deduje, lo más probable es que fuera clase con Alejandro porque en este instituto nadie repetía y a los que repetían se les considera faltos de inteligencia por lo que estaba acorde con lo de ser de la clase mala, aunque en verdad no hubiera ninguna clase mala sino no tan buena.

 

 

 

 

 

 Cinco minutos después se vió como entraban los nuevos alumnos, pero ninguno de ellos se parecía a Lucas por lo que pensé que me había equivocado en mi deducción, hasta que vi al último alumno que entró, sin pensarlo mis ojos se quedaron viéndole como si fuera la octava maravilla del mundo. Ese chico era alto, 1, 80 aproximadamente, moreno, con el pelo algo largo y ondulado a lo surfer, el pelo era moreno y con mechas rubias, tenía un cuerpo muy bien formado, mucho mejor que Lucas, y por lo que se podía ver, al finalizar esa camia roja en su brazo se podía apreciar un tatuaje en el que podía verse una A rodeada de algo que parecía ser fuego. Luego me fijé en su cara, tenía unos ojos verdes preciosos, y una nariz que parecía sacada de una escultura griega, era muy perfecto ese ser humano que se postraba ante mí. Al igual que Lucas, este individuo tenía un pendiente en la oreja derecha, pero  este personaje tenía además otro más  un poco más arriba. Era el hombre más guapo que había visto nunca inclusive aún más guapo que Lucas, cosa que creí que nunca llegaría a pensar después de verle.

 

 

 

 

 

 

Entonces mientras yo me quedaba allí ensimismado mirándole, Adrián se echó un poco para adelante y me dijo:

 

 

 

 

 

-Que pasa mariconcito, ¿te pone el hermano de Lucas?- Lo dijo con un tono de burla que hizo que se me helara la sangre, así que ese era el maravilloso hermano de Lucas, la verdad es que nunca lo hubiera dicho pero se nota que en esa familia tenían la belleza innata. Yo evité responder a lo que me dijo Adrián porque no quería caer en su juego y que antes de terminar la clase me pegara.

 

 

 

 

Después de estar todos sentados, el profesor salió un momento porque tenía que ir al departamento. Y todos en clase se pusieron a hablar.  En unos pocos segundos escuché a Adrián hablar a Alejandro:

 

 

 

-Oye Alex, ¿Cuándo has vuelto? ¿No se supone que después de lo que pasó no ibas a volver?- Lo dijo mirándole como si fuera su amigo de toda la vida, aunque no les conocía como para asegurar que no lo fueran.

 

 

 

 

-Pues ya ves, he vuelto ayer, si se suponía que no iba a volver pero quiero que la gente se entere que nadie me va a volver a echar de mi país como si yo fuera una mierda- Dijo él. Tenía una voz súper imponente, nunca había escuchado una voz tan varonil, realmente me gustaba como hablaba y tenía la sensación de que ese chico sería como los demás, y no podía dejarme sentir algo por él, porque si era así sería más vulnerable ante él. Su voz me producía escalofríos, tenía miedo, mucho miedo.

 

 

 

-Bueno, aquí creo que te lo vas a pasar bastante bien, de hecho tienes hasta un nuevo juguete, mira este chico de delante de mí, se llama Thiago y al parecer es el mayor maricón del instituto y le gustas tú. – Dijo Adrián asustándome muchísimo, no entendía porque tenía que decir esas cosas, me acababa de ridiculizar delante de mi nueva clase.

 

 

 

 

-Como un puto maricón se me acerque le tendré que cortar los huevos, a mí me dan asco esos tíos y que a nadie se le ocurra llamarme así porque le mato y tu “Thiago” ni se te ocurra mirarme, no quiero que nadie de tu especie me mire ni se me acerque- Me dijo mirándome desafiándome, como podía haber llegado a creer que podía tener algo con ese hombre, ese hombre era pura homofobia. Ahora sí que tenía miedo, mi primer día de clase y me habían amenazado.

Notas finales:

Holaa!

¿Que les parecio? 

Ya nos leemos..*u*


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