Cuando te vuelva a ver
Entre a la casa para dirigirme directamente a la cocina, tome unos ingredientes y los corte con un cuchillo, solo que había un gran problema, yo no sabía cocinar, ni lo más simple lo sabía hacer, entonces empecé a experimentar, tome un trozo de carne y lo puse en un recipiente a fuego lento, por supuesto que, no tenía ni las mínima idea de lo que iba a hacer, una vez que la carne ya estaba algo cocida, avente un par de verduras, por supuesto que le puse sal, tome una bandeja muy chica y puse un poco de verduras, lo probé.
-oh, qué horror esto esta terriblemente salado, pero no me puedo dar el lujo de no comerlo pues es lo único que comeré- entristecí, no solo porque el ya no estaba, si no que ahora la mansión estaba sola, aquellos buenos para nada que tenía como sirvientes también se habían ido-¿Qué ganara Sebastián con hacerme esto?- tome el plato y lo puse en la mesa, me senté a “disfrutar” de mi comida.
El sol se empezaba a ocultar, Salí de la mansión y decidí sentarme a disfrutar el aire frio de la noche, camine hacia el buzón, lo abrí, mi mirada centro una carta de tantas una carta que causaba terror en mi, la carta con el sello de la reina, la tome, la abrí y la leí.
“hola mi querido perro, han sucedió 7 asesinatos de niños huérfanos, quiero que lo resuelvas”
Tire la carta y camine para entrar a mi mansión, el frio reinaba ahí dentro, prendí la mecha de un vela, camine hacia mi habitación, el camisón que traía puesto estaba completamente salpicado de comida, me lo quite y lo tire en el suelo, abrí la gaveta de mi armario y saque un camisón, intente ponérmelo, pero quién lo diría ¿en serio soy tan torpe cuando no está Sebastián a mi lado? Como era de esperarse no pude hacer el nudo de la bata
-esto se está volviendo un inferno- mis ojos se llenaron de lagrimas y empecé a llorar, de todo lo que estaba pasando, ahora mismo no me importaría no tener la gran riqueza que tengo-Sebastián, ya entendí, vuelve, por favor, te lo ruego-
Me dispuse a dormí, pero un sueño atormento, mi dormir, ni siquiera la puedo describir, era aquel día que yo hice el contrato, ¿pero quién diría que me terminaría enamorando
NARRACION DE Sebastián…
Aquello que yo denominaba como rutina se había acabado, la vida sin bocchan, era solitaria. Tenía que volver a acostumbrarme, pero el estar observando a mi Ciel desde las afueras de la mansión, me atormentaba, el aun no está listo para aprender a vivir sin mí, el contrato, aun seguía en marcha lo único que cambio es que yo le quite el sello.
Me acerque a la mansión, con la precaución, para que Ciel no me viera, me adentre a la mansión y me dirigí a la habitación de mi bocchan, el estaba dormido, pero se empezó a despertar, entonces entre en nerviosismo, despertó de un golpe gritando y con los ojos llenos de lagrimas, por supuesto que por la obscuridad el no podía verme, sentí que mi corazón, se derrumbaba, pero aun no era tiempo. Sabía lo que le esperaba a bocchan pero eso le tenía que pasar para empezar a vivir, la desgracia es esencial.
Los dos:-porque cuando te vuelva a ver de frente, serás diferente, serás a quien definitivamente amare-ciel lo dice y Sebastián lo piensa.