Subasta Humana por HakudiNN

La puerta de metal se movió con un potente zumbido que indicaba que estaba abierta. El alto muchacho avanzo unos pasos cruzando el detector de metales. Había dejado en la bandeja del umbral su rosario de plata y su pulsera del mismo metal, para evitar llamar la atención cuando el detector zumbara.
Una vez seguros de que no portaba ningún tipo de arma, los guardias le devolvieron sus pertenencias, sin dejar de mirar el rostro del muchacho, quien, siguió de largo sin prestar atención al resto de personas allí dentro.
Se encamino por el encerado piso pasando de largo la larga fila de asientos cuyos ocupantes miraban a través del cristal a la otra persona.
Casi toda su vida había transcurrido evitando las prisiones, a como diera lugar, haciendo lo necesario para permanecer en libertad, vivo y sano y salvo. Ahora estaba yendo por voluntad propia para aclarar algunas dudas que tenia.
Llego hasta el último cubículo desocupado, se sentó sin mirar a su interlocutor del otro lado del cristal y por fin alzo los ojos al tiempo que mordía una barra de chocolate.
Los ojos de Takada centellearon con furia cuando reconoció a su visita, esperaba a cualquier persona menos a “el”.
El muchacho rubio tomo el auricular esperando que la mujer hiciera lo mismo, por fin, tras fruncir los labios su ex jefa hizo lo propio desde su lado de la enorme habitación.
--Te sienta bastante mal el color naranja convicto—exclamo con malévola ironía.
--¿Qué estas haciendo aquí, Mello?—pregunto con molestia ignorando el insulto
--Tengo preguntas que hacerte y que responderás—ordeno con seriedad.
--Olvídalo. No hablare contigo.
--¿Y con quien lo harás?—se burlo--¿Light Yagami? Por si no lo has notado el no vendrá a salvarte de prisión.
--Cállate, Mello. Tú no sabes nada—escupió con el ego herido.
--Se mas de lo que te puedes imaginar, mujer.
--Light vendrá dentro de poco, solo esta asegurándose de que todo salga bien—parecía querer convencerse a ella misma antes que a los demás. Mello resoplo con irritación.
--¿Qué acaso no hay televisiones dentro de la sala común? –reto su inteligencia-- Light Yagami te paso todo a ti, pero eso ya debes saberlo, te cedió los derechos y te hizo dueña del Death Note para dejarte aquí dentro y lavarse las manos.
El gesto de Kiyomi fue descomponiéndose conforme el rubio iba hablando, cada palabra estaba cargada de una certeza mayor a la normal soberbia con la que se expresaba Mello siempre, lo cual indicaba que aunque no quisiere aceptarlo: era cierto. Light a dejo sola, y poco le importaba.
--¿Qué es lo que quieres? ¿Vienes a burlarte de mi?—escupió con dolorosa repulsión.
--Tengo mejores cosas que hacer—replico con autosuficiencia. La mujer frunció los labios apartando la mirada sintiéndose terriblemente humillada. El rubio la mira un momento con atención, Takada luce cansada, probablemente hace mucho que no duerme bien.
--Existe la forma en que puedas salir de aquí, tu y todo el personal—dijo Mello lentamente, tal como lo predijo, Kiyomi se volvió a él con un nuevo interés esperanzado.
--¿Qué se supone que haces?
--¿Qué parece, estúpida?—rodo los ojos—Voy a sacarlos de aquí pero…--sonrió.
--¿pero que? ¿Qué quieres?
--Tienes que aclararme algunas…cuestiones sobre Light Yagami.
--No. Eso no.
Mello frunció el seño ¿Cómo mierda era posible que luego de tratarla como la trato Takada aun le guardara lealtad a Yagami?
--Bien. Cuando decidas pensar por ti misma y no estar detrás de alguien toda tu vida…es posible que sea demasiado tarde—iba a ponerse en pie para irse. Takada siguió el movimiento y hablo de inmediato:
--¡Espera!
Mello la miro con desinterés. Kiyomi le señalo el teléfono para que lo tomara, al ver que no la obedecía, toco con la palma el cristal para suplicarle que lo hiciera. Por fin el rubio lo tomo y se lo llevo al oído.
--Mello…yo…realmente no quiero estar aquí—mascullo con la voz rompiéndosele—He llamado a Light para que venga por mi pero…nunca me contesta y yo…
--¿Qué es en realidad “la manzana del shinigami”?—interrumpió de golpe. Ella lo miro suplicante unos momentos antes de responder.
--Es una de las sucursales de la agencia de Light.
--¿a que se dedica?
--El…--evito su mirada—se encarga de dar trabajo y…
--Es Kira.
Ella lo miro vivazmente con las pupilas tintineantes de sorpresa.
--Lo es ¿no es cierto?—sonríe con suficiencia. Kiyomi baja la mirada llena de dudas.
--Yo solo quería ayudarlo—murmura.
--¿Sabes donde encuentro a Equis Kira?—pregunto de golpe.
--Nunca lo encontrarías.
--Ya lo he visto—replica, ella lo mira—No preguntes, Takada, así que lo reconoceré cuando lo vea. ¿Dónde lo encuentro?
--Estará donde este….Light, siempre esta allí—aquello le costó bastante decirlo—pero no podrás entrar nunca a “la manzana del shinigami” ni a ninguna otra sucursal.
El chico ensancha la sonrisa con arrogancia, como si aquello no fuera problema alguno. Acto seguido mordió su chocolate.
--Takada…
--¿Qué?
--¿Qué clase de tipo es en realidad Light Yagami?—inquirió en voz baja.
--Ya lo conoces, Mello—dijo de forma cansina.
--No, conocí al tipo que nunca frecuentaba el bar hasta hace unos meses. Con el que nunca hable y que poco me importaba—aclaro con irritación.
--¿y bien? ¿Por qué te importa hablar ahora con el?—entorno los ojos.
--¿Además de para sacarte a ti y a los inútiles del bar?—enarco una ceja con ironía.
Ella lo miro seria.
--¿Mencionaba mucho a Matt?—Mello fue al grano. Por su reacción, de inmediato supo que si: Light hablaba mucho sobre el pelirrojo--¿Qué quería saber?
--Siempre se intereso por su nombre –respondió con voz apenas audible—pero nunca pude decírselo, ya que, tire a la basura sus papeles cuando pidió el empleo.
--¿Qué mas?—insistió con ansiedad.
--Quería que averiguara donde vivía, que hacia…que le gustaba…pero, es sencillo saberlo tratándose de alguien como Matt—la forma de decirlo con desdén molesto al rubio—no me mires así, cigarrillos y videojuegos ¿Qué mas hay que saber de Matt?
--Mucho mas—tajo de golpe poniéndose en pie.
Ella lo miro alejarse, contemplando la única forma de poder salir, quizás su ultima esperanza ahora que Light, su amado Light Yagami, la abandonaba. Nunca creyó que podría necesitar de Mello para algo, en realidad, Light siempre fue muy insistente cuando se trataba del rubio: quería que desapareciera.
***
Su corazón comenzó a palpitar descontrolado, estaba más que nervioso, comenzaba a sentirse asustado.
Tiro de su muñeca sin mucho éxito, no podía liberar su muñeca por más que trataba y no sabía que tenía dentro de su retorcida mente aquel sujeto.
--Creí que eras inteligente, mocoso—dijo Mikami con macabra diversión, burlándose de la indefensión del muchacho.
--Oye…ya basta, suéltame…
--Es tu bienvenida, niño, disfrútala—sonrió casi con demencia, seguro de que podía hacer que Matt se fuera, desaparecerlo de la vida de Kira, su Kira.
La puerta se abrió entonces dejando pasar al mismo tipo trajeado con el que el pelirrojo se había topado en la entrada al rascacielos. Un escalofrío de terror anticipado corrió por su espalda, no estaba seguro de porque lo sentía pero el miedo comenzaba a hacer acto de presencia, gritándole que se liberara lo antes posible de su grillete.
-- Señor Rotham—saludo Mikami sin dejar de mirar con gran satisfacción la expresión confundida del pelirrojo. El tipo le sonrió al muchacho con una resolución lubrica en los ojos, desnudándolo con la mirada.
--¿Qué sucede?—se atrevió a preguntar aun tirando de su muñeca.
--El señor Rotham es uno de nuestros mejores clientes, Matt—presento con una solemnidad macabra.
El hombre se saco el saco de encima, el corazón de Mail se desboco con temerosa ansiedad; se aflojo la corbata para apartársela del cuello sin deshacer el nudo, Matt trago saliva de forma audible.
--¿Qué…que…hace?—se dirigió a Mikami con un cada vez mayor temblor en la voz.
--Me retiro, señor Rotham—aviso Equis Kira poniéndose en pie—Denle una grata bienvenida a Matt—se dio la vuelta luego de mirar por ultima vez al pelirrojo y sonreírle con burla cruel— ¡Ah! Algo más, ¿Señor Rotham?
--¿Si?—no le dirigió una sola mirada, tenía las pupilas fijas en el cuerpo vibrante de la “nueva manzana”
--Matt es profesional por completo—indico con falsa seriedad, la verdad es que estaba ahogando las carcajadas—Haga lo que haga y diga lo que diga: es parte del escenario que le gusta, señor Rotham.
--¿Entonces…las reglas de siempre?—inquirió el hombre acercándose al pasmado muchacho.
--No—sonrió Mikami—Puede tomarse las libertades que guste con el, como dije: es por completo un profesional. Light le ha dejado en libertad absoluta para con el, puede pasar el rato que…mejor le parezca—y con ello salió de la habitación con una sonrisa triunfal.
Mail trato de concentrarse en el hecho de que Mikami había mencionado a Light como si nada, con uno de sus reales clientes, como si no le importara que él lo oyera…y quizás no era así porque confiaba en que Matt no diría nada o más bien…no podría nunca revelar que en realidad no estaba trabajando en una agencia de modelaje.
--Escuche…creo que…ha habido un error—trato de hablar con calma, disimulando su temor.
--Claro—sonrió con sarcasmo el hombre—Siempre hay errores—rio casi con demencia, relamiéndose los labios.
--No, hablo en serio—insistió retrocediendo el cuerpo, chocando contra la cama.
--Por supuesto—le siguió el supuesto juego.
El pecho de Matt se agito al comprender que Mikami se había asegurado que el hombre no le creyera nada de lo que le dijera, que aunque tratara de defenderse, golpeara al hombre o se negara rotundamente a cualquier cosa…no le creería.
El tipo llego hasta el pelirrojo llevando la mano hasta sus cabellos, enredando los dedos en los mechones rojizos. Mail se apartó por automático pero no pudo ir lejos pues su rango de movimiento era bastante reducido gracias a las esposas. El hombre esta vez llevo su palma al cuello del chico para cerrarla entorno a este, sacándole de golpe los googles y arrojándolos en algún lugar del cuarto.
Mail empujo con su única mano libre al tipo en un intento por alejarlo de nuevo. La respuesta fue más violenta: la mano ejerció fuerza sobre su garganta, sometiendo al hacker hasta que dejo de empujarlo.
Una vez que logro volver a respirar, se inclino tosiendo con fuerza para recuperar el aliento y reponerse.
Algo suave le cubrió la visión, cerrándose tras su cabeza.
--Basta…
Si de algo ya estaba seguro era que Mikami realmente desagradaba de él y que aquel sujeto no era un cliente con “deseos muy comunes”.
--No te muevas…y seré bueno contigo—le hablo en un tono meloso con el que se habla a alguien que pretende que su victima se mantenga inmóvil sin importar el daño que le infrinja.
Iba a replicar y tratar de defenderse, cuando el frio del metal rozo su cuello, el sujeto estaba armado.
Su corazón palpito con fuerza, presa del terror. Mello tenia razón, no tenia ni idea de que hacer ni a lo que se enfrentaba por lo menos. La imagen del rubio asalto su mente, tenia que ser fuerte y seguir la investigación si quería ayudarlo…si quería volver a verlo.
El metal se deslizo por su espalda, rasgando su playera, haciendo jirones de tela con cada nuevo uso del filo. El hombre se estaba tomando su tiempo.
Podía oír su respiración excitada cerca de su oído. Era demasiado repugnante.
Su cuerpo comenzó a temblar. Lo único que podía hacer era llevar su mente lejos, tratar de viajar hasta Mello…
Las manos ansiosas del sujeto acariciaron la espalda del chico desde la nuca hasta su cadera, rodeando el abdomen para enterrar las yemas de los dedos en el vientre de Matt. Podía sentir el aliento caliente chocar contra su oreja, el filo del arma que el sádico sexual rozar su piel, y la mano de nuevo subir por su torso, tallando la palma en el pecho, rasguñando el tejido.
Un nuevo escalofrío le recorrió el cuerpo con una fuerte descarga cuando la punta del arma punzo cortante se aferro a la tela de su pantalón.