El sonido constante del motor al funcionar comenzaba a aturdirle por primera vez desde que aprendió a conducir, sin embargo, escuchar música en la radio era una opción descartada por completo: no se sentía con ánimos para soportar las melodías que deberían gustarle sabiendo que se acercaba cada vez más a su tortuoso destino.
Mail resoplo, solo estaba tratando de alargar el camino y buscaba una razón para detenerse, en este caso, el molesto ruido del motor era su excusa numero veinte.
“Tranquilízate” se dijo varias veces, su corazón bombeo con fuerza cuando dio vuelta en una nueva avenida, mantuvo la distancia prudente y el espacio idóneo en medio del trafico para no llegar antes a “La manzana del Shinigami”.
Por fin, Mail ladeo el auto para aparcarlo cerca. Un hombre en la entrada, vestido por completo de negro le hizo una señal para que siguiera circulando. El pelirrojo aspiro hondo tratando de reunir valor. Acelero de nuevo, tuvo que hacer un esfuerzo titánico para no presionar el pedal a fondo y salir de allí.
--Mello—murmuro para si. Por el hacia esto, y no daría media vuelta ahora.
Siguió las señas del sujeto mirándolo por el retrovisor y dio vuelta en la rampa que conducía al estacionamiento interno del edificio.
Matt sintió la sospecha correr por su cuerpo, tenia un mal presentimiento al esconder su vehículo en la oscuridad de un subterráneo. Aparco en el primer espacio vació y espero un momento a que su nerviosismo se disipara.
Debía confiar en que L sabia lo que hacia y que con su misterioso plan terminaría con Kira, lo pondría tras las rejas y salvaría a Mello de una persecución continua.
Salió del automóvil y se encamino por el oscuro espacio del enorme estacionamiento hasta el elevador, a juzgar por la cantidad de autos, debía de haber mucho trabajo, lo cual era un alivio considerando que querían pruebas materiales.
Encendió un cigarrillo y le dio una honda calada.
**
Kira observo atentamente en el monitor la forma inquietante con la que el codiciado pelirrojo caminaba rumbo al ascensor, sus ojos castaños brillaron con ansiedad mientras Matt entraba al iluminado espacio del elevador.
Las cámaras no reflejaban por completo el nerviosismo que seguramente sufría el chico, pero mostraban ala perfección sus mechones rojizos, su clara piel, sus ojos escondidos bajo esas micas…
Light dio un largo respiro, como si pudiera sentir el aroma de Matt a través de la pantalla de las cámaras de seguridad: no podía esperar a que Matt llegara, a sentir su cuerpo debajo de él, agitado, sudando, gimiendo…incluso rogando…quizás por que siguiera o por que se detuviera, una parte de Kira esperaba sinceramente que fuera la segunda opción.
Todo estaba dispuesto y Kira ya no podía esperar más.
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Near se retorció su cabello mientras presionaba la tecla que enviaría todos los archivos que el hacker descongelo para L. En cuanto los recibiera su hermano, podía movilizarse también.
En cuanto la pantalla anuncio el éxito del envío, el albino aparto los ojos, dándole vueltas a la ultima frase que Mail le dijo antes de salir aquella tarde.
“—Te veré pronto”
Near dejo floja la mano que tenia sobre el cabello y se dejo llevar por el bien humano deseo de desear que lo que el pelirrojo le dijo con una apenada sonrisa fuera cierto por completo.
No negaba que al mirar a Mello dormir pudo visualizar la forma de su cuerpo, su rostro, el aura amenazadora que se desprendía de su cuerpo…las razones por las que el pelirrojo lo eligió.
Sus negras pupilas se apagaron entonces.
--N—llamo el computador.
--L…--respondió sin mirarlo.
--Cuando quieras—dijo su hermano—Y Nate…
Near le miro de reojo ante la mención de su verdadero nombre.
--Matt estará bien…
Near dejo entrever una ligera sonrisa divertida, su hermano estaba mostrándole su poco usual cariño fraternal justo cuando el albino decidía separar la SPK. Irónico.
--Descuida, Elle—exclamo, visualizando a Mail en la mente—Mello hará su primer jugada y nosotros haremos nuestro mejor esfuerzo.
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Fijo sus azules orbes en los automóviles oscuros que tenia al frente, dispuestos en cuanto el quisiera, en cuanto diera la orden para que los delincuentes que lo miraban con ansia salieran…Pero no…aun no.
Dio una mordida a su chocolate, cerrando los ojos para concentrarse en terminar los ángulos de su cálculo. Hacia mucho que no pensaba tanto…o con la presión de salvar a alguien…
“Matt”
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Mail se negó a mirar a alguien mientras andaba por los elegantes pasillos. Su corazón seguía palpitando a un ritmo acelerado, si no supiera que era imposible juraría que su latir era torpe. Su camino se cruzo unas veces con alguna que otra persona, chicas, chicos, la mayoría rondaría su edad, atractivos todos, incitativos por naturaleza, tentaciones a simple vista, Matt resoplo en silencio no acababa de entender: no se consideraba que podría encajar en uno de esos adjetivos.
En fin, iban y venían, le rebasaban mientras le echaban una ojeada curiosa, quizás sabiendo que era nuevo.
--La nueva manzana—susurro sin ganas.
Entonces ese pasillo debía ser la entrada de empleados, en aquel instante extraño sobremanera el oscuro corredor del Death Note, la música retumbante que le esperaría al cruzar el umbral y fusionarse con el espectáculo de las subastas en el bar…
Por fin atravesó la puerta de madera grabada hasta el lobby del enorme edificio, había un par de personas charlando sobre los sillones, una mujer vestida con prendas que se notaban costosas caminaba arrogante hacia el mostrador, de donde se alejaba otro sujeto que llevaba un portafolio. Los clientes no paraban de llegar ni de irse.
Lo único que se le ocurrió fue esperar a que apareciera Mikami, no quería en realidad verlo, en realidad, deseaba no volver a toparse con el en su vida…sin embargo, en vista de la investigación y su misión sexual-suicida no pensaba en otra cosa que hacer. Pero el señor “no me toques, mocoso, estúpido” no apareció. Eso le alivio un poco la respiración forzada.
¿Habría recibido un castigo demasiado enérgico por parte de Light, el sospechoso de ser Kira? Mail esperaba que si.
En vista de que todo en la falsa agencia de modelaje parecía un simple día normal de trabajo, Matt se acercó a la recepción.
--Hola—le sonrió la chica—Te vi aparecer por aquella puerta, no se si te perdiste—agrego antes de que el chico pudiera decir palabra, bueno por lo menos se evitaría el explicarle porque estaba allí—así que ¿manzana o cliente?
--Manzana—respondió el pelirrojo con desgana, fingiendo una leve sonrisa.
--Pero no eres nuevo ¿cierto?—pregunto ella parpadeando confundida, mirando en sus grandes álbumes de fotografías.
--Es mi segundo día—respiro hondo.
--¿Te transfirieron a esta sucursal?
--No—ahora si presto más atención. Firmo su contrato el día anterior ¿Por qué no aparecería aquello en sus archivos?
Ella le miro con desconfianza, no le creía nada. Coloco uno de los libros sobre el mostrador y le señala varias páginas.
--Estas son las manzanas nuevas—indico mirándolo con atención. El hacker se acercó para observar, ninguna de las personas allí fotografiadas, en poses igual de provocativas que las que él se vio sometido, era el.
Su mente dio una punzada de sospecha ¿Era culpa de Mikami…o de Light? ¿Qué estaba sucediendo? Todo indicaba que Kira era realmente cuidadoso...
--Matt—murmuro el chico. La sonrisa amable de la dependiente volvió en un segundo.
--Debiste decírmelo antes—extendió la mano debajo del mostrador y luego le entrego algo al chico. Mail tomo lo que le ofrecía: un tarjetón de metal con un número grabado.
--Por el ascensor en que llegaste, piso once—aviso ella—tu cliente te espera.
Matt asintió distraídamente con la mirada fija en la tarjeta. Se alejó del mostrador para dirigirse hacia el elevador.
La sospecha y el nerviosismo se habían convertido en real temor al peligro.
**
--¿Por qué no hacemos el viaje menos aburrido?—pregunto un sujeto moreno con largas rastas colgando tras su espalda.
Mello volteo el rostro al tipo, mirándolo con una mezcla de amenaza y contrariedad ¿de verdad estaba preguntándole eso ese pedazo de imbécil?
El sujeto le sonrió de forma que solo el mismo creería seria seductora, el rubio decidió ignorarlo, evito verlo mientras mordía su dulce.
--En serio, Mello—volvió a hablar—en cuanto salgan los autos, tu y yo iremos en el mismo…entonces…--se acercó sobre el negro sofá. El rubio no dijo nada, pareció ni oírlo—incluso si el jefe esta presente también, no me importa compartir…--acerco sus gordos dedos a un mechón de cabello del muchacho. No pudo seguir, el frio metal del cañón se pego en su mandíbula, presionando su rostro con fuerza, impidiéndole avanzar mas.
--Si pones uno solo de tus asquerosos dedos te enviare al infierno ¿te quedo claro?—exclamo el rubio con naturalidad, sin mirarlo, entretenido en comer su barra de chocolate.
El tipo trago saliva con dificultad, alejándose lentamente para evitar morir asesinado.
Mello le miro de reojo un segundo y bajo el arma, todos eran una parvada de idiotas buenos para nada. Resoplo, estaba de muy mal humor, por no decir inquietado…no sabia con exactitud que le esperaba a Matt pero fuera lo que fuese no era bueno…aquel sujeto que le intento rozar el cabello solo le hizo recordar algo de golpe: la única persona que podía tocar su cabello sin permiso previo, o sin ser su comprador de subasta era y seria…Matt…
**
El pelirrojo se planto frente a la puerta con el número de su tarjetón.
“1”
Contradictoriamente era la puerta del fondo a pesar de representar primicia, aquel corredor aunque también era chocantemente elegante también mas oscuro, las cortinas que adornaban las paredes grises eran de un marrón casi negro, y las puertas de tonalidades oscuras todas.
Tamborileo los dedos, estaba nervioso, podía sentir su pulso punzando en su cabeza, aspiro hondo varias veces, dándose valor.
--Nada pasara—se dijo tratando de convencerse de que esta vez no tendría ningún acercamiento con psicópata sádico. No importaba si era mujer u hombre, quizás tuviera el cabello rubio, ojos azules, una sonrisa altanera y…estaba pensando en que del otro lado estaba Mello y eso…no sucedería.
Sacudió la cabeza como si con ello pudiera deshacerse de la horrenda expectativa, tomo el pomo de la puerta y lo giro para adentrarse en la oscuridad.
Se adentro un poco cerrando la puerta tras de si, no veía absolutamente nada. Dio otro paso dubitativo, las luces se encendieron.
Se sobresalto mirando a su alrededor. Era una habitación realmente pequeña, no mas de cuatro por cuatro metros, nada de camas, lo cual era un alivio, pero si un perchero, una silla, varias botellas de licor sobre una mesa de mantel de terciopelo negro.
“Donde me metí ahora” se pregunto.
Entonces reparo en algo más, frente a él y acaparando todo el espacio del muro estaba colocada una enorme cortina roja, con arreglos de telón de teatro.
¿Qué se suponía que sucedía?
La retumbante música que se desato dentro del cuartito le hizo dar un brinco.
Black and yellow.
Un pequeño rectángulo se encendió para indicarle algo: “show time”
La mente del hacker comenzó a trabajar: música+ escenario+ el telón que se abría para mostrar un vidrio muy parecido a los de las comisarias de policía: espejo de un lado, donde se reflejaba Mail, y cristal para mirar al otro lado.
Una sonrisa se deslizo por sus labios, no le importaba montar un espectáculo parecido a las subastas si le evitaba meterse a la cama con solo sabe Dios quien.
Y para ser sincero extrañaba la diversión de las subastas.
Respiro hondo en cuanto el telón se abrió por completo. ¿Debía saludar a su espectador o espectadora?
Simplemente sonrió, no sabía quien estaba del otro lado pero… ¡no podía tocarle!
Eu te amo e open bar
Dejo a su cuerpo moverse relajado, moviendo el torso de lado a lado, parándose con el asiento de la silla entre las piernas, mirando a lado contrario a él.
Su espectador, sentado del otro lado del cristal, sonrió complacido con el espectáculo, dejando de lado las fotografías, cruzando una pierna para disfrutar el show.
Matt acerco las manos a su chaleco para bajar el cierre, no podría competir con la forma de hacerlo de Mello pero…podía tratar. Se saco de golpe a prenda, y de inmediato se enfrasco en el final de su playera.
Éxtasis.
El único publico, aspiro hondo, resistiéndose a la tentación de romper ese cristal para llegar con el delicioso muchacho pelirrojo…La entrepierna le hormigueaba de forma satisfactoria.
El chico, se saco uno a uno los guantes, alzo la prenda a rayas para quitársela y arrojarla a un lado.
Esa parte de “la manzana del shinigami” se parecía mucho al Death Note.
Se apartó de la silla, alejándola con la suela del zapato con desinterés. Camino unos pasos hacia el cristal, sonriendo de forma divertida pero inocente, una manera que le parecía demasiado tentadora a su espectador.
“Los googles” se dijo el hombre, solo faltaba que el pelirrojo se los quitara para que pudiera ver sus orbes verdes.
Matt no sabia cuanto debía durar el espectáculo, así que trato de hacerlo con menos rapidez, tampoco iba a desnudarse.
Acerco sus dedos al cinturón para desabrocharlo y deslizarlo por su cadera lentamente, soltándolo una vez fuera de su pantalón, luego roso el botón.
El espectador sufrió una contracción ligera en su miembro, sus puños se cerraron con ansia estrujando la tela de su pantalón.
El botón salió del ojal, pero Matt no bajo el cierre, simplemente lo dejo así, desabotonado y mostrando el inicio de los bóxers negros.
Nunca llego a más en las subastas…y el telón no se cerraba. Se mordió el labio con duda y nervios, algo que muy probablemente paso como deseoso para su espectador.
Recordó a Mello, la forma de subastarse…Matt se concentro en seguir su nueva idea y no en visualizar al rubio sobre la barra pues entonces…su espectador vería mas de una reacción.
De paso sujeto una de las botellas del suelo, aplicando una técnica bastante funcional de Mello, destapo el licor con la boca, sonriendo hacia el espejo, hacia el espectador. Quien, del otro lado, sin que Mail pudiera verlo, estaba respirando agitadamente, sudando de ansiedad y deseo.
El licor caliente se deslizo desde su cuello hasta su cadera, mojando su pecho y abdomen. Matt se estremeció cuando el alcohol fue intruso en su cuerpo bajo el bóxer.
Dedico una nueva sonrisa al espectador, más bien amable, y luego hizo algo más propio de sus propias subastas: acerco la botella a sus labios.
El cliente se inclino al frente sobre su silla, vibrando con excitación lunática al ver el movimiento del muchacho.
Mail bebió un solo trago del licor, tuvo un sabor extraño, no fue picante o caliente, tampoco dulce y frio…más bien amargo.
Giro los ojos al cristal, y su visión comenzó a hacerse borrosa. Los bordes perdían definición, intento seguir con su espectáculo pero al moverse, un ataque de vértigo hizo que se tambaleara, sin lograr recobrar el equilibrio.
Sacudió la cabeza, sintiéndose en peligro por automático, pero su cuerpo no le respondía, la música se volvió un murmullo sin sentido en sus oídos, la cabeza le dio vueltas, no recobraba control de sus movimientos…
La oscuridad comenzó a cubrir su visión, lo último que vio antes de desplomarse fue el telón cerrarse.
Light Yagami se puso en pie, con el hormigueo de la excitación aun presente en su cuerpo, tecleo un par de veces en la alarma de seguridad, tras un zumbido la puerta del cuartillo le permitió la entrada. Paso por en medio del telón y se acercó lentamente hasta el muchacho inconsciente.
No duraría mucho el efecto de la droga a pesar de ser inmediato, ojala Matt no hubiese bebido tan pronto, realmente estaba disfrutándolo aunque…ahora que estaba cerca de él, vendría la verdadera diversión, el verdadero placer.
--Misa—dijo a su móvil—Ven ahora.
Allí tenía al pelirrojo tendido, la rubia estúpida serviría para su ultimo propósito con el…mientras que Matt…el pelirrojo comenzaba su etapa con Kira, que prometía reales placeres…únicos…
No podía esperar para poseer el cuerpo de Matt.
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