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Subasta Humana por HakudiNN

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Notas del capitulo:

hOLA!!! em em em em me tarde??? o.o... espero q nooo!!!! 

Este final, es decir, el epilogo, significo mucho para mi, tenia q ser ideal!! y en lo particular me gusto como quedo, espero que ustedes compartan mi opinion, sin mas q agregar digo: ESPERO QUE LES GUSTE =)

Entro con desgana cruzando la normal puerta que remplazó a la fortaleza que fue colocada para seguridad de Near. Ver cada día esa delgada placa de madera era un recordatorio desastroso…de…”ese” día. Aquel que tenía auto prohibido mencionar, ni siquiera pensarlo.
Si, ese horrible día en que el caso Kira se cerro por fin condenando a Light Yagami a pagar con su libertad por sus crímenes durante treinta años, ya que, entre los cargos figuraban el de prostitución, homicidio, delincuencia organizada…y algunos mas que Mail prefería no recordar.
Aquella tarde se negó a la compañía que amablemente el comandante Rester le ofreció, probablemente sintió demasiada lastima por el pelirrojo, volvió a su piso siguiendo la costumbre pues fue su inconsciente quien lo guio de vuelta a casa…luego de…no, no debía pensar en eso.
Cuando regreso, esa fatídica tarde, encontrar su puerta normal fue algo…inesperado, incluso creyó que su memoria le fallo y le condujo a otro lugar distinto y no a su departamento. Se paseo un par de veces por el corredor para asegurarse que en verdad era su casa, luego, cuando tuvo certeza entro y…no había nadie allí.
Esa horrenda tarde encontró silencioso su apartamento: faltaban los gritos y las burlas de cierto rubio…Tampoco estuvo allí Near. Ni sus cosas, ni un solo juguete, nada. Todo en un orden en su típico desorden, como si el albino tampoco hubiera estado allí nunca.
Estaba solo de nuevo, como en el principio.
Esa noche…esa lastimera y mil veces maldita noche se dejo caer con desgana sobre el suelo, recargándose en el muro y simplemente se quedo allí, mirando al vacío sin saber que pensar, sin estar seguro de si debía por lo menos tratar de encontrar una explicación a todo eso, a la actitud de Mello…una razón para lo que hizo que no lastimara a Mail.
Aquella noche la soledad se llevo toda fortaleza de Matt y se dejo llevar también, ya que, de todas formas no tenia caso hacer algo mas. La oscuridad de su departamento fue la única testigo de la forma en que Mail se vino abajo, ni siquiera se movió hasta el amanecer.
Pero de esa noche ya hacían casi tres semanas… ¿más…menos? El tiempo durante ese lapso fue lento, sigiloso, tortuoso. No había vuelto a la universidad, en realidad tuvo suerte que el comandante hubiera surtido la alacena con lo suficiente para alimentar a un oso durante el invierno, o quizás fue idea de Near…si, el albino con toda esa inteligencia pudo haber deducido como se sentiría y que preferiría quedarse enclaustrado.
Matt solo esperaba que el muchachito estuviera bien, lo extrañaba si, pero como cualquier amigo que pudo alguna vez tener, sabia a la perfección que buscarlo seria injusto para el, Near no era plato de segunda mesa y el pelirrojo tampoco quería eso para el chico.
Entendía que se hubiera ido sin despedirse ante la inminente decisión de Mail al elegir a Mello…
Pero no tener a nadie cerca empeoraba las cosas.
Tampoco contesto en ningún momento las numerosas llamadas de Linda, quien seguía llamándole al móvil constantemente dejándole mensajes que Matt tampoco escuchaba.
Conocía lo que quería decirle: estaban libres luego de que L declarara cibernéticamente frente a un jurado y los encontrara inocentes, incluso a Takada. Eso significaba que el Death Note podía haber reabierto. Esa era la noticia de moda de la que todos los medios de comunicación hablaban.
Sin embargo, Mail no quería saber nada de lo que pudiera recodárselo, a “el”… por tanto no veía televisión ni escuchaba la radio…le hacia daño…le dolía.
Hasta ese momento había cubierto sus gastos mas necesarios con la exorbitante cantidad de dinero que L deposito a nombre de una compañía de la que el pelirrojo en su vida había oído hablar…Matt supuso que eran sus honorarios por participar en la investigación.
Cuando se dio cuenta de ese dinero L mismo le envió un correo electrónico.
Una propuesta de trabajo conjunto como su hacker personal.
El ofrecimiento seguía abierto a Mail cuando el quisiese...pero Mail no se molesto en contestar.
No sentía ánimos de simplemente nada.
Todo estaba mal.
Él se sentía mal, constantemente enojado pero mayoritariamente triste…solo.
El servicio de electricidad estaba cubierto…pero la luz nunca se encendía allí dentro, los únicos rayos de luz provenían de la pantalla del televisor cuando lo usaba para jugar videojuegos, la única ocupación que podía distraerlo un momento.
El departamento era una constante pantalla de humo que podría ahogar a cualquiera no acostumbrado a esa situación…
Pero sobre todo…Matt seguía sin comprender porque fue intercambiado por dinero, no decía que le hubieran dado poco al rubio pero… ¿Por qué?
No era justo, no para el. Algo dentro de su cuerpo se negó a recobrarse desde aquel momento en que Mello decidió que lo que compartieron, cada palabra, caricia, golpe, beso, contacto…no fue mas que lo que tuvo que hacer para conseguir lo que quería, Matt fue un objeto…Se sentía traicionado, herido profundamente, sin embargo, tenia muy claro que su el rubio quisiera repetir esa forma cruel de utilizarlo…no se opondría.
Matt saco el humo de sus pulmones para botar la colilla apagada en algún lugar del departamento, el departamento estaba sumido en la normal penumbra de hace tres semanas, el silencio como única compañía le permitió fumar con parsimonia, buscando en su mente lo que fuera, el tema mas banal, cualquier cosa con que ocupar su mente, lo que sea serviría para distraerlo de ciertos ojos azules de expresión arrogante…
El sonido de su móvil al vibrar sobre el piso le llamo la atención, miro con poca disposición, por hacer algo.
--Linda—murmuro al reconocer el número. De nuevo no contesto, no era nada contra ella, simplemente ella, Ryouga y cualquiera del Death Note le recordaría al muchacho rubio, hasta el probador de ropa del centro comercial, el callejón…malditamente su casa lo hacia. Hacia lo humanamente posible para olvidarlo, dejar atrás ese episodio…sin éxito alguno, las caricias del rubio parecían arderle cuando recordaba esos momentos en el salón de su departamento o en la ducha, sus labios se sentían helados cuando imaginaba los de Mello…
“Mello” la mención del nombre lo obligo a encogerse con un leve temblor en su interior, buscando atropelladamente cualquier cosa en que pensar.
Afortunadamente su móvil volvió a exigir su atención, salvándole de uno de los tantos ataques de tristeza de su jornada.
“Numero desconocido”
Sujeto el aparato…algo se movió en su pecho con añoranza…solo esperaba una llamada, de una sola persona… ¿podía resistir tener esperanza antes de volver a caer?
Su corazón se agito, aspiro hondamente y decidió que iba a contestar.
**
--¿Nate?—pregunto Giovanni por enésima vez, mas el albino seguía silencioso, colocando cartas sobre una de sus tantas torres de naipes construidas a lo largo de todo el suelo de la sala principal de la SPK.
Aquella mañana el agente se quedo para relevar a Lidner en la guardia diurna y había estado haciéndole la misma pregunta a Near desde que el albino despertó.
--Giovanni, la mención de ese nombre no debe ser escuchada en ningún lugar—exclamo N sin mirarlo, reaccionando ante su verdadero nombre—eres el único que lo conoce dentro de la organización, pero eso no significa que debas llamarme así—aviso con indiferencia colocando una nueva carta.
--Lo se, Near, solo quería que respondieras mi pregunta—dijo a modo de disculpa.
--Estoy bien.
Así que en verdad le oyó, solo que no quería contestarle. Giovanni se pregunto cuantas veces le habían preguntado algo y el muchachito simplemente no respondía.
El agente contemplo de nuevo a N, su comportamiento había sido distintito a su normal frialdad, no distraído, pero tampoco centrado en una investigación, estaba…triste.
Suspiro, le desagradaba por completo verle así, a el sobre todo, a el que en realidad pasaba la mayor parte del tiempo en la SPK…para verlo.
La tarde en que Near le revelo su nombre fue precisamente cuando el caso Kira se cerro, se presento por el como se le fue ordenado, lo encontró listo, empaco por si solo, como si quisiera salir de allí lo mas pronto posible…y sin embargo, se quedo quieto en medio del departamento de Mail Jeevas observando la nada…a partir de entonces sus oscuros ojos cambiaron su habitual frialdad a una nostalgia casi imperceptible que no era pasada por alto por el agente…
Alargo la mano para alcanzar una carpeta que el mismo había creado con archivos de sus avances de su personal investigación al pelirrojo con el que Nate vivió un tiempo.
--Near—llamo con calma, respirando hondo para tomar valor—Tengo algo para ti.
--¿Algún avance con la investigación del asesino de Zurich?—quiso saber con desinterés.
--No, no—suspiro de nuevo—es algo mas… personal—se acercó hasta el albino, agachándose para quedar a su altura—Hice esto para ti, quizás quieras…verlo—sus ojos se apagaron.
Near le dirigió una mirada atenta y tomo lo que le ofrecía, lo dejo sobre el suelo y abrió la tapa.
“Mail Jeevas”
Transcurrió un largo minuto, Giovanni miraba con atención las reacciones del muchachito…nada, simplemente estaba mirando. Deslizo sus marmóreos dedos por la fotografía del pelirrojo, siguió su camino hasta el borde y cerro la carpeta devolviéndosela al agente sin mirarlo.
Giovanni parpadeo confundido ¿no la quería? ¿No quería, acaso, la forma de regresar con Mail Jeevas? El agente estaba dispuesto a ayudarle a volver si eso hacia feliz al joven detective.
--El comandante Rester compartió información acerca de mi investigación de Mail contigo ¿no es así, Giovanni?—mas que una pregunta era una certeza.
--Fui muy persistente—respondió resignado a la deducción certera del albino—Me...interesaba saber porque estabas tan preocupado—se aclaró la garganta otra vez gracias a su imprudencia y se puso en pie.
Near le miro. El agente iba a irse cuando la voz de N le detuvo.
--Giovanni, llévatela—le ofreció la carpeta, torciéndose un mechón de su cabello.
--¿Near…tu no la quieres?
El albino no respondió de inmediato así que Giovanni tomo la carpeta.
--Giovanni…
--¿si?
--Me parece mas adecuada la SPK cuando estas aquí—le dijo, Giovanni se sorprendió, por un momento no supo que responder. Pero era cierto, a Near le era más llevadera la situación si no veía a Rester analizarlo con su ya típica resolución lastimosa o a Lidner tratando de descifrar lo ocurrido con Mail. Por el contrario, Giovanni era más cuidadoso, parecía preocuparse solo por como se sentía y lo que sentía, no por la situación en si ni por saber todo lo sucedido hacia varias semanas…Por tanto, sentía que podía confiar en el, su presencia era un relajante automático cuando se trataba de recordar la sonrisa amable de Mail…Aun sentía aquella incompresible presión en su pecho pero estaba decidido a dejar eso atrás, a conservar el acertijo que no pudo resolver, pero de una forma grata mas que frustrante, molesta o…dolorosa. Nada haría cambiar de parecer a Mail y Near tampoco iba a intentar resolver un puzzle ya resulto que no podría revolver y juntar de nuevo.
Pero…estaba bien, o al menos eso suponía, vaya, una suposición en su vida ¿Quién lo diría? Su hermano mayor, L, se dedico a trabajar por su cuenta, caso que uno tomaba el otro lo dejaba de lado, así de simple, eso si estaba claro…lo que sentía por Mail…no tanto, pero, se repitió, estaba bien, ahora tenia que enfocarse en los casos que resolvería y en olvidar las sensaciones que el pelirrojo causo en su cuerpo una vez. Si, ese era su nuevo acertijo personal.
--A mi también me agrada tu compañía, Near—dijo Giovanni al fin. El agente sonrió aprovechando que Nate no lo miraba. No estaba especialmente desesperado por acaparar la atención del albino, comprendía que era muy pronto aun, que Near estaba haciendo su mejor esfuerzo para mantener su dignidad y aceptar la única derrota que había sufrido en su vida, el agente tenia tiempo, era paciente y además su agente de mas confianza…aprovecharía esos momentos a solas, seria paciente y entonces, con el tiempo, cuando fuera adecuado el momento…se lo diría, le revelaría todo…un día, ese día seria memorable, seria el día en que podría besar los blancos labios sabiendo que le correspondían.
Si, Giovanni estaba decidido, mientras trabajaba para N, le ayudaba en las investigaciones y resolvía casos…el trabajaría con Near, en su relación, en su corazón…
**
--¡Oye, Linda te esta llamando lleva mas de…--el joven mesero no pudo terminar la frase pues una botella le fue arrojada, apenas y pudo esquivarla para evitar que los trozos de cristales le cortaran.
Antes de salir realmente lastimado mejor desapareció por la puerta por la que llego dejando solo al violento joven. Quien volvió a hundirse en la misma desesperación.
**
La puerta de metal se abrió con un zumbido potente que avisaba a quien quisiera pasar por ella que era el momento indicado para hacerlo. Los policías dejaron libre el paso al visitante, quien cruzo el umbral de metal para mirar por un momento el largo pasillo cromado que le esperaba por recorrer.
Aspiro hondamente antes de echarse a andar ignorando el cristal que dividía en dos la habitación y a la vez separaba a los visitantes de los presos; llevaba el cigarro en los labios, saco el humo cuando llego al espacio vacío con una silla que lo esperaba. Se sentó lentamente, expulsando el humo del tabaco una vez mas, empañando el cristal por un instante.
No sabia bien porque estaba allí, ni porque accedió a acudir cuando escucho del otro lado de la línea a cierta persona que no espero volver a oír.
Cuando la pantalla de smog se disipo, el pelirrojo pudo reconocer a la persona, al reo a quien fue a visitar.
Misa Amane, encontrada culpable de conspiración y complicidad, con cinco años como pena (el famoso detective L intercedió por ella por alguna extraña razón), le miro con sus expectantes ojos azules. Una insegura pero amigable sonrisa recorría sus bellas pero tristes facciones.
Matt la miro en silencio, esperando, analizando el brillo opaco en los ojos de la rubia, ella no era para estar encerrada, su carácter era demasiado “feliz” como para soportar una estadía en prisión. Eso era lo que debía estarla entristeciendo.
Mail se sintió mal por ella al instante, a pesar de todo lo ocurrido, seguía creyendo firmemente que Misa fue sincera con el respecto a su amistad…aunque hubiera razones de sobra para dudar.
El gesto de Misa se desvaneció cuando sus apenados ojos se encontraron con los inexpresivos del pelirrojo. Era la primera vez que veía apagados esos orbes esmeralda… esa era la razón por la cual decidió que quería hablar con el.
Alargo su delgada mano al auricular, Matt la imito en cuanto noto el movimiento, pero siguió en silencio.
--Hola, Matt—dijo ella recobrando la sonrisa.
--Misa… ¿Cómo estas?--¿Qué mas podía preguntar? Ella perdió el buen humor, respuesta suficiente para el hacker.
--¿Cómo estas tu?—evadió. Mail la miro atentamente.
--¿Cómo es que tienes el numero de mi móvil?—quiso saber, era mejor así, solo quería regresar a su departamento para volverse a hundir en la misma miseria, ella solo estaba recordándole a quien no debía…el cabello rubio…los ojos azules…Aunque claro, era lo único que compartían “el” y Misa…
--Linda me lo dio—explico como si nada—A veces viene a visitarme…me ha traído revistas, esmalte de uñas, un perfume, lo cual es excelente porque con este horrible overol…
--Misa—interrumpió. Ella agito sus cabellos rubios sueltos en cascada y asintió.
--Me salí del tema—admitió, Matt había olvidado la forma de ser tan… “Misa” de Misa.
--Quisiera que me visitaras, Matt—dijo ella con un tono de pena—Pero también quería hablar contigo de algo…
Matt se encogió de hombros.
--Sobre…Mello—explico Misa lentamente. La expresión del pelirrojo se alteró visiblemente, se saco el cigarro de los labios, desvió la mirada, sintiendo el sutil temblor volver a su cuerpo trayendo la opresión en su pecho que no le había dejado vivir esas tres semanas.
Negó rápidamente con la cabeza, sin poder articular palabra.
--Tenemos que hacerlo, Matt—insistió ella con tono de maestra que trata de convencer a su pupilo.
Los ojos verdes del hacker se dirigieron a ella, los azules de Misa se apagaron con consternación cuando noto lo lastimados que estaban.
--Matt…--suspiro lentamente—Lamento mucho lo que…Light te hizo…--dijo con la voz temblante, con un tremendo esfuerzo por nombrar al castaño.
--Disculparte por él no es…
--No es eso—le interrumpió—Es sobre…--bajo los ojos nerviosa—sobre la conversación que tuvo Light con…Mello.
Matt no quería remembrar aquello, pasaba cada momento de su vida tratando de olvidarlo. Deseaba irse.
Misa alzo los ojos cuando el pelirrojo no contesto.
--Misa, no quiero hablar de eso—admitió—yo…oí lo que…sucedió y…
--No, Matt—interrumpió con dulzura—estoy segura que no lo oíste todo.
Mail le miro con curiosidad.
--Misa, no se a donde quieres llegar pero yo…
--¡Matt!—grito llamando la atención de los guardias de seguridad—escúchame—pidió con su aniñada voz—Estuve allí esa tarde, creo que no te lo dije antes porque no podía llamarte—agrego avergonzada—y porque…bueno eso no importa.
--¿Decirme que?
Ella aspiro hondo, y comenzó a hablar:
--Cuando Mello entro a la oficina de Light, el me pidió que llamara a la policía, yo tenia miedo, Matt y además no entendía nada de lo que ocurría. Mello dijo que Light quería deshacerse de Misa y creo que…eso era cierto—sus pupilas se apagaron. El pelirrojo estaba impacientándose, no era de su agrado ver a la rubia en ese estado pero tampoco quería alargar más esa conversación del fatídico día.
--Misa…
--Lo se—alzo los ojos con mas animo—Quiero que pongas atención ¿de acuerdo? A todo lo que te dire.
Amane aspiro hondo y siguió su relato, esto fue lo que Mail escucho:

“—Tengo todo listo, Mello: Matt vendrá conmigo—dijo el castaño luego de revelarle a Mello acerca de su bien tramado plan para atraerlo con Dwhite usando Misa.
--Llevarte a Matt…por supuesto, Kira lo único que eres es un criminal con aires de grandeza, basura—sentencio el rubio con burla.
--Trajiste para mí a Dwhite…y a la policía—dijo Light --Tengo para ti una propuesta, Mello—le sonrió con sorna, aquellas palabras causaron gracia al muchacho.
Una imagen apareció en la pantalla del ordenador, la giro hacia el muchacho y este al momento sintió su sangre hervirle: era Matt.
El pelirrojo seguía atado a esa cama.
Sin mas, saco su arma desde detrás del pantalón encañonando a Kira
--¡Cállate, Kira!—ordeno.
--Sera un trato convincente…
--Proponer un trato…--bramo Mello mordiendo su barra--¿Sabes Kira? No tienes nada que pueda tener interés para mi…
--Te equivocas—interrumpió Light—Hay algo: Matt. Si piensas que la policía podrá llevarme con ellos, estas equivocado, yo soy un dios aquí. Aunque claro, incluso si eso fuera posible… ¿Qué harás cuando Matt este libre?
La pregunta hizo desconfiar a Mello de inmediato.
--Dime ¿estas consciente de que con mi poder puedo poner tu rostro y nombre en todo el bajo mundo del globo terráqueo, Mihael Kheel?—ensancho la sonrisa autosuficiente.
La mención de su nombre hizo entornar los azules ojos a Mello. ¿Qué demonios? Una vez trabajo para el pero… ¿Cómo encontrar su nombre cuando hacia mucho que dejo esa vida? y además era Light Yagami el sujeto mas arrogante que conocía, por tanto ¿Por qué molestarse en guardar un archivo de todos sus trabajadores?
--¿Cuánto tiempo crees que tardaran en encontrarte?—reto con un tono paciente, como si se dirigiera a un retrasado mental.
--Hazlo—exclamo Mello—Lo hará interesante—mordió su dulce sin bajar el arma aun.
--¿Crees que Matt piense lo mismo?
Los ojos de Mello se endurecieron.
--No, no creo. Quizás estés acostumbrado a huir de todos y a portar armas…--agrego—es probable que incluso tu propia muerte no te importe con tal de conseguir lo que buscas…eres demasiado predecible, Mihael.
--Cállate, Kira—alargo el arma para subrayar la amenaza.
--Si me atrapan y la mafia entera va tras de ti… ¿Cuándo tiempo crees que tarden en dar contigo y matarte?
Mello sonrió con arrogancia, iba a contestarle cuando el castaño lo interrumpió.
--¿Cuánto tiempo crees que tarden en quitarte todo lo que te importa en esta vida? Ambos sabemos que no tienes familia, amigos, nadie que sea lo suficientemente valioso para ti…con una excepción.
El gesto soberbio del rubio desapareció.
--Porque si me atrapan, gracias a ti o a la policía, es eso lo que ocurrirá: irán primero tras Matt—explico con un fuerte tono de posesión en la voz—de hecho quizás solo vayan solo tras el y te dejen vivir con el recuerdo de su muerte lenta…
--Matt te importa demasiado para que tu amenaza tenga valor—replico Mello rápidamente, tratando de encontrar certeza en ello, de convencerse de ello, sin caer en el juego del otro, mas su temor estaba comenzado a crecer. Kira sonrió abiertamente.
--Si estoy en prisión, no tendré a Matt—se encogió de hombros—tu, en cambio, lo veras morir…su rostro y nombre están también por ser enviados por el mundo, es todo lo que Kira necesita para que me hagan justicia a lo que deseo.
Los labios de Mello se fruncieron con clara ira, presiono el gatillo entonces dejando salir un estruendoso proyectil que se impacto contra un pisa papeles del escritorio, justo a un costado de Light. Misa grito aterrada.
--¡Ya basta! No somos marionetas que puedas utilizar ni mandar a matar cuando…
--Aunque no lo haga yo—interrumpió de nuevo, ajeno a su posible muerte—Eres quien eres, Mihael Keehl, no puedes cambiar nada así que ¿Cuánto tiempo transcurrirá para que tu pasado o tu futuro cobre cuentas con Matt? Lo mejor que le puede ocurrir es que muera rápido.
El rostro del rubio se contrajo, su expresión se hizo desolada, las brillantes pupilas azules perdieron su brillo fiero volviéndose asustadas, perdidas, como si buscara apoyo en alguna idea que cruzara su mente. El peso de la verdad en las palabras de Light Yagami se aferro a su cuerpo, lo cual, lo obligo a bajar el arma, de repente demasiado pesada.
Era cierto…los fantasmas de Mello le perseguían, su presente, todo lo que era, problemático, violento, impulsivo…ya antes le había cruzado por la cabeza que el maldito enano cabezón era una mejor opción para Matt ¡No! No quería pensar en Near, solo en el distraído pelirrojo…
--Toda la mafia ira tras ustedes…tras Matt—dijo Kira como un tétrico arrullo.
Mello sabia que Near llegaría, era obvio, sin embargo Kira seguía contando con bastantes puntos a su favor: aunque lo arrestaran, Mello seguiría siendo un peligro constante y considerable para Matt, y su vida…era lo mas preciado.
No podía arrastrarlo al peligro de estar con el, no, le importaba demasiado. ¿En que estaba pensando cuando se ilusiono estúpidamente? ¡Mierda!
Ignoro el frio que envolvió su pecho, no quería aceptarlo, su mente trataba de hallar una solución, pero no la encontró, solo había una opción para que Matt, SU Matt, siguiera con vida, disfrutara de una vida sin huir ni peligros de ese tipo, sin Mello, claro estaba.
--Hare que asesinen a Matt si es necesario—sentencio Kira con fuerza, dando su estocada final—si no aceptas mi trato. Ahora mismo esta transmitiendo en vivo y es cuestión de una señal para que mañana despierte debajo del mar.
Misa contemplo con los bellos ojos consternados, apagados. Rotos. Ojala hubiera visto esa misma pasión en Light por ella…si Matt no era de el tampoco seria de nadie.
--Tu mismo serás su perdición, Mihael. Morirá por ti, por seguirte…eres su muerte.
Mello bajo los orbes azules. Lo único que podía hacer para salvarlo definitivamente era…alejarse de él, irse…olvidarlo y que lo olvidara.
La sola idea le repugnaba al punto del dolor.
Misa Amane fijo la mirada en el rubio, nunca antes le había visto así: destrozado por alguien. Era injusto.
--Aceptaras el trato que te ofrezca—ordeno Kira haciendo gala de su control—Y Matt podrá vivir…
Mello no dijo nada, la policía, L o N estaban haciendo acto de presencia, por tanto era cuestión de tiempo para que arrestaran a Kira y liberaran a Matt…el pelirrojo no desaparecería con Light Yagami, pero estar con Mello era de echo peor que eso…su vida correría peligro siempre…Perderlo de esa forma no era opción.
Asintió lentamente, contra sus palpitantes deseos de atravesarle el cráneo a Light e ir tras el pelirrojo…Matt…Mail…
La expresión de la muchacha se alteró visiblemente ante la decisión de Mello. El castaño tecleo unas cuantas veces en el ordenador.
--En cuanto presione una sola tecla, Matt podrá oírte…--sonrió Light.
El rubio alzo la mirada perdida, cruzando por su rostro demasiadas sensaciones a la vez, resignación, furia, pero sobre todo, tristeza. “

Matt dejo caer el cigarro sobre la plancha, su respiración estaba agitada.
--No lo sabias todo ¿verdad?—concluyo Misa con los ojos apenados, pasando de largo el hecho de que cualquiera, a esas alturas, podía darse cuenta. Mail negó con la cabeza, aturdido todavía.
--Matt—llamo ella con persuasión, el chico la miro con los confundidas pupilas verdes—Light dijo que haría que te mataran si Mello no…no se alejaba de ti…--repitió ella.
Matt seguía en una especie de shock ¿seria cierto? ¿Qué ganaba Misa con mentir?
--No quería dejarte…en realidad creo que Mello no quiso verte muerto, prefirió perderte…--Misa bajo los ojos.
--Mello cree que es un peligro para mi—murmuro Mail, su voz era un susurro ahogado por sus propias emociones, luego se convirtió en un sonido mas audible, acompañado de una inesperada sonrisa. Misa le miro con intriga--¡Mello! Él se fue…porque quería protegerme ¿cierto?—busco los ojos de ella para recibir la respuesta, Misa asintió. El gesto feliz de Mail se ensancho, su corazón pareció despojarse de un enorme abrigo de cadenas que le apretaban el pecho... ¡MELLO MINTIO! ¡MELLO NO LE TRAICIONO, NI SIQUIERA LE USO, SOLO QUERIA SALVARLO!...¡¡MELLO NO LO CAMBIO POR DINERO!! ¡¡MELLO LE QUERIA!!
Misa sonrió cálidamente al mirar el cambio de expresión de Matt, verlo pasar de la soledad a la genuina alegría era precisamente lo que esperaba.
--Yo…nunca antes vi a Mello así—agrego ella—No tienes idea de su mirada, bueno si—se rio—la viste todos los días en el espejo.
--¿Por qué me lo estas diciendo, Misa?—pregunto con interés, pasando por alto la mención del estado critico que, según Misa, Mello sufría también. Ella carraspeo incomoda.
--Veras, Matt—sus ojos se apagaron—Light nunca me amo—la voz se le quebró—nunca hubiera aceptado perderme, estar sin mi y sufrir para protegerme de alguien…--evito su mirada mientras las lagrimas la traicionaban—Ahora estoy aquí por obedecerlo, por dejar que me usara, por amarlo, Matt…
--Misa…
--Mello hizo por ti lo que Light nunca haría por mi—sentencio alzando los ojos, mirándolo con una gran pena—Siempre quise vivir el amor en serio…es lo que Mello siente por ti, Matt, de verdad. Quizás no sea muy inteligente pero…alguien enamorado ciegamente reconoce el amor cuando ve un sacrificio así.
Los ojos verdes de Mail miraron con tristeza a la muchacha.
--Por eso quería verte—concluyo Misa pasándose el dorso de la mano por los ojos--¿se arruino mucho mi maquillaje? Tendré que pedirle más a Linda…
Matt negó con la cabeza al ver volver el carácter superficial de Misa Misa.
--¿Qué harás, Matt?—quiso saber ella dando un saltito sobre su asiento con efusividad.
El chico dudo, Mello debería estar lejos de allí, quería ir por el, encontrarlo pero…ni con sus habilidades de hacker podría hacerlo. La chispa de felicidad que ahuyento el dolor se apagó otra vez, saber eso no cambiaba nada.
--Es bueno saber la verdad, Misa---se puso en pie—Gracias, vendré otro día—se despidió y se dio vuelta dejando colgado el auricular. Ella le grito algo que fue ahogado con el cristal que los separaba, un guardia se acercó entonces.
Misa golpeo con la palma la pantalla de cristal, hasta entonces Mail se volvió y desanduvo los pasos que había dado.
Ella agitaba los brazos con rapidez mientras le decía algo con evidente desesperación, el hacker se llevo el auricular al oído.
--Esta aquí—anuncio de inmediato.
--¿Qué?—las pupilas de Matt se dilataron, su corazón se agito por automático, latiendo sin freno.
--Linda me dijo que no se fue… ¡Seguro te esta esperando!—sonrió ella--¡El amor espera!—remato en un tono de comercial de TV, o eso le pareció a Matt , sin embargo, con o sin ese tono…la frase le lleno de alegría. Una sincera sonrisa ilumino su rostro por primera vez en tres semanas.
Dejo botado el aparato y salió de la sala corriendo cruzando la puerta de metal, Misa ya no pudo verlo entonces, pero se sentía mas tranquila, quizás la herida que le dejo Light tardaría en sanar pero tenia tiempo.
Matt siguió corriendo hasta salir de la prisión, su corazón estaba acelerado, si lo que dijo Misa era cierto…significaba que en realidad Mello sentía algo mas…
Tomo su móvil, la lucecilla ilumino las precoces sombras nocturnas, y tras teclear con rapidez se lo llevo al oído.
--Matt—oyó del otro lado.
--Hola, Elle…
**
Las luces de neón azules brillaron en medio de parpadeos constantes que iluminaban apenas la estancia sumida en las penumbras, acompañada de una constante neblina blanquecina que bañaba a los vibrantes cuerpos. Se apretujaban entre ellos sobre la gran pista de azulejos, los meseros se transportaban diestramente llevando en alto las bandejas con tragos, licores y todo tipo de bebidas. Pasando en medio de chicas de cortos y llamativos vestidos, muchachos de costosa ropa, incluso una que otra persona madura con apariencia juvenil, quienes eran los que más consumían del delicioso licor.
La segunda planta, conformada por un solo pasillo alrededor de la estancia y a la que se accedía por unas alfombradas escaleras de barandales de cristal, estaba repleta de personas entorno a las altas y redondas mesas de cristal.
En la parte baja, mesas y sillones estaban todos ocupados. La estruendosa música retumbaba en las paredes pintadas de un color claro a juego con otros muros oscuros para crear una atmosfera misteriosa.
La barra, al fondo, una media luna gigantesca tras la cual tres bartenders servían y jugaban en malabares con las distintas botellas, era de un color gris metálico, revestida con metal, sobre las cabezas de los barmans y detrás de ellos, sobre los numerosos estantes, podía haber exhibidos mas licores que en cualquier cava.
Las bebidas, de todos tamaños, sabores y presentaciones, se deslizaban por el metal hasta sus dueños, quienes volvían a sus mesas o a la pista, ya que, la estancia al pie de la barra estaba específicamente prohibida y sancionada con la expulsión.
Las luces parpadearon en medio de la oscuridad de forma estrambótica, al ritmo de la música, logrando una atmosfera vibrante y excitante para cualquiera con intenciones de divertirse.
Afuera, la larga fila se extendía varios metros comenzando en la puerta del re abierto bar, donde el agente de seguridad, alto y calvo, decidía quien estaba facultado para cruzar la delgada cinta de terciopelo negro.
El gran bar resplandecía con sus negros y brillantes muros, mientras las letras de su nombre sobresalían en su blanco color: Death Note’s Bar.
Varios automóviles estacionados afuera dejaban el paso libre para el callejón que conducía a la entrada trasera de los más esperados trabajadores del aclamado bar.
Adentro, una alta chica de largo cabello castaño, recogido en dos altas coletas, salió desde la puerta oculta escaleras arriba que era rodeada con seguridad por todos lados. Bajo por las angostas metálicas escaleras y se dirigió, moviendo discretamente su cuerpo metido en un corto vestido plateado. Cuando sus tacones tocaron el suelo se encamino hasta la barra.
--¿Contemplando tu obra de arte?—pregunto de pronto a gritos la amistosa voz de Ryouga, quien le paso un brazo por encima de los hombros desnudos.
--Nací para ser artista—respondió ella mirando el remodelado Death Note. El chico se echo a reír.
--Si Takada no lo hubiera vendido este lugar no seria lo que hiciste de el—comento encogiéndose de hombros. La muchacha asintió de acuerdo. Era cierto, apenas Kiyomi Takada salió libre de prisión acepto la propuesta de Linda de vender la propiedad del bar, lugar que le recordaba a Light Yagami, y luego simplemente salió del país, tampoco asistió al juicio del castaño.
Ryouga se subió a la barra por un costado para pasarse del otro lado y mirar a la muchacha desde allí.
--Pero aun así, Linda…falta algo—le sonrió con ganas quitándose la chaqueta para dejar ver su torso desnudo. Ella le miro con picardía.
--¿Matt?
--No—se echo a reír—Bueno si, pero tiene un mejor empleo ¿cierto?
--Eso fue lo que nos dijo Mel…
--Linda—le interrumpió—si hablas del diablo lo invocas antes de tiempo—dijo. Ella asintió.
-- Además…no hubiera funcionado…--convino ella—con…el pelirrojo.
Ryouga se encogió de hombros recargándose sobre el frio metal.
--¿Estas libre después de tu despedida de la barra?—la palmeo. Linda se le acerco peligrosamente.
--Sigue soñando—exclamo como juego revolviendo sus cabellos.
El DJ, sobre su propio balcón, bajo el volumen de la música para comenzar con el verdadero motivo del Death Note. La función principal. Las subastas humanas.
Ryouga se subió de un brinco a la barra tomando un micrófono en el camino.
--El Death Note les da las gracias por estar aquí—dijo con una sonrisa al público que estaba arremolinándose entorno a la placa de metal, incluso la parte superior del bar dejó su agitado movimiento para prestar atención.
--Esta noche, en la semana de reapertura de inauguración—ensancho su sonrisa—Traemos para ustedes la despedida de las subastas de la dueña, jefa de todos—hizo un saludo militar y extendió su mano a Linda.
La música regreso entonces en un tono bajo al principio.
Groupie.
Ella se rio con ánimos y subió a la barra.
--La subasta empieza en… ¡Diez mil!
La música retumbo con todo volumen cuando Ryouga dejo espacio para la castaña; el publico se dejo oír con gritos y aclamaciones, olvidándose de su propio baile para enfrascarse en la subasta.
La muchacha se movió sobre la placa, pasando sus manos por su cuerpo, tal y como acostumbraba.
Las cantidades empezaron a escucharse con ofertas que subían constantemente de precio mientras Linda bailaba, voces masculinas y femeninas aullaban por encima de la música.

El ensordecedor retumbar llegaba hasta la parte trasera del bar, donde los trabajadores entraban y salían, miraban fugazmente el orden de las subastas pegado en la puerta, luego se preparaban o volvían a sus deberes.
Todos menos uno, la única persona allí que no hablaba con nadie, que seguía inmóvil sobre la silla, la capucha de su chamarra le cubría el rostro al tenerlo inclinado hacia abajo, los brazos caían sin fuerza en medio de sus piernas, sosteniendo una barra de chocolate a medio comer.
Siempre silencioso, siempre solo.

Afuera un reluciente automóvil rojo salió de la fila de vehículos, que avanzaban lentamente, para acercarse a la acera donde el calvo guardia le miro con desconfianza. Iba a enviarlo de vuelta a la fila cuando el cristal de la ventanilla bajo lo suficiente para que pudiera mirar el interior. Con un solo movimiento de la mano el calvo guardia le indico la parte trasera, el conductor asintió dando las gracias y dirigió el automóvil por un costado del bar para llegar al estacionamiento poco concurrido de trabajadores.
El conductor respiro varias veces para tratar de calmar sus desatados nervios. Podía escuchar la música hacer vibrar los muros, la sentía hacer vibrar los cristales de las ventanillas de su automóvil. Tamborileo los dedos sobre el volante y se saco el chaleco.
Dio una última calada a su cigarro y salió del vehículo.
Conforme se acercaba al lugar, escucho la canción que estaba creando el ambiente dentro del bar.
Follow the Leader.
Un tipo de seguridad, que no conocía, lo envió hacia la entrada principal. Matt suspiro y dio vuelta. No tuvo problema para acceder al remodelado y moderno Death Note. Arqueo las cejas con sorpresa cuando sus ojos pasearon por el decorado, se abrió paso entre los cuerpos de la concurrencia, aguzando la vista debajo de los googles para mirar a través de la espesa neblina blanca.
Alzo los ojos para mirar una silueta moviéndose sobre la barra.
Sorry for party rocking.
Su mirada se hizo divertida cuando reconoció a Ryouga moviéndose sobre la gigantesca barra.
De pronto se sentía vivo, con renovadas fuerzas, con un propósito…todo gracias a la confesión de Misa.
--¡Vendido!—anuncio Linda por un micrófono, Matt suspiro sin saber por cuanto subastaron al chico— ¡El plato fuerte esta aquí!
El corazón del hacker dio un vuelco.
--¡La subasta empieza en…quince mil!—grito la castaña señalando el fondo oscuro del espacio entre barra y botellas.
Till I collapse
Los ojos verdes de Matt se abrieron expectantes cuando la delgada y alta figura de negro subió de un salto a la plancha.
Su corazón se agito, si no fuera por la música de fondo, podría oírlo. Allí estaba. Solo con verlo todo ese desazón, todo ese dolor desaparecía al instante.
Inconscientemente se acercó abriéndose paso.
El subastado se saco la chamarra negra dejándola caer sobre el piso, el público aulló complacido, cuando pidieron ver el ceñido chaleco de cuero que dejaba al aire su bien formado abdomen, y el ajustado pantalón negro.
Matt miro el cabello rubio, el rostro delineado, la figura…
El cuerpo del rubio se movía al ritmo, con insinuaciones claras, caminando sobre la plancha.
--¡Diecisiete mil!
Les dio la espalda para comenzar a bajar el cierre del chaleco, abrió las mitades cuando lo logro.
La concurrencia se arremolino desesperada.
--¡Diecisiete mil quinientos!—grito alguien.
Mello se giro entonces mostrando el fuerte torso, el único lugar donde las miradas se centraban…excepto la de Matt, quien fijo sus ojos en los del rubio…estaban distintos, mas fríos, renuentes, coléricos…vacíos.
--¡Dieciocho mil!—se oyó decir.
Give it a go.
Mello se detuvo en medio de la barra llevando una de sus palmas hasta su cuello, bajándola sobre su piel por la extensión de su torso hasta su vientre, el pantalón de cuero apenas cubría y su hombría, simulando que una mano externa le tocaba y que…estaba disfrutándolo.
Dejo deslizar el chaleco por sus torneados brazos un par de veces, subiéndolo de nuevo a su lugar luego sujetando el cierre en un evidente juego; hasta que por fin cayó; las manos del público buscaron conseguir la prenda.
Turn Around
Movió su cadera de forma descaradamente insinuante, reanudo su caminata pasando a recoger una botella de licor y se la llevo a los labios, tras darle un trago llevo la boquilla a su cuello, dejo rociar el líquido por su garganta, resbalar por su pecho y desembocar hasta su abdomen, dividiéndose en cardenales de liquido que viajaban por las divisiones de su abdomen hasta mojar el borde del pantalón.
El publico exploto. Las manos se alzaron en su dirección, mas era imposible llegar a tocarlo.
Mello le arrojo la botella suavemente, el contenido salpico a las primeras filas de multitud, pero estas no se molestaron, es mas, gritaron por recibir incluso mas.
El rubio llevo las manos a su cinturón, deteniéndose otra vez en medio de la barra, se quedo quieto medio segundo, lo suficiente para que subieran las ofertas.
--¡Veinte mil!—ofreció alguien.
--¡Veintiún mil!
--¡Veintiún mil quinientos!
Booty Booty.
Sujeto la hebilla para deslizar el cinturón por su cadera, lo golpeo contra el viento y luego se lo paso por detrás del cuello. Agito sus cabellos rubios con displicencia, con soberbia, sabiendo que allí nadie seria digno de él, quizás todos menos uno, pero eso solo lo sabia Matt.
-- ¡Treinta mil!
Mello se mordió el labio inferior mientras llevaba las manos a su botón, sacándolo de su lugar mientras movía su cuerpo acariciando con su otra mano su vientre, bajando peligrosamente, incitativamente, sexualmente.
--¡Cuarenta mil!—grito un joven alzando el dinero en alto.
Mello saco de su pantalón su barra de chocolate, acariciando sus labios con el dulce de forma provocativa, ensuciándose los dedos con la barra que se derretía, llevándoselos a la boca para lamer el dulce.
--¡Cincuenta mil!—anunciaron un grupo de amigos.
Mello no paraba de moverse incitando, simulando con su cuerpo las embestidas propias del sexo mientras no detenía las lamidas.
Don’t stop the party.
Linda hizo un ademan al DJ para que bajara el volumen, si seguía sin venderlo era posible un altercado.
--¡Vendi…
--¡Cien mil!—anuncio una nueva voz interrumpiendo a la castaña. El público se miro entre ellos para encontrar al responsable.
Mello también se quedo inmóvil, buscando entre la multitud a su comprador.
La castaña subió a la barra junto al muchacho.
--¿Dónde estas, comprador?—pregunto Linda, el grupo de amigos comenzó a protestar—Ya se había efectuado la subasta y…
--¡Doscientos mil!—subió la oferta abriéndose paso hasta el frente, los ojos de Linda se abrieron con sorpresa cuando vio aparecer a Matt.
Mello retrocedió por impulso, su corazón se aceleró al mirar al pelirrojo, estaba realmente confundido.
--Ofrezco doscientos mil—repitió Mail.
--Trescientos mil-dijo alguien mas, la muchacha miro para encontrar al nuevo oferente, mas luego se convenció de que lo escucho demasiado cerca.
--Cuatrocientos mil—intento Matt sin apartar los ojos de Mello, quien le devolvía el gesto con molestia mezclada con sorpresa.
--Quinientos mil—dijo su oponente, esta vez Linda si hallo a la persona: giro sus ojos a un lado para verificar si había oído bien, Mello estaba comprándose a si mismo.
Eso no estaba permitido, mas bien, no había regla al respecto. Nunca hubo ninguna ocasión que hubiera sido necesaria aplicar una norma así.
Linda dudo un momento.
--Seiscientos mil—replico el pelirrojo, comenzaba a ser una competencia. La concurrencia entera estaba impacientándose.
Mello frunció los labios evidentemente contrariado, por un momento no supo que hacer ante el descaro, luego resoplo con pesadez.
--Supongo que entonces…--comenzó Linda—estas vendi…
--Setecientos mil—objeto el rubio mirando amenazadoramente a Matt, quien no se veía nervioso mas.
--Mello—regaño la castaña en voz baja, cubriendo el micrófono con una palma—No puedes comprarte a ti mismo…
--Acabo de hacerlo—iba a darse la vuelta para bajar y salir de allí. El publico dejo salir exclamaciones y abucheos.
--¡¡Novecientos mil!!—ofreció el pelirrojo dando otro paso, Mello se volvió hecho una fiera.
--¡VENDIDO!—exclamo Linda antes de que el rubio hablara, este fijo sus iracundas pupilas azules en ella.
Nadie en el público estuvo muy de acuerdo. Matt se acercó a ellos hasta la barra, miro expectante al rubio, con el rostro surcado en ansiedad. Mello, resoplo seriamente molesto y de un salto bajo de la barra.
--Ve—susurro Linda con una cálida sonrisa, el pelirrojo asintió devolviéndole el gesto levemente en agradecimiento y siguió al rubio por la puerta lateral del lugar.
--¡La siguiente subasta será el postre de esta noche!—dijo ella por el micrófono, Matt ya no escucho quien seria la o el siguiente subastado.
Avanzo por el largo corredor iluminado con luces de neón azules, miraba la espalda de Mello, quien caminaba con clara rabia. No quería hablar aun, no, no todavía.
Sin embargo, aun con todo ese silencio, la situación un tanto incomoda, Matt se sentía feliz de verlo.
Por fin Mello cruzo una nueva puerta que comunicaba con una especie de callejón bardeado, solitario por completo, no se volvió a ver al pelirrojo ni un momento.
--¿Qué esperas?—pregunto con aspereza. Mail de pronto ya no se sintió tan seguro.
--¿A que…a que te refieres?—quiso saber apenado.
--¿Qué estas esperando, perro?—se volvió de golpe--¿Pagaste no es así?—extendió los brazos a los lados dándole a entender que estaba esperando que el cliente se comportara como tal.
Mail suspiro en silencio, un tanto divertido, tiempo atrás, sin dudar lo hubiese echo, mas ahora tenían otros asuntos pendientes.
--No…yo…
--Entonces ¿Qué mierda quieres?—interrumpió con brusquedad.
--Verte—dijo simplemente. Mello parpadeo aturdido ante ello, no supo como contestar al principio—Yo solo…quería verte, Mello—aparto la mirada. La expresión del rubio se hizo desolada, era un golpe verlo en ese estado por su culpa…pero aun así seguía siendo lo mejor.
Aspiro hondo para reunir el descaro necesario.
--Pues yo no—dijo con un tono de cruel burla--¿no te quedo claro?—sonrió llevándose el chocolate a la boca. El hacker alzo su mirada atento a las palabras de Mello, se quito los googles del rostro y los dejo de lado, botándolos en el piso.
--No es cierto—repuso.
Las pupilas azules de Mello se endurecieron ante la seguridad con la que el hacker hablaba. Su voluntad estaba flaqueando.
--Por favor, perro—se burlo apartando la mirada con soberbia, si no lo miraba resultaría mas sencillo—Me fuiste útil y ya, yo nunca podría tener especial interés por ti.
--Si solo querías irte ¿Por qué no te has ido? Nadie te obliga a ocultarte aquí—menciono Mail como un reto.
El rubio le miro.
--Eso no…
--Si me importa—interrumpió el hacker, suspiro y luego le sonrió, una corriente eléctrica recorrió la espalda de Mello en cuanto miro la sonrisa.
--Ya me viste—murmuro tras una pausa.
--¿eh?
--¡Que ya me viste, perro idiota!—grito--¡¿Qué mas quieres ahora?!
Los orbes esmeraldas de Mail se apagaron.
--Trabajaste con Near para…salvarme, Mello—murmuro.
--No repitas eso—pidió—No sucederá de nuevo.
El hacker dirigió la conversación a su prueba mas consistente.
--Misa me dijo que…
--¿Hablaste con Amane?—se alarmo.
--No me importa, Mello—dijo al fin, el rubio guardo silencio—No me importa que…escucha quiero….yo…
--¡¿Qué?!—se impaciento.
--Quiero estar contigo—dijo mirándolo fijamente. Las pupilas de Mello se dilataron ante la confesión--¿tu quieres lo mismo?—aventuro dando un paso y extendiendo la mano hacia él.
--Detente—ordeno Mello en voz baja, bajando los ojos.
--Mello…--se acercó hasta el para tratar de rodearlo con los brazos.
--¡Lárgate!—grito alzando los ojos, sacudiéndoselo de encima y retrocediendo--¿no lo entiendes, imbécil? Voy a arrastrarte a mi vida, a tu muerte, a…
--No me importa…
--¿Eres demasiado idiota, acaso?
--En serio, Mello, no me importa, yo solo quiero…
--¡Pues a mi si!—interrumpió--¡A mi si me importa! ¿Crees que estaré bien sabiendo que estas en peligro? ¡No quiero ponerte en peligro! ¡No otra vez!—admitió, respiro agitado tratando de recobrar la compostura, de nuevo traicionado por sus sensaciones e impulsos. Bajo el rostro. Toda esa seguridad arrogante le había abandonado de pronto, se sentía vulnerable ante el pelirrojo, una debilidad cálida, necesaria, la deseaba en realidad, quería sentirla porque ansiaba también reconfortarse con Matt.
Matt se quedo callado, pasmado por lo que acababa de oír, para el eso era toda la confesión que quería oír.
--Trabajare con L resolviendo casos, como su hacker—exclamo Matt despacio, Mello le miro de reojo sin comprender pero sin ganas de hacerlo tampoco—Near y el…ya no están en el mismo “equipo”—agrego, el rubio siguió en silencio—Así que Elle cree que…quizás quieras unirte a nosotros, digo, a L le pareció que serias un buen detective y…
Mello alzo los ojos con intriga. Matt se encogió de hombros.
--Ya no tendrías que huir nunca, seguros casi siempre—se apresuró—Y…y…y ya no habría razón para…
Mello le miro cono interés, el distraído pelirrojo estaba dispuesto a dejar la universidad, a trabajar con L, a estar con el rubio. Había ido hasta allí por el, descubrió que no se había ido porque…no podía, de alguna manera estuvo esperando con ansia verlo llegar, retarlo y tratar de convencerlo de cambiar de parecer. Porque en realidad Mello deseaba mas que nada estar con Matt.
--Para que…sigas aquí—dijo al fin, recriminándose por no decirle la verdad: ya no tendrían por qué estar separados—Aunque bueno…si quieres podrías subastarte cuando quieras, hasta yo podría hacerlo…y…--comenzaba a balbucear.
Mello dio unos pasos que Matt no noto porque estaba distraído en sus palabras.
Apenas el pelirrojo sintió su presencia cerca alzo la mirada, creyó que iba a golpearlo por sugerir aquello, mas las manos de Mello viajaron hasta su rostro para rodearlo y terminar con la distancia entre ambos.
Sus labios se juntaron cálidamente, mientras sus corazones palpitaban con fuerza contra sus vibrantes pechos.
Matt se dejo llevar por la calidez que tanto había anhelado y Mello dejo guiarse por sus emociones, no, por sus sentimientos. Atrajo mas al pelirrojo para intensificar el beso, abriéndose paso por su cavidad para sentir la templada lengua de Matt.
Un estremecimiento sacudió al hacker, sus manos volaron hasta el rubio cabello para no permitirle escapar de ese momento.
Por fin Mello se separo lo suficiente para apoyar su frente contra la de Matt.
--Perro… ¿de verdad quieres esto?—susurro.
--Mas que nada, Mihael—sonrió ampliamente. Mello le devolvió el gesto un tanto mas confiado.
--Idiota, Mail—exclamo—Aun así no dirás ese nombre—ordeno con suavidad.
--De acuerdo—acepto. Aparto el rostro para mirar a Mello, hundirse en esas pupilas azules y quedarse allí, fundirse con el y nunca salir de ese lugar, porque el rubio nunca saldría de su corazón.
Le sonrió abiertamente, Mello suspiro en silencio cerrando los ojos.
--Idio…--fue interrumpido por los labios de Matt que se posaron en los suyos, abrió los ojos un momento mas luego se dejo llevar cerrándolos lentamente, imitando a Mail, la única persona que le importaba en realidad, la única con la que quería estar…el único a quien podía decir que amaba.
Le rodeo el cuello con los brazos, sintiendo los del pelirrojo sobre su cintura, y simplemente se dejo llevar.

FIN!!!!

Notas finales:

Songs:

Groupie, de Bob Sinclair
Follow the Leader, de Jenifer Lopez ft Wisin y Yandel
Sorry for party rocking, de LMFAO
Till I collapse, de Eminem
Give it a go, de Timbaland ft Veronica
Turn Around, de Flo-rida
Booty Booty, de Pitbull ft Sensato del Patio

Ok, esas son las canciones =)

Ahora si ¿que tal? Este fue el finaaal yuhuuuuuuuuuuuu (dando de vueltas en circulos) En serio estoy feliz y quiero dar las gracias por leer, por darse el tiempo de seguir el fic, los comens y el contador de lecturas me motivo para seguirlo!!! Gracias, graciaaas!

Este fic significo mucho pra mi, pues fue mi experimento yaoi, nunca antes habia hecho uno =S, ademas de ser el primero yaoi q publico completo, y el cuarto fic en general q termino y publico!!!

Les dire algo mas ates de dajarlos partir (buu u.u) esta en proyecto una segunda parte, aun no esta confirmada a un 100% pero puede suceder!! =D


Sin mas que decir GRACIAAAAS !!!!! MUCHAAAAZZZ GRACIAAAAZ!!!!!!!!! =D


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