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Experiencia por Nyx Erinea Kitsune

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Notas del capitulo:

Como lo prometido es deuda... ante ustedes el capitulo 2:

Experiencia

Nyx Erinea Kitsune

Capitulo 2

 

Seis meses habían pasado desde aquel día en que me excusé para salirme de la fiesta de Kuwabara, con algún pretexto barato. Los días después de ese fueron normales y monótonos para mi, nadie de mis amigos vino a verme afortunadamente, ya que no tenía ganas de lidiar con nadie.

El único que aun venía a verme, aunque por raro que suene, fue Hiei.

Entró por mi ventana tres días después de aquella fiesta, obviamente dejé que se quedara, aunque yo aun sentía cierto recelo hacia él. Por supuesto no se lo hice saber en el momento, ya que necesitaba calmar mi rabia para poder hablar sereno con él.

O quizás esperaba que fuese él quien comience a explicarse. Sin embargo, Hiei nunca dijo nada.

Al pasar los días yo había asumido mi posición de ‘amigo por siempre’ para Hiei, por lo que de a poco indagaba y preguntaba por Yusuke interesado, por su relación y sus sentimientos, aunque fuese Hiei quien contestase mis preguntas como quien no quiere la cosa, característico en él. 

Ahora, luego de tantos meses ya estaba más que asumido que Hiei se había ido de mi corazón, yo no podía sufrir por un amor no correspondido.

Jamás lo había hecho, no quería empezar ahora.

….

Una noche calurosa entré a la ducha  dispuesto a descansar merecidamente, el jabón recorría mi cuerpo, llenándolo de espuma y de fragancias frescas; mi cabeza la eché hacía atrás sintiendo como mi cabello mojado pegado se encontraba a mi espalda haciéndome leve cosquillas. Mis ojos cerrados, concentrado únicamente en el sonido del agua saliendo, y el contacto que éste tenía  con mi piel.

Minutos más tarde completado mi aseo personal, amarro una toalla a mi cadera mientras seco mis cabellos ligeramente con otra. Al salir del baño de mi habitación jamás hubiese pensado ver lo que estaba enfrente de mis  ojos  a pesar de la penumbra en la que se encontraba:

Hiei en la cama de mi habitación  hecho un novillito acurrucado, su respiración se escuchaba algo entrecortado, y por lo poco que podía ver se notaba la tinción rojiza de sus mejillas.

Me preocupé al instante y girándome para encender las luces doy un brinco al escuchar la voz gritando de Hiei:

-¡No las enciendas!

Obedecí indeciso acercándome hacia él, me fijé en el hecho de que parecía querer esconder algo en su regazo. Su jagan brillada tenuemente en la oscuridad.

-Hiei, ¿Qué sucede?

-¡No te acerques! –Me gritó Hiei parándose rápidamente, aun con el rostro bajo, dirigiéndose velozmente hacía la ventana.

No le permití irse tomándolo de la muñeca, y con algo de fuerza lo tiré hacía mi, y nuevamente, no estaba preparado a lo que iba a sentir

-Hiei… estás…

Y como acto reflejo, Hiei se alejó de mi tan rápido como pudo. Yo aun lo tenía del brazo.

Mi cara en esos momentos fue casi indescriptible, pero puedo decir que nunca me había asombrado tanto con Hiei como lo hice ese día, después de todo no todos los días se lo podía ver notablemente excitado.

Y definitivamente no estaba equivocado, además del hecho de haberlo sentido, Hiei intentaba aun ocultar lo evidente, fracasando en el intento.

-Suelta, Kurama… - Su rojo aun era intenso. No me miraba a la cara.

Pero yo no podía dejarlo irse así, estaba seguro que Hiei nunca regresaría a causa de su vergüenza. ¿Pero qué culpa tenía yo? Después de todo, fue él quien utilizó su jagan para buscarme y para mala suerte encontrarme desnudo…

-Ponte ropa, demonios.- murmura de repente, refiriéndose a que yo aun me encontraba en toallas.

 Fue entonces que una duda vino a mi mente:

¿Era quizás que Hiei seguía siendo virgen?

Era todo un hecho: Hiei espiando y excitándose solo por verme,  ocultando su excitación de aquella forma, aquel inocente sonrojo intenso, y su respiración entrecortada. Se veía a leguas que no sabía qué hacer…

-Hiei… ¿Aun no lo has hecho con Yusuke?

Su reacción fue la que esperaba, me miró enojado  tratando de zafarse buscando su espada; lo que él no esperaba fue que yo le ganase en rapidez, empujándolo en la cama, para que él caiga estirado en ella.

-No te avergüences. ¿No ves que solamente soy yo? Es una reacción natural la que tienes…-Le dije colocándome encima de él, no aplastándolo, pero lo suficientemente apretado como para que no se escapara. Coloqué una de mis piernas en su entrepierna, aun sintiendo la dureza. -Tanto tiempo esperándolo, ¿no es así? Que él te toque…

Se notaba en su seño fruncido que lo que yo decía podía ser cierto, aunque no me mirase. Su boca estaba curvada, parecía indeciso… Pobre Hiei, estaba en una especie de encrucijada en su propia mente.

-Si deseas satisfacer tus necesidades como hombre, deberías decírselo…

-¡No puedo!-

-Díselo sin palabras entonces, utiliza tu cuerpo… Yusuke es igual de virgen, seguramente no tiene ni idea por la etapa en que estas pasando…

-No sé cómo… - Si Hiei me contestaba, debía estar de verdad deseando ser tocado, de lo contrario en esos momentos yo hubiese estado seis metros bajo tierra cortado finamente en millones de trozos...

Y mientras más lo miraba, más hermoso me parecía.

Dirigí una de mis manos a su cintura, notando un respingo espontaneo por parte de Hiei, seguramente sintiendo mas vergüenza que deseos…

-Has que tu cuerpo se maneje solo, no pienses en nada mas que no sea disfrutar… - Posé entonces mi mano en su entrepierna, lo acariciaba despacio y con cautela mientras su respiración aumentaba gradualmente. Metí mi mano dentro de su ropa suavemente, y lo miré a la cara: Era el rostro más hermoso que había visto jamás. Mantenía sus ojos cerrados, apretados, como un gatito jugando, tenía una leves gotitas resbalando por su frente y su boca levemente abierta con labios brillantes, sus mejillas rojas productos de la pena y el calor…

Tomé su miembro entre mis manos decidido, provocando que él abría sus ojos sorprendido, trató de apartarse pero yo no se lo permití abrazándolo, colocando todo el peso de mi cuerpo sobre el suyo, pegando mi pecho desnudo a su ropa, sintiendo atreves de ella la musculatura de Hiei.

Mientras, la mano que tenía en su miembro la movía masajeándolo a lo largo de su excitación, a lo largo de todo lo que era Hiei, queriendo que él se sintiera a gusto, cómodo con lo que era, con lo que sentía, esperando a que no sintiera vergüenza a sus deseos, a sus ganas, a sus fantasías…

-Abrázame, Hiei. Aquí no hay nadie más que tú y yo…- Le dije notando lo tieso que estaba su cuerpo bajo el mío, sin embargo luego de haber mencionado aquello, los brazos de Hiei me rodearon con una necesidad camuflada de cariño. Yo estaba seguro que lo que yo le hacía le estaba gustando demasiado, porque en ningún momento se apartó de mi, ni de mis manos, sus brazos jamás se desprendieron de mi cuerpo, sus manos tocaban mi espalda, y su respiración se aceleraba moviendo su cuerpo aproximándolo al mío, era signo de que estaba a punto de venirse… Lo toqué más fuerte, más rápido, con más deseo, más próximo a mí, más juntos, mas uno…

Y llegó.

Irguió un poco su espalda, producto del placer, con un escalofrió recorriendo a lo largo de su cuerpo.

Su semen llegó hasta mi mano al fin y gustoso di unos cuantos masajes más hasta dejar a su miembro en paz.  Mientras tanto luego de unos minutos seguíamos apretados, yo no veía el rostro de Hiei… sin embargo estaba más que seguro que cuando nos separáramos, se iría refunfuñando, enojado por lo que acababa de hacerle…

Levanté mi rostro, evitando mirarlo, me acosté a su lado aparentando normalidad, como si Hiei y yo nunca hubiésemos hecho nada.

  -No te sientas mal por lo que acabamos de hacer. Eres mi mejor amigo, es algo normal que sucedan cosas como estas a veces… no te preocupes por Yusuke…

Cuando me giré para mirarle, una almohada se aventó contra mí, parando de lleno en mi cara.

-Le fui infiel…

Me dijo, y yo quité la almohada de mi rostro. El tenía su brazo tapando sus ojos, aun en la pose que yo le dejé después de que acabara en mis manos.

Hiei estaba sufriendo por  pensamientos de infidelidad… ¿es a eso que Hiei tiene tanto miedo? Parecía mentira.

-¿Qué es serle infiel, Hiei? ¿Engañarlo? Tú no has hecho tal cosa… Solo te ocupaste de tu cuerpo con tu mejor amigo,  solo estas satisfaciendo algo que querías…  Aparte ¿No te lo dije hoy, Hiei? solo estamos tu y yo, nadie sabrá de esto, y si nadie sabe, ¿cómo puede ser esto infidelidad?…puedes confiar en mí, nunca diría nada… Y lo más importante, tu aun sigues queriendo a Yusuke…eso no cambiará…

Las palabras salieron solas de mi boca en actos reflejos para ver en mejor estado a Hiei.

¿Qué era un maldito masoquista, acaso? ¿Quién demonios dice esas palabras de aliento a la persona que ama para que se quede con otra? Maldita sea…

-Eres un idiota. – dice de repente Hiei, sonriendo de lado, aun tenía sus ojos tapados por su brazo. Pero su sonrisa nunca se había ido, fue entonces que caí en cuenta que Hiei estaba feliz.

Y yo sonreí también.

Si, el amor te hace decir palabras que nunca pensaste que dirías solo para ver feliz a la persona que amas… y era lo más hermoso que me podía pasar…

 

Fin del capítulo 2

Notas finales:

¡Kurama al fin se puso las pilas! espero que no se le vaya de las manos las cosas que hace con Hiei... Es muy chistoso como se las ingenia para que Hiei crea que no fue infidelidad. Es un zorro malvado metiendose con la inocencia del demonio de fuego...

En fin!

Me gusta muchos recibir sus reviews. Gracias!! Hacen que mis dias sean mas placenteros y que mis fics valgan la pena... 

Los saluda una muchacha que se lamenta por su imaginación tan limitada. 

Nyx Erinea Kitsune 


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