The Resistence
Capítulo II
El sonido de sus pasos resonaba en aquel húmedo y oscuro pasillo. En los faroles, las polillas revoloteaban incesantemente mientras él pasaba por debajo.
Al entrar al departamento no vio nada fuera de lo normal. Realizo su rutina protocolar antes de ingresar lo que impidió que se pusieran alerta: tres golpes seguidos y uno luego de una pausa antes de insertar la llave en la cerradura.
Chen estaba recostado sobre sofá de cuero mirando la televisión y apenas revoleo sus ojos para verle cuando entro. Xiumin le puso más atención y le quedo mirando expectante.
_ Ocurrió un accidente- dijo Tao detenido junto a la puerta.
De inmediato todos le prestaron atención, incluso Lay que tocaba la guitarra en un rincón del otro lado de la sala.
_ Tao, ven aquí- le llamo el líder desde la otra sala contigua, que en realidad era una especie de despacho/biblioteca.
_ Hola- dijo el joven al verle esbozando una sonrisa cálida mientras su líder le veía sentado en un sillón de un cuerpo.
_ ¿Qué paso?- le preguntó.
_ Sehun intentó suicidarse.
_ ¿Cómo?- preguntó Lay al entrar con los otros dos.
_ No sé bien que paso pero ahora esta grave porque se disparó a sí mismo al pecho.
_ ¿Luhan?- preguntó Xiumin.
_ Sedado.
Kris, el líder, se echó hacia atrás en el sillón y quedó pensativo.
_ ¿Sabe si ocurrió algo entre ellos?- pregunto Chen sentándose en el borde del escritorio.
_ No lo sé. Sólo sé que hay un nuevo detective con ellos.
_ ¿Sabes cómo se llama?
_ Kim Jong In. Viene de la capital, es de la última generación.
_ Como están las cosas lo demás irán a Hilin a ver a Sehun- dijo Kris- deberemos estar atentos a lo que pase. Tao, deberás volver.
_ ¿Me tengo que ir de nuevo?- pregunto poco entusiasmado.
_ Adelántate, pronto nosotros también iremos.
_ ¿Qué harás?- pregunto Lay al líder.
_ Por el momento observar, pero debemos estar atento a lo que ocurra. Tal vez nuestro momento este cerca.
La expresión de Jong In estaba absolutamente consternada mientras le miraba parado junto a su cama. De un momento a otro ¿Cómo habían llegado a esto?- se preguntaba. Pero era difícil de comprender, no solo la expresión de dolor de Luhan mientras dormía forzado por los calmantes; expresión que nunca tuvo ni siquiera bajo los pesados grilletes, sino también la decisión de Sehun de quitarse la vida ¿por qué? ¿Por qué él estaba ahí haciéndose cargo de esos dos hombres que apenas conocían? Le hubiera sido más barato dejar el caso cuando este se le había ido de las manos. Pero ahí estaba desvelándose en los pasillos de un hospital.
Pensó que era mejor esperar afuera y no tener que ver la expresión de dolor de ninguno de los dos. Expresiones que tanto le entristecía. Dio media vuelta para salir de la habitación de Luhan pero este le sostuvo de la muñeca ¿Cómo es que los calmantes no lo vencían?
_ Sehun… ¿Dónde está Sehun? Quiero ver a Sehun- murmuraba débilmente. Su mano temblaba mientras le sostenía con la poca fuerza que tenía atado por esposas a la cama.
_ Está vivo, se recupera ahora.
El alivio pareció calmarlo un poco.
_ Nunca pensé que haría eso…
Él sabía que era su oportunidad de obtener información, pero también sabía que Luhan no estaba en condiciones de darla. Antes que provocarle más daño a su débil salud decidió dejarle.
_ Debes descansar.
_ No puedo. Quiero verle.
_ Está en cuidados intensivos, no puedes entrar.
_ Debo decirle que era mentira, que lo siento.
_ Él no puede oírte ahora. Descansa hablaras con él después.
_ Ha sido mi culpa, todo fue mi culpa, yo les falle, yo les falle.
Le extraño el uso del plural, pero Luhan no estaba en condiciones de ser interrogado.
_ Debes calmarte e intentar descansar. No es bueno para tu salud que te alteres tanto- su voz se volvió ligeramente dulce- te prometo que los cuidare a ambos. No te preocupes, nada pasará.
Luhan le miro en silencio unos segundos y pareció calmarse.
_ Tú no deberías estar aquí…- dijo con voz calma- es mejor que dejes este trabajo.
Jong In reaccionó a la palabra trabajo ¿desde cuándo había dejado de considerar esto un trabajo?- pensaba.
Luhan se le quedo mirando consternado, así como Jong In le miraba. La enfermera entro y le pidió salir. Cuando él quiso irse noto que estaba sosteniendo la mano de Luhan.
Salió del cuarto invadido por una penosa sensación de agobio. Entonces vio al médico ir hacia la habitación de Luhan y le detuvo.
_ Soy el detective Kim Jong In, estoy a cargo. Necesito que me explique la condición del reo- le pidió.
_ Yo le he atendido las veces que ha venido aquí- dijo- he recomendado varias veces su internación en una clínica psiquiátrica.
_ ¿Una clínica psiquiátrica? ¿Qué enfermedad tiene?
_ No tiene ninguna enfermedad. Su problema son las secuelas que le quedaron luego de una fiebre cerebral que sufrió hace más de dos años. Se le recomienda la internación para prevenir una nueva fiebre. Él no puede alterarse y su depresión debe ser tratada con el fin de prevenir otro quiebre.
_ ¿Cómo está ahora?
_ Tiene fuertes jaquecas que podrían derivar en otra fiebre por eso lo tenemos medicado. Aunque no ha pasado el riesgo.
_ ¿Qué es lo que puede ocurrir?
_ El grado de estrés y depresión del paciente provocan un estado psicosomático donde el cerebro utiliza el mecanismo de la fiebre que se supone debería aparecer cuando hay un virus en el cuerpo. Como sabe lo psicosomático se refiere cuando lo psicológico afecta a lo somático. En este caso repetidas situaciones de fiebre pueden derivar en una degeneración lobular frontotemporal. Lo cual significaría estar en un estado parecido a la demencia.
_ Entiendo ¿cómo esta Sehun?
_ Me temo que yo no lo atiendo, soy neurólogo. Deberá dirigirse al pabellón de terapia intensiva.
_ Bien, gracias.
Fue hasta terapia intensiva y se dirigió a una de las enfermeras.
_ Su estado es estable- respondió la enfermera- afortunadamente la bala no alcanzó el corazón, ni la arteria coronaria. No obstante, perdió mucha sangre y tuvo que recibir transfusiones. Estará en observación esta noche y mañana pasara a cuidados intermedios.
En toda la confusión, al menos, esa era una buena noticia. Se sentó en el pasillo y allí quedo toda la noche.
_ ¿Cómo te atreves a mandarme lejos de nuevo?- preguntó Tao desde la puerta de la habitación mientras Kris desabotonaba su camisa.
_ Eres el único que puede hacer este trabajo. No te quejes y hazlo.
_ Siempre soy yo el que tiene que irse de la ciudad- protestó.
_ ¿No te haces llamar el más hábil?- torció una sonrisa- confórmate.
_ Di la verdad.
_ Es la verdad, eres él único en quien confío para esto.
Torció una sonrisa.
_ Además, no tienes que partir de inmediato, puedes esperar hasta mañana.
_ ¿Puedo pasar la noche aquí?
_ En tu habitación- aclaró- por supuesto.
_ Mi habitación esta polvorienta por el poco uso, no quiero dormir ahí.
_ Duerme en el sofá entonces- le dijo mientras se preparaba para irse a dormir.
_ No quiero.
_ Duerme en la alfombra.
Sonrió de manera traviesa. Kris se detuvo a mirarle; tomó una almohada y se la aventó.
_ Pero no molestes- dijo mientras entraba al baño.
_ No va a ser necesario porque no puedes resistirte a mis encantos- dijo entre risas.
Cuando Kris salió del baño luego de una ducha y solo vestido con un bata; Tao le esperaba sobre la cama con el torso desnudo y una sonrisa graciosa.
_ ¿Te crees sexy?- le pregunto sin prestarle mucha atención.
_ Soy sexy- respondió con total confianza.
Kris soltó un risita y se recostó sobre la cama inclinado hacia Tao.
_ Solo eres un malcriado- murmuró y le beso.
_ Te dije que no podrías resistirte- murmuro mientras le quitaba la bata de baño.
_ Cállate- le beso para que dejara de hablar mientras se colocaba sobre él y acariciaba su torso desnudo.
En el pasillo del hospital no quedaba nadie más, sólo él. Había estado ahí desde muy temprano en la mañana, cuando todo ocurrió y estaría ahí hasta saber que ellos dos estaban bien. En su mente mil preguntas desfilaban, sentía ese nerviosismo de cuando se sabe que algo malo vendrá, pero no podía apartarse. La noche pasaría y él se quedaría ahí.
Su celular vibro; le tomo un instante despabilarse y reaccionar.
_ Hola- dijo con tono cansado sin mirar el remitente.
_ ¿Qué paso?- reconoció aquella voz de inmediato.
_ Kyungsoo- dijo animado.
_ ¿Qué sucedió?- insistió.
_ ¿Con qué?- pregunto desconcertado.
_ Con Oh Sehun y el reo de Hilin.
_ Ah, hubo un incidente entre ellos ¿Cómo sabes de esto?
_ Aunque no me cuentes las cosas siempre me entero.
_ Te dije que venía para acá.
_ Lo sé, pero hoy me llamó la oficina central para ir para allá.
_ ¿Traerás órdenes?
_ Algo así.
_ ¿Por qué te envían a ti?
_ No solo a mí, voy a ir con tres personas más que no conoces pero que trabajan en mi oficina. Nosotros conocemos en caso.
_ ¿Lo conoces? Entonces me podrás ayudar.
_ Dime, Jong In ¿Qué sucedió realmente?
_ No lo sé con seguridad. Cuando llegué Sehun estaba en el suelo herido de bala y Luhan le socorría. No sé qué sucedió entre ellos, Sehun sostenía el arma con la que probablemente se disparó a sí mismo.
_ Nunca pensé que llegarían a tanto- murmuro.
_ ¿Los conoces?
_ Sí. Jong In, cuando nosotros lleguemos a hacernos cargo de la situación me gustaría que abandonaras el caso.
_ ¿Qué dices?- preguntó atónito.
_ Que dejes el caso lo antes posible. Vuelve a la casa, manda un email a la central diciendo que dejas el caso y vete lo antes posible de ahí.