Una noche más subió al autobús que le conducía a casa, como siempre, iba casi vacío, mientras avanzaba por el pasillo, vio a un señor al lado izquierdo y una chica a mitad del trayecto, con la que siempre se encontraba, la saludó cortésmente y se aproximó hasta casi el final del vehículo, le gustaba estar tranquilo mientras escuchaba música. Ese día estaba especialmente cansado y estaba deseando llegar a su hogar, pero, aún le quedaba hora y media de trayecto.
Se sentó, se subió la capucha de su chaqueta gris y se puso los cascos reproduciendo alguna canción a la cual no le estaba prestando mucha atención, ya que, sus ojos le pesaban, se apoyó en un lado acurrucándose. Tras varios minutos un pequeño bache le hizo saltar en el asiento, chasqueó la lengua molesto y se estiró, observó la parada a la que estaban acercándose y lo vio. Rara vez se encontraba con él pero cuando lo hacía, su viaje se hacía más ameno, el chico, de piel morena, brillante sonrisa, pelos y ojos oscuros, subió tranquilamente con sus auriculares rojos rodeando su cuello, iba con una camisa negra un poco suelta que dejaba ver algo de su pecho, ya que el cuello de la prenda terminaba en pico y sus pantalones eran vaqueros, bastante estrechos, caminó hasta llegar a unos asientos más adelante que él, pero antes de sentarse, le dedicó una gran sonrisa como saludo, su cuerpo se estremeció, ya se había fijado en él antes, como para no hacerlo, hasta la chica que estaba al principio del pasillo babeaba cada vez que lo veía. Esa mirada era como si le inyectara cafeína, causando que su mirada se perdiera en él sin pestañear y que no pudiera dormitar durante su tortuosa vuelta al hogar, pero tampoco le importaba.
Sin darse cuenta, se había quedado mirándolo mientras divagaba y aunque tuviera la mirada perdida, volvió en sí cuando vio que el otro chico se había dado cuenta y se reía. Nervioso, giró su cabeza e hizo como si no hubiera pasado nada, pero lo cierto es que se moría de vergüenza, jugó con su móvil, haciendo que miraba algo interesante, pero lo único que hacía era pasar de una ventana a otra sin mirar nada realmente. Cuando quiso darse cuenta el chico se había sentado a su lado, pasó el brazo por detrás de su espalda y sonrió.
-Hola.-
-Ho…hola.- Se quitó rápidamente los auriculares para escucharle.
-¿Cómo te llamas?-
-Sehun.- Dijo con una tímida sonrisa.- ¿Y tú?-
-Jongin… pero puedes llamarme Kai.- Sonrió girando un poco su cuerpo hacia el otro.
-Encantado.-
-No es la primera vez que nos vemos…-
-¿Ah sí?-
-Si.-Rió- ¿Estudias por aquí?- Dijo mirando la mochila azul que estaba tirada en el piso, el otro asintió incomodo, normalmente era extremadamente tímido y aquel chico estaba invadiendo su espacio vital.
-¿Te molesto? Si quieres me voy.- Dijo a punto de levantarse.
-No, no me molestas… Es solo, que soy algo tímido.- Dijo sonriendo.
-Ah.-Volvió a acomodarse.-Me gusta…- Se acercó despacio y rosó su nariz sobre el cachete blanco del cohibido chico, el cual, cerró sus ojos nerviosos.
-Tambien me gusta tu nuevo color de pelo.- Le acarició la cabeza, su cabello era castaño, pero recientemente, se lo había teñido de color plateado por una idea loca de su mejor amigo y la verdad, es que a pesar de todo, le quedaba bien.
-Gra…gracias.- Clavó su mirada a sus manos, que jugaban nerviosas, era incapaz de encarar al moreno.
-De nada, eres muy mono…- Susurró sobre su oreja, una de sus manos se había agarrado al interior de su muslo izquierdo sin apenas darse cuenta. La situación cada vez era más incomoda pero excitante al mismo tiempo, se mordió levemente sus finos labios y giró su rostro hacia la ventana.
El moreno sonrió pícaro, la nuca del chico había quedado totalmente expuesta, se acercó y la lamió despacio, haciéndole estremecer, dio unos suaves besos y comenzó a bajar.
-¿Por qué… por qué haces esto…?- Dijo en apenas un hilo de voz.
-Porque me gusta…- Subió su mano despacio y tocó su entrepierna, notando que el chico estaba excitado.- Y veo… que a ti también te gusta.-
Sehun estaba muy rojo por una mezcla de timidez y excitación, su corazón palpitaba con mucha fuerza, lo sentía latiendo en sus oídos, tragó saliva y sintió como el moreno jugaba sobre su entrepierna, sobándole con descaro, no podía mirar, pero el otro agarró su rostro con la mano libre e hizo que le encarara, nervioso tembló y cerró nuevamente sus ojos.
-No cierres los ojos, quiero que me mires… que veas todo lo que te voy a hacer.- Esas palabras le hicieron abrirlos por la inesperada afirmación, el otro sonrió satisfecho y se abalanzó hacia él besando sus finos labios, le recostó contra el frio cristal y siguió besándole, despacio, con la timidez característica del pequeño. Poco a poco sintió como el chico se relajaba y pedía mas inconscientemente, le lamió despacio y el otro gimió levemente abriendo su boca, dándole paso a un beso más profundo, conociendo el sabor del otro.
-Ah… ah, Kai… nos van a ver…- Dijo mientras miraba a la chica que estaba sentanda más adelante pero no se había percatado de lo que estaba pasando, aun así, el chico se sentía incomodo.
El moreno se incorporó y observó el lugar.-No te preocupes…- Sonrió con malicia, cogió la mochila azul y la puso en su propio asiento, bajó despacio y se metió entre las piernas del pequeño, que lo observaba atónito.
-Ka…kai…-
-Ssshh, así no verán nada…- Se relamió despacio los labios, desabrochó el pantalón del chico y masajeó su miembro por encima de la ropa interior, haciéndole suspirar.-No hagas ruido, o nos descubrirán.-Dijo riendo divertido.
Se mordió los labios mientras observaba al chico torturarle, no podía creer lo que estaba pasando y donde, pero lo peor es que no le importaba demasiado. Vio como el moreno liberó su miembro y comenzó a lamerlo despacio, mientras le dedicaba miradas furtivas, siguió con su labor, mientras le sujetaba con firmeza, por su parte intentaba reprimir sus gemidos sin mucho éxito, lo único que podía hacer era hacerlo en voz baja. De repente el moreno lo introdujo en su boca succionando el glande con delicadeza, jugando con la punta con su lengua, haciendo pequeños círculos.
-Ah, jmm ah… ah…- Sehun echó su cabeza hacia atrás entre gemidos, estaba comenzando a sudar, tenía el pelo pegado en la frente y los mofletes encendidos, agarró la cabeza del moreno, enredando sus dedos en el pelo, entonces, recordó donde estaba y volvió a observar el lugar, dándose cuenta de que la chica que estaba al principio del autobús, se le había quedado mirando con los ojos como platos, su rostro se había tornado rojo, sonrió nerviosa y se giró.
-Mierda…- Susurró mientras apoyaba su frente en el asiento delantero, ocultando su rostro.
-¿Qué pasa?-
-Esa chica… nos ha visto.-
-No creo que le importe mucho…- Dijo riendo, introdujo de nuevo el pene en su boca y volvió a degustarlo, despacio, mientras su lengua se movía, su cabeza subía y bajaba acompañado por su mano.
El menor no paraba de gemir, sin poder reprimirse, era la primera vez que le hacían ese tipo de atenciones y lo estaba disfrutando, nunca habría imaginado que alguna vez le podría pasar algo así y menos en esa situación, además, conociendo su timidez no se vería capaz, pero lo que aquel chico provocaba en él, era indescriptible e indomable, solo podía dejarse llevar.
Kai por su lado, seguía jugando con su apetecible juguete, siguió succionándolo bajo los agudos gemidos del otro, le estaba excitando demasiado, más de lo que esperaba, le gustaba el sabor de aquel chico, además, le parecía adorable, hacia semanas que le había echado el ojo pero no estaba seguro de que le interesara los chicos. Lamió la punta y le mordió con suavidad.
-¿Te gusta?-
-Mmm… si- El menor le observaba sin perder detalle de todos sus movimientos, le encantaba ver como su pene se perdía entre esos labios gruesos y sensuales.-Ah… la verdad es que… creo que estoy a punto…- comenzó a mover sus caderas instintivamente, volvió a recostarse sobre su asiento y le importó poco si alguien les veía, estaba demasiado excitado como para pensar. El moreno se movía con rapidez, con más profundidad, haciendo que el otro respirara con dificultad.
-Ah, ah, ah, mmm joder…-Sehun estaba cerca del clímax, echó la cabeza hacia atrás mientras se relamía sus resecos labios, alzó un poco sus caderas profundizando el contacto y ahogó un fuerte gemido que pedía ser gritado, pero que tuvo que reprimir, se corrió en la húmeda boca de su compañero y este se separó, conservando su brillante sonrisa, se relamió los labios y se apartó el fleco pegado a su frente. Se sentó junto a él mientras se colocaban la ropa, se mantuvieron en silencio unos minutos, recobrando la respiración, los oídos del menor pitaban y sentía que su corazón aun no podía calmarse.
-Bueno… la siguiente es mi parada.-Dijo el moreno.
-Ah…- No sabía que responder, tenía muchas cosas en la cabeza.
-Sehun…- Besó al chico con deseo, introduciendo la lengua, haciéndole suspirar de nuevo, agarró una de sus manos y la llevó a su miembro, el menor apretó algo nervioso haciéndole jadear. -Me…me debes algo.- Dijo sobre sus labios.- Espero, que nos veamos pronto…-Le dio un corto beso, se levantó y salió del vehículo mientras le dedicaba una tierna sonrisa. Sehun se despidió tímidamente agitando su mano mientras le observaba aun si creerse lo ocurrido, bajó su mirada y se sonrojó al recordarlo, levantó su rostro nervioso y se encontró con la mirada de la joven que reía mientras se despedía de él, de repente sintió más vergüenza, aquella chica les había visto, definitivamente, después de ese día, Sehun, fue obligado a dejar de ser tan tímido.
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