Parte 2
—¿Hace cuanto llegaste? — preguntó por preguntar al no saber qué hacer.
—No, hace mucho —comentó poniéndose a su lado — ¿puedo pasar?
—S-Si, claro – le abrió paso, presintiendo lo peor de esa visita — ¿quieres algo caliente para beber?
Dejó su maletín sobre la silla y se dio la vuelta sin cambiar la expresión seria que portaba desde que había aparecido de sorpresa —no creo que me demore pero está bien… supongo.
—Está bien, si gustas… — de inmediato recordó el cuaderno de dibujos que se encontraba sobre la mesa, corrió hasta el y trato inútilmente de esconderlo — espérame aquí y ponte cómodo mientras traigo las bebidas.
—¡Oh! — Sonrió — pero por supuesto, mientras haces eso me gustaría ver tus dibujos — comentó, mirando el cuaderno — me permites, si no es mucha molestia.
—Eh… etto… y-yo… no he dibujado nada nuevo, no tengo nada que mostrar — dijo con evidente nerviosismo.
Sonrió y se sentó en el sillón — ok, ok. Te espero aquí, no te tardes que quiero descansar.
Se dirigió rápidamente a la cocina, dejando a Kanade molesto y con deseos de no querer nada más.
—Deberías dejar de ser tan pesimista, sé sincero y dile lo que sientes…
—No es tan sencillo… — mandó su cabeza para antes — ni antes… — sonrió al recordar esa vez en pasado — ni mucho menos ahora…
—Espero no haberme demorado — dijo apareciendo en escena con una bandeja — traje también algo de comer.
—Gracias — le sonrió como si nada hubiera pasado. Prefería seguir actuando así, antes que mostrarse débil.
—Y bien, ¿a qué debo esta visita sorpresa?, según tus palabras tenias mucho trabajo y ya hasta te habías resignado a pasar noche buena en la editorial.
—En realidad ese era el plan — tomó la tasa —, desafortunadamente Takano-san hizo todo para que mañana y pasado mañana no tuviéramos que trabajar — indicó con desgano.
—¿Y eso es malo?
—Lo es, odio pasar tanto tiempo en casa sin hacer nada.
—Ya veo — sonrió levemente.
—Solo estoy de paso, me encontraba algo cerca y quise venir a saludar, ¿hice mal?
—¿Eh?, no, no, no está bien, es solo que no lo esperaba — por más que trataba de hablar como siempre lo hacían algo en Mino lo hacía sentirse incomodo.
—Me imagino — sonrió con algo de falsedad.
Dirigió sus ojos a él — no sé porque pero no te creo nada de lo que dices, dime, ¿Qué sucede?
—Nada, estoy cansado, pero si te molesta el que este aquí me marcho — sin esperar nada más, se levantó, buscó rápidamente sus cosas —, permiso y lo siento, verdad que yo no soy sensei, de serlo estarías feliz.
—¿¡Que!? — abrió sus ojos —¿Qué quieres decir con ello?
—No importa, tómalo como quieras, da igual, como siempre — sonrió y se dirigió a la puerta.
—No. Dime porque dijiste eso.
—Pensé que eras no se… más inteligente y lo habías entendido. Que descanses, hablamos en otra oportunidad.
—¡Mino-san!
—Ya, no importa.
—¿Acaso… acaso estas celoso? — preguntó frunciendo el entreceño y con algo de inquietud.
Ante el comentó se detuvo y lo miró sin mostrar expresión alguna que afirmara o negara lo dicho.
—¿Es eso? ¿Acaso debo pedir permiso para verme con Chiaki?
—Jum, haz lo que gustes, no es como si lo que dijera cambiara lo que piensas y más importante… lo que sientes por él — aseguró con resignación —. Te llamaré en los próximos días, es mejor que vaya ya, mañana debo viajar.
—¿V-Viajar? Pero… ¿a dónde?— no supo que decir. Su actitud y sus palabras le molestaban — tú… estás celoso, de Chiaki, ¿verdad?
—No es por ofender, pero te tenía en otro concepto. Creo que eres igual a él — sonrió— inocente y my ingenuo. Haces preguntas obvias y por demás estúpidas.
Endureció su expresión —Aquí el único estúpido eres tú.
—Sí, lo soy, por esperar algo que jamás va a pasar, pensar en que quizás no se… el sentimiento seria mutuo alguna vez — siguió su camino — feliz navidad, adiós.
Sin dar explicaciones ni nada el editor salió de esa casa, aburrido, cansado y sin deseos de seguir con lo que él catalogó una farsa, al cruzar la puerta.
Mirando por última vez la casa de Yuu sacó su celular — Ocurrió un cambio de planes… mañana voy para allá.
[—¿Eh? ¿Hablas enserio? — cuestionó sorprendida la chica]
—Claro que si — suspiró — pensándolo bien, es lo mejor — dijo mientras se alejaba con paso lento.
[—Si tu lo dices… te creo, pero espero me cuentes porque estas así]
—Está bien, por ahora adiós.
****
Solo y sin querer hacer nada más, se dirigió a su habitación. Una vez allá suspiró con desaliento recostándose con la intensión de descansar y no pensar en nada. Desgraciadamente no pudo evitar pensar en Chiaki y claro en Kanade, más en el segundo que en el primero.
Le aterraba pensar en volvería a la soledad y oscuridad. Suspiró cerrando sus ojos y cubriéndose con las frazadas recordó esa ocasión en la que prácticamente Mino se le había declarado.
Sonrió y terminó por beberse la cerveza — si ya se…que iluso, pero cuando el sentimiento es tan fuerte no se puede hacer mucho. Soy patético.
—No diga eso Yanase-san — el castaño se acercó y se sentó a su lado —Ud., no es patético… es más que eso.
—Aja, aja… deje de ser amable conmigo Mino-san, Ud. Mismo lo ha dicho cuando discutimos, soy un tonto, odioso… y por si fuera poco no sé qué hacer con mi vida y con ese amor no correspondido, Chiaki no me ama, ama a Hatori —dijo mientras se quebraba su voz.
Suspiró y sin esperar nada lo tomó de ambas mejillas acercando sus labios hasta casi besarlo — él no te ama pero yo… — comenzó a besarlo de forma superficial pero que una vez el asistente no pudo resistirse a la forma tan dulce como Mino lo abrazaba y besaba, terminó por profundizarse —solo quiero ser aquel que esté a tu lado para siempre… — sonrió levemente continuando con el beso — ser tu apoyo, tu amigo, tu amante, tu todo… — susurró al cortar el beso —enserio, me importas…
Yuu lo miró entre confundido y estupefacto.
Se separó de sus labios pero no lo soltó sino que al contrario lo envolvió en sus brazos.
Se abrazó a sí mismo y suspiró deseando volver a sentir ese calor tan característico del editor.
****
Terminó de alistar lo que consideraba necesario para sus mini vacaciones nada programadas. Estaba de pésimo humor y cada vez que su celular sonaba o vibrara todo empeoraba.
—¡Agh! Déjame ya Ai, te lo suplico, no quiero que me molestes más —pidió sentándose — mira las horas que son, a este paso no voy a llegar. Sabes cómo se pone el transito más tarde, a demás que pronosticaron tormenta.
[—Ay bueno, pero no la agarres conmigo — se quejó para luego respirar profundo y no comenzar una pelea —, llámame cuando vengas en camino para avisarles a todos, adiós.]
Se sentó y lanzó el aparato contra la cama, estaba tan tenso y decepcionado — cambiar de ambiente espero y ayude — dijo agarrando la maleta y su celular, para enseguida salir de su habitación.
En las afueras del departamento de Mino, Yuu permanecía cruzado de brazos desde hacía más de 2 horas atento a cualquier movimiento que hiciera el editor. Por una vez dejaría de pensar en Chiaki y todo eso, y le daría una oportunidad a Kanade de ser algo más en su vida.
Terminó de guardar demás cosas, saliendo del departamento con rapidez sin notar la presencia de nadie.
—¡Mino-san! —exclamó al verlo dirigirse a la escalera.
—¿Qué haces aquí?— preguntó sin mirarlo, pero cambiando su sonrisa por un gesto de disgusto.
—Evitando que te vayas — contestó en voz baja —o por lo menos no sin que yo hable.
Miró su reloj — me encantaría escucharte, pero debo irme ya o no llegaré a tiempo.
—Prometo no demorarme — señaló con algo de desespero —, es solo que no deseo que te vayas sí que yo pueda serte sincero.
Lo volteó a mirar —¿sincero? ¿Respecto a qué? ¿Acaso es que me has estado mintiendo con algo?
—No, pero… ¿podemos hablar en otro lugar?— preguntó al sentir como alguna puerta se abría y cerraba.
—Eh mmm… supongo, entremos al departamento — señaló regresando —, pero espero y no demores, enserio le dije a Ai que ya salía pasa allá — comentó introduciendo la llave en la chapa.
Yuu torció su boca con disimulo al escuchar el nombre de la chica —, eh… tú amiga… claro.
—Sí, ella la chica que te encontraste un par de veces aquí — dijo sonriéndole, sin notar nada raro en él —, voy a viajar donde está ella.
El asistente negó con su cabeza y sonrió con falsedad.
Dejó lo que llevaba en sus manos en el piso y se cruzó de brazos —pero bueno eso no importa, dime Yanase-san, que es lo que quieres decirme.
—La verdad ya no creo que interese — señaló con seguridad — que tengas buen viaje Mino-san, permiso.
—¿Cómo? —sin dejarlo mover ni un solo milímetro lo agarró de brazo —, acaso esperas que te deje ir, luego que dijiste que serias sincero conmigo.
—Sí, lo iba a ser pero prefiero no dañar tus planes.
—Pues ahorita no tengo mejor plan que escucharte Yanase, siempre lo he hecho de por sí, pero me parece que ahora es más importante que siempre, así que habla, no creo que importe si llego o no, es más creo que es mejor que pase la noche buena aquí por lo creo — indicó mirado por la ventana.
—Pues ya que lo dices, no solo tú tienes derecho a estar celoso y a comportarte como lo haces —forcejeó soltándose del agarre.
—¿Celoso tú? Jajajaja si claro, ¿por qué deberías de estarlo?, somos amigos, ambos somos hombres, no hay ningún vinculo importante entre los dos — sonrió acercándose a la ventana para divisar el panorama.
—En eso te equivocas… Kanade — dijo sonrojado al llamarlo por su nombre.
—Suena jum… interesante mi nombre en tu boca Yuu —comentó mirado el reflejo de él en la ventana —, pero dime, ¿por qué dices que estoy equivocado?
—Yo solo quiero que seas claro conmigo y que me digas si te gusto y estas interesado en mí, sino es mucho pedir.
—Sigues preguntando tonterías pero está bien, te diré lo que pienso y luego se que me arrepentiré — tomó airé y abrió un poco la ventana —te he visto sufrir, hasta sentir que se te desgarra el alma y no imaginas lo mucho que me duele, siempre he deseado ser algo más para ti, yo solo quiero ser una persona que de alguna u otra forma te sirva de apoyo, que te de la fuerza necesaria para seguir sin rendirte, si de alguna u otra forma en mis manos estuviera el poder de curar tu corazón haría todo por ello... — sonrió — que pensamiento más estúpido.
Ante eso Yuu bajó su mirada y cerró sus ojos.
—Lo siento… debes estar que te burlas de mí y mis tonterías — aseguró suspirando mirando el paisaje frente a él, mirando de re ojo el reflejo de Yanase.
—No…
—Claro que sí, no es necesario que mientas — sacó su celular —, bueno será mejor que te marches ya, aun se puede salir y yo supongo que puedo salir y viajar.
—Kanade… ¿por qué siempre hablas y tomas decisiones sin consultarme nada? — cuestionó sin mirarlo —, eres injusto.
—Está bien… entonces habla — dijo sin prestarle mayor atención —te escucho.
—Tal vez este mal, tal vez no me creas y parezca imposible… pero me… gustas — afirmó lo último en un murmullo.
—¡Wow! Me gustaría creerlo.
—No es problema mío si lo crees o no, pero has logrado muchas cosas — el color carmesí de sus mejillas iba en aumento.
Se dio la vuelta — dime una.
—Chiaki no es el único en mi pensamiento… — no se sintió capaz de sostener su mirada por lo que optó por mirar el suelo, la alfombra — yo pienso en ti con frecuencia.
—Gracias — sonrió — aun así no creo que sea para tanto.
Negó con su cabeza — no creo que esté haciendo esto pero he de suponer que valdrá la pena… apareciste de la nada y viste cosas en mi que nadie vio, gracias a ti… me decidí a continuar con un disque manga que hice por ocio, jamás pensé que hubiera una oportunidad para mí en el mundo de los mangas y mira… si no es por ti, creo que seguiría siendo asistente.
Mino levantó una ceja — quieres decir que…
—He de reconocer que a pesar de ser tan obstinado no creí que hubiera algo bueno… — suspiró — pensé que mi futuro esta maldito y que mi vida era el seguir viviendo de una ilusión, enamorado de alguien que solo me ve como a su mejor amigo, no importa lo que diga o haga Hatori tiene el amor de Chiaki y yo no tengo nada que hacer allí — sonrió con amargura al recordarlo.
El editor dejó de sonreír —Yuu…
—Déjame terminar — pidió sintiendo que se le estaban acabando las fuerza —Kanade… yo solo quiero que entiendas que si vine hasta aquí fue porque quería decirte lo mucho que me importas, lo mucho que te quiero y lo agradecido que estoy al poder decir que puedo sentir lo que sentía por Chiaki y otros sentimientos por alguien más… ese alguien eres tú— cerró los ojos y trató inútilmente de manejar el temblor que de repente comenzó a sentir.
—Yuu… — se aproximó y sin esperar a nada lo abrazó evitando que el rubio terminara en el suelo—Te a-amo… — dijo en un susurró cerca a su oído, aspirando su aroma y sonrió como hace mucho no lo había hecho.
El dibujante buscó rápidamente los labios de la persona que quería, besándolos como mucho amor. Haciendo que de alguna forma reconstruyeran su roto corazón.
—Yo solo quiero amarte y darte mi vida y mi todo — susurró sobre sus labios volviendo a besarlo con más amor y devoción.
—K-Kanade… vamos a tu habitación — jadeó cuando el oxigeno hizo falta haciéndolos cortar con el beso.
Lo abrazó, apretándolo contra su cuerpo — tienes razón, vamos — besó sus mejillas y empezó a lamer sus labios encaminándose hasta la habitación, donde lo recostó sobre la cama mientras lo agarraba de la cadera ubicándolo de la mejor manera mientras atacaba sus labios y se encargaba de explorar hasta el último rincón de su boca, enredado su lengua con la de él.
Pasó sus brazos por detrás de su cuello para luego enredar sus manos en su pelo dejado que el editor comenzara a acariciar con suavidad su cuerpo.
Introdujo sus manos por entre la camiseta del futuro mangaka acariciando su abdomen algo marcado, sintiendo como su cuerpo comenzaba a reaccionar ante el roce de sus manos.
Una vez sació su necesidad de saborear esa boca que tanto anhelaba y extrañaba, deslizó su lengua por su cuello, combinando las lamidas con pequeños chupones — quiero que seas solo mío a partir de ahora.
—Mmhh… s-si yo también te quiero solo para mí — de repente lo agarró con fuerza de las mejillas para morder su labio.
Mientras Mino acariciaba el pecho y abdomen del dibujante, besando sus labios y cuello, Yanase desabrochó con algo de impaciencia los botones de su camisa para luego deshacerse de ella.
El editor hizo exactamente lo mismo con la camiseta de Yuu, prosiguiendo a marcar un camino de besos y chupones que iba desde su cuello hasta la parte baja de su abdomen, haciendo al dibujante estremecerse y pedir más.
—Tu lengua ah… tu boca… me encantan sobre mi mmhh — jadeó entre cerrando sus ojos y mandando su cabeza para atrás.
Sonrió lascivamente y sin dejar de lamer y besar su abdomen desabrocho el cierre de su pantalón y enseguida bajó su cremallera.
—Eso quiere decir que puedo jugar con ellos en tu… — dirigió su mano a bulto que hacía ya unos minutos se había formado masajeándolo por encima de la tela de sus calzoncillos.
—Aahh… s-si sea muy agradable…— agarrándolo de las mejillas lo besó en los labios.
Bajó sus pantalones para acariciar sus piernas de arriba abajo mientras que su mano libre la introducida por entre el bóxer de Yuu masturbando su hombría, haciéndolo gemir al tiempo que disfrutaba de ese sonido tan erótico que salía de su boca.
—Eres tan provocativo, no puedo aguantar más — se mordió el labio inferior y abrió sus ojos para mirarlo directamente a los suyos de forma lujuriosa, para después deshacerse de sus calzoncillos, exponiendo aquella parte que clama por atención.
Acercó la punta de su lengua a su miembro, para empezar a pasarla desde el glande hasta la base, enredándola por todo el camino.
—Mmm… Ay Kanade… — gimió haciendo algo de presión en la cabeza del editor para que engullera su hombría.
Ante eso con calma introdujo parte del miembro del dibujante en su boca simulando dar pequeñas embestidas mientras lo miraba desde su posición a los ojos.
—Jum… oh… ah… m-más
Hizo de sus embestidas algo más profundas mientras que sus manos subieron hasta sus nalgas apretándolas y separándolas, acercando de veces en cuando uno de sus dedos a la entrada.
Aunque disfrutaba de todo lo que Mino hacia aquel dedo que rosaba con su entrada lo ponía nervioso —K-Kanade…
—¿Qué pasa? — preguntó deteniendo lo que hacía con su boca pero no lo que hacían o amenazaban con hacer sus manos.
—Yo n-no... ah.
—¿Qué? — acercó su dedo haciendo poco de presión en ese lugar.
—No puedo… ¡ngh! — cerró sus ojos con fuerza mientras se aferraba a las sabanas de la cama —n-no espera…
—Claro que no — abrió su boca y continuó masturbando su miembro al tiempo que un primer dedo comenzaba a prepararlo, masajeando su interior.
—D-Duele aahh… mmhh… Kanade no — levantó sus caderas apretando con fuerza las sabanas, estremeciéndose.
—Relájate — aceleró las embestidas que daba con su boca succionando algunas veces la punta, mientras su dedo trataba delatar su entrada haciendo movimientos en forma circular, preparándose para introducir un segundo dedo.
—Ahh… no puedo… agh…
Ignorando las quejas y palabras de Yanase, Mino introdujo un segundo dedo iniciando así un mansaje en forma de tijera, de manera suave. No necesitaba que le dijera algo que sus actitudes y jadeos indicaban que era la primera vez de Yuu como uke por lo que intentaría ser lo más cuidado posible.
Aquella sensación molesta y dolorosa que había hecho que algunas lágrimas aparecieran se comenzó a hacer placentera y por demás adictiva, excitándolo más y más —K-Kanade… aahh me harás llegar si sigues así.
Sonrió y con sus ojos puestos en los de él lamió su miembro desde la base a hasta la punta, succionado con fuerza, mientras que un tercer dedo se juntaba con los demás dilatando su entrada tanto como podía.
Se mordió el labio inferior con fuerza, trató de controlar su agitada respiración, pero por más que trató de contenerse lo inevitable sucedió.
—Aaaahh… y-ya no… aaahhh — gimió corriéndose en la boca del editor, quien por cierto sin mayor problema bebió toda su esencia.
—Tienes tan buen sabor — comentó lamiendo sus labios para no dejar muestra del semen de Yuu.
—No digas eso — dijo sonrojándose de vergüenza hasta más no poder.
—Solo digo la verdad — se aproximó a sus labios para besarlo mientras que deshacía de su pantalón y calzoncillos con de forma prematura — ahora, te pido que te relajes, confía en mí — susurró en su oído colocando su miembro en la entrada ya dilatada del asistente.
—Te amo Kanade… — susurró en sus labios antes de besarlo, mientras que el editor lo penetraba despacio — aah… d-duele… aaahh…
—Relájate y mírame a los ojos… mmmhh te amo, te amo mucho… — buscó una de sus manos la cual entrelazó con la de él — por favor relájate… ah estas muy estrecho.
Respiró profundo haciendo todo por tranquilizarse y relajarse.
Cuando terminó de penetrarlo, besó sus mejillas lamiendo las lágrimas y rastros de ellas, dándole tiempo para se acostumbrara a tenerlo en su interior.
—Eres mucho más adorable y violable de lo que imaginé — sonrió — y lo mejor de todo es que todos estos gestos son solo míos.
—Pues esos ojos tuyos espero y sean solo para mí, no quiero enterarme que a alguien más aparte de mi los vea — dijo abrazándolo por el cuello besando sus labios de manera intensa hasta que ambos quedaron sin aire.
Al sentir que ya era más que suficiente Kanade comenzó a mover su cadera llevando un ritmo lento pero profundo. Deseando disfrutar la deliciosa y excitante sensación que sentía al penetrarlo.
—Aaahh… s-si… mmmhh — enredó sus piernas en la espalda de su pareja, moviendo su cadera en el sentido inverso al que llevaba Mino para que las embestidas fueran mucho más profundas.
Cambiando de posición, el editor se sentó en la cama sin salir del interior de sus futuro magaka para haciendo que Yuu se sentara entre sus piernas — se siente mucho mejor así mmmhhh — aceleró el ritmo de las embestidas incitando a que el dibujante también se moviera y diera brinquitos sobre él.
—Ay Kanade… aaah… quiero sentirte más aaahh — gimió brincado con más fuerza, mientras que el editor colocaba su mano sobre su miembro masturbándolo, tratando de llevar el mismo de las embestidas, al mismo tiempo que lamia y mordía su cuello.
El sonido de sus cuerpos rosando, el de la cama y los gemidos y jadeos de ambos haciendo del momento algo más que excitante. El ritmo de las embestidas aumentaba conforme pasaban los minutos y la necesidad de querer y sentir más placer.
—Ve con calma aahh… Yuu me harás llegar más pronto de lo pensado ngh…— indicó cerca a su oído antes de lamerlo y morderlo.
—No puedo aahh… te deseo y me gusta mmmhh… sentirte en mi —se acurrucó y continuó autopenetrandose con todas las fuerzas que le quedaban en ese momento — a demás yo… mnnhh… tampoco puedo aguantar… más… aahh estoy cerca, pero mmmhhh… quiero que lleguemos juntos.
—Es ese caso… — Mino se acercó a sus labios besándolo mientras que levantaba su cadera ayudando con las embestidas tanto con su miembro como con el movimiento de su mano en la hombría de Yanase, haciendo que en pocos minutos el dibujante llegara al clímax, manchado con su esencia el pecho de ambos, mientras él terminaba en su interior. Ahogando el gemido de ambos con un apasionado beso.
—Gracias —susurró con voz cansina — jamás pensé que podía llegar a ser feliz. Te amo Kanade — lo abrazó y se recostó sobre su pecho cerrando sus ojos.
—Yo también — dijo acariciando su cabeza y sonriendo de manera sincera. Hacía ya tantos años que sonreía sin sentirlo o solo por costumbre que el hacerlo sinceramente lo hizo sentir tranquilidad. Besó su frente y al notar que Yuu se había quedado profundamente dormido con cuidado lo acostó en la cama, cubriéndolo con la frazada — descansa mi amor, que siempre estaré a tu lado — murmuró besando su mejilla, recostándose a su lado acariciando su rostro, corriendo algunos mechones que le impedían contemplar su rostro.
Al final de la noche, luego de un par de horas de sueño y descanso, entre los dos prepararon algo improvisado para la cena de navidad, para luego compartirlo entre risas, comentarios sin sentido, y palabras y muchas promesas de amor.
—Hace mucho no celebro una navidad como esta, para ser sincero odiaba esta época del año pero ya no puedo ni debo quejarme — lo abrazó por detrás y lo besó — eres el mejor regalo de navidad que alguien pudo darme.
—Te entiendo, yo no soy de celebraciones, no tengo una buena relación con mi familia, es más ellos ni viven en Tokio desde hace tiempo — comentó encogiéndose de hombros —. Por cierto ¿qué va a pasar con tu amiga?
Sonrió — nada, le escribí un mensaje diciendo que me había atrapado la tormenta y a demás que había escogido quedarme en casa contigo.
Se sonrojó pero lo miró — te amo Kanade…
—Y yo a ti…— lo besó despacio pero apasionadamente.
FIN