Naruto POV
Mi nombre es Naruto Namikaze, actualmente tengo 19 años de edad y soy todo un héroe jejeje. Alto, comenzaré de nuevo, como les dije, tengo 19 años y soy un chico alto, de buen físico gracias a los entrenamientos, de piel bronceada, de cabello rubio como el sol y ojos azules como el mar. Oh, bueno, eso me han dicho las chicas, no quiero presumir pero las chicas me acosan jajaja.
Según me contaron antes me trataban como la peste, hasta que salve a la aldea, si, son unas interesadas, pero también soy un bombón XD.
Vivo en la aldea de la hoja, y soy un ninja de nivel jounin, según me dijeron me atrase un poco, sin embargo soy un héroe de guerra y candidato a próximo Hokage…
¿Qué porque me lo dijeron? Es que después de la guerra caí en coma, y olvide todo mi pasado, no se los detalles, todo es confuso, pero tengo fe en Tsunade-nobachan y en mis amigos, sobretodo en mi novia Sakura. Bueno, eso también me lo tuvo que recordar ella, soy algo torpe n.n.
Actualmente me desempeño como un ninja normal, vivo feliz, tengo a todos mis amigos y tengo un futuro prometedor como Hokage y con mi prometida Sakura…
También eso me gustaría decir pero… a veces, no puedo evitar pensar… que algo está mal. Algo me falta, algo me llama… pero no sé qué es. Solo sé que es un dolor punzante en mi corazón…
Me gustaría saber qué es aquello que me falta… ¿por qué siento éste vacío?... ¿acaso… acaso he olvidado algo?
Fin de Naruto POV
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El sonido estridente e insistente del despertador sonaba esa mañana y dentro de la habitación, debajo de las sábanas una larga cabellera azulada y una mano de piel blanca asomaron para apagar el sonido de tan infernal aparato. Cuando la alarma dejo de sonar una muchacha termino de salir debajo de las sábanas, se sentó en la cama y se estiró cual gatito intentando alejar el sueño de su cuerpo, se tallo los ojos y salió de la cama dirigiéndose a la ducha.
Se quitó su pijama que consistía en un short corto que dejaba ver sus bien torneadas piernas y la blusita ombligera que dejaba ver todo su abdomen y un generoso escote que dejaba ver una parte de su exuberante pecho, digno de una joven de 19 años como lo era.
Una vez sin ropa se metió a bañar tarareando una suave canción y cuando terminó cogió una toalla y salió secando su cuerpo para luego ir a su habitación y vestirse con su traje jounin, si bien era común el uso del chaleco verde y el traje azul marino ella no solía usarlo pues era un tanto incómodo para una chica, sobretodo porque el chaleco estaba ajustado de la parte de enfrente, así que ella usaba un short azul marino y una blusa que dejaba ver su ombligo y un chaleco con gorrito de color lila. Se sentó a desayunar y cuando termino salió corriendo de su departamento.
Hacía casi un año que dejo de vivir en la casa principal del clan Hyuga (N/A: Si no se habían dado cuenta de que era Hinata los golpeare n.nu), aparte de que quería independencia aún no perdonaba a su padre después de lo sucedido hacía un año cuando todo lo que ella creía se vio asaltado por el mal del odio ninja.
Suspiró apartando de su mente los pensamientos negativos y corrió a donde la estaba esperando su nuevo equipo. Tuvo que saltar un par de casa pues desde el término de la guerra la remodelación duró mucho y al final la aldea había cambiado bastante, eso y que su departamento estaba un poco alejado de la zona comercial, de echo ella vivía cerca de los territorios Uchiha, pues no quería que esa zona en específico fuera destruida, no más de los que el tiempo la había dañado.
Cruzó una plaza y por fin vio al chico que la esperaba, un apuesto rubio de 19 años de ojos tan azules como un zafiro y piel bronceada, sin mencionar esos bigotitos en las mejillas y el cuerpo de infarto. Definitivamente el tiempo le había favorecido mucho, aunque ya no era igual que antes.
-Hinata-chan- la llamó el rubio sonriéndole –Date prisa´tebbayo-
Hinata sonrió y se detuvo delante del rubio casi derrapando –Llegué- dijo con una sonrisa
-¿Otra vez te quedaste dormida?- preguntó el rubio juguetón ella lo miró sin comprender –Estas toda despeinada-
Y Hinata solo se sonrojó un poco, “que tonta” se dijo, olvido cepillar su cabello, y es que por ser tan largo no se levantaba por todos lados pero si se esponjaba y de veía raro.
-Olvide peinarme- murmuró avergonzada –Aunque tal vez deba cortarlo-
El rubio río –Siempre lo olvidas- siguió riendo pero cuando dejó de hacerlo la miró fijamente –Pero no lo cortes, te queda mejor largo-
Ella sonrió –Gracias Naruto-kun- dijo –bueno, será mejor ir al puente a esperar a Sai-kun- sugirió y el rubio le dio la razón así que comenzaron a andar, sin embargo apenas dieron la vuelta en la esquina un llamado los distrajo.
-¡¡Naruto!!- ambos voltearon y se encontraron con una chica pelirosa corriendo hacia ellos.
Lo cierto era que era una chica bonita, con un curioso cabello rosa corto y lacio y ojos verdes, sin embargo no era muy femenina, pues al ser entrenada por Tsunade, la actual hokage, la chica era pura fuerza bruta, además de que no tenía muchos atributos físicos.
-Sakura-chan- dijo el rubio contento al ver a la de ojos verdes.
Hinata en cambio no parecía muy contenta pues a decir verdad Sakura también era tan culpable como su padre de lo que había pasado hacia un año.
Cuando la pelirosa se acercó al rubio lo tomó de la nuca y le dio un beso, Hinata prefirió mirar hacia otro lado, ya no era un secreto la rivalidad entre ambas, pero lejos de un bizarro triángulo amoroso con Naruto en medio Hinata solo miraba a otra esquina donde una persona había sido olvidada. Cuánto le dolía la situación por la otra persona… y cada vez que veía a la de pelo rosa solo podía pensar en una palabra “Traición”
-Te traje tu obento Naruto- dijo Sakura dándole una cajita de almuerzo al rubio pues sabía que en la misión le daría hambre.
-Ah, gracias Sakura-chan, no tenías que hacerlo- dijo el rubio amablemente y sudando una gotita, de verdad que no debía hacerlo, la peli rosa era pésima en la cocina.
-Claro que lo hago, si no sería una pésima novia- sonrio Sakura y luego miró a Hinata, cuánto le fastidiaba que la de ojos perla fuer ahora compañera de Naruto. Sin embargo lo pasó por alto para luego darle otro beso al rubio y despedirse de él.
-Nos vemos Sakura-chan- dijo el rubio al ver a la chica irse luego volteo a ver a Hinata soltando un suspiro enamorado.
Hinata solo lo miró fijamente -¿ahora que hice?- dijo el rubio distraído, no sabía porque a veces la oji perla lo miraba como reprochándole algo.
-Nada- dijo Hinata intentando calmarse, aún no podía… -¿de verdad te comerás eso?- mejor cambió de tema señalando el obento de dudosa calidad
Naruto suspiro con tristeza –No me gusta rechazar las cosas que ella hace, pero no quiero morir por una mala infección estomacal T.T- casi lloraba el pobre rubio.
Hinata suspiro –Por suerte para ti yo preparé mucha comida- dijo la oji perla pues todo su equipo lo había alistado en la noche y el obento estaba listo para ser invocado desde la nevera de su departamento.
Naruto sonrió abrazando a la chica- Gracias Hinata-chan por no dejarme morir de hambre- con cómicas cascaditas cayendo de sus ojos
Hinata sonrió –Si, lo sé, ahora deja de manosearme- dijo la chica soltándose del rubio y acomodando su ropa, el rubio seguía siendo igual de efusivo que antes.
-Bueno, vámonos- dijo el rubio corriendo al puente arrastrando a la chica.
“Y el sigue siendo tan feliz…” pensó Hinata mirando la nuca del rubio “Si supieras”
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Cuando encontraron a Sai partieron de inmediato, su misión era lejos a una villa alejada de los países ninja, sin embargo era muy popular por su amplia variedad de plantas medicinales, justamente Tsunade les había encargado muchas plantas medicinales, y esa villa era especialista en la siembra de miles de especies de éstas, solo debían entrar ahí, recolectar las plantas y volver.
Sin embargo Hinata tenía un plan, se había preparado para eso poco más de un año y no pensaba fallar. Porque cerca de esa villa…
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Cuando anochecía decidieron acampar y llegar al día siguiente a la villa. Cuando instalaron todo mientras Hinata recalentaba la comida sobrante del almuerzo Sai se había sentado debajo de un árbol leyendo un libro mientras Naruto estaba de un lado para otro.
-Naruto-kun, deja eso o me marearas- dijo Sai sonriendo gentilmente.
-Es que… - dijo el rubio parado un momento para luego echar a dar vueltas de nuevo.
-Ya está la cena- dijo Hinata feliz colocando los alimentos en los recipientes para luego repartirlos entre sus compañeros.
Naruto se olvidó por un momento de su hiperactividad para sentarse a comer gustoso la comida de Hinata. De hecho esos hombres era lo único que siempre esperaban con ansias.
Al terminar la cena entre anécdotas y risas se decidieron a dormirse. Sin embargo el presentimiento de Naruto volvió, por lo que entre sueños comenzó a ver cosas raras, esas que a nadie más le había contado, cosas que… no entendía.
Entre las brumas de sus sueños veía una persona, de esbelta figura y piel blanca. En un principio creyó que se trataba de su novia, sin embargo cuando fueron avanzando más esos sueños escuchaba risas, voces lejanas. Quizá, eran recuerdos de su pasado, y eso lo entusiasmaba al principio, pero después se escuchaban gritos, sentía calor, como fuego quemándole por dentro y después… unos ojos negros llorando, desesperación y después todo era el vació.
Y así era hasta esa noche donde todo comenzó a aclararse. Veía a esa figura de piel de porcelana, y sus ojos oscuros lo miraban con fijamente, pero él podía ver como esa perlas negras tenían un brillo único, ahí había… ¿amor?
“Naruto”
Y lo llamaba con esa voz tan atrayente pero no lograba distinguir quien era ¿conocía a esa persona?
“Naruto”
Una ligera sonrisa y luego todo se consumió en llamas negras.
“¡Naruto Ayúdame!” un grito desesperado y todo se rompió.
-¡Naruto-kun!- despertó sobresaltado mirando a todos lados y se encontró de frente con Hinata y Sai que lo miraban preocupados.
-¿qué paso?- preguntó el moreno
-¿eh?- los miró confuso
-Estabas gritando- dijo Sai –Y por la forma en la que gritabas estabas muy asustado- dijo pensativo.
Naruto se sentó mirando a Hinata que estaba muy callada pensando.
Hinata le devolvió la mirada ¿será que, Naruto estaba recordando algo? ¿o solo fragmentos al azar? Sea lo que sea era obvio, después de todo estaban cerca de “ese” lugar.
-Será mejor que nos demos prisa, no vaya a ser que Naruto-kun esté enfermando y luego tengamos que llevarlo cargando- dijo la morena intentando animarlos con una sonrisa.
-Si eso pasa lo tirare por ahí y listo, pero yo no lo cargo- dijo Sai intentando seguir la broma, para su suerte Hinata se río y Naruto lo miró con disgusto.
-Bien Sai, cada día tus bromas son más inocentes y menos insultantes- animó la morena y se puso de pie, luego todos se pusieron a recoger el campamento, sin embargo Naruto estaba muy consternado, todavía tenía la sensación de esa pesadilla en carne viva, fue espeluznante.
Sintió como si con los gritos de aquella persona le hubieran arrancado el corazón ¿acaso le había fallado? No lo sabía, solo esperaba que todo se aclarara con el tiempo.