Capitulo 5
En una casita cerca del centro de la ciudad una pareja de jóvenes tenía lo que se supondría una romántica cita pues eran novios y prometidos. La casa pertenecía a Naruto Namikaze pues después del ataque de Pain su departamento había sido destruido, cuando volvió de la guerra se le asignó esa pequeña casa.
En la casa se encontraba Naruto y su radiante novia y futura esposa Sakura quien no podía dejar de sonreír, por fin ese día se acostaría con el rubio y quedaría embarazada de eso se aseguró al ser una ninja médico. Cuando ese niño llegase ella por fin tendría lo que siempre quiso, Naruto se volvería hokage y ella sería su reconocida y respetada esposa.
-Naruto, te amo- dijo la pelirosa acercándose al rubio y besándolo, después de una rica cena estaban tomando unas copas de vino en la sala.
Naruto por supuesto no se quejó y se dejó hacer pues sabía lo que Sakura quería y a él también le provocaba. Quería tener una vida sexual normal con su novia.
Llevaban ya un rato jugueteando entre besos y provocaciones, sin embargo Naruto no se sentía bien, sabía que ante el olor y el coqueteo de su novia debía excitarse sin embargo eso no estaba sucediendo, Sakura lo besaba, lo toqueteaba y él intentaba responderle pero no estaba seguro de lo que hacía y ella era demasiado insistente.
Sakura estaba exasperándose, Naruto no parecía ponerse lo suficientemente a tono, solo eran toqueteos pero el rubio no reaccionaba ni un poco. Le quitó la chamarra y ella se desprendió de la parte superior de su vestido pero de repente el rubio se quedó estático.
Naruto había quedado desprovisto de su chaqueta quedando su bien trabajado abdomen a la vista sin embargo también se quedó quieto, sentía algo extraño, una presión… y llegó un horrible dolor en su cabeza. Soltó a Sakura y se alejó de ella como si le quemara, el dolor remitió un poco pero no lo suficiente.
“-¡¡Naruto!!-“
El rubio levantó la mirada sin embargo esa voz que había escuchado no era la de Sakura, ella lo miraba enfadada, pero ella no le había gritado.
“-Onegai… ven…-“
Miró confundido a su alrededor, buscando la fuente de la voz, sin embargo eso solo acrecentó su dolor de cabeza.
“-Lo prometiste… prometiste cuidarme-“
¿A quién? ¿Por qué? ¿Qué demonios estaba pasando? Se dejó caer de rodillas mostrando todo su sufrimiento, se sofocaba lentamente.
“-¿dónde estás?... ¿por qué me has abandonado?-“
Estaba hiperventilando, le dolía la cabeza, sí, pero más que eso, le dolía el corazón… se llevó una mano al pecho intentando parar el dolor y normalizar su respiración pero no lo estaba logrando, miró a Sakura por ayuda pero ella no se movió, lo miraba simplemente… como si fuera algo que debía mirar… ¿un paciente? No… un experimento…
“-Naruto…-“
Escuchó como alguien irrumpía en la casa, al parecer llevándose consigo la puerta.
-¡Naruto!- una voz que le gritaba, se escuchaba preocupada.
“-Te amo-“
Y después la oscuridad absoluta…
NxSNxSNxS
Kumogakure…
Killer Bee, el famoso jinchuuriki del ocho colas andaba de paseo por la casa del Raikage buscando a su hermano por supuesto para hablarle y convencerlo de unas vacaciones pagadas.
Sin embargo a penas llego a la oficina donde se supone estaba su hermano se encontró a éste mirando con enfado a un chico que estaba en el suelo recogiendo piezas de porcelana que antes se suponían eran parte de un costoso juego de té. Un líquido ámbar estaba regado junto a las piezas de porcelana. El chico estaba muy nervioso sintiendo la mirada del Raikage a su espalda, de repente hizo un gesto de dolor pues se había cortado un poco con una pieza, sin embargo siguió en su trabajo.
El Raikage lo miraba con impaciencia pues el chico aparte de torpe se estaba tomando su tiempo, Killer Bee lo miraba con tristeza, antaño ese chico era un gran ninja, que ahora estuviese en esa posición se debía a su propia condena, aquella torpeza impropia de un ex ninja se debía seguramente a la venda que ocultaba sus ojos de la vista de la gente.
-¡Date prisa!- gritó el Raikage al chico que gimió asustado sin embargo se dio prisa a pesar de la sangre que salía de la herida en su mano. Recogió la porcelana y con un paño se apresuró a limpiar al líquido ámbar. Luego se levantó y echó a andar fuera de la habitación asustado de continuar ahí percibiendo el enfado del Raikage.
Se topó con Killer Bee en la entrada de la estancia y se apartó inclinándose y pidiendo disculpas por haber chocado con el jinchuuriki sin embargo éste no hizo ni dijo nada y dejó pasar al chico de cabello negro que salió casi corriendo de ahí.
Killer Bee negó con la cabeza, la única razón de que ese chico siguiera ahí era por… porque…
-¿A qué has venido Bee?- preguntó el Raikage avanzando hasta su escritorio en el que se sentó para relajarse un poco, ese chico lo estresaba un poco.
-Hermano, no veo porque sigas con ese maltrato, el chico ya ha pagado no seas pesado- dijo Killer Bee con su tonito rapero.
El Raikage suspiró –Ya lo hemos hablado Bee, es su condena, lo trato como se me dé la gana, es lo justo, por él perdí un brazo y casi te pierdo a ti, aunque no haya sido más que uno de tus intentos de vacaciones- dijo con una mirada un tanto reprobadora.
-Pero eso solo te recuerda el pasado, te vuelve más amargado- dijo el jinchuuriki
-Es un recordatorio para la demás gente, personas como él no valen nada, no después de haber traicionado su patria y haber manchado su honor- dijo el Raikage
-De acuerdo hermano, pero que quede claro, semejante humillación no te convierte en el mejor- dijo Killer Bee
El Raikage lo miró severamente sin embargo no dijo nada más -¿Has venido de nuevo por el asunto de las vacaciones? Porque si es así regrésate por donde viniste-
Killer Bee sudó una gotita, que bien lo conocía su hermano, sin embargo esa no era su única razón.
-De acuerdo hermano, me pillaste condenado, así que me retiro capaz y luego me das un tiro- dijo el rapero y salió de ahí en calma, debía buscar al chico de cabello negro.
No tuvo que buscarlo mucho, lo encontró camino a su habitación en una zona para los sirvientes. El chico llevaba la mano envuelta en un paño y caminaba algo lento sosteniéndose de una pared. Lo siguió hasta su habitación, entró y lo miró en su cama tirado boca abajo ocultando la cara en su almohada, desde donde estaba podía oír sus sollozos.
Había que admitirlo, le daba lástima el chico…
Antaño un gran ninja, el último de los suyos, el heredero del clan maldito Sasuke Uchiha…
-Sasuke- llamó suavemente el jinchuuriki del rap.
El chico se sobresaltó y rápido se sentó en la cama volteando en dirección a donde sabía estaba la puerta, y claro que reconocía esa voz.
-Killer Bee-sama- dijo el moreno suavemente – ¿Se le ofrece algo?- preguntó algo temeroso.
-Sasuke… te he dicho que no hagas eso- dijo el rapero extrañamente sin rap alguno.
El chico bajo la cabeza, no entendía porque pero Killer Bee siempre era tan amable con él…
El jinchuuriki se acercó al moreno y sacó de un cajón de la mesita de noche un botiquín de primeros auxilios, sin decir nada se sentó a un lado del moreno y tomó su mano, retiró el paño y comenzó a curar la herida del menor, pareciera un simple corte pero Sasuke siempre tendía a minimizar sus heridas pues ahora veía que había salido mucha sangre y seguro el corte era más profundo, pero el miedo que le tenía al Raikage era mayor como para notar sus heridas.
Sasuke Uchiha estaba en ese lugar desde que se le dictó sentencia, en un principio no sabían qué hacer con aquel que consideraban escoria, sin embargo matarlo no estaba entre sus opciones. Por lo cual el Raikage decidió tomarlo consigo y llevarlo a Kumogakure donde pagaría sus crímenes siendo tratado como un mero esclavo, realizando labores de servidumbre… y Sasuke había aprendido a serlo a la mala.
Cuando llegó conservaba aún rasgos de su antigua personalidad, sin embargo el hecho de que no podía ver y que tampoco podía recordar lo tenía en clara desventaja contra el mal carácter del Raikage y su furia, por lo cual poco a poco terminó cediendo. La rebeldía fue aplacada con crueles castigos, a él nunca le había gustado maltratar a los débiles, tampoco a su hermano, sin embargo la furia que tenía contra el Uchiha lo llevó al maltrato y denigración del último del clan maldito.
Por eso él estaba ahí, no soportaba el maltrato dado al Uchiha pero no podía ir en contra de su hermano, por eso solo le quedaba tratar las heridas de Sasuke. No comprendía como es que habían logrado llevarse todo de aquel orgulloso y bastardo ninja.
El chico hizo gestos de dolor con el alcohol pero no dijo nada, sus vendas estaban mojadas por las lágrimas que derramaban esos ojos que no podían ver nada.
Cuando terminó de curarle le puso una simple venda con una gasa y guardó las cosas que no utilizó donde siempre.
-Listo Sasu-chan, no vayas a llorar ni a recostarte mal, las heridas de la espalda aun te deben sanar- dijo Killer Bee refiriéndose a los recientes latigazos marcados en la espalda del moreno, eso había sido un castigo muy cruel para un mal menor.
Sasuke asintió, le agradaba esa persona y sus extrañas rimas. Desde que había llegado a ese lugar completamente desconocido había recibido órdenes y crueles palabras, pero esa persona nunca le había tratado mal, al contrario, le curaba las heridas y lo alegraba con sus extrañas rimas, era amable y lo cuidaba, pero por sobre todo lo trataba como persona.
Killer Bee se acercó al pequeño y le limpió las lágrimas de la cara, no le gustaba verlo llorar…
-Vamos, no más caras largas, verás cómo pronto este infierno acaba y te largas, yeah- dijo rapero.
Sasuke asintió, debido a los traumas ahí vividos no hablaba mucho, no le gustaba ese lugar ni esas personas, quería estar en otro lugar, donde sea menos ahí, sin embargo todos le decían que lo merecía… pero no sabía porque.
Las palabras de Killer Bee sonaban alentadoras, pero él sabía que no tenía escapatoria, después de todo aunque saliera de ahí nada le aseguraba que hubiera algo esperándolo ahí afuera, porque ¿qué podía estarle esperando a un chico ciego y débil?
Killer Bee suspiró, ese chico no se alegraba en nada, estaba perdiendo poco a poco las ganas de vivir.
“¿qué pensaría el hermanito Naruto si viera a su amigo golpeado a lo bruto? Ya no quiere vivir, se marchita cual florecilla en un jardín lleno de espinas”
-Ven acá florecilla- dijo por lo bajo para acercar al moreno y tomarlo entre sus brazos, al principio el menor se tensó pero con forme lo abrazaba se tranquilizó, sabía, en lo más profundo que esa persona no le haría daño.
Killer Bee se recostó en la cama manteniendo al moreno sobre él boca abajo sin tocarle las heridas de la espalda, Sasuke se removió un poco pero no comentó nada, se sentía bien estar en los brazos de aquel hombre, se sentía cálido y protegido ¿hace cuánto no tenía contacto humano? No lo sabía pero lo extrañaba…
Podía sentir como en su corazón algo faltaba, no era solo la caridad humana, era algo o… ¿alguien? No lo sabía pero lo sentía, quizá una persona como esa que en esos momentos lo abrazaba, sabía que no se trataba de él pues su contacto era cálido pero no como lo deseaba, era como el amor… un amor de un padre quizá. Pero no el amor que su corazón buscaba.
En sus sueños, mientras dormía, éstos se volvían pesadillas, veía a un chico de cabello brillante como el oro, y unos ojos azules como el mar. Éste le sonreía y le tomaba la mano prometiéndole algo que nunca alcanzaba a escuchar porque en seguida se escuchaba un sonido devastador, una explosión lejana y el chico de cabello dorado desaparecía. No sabía porque pero siempre que despertaba le dolía el corazón y sus mejillas estaban empapadas con sus lágrimas.
-Killer Bee-sama- dijo por lo bajo, le alegraba un poco que a pesar de la crueldad en la que vivía por lo menos una persona era amable y cálida con él, le agradaba mucho esa persona… lo quería mucho.
NxSNxSNxS
Cuando despertó estaba en su habitación, no recordaba haber llegado ahí. Se sentó en la cama y luego se puso de pie mirando a su alrededor, no había nada fuera de lo normal, sin embargo tuvo la sensación de que había perdido algo, algo muy importante. Nuevamente en sus sueños pudo ver a ese muchacho de ojos negros, solo que ésta vez esos ojos se volvieron rojos y llenos de dolor e ira, pero no dirigida hacia él.
La puerta de su habitación se abrió suavemente y por ella entró Hinata llevando una bandeja con el desayuno y un frasquito que supuso serían esas horrendas pastillas que la Hokage le había mandado tomar.
-Buenos Días Naruto-kun- saludó amablemente la morena.
El rubio se sentó en la cama, estaba algo aturdido, no recordaba que rayos había pasado la noche pasada, se suponía que estaba con Sakura-chan, sin embargo después de ahí toda su mente estaba en blanco. Y Hinata ¿qué hacía ahí tan temprano?
-No te mates tu única neurona pensando en ello Naruto-kun- saludó amablemente Sai entrando después de Hinata a la habitación.
-Sai, ¿tú también? ¿Qué rayos paso?- dijo el rubio presionando un poco sus sienes le dolía de verdad la cabeza.
-Pues- dijo Hinata sentándose en una silla al lado de su cama para luego colocarle la bandeja con el desayuno sobre las piernas –Estábamos en casa teniendo una entretenida partida de póker cuando sentí una alteración en tu chakra, fue muy fuerte, por eso pude sentirla, por lo que de inmediato corrí hasta aquí-
-Estabas en el suelo, retorciéndote de dolor- dijo Sai simplemente –Y Sakura fea solo te miraba, Hinata sello tu chakra y te desmayaste, yo saqué a la plasta del lugar pues no estaba haciendo nada útil y entre Hina-preciosa y yo te trajimos a tu cuarto- dijo sonriendo.
-Sakura-chan… ¿solo miraba?... ¿Por qué sellaron mi chakra?- preguntó el rubio confundido tomando un poco de jugo de la bandeja sobre sus piernas.
-¿recuerdas cuando te revise y quedé inconsciente? Sentí un chakra intruso dentro de ti, ese chakra fue el que me dejó inconsciente, esta noche algo lo altero, pensé que se había ido de tu cuerpo pero no fue así, te atacó e intenté sellarlo pero caíste inconsciente y ya no pude sentirlo- explicó la morena
Naruto se sintió confundido y algo asustado, no era la primera vez que sentía que alguien lo llamaba, pero si ese llamado tenía que ver con ese chakra intruso y le estaba haciendo daño no quería seguir con eso, ni con esas malditas pesadillas ¿Cómo se libraba de todo eso?
-Esta mañana active de nuevo tu chakra, estarás bien en una hora más o menos, come tu desayuno y te sentirás mejor- sonrió Hinata para no asustarlo más.
Naruto asintió obediente, después de todo nunca desperdiciaría el comer algo hecho por Hinata-chan. De repente por la ventana entro un halcón trayendo un mensaje consigo.
Sai lo tomó y abrió el mensaje.
-La hokage nos llama, tenemos una nueva misión- dijo el chico de la sonrisa falsa.
Hinata asintió levantándose y recogiendo la bandeja ya vacía.
-¿De verdad? Wow, ¿a dónde iremos?- preguntó el rubio emocionado.
-A Kumogakure- dijo Sai y Hinata soltó la bandeja.