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El dolor nunca es eterno por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

Uff... Cuánto tiempo(?)

Lamento la ausencia, no tengo excusa. Así que si alguien aún está leyendo esto, espero  tengan un poco de tiempo para leer está actualización.  

 

Gracias por su espera.

 

 

 




- ¡Seung, no! 




 




Seung Hyun, desde el sillón,  observó sorprendido como su novio se escurrió de sus brazos y se alejó varios metros de él. Desde un rincón de la biblioteca, con la respiración agitada lo miraba asustado. Con cautela fue acercándose hasta que lo tuvo en frente y lo abrazó. El menudo cuerpo tembló entre sus brazos y el rechazo se hizo presente cuando JiYong intentó apartarse.  




 




-Por favor no te alejes, lamento esto.   Por un momento olvidé todo y me dejé llevar.  No quise propasarme contigo.        




 




JiYong tragó rudamente y se abrazó con fuerza a la cintura del mayor, quien devolvió el gesto con la misma fuerza.   Pasaron minutos en la misma posición hasta que los corazones de ambos dejaron de latir desbocados y volvieron a su ritmo normal.  




 




-Perdóname – murmuró el mayor. 




 




Pero JiYong había perdido toda alegría. En su rostro solo se reflejaba el horrible reconocimiento de su realidad.  




 




- ¿Cómo puedes estar conmigo? Yo nunca voy a ser capaz de darte lo que quieres. Yo… – su voz se entrecortó – Yo no puedo hacerlo. – nuevas lágrimas rodaron por sus mejillas. 




-No, no. Por favor JiYong- Con desesperación tomó el rostro del menor – No busco que me entregues nada más que tu amor. Esto fue un error. Mi error.  




-No lo es. – sollozó. – ¡Por Dios! – exclamó alejándose. Cubrió su rostro con ambas manos mientras lloraba. - ¿Cómo creí que esto podría funcionar? Tú mereces a alguien especial, alguien único. No alguien como yo, que ha sido manchado. ¡Estoy sucio! No te merezco. 




-¡Basta! - gritó.  




-¡Es la verdad! – sus manos viajaron a su cabello estrujándolo entre los dedos. 




-No te lastimes – rápidamente se acercó y  lo acorraló en la pared más cercana.  – Para - ejerciendo presión en las muñecas ajenas logró que el pelirrosa se soltará mientras emitía un gemido de dolor.   




-Due…le – pronunció sollozante. Podía sentir la fuerza ejercida a través de las manos de Seung.  




-Me duele también, pero no sé cómo detenerte.  – dijo entre dientes.  




 




Los acongojados  ojos marrones se encontraron con los ojos negros. Ambos tenían lágrimas ahogándolos en dolor. Sosteniéndose la mirada, poco a poco Seung fue aflojando sus manos,  tragó con dificultad y con temor fue acercando su rostro al hombro ajeno. Se apoyó en él, y sus cuerpos se deslizaron por la pared hasta terminar de rodillas en el suelo.  




 




POV JIYONG 




 




Los minutos transcurrieron y nosotros permanecimos en silencio.  Podía sentir su respiración  tan cerca de mí  intentando controlarse. Al igual que él, también intenté poner bajo control mis emociones. Apoyando la cabeza en la pared, cerré los ojos y respiré pausadamente hasta que mis lágrimas dejaron de salir y mi corazón nuevamente se apaciguó. 




 




- ¿Cómo te sientes? -  la voz ronca de  Seung Hyun salió amortiguada sobre mi hombro. 




 




Sus manos que nunca me soltaron, entrelazaron suavemente  sus dedos con los míos. Mi garganta se sentía seca y tragué mi propia saliva para humedecerla y hablar.  




 




-Lamento no ser alguien mejor - murmuré quedamente.  




-No quiero a nadie más. Eres a quien amo, JiYong. – contestó sin vacilar.  




-También te amo, Seung Hyun. 




 




Sus brazos rodearon mi cuerpo envolviéndome, como si fueran un manto de protección. Me llevó hacia su pecho y me mantuvo en él hasta que la noche cayó.  Unos golpes en la puerta irrumpieron nuestro silencioso entorno. Ambos desperezamos nuestros cuerpos y nos pusimos de pie. La señora Heo nos esperaba del otro lado para ofrecernos la cena, pero desistimos  de la  atención. No nos rebatió ni insistió seguramente al ver nuestros rostros notó que no era un buen momento y solo se alejó  de ahí  con un simple asentimiento. 




 




Sin soltar nuestras manos fuimos hacia mi habitación. Nos cambiamos de ropa por nuestros pijamas y nos acostamos en mi cama, cada uno en un lado, pero la unión entre nuestras manos fue lo único que nos mantuvo juntos de nuevo.  




 




Me sentía agotado mental y emocionalmente, en algún momento de la madrugada pude escuchar la acompasada respiración de Seung, lo que me dio un poco de tranquilidad  y me quitó un poco  de peso de encima, pero yo por más que lo intenté no pude dormir en toda la noche. 




 




Cuando los primeros rayos del sol se asomaron a través de la cortina supe que ya no podría recuperar mi energía y ahora sentía el agotamiento físico. Lentamente solté la mano de Seung y salí de la habitación. Desde mi puerta extendí la mirada hacia el pasillo decidiendo en que habitación entrar y darme un largo baño, pero mis ojos se cruzaron con aquella habitación que desde ese suceso fue cerrado bajo llave y nadie tenía permitido volver a ingresar.  Mi corazón sintió la agitación y un estremecimiento cruzó por todo mi cuerpo.  




 




Volví el rostro hacia mi puerta y respiré pesadamente. Decidí tomar la dirección contraria y entré a una de las habitaciones restantes, me quité el pijama rápidamente y me metí bajo la ducha fría. El drástico cambio de temperatura despejó mi mente y solté un pequeño quejido por la corriente de frío que me recorrió el cuerpo. No obstante, no lo cambié por el agua caliente. Necesitaba ese golpe para alejar de mí aquella desagradable sensación. Apoyé mis manos sobre las baldosas de la pared y dejé que el agua fría se escurriera en mí. Después de algunos minutos pude retomar la calma y continuar aseándome. Al terminar, regresé a mi habitación por algo de ropa, pero Seung ya había despertado. 




 




-¿Dónde estabas? – preguntó un poco somnoliento. Aún estaba sentado sobre la cama. – No te encontré a mi lado cuando desperté. – sentía su inseguridad mientras hablaba. No me gustaba verlo de esa manera. 




-Fui a darme un baño en otra habitación, no quería interrumpirte mientras dormías. – respondí con calma y simulé una pequeña sonrisa.  




 




Pero no se sintió sincero, él lo notó claramente.  Me giré con rapidez y fui hasta el closet, tomé las primeras prendas que tuve delante y con ellas me fui hacia el baño para cambiarme. Antes de salir me miré en el espejo y noté mi rostro pálido y agotado. No había forma de ocultarlo. 




 




Cuando regresé, él me esperaba de pie y estaba completamente despierto. Su mirada y la mía se cruzaron por instantes. Los suficientes para que su rostro se tornará preocupado. Quiso acercarse, pero se detuvo él mismo. El ambiente era tan pesado. Se sentía como si fuésemos dos completos extraños y no la unida pareja de días antes.  




 




-¿Dormiste un poco? – preguntó dudoso sin quitar sus ojos de mi rostro. Quise mentirle y decirle que sí. Que había  dormido, pero no pude. Mi cabeza se movió  de lado a lado confirmando sus sospechas. – Lo lamento.  




-Por favor, ya no te disculpes. – le pedí. Cada disculpa suya me hacía sentir peor. – Estoy bien. - murmuré con la mirada baja.  




-Pero, tus… - contuvo sus palabras y en un arrebato de valor se acercó a mí. Una pequeña parte  de mí quiso retroceder, pero me obligué a permanecer en el mismo lugar. Sentí sus manos en mi rostro y las yemas de sus pulgares tocaron la piel bajo mis ojos. Mis ojeras debían  ser muy notorias a esta corta distancia y me avergoncé.  




-Vayamos a desayunar. – dije para cambiar el tema de nuestra conversación. Él me miró unos segundos y asintió.  




-Tomaré una ducha y bajaré en unos minutos.  




-Está bien. Te esperaré abajo.  




-Está bien.  




 




Tras ello soltó mi rostro y se enrumbó al baño. Yo no tuve más opción que salir de ahí y bajar hacia el comedor. En el camino encontré a la señora Heo quien me indicó que pronto traería los platillos que estaban preparando.  Durante esos minutos en que me quedé solo, la ansiedad se instaló en mi pecho, saqué mi celular y escribí un mensaje rápido hacia mi psiquiatra. Sé que mis citas con él eran los miércoles y sábados, pero no podía esperar tantos días. Tenía una urgente necesidad de hablar con alguien, de decir lo que estoy sintiendo, y él era el único con el que tal vez podría hacerlo. Sé que tengo a Yunhohyung  y Dongwookhyung,  pero no creo que con ellos pudiera hablar sobre lo ocurrido. Ambos son muy cercanos a los dos y sería demasiado incómodo. En pocos minutos tuve una respuesta afirmativa del doctor y me recomendó que lo visitará lo antes posible en la clínica. Probablemente antes de que me desanimará a hablar  a solas con él.  




 




-Disculpe la demora joven JiYong, no lo esperábamos tan temprano. – dijo la señora Heo colocando algunas bandejas con comida mientras otra de las empleadas la ayudaba a ordenar la mesa. 




-No se preocupe, muchas gracias por su atención.  




-Con su permiso. – ambas hicieron una reverencia y se retiraron. Mientras ellas salían Seung entraba y ellas lo saludaron también.  




-Espero no haber demorado demasiado. – comentó mientras se sentaba frente a mí. 




-Claro que no. Acaban de ordenar la comida recién.  




-Buen provecho. 




 




El día anterior no habíamos cenado así que nuestro apetito estaba presente en cada mordisco y nos dedicamos a comer. Cuando terminamos, aún teníamos un poco de tiempo antes de ir a la universidad así que era momento de decirle que yo no iría con él. Él estaba cambiando de canales en la televisión de la sala sin mayor interés, por lo que aclaré mi garganta para llamar su atención, lo cual funcionó rápidamente. 




 




-¿Estás bien, Yongie? – preguntó con su mirada puesta en mí. Me tomó unos segundos juntar el valor para poder hablar. 




-Seung, yo… - tomé un respiro antes de continuar y lo miré a los ojos. – Yo no iré a la universidad el día de hoy. 




 




Parecía que el tiempo lo había congelado porque se me quedó mirando con la boca entreabierta, después de un rato balbuceó  palabras hasta que finalmente pudo responderme. 




 




-JiYong creí que estábamos mejor por… por lo ocurrido ayer. – dijo con duda y con sus ojos nuevamente alarmados. – Sabes que yo no quise hacerte daño ¿verdad? –sus manos tomaron las mías y las acercaron a su corazón. Y yo sabía que era así. Seung Hyun nunca me lastimaría, pero para mi mente eso era algo difícil de procesar. 




-Lo sé - traté de sonar lo más seguro que pude.  Ahogando mis inseguridades en mi interior, me acerqué un poco más a él en el sillón donde estábamos sentados y lo abracé. Eso pareció darle más confianza y sus brazos también me envolvieron.  




-Gracias, cariño. Te amo, te amo con todomi corazón –dejó ligeros besitos sobre mi cabello y hasta   podía sentir la sonrisa que había en su rostro.- Entonces ¿Por qué no irás a la universidad? 




-Yo iré a otro lugar – dije lentamente. 




-¿Á dónde? –se separó de mí  y volvió  a mirarme a los ojos. No pude sostenerle la mirada, no quería decirle donde iría. 




-Por favor no me pidas que te conteste ahora. – le pedí con una mirada suplicante. – te lo contaré luego.  




-Pero ¿Vas a estar bien?   




-Estaré bien, iré con el chofer. 




 




Obviamente quería negarse, sin embargo, lo aceptó. Llegado el momento él se fue en su auto hacia la universidad, y tras ello yo le pedí a Bon Hwa que me llevará hacia la clínica. Mis manos no dejaban de sudar durante todo el camino, pero necesitaba esto.  




 




-Hemos llegado - avisó mi chofer. 




 




El edificio estaba delante de mí, su gran envergadura por poco y logra que me regrese a mi casa, pero no. No quiero continuar de este modo. Dije que haría todo por seguir con Seung y no me voy a retractar.  




 




FIN POV JIYONG 




CONTINUA... 

Notas finales:

Sé que no es un capítulo muy largo, pero es un avance. Ojala no haya perdido la escencia de escribir, no del todo. Espero no demorar de nuevo con la atualización, realmente quiero darle un final a esta historia, mi primer fic.

 

Gracias por sus comentarios, y a todos los que aún no lo han olvidado.

 

Besos.


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