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Prohibido por Aomame

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Notas del capitulo:

Si es de tí, nada puede ser más valioso. 

 

Prohibido.


El regalo de Aki. 

"...Hojas secas de otoño giraban en tu alma."

Pablo Neruda

Poema VI

 

-¿qué pretendo dices?

-escuchaste ¿no?

Alexei guardo las manos en sus bolsillos. Él era más alto que Aki por un par de centímetros, pero había momentos en los que esos centímetros no parecían existir. Aquel temperamental japonés crecía cuando se enojaba e incluso él cuya naturaleza era más fornida a veces retrocedía uno o dos pasos.

-Ahhh-suspiró- Aki no te pongas así, es molesto.

-tsk … el molesto eres tú. ¡Diablos, Alexei!  Solo aléjate de mi hermana

-¿no me digas que ahora tienes complejo de hermano?

-¿y qué si es así? Ella es la mujer más importante de mi vida, no hay nada que no haga por ella.

-me conoces ¿no? Somos amigos, Aki, por favor, sabes que no le haría daño.

Aki frunció el ceño y se recargo en el barandal del balcón mirando a su interlocutor con los brazos cruzados.

-No hablo por ti-dijo- y lo sabes. Es tu abuelo el que me preocupa.

-Aki, la quiero de verdad, la protegeré, ya te lo había dicho.

-y te dije que lo olvidaras.

-¡AKi!

-No dudo que puedas hacerla feliz y esas cosas. Pero mientras tu abuelo siga vivo, no importa cuánto la ames, si él se entera de que hay algo entre ustedes, la matará. Lo sabes.

Alexei suspiró largamente y asintió.

Conoció a Aki el día que sus padres intentaron arreglar las cosas entre sus familias, ambos los acompañaron por curiosidad. Eran unos niños y no tenían una idea concreta de lo que pasaba, simplemente congeniaron y se hicieron amigos. Después de aquel desastroso intento ellos continuaron comunicándose.

Alexei sabía que su amistad con ese chico ya de por si era peligrosa, tener un romance con Natsuki era descabellado pero…

-entiendo lo que dices, Aki.

-bien

-pero eso no significa que esté de acuerdo. O que me detenga por ello.

-¡¿Eh?!

-Me gusta, mucho.  No voy a rendirme por algo así, mi  abuelo tendrá que pasar por mi cadáver antes de lastimarla.

El peliplateado descruzo los brazos, sacó un cigarrillo y lo encendió. Después de darle la primera calada, miró a su amigo con gesto adusto.

-solo te diré esto-dijo- si algo le pasa, te mató. ¿De acuerdo?

-de acuerdo.

+++++

Yue se secó el cabello con la toalla mientras miraba el reloj de su habitación, su primo ya había tardado, suspirando se sentó en la cama. Dejo la toalla en su cabeza y miró hacia la ventana. Las estrellas se veían lejanas unos puntitos a penas tintineantes.

Aki desapareció a la mitad del baile, estaba preocupado, no es que temiera que algo le pasara pero de alguna forma…ah a quién engañaba, lo extrañaba.

-¡Ahh soy un tonto! –dijo dejándose caer boca abajo en la cama- Aki nii chan, seguramente encontró una chica con quien pasar el rato, eso no es difícil.

Tal vez en ese momento su primo seguía bailando allá abajo, seguramente invitaría a esa chica a ver la luna y tras las cortinas le daría un largo y maravilloso beso. Y ella caería a sus pies sin resistencia, se derretiría en sus brazos. Probablemente ella pediría un beso más, uno más dulce, o quizás más caliente, más, más…

Yue se tocó los labios, justo donde su primo le había dado ese pequeño beso “para dejar de fumar”, cerró los ojos, tenía envidia y celos de aquella que esté esa noche con Aki.

La puerta se abrió, y Aki entró, Yue estaba con la cara hundida en la almohada  y una toalla encima de la cabeza. Se acercó pensando que estaba dormido, pero se dio cuenta que no era así. Le quitó la toalla.

-te vas a enfermar si te quedas con esto mojado.

-A…Aki nii…y…yo…

-oí, ¿qué no es esta mi toalla?

Yue se incorporó, y enrojeció poco a poco al darse cuenta, si lo era, era la toalla de Aki.

-lo… lo siento Aki nii

-está bien-dijo el peliplateado dejando la toalla en el respaldo de una silla-usaré la tuya.

Yue enrojeció un poco más.

-A…Aki nii san, ¿dónde…dónde estabas?

-oí Yuu ¿tienes algo?

-N…no…¿por qué?

-pareces muy nervioso, incluso como que tartamudeas ¿todo bien?

-s..si, digo, ¡sí!

Aki sonrió y se estiró- me fui a caminar por los jardines tenía cosas que pensar.

-fumaste ¿verdad?- Yue arrugó la nariz cuando el olor de tabaco llegó a ella- Aki nii prometiste que no fumarías.

-ahh lo sé, lo sé. Lo siento, no pude evitarlo- Se quitó el saco y aventó la corbata lejos, Yue lo observó en silencio, algo lo estaba perturbando, no era nada sencillo- a propósito Yuu, ¿no te fuiste muy pronto del baile?

-estaba aburrido-dijo. Aki asintió y se metió al baño, poco después se escucho el agua de la ducha correr.

++++

Natsuki  se acercó al balcón donde vio que su hermano y Kurovnikov habían salido, a través de los cristales tan solo pudo ver las estrellas en el cielo curiosamente oscuro, ya no estaban ahí.

“ojala no se estén peleando” pensó suspirando.

-señorita Natsuki- una suave voz la hizo estremecer.

-ah Kurovnikov san…

- Alexei- la corrigió.

-Alexei- rectifico- me asustó.

-lo siento- dijo sonriéndole- vengo a que me permita terminar la pieza que quedó inconclusa.

Ella asintió y la tendió su mano. Él la tomo y rodeo su talle con su brazo libre, y la llevó suavemente de regreso a la pista de baile.

-mi hermano ¿no le dijo nada ofensivo, verdad?

-no, para nada. Aki es un hombre temperamental, pero no violento.

-claro.

Durante la pieza musical se miraron a los ojos, el violeta y el azul se fundían lentamente. El corazón de Natsuki dio un brinco. Ella ya sabía, cuando lo conoció que era un hombre especial, le gustaba eso era indudable, no solo por su rostro agradable y varonil, o por su porte elegante y serio, le gustaba también su voz y sus palabras, esa templanza con la que manejaba las cosas; pero aun cuando sentía todo aquello, no tenía idea de lo que él sentía.

+++

Aki cerró la puerta del baño mientras se secaba el cabello, Yue lo miraba en silencio.

-oye ¿estás enojado conmigo?-le preguntó.

-No, Aki nii ¿por qué me preguntas eso?

-No sé-se encogió de hombros- tal vez porque falte a mi promesa.

-Aki nii es por tu bien, el que dejes de fumar quiero decir.

-no me refiero a eso-dijo abandonando la toalla y trepando a la cama de su primo.

-¿e…entonces?-Yue se hizo para atrás cuando Aki trasgredió el límite de lo que puede considerarse un acercamiento normal y familiar, pero aunque hubiese querido retroceder más ya no podía o caería del colchón.

-que dije que cada vez que tuviera ganas de fumar te besaría-

-nii sama…

-lo siento Yuu, casi me acabé una cajetilla…-murmuró a su oído haciéndolo temblar

-yo, no, no estaba cerca, así qué…

-necesitó que me desintoxiques

-¿qué? ¿Cómo que…?

Aki no lo dejo terminar, atrapo sus labios en un beso muy caliente, su boca no tenía sabor a tabaco, por el contrario de alguna manera era dulce, embriagante. Yue quiso murmurar algo que se perdió en su garganta,  sus manos se aferraron a las mangas del pijama de Aki. Comenzó a sudar, la sangre se acumulaba en sus mejillas y en su entrepierna; rogó para que su primo no se diera cuenta de su insipiente erección. Lentamente Aki se separó, halando su labio inferior hacia él.

-nii cha…

-lo siento-dijo Aki, apoyando su frente en el hombro de Yue y susurró algo incomprensible al tiempo que lo abrazaba.

Se quedaron así, en silencio. El uno vaciando sus pensamientos, el otro pensando en mil cosas una más difícil que la otra.

+++

Antes de que los últimos acordes del baile se tocaran. Natsuki y Alexei salieron al balcón. Se recargaron en el barandal y levantaron la vista, una gran luna llena en lo alto y de fondo un cielo negro despejado.

-la luna llena es de los vampiros-dijo el joven ruso suavemente como si aquel fuera un pensamiento que se escapaba del silencio.

Natsuki lo miró de reojo y sonrió- pensé que era de los hombres lobos-dijo risueña.

-oh no-dijo él- es de nosotros. No hay otro momento como este para los vampiros. Es cuando el amor fluye de forma más natural.

-¿cómo?

-la Luna rige las mareas, su magnetismo hace que las aguas se eleven, su atracción mueve nuestra sangre, fluye abundantemente, se riega en nuestro cuerpo, somos sangre. Más básicos, más honestos.

-y más peligrosos

Alexei giró el rostro para mirarla, asintió al tiempo que sonreía-sí, eso también. Pero es cuando más trabajo nos cuesta ocultar lo que sentimos. Muchas parejas de vampiros se unen en noches así.

La chica asintió suavemente, ahora que lo pensaba sus padres siempre se escabullían en las noches de luna llena y a la mañana siguiente se sonreían traviesamente, de pronto lo entendía todo.

-por eso señorita, me atreveré a pedirle algo.

Natsuki se tenso y sintió un ligero rubor colorear sus mejillas, esperaba que la pálida luz existente los ocultará.

-¿de qué se trata?

Él tragó saliva y se irguió.

-No es mucho y quizás le parezca una tontería, pero… considerando que… quiero decir, mi padre y yo deseamos la paz con tu familia, supongo que es igual de su parte…por ello pienso que usted y yo deberíamos ser capaces de mantener buenos lazos y así en el futuro cuando seamos los lideres de nuestros clanes arreglar el problema que…

-Alexei san

-¿sí?

-¿lo que quiere pedirme es que mantengamos comunicación? ¿No?

-ah sí, eso. Lo siento hable de forma torpe ¿verdad?

Ella sonrió.

-sip-dijo- pero fue muy lindo.

Y ella pudo ver, como el hielo de sus ojos azules se derretía. Quizás solo un poco, pero eso también era lindo.

+++

En la víspera de su partida de vuelta a Japón Yue recibió un gran regalo, aunque para los ojos de los demás, incluso los tuyos, ese regalo bien podía pasar por una baratija con muy poco valor monetario, pero la importancia de ese regalo recaía en quien se lo había dado.

Aki le tendió el dije, el cual se balanceo de un lado a otro. Yue lo miró estupefacto, era un pequeño dije plateado, redondo con una especie de trébol de cuatro hojas bellamente estilizadas.

-¿qué…qué es eso?

-un regalo-dijo Aki  quien extendió la cadena y la paso por encima de la cabeza de su primo, colocándole así el pequeño dije.

Yue lo tomó entre sus manos y le dio la vuelta, no tenía ninguna inscripción, y al parecer su primo solo se lo había comprado por que le gustaba, no creí que tuviera otra cosa especial.

-¿por qué?-dijo sin soltar el dije, pero mirando a  su primo con cierta emoción contenida.

-porque…-Aki arrastró las palabras, desvió la vista y se rasco la cabeza, nervioso- es que, yo quería hacer muchas cosas aquí, pero al final supongo que no tuve el valor.

-¿eh? ¿No entiendo Aki nii?

-No te preocupes-dijo Aki sonriendo de pronto como siempre- solo quería darte al menos eso.

-pero…

-no importa, es un regalo, un regalo. Acéptalo y ya ¿de acuerdo?

-si

Aki se dio la media vuelta pero Yue lo detuvo tomándolo de la manga de su chaqueta.

-Gracias, Aki nii- dijo sonriendo.

-Yuu chan, Aki onii sama ¿qué tanto hacen? Vamos a perder el avión- Natsuki los alcanzó, arrastró sus maletas y les puso una a cada uno de ellos- lleven esto por mí, ¿sí? En lo que bajo las otras

-Oye Natsu, ¿en qué momento compraste todo esto? Llegaste con una, ¡una!-se quejó Aki echándose la maleta de su hermana en el hombro

-¡no me molestes y carga!

-¡eres horrible!

Yue los siguió arrastrando su maleta y la de su prima. A lo lejos escuchaba la discusión que sus primos entablaban, pero no le prestaba atención. Lo único que podía sentir era el bamboleo de aquel circulo plateado, que con pequeños golpecitos hacia presencia en su pecho.

+++

+++++

Abrió la cortina, apenas, pero lo suficiente para que la horrible luz de los últimos rayos del sol le diera en el rostro. Hizo un mohín y se tallo los ojos, aun llevaba la pijama puesta. A través  de la cortina pudo ver al presidente del consejo estudiantil de la clase nocturna. El Presi como él lo llamaba hacia ejercicio. Lo cuál era muy gracioso. Porque “Presi” parecía esforzarse como loco para llegar a tener un poco más de musculo en ese escuálido cuerpo que tenía. Era gracioso, y él siempre se divertía burlándose de eso. Sí se burlaba del Presi y lo disfrutaba como nadie.

Con una sonrisa anticipada se retiró de la ventana y se cambió de ropa. En el camino, toco la puerta de sus amigos, quienes como perritos falderos salieron de inmediato y lo siguieron. Él, él es la pesadilla de Yue, Sato Minokichi.

Yue se detuvo un momento y se llevó la mano al pecho, ahí estaba ese círculo plateado pendiendo de su cuello. Sonrió, era cierto que no era el primer regalo que le daba Aki pero, por alguna razón, ese parecía especial. Iba a comenzar una nueva cuenta de lagartijas, cuando vio de lejos al cuarteto de idiotas que siempre lo molestaban. Los esperó de pie, con calma, ya sabía que en cuanto volviera a Japón esos no tardarían en llegar.

-¡Hey, Presi!-dijo el cabecilla mirándolo burlón- ¿qué haces? No me digas que intentas hacerte fuerte.

Los otros se rieron.

-lárgate, Minokichi

-¿Por qué? Hey presi ¿no tienes miedo?

-¿miedo de qué, idiota?

-Bueno-dijo mirando para ambos lados- Aki sempai no anda por aquí. Quiero decir, no tienes quien te defienda, escuálido amigo.

-cierra la boca, Aki nii no tiene porque ensuciar sus manos con basura como tú.

-¿cómo yo?

Yue lo ignoró y se pasó de largo.

El otro sonrió de medio lado y lo tomó del brazo.

-Te hice una pregunta, presi. Contéstame.

-¡Suéltame, idiota!

-ves, no eres tan fuerte.

Yue frunció el ceño y movió el brazo agitándolo, en realidad si era fuerte, había vencido a Aki en un par de ocasiones cuando entrenaban, pero debido a su puesto como Presidente del consejo, prefería guardar la calma y evitar conflictos.

-vaya-dijo Minokichi mostrando sus palmas en son de paz-de algo te ha servido eh.

-¿qué quieres?

-lo de siempre, divertirme a tu costa.

Yue suspiró y le dio la espalda

-imbécil-le espetó y echo a caminar pero los tres amigos de Minokichi le cerraron el paso, aquí iban de nuevo. Rodando los ojos dio media vuelta y miró a su enemigo con desdén- tú eres sumamente infantil.

Minokichi sonrió, con las manos en los bolsillos se acercó a él.

-vamos, presi, no te enojes. No estuviste por varios días, la escuela fue aburrida.

-¿qué quieres?

-ya te dije-Minkichi lo miró, realmente no tenía idea de que era lo que realmente quería, pero Ichijou Yue lo irritaba mucho. Odiaba su pose de niño bueno y adecuado, odiaba que fuera menor que él y más inteligente, que tuviera en sus venas esa sangre tan peculiar. De hecho, era justo eso, tenía curiosidad por la sangre que corría en esas venas.

Conocía, como todos los vampiros, la historia de los hermanos Kuran-Kiryuu, cuya sangre era aun más peculiar, pero la de Yue le llamaba la atención. Recordaba el aroma de esa sangre. Un día en clase de deportes Yue se raspó la rodilla, no fue nada y sanó pronto, pero el aroma de la sangre se quedó en su sistema. Era un aroma distintivo, especial. Quería probarla, pero no podía conseguirlo, porque Yue jamás lo permitiría. Entonces se formó un idea en mente, si algún día lograba derrotarlo en una pelea, podría probar la sangre impregnada en sus puños.

Pero aquel deseo jamás se concretaba, antes de que lanzara el primer golpe, Aki sempai lo detenía, le torcía el brazo hasta dejárselo adolorido y con un “lárgate” frío y contundente lo mandaba al diablo. Odiaba eso, era como si sempai estuviera siempre vigilando a su primo, impidiéndole hacer cualquier cosa. Sin embargo, eso no lo detenía para intentarlo de nuevo.

-¿qué es eso? –dijo mirando a Yue de pies a cabeza y señalando el dije que descansaba en su pecho. Nunca antes lo había visto.

-¡no te importa!-contestó el muchacho llevándose la mano al pecho, apretando el pedazo de metal en sus dedos.

Minockichi entrecerró los ojos, parecía que aquello  tenía cierto valor.

-¿Qué, te lo dio tu novia?-dijo dando un paso adelante.

-…eso no te importa.

-ehh ¿Presi tienes una amante? No me lo esperaba.

-¡No es eso!-Yue dio un paso atrás y se topo con la valla de chicos que eran los amigos de Minokichi, estos de inmediato atraparon sus brazos, dándole la oportunidad a su líder de acercarse cuanto quisiera-¡Suéltenme!

-Calma, Presi-dijo, con la yema de sus dedos atrapó el dije de Yue y lo miró con detenimiento, no tenía nada de especial, ni siquiera tenía algo grabado.

-No toques eso-Minokichi lo volteo a ver, los ojos verdes de Yue de pronto tenían un color más intenso y amenazante.

-¿qué? ¿Por qué? ¿No quieres que se ensucie?

-No quiero que tú lo toques.

Minokichi frunció el ceño, ¿pero qué? ¿Ese pedazo de metal tenía tanto valor? Si era así había encontrado un buen motivo para empezar una pelea.

-oh ya veo, no quieres que lo toque, presi, que delicado- su mano se recorrió hasta sostener la cadena y jaló de ella rompiendo los eslabones y desprendiéndola del cuello de Yue- ¡upps!-dijo y sonrió.

Entonces no supo que paso, nunca había visto a Yue enojado, sus ojos ardían, se liberó de sus tres amigos sin mucho esfuerzo, y de pronto lo tenía encima propinándole la paliza de su vida.  Al principio sus compinches miraron atónitos la escena, pero después reaccionaron  e intentaron separarlo.

Yue no veía ni escuchaba nada, estaba furioso. Aquella cadena se la había dado Aki, no era cualquier cosa, era un preciado regalo de la persona que amaba, que se la arrebataran de forma tan simple lo enojaba más. Aquello no lo podía tolerar; lanzaba puñetazos sin ton ni son,  lo único que quería era que pagaran por ello, era todo.

Y de pronto una voz lo llamo, la única voz que lograba hacer estragos en su mente. Aki le quitó de encima a los tres amigos de Minokichi y también lo separo a él, lo tomó de los hombros y lo obligó a mirarlo.

-¡Yue! ¡Yue, ¿qué demonios…?! –las pupilas de iris verde detuvieron su frenesí  y se fijaron en los iris castaños que lo miraban preocupados.

-Aki nii- murmuró.

Aki suspiró aliviado y se volteó hacia los otros.

-¡Largo de aquí, imbéciles! ¡Si los llegó a alcanzar…!-amagó la amenaza y los tres compinches echaron a correr.

En tanto, Yue se giró hacia Minokichi que seguía en el piso perplejo. A un metro de él, más o menos, estaba su dije, lo recogió, le sacudió el polvo y comprobó que la cadena estaba rota, su querido regalo estaba roto, Aki se enojaría con él por no cuidarlo. Se sintió triste y las lágrimas emanaron de sus ojos, inundando su rostro.

-Yue-Aki se acercó-Yue ¿estás bien?

-Aki nii-lloró cuando su primo se acuclillo frente a él-está roto…Aki nii…lo siento…lo siento…

Minokichi se limpió la sangre de la nariz, mientras veía aún más perplejo como Yue se aferraba a su sempai llorando como un niño perdido, y eso que hace unos segundos había sido terrorífico.

-Yuu, cálmate-dijo Aki acariciando su cabello-está bien no te preocupes.

-¡No está bien! ¡No! ¡Aki nii me lo regaló, y no pude cuidarlo!

-Yuu- Aki tomó la cadena, unió los eslabones que estaba separado y los cerró a base de pura fuerza, la cadena quedó completa de nuevo- mira Yuu, ya está.

Yue levantó la vista y se limpio las lágrimas.

-No aguantará mucho-continuó Aki, pasándole la cadena por encima de la cabeza-pero lo hará lo suficiente, te prometo que te compraré pronto otra cadena, pero no llores Yuu ¿sí?

Yue asintió, aunque no pudo evitar seguir llorando. Se abrazó a su primo como si no existiera el mañana, y aquello fue, quizás, lo que más sorprendió a Minokichi.

Aquella extraña interacción y que Yue Ichijou pasara de la calma a la furia y de la furia al llanto con tal rapidez, tan solo por un maldito e insignificante dije, era muy extraño. No, aquella reacción no era por un insignificante dije, era por un regalo de Aki sempai.

-Interesante- pensó.

+++

Yue se quitó la playera empapada en sudor y se lavó la cara. Tenía clase y después de aquel incidente no tenía ganas, pero aun así se cambió, comprobó frente al espejo que sus ojos aún estaban rojos por el llanto al igual que sus nudillos que lo estaba pero por otros motivos. Suspiró y apretó de nuevo el dije en su pecho, no quería moverse mucho para que no se rompiera la cadena medio arreglada.

Estaba un poco avergonzado por mostrarle esa parte suya tan deprimente a Aki, aunque no pudiera hacer nada para cambiarlo. Se puso el uniforme y fue a clase.

Se pasó el día con la mano en el dije, no podía evitarlo, se sentía inseguro de que cayera en cualquier momento y aquello no pasó desapercibido para Minokichi  que lo observó con mucho interés durante clases.

Al final del día Yue fue a cambiarse los zapatos, frunció el ceño cuando vio a Minokichi recargado justo frente a su taquilla.

-¡quítate!-le dijo- tengo prisa. Minokichi obedeció, cosa rara, pero no se fue. Con las manos en los bolsillos sonrió de medio lado, sus heridas habían sanado casi por completo.

-hey, presi.

-¿Qué quieres ahora?

-Tú- tomó aire y luego expulsó aquello con tanto veneno que Yue sintió un escalofrió recorrer su espalda:- estás ENAMORADO de Aki sempai ¿no es así?

Los zapatos cayeron de sus manos haciendo eco en la sala vacía.

-¿qué?

-lo estás ¿o no?

-¿por qué dices esas estupideces?

Minokichi entrecerró los ojos y ensancho su sonrisa.

-no me engañas, presi. La forma en la que te enojaste por esa cosa y luego la manera en que lloraste en sus brazos. Parece que solo con él eres vulnerable, Presi.

-Es mi primo, lo admiro eso es todo.

-no, la forma en la que lo miras te delata. Aki sempai no se da cuenta porque ni en sus más horribles sueños podría imaginarse estar contigo. Acéptalo, presi, estás perdido por él.

-eso no es cierto-dijo quitándose los zapatos furioso y poniéndose los otros, dispuesto a terminar  de una vez con aquella peligrosa conversación- es mi primo ¿cómo puede si quiera ocurrírsete algo así?

-Bueno –dijo deteniéndolo del brazo y obligándolo a regresar a donde estaba-las relaciones entre hombres en tu familia son más que una excepción una regla, no me sorprende que te enamores de un hombre, lo que me da asco es que sea de tu primo.

Yue desvió la vista y se zafó de su agarre-eso no es…

-¿por qué estás tan nervioso? ¿Sabes? El que desvíes tu vista solo significa que algo, o  mucho de lo que digo es verdad.

-¡Para ya!- Yue estaba sonrojado, no podía evitarlo, su secreto estaba al descubierto y en manos de la persona que menos debía saberlo.

Minokichi sonrió.

-Oye Presi ¿qué crees que haga sempai  cuándo se enteré?

-¿qué?

-Se lo diré. Le diré a Aki sempai que te gusta. Me lo puedo imaginar, Aki sempai  no te verá igual de nuevo, le darás asco, tanto que comenzará a odiarte, no querrá ni siquiera verte. ¿Por eso no se lo has dicho, verdad?

-¡cállate!

-Porque sabes que Aki sempai puede tener a quien quiera, pero nunca serás tú, ¿no, presi? Tienes miedo de que él lo sepa.

-¡Te dije que era suficiente!- Yue lo empujó, MInokichi dio un paso atrás y volvió a sonreír.

-tienes razón, basta de charla contigo. Voy a decírselo a sempai, será mi venganza por la paliza de esta tarde- dio media vuelta y comenzó a caminar.

-¡espera!- Yue se encontraba lleno de pánico, eso no podía estar pasando, no quería que Aki lo supiera, si, si Aki lo despreciaba, no podría soportarlo-no se lo digas, por favor, no se lo digas Minokichi.

El mencionado se detuvo y se giró para mirar a Yue que mantenía la cabeza baja.

-¿acaso me estas rogando?-Yue solo se encogió en su lugar, no tenía idea de que hacer- no quieres que se lo diga ¿eh?

Yue negó.

-Bien-Minokichi se acercó y chocó la palma de su mano sobre la taquilla justo al lado de la oreja de Yue-este es el trato, yo no le digo nada a sempai,  a cambio, tú saldrás conmigo.

-¿qué?

-como lo oyes, desde este momento eres mi amante.

-pe…pero tú me odias

-precisamente. Y más te vale que Aki sempai se crea que eres mi novio, sino supongo que tu secreto se le revelará. Buenas noches, Presi.

++++++

++++++++

Retrospectiva 3

 

-¿tiene que ser aquí afuera?

-Sí, Kaname me dijo que tiene que ser así, además el libro lo dice.

Entonces el fuego a sus pies se extinguió. Takuma se agachó y comprobó que ahí estaba el anillo, se lo mostró a Ichiru.

-¿seguro que con eso podremos tener un hijo?

-eso me dijo Kaname.

-Bueno yo no confió en ese.

-oh vamos, Ichiru. Tenemos que intentarlo ¿no?

 El peliplateado asintió y extendió su mano, Takuma le puso el anillo, el viento sopló haciéndolos cerrar los ojos.

-no pasa nada-dijo Ichiru- mejor volvamos

-sí, supongo- Era un poco decepcionante, tal vez Kaname se había equivocado, tal vez falto algún paso le reclamaría en cuanto lo viera.

-Ichijou-el paliplateado lo llamo deteniéndose

-¿qué?

-Yo…-Ichiru se sonrojo, parecía de pronto muy nervioso.

-¿qué pasa? ¿Te sientes mal?

-n…no, mal no, yo…quiero, justo ahora.

-¿sí?

-aah no sé porque, pero quiero hacerlo, justo aquí-dijo abrazándolo, Takuma pudo sentir la erección de Ichiru golpear su muslo.

-¿hablas en serio?-Ichiru asintió-¿puedes esperar a que lleguemos a casa?

El peliplateado negó, sus mejillas estaban encendidas. Se veía muy lindo. Takuma levantó su rostro y lo besó. Y entonces se contagió del deseo de su amante, no podía esperar más, profundizo el beso, y comenzó a ahogarse. A pesar de que resultaba peligroso no podía evitar esa sensación de descontrol, sus manos se movían rápidamente buscando accesos a la piel de su amante, quién se deshacía en suspiros  que ahogaba en  el boca del otro.

Sus dedos tocaron la piel, la pellizcaron, la tocaron.

-ah espera-dijo Ichiru

-dijiste que no podías-

Takuma, abrió la camisa de su amante y su lengua caliente beso aquel cuello blanco, y sus  ansiosos colmillos se clavaron lenta y sensualmente en la sensitiva piel. Las piernas de Ichiru temblaron y su amante aprovecho para recostarlo en pasto húmedo.

La sangre en sus labios tan solo inflamaba el deseo, que clase de hechizo era ese, todos sus pensamientos, todas sus fuerzas, todo se volcaba a poder abrazar a su amante, todo, la vida, la muerte, todo no significaba nada si sus dedos no tocaban esa piel, si no besaba esos labios, si ese cuerpo no era suyo.

-waa, vas muy rápido-se quejó Ichiru cuando su amante le quitó el pantalón.

-igual no tenemos mucho tiempo ¿o sí? Pronto amanecerá y alguien podría llegar.

-ah pero…

Takuma buscó su entrada y uno de sus dedos se interno en él, solo necesitaba prepararlo un poco lo suficiente para poder entrar, estaba tan ansioso, tan necesitado que sus manos le temblaban, la adrenalina salía por sus poros no podía controlarse. Para Ichiru las cosas no estaban mejor, los dedos de su amante no eran suficientes, su cuerpo parecía sentir cada movimiento de manera exacerbada, había más placer pero también más necesitado. Sus manos buscaron a su amante, sus ojos suplicaron, lo que su jadeante boca no podía decir, y en los ojos obscurecidos por el deseo de su amante, su deseo encontró eco. Fue penetrado lenta y torturadoramente, podía sentir como era abierto y como era tocado, y era delicioso.

Con cada embestida, ambos pedían más. El calor se intensificaba y ellos se retorcían buscando el contacto que los aliviara, cada vez más y más cerca, si se daban prisa aquella sensación  tan demoledora, se detendría, lo haría. El orgasmo los sacudió con fuerza, sus corazón latieron tan rápido que la respiración les falto, y aun así, aun así…

-quiero más-dijo Takuma, jadeando y  tragando saliva.

-yo…yo también.

Takuma se levantó y le tendió la mano a Ichiru.

-a casa-dijo- vamos lo  más rápido que podamos, si esto continua así, esta noche no será suficiente.

Llegaron a casa, por supuesto, dando trompicones y desnudándose mucho antes de llegar a la cama. Lo que pasó tres días seguidos, ya lo saben. Al final el anillo desapareció y semanas después, la noticia de un embarazo llegó, con la calidez de un día de verano.

+++

+++++

Extra 3


La primera amenaza.

Cuando Kaname despertó, respiró el aroma de Zero. Sus piernas y brazos rodeaban el cuerpo del peliblanco. Observó en silencio su rostro y se maravilló de nuevo por él. La luz del sol de esa mañana insidia suavemente en su piel, su cabello brillaba como la plata, sus labios entreabiertos exhalaban el aire con la tranquilidad de quien duerme.

Sus dedos inquietos alcanzaron su mejilla y la acariciaron con suavidad. Y Zero abrió los ojos lentamente, parpadeó y sus pupilias amatista se fijaron en su esposo y le sonrieron.

-Buenos días, Kaname.

-Buenos.

-mmm… ¿qué hora es?

-¿Importa?

-Pues, si. Tengo que ir a la asociación te lo dije ¿o no?

-ah sí, pero si mejor te quedas, ellos no te necesitan tanto como yo.

Zero se rió y se incorporó, las sabanas se deslizaron por su torso desnudo;  y Kaname estiró sus manos para que la punta de sus dedos recorrieran la piel que la noche pasada hizo suya una vez más.

-no te vayas-suplicó- los niños están en la escuela.

-¿Niños?-Zero se rió- ya son unos adolescentes, Kaname.

-más a mi favor, son más inquietos hay que aprovechar que no están en casa. Vamos Zero una vez más- dijo abrazándolo y tirándolo al colchón.

-Kaname, oye, de verdad quiero. Pero tengo que ir- Zero tomó la nuca de su amante y lo beso en los labios suavemente.

-buu, está bien. Ya qué

Zero le sonrió. Y se levantó.

-Oye, Zero, ¿voy por ti y comemos juntos?

-Sí.

+++

-Kiryuu Zero ¿no es así?

Zero se giró, a su lado en el campo de tiro estaba un hombre de mirada y cabello avellana.

-¿Kaito sempai?

-Cuanto  tiempo-dijo esbozando una sonrisa- ¿te apetece tomar algo?

Se sentaron en una cafetería mientras tomaban una limonada. Kaito observó a Zero, no había cambiado mucho, seguía siendo el mismo joven atractivo de siempre.

-Oye, Zero. Me enteré que te casaste.

-ah, sí

-¿es cierto que fue con un vampiro?

-Sí, con Kuran Kaname.

-Vaya.

-¿Te molesta? Quiero decir, somos hombres, a la mayoría de las personas una situación así les parece poco más que asquerosa, pero…

-No, para nada. No es eso lo que me sorprende. Sino el hecho de que es un vampiro, y no cualquiera, sino  un sangre pura.

-bueno eso…

-me sorprende, porque tus padres fueron asesinados por uno y tú eres un vampiro por su culpa. Me sorprende que no los odies.

-Kaname es historia aparte.

-¿de verdad? ¿Qué tiene de diferente? Su sangre es fría como la de todos los sangre pura. Me intriga que creas que realmente te ama.

Zero frunció el ceño-Kaito sempai, no voy a discutir contigo las razones por las que estoy con Kaname, y él que me ame no es algo que crea, es algo que sé.

Kaito suspiró y le sonrió- está bien, no te enfades. Mi naturaleza de cazador me hace dudar, pero no me hagas caso. Dime, ¿es cierto que tienes un hijo?

-No uno, tengo dos. Mellizos, hombre y mujer.

-ya, no parece que hayas tenido hijos, pareces muy joven para ello.

-quizás es porque ahora soy un vampiro también-Zero sonrió.

Justo entonces una mano se colocó en su hombro, Kaito levantó la vista, ese sin duda era Kuran Kaname.

-¿Nos vamos Zero?-dijo el castaño, viendo de soslayo al hombre que acompañaba a su esposo.

-sí, Kaname te presento a Takamiya Kaito, entrenábamos juntos con Yagari san cuando era niño.

Ambos se dieron la mano en un saludo frío y meramente diplomático.

-espérame, Kaname, voy por mis cosas-dijo el peliplateado corriendo su silla y echando a correr en busca de sus cosas.

Kaname se sentó en el lugar vació y él y Takamiya se miraron seriamente. No sabía porque pero aquel joven le daba mala espina.

Kaito troció la boca, bebió de su bebida y entrelazo sus manos sobre la mesa.

-Kuran Kaname, dime, ¿cómo le hiciste para que se casará contigo?

-¿qué?- Kaname frunció el ceño.

-la verdad no me sorprendería que usaras uno de esos trucos de vampiros. Escuche que tienen poderes hipnóticos ¿has usado eso todo este tiempo? ¿No te parce demasiado vil algo así?

-No seas estúpido, jamás haría algo así para estar con él.

-¿ah no? Eso de que tuvieran hijos, ¿a caso no fue un truco de vampiros? ¡Qué bajo Kuran Kaname!

-¿Qué diablos…? ¿Quién te crees para venir y decir esa sarta de tonterías, eh? Zero está conmigo porque me quiere, y tuvimos hijos porque nos amamos, no hay nada más que eso.

-Pues no lo creo.

-Pues no me importa.

Kaito sonrió de medio lado- Parece que Zero olvido que clase de ser eres. Pero cuando lo recuerde, no dudo que te deje. Y si no lo hace por su cuenta, me encargaré de ello personalmente.

-No hay nada que él tenga que recordar, así que tu amenaza ni me va ni me viene, bastardo.

-como digas- Kaito se levantó y dejó cambio en la mesa.

-de todas maneras ¿por qué harías algo así?

-¿eres idiota o algo así?-dijo Kaito- me gusta tu esposo, y me encantaría que se divorciara de ti.

-¡¡¿Qué?!!- Kaname se levantó de la silla con estruendo, estaba a punto de golpearlo cuando la voz despreocupada de Zero se escuchó a sus espaldas.

-¿Nos vamos?-

 Kaname se dio la vuelta, su amante lo miró sin entender que pasaba, suspiró  y pasó su brazo por sus hombros.

-sí, vámonos- con su brazo deteniendo a Zero para que se acercará a Takamiya este solo agitó su mano a manera de despedida. Kaito le respondió de igual manera y sonrió, como sonríe quien no tiene nada que perder.

-maldito-masculló Kaname.

-¿eh?

-No, nada.

Notas finales:

Wola, espero que les hayas gustado. Lamento, lamento de verdad la tardanza. Tenía planeado ya el capitulo pero la inspiración para escribirlo se tardo un poco, eso y la escuela. ¿no odian el fin de semestre o de año? Yo sí!!

En fin, Minokichi, o más bien su nombre salió de una historia que leí (en relidad no recuerdo si era así, pero suena a algo así) sus inteciones aún no las defino bien, pero la principal, podría decirse, es molestar a Yue chan. ¿Qué hará Aki?

La retrspectiva, como ya saben, son cosas del pasado, aunque me la pensé para escribirlo, creo que Ichiru y Takuma merecían un rato en pareja jeje.

Y por ultimo el extra, es más bien una mini historia de Zero y Kaname, ahh su vida matrimonial feliz se ve amenazada, además creo que hace mucho que Kaname no se pone celoso y me gusta cuando lo hace.

Bueno, pues hasta la proxima!

 

                                                    Continuará...

( ¿Qué sigue? ahh... ¿"El secreto en mi corazón" o "Me gustas"? Diablos! Revisaré mis notas, ciao!) 


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