L y Yagami despertaron a media tarde.
Primero lo hizo L, que se quitó de encima del castaño y fue a la cocina a por un café y unos dulces.
Cuando volvió al salón, encontró ya despierto a Light, vestido tan solo con los boxers, al igual que él.
-En unas horas anunciarán el mensaje de Kira, Ryuuzaki.
"¡Venga ya! ¿Va a volver a actuar como si nada? ... Realmente tiene un comportamiento muy interesante este chico. Las probabilidades de que sea Kira aumentan por momentos."
-Eso es, Yagami-Light.- Esta vez se sentó en el suelo, con su típica posición y el café entre las manos.
Mientras, Light se estiraba a lo largo del sofá, con una postura bastante sensual.
"L... cada vez estás más lejos y más cerca de capturarme."
El castaño alargó el brazo y acarició la espalda y hombros de L.
El moreno se giró, dándole una mirada directa con sus negros y grandes ojos.
Volvió a su posición y dio un trago al café.
En ese momento, el castaño tiró de su espalda para atrás, pegando su cabeza al sofá.
Le robó un beso con sabor a café muy dulce.
La sorpresa hizo que L se tirara la bebida por su propio pecho.
Entonces, Light comenzó a recorrer con su lengua el cuello y pecho del mayor, que estaba bajo él en dirección opuesta.
Siguió descendiendo por el detective hasta llegar a su entrepierna, quedando en postura 69.
Al sentir L el miembro del castaño cerca de su aliento, se excitó.
Light pudo ver perfectamente como el miembro de L reaccionaba de un momento a otro.
Rió.
Sacó el miembro de L de su ropa interior y comenzó a succionarlo.
La respiración del moreno aumentó. Entonces, Light introdujo un dedo en la entrada de L apartando un poco el boxer. Hizo movimientos de entrada y salida con rapidez. De vez en cuando, bajaba el ritmo y se concentraba en palpar las paredes del interior. En una de esas veces, dio con un punto que hacía gemir más al moreno.
Repitió eso varias veces mientras seguía jugando con el miembro en su boca hasta que L llegó al clímax.
Light se separó dejando que saliera, manchando un poco una de sus mejillas.
Tras esto, el detective, muy sonrojado, comenzó a acariciar con su lengua la entrepierna del castaño por encima de la ropa interior. Los lametazos fueron en progresión, hasta que parecían completamente desesperados.
Emocionado, L quitó los boxers a Light y fue mordisqueándolo.
Copiando lo que le había hecho el castaño a él, introdujo un dedo en su interior.
Lo sacó y empezó a lamer su entrada, como si fuera una de sus torres de azucarillos.
Mietras succionaba y humedecía su entrada, le masturbaba suavemente.
-Ryu... Ryuuzaki...- El castaño gemía como un dulce niño, apoyando su rostro entre las piernas del moreno.
-¿Huh...?- La mirada de L se elevó.
Masajeó más rápidamente el miembro de Light hasta que sus jadeos anunciaban que se iría pronto. Entonces, bajó la velocidad pero presionó con fuerza
La esencia de Light salió fuertemente, ensuciando a L y la alfombra que cubría el suelo del salón.
Cuando sus jadeos cesaron y su ritmo cardíaco se normalizó, se incorporó.
-Ryuuzaki, eso no ha estado nada bien.- El castaño le riñó. -Te has tomado la justicia por tu cuenta. Y aquí el que decide soy yo.- Con una llave rápida, tumba boca abajo a L completamente con las manos tras su espalda. Consigue el cordón de una de sus zapatillas y ata las manos de L a modo de esposas.
Con un movimiento brusco, separa las piernas del moreno, facilitando la entrada a su interior.
Light toma su miembro y lo presiona contra la cavidad de L.
-Ah... Yagami... Eso... ahora no...
Violentamente, se introduce completamente en su interior.
Ríe.
-Yaga... mi... Du... duele...- Se le saltó una lágrima al moreno.
-L, deja de quejarte por todo.- Y empieza aembestirlo a un ritmo moderado.
Se recuesta un poco sobre la espalda del detective y sopla su nuca.
Mientras un escalofrío recorre la columna de L, Light muerde su lóbulo y sube la velocidad de las penetraciones.
A los pocos minutos, L eleva sus caderas y con un gran gemido, se viene por segunda vez.
La presión de los músculos de las paredes de L al correrse dan un gran placer a Light, que solo necesita unas pocas embestidas más para llegar al orgasmo.
Se deja caer sobre el moreno y recogiendo un mechón de su pelo tras su oreja, le susurra:
-Ryuuzaki... eres un morboso. Te estabas quejando de dolor y al final te has corrido antes que yo. Te excita que te domine... En verdad eres un pervertido.
Esas palabras avergonzaban mucho a L, que además quedaba más humillado pues no podía defenderse por los continuos jadeos.
Light se levantó, se vistió y se tumbó en el sofá, dejando bajo sus pies a un desnudo Ryuzaki, atado y sin poder evitar incesantes hilos de saliva que mojaban la moqueta bajo su barbilla.